jueves, 17 de septiembre de 2015

La honra también se enseña

    
   CUESTIONES SOBRE LA SALUD

24. ¿Los Espíritus pueden dar consejos sobre la salud?
La salud es una condición necesaria para el trabajo que debe uno hacer en la Tierra; por esto se ocupan de la salud con gusto; pero como entre ellos hay ignorantes y sabios, tanto para esto como para lo demás, no conviene dirigirse al primero que llega.

25. Dirigiéndose al Espíritu de una celebridad en medicina, ¿se puede tener más seguridad en un buen consejo? 
Las celebridades terrestres no son infalibles y muchas veces tienen ideas sistemáticas que no siempre son justas y de las que la muerte no les libra en seguida. La ciencia terrestre es muy poca cosa con respecto a la ciencia celeste; sólo los Espíritus superiores tienen la última; sin que tengan nombres conocidos para vosotros, pueden saber mucho más que vuestros sabios en todas las cosas. La ciencia sola no hace a los Espíritus superiores, y os asombraríais del puesto que ocupan ciertos sabios entre nosotros. El Espíritu de un sabio puede, pues, no saber más que lo que sabía en la Tierra, si no ha progresado como Espíritu.

26. ¿El sabio, cuando es Espíritu, reconoce sus errores científicos? 
Si ha llegado a un grado bastante elevado para quedar desembarazado de su vanidad y comprender que su desarrollo no es completo, los reconoce y los confiesa sin que le cause pena; pero si no está bastante desmaterializado, puede conservar alguna de las preocupaciones de que estaba imbuido en la Tierra.

27. ¿Podría un médico, evocando a sus enfermos que murieron, obtener aclaraciones sobre la causa de su muerte, las faltas que pudo haber cometido en el tratamiento, y adquirir de este modo mayor experiencia? 
Lo puede y le sería muy útil, sobre todo si se hacía asistir por Espíritus ilustrados que supliesen la falta de conocimientos de ciertos enfermos. Pero para esto sería preciso que hiciese este estudio de una manera formal, asidua, con objetivo humanitario y no como un medio de adquirir sin pena saber y fortuna. 294. Preguntas sobre las invenciones y los descubrimientos

28. ¿Los Espíritus puedan guiar en la averiguaciones científicas y en los descubrimientos?
La ciencia es obra del genio; no debe adquirirse sino por el trabajo, porque sólo por el trabajo el hombre adelante en su camino. ¿Qué mérito tendría si para saberlo todo no tuviese más que preguntar a los Espíritus? A este precio el imbécil puede ser sabio. Lo mismo sucede con las invenciones y descubrimientos de la industria. Otra consideración: cada cosa debe venir a su tiempo y cuando las ideas están en disposición de recibirle; si el hombre tuviese este poder, trastornaría el orden de las cosas, haciendo que viniese el fruto antes de la estación. Dios ha dicho al hombre: Sacarás de la tierra tu alimento con el sudor de tu frente; admirable figura que pinta su condición aquí abajo; debe progresar en todo por el esfuerzo de su trabajo; si se le diesen las cosas hechas, ¿para qué servirá su inteligencia? Sería como un estudiante que otro le hace lo que le corresponde hacer a él.

29. ¿El sabio y el inventor no están nunca asistidos por los Espíritus en sus investigaciones?
¡Oh! Esto es muy diferente. Cuando ha llegado el tiempo de un descubrimiento, los Espíritus encargados de dirigir la marcha, buscan el hombre capaz de conducirlo a buen fin, y le inspiran las ideas necesarias, de manera que le dejan todo el mérito, porque estas ideas, es menester que las elabore y las ponga en obra. Así sucede con todos los grandes trabajos de la inteligencia humana. Los Espíritus dejan a cada hombre en su esfera; de aquél que sólo es a propósito para cavar la tierra no le harán el depositario de los secretos de Dios; pero sabrán sacar de la obscuridad al hombre capaz de secundar sus designios. No os dejéis, pues, arrastrar por la curiosidad o ambición por un camino que no es el objeto del Espiritismo y que terminaría para vosotros en las más ridículas mixtificaciones.

Observación. — El conocimiento más esclarecido del Espiritismo, ha calmado el ardor de los descubrimientos que en el principio se habían lisonjeado algunos de hacer por este medio. Hasta se habían pedido a los Espíritus recetas para teñir y hacer crecer el pelo y curar los callos, etc. Nosotros hemos visto muchas gentes que creían haber hecho su fortuna y sólo han recogido procedimientos más o menos ridículos. Lo mismo sucede cuando se quiere con la ayuda de los Espíritus, penetrar los misterios del origen de las cosas; ciertos Espíritus tienen sobre estas materias, su sistema, que no vale más que el de los hombres, y es muy prudente el no acogerle sino con la más grande reserva.

Allan Kardec
Extraído del libro "El libro de los médiums"

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Acción de la oración
Transmisión del pensamiento 

9.La oración es una invocación. A través de ella nos ponemos, con el pensamiento, en relación con el ser a quien se la dirigimos. Puede tener por objeto hacer un pedido, agradecer o alabar. Podemos orar por nosotros mismos y por los demás, por los vivos y por los muertos. Las oraciones dirigidas a Dios son escuchadas por los Espíritus encargados de ejecutar su voluntad. Las que se dirigen a los Espíritus buenos so transmitidas a Dios. Cuando alguien ora a otros seres y no al Señor, no hace más que recurrir a intermediarios, a intercesores, porque nada puede hacerse sin la voluntad de Dios.
Evangelio según el Espiritismo
                                    
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             LA HONRA TAMBIEN SE ENSEÑA

Es común en nuestros días, oír reclamaciones por parte de las personas que se sintieron  no respetadas en sus derechos.
Es el médico que marca una hora con el paciente y lo deja esperando por largo tiempo, sin dar satisfacción.
Es el abogado que asume una causa y después  no le da  la atención necesaria, dejando al cliente en una situación difícil.
Es el contador que se compromete ante la empresa en providenciar todos los documentos exigidos por la ley y, pasados algunos meses, la empresa es actualizada por irregularidades  que este dice desconocer.
Es el ingeniero que toma responsabilidades de una obra, que más tarde comienza a destruirse, sin que este asuma la parte que le dice al respecto.
Es el político que promete  mundos y fondos y, después de la elección, ignora la palabra empeñada junto a sus electores.
Esos y otros tantos casos acontecen con frecuencia en los días actuales.
Es natural que las personas envueltas en tales situaciones, expongan  su indignación junto a la sociedad y reclamen sus derechos ante la justicia.
Todavía, vale la pena referirnos un poco al origen de esa falta de honradez por parte de algunos ciudadanos.
Tenemos que convenir que todos pasaron por la infancia y, en tesis, podemos decir que no recibieron las primeras lecciones de honra como deberían.
Cuando los hijos son pequeños no damos la debida atención a sus malas inclinaciones  o, lo que es peor, las incentivamos con el propio ejemplo.
Si nuestro hijo no respeta los horarios establecidos, no solemos intentar  de él un cambio de comportamiento.
Si prometen alguna cosa  y no la cumplen, no les hablamos sobre la importancia de la honra de la palabra.
Así, la palabra empeñada no es cumplida, y nosotros no hacemos nada para que lo sea.
Además, hay padres que son propios ejemplos de deshonra. Prometen  y no cumplen. Dice que van hacer y no hacen. Hablan, más su palabra no tiene el peso que debería.
Es importante que pensemos a respecto de las causas de antes de reclamar de los efectos.
Es imprescindible que demos a los hijos lecciones de honradez.
Enseñar a los niños que las hermanas de los otros deben ser respetadas tanto como sus propias hermanas.
Que la palabra siempre debe ser honrada por aquel que la empeña.
Enseñar  el respeto a los semejantes, no haciéndolo esperar horas y horas para solo después atender  como si les estuviésemos haciendo un gran favor.
En fin, enseñarles a hacer a los otros lo que nos gustaría que los otros les hiciesen  conforme orientó Jesús.

No hay efecto sin causa. Todo efecto negativo, tiene igualmente una causa negativa.
Por esa razón, antes de reclamar de los efectos, debemos pensar  si no estamos contribuyendo  con las causas, directa o indirectamente.
 Mucha paz
Redacción de Momento Espirita.

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                                                                      PEDIR Y SE OS DARÁ
Nuestros guías y protectores siempre están dispuestos ayudarnos. Pero sobre todas las cosas tienen que respetar nuestro libre albedrío. Habla con ellos, aún sin saber sus nombres, ni quienes son, habla con ellos como lo haces con tu mejor amigo. Pídeles ayuda, que la ayuda llegara, si es que no interfiere con la Ley de Causa y Efecto, en esos casos, ellos no podrán quitar la prueba que tienes que pasar o la lección que debes aprender, pero si te cojerán de la mano y te ayudarán a pasar la tormenta mientras aprendes la lección. Solo está en que sepamos pedir ayuda.
- Mercy Ingaro-
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