El
estudio del proceso de reencarnación de los Espíritus puede ser
hecho, de forma didáctica, a partir del examen de cinco preguntas:
1
- ¿Para qué reencarnamos?
Emmanuel,
a través de la mediumnidad de Chico Xavier, coloca la reencarnación
como un impositivo natural ,
o sea, una condición a la cual el Espíritu no puede eludirse, un determinismo evolutivo, establecido por leyes específicas. Para que
el principio inteligente, creado simple e ignorante, se identifique
con el proyecto de perfectibilidad, que le es innato, es imperativo
que se someta, durante largo periodo de su historia, a la ley de la
reencarnación. Esta es una ley natural, cósmica, espiritual y
biológica, inherente a todos los seres, que tiene como finalidad el
desarrollo del principio espiritual.
Según
Kardec:
[...]
la reencarnación surge como una necesidad absoluta, como condición
inherente a la humanidad; en una palabra: como ley de la Naturaleza.
Y
aún el codificador:
El
paso de los Espíritus por la vida corporal es necesario para que
ellos puedan cumplir, por medio de una acción material, los
designios cuya ejecución Dios les confía. Les es necesaria, para
bien de ellos, ya que la actividad a que son obligados a ejercer les auxilia el desarrollo de la inteligencia.
Y
también Kardec:
Para
el Espíritu del salvaje, que está sólo en el inicio de la vida
espiritual, la encarnación es un medio de él desarrollar su
inteligencia [...] aquel que trabaja activamente por su progreso
moral, además de abreviar el tiempo de la encarnación material,
puede también transponer de una sola vez los grados intermedios que
lo separan de los mundos superiores.
2
- ¿Por qué reencarnamos?
La
literatura mediúmnica nos muestra que la evolución se verifica
también en la dimensión espiritual. ¿Por qué entonces la
obligatoriedad de las experiencias en la dimensión física? ¿No
podría el principio inteligente desarrollar todas sus
potencialidades exclusivamente en la dimensión espiritual? Eso no
es posible, y puede ser explicado en razón de determinadas
características particulares de la dimensión física, que la diferencian de la dimensión espiritual. Esas características hacen
las experiencias en la dimensión física esenciales al desarrollo de
las potencialidades del Espíritu.
La
dimensión
física se
diferencian de la dimensión
espiritual
por los siguientes aspectos:
1- La
inserción
en un ciclo vital
que es propio de la biología reencarnatoria: nacer, crecer,
reproducirse, crear hijos, envejecer, vivir enfermedades que son
exclusivas de la vida física.
2- La
lucha por la vida:
la inserción en la dimensión física coloca al Espíritu en un
medio en que la actividad y el trabajo son prácticamente
obligatorios, de lo contrario, viene el hambre, la enfermedad y la
muerte. Tal estado de cosas no parece existir en la dimensión espiritual.
3- El
periodo
de la infancia
haciendo al Espíritu más accesible al perfeccionamiento de su carácter, a través de la educación y de los buenos ejemplos de los
padres, profesores y otras personas pueden auxiliar en la
transformación moral de la individualidad. No existe infancia, como
la conocemos, en la erraticidad.
4- El
olvido
del pasado,
que permite a la individualidad convivir con sus desafectos, sin acordarse de los desatinos perpetrados recíprocamente. Tales
recuerdos podrían revivir animosidades, creando obstáculos a la
armonización de las relaciones
5- La
convivencia con personas de nivel evolutivo diferente.
En la dimensión espiritual, la ley de sintonía es absoluta. Los
iguales se buscan en la inmensidad del espacio y viven entre sí. En
la dimensión física, eso no se da – viven todos en una “cesta
de gato”. La convivencia en la diversidad estimula el progreso. Los
que se hallan en condición evolutiva inferior tienen, en sus
superiores, el ejemplo y el estímulo para la auto-superación. Los
últimos encuentran, en la convivencia con los primeros,
oportunidades para ejercitar la tolerancia, la paciencia y la
perseverancia.
3
- ¿Cuándo reencarnamos?
Considerando
la condición de la individualidad encontrándose en la dimensión
espiritual, ¿qué factores determinan el momento en que su retorno
al escenario físico deberá verificarse?
En
El
Libro de los Espíritus
se lee:
[...]
la
fatalidad sólo consiste en estas dos horas: aquellas en que debéis
aparecer y desaparecer en este mundo.
Los
Benefactores colocan, entonces, el momento
en que debemos aparecer en
el mundo,
o sea, la reencarnación, como una fatalidad, algo que está
determinado por principios bien definidos. Eso es porque la
reencarnación es una necesidad de la vida espiritual, como la muerte
es una necesidad de la vida corporal. Así los Espíritus presienten
la época en que reencarnaran como el invidente siente el fuego que
se aproxima. Aunque no todos se preocupen con ella, pues están los
que no piensan en ella y que ni aún la comprenden pronto o tarde el
Espíritu siente la necesidad de progresar, pues la condición de
desencarnado no puede prolongarse indefinidamente.
Cree
el psiquiatra y escritor espírita Jorge Andréa que la “estructura
energética del Espíritu”, con el pasar de los años en la
dimensión espiritual, va teniendo mayor dificultad en reencarnarse”,
imposibilitando la permanencia de la individualidad desencarnada en
la dimensión espiritual, por un periodo de tiempo superior a su
capacidad de renovación fluídica. Mientras más primitiva sea la
condición evolutiva de la entidad espiritual, más brevemente deberá
volver a la dimensión física. Ocurre, según él, un desgaste progresivo de las “unidades energéticas”, que pasan a “vibrar
más lentamente”. Los Espíritus menos evolucionados, estando más
necesitados del retorno a la superficie planetaria, reencarnarían
con intervalo de tiempo más pequeño; los más evolucionados
reencarnarían con mayor intervalo de tiempo, por la posibilidad de
más fácil adquisición de material necesaria al metabolismo del
psicosoma y por poseer, en potencia, cualidades energéticas que le
permitirían "vivir" más tiempo en el estadio dimensional
en que se encuentran.
El
tiempo de permanencia del Espíritu desencarnado en la dimensión
espiritual es, según André Luiz, directamente proporcional a su
condición evolutiva:
El
porcentaje de tiempo en el plano espiritual para las criaturas de
evolución mediana varía con el grado de aprovechamiento de tiempo
en el estadio reciente que disfrutaron en el cuerpo físico. Cuánto
más vasta la provisión de conocimiento y mayor la adquisición de virtudes, por parte del Espíritu, más largo periodo disfruta en la
Esfera Superior para la obtención de más nobles recursos para más
alta ascensión.
A
medida, entonces, que las vibraciones espirituales se hacen más
“pobres”, en el transcurso de una especie de “debilitamiento
espiritual”, comenta Jorge Andréa, se observa una reducción
progresiva de las actividades del Espíritu. Esa condición lo lleva
a un estado de sopor y flaqueza progresiva. La ley de causa y efecto,
por mecanismos desconocidos, lo impulsa a la vinculación al aparato
genésico de una mujer en edad fértil, con la cual él mismo se
relaciona por hilos de afinidad espiritual. Se desencadena así el mecanismo reencarnatorio automático por necesidad imperiosa de la
entidad desencarnada de volver a la dimensión física, por absoluta
falta de condiciones fisiopsíquicas de mantenerse distante de las
vibraciones materiales.
León
Denis esclarece, en Después
de la muerte:
Cuando
llega la ocasión de reencarnar, el Espíritu se siente arrastrado
por una fuerza irresistible, por una misteriosa afinidad, para el
medio que le conviene.
Y
aún Denis:
Las
leyes inflexibles de la Naturaleza, o antes, los efectos resultantes
del pasado, deciden la reencarnación. El Espíritu inferior,
ignorante de esas leyes, poco cuidadoso de su futuro, sufre
maquinalmente su suerte y viene a tomar su lugar en la Tierra bajo el
impulso de una fuerza que ni el mismo busca conocer.
La
hipótesis presentada por Jorge Andréa, según la interpretación
que hace de algunas citas de Kardec y André Luiz, nos permite trazar
un paralelo entre la necesidad de renovación del cuerpo físico que
se da con la muerte física y la equivalente necesidad de renovación del cuerpo espiritual con la reencarnación.
Importante
considerar que, en muchas ocasiones, el proceso reencarnatorio es realizado bien pronto del agotamiento de los recursos fisiopsíquicos,
pues Espíritus lúcidos y almas más evolucionadas pueden dirigir el
proceso encarnatorio de sus tutelados, haciendo que vuelvan a la
superficie planetaria, en encarnaciones previamente organizadas,
dirigiendo todo el proceso.
4
- ¿Dónde reencarnamos?
Los
Espíritus forman familias espirituales, cuyos lazos se deben a
tendencias y características comunes. La necesidad de estar juntos
hace que ellos se busquen, movidos por fuerzas inconscientes. Kardec,
examinando las relaciones entre individuos, preguntó a los Espíritus
Superiores si los
encuentros, que acostumbran a darse, de algunas personas y que
comúnmente se atribuyen al acaso, ¿no serán efecto de cierta
relación de simpatía?
Ellos respondieron que entre
los seres pensantes hay conexión que aún no conocemos, y que el
magnetismo es el piloto de esta ciencia, que más tarde
comprenderemos mejor. Relaciones
magnéticas, ignoradas por nosotros, conectan a los
Espíritus unos a los otros, y el Espíritu reencarnante tenderá a
vincularse a Espíritus “simpáticos” domiciliados en la esfera
física en condición de recibirlo en la condición de hijo.
(Continúa
en el próximo número.)
Emmanuel/Chico Xavier: Roteiro
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Depresión
La depresión puede ser conceptuada como la alteración del estado de humor: Una tristeza intensa, un abatimiento profundo con desinterés
por las cosas. Todo pierde elsentido, el mundo se pusogris, vivir se vuelven una tarea difícil, pesada, con ideas fijas y pesimistas.
Podríamos, así, considerarla como una emoción corrompida. Las emociones naturales deben ser pasajeras y debemos dejarlas que circulen normalmente sin desequilibrar al ser. La tristeza, por ejemplo, es una emoción natural que nos lleva a entrar en contacto con nosotros, la introspecciónyla reflexión sobre nuestras actitudes. Pero si la tristeza es prolongada, acompañada conel sentimiento de culpa, nos llevará a la depresión mental.
Las investigaciones recientes del Dr. Nubor Facure nos hablan que podemos dividir la depresión en tres formas de acuerdo conel factor causal. 1) Depresión reactiva o neurosis depresiva, que depende de un factor externo desencadenante, generalmente pérdidas o
frustraciones, tales como separación familiar, pérda de un ser querido, etc. 2) Depresión
secundaria lasenfermedades, como accidente vascular cerebral (derrame), tumor cerebral y
enfermedades de la tiroides, etc. 3) Depresión endógena por deficiencia de
neurotransmisores, como depresión del anciano, depresión familiar y psicosis maníaco-depresiva,actualmente, conocida como disturbio bipolar.
En este momento en que atravesamos una gran decadencia moral, espíritus inferiores ejercen su influencia sobre las personas en su vida íntima, en los vicios, en las drogas, en la violencia y hasta en el aumento de la criminalidad, pueslos hombres son influenciados por las mentes desencarnadas que actuan sobre las personas eneste mundo de pruebas y expiaciones.
Para vencer este mal ypara que nos quedemos protegidos contra la depresión, es necesario que practiquemos algunas acciones orientadas por “El Libro de los Espíritus”, que nos sugiere la práctica de la caridad y otras acciones para la liberación de este sufrimiento: oír una buena música; hacer una buena lectura; la frecuencia regular a una institución religiosa, en el caso específico, a un grupo Espírita Kardecista, y recibir una buena orientación espiritual. Y también recomendamos la visita al médico o al psicólogo, y, finalmente, el envolvimiento de la persona en un trabajo espiritual o beneficiente como una terapía. Piense en eso. Y sea ¡feliz!
João Cabral - Presidente da ADE-SERGIPE. Periodista. Psicoterapeuta Transpersonal.
Conferenciante.
Mensaje traducido por Isabel Porras-España
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EL IMPACTO DE LA PORNOGRAFIA EN LA DETERIORIZACIÓN DE LOS VALORES MORALES
Jorge Hessen
El diccionario define pornografía como la acción o representación que ataca o que hiere el pudor, la moral o las consideradas buenas costumbres. La sexualidad explicita y sugestiva tiene una larga historia, es una manifestación del “arte” ascentral. La imagen de la desnudez y de la sexualidad humana tuvo inicio en la era paleolítica (1). Arqueólogos alemanes encontraron, en abril del 2005, una figura de cerca de 7200 años de un hombre sobre una mujer, sugiriendo fuertemente un acto sexual. La figura masculina fue bautizada de Adonis Von Zschernitz, entretanto, creemos que esas imágenes tenían un significado, digamos, más “religioso”.
Actualmente no hay nada de espiritual en el retrato de la pornografía. El exceso de contenido erótico de fácil y rápido acceso en la Web y otros medios de comunicación permite que las personas sean expuestas regularmente a la excitación de la sexualidad y tienen instituido en la mente incauta una visión distorsionada de carga genésica. No hay duda de que la pornografía es la exaltación de la prostitución. Todavía, hay aquellos que bajo el guante del delirio abonan la pornografía como siendo “buena para la sociedad”.(2)
En verdad, el uso abusivo de la erótica, de cosas consideradas obscenas,
generalmente de carácter sexual (libros, revistas, filmes, etc.) con la intención de provocar excitación, sexual, ha sido cada vez más entronizado en el arte cinematográfico. Actualmente la pornografía es una industria poderosa, que degrada y deshumaniza a los hombres y mujeres y mueve muchos millones de dólares. “Estudiosos de la Universidad de Stanford, en los Estados Unidos, creen que el uso excesivo de la pornografía online está creando una generación de “hombres desequilibrados”. El Psicólogo Philip Zimbardo cree que las
personas están creando “vicios de excitación”, dejándolos incapaces de
convivir normalmente en el mundo real y desenvolver relaciones saludables, según el reportaje del jornal Daily Mail (3).”
Investigaciones recientes indican que un número expresivo de niños y
adolescentes son bombardeados con escenas eróticas desde tierna edad
teniendo acceso a las obscenidades frecuentemente por medio de nuevas
tecnologías. Las noticias más comunes para la exhibición de la pornografía son el cinema, las revistas (fotografías o ilustraciones). Internet potencializó la industria pornográfica, que factura hoy por lo menos veinte veces más que en las décadas de 1980 y de 1990.
En la web son aproximadamente 30 mil usuarios por segundo accediendo a contenidos eróticos; son más de 1 billón (si eso mismo, un billón) de descarga de material pornográfico cada mes. Hay estudios demostrando que en menos de cuatro años, fueron destruidos más hogares por la pornografía que en los 50 últimos años. Eso acontece, sin distinción de nacionalidad, color, etnia o credo religioso. La Pedofilia, por ejemplo, considerada la más grave infracción permitida por la Web, ha fortalecido un mal, inigualable, a los jóvenes y niños.
Algunos inescrupulosos negociantes de la industria del sexo usan métodos parecidos con el tráfico de drogas. Primero ofrecen gratuitamente los contenidos. Posteriormente comienzan a cobrar. Más tarde, es de ese gesto que el imperio de las ilusiones y de la criminalidad ha florecido.
Tal como las drogas, el mercado pornográfico es uno de los más lucrativos mercados de la historia. Larry Flynt, empresario y dueño del imperio Hustler, retratado por Milos Forman e Oliver Stone en el filme “El pueblos contra Larry Flynt”, Bob Guccione, de la revista Penthouse e Hugh Hefner, dueño del Imperio Playboy, componen algunos de esos millonarios de la exploración de la fantasía sexual. Obviamente, una parte gigantesca de ese mercado es dominada por el crimen organizado.
Como si no bastase toda esa degradación de los valores morales, actualmente en las telenovelas, también la habilidad artística y el enredo abarcando a los personajes, dieron lugar a la exposición de cuerpos desnudos y relacionamientos impregnados de voluptuosidad erótica, que dan la connotación de escenas de sexo implícito; hasta aun mismo en los programas vespertinos,dedicados a un público entre infantil y adolescente las escenas son altamente apelativas. La pornografía en la mente es como el combustible junto a la hoguera del deseo sexual primitivo, resultando en pensamientos y acciones desequilibradas. Tienen un efecto creciente, como una droga, el vicioso precisa más y más para atender el indómito deseo. Si, enfermos, y viciados, pues el mecanismo psíquico de la pornografía es el mismo del alcoholismo. Clínicas psiquiátricas y psicológicas, de atendimiento de esos problemas, ya están siendo esparcidas por el planeta. Y terapeutas familiares han trabado un combate intenso en los hogares.
Así como un usuario de drogas es elevado para consumir cantidades mayores y más poderosas de narcóticos, la pornografía arrastra al ser humano, llevándolo a pesados vicios sexuales y deseos animalizados. Son viciosos del sexo que se exponen en el tablado de los placeres, en la calidad de siervos ridículos en revistas de sexo explicito o en filmes eróticos,desandándose en ídolos y pornografía y de la lubricidad hipocondriaca. El meretricio de menores crece, cara a la fatiga de los corrompidos que exigen “carnes nuevas para sus apetitos salvajes que los consumen. Es comprensible que aumenten las estadísticas de las enfermedades dilaceradoras como el cáncer, la tuberculosis, las cardiovasculares, el Sida, otras sexualmente transmisibles, las infecciones hospitalarias, entre otras diversas, acompañadas por los trastornos psicológicos.(4).”
La búsqueda de las imágenes eróticas crea un tonus de frecuencia mental
donde se sintonizan espíritus en estado de desequilibrio sexual. Los obsesores mantienen la imagen de la lascivia en la mente repitiendo ininterrumpidamente para establecer un circuito de lujuria y conducir de vuelta al obsesado a la pornografía.
Infelizmente la mayoría de las personas desconoce la intervención espiritual en la vida física. Con todas esas influencias son constantes en nuestras mentes en forma de pensamientos y consecuentemente en acciones. Gran parte de los vicios humanos es potencializada por influencias obsesivas y hasta subyugaciones espirituales ocasionando amplios trastornos para los viciados en fantasías pornográficas.
Es una perversión tan grave que ha destruido familias y llevado a muchas personas a trastornos de complicada etiología. La pornografía transforma a los seres en objetos sexuales.
Un levantamiento en la Unión Europea (EU), por ejemplo, concluyó que el 25% de las personas con edades entre 9 y 16 años ya habían visto imágenes de cuño sexual. “Y en el 2010, una investigación en Gran Bretaña reveló que casi un tercio de los jóvenes con edades entre 16 y 18 años había visto fotos de naturaleza sexual en celulares, en la escuela, más de una vez por mes. La Nacional Asociación of Head Teachers (Asociación Nacional de Directores de Escuelas)de Gran Bretaña está haciendo una campaña sobre el impacto de la pornografía con el objetivo que niños y adolescentes sean educados de manera apropiada a la edad. (5)”
El tema propuesto no es tan simple. Muchos padres entran en pánico cuando encuentran pornografía en el computador de los hijos. Saben que puede ser un campo minado y muchos no saben qué hacer o que decir. Creemos que las escuelas, instituciones religiosas y los padres deben trabajar juntos, a fin de concienciar a los niños, a los jóvenes a los adolescentes sobre los peligros que envuelven la degradación de la sexualidad.
Se hace necesaria toda prudencia en cuanto a la conducta que tenemos ante los hijos, pues fácilmente creamos en ella una buena o mala impresión. Todo,hasta el propio tono con el que les hablamos, en ciertas circunstancias, puede influenciarlas. ¿Debe causar sorpresa el hecho de en ellas desenvolverse vicios de los cuales se ignora la fuente? ¿Un niño puede aprender la dulzura con padres que se dejan dominar por las pasiones? Sin hablar de los vicios más palpables, está ahí una serie de observaciones minuciosas que contribuyen para la formación de la moral de nuestros hijos.
Experimentamos en la sociedad los reflejos de las opciones íntimas. O
modificamos las opciones infelices del comportamiento, o reencarnaremos bajo débitos, cara a la suma de las perversidades cuñadas y mantenidas por la invigilancia. No podemos omitirnos a la onda de la promiscuidad, pornografías y corrupción moral. Nada justifica el quedarnos indiferentes e inmovibles delante del acelerado aniquilamiento de los valores cristianos. Rescataremos obligatoriamente a la indiferencia e inercia ante ese escenario preocupante del envilecimiento del sexo.
Existe un divino Código que hace dos mil años vigora en la Tierra; Código que puede transformar el planeta cuando es ejercido entre los hombres. Se trata del evangelio de Jesús. Inspirémonos en él.
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