sábado, 19 de septiembre de 2015

Amelia Boudet esposa de Kardec-Cronología de una relación


LOS ESPÍRITAS Y LA BIBLIA
        Los espíritas no consideran A la Biblia como “la palabra de Dios”, sino como el punto de inicio de la Civilización Cristiana que aún se encuentra en fase de desarrollo en la Tierra. La Biblia representa la Codificación de la I Revelación del ciclo de las revelaciones cristianas. Tras ella viene El Evangelio, que es la Codificación de la II Revelación, hecha por el propio Cristo. Y tras el Evangelio tenemos El Libro de los Espíritus, seguido de los demás libros de la Codificación Espírita.
En la Biblia, que es el Viejo Testamento, codificación de los libros sagrados del Judaísmo, hecha bajo la orientación de Esdras después del exilio de Babilonia, encontramos la revelación del plan de Dios para la Humanidad Terrena. Como parte central de ese plan vemos el anuncio del Mesías, que los judíos esperaban pero que no fueron capaces de reconocer cuando llegó. En el Evangelio, codificación de las enseñanzas de Jesús por los apóstolos y evangelistas, encontramos el anuncio del Espíritu de la Verdad - aquel que restablecería la verdad cristiana en la Tierra y prepararía nuestro planeta para el milenio de luz, o sea, el inicio de una nueva era en que el Reino de Dios vendría entre los hombres. En el Espiritismo tenemos las voces del más allá instaurando el Reino en los corazones y en las conciencias esclarecidas.
Cada uno de esos libros se compone, en verdad, de muchos libros. Y cada una de esas colecciones de libros corresponde a una fase del largo y doloroso proceso de ascenso de los hombres hacia la divinidad. Ni la Biblia, ni los Evangelios, ni la Codificación Espírita merecen ser desconocidos y ninguno de esos códigos puede ser depreciado en su valor histórico, profético y divino por aquellos que realmente comprenden la grandeza del Plan de Dios. No es posible oponer el Evangelio a la Biblia u oponer el Espiritismo al Cristianismo, a menos que encaremos la obra de Dios a través de las lentes deformantes del sectarismo religioso.
La palabra de Dios, como expresión simbólica, no se restringe a ninguno de esos conjuntos de libros en particular, pero impregna a todos ellos. Cuando aprendemos a leerlos según el espíritu que vivifica, y no según la letra que mata - como advirtió el apóstol Pablo – percibimos la armoniosa secuencia que ellos representan, en el desarrollo del Plan de Dios en la Tierra. Todos ellos fueron escritos bajo la inspiración de los poderes superiores del Cielo, cada cuál destinado a una época, a un tipo de civilización, ha un grado específico de evolución espiritual alcanzado por los hombres. La palabra de Dios pasa por todas esas páginas como el fuego entre las zarzas. En las viejas páginas de la Biblia ella arde y quema como el fuego del Sinai, luchando para destruir la ignorancia humana. En las páginas estelares del Evangelio ella brilla como las estrellas, indicando a los hombres el guión del Infinito. En las páginas mediúmnicas de la Codificación Espírita la palabra de Dios se irradia en la Tierra como las luminarias nocturnas, que permiten la lectura comprensiva de los textos anteriores y ahuyentan las tinieblas de la superstición, del misticismo fanático, del sectarismo ciego.
Emmanuel en uno de sus mensajes, comparó a la Biblia con el esfuerzo desesperado de los hombres clamando a los cielos por socorro y el Evangelio como la respuesta del Cielo a los hombres. Pero la Codificación Espírita, como señaló Kardec, es la llave que nos permite comprender esa respuesta en la plenitud de su significado espiritual. Sin la llave del Espiritismo, la Biblia y el Evangelio dan motivos a muchas incomprensiones y divisionismos. Fue por eso que las guerras religiosas ensangrentaron los caminos del Cristianismo y las hogueras fratricidas transformaron en negro humo los divinos preceptos evangélicos. Además, es por eso que los cristianos se matan en nombre de Dios en la propia Europa de nuestros días, incapaces de percibir el crimen hediondo que practican.
De lado a lado los cristianos formalistas, apegados a sus interpretaciones particulares de las escrituras, se dicen apoyados en la palabra de Dios para practicar de nuevo el crimen de Caín. Les falta la llave de luz del Espiritismo, que les daría, por encima de las trincheras arrogantes del sectarismo, la visión global de la Revelación Cristiana que es la revelación de la paternidad universal de Dios, de la fraternidad universal de los hombres y de la inmortalidad universal de las almas. Sin comprender esa trilogía divina, que el Evangelio nos ofrece en sus páginas y la Codificación Espírita esclarece en definitiva, a la luz de la razón y de la fe, jamás seremos cristianos y jamás sabremos definir la palabra salvación.
J. HERCULANO PIRES
Mensaje traducido por Mari Carmen-España
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Curaciones, pérdida de sangre
10. – Entonces, una mujer, enferma hacía doce años, con una pérdida de sangre, – que había sufrido mucho en manos de varios médicos, y que habiendo gastado todos sus bienes, no recibió ningún alivio, al contrario se hallaba cada vez peor, – habiendo oído hablar de Jesús, vino por detrás entre la multitud, y tocó sus vestiduras; porque ella decía: Si sólo pudiere tocar sus vestiduras, estaré curada. – Y en el mismo instante, el flujo de sangre que perdía secó y sintió en su cuerpo que estaba curada de aquella enfermedad.
En el mismo instante conociendo Jesús en sí mismo la virtud que de él había salido, volviéndose hacia el medio de la multitud, dijo: ¿Quién tocó mis vestidos? – Sus discípulos le dijeron: ¿Ved la multitud que os está apretando por todos lados, y preguntáis quién os tocó? – Y miraba todo a su alrededor para ver aquella que lo había tocado. Entonces la mujer, que sabía lo que había acaecido con ella, llena de miedo y de pavor, vino a lanzarse a sus pies, y le declaró toda la verdad. – Y Jesús le dijo: Hija tu fe te ha salvado. Ve en paz y queda libre de tu enfermedad. (San Marcos, Cap. V, v. del 25 al 34).
11. – Estas palabras: “Conociendo en sí mismo la virtud que de él había salido”, son significativas; expresan el movimiento fluídico que se operó de Jesús para la mujer enferma; ambos habían sentido la acción que acababa de producirse. Es notable que el efecto no fue provocado por ningún acto de la voluntad de Jesús; él no hizo ni magnetización ni imposición de las manos. La irradiación fluídica normal bastó para operar la curación. Pero ¿por qué esa irradiación se dirigió a esta mujer, antes que a otros, puesto que Jesús no pensaba en ella, y estaba rodeado por la multitud? La razón de eso es muy simple.
El fluido, administrado como materia terapéutica, debe alcanzar el desorden orgánico para repararlo; puede ser dirigido sobre el mal por voluntad del curador, o atraído por el deseo ardiente, la confianza, en unas palabras, la fe del enfermo. Con relación a la corriente fluídica, el primer hecho tiene el efecto de una bomba compresora y el segundo de una bomba aspirante. A veces, es necesaria la simultaneidad de los dos efectos, otras veces, uno solo basta, fue lo segundo lo que ocurrió en esta circunstancia. Jesús tenía, razón al decir: “tu fe te ha salvado”.
Se comprende aquí que esta fe no es la virtud mística, tal como ciertas personas la entienden, sino una verdadera fuerza atractiva, mientras que quien no la tiene opone a la corriente fluídica una fuerza repulsiva, o al menos una fuerza de inercia, que paraliza la acción. Según esto, se comprende que dos enfermos afligidos por el mismo mal, en presencia de un curador, uno puede ser curado y el otro no. Está ahí uno de los principios más importantes de la mediumnidad curativa que explica, por una causa muy natural, ciertas anomalías aparentes. (Cap. XIV, N° 31, 32, 33).
Allan Kardec
Extraído del libro "La Génesis"
Mari Carmen
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AMELIE GABRIELLE BOUDET, LA AMIGA, LA SOCIA, LA ESPOSA. CRONOLOGÍA DE UNA RELACIÓN.





“Cronología de una Relación”.
1795 - Nació en Thiais, comuna del departamento parisiense de Val-de Marme (parte SE del antiguo departamento del Sena) a los 2 del frimario del año IV, según el calendario republicano francés entonces vigente en Francia y que corresponde al 23 de noviembre de 1795. Hija única de Julien-LouisBoudet, propietario y antiguo notario, hombre por tanto de bien y de Julie-Louise Seigneat de Lacombe, recibió en la pila bautismal el nombre de Amelie Gabriele Boudet. Demostró desde muy temprana edad gran vivacidad y fuerte interés por el estudio, dándole muchas alegrías a sus padres, que, a la par de una fina educación moral, le proporcionaron muchos dotes intelectuales. Después de cursar la escuela primaria, se estableció con su familia en París, ingresando a una escuela normal donde se diplomó como profesora de 1ª clase. Era de baja estatura, ojos pardos y serenos, gentil, graciosa y vivaz en los gestos y las palabras, aliaba a todos estos predicados una sonrisa tierna y bondadosa. Fue una valerosa mujer, que enfrentó al lado de su esposo y sin miedo las tempestades de la crítica, de las campañas difamatorias y de las calumnias, con el coraje inaudito de los fuertes.
Gaby, como Kardec la llamaba en su intimidad, era una mujer delicada pero extremadamente fuerte. Profesora de artes y excelente miniaturista, poseía una buena cultura general y fue el apoyo para Kardec en las grandes luchas enfrentadas contra el poder de las ciencias y del clero católico y protestante. Acompañaba a su esposo en sus viajes para visitar los grupos Espíritas que se formaban en las ciudades de Francia y del extranjero. Tanto así que, León Denis, aún muy joven, guardó en su memoria un cuadro bucólico de la visita de Kardec y Gaby en Tours, el cariñoso gesto de Allan Kardec subiendo en una silla para cortar un racimo de uva y ofrecérselo gentilmente a su esposa. Pero el valor y denuedo de esta mujer se mostró por entero después de la desencarnación de Allan Kardec, cuando fundó la Sociedad para la Preservación y Continuidad de las Obras de Kardec. Gracias a esto, la Sociedad Parisiense de Estudios Espíritas y la Revista Espírita continuaron existiendo.

 1825 – Publicación por parte de Amelia Gabriela Boudet de la obra Cuentos Primaverales.
 1826 – Publica la obra Nociones de Dibujo.
 1826 – Fundación del Instituto Rivail, establecimiento técnico en el cual se enseña física, química, conocimientos generales de anatomía y fisiología y otras materias. El instituto se inauguró gracias al apoyo económico de un tío y el apoyo magisterial de una distinguida señorita de nombre Amelia Gabriela Boudet, Demás está en decir que esta colaboradora de Rivail prestó un eficiente servicio en la buena marcha del Instituto y habiéndose formado una honda compenetración y comprensión anímica entre ella y el fundador del Instituto, posteriormente sería su esposa.
1828 – Publica la obra Lo Esencial en Bellas Artes.
 1832 – Se casa con León Hipolito Denizard Rivail (Allan Kardec), a quien desde la fundación del Instituto Rivail le venía colaborando en el desenvolvimiento de dicho instituto. La señorita Boudet se caracterizaba por ser una gentil pedagoga, egresada de la Escuela Normal de París como profesora de 1ª Clase y llegó a ser profesora de Letras y Bellas Artes. El acta matrimonial se firmó el día 6 de febrero de 1832. Así, de esta manera providencial, la señorita Boudet, vino a ser para el joven pedagogo Rivail un acicate, un estímulo y una compañía excepcional en las labores que les eran comunes.
 1834 – A pesar de todas las previsiones, el Instituto merced a causas financieras, estaba destinado a desaparecer, pues las rentas provenientes de un tío adinerado fallaron, por haberse entregado éste al juego en lujosos lugares de diversión, como Aix-La Chapelle o Aquisgran (Alemanía) y Spa (Bélgica). La pérdida arrastró los ahorros de Rivail y los aportes monetarios de su esposa. Salvaron sólo 45.000 francos para cada socio y por consejo de su esposa, se confió ese dinero a un comerciante, amigo íntimo de la familia, quien para mala suerte de todos, al poco tiempo entró en quiebra.
 1835 a 1840 – Sobrepuestos al duro revés económico, mientras durante el día Allan Kardec se dedicaba a atender la contabilidad de casas comerciales, su esposa colaboraba de alguna forma en la preparación de los cursos gratuitos que habían organizado en su residencia y que funcionaron durante este tiempo.
 1843 a 1848 – Colaboró en los cursos públicos de matemáticas y astronomía que bi-semanalmente su esposo dictó y a los cuales no sólo asistían alumnos, sino también profesores.
1850 – Kardec fundó y dirigió el Liceo Polimático, el cual funcionó hasta este año y como es de suponer no faltó el auxilio eficiente y constante de su dedicada consorte.
 1858 - Lanzado “El Libro de los Espíritus”, meses después, el 1o. de enero de 1858, con el apoyo solamente de su esposa, salió a la luz el primer número de la “Revista Espirita”, periódico que alcanzó más de un siglo de existencia, beneficiando en gran medida al Espiritismo. Además, con una vasta correspondencia epistolar, proveniente de Francia y de otros países, si no fuese por la ayuda de su esposa, sin duda no habría tenido tiempo Allan Kardec para dedicarse a la preparación de los libros de la Codificación y de su revista.
 1865 – Allan Kardec no se olvido de todo lo que hizo su esposa por él y lo registró en la Revista Espírita de 1865 (página 164); al hablar de sus sacrificios en pro del Espiritismo dijo: “mi mujer adhirió completamente a mis intentos y me secundó en mi laboriosa tarea, como hace aún, a través de un trabajo muy por encima de sus fuerzas, sacrificando, sin pesar, los placeres y las distracciones del mundo a los cuales por su posición familiar estaba habituada”.
 1869 – A finales de marzo, el Codificador se quejaba de su salud. En los últimos días de este mes, él sintió más pronunciadamente dolores en la región precordial. Como la gran ilusión del Maestro era la inauguración de la Librería, él, todo compungido le dijo a su esposa:
- Gaby, yo no me siento bien, tengo mucho dolor en el pecho, mas la inauguración de la Librería está prevista para el día 1° de abril. Faltan cinco días para arreglar una inauguración que esté en consonancia con la importancia del acto, en lo que sea posible... Y yo no me siento bien, más el 1° de abril yo tengo que inaugurar la Librería...
 Ella entonces le contestó:
 - Si usted está con ese dolor tan fuerte, podemos dejar esa inauguración para la otra semana, de aquí a unos quince días.
 - Nosotros tendremos en esa inauguración, -dijo él ya reconocido Misionero-, más de cincuenta compañeros que vienen del interior de Francia y de Bélgica. Sintiendo dolor o sin él, yo no los puedo abandonar, yo tengo que ir...
 - Más yo, como su esposa, no pienso que eso deba ser así.
 - Del mismo modo, yo no puedo dejar de tomar en cuenta el dinero que los hermanos gastarán para venir aquí.
 - A pesar de eso, yo aconsejaría a usted aplazar la fecha de la inauguración.
 - Usted me aconseja aplazar la inauguración, más, si yo estuviera peor en el día 1° de abril o que incluso hubiera desencarnado, ¿qué es lo que usted haría por mi si estuviera incapacitado para ir hasta el local de la Librería, ya que la inauguración está prevista para las 10 de la mañana...? No podemos hacer que los otros esperen, esto es también caridad...
 - Ya que su decisión es tan firme, en el caso del acto inaugural y dado el caso que usted empeore...
 - ¿Y en el caso de que yo empeore?
 - De igual manera, si usted empeora o desencarna, yo iré en su lugar...
 El día 31 de marzo, el Maestro desencarnó a consecuencia de un aneurisma. Fue una muerte repentina. Los amigos comenzaron a visitar la casa tan pronto se conoció la noticia... Entonces alguien aventuró la hipótesis:

- ¿Quiere decir, entonces, que debemos aplazar la inauguración?
 - No, mi esposo y yo conversamos sobre esto. Él está en la urna. Mañana es el primer día del velorio, pero a las diez de la mañana yo estaré allá cumpliendo lo que a él le prometí en vida. En nombre de la Doctrina que es el Espiritismo yo lo sustituiré...
 En la mañana siguiente, día 1° de abril, a las ocho de la mañana, doña Gaby despidióse de su esposo y habló con él diciéndole que iría a cumplir su tarea. Pidió le disculpase por ausentarse de la casa y se fue para el local... Demoró unas dos horas y después de entrevistas y conferencias, regresó al lado del cuerpo de su marido.
 Doña Gaby era nueve años mayor que su marido que acababa de morir de sesenta y cinco. Ella también estaba enferma, muy delgada, tenía padecimientos de jaqueca y fue a cumplir con el acto inaugural... Ella demostró así que es posible, incluso delante de la muerte, cumplir con el deber de caridad...
 El señor E. Muller, durante su funeral habló en nombre de la viuda y de sus amigos:
 - “Hablo en nombre de su viuda, -dijo-, de aquella que fue su compañera fiel y feliz durante treinta y siete años de una dicha sin nubes y sin mixturas, de aquella que compartió sus creencias y sus trabajos como de sus vicisitudes y alegrías, de aquella que sólo se enorgullece de la pureza de las costumbres, de la honestidad absoluta y del desinterés sublime de su esposo. Él es quien nos da a todos el ejemplo del valor, de la tolerancia, del perdón de las injurias y del deber cumplido escrupulosamente”.
 Casi inmediatamente después de la muerte de Kardec se llevó a cabo en el seno de la Sociedad Espírita de París, la constitución de la nueva directiva para el periodo 1869 – 1870 y la cual quedó integrada por el señor Malet como Presidente y, el resto, por los señores Levant, Canaguier, Ravan, Desliñes, Delanne y Tailleur.
 En la misma oportunidad y con ocasión de la toma de posesión de la nueva directiva, la viuda, ejemplo de serenidad y resignación cristiana, única propietaria legal y, por lo tanto, en su condición de heredera universal, decidió por devoción a la Doctrina y atendiendo a las posibilidades y según las necesidades del momento, donar anualmente a la Caja General del Espiritismo el excedente de las ganancias provenientes de la venta de las obras Espíritas y de las suscripciones de la Revista e igualmente, de las operaciones de la Librería Espírita.
Estableció ella como condición expresa, que nadie a título de la Comisión Central o de todo carácter, tenga el derecho de inmiscuirse en este negocio comercial y que los recibimientos, sean los que fueren, sean aceptados sin observación alguna, dado que ella pretende administrar todo personalmente y, en consecuencia, se ocupará de determinar la reimpresión de las obras, las publicaciones nuevas, regular a su criterio los emolumentos a sus empleados, realizar los alquileres o gastos futuros que se presenten y, en una palabra, atender a todos los gastos generales; en segundo lugar, dispone que la Revista esté abierta a la publicación de los artículos que la Comisión Central juzgue útiles a la causa del Espiritismo, pero con la condición expresa de ser previamente sancionados por la propietaria y la Comisión de Redacción de la Revista y los mismo sería con todas las publicaciones, cualesquiera que fuesen; y, en tercer lugar, la Caja General del Espiritismo era confiada a un Tesorero, encargado de la gerencia de los fondos bajo la supervisión de la Comisión Central. Hasta que sea el caso de usarlos, esos fondos serán empleados en la adquisición de propiedades inmobiliarias para enfrentar todas las eventualidades. Anualmente, el Tesorero hará una detallada presentación de cuentas de la situación de la Caja, la cual será publicada en la Revista.
 En la sesión del día 6 de abril, la Sociedad Espírita de París fue informada de la resolución tomada por la viuda el Maestro y ella fue objeto de felicitaciones unánimes y se consideró como un ejemplo de desinterés y de fidelidad a la Doctrina en la cual todos estaban empeñados.
 Al no dejar herederos directos, pues no tuvieron hijos, Allan Kardec por testamento le dejó como su legataria universal la “Sociedad para la Continuación de las Obras de Allan Kardec”. Sin embargo, una parienta suya, ya entrada en edad y los hijos de esta, intentaron anular esas disposiciones testamentarias, alegando que ella no estaba en su sano juicio, pero no consiguieron nada, pues las pruebas en contra fueron contundentes.
 1875 – Aparición en la Revista Espírita de una fotografía de la viuda de Kardec con el Espíritu de su marido al lado, quien sostiene en sus manos un mensaje. Este ha podido ser leído por parte de los autores Zéus Wantuill y Francisco Thiesen, quienes con el auxilio de poderosos lentes, mucha paciencia y repetidas tentativas, lograron hacer su lectura. He aquí el contenido de dicho mensaje: “Querida esposa: Proteged a nuestro médium Buguet. Falsos espiritistas lo molestan en este momento. El sólo es verdadero y especialmente hará que se desenvuelva nuestra Doctrina. Leymaire debe ayudarlo. Estoy con todos vosotros. Valor y adiós. 14 de noviembre de 1874. Allan Kardec”.
 Poco tiempo después, el 16 de junio de 1875, se incoaría una acusación por parte del Ministerio Público contra Edouard Buguet, médium, el fotógrafo Firman y el señor P. G. Leymarte, responsable de la Revista, por el hecho de haber sido inculpado de la realización de fraudes con las referidas fotografías.
 La viuda de Allan Kardec tuvo que presentar testimonio como testigo en la causa. Allí fue tratada con todo desprecio sin que la honorabilidad que dan los años fuese respetada. El interrogatorio a que fue sometida fue de la más baja estofa. El juez Mollet preguntó:
 - “¿En que época el señor Rivaill adoptó el nombre de Allan Kardec?
 - Por los años cincuenta.
 - ¿Dónde buscó ese nombre? ¿En un manual de brujería?
 - No se que es lo que el señor pretende decir.
 - Nosotros conocemos los orígenes de los libros de su marido. El se valió sobre todo de un manual de brujería de 1522, de uno intitulado “Alberti”... y de otros.
 - Todos los libros de mi marido fueron escritos por él con la ayuda de los médiums y evocaciones. No conozco ninguno de los libros a que el señor se refiere.
 - Nosotros los conocemos. El nombre de Allan Kardec que su marido adoptó es el nombre de una gran floresta de Bretaña. La señora erigió a su esposo un túmulo en el Peré-Lachaise y en el colocó el nombre de Allan Kardec, ¿está convencida de que él fue tal?
 - Yo creo que no debe mofarse de eso. No es agradable ver reír de tales cosas.
 - Nosotros no estimamos a las personas que se apropian de nombres que no le pertenecen, escritores que pillan de obras antiguas, que se burlan del espíritu público.
 - Todos los literatos usan pseudónimos. Mi marido nada robó.
 - Fue un compilador, no un literato. Un hombre que hizo magia negra o blanca... ¡Quédese sentada!”.
 Este interrogatorio tan soez y tan bajo dio lugar a que la honorable viuda escribiera un protesto con el propósito de ser incluido en las actas del proceso sobre el injusto y desconsiderado interrogatorio a que fue sometida. “Declaro que el señor Presidente de la Séptima Cámara Correccional, -dice el documento-, no me dejó libre para bien desenvolver mi pensamiento, pues en mi interrogatorio introdujo reflexiones extrañas al debate y quiso ridiculizar al señor Rivail, conocido como Allan Kardec, haciendo de él un simple compilador y negando su título de escritor. Protesto enérgicamente contra esta manera de interrogar y solicito ser oída nuevamente, porque es costumbre en Francia respetar a las señoras sobre todo cuando tienen cabellos blancos. No debía interrumpirme y mandarme a sentar, después de haberse divertido con lo que considero inatacable, o sea, el derecho de hacer construir un túmulo para mi compañero de todas las pruebas de la vida, para el esposo entrañable y honrado por hombres del más alto valor”.
 1883 – Desencarna, a las 5 de la mañana del 21 de enero, dulcemente, con una rara lucidez y con aquella graciosa y amable sonrisa que siempre brillo en sus labios, desatándose de los lazos que la unían a la materia. Contaba con 87 años de edad y cuentan quienes la conocieron que aún leía sin necesitar de lentes y escribía correctamente y con letra firme. Conforme su voluntad, el entierro fue simple y espiritualmente realizado, saliendo el féretro de su residencia ubicada en la Avenida Segur, No. 39 hacia la Pere-Lachaise, a 12 kilómetros de allí.
 Una gran multitud de personas, comparecieron el 23 de enero a las exequias junto al Dolmen de Kardec, en el cual los despojos de la extinta fueron inhumados y donde todos los años, hasta su desencarnación, ella comparecía a las solemnidades del 31 de marzo, fecha en la que falleció su esposo.
 Durante el sepelio tomaron la palabra los señores P.G. Leymarie, en nombre de todos los Espíritas y de la “Sociedad para la Continuación de las Obras Espíritas de Allan Kardec”, Charles Fauvety, ilustre escritor y presidente de la “Sociedad Científica de Estudios Psicológicos”, así como representantes de otras instituciones y amigos, como Gabriel Delanne, Cot, Carrier, J. Camille Chaigneau, poeta e escritor, Lecoq, Georges Cochet, Louis Vignon, quien dedicó delicados versos a la querida extinta, el Dr. Josset y la distinguida escritora, la Sra. Sofia Rosen-Dufaure, todos haciendo sobresalir los méritos de aquella digna sucesora de Kardec. Para finalizar, con una oración hecha por el Sr. Warroquier, los presentes se dispersaron en silencio.
 La nota más hermosa de aquel homenaje póstumo fue dado por el Sr. Lecoq. Leyó él, para alegría de todos, una bella comunicación mediumnica de Antonio de Pádua, recibida el 22 de enero, en la cual ese iluminado Espíritu describía la brillante recepción con que elevados Amigos del Espacio, juntamente con Allan Kardec, acogieron a aquel ser bienaventurado.
 En su improvisación, el Sr. P.G. Leymarie recordó, en forma muy breve, apartes de la vida de la finada, de su nobleza de alma, afirmando, entre otras cosas, que la publicación tanto de "El Libro de los Espíritus", como de la "Revista Espirita", se debió en gran parte a la firmeza de ánimo, y a la insistencia, y perseverancia de Madame Amelia Gabriela Boudet.
 El 26 de enero de 1883, el médium parisiense Sr. E. Cordurié recibía espontáneamente un mensaje del Espíritu de Madame Amelia Gabriela Boudet, y después otro, de la autoría de su esposo. Sinceras en la forma, bellas en los conceptos, tenían aún un soplo de inmortalidad y comprobaban que la vida continúa....
 Sin duda, los Espíritas le debemos mucho a Amelia Gabriela Boudet y estamos de acuerdo con lo que acertadamente escribió Samuel Smiles: “Los supremos actos de la mujer, generalmente permanecen ignorados; no salen a luz de la admiración del mundo, porque son hechos en la vida privada, lejos de los ojos del público, por el único amor al bien".
 El nombre de Madame Amelia Gabriela Boudet se proyecta así, con mucha justicia, entre las innumerables mujeres que la historia a registrado como dedicadas y fieles colaboradoras de sus esposos, sin las cuales tal vez ellos no llevasen a buen término sus misiones. Tales fueron, por ejemplo, las valerosas esposas de Lavoisier, de Buckland, de Flaxman, de Huber, de Sir William Hamilton, de Stuart Mill, de Faraday, de Tom Hood, de Sir Napier, de Pestalozzi, de Lutero, y de tantos otros hombres de genio. A todas estas Grandes Mujeres, además de aquellas olvidadas por la Historia, la Humanidad tiene una deuda eterna!
 Extracto de la ponencia presentada en el X Congreso Espiritista Colombiano, realizado en Santafé de Bogotá, el 8, 9 y 10 de abril de 2004
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EVOCACIÓN DE LAS PERSONAS VIVIENTES 
37. La encarnación del Espíritu, ¿es un obstáculo absoluto para su evocación? 
"No, pero es preciso que el estado del cuerpo permita al Espíritu el desprenderse de la materia en este momento. El Espíritu encarnado viene con tanta más facilidad cuanto más elevado es el mundo en que se encuentra, porque los cuerpos son allí menos materiales." 
38. ¿Puede evocarse el Espíritu de una persona viviente? "Sí; puesto que puede evocarse un Espíritu encarnado. El Espíritu de un viviente puede también en sus momentos de libertad presentarse, sin ser evocado; esto depende de su simpatía por las personas con las cuales se comunica." ("Véase número 115", la historia del hombre de la caja de polvo). 
39. ¿En qué estado está el cuerpo de la persona cuyo Espíritu se evoca? "Duerme o dormita; entonces es cuando el Espíritu es libre." - ¿Podría despertarse el cuerpo mientras que el Espíritu está ausente? "No; el Espíritu está obligado a volver a 'entrar en él' ; si en este momento está hablando con vosotros, os deja y algunas veces os dice el motivo." 
40. ¿El Espíritu ausente del cuerpo, ¿cómo es advertido de la necesidad de su presencia? "El Espíritu de un cuerpo viviente nunca está completamente separado; a cualquiera distancia que se transporte, está unido a él por un lazo fluídico que sirve para llamarle cuando es necesario; este lazo no se rompe sino con la muerte." Observación. - Este lazo fluídico ha sido apercibido a menudo por médiums videntes. Es una especie de rastro fosforecente que se pierde en el espacio y en la dirección del cuerpo. Ciertos Espíritus han dicho que en esto se reconocen aquellos que pertenecen al mundo corporal. 
41. ¿Qué sucedería si durante el sueño y en ausencia del Espíritu, el cuerpo fuese herido mortalmente? "El Espíritu sería advertido y volvería a entrar antes que la muerte se consumase." - De este modo, ¿no podría suceder que el cuerpo muriese en la ausencia del Espíritu, y que éste, a su vuelta, no pudiese volver a entrar? "No; esto sería contrario a la ley que rige la unión del alma y del cuerpo." - ¿Pero si fuese el golpe dado súbitamente y de improviso? "El Espíritu sería avisado antes que se diera el golpe mortal." Observación. - Preguntado el Espíritu de un vidente sobre este hecho, respondió: "Si el cuerpo podía morir en ausencia del Espíritu, esto sería un médium muy cómodo de cometer suicidios hipócritas". 
42. ¿El Espíritu de una persona evocada durante el sueño, es tan libre de comunicarse como el de una persona muerta? "No; la materia influye siempre poco o mucho." Observación. - Una persona en este estado a la que se dirigía esta pregunta, contestó: "Estoy siempre encadenado a la bala que arrastro tras de mí". - En este estado, ¿podría ser impedimento al Espíritu para venir, el que estuviese en otra parte? "Sí; puede suceder que el Espíritu esté en paraje que se complaciera en permanecer allí, entonces no viene a la evocación, sobre todo cuando es hecha por alguno que no le interesa." 
43. ¿Es enteramente imposible evocar el Espíritu de una persona despierta? "Aunque difícil, no es absolutamente imposible, por que si la evocación 'llega' , puede suceder que la persona se duerma; pero el Espíritu no puede comunicarse, como Espíritu, sino en los momentos en que su presencia no es necesaria para la actividad inteligente del cuerpo." Observación. - La experiencia nos prueba que la evocación hecha durante el estado de vela puede provocar el sueño, o al menos una absorción vecina del sueño, pero este efecto no puede tener lugar sino por una voluntad muy enérgica y existen lazos de simpatía entre las dos personas; de otro modo la evocación 'no tiene resultado'. En el mismo caso en que la evocación podría provocar el sueño, si el momento es inoportuno, no queriendo dormir, la persona opondrá resistencia, y si sucumbe, su Espíritu estará turbado y responderá difícilmente. Resulta de esto que el momento más favorable para la evocación de una persona viviente es el de su sueño natural, porque siendo libre, su Espíritu puede venir al que le llama de la misma manera que podría ir a otra parte. Cuando la evocación se hace con el consentimiento de la persona y que ésta procura dormirse con este objeto, puede suceder que esta preocupación retarde el sueño y turbe al Espíritu; por esto el sueño no forzado es el preferido. 
44. Una persona viviente evocada, ¿tiene de ello conciencia al despertar? "No; vosotros lo sois más a menudo que creéis, Sólo su Espíritu lo sabe y puede algunas veces dejarle una vaga impresión como de un sueño." - ¿Quién es el que puede evocarnos si somos seres obscuros? "En otras existencias podéis haber sido personas conocidas en este mundo o en otros, y además vuestros parientes y vuestros amigos igualmente en este mundo o en otros. Supongamos que tu Espíritu haya animado el cuerpo del padre de otra persona; pues bien: cuando esta persona evoque a su padre, será tu Espíritu el que será evocado y responderá." 
45. ¿El Espíritu evocado de una persona viviente responde como Espíritu o según las ideas de cuando está despierto? 
"Esto depende de su elevación, pero juzga más sanamente y con menos preocupaciones, absolutamente como los sonámbulos; es un estado parecido a poca diferencia." 
46. ¿Si el Espíritu de un sonámbulo en el estado del sueño magnético fuese evocado, sería más lucido que el de otra persona? "Sin duda respondería con más facilidad porque esta más desprendido; todo depende del grado de independencia del Espíritu y del cuerpo." ¿El Espíritu de un sonámbulo podría responder a una persona que le envocase a distancia, al mismo tiempo que respondería verbalmente a otra persona? "La facultad de comunicarse simultáneamente sobre dos puntos diferentes no pertenece sino a los Espíritus completamente desprendidos de la materia." 
47. ¿Se podrían modificar las ideas de una persona en el estado de vela, obrando sobre su Espíritu durante el sueño? "Sí, algunas veces; el Espíritu no está ya unido a la materia por lazos tan íntimos; por esto es más accesible a las impresiones morales y es tas impresiones pueden influir sobre su manera de ver en el estado ordinario. Desgraciadamente sucede muy a menudo que al despertarse, la naturaleza corporal le conduce a hacerle olvidar las buenas resoluciones que ha podido tomar." 
48. El Espíritu de una persona viviente ¿es libre de decir lo que quiere? "Tiene sus facultades de Espíritus y por consiguiente su libre albedrío, y como tiene más perspicacia, es también más circunspecto que cuando está despierto." 
49. ¿Podría obligarse a una persona, evocándola a decir lo que ella quisiera 
callar? 
"He dicho ya que el Espíritu tiene su libre albedrío, pero puede ser que como Espíritu dé menos importancia a ciertas cosas que en el estado ordinario; su conciencia puede hablar con más libertad. Por lo demás, si no quiere hablar, puede siempre evadirse de las impertinencias marchándose, porque no puede detenerse su Espíritu como se retiene su cuerpo." 
50. ¿El Espíritu de una persona viviente no podría ser obligado por otro Espíritu a venir y hablar del mismo modo que tiene lugar con los Espíritus errantes? "Entre los Espíritus, que estén muertos o vivos, no hay supremacía sino por la superioridad moral, y debéis creer bien que un Espíritu superior jamás prestaría su apoyo a una fea indiscreción." Observación. - Este abuso de confianza sería en efecto una mala acción, pero no podría tener resultado, puesto que no se puede arrancar un secreto que el Espíritu quisiera callar, a menos que, dominado por un sentimiento de justicia, confesase lo que en otras circunstancias callaría. Una persona quiso saber, por este medio, de uno de sus parientes, si el testamento de este último estaba en su favor. El Espíritu contestó: "Sí, mi amada sobrina, y muy pronto tendrás la prueba". En efecto, la cosa era real, pero pocos días después, el pariente destruyó su testamento y tuvo la malicia de hacerlo saber a la persona, sin que supiese que había sido evocado. Un sentimiento instintivo le condu~o, sin duda, a ejecutar la resolución que el Espíritu había tomado según la pregunta que se le había hecho. Hay bajeza en pedir al Espíritu de un muerto o de un vivo, lo que uno no se atrevería a pedir a su persona; y esta bajeza por lo mismo no tiene por compensación el resultado que se promete. 
51. ¿Puede evocarse un Espíritu cuyo cuerpo está aun en el seno de su madre? "No; sabéis bien que en este momento el Espíritu está en una turbación completa." Observación. - La encarnación no tiene lugar definitivamente sino en el momento en que el niño respira; pero desde la concepción el Espíritu designado para animarle, está sobrecogido de una turbación que aumenta cuando se aproxima el nacimiento y le quita la conciencia de sí mismo y por consecuencia la facultad de responder. (Véase Libro de los Espíritus: Vuelta a la vida corporal; unión del alma y del cuerpo, núm. 344). 
52. ¿Un Espíritu mentiroso podría tomar el puesto de una persona viviente que se evocase? "Esto no es dudoso y sucede muy a menudo, sobre todo cuando la intención del evocador no es pura. Por lo demás la evocación de las personas vivientes sólo tiene el interés de un estudio psicológico; conviene abstenerse siempre que no pueda tener un resultado instructivo." Observación. - Si la evocación de los Espíritus errantes no siempre da resultado, para servirnos de su expresión, esto es mucho más trecuente para los que están encarnados; entonces sobre todo es cuando los Espíritus mentirosos toman su puesto." 
53. La evocación de una persona viviente ¿tiene inconvenientes? "Nunca deja de tener peligro; esto depende de la posición de la persona, porque si está enferma puede aumentar sus sufrimientos." 
54. ¿En qué caso la evocación de una persona viviente puede tener más inconvenientes? "Debe abstenerse de evocar a los niños de muy corta edad, a las personas gravemente enfermas, a los ancianos achacosos, en una palabra, puede tener inconvenientes todas las veces que el cuerpo está muy debilitado." Observación. -- La brusca suspensión de las facultades intelectuales durante el estado de vela, podría también ofrecer peligro si la persona se encontraba en este momento en la necesidad de tener toda su presencia de espíritu. 
55. ¿Durante la evocación de una persona viviente, experimenta su cuerpo fatiga por consecuencia del trabajo al que se entrega el Espíritu aunque ausente? Una persona en este estado y que pretendía que su cuerpo se fatigaba, respondió a esta pregunta: "Mi Espíritu es como un globo cautivo atado a un poste; mi cuerpo es el poste que se estremece por las sacudidas del globo." 
56. ¿Puesto que la evocación de las personas vivientes puede tener inconvenientes cuando se hace sin precaución, el daño existe también cuando se evoca a un Espíritu que no se sabe si está encarnado y que podría no encontrarse en condiciones favorables? "No; las circunstancias no son las mismas; no vendrá si no está en disposición de hacerlo. Y, además, ¿no os he dicho que preguntéis antes de hacer una evocación, si podéis hacerla?" 
57. Cuando nosotros experimentamos en los momentos más inoportunos, una irresistible pasión de sueño, ¿dimana de que nos evocan en alguna parte? "Sin duda esto puede tener lugar, pero lo más a menudo es un efecto puramente físico, sea que el cuerpo tenga necesidad de descanso, sea que el Espíritu tenga necesidad de libertad." 
Observación. - Una señora conocida nuestra, médium, tuvo un día la idea de evocar al Espíritu de su nieto que dormía en la misma habitación. La identidad se hizo constar por el lenguaje, las expresiones familiares del niño y por el relato muy exacto de muchas cosas que le habían sucedido en su pensión, pero una circunstancia vino a confirmarlo. De repente la mano de la médium se paró en medio de una frase, sin que fuera posible obtener nada más; en este momento, el niño medio despierto hizo muchos movimientos en la cama; algunos instantes después, volviéndose a dormir, la mano marchó otra vez continuando la conversación interrumpida. La evocación de las personas vivientes, hecha en buenas condiciones, prueba de la manera más patente la acción distinta del Espíritu y del cuerpo y por consiguiente la existencia de un principio inteligente, independiente de la materia. (Véase la "Revista Espiritista" de 1860, págs. 11 y 81, muchos ejemplos notables de evocación de personas vivientes) 
ALLAN KARDEC. EL LIBRO DE LOS MEDIUMS

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