INQUIETUDES ESPÍRITAS
1.- Testimonios del más allá.
2.- Sobre las apariciones espirituales
3.- El Espiritismo es una ciencia humana
4.-Espiritismo: la ciencia del razonamiento
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TESTIMONIOS DEL MÁS ALLÁ
(Decimosexto caso)
Frederico Figner ( hermano Jacob)
EL ESPÍRITU ASISTE A SU PROPIO FUNERAL Y HACE REVELACIONES:
Como Director de la Federación Espiritista Brasileña y espiritista activo, prometí escribir desde el más allá en cuanto llegara. Cuando encarnaba, creía que la muerte era una mera liberación del espíritu y que seguiría a las esferas del juicio desde donde se reencarnaría de nuevo, en caso de que no se trasladara a los Mundos Felices. Pero, según su testimonio, lo que ocurrió después de su desencarnación no fue exactamente así.
Nos dejó una advertencia. "No creas que estás en deuda con la Ley por cumplir pequeños deberes de solidaridad humana".
Cuando todavía estaba enfermo en el mundo espiritual, pidió escribir sobre lo que ocurre después de la muerte. Recibió el permiso, pero se encontró con dificultades de fluidez. Se sintió ofendido cuando se le impidió comunicarse.
El hermano Andrade, su guía espiritual, le ayudó en su desencarnación. Sintió los latidos de dos corazones. Su visión cambió. Se sentía como si estuviera en la niebla mientras recibía los pases. Su conciencia examinaba los éxitos y los fracasos de la vida, buscando justificaciones para mitigar las faltas cometidas.
De repente, se vio por delante de todo lo que había idealizado y logrado en la vida. Las ideas más insignificantes y los actos más pequeños desfilaban a una velocidad vertiginosa. Intentó rezar, pero no tenía coordinación mental. Lloró cuando vio la imagen de su hija Marta aconsejándole que descansara.
NECESITARÍA MÁS TIEMPO PARA LA DESCONEXIÓN TOTAL:
Durante el trance, apoyado por su hija Marta, intentó hablar y moverse, pero los músculos no le obedecían. Se vio a sí mismo por duplicado, con un hilo de plata que lo unía a su cuerpo físico. Necesitaría más tiempo para la desconexión total.
Su capacidad visual mejoró y vio dos figuras junto a su hija Marta: Bezerra de Menezes y su hermano Andrade. Intentó saludarles, pero no pudo levantarse. Todavía estaba apegado a sus pertenencias personales. Necesitaba salir de ese entorno para equilibrarse.
Fue llevado al mar para renovar sus fuerzas. Los dolores desaparecieron. Descansó. Tuvo la sensación de haber rejuvenecido y se dio cuenta de que llevaba ropa inadecuada, con la ilusión de encontrar a alguien encarnado.
De camino a casa, llevaba un traje gris. Una señora encarnada que caminaba hacia ellos pasó sin que nada ocurriera a ambos lados. Se recuperó de la sorpresa y le informaron de que estaban en dimensiones diferentes. En el velatorio, las proyecciones mentales de los presentes le causaron malestar y angustia.
En la estela, Jacob analizó las dificultades y luchas de un "muerto" que no se había preparado. Los comentarios divergentes sobre él le causaron molestias temporales. Todavía estaba conectado al cuerpo. Bezerra aclaró que no es posible liberar al encarnado rápidamente, depende de la vida mental y de los ideales apegados a la vida terrenal.
La conversación. Jacob mejoró y se acercó a los amigos encarnados, pero no al cuerpo, según la orientación que había recibido. Percibió entidades menos simpáticas y se le impidió responder. Le decepcionaron los comentarios de los amigos encarnados sobre los gastos de entierro. No pudo resistir estos dardos mentales.
ENTIERROS MUY CONCURRIDOS:
Vio círculos de luz en uno de los vagones, y percibió oraciones en su favor, y se alegró. Observó desde lejos, porque Bezerra informó que los funerales muy concurridos imponen grandes perturbaciones al alma. Descubrió que los que no han renunciado a los hábitos y sentidos del cuerpo tardan mucho tiempo en desprenderse.
Entre los acompañantes. Finalmente liberado del cuerpo, Jacob visitó su casa y su núcleo de trabajo. Abrazó a sus amigos y se dirigió a la playa para encontrarse con otros espíritus recién desencarnados. Durante el viaje, estaba preocupado porque no recordaba sus vidas pasadas y no sabía dónde iba a vivir. Su hija le aseguró que todo se solucionaría poco a poco.
Minutos después, una respetable señora llegó con algunos benefactores y saludó a todos. Jacob vio una luz que irradiaba de su pecho y sintió envidia. Marta le reprendió. Bezerra dio una conferencia informando que aquellos que no tienen serenidad tendrán dificultades en el camino hacia la colonia espiritual.
¿CÓMO DEBEMOS PARTICIPAR EN UN VELATORIO?
Como se trata de un acontecimiento muy delicado para la persona desencarnada, nos gustaría enumerar algunos comportamientos para todos aquellos que acudan a un velatorio:
- Orar sinceramente en nombre del desencarnado y de su familia, comprendiendo que tarde o temprano llegará nuestra hora y que entonces veremos el gigantesco valor de la oración dirigida a nosotros en situaciones como la desencarnación;
- Esfuércese por no recordar episodios desafortunados que involucren a la persona desencarnada, comprendiendo que cada pensamiento tiene una alta repercusión espiritual;
- Esté siempre disponible para la llamada "asistencia fraterna" con los hermanos presentes, pero no olvide que el velatorio no es una situación adecuada para debates de carácter filosófico-religioso;
- Respetar la religión de todos los presentes y los cultos correspondientes a estas creencias, procurando contribuir eficazmente a la psicosfera de solidaridad del entorno aunque sea en silencio;
- No pierda el foco del objetivo principal de la presencia en el velorio, que es la asistencia espiritual al desencarnado y a los familiares, así como a los espíritus desencarnados que están en el lugar y necesitan ayuda a través de la oración para contribuir a la desconexión del desencarnado;
- Si se nos invita a decir una oración o unas palabras de homenaje a los desencarnados, procuremos que sean siempre breves, objetivas y optimistas, evitando cualquier imagen negativa que puedan sugerir nuestras palabras en relación con los hermanos presentes, ya sean encarnados o desencarnados;
- Aprovecha la ocasión para reflexionar sobre la impermanencia de todas las situaciones materiales de la vida física, reforzando nuestro deseo de amar y servir durante el tiempo que aún nos queda en el cuerpo físico.
LOS ESPÍRITUS NO SE QUEDAN EN LAS TUMBAS:
Como es sabido, visitar las tumbas sólo expresa que recordamos al ser querido ausente. Pero lo que realmente importa no es el lugar, los objetos, las flores y las velas. Lo que importa es la intención, el recuerdo sincero, el amor y la oración. Las tumbas suntuosas no importan y no hacen ninguna diferencia para los que parten.
En el programa Debate en Río, que presento en Radio Río de Janeiro, un oyente preguntó dónde podía rezar el 2 de noviembre por el alma de un amigo que fue incinerado y las cenizas arrojadas al mar. Le contesté que podía rezar desde la cama del hospital, en un templo religioso, en su casa o en la cárcel, porque no es necesario ir al cementerio para rezar por el difunto. Los espíritus desencarnados no permanecen en las tumbas unidas a los restos mortales. Siguen viviendo cerca de nosotros o en las Colonias Espirituales, como la de "Nuestro Hogar", mostrada en una película.
Por tanto, podemos rezar por los espíritus, estemos donde estemos. El lugar no importa, siempre que la oración sea sincera.
Del mismo modo que llamamos por teléfono móvil a alguien que vive en otro país, también podemos rezar desde cualquier lugar a los seres queridos que viven en la patria espiritual, utilizando el "teléfono móvil" del pensamiento. Cuando rezamos, la fuerza del pensamiento emite un hilo luminoso impulsado por el sentimiento de amor, yendo al encuentro del espíritu por el que rezamos las bendiciones de Dios.
Pero lo que importa es que recemos sinceramente en su beneficio. Al fin y al cabo, si nuestros familiares y amigos ya son felices, nuestras oraciones aumentarán aún más su felicidad. Por otro lado, si están sufriendo, como los espíritus de los que se han suicidado, nuestras oraciones tienen el poder de aliviar su gran sufrimiento.
Esto sucede cuando rezamos; la fuerza de nuestro pensamiento emite un hilo luminoso impulsado por el sentimiento de amor, que sigue hacia el espíritu por el que rezamos las bendiciones de Dios.
HABLAR CON EL DESENCARNADO A TRAVÉS DE LA ORACIÓN:
Cuando sentimos nostalgia por familiares o amigos que viven lejos de nosotros, simplemente los llamamos, saciando así nuestra nostalgia. También ocurre cuando echamos de menos a nuestros seres queridos que han partido al mundo espiritual, y hablamos con ellos a través de la oración. Para ello, utilizamos el "móvil" de nuestro pensamiento, porque cuando rezamos, emitimos un hilo luminoso que es impulsado por el sentimiento de amor, que va hacia esos espíritus que seguimos amando y que nos siguen amando. A través del "teléfono móvil" de nuestro pensamiento, podemos llamarlos desde cualquier lugar en el que nos encontremos.
. Spirit / Frederico Figner - Hermano Jacob.
. Médium / Chico Xavier.
. Investigación/ Luiz Pimenta.
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SOBRE LAS APARICIONES ESPIRITUALES
( foto real )
Las apariciones propiamente dichas tienen lugar en estado de vigilia, y cuando uno goza de plena y entera libertad de sus facultades. Generalmente se presentan bajo una forma vaporosa y diáfana, algunas veces vaga e indecisa; a menudo es en el primer momento una luz blanquecina cuyos contornos se dibujan poco a poco. Otras veces las formas son acentuadas con claridad y se distinguen las menores trazos del rostro, al punto de poder hacer de ellas una descripción muy precisa. Los ademanes y el aspecto son parecidos a los del Espíritu cuando vivía.
Pudiendo tomar todas las apariencias, el Espíritu se presenta bajo aquella que mejor puede hacerle conocer si tal es su deseo.
De este modo, aun cuando el Espíritu no tenga ningún defecto corporal, se manifestará estropeado, cojo, jorobado, herido, con cicatrices, si esto es necesario para justificar su identidad. Esopo,por ejemplo, como Espíritu no es deforme; pero si se le evoca, aunque Esopo hubiera tenido después muchas existencias aparecerá feo y jorobado, con el traje tradicional. Una cosa notable es que a menos de circunstancias particulares, las partes menos dibujadas son los miembros inferiores; mientras que la cabeza, el tronco, los brazos y las manos, se presentan siempre claramente.
Tampoco casi nunca se les ve andar, sino deslizarse como sombras.
En cuanto al traje, ordinariamente se compone de un ropaje terminando en largos pliegues flotantes; la apariencia de los Espíritus que no han conservado nada de las cosas terrestres, es al menos con una cabellera ondulante y graciosa; pero los Espíritus vulgares, aquellos que se han conocido, tienen generalmente el traje que tenían en el último periodo de su existencia. Muchas veces tienen atributos característicos de su elevación, como una aureola o alas para aquellos que puedan considerarse como ángeles mientras que otros llevan los que recuerdan sus ocupaciones terrestres; de este modo un guerrero podrá aparecerse con su
armadura, un sabio con sus libros, un asesino con un puñal, etc.
Los Espíritus superiores tienen una figura bella, noble y serena; los más inferiores tienen algo de feroz y bestial, y algunas veces llevan aún las señales de los crímenes que han cometido o de los suplicios que han sufrido. La cuestión del traje y de todos estos objetos accesorios puede que sea la que más admira; volveremos a ella en un capítulo especial, porque tiene relación con otros hechos más importantes.
103. Hemos dicho que la aparición tiene algo de vaporoso; en ciertos casos se podría compararla a la imagen reflejada en un espejo sin alinde, y que a pesar de su limpieza no impide ver al través los objetos que están por detrás. Así, es generalmente, como los distinguen los médiums videntes; los ven ir y venir, entrar y salir de una habitación, circular entre los grupos de los vivos, teniendo el aire, al menos por lo que respecta a los Espíritus
vulgares, de tomar una parte activa en todo lo que se hace alrededor de ellos, de interesarse y escuchar lo que se dice. Frecuentemente se les ve acercarse a una persona, sugerirle ideas, influirla, consolarla si son buenos, ridiculizarla si son malignos, mostrarse tristes o contentos de los resultados que obtienen; sucede, en una palabra, lo mismo que en el mundo corporal. Tal es el mundo oculto que nos rodea, en medio del cual vivimos sin que lo
apercibamos, así como vivimos sin tampoco apercibirlo en medio de las miríadas del mundo microscópico. El microscopio nos ha revelado el mundo de lo infinitamente pequeño que no
sospechábamos; el Espiritismo, ayudado por los médiums, nos ha revelado el mundo de los Espíritus, que es también una de las fuerzas activas de la Naturaleza. Con ayuda de los médiums videntes hemos podido estudiar el mundo invisible, iniciarnos en sus costumbres, como un pueblo de ciegos podría estudiar el mundo visible, ayudado de algunos hombres que gozasen de la vista. (Véase el capítulo XIV, De los médiums el artículo concerniente a los médiums videntes).
104. El Espíritu que quiere o puede aparecer, reviste algunas veces una forma más clara todavía, teniendo todas las apariencias de un cuerpo sólido, hasta el punto de producir una ilusión completa y hacer creer que se tiene delante de sí un ser corporal.
En algunos casos, en fin, y bajo el imperio de ciertas circunstancias, la tangibilidad puede venir a ser real, esto es, que se puede tocar, palpar, sentir la misma resistencia, el mismo calor que de parte de un cuerpo vivo, lo que no impide el desvanecerse con la rapidez del rayo. Entonces ya no es por los ojos como se hace constar la presencia, sino por el tacto. Si se podía atribuir a la ilusión o a una especie de fascinación la aparición simplemente visual, la duda no puede tener lugar cuando se puede cogerla, palparla, y más aún cuando ella misma os coge y os estrecha. Los hechos de apariciones tangibles son los más raros; pero los que se han verificado en estos últimos tiempos por la influencia de médiums poderosos y que tienen toda la autenticidad de testigos irrecusables, prueban y explican lo que la historia confirma en lo referente a personas que se han mostrado después de su muerte con todas las apariencias de la realidad. Por los demás, como lo hemos dicho, por extraordinarios que sean semejantes fenómenos, todo lo maravilloso desaparece cuando se conoce la manera como
se producen, y se comprende que, lejos de ser una derogación de las leyes de la naturaleza, no son otra cosa que una nueva aplicación de las mismas.
105. Por su naturaleza y en su estado normal el periespíritu es invisible, así como hay una porción de fluidos que sabemos que existen y que, sin embargo, no hemos visto jamás; pero pueden también, lo mismo que ciertos fluidos, sufrir modificaciones que le hagan perceptible a la vista, ya sea por una especie de condensación, ya por un cambio en la disposición molecular; entonces nos aparece bajo una forma vaporosa. La condensación (no es necesario tomar esta palabra a letra; sólo la empleamos a falta de otra y a título de comparación), la condensación, decimos, puede ser tal que el periespíritu adquiere las propiedades de un cuerpo sólido y tangible; pero puede instantáneamente volver a tomar su estado etéreo e invisible. Podemos darnos cuenta de este efecto por el del vapor, que puede pasar de la invisibilidad al estado nebuloso, luego líquido, luego sólido y viceversa. Estos diferentes estados del periespíritu son el resultado de la voluntad del Espíritu y no de una causa física exterior como en nuestros gases. Cuando nos aparece, es porque pone su periespíritu en el estado necesario para hacerle visible; para esto su voluntad no basta, porque la modificación del periespíritu se opera por su combinación con el fluido propio del médium; pero esta combinación no es siempre posible, lo que explica por que la visibilidad de los Espíritus no es
general. Así, no basta que el Espíritu quiera mostrarse; no basta tampoco que una persona quiera verle; es preciso que los dos fluidos puedan combinarse, que haya entre ellos una especie de afinidad; puede ser también que la emisión del fluido de la persona sea bastante abundante para operar la transformación del periespíritu y probablemente otras condiciones que nos son desconocidas; por fin es menester que el Espíritu tenga el permiso de hacerse ver a tal persona, lo cual no siempre se le concede o sólo se le permite en ciertas circunstancias, por motivos que no podemos apreciar.
EL LIBRO DE LOS MÉDIUMS. ALLAN KARDEC
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El Espiritismo es una ciencia humana
Jaci Regis
Recibido a través del Canal de CEPA
Traducción: Pura Argelich
En la Introducción de la Revista Espirita, inaugural, de enero de 1858, Allan Kardec escribió:
“Tal vez nos objeten la calificación de ciencia que damos al Espiritismo. Él no podría, sin duda, en algunos casos, tener los caracteres de una ciencia exacta, y ahí está, precisamente, el error de aquellos que pretenden juzgarlo y experimentarlo como un análisis químico, como un problema matemático: ya es mucho que tenga lo de una ciencia filosófica.
Toda ciencia debe estar basada sobre hechos; pero sólo los hechos en sí no constituyen la ciencia; la ciencia nace de la coordinación y de la deducción lógica de los hechos: es el conjunto de leyes que los rigen ¿El Espiritismo llegó al estado de ciencia? Si se trata de una ciencia perfecta, sin duda, sería prematuro responder afirmativamente; pero las observaciones son, desde hoy, bastante numerosas como para poder, por lo menos, deducir los principios generales, y es ahí donde comienza la ciencia”.
Siempre se cuestionó lo que Allan Kardec quería decir como “ciencia filosófica”. Por el desarrollo de la cultura se puede admitir, sin miedo a equivocarse, que “ciencia filosófica” es, en verdad, lo que se convino en llamar de “ciencias humanas”, ramas del conocimiento, de investigación dirigidas hacia la persona humana, con parámetros y métodos propios, paralelamente a las ciencias físicas, a las ciencias duras, exactas.
Por lo tanto al llamar el Espiritismo de Ciencia del Alma, proponiendo que sea configurado en las bases de una ciencia humana específica y especial, estamos acompañando el pensamiento del fundador del Espiritismo.
Entonces, el Espiritismo es una ciencia del alma, una ciencia humana cuyo objeto es explicar el ser humano como un alma, su estructura, su actuación y su evolución.
Con ese carácter puede desarrollar un espíritu crítico y explorar la realidad esencial del ser humano dentro de la ley natural, de la naturalidad de los procesos evolutivos, a través de la reencarnación, como un alma atemporal, inmortal y en crecimiento.
Adaptación: Oswaldo E. Porras Dorta
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ESPIRITISMO: LA CIENCIA DEL RAZONAMIENTO
El Espiritismo, en su aspecto de Ciencia del ser inmortal, siempre impone una conducta compatible con su estructura doctrinaria: dejar a la investigación científica la palabra, cuando se trate de cuestiones que le digan al respecto de acatar esas conclusiones, hasta que otras mejores o más bien fundamentadas vengan a substituirlas..
No opina, excepto cuando puede demostrarlo por medio de la experiencia de laboratorio, aunque éste sea el mediúmnico.
De otra forma, el Espiritismo no tiene prisa para incorporar en su campo de informaciones, novedades o incoherencias que puedan ser consideradas complementos o desdoblamientos de sus tesis, o bien actualización de sus enseñanzas, en forma de connivencia con todo lo que necesita comprobación y resistencia al tiempo en sus conquistas continuas.
Se vive un momento cultural en la Tierra, en el cual, surgen y desaparecen novedades ante el claro sol del conocimiento científico.
Mitos, ídolos y supersticiones aparentemente bien estructurados, son destrozados a cada instante, en el esfuerzo que el hombre realiza para equilibrarse y sostenerse en realidades que no le defrauden.
Por esto, es factible una postura de observación tranquila por parte del adepto del Espiritismo, al respecto de informes y narraciones rotulados de verdaderos por quienes se presentan como testigos de los mismos.
No es que se deba dudar de todas las criaturas, sino que es necesario tener criterio de evaluación razonable al respecto de todo, sin los arrobos de la emoción.
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El conocimiento libera al hombre de la ignorancia, estructurándole emocional y psíquicamente, armándole de valores éticos para una existencia digna.
Por eso, una creencia que no resista el cuestionar de la ciencia, es errónea, manteniéndose por poco tiempo, ya que, por falta de fundamentos, se desmorona por si misma..
La razón es la conductora del pensamiento que se debe apoyar en la ciencia para conquistar y conducir la existencia humana a su verdadero desiderátum, sin comprometerse con teorías absurdas y concepciones fantasiosas, imaginativas.
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