viernes, 6 de septiembre de 2019

Una vivencia personal

  
    INQUIETUDES  ESPÍRITAS

1.- El aborto en la visión espírita. Consideraciones doctrinarias  (2)
2.-Vibraciones y atracciones
3.- Momentos de reflexión: Jesús y la tolerancia
4.- Una vivencia personal
5.- El hombre, Ser completo: Material y Espritual




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   EL ABORTO EN LA VISIÓN ESPÍRITA 
CONSIDERACIONES DOCTRINARIAS  (2)

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( Viene de la publicación anterior)




                                 El Derecho de la Mujer
Se invoca el derecho de la mujer sobre su propio cuerpo como argumento para la descriminalización del aborto, entendiendo que el hijo es propiedad de la madre, no tiene identidad propia y es ella quien decide si debe vivir o morir. 
No hay duda en cuanto al derecho de elección de la mujer, de ser o no ser madre. Ese derecho lo ejerce con todos los recursos que los avances de la ciencia le han proporcionado, antes de la concepción, cuando pasa a existir también el derecho del otro ser, que es el recién nacido, el derecho a la vida, que se sobrepone al otro.
Estudios científicos recientes demuestran que ya se sabía hace mucho tiempo: el feto es una personalidad independiente que solo se hospeda en el organismo materno. El embrión es un ser tan distinto de la madre que, para mantenerse vivo dentro del útero, necesita emitir sustancias apropiadas por el organismo de la hospedera, con el objetivo de expulsarlas como un cuerpo extraño.

Consecuencias del Aborto

Después del abortamiento, aun cuando cubierto por la legislación humana, el Espíritu rechazado puede volverse contra la madre y todos aquellos que se involucraron en la interrupción del embarazo. Por eso dice Emmanuel ( Vida y Sexo, psicografía de Francisco C.Xavier, cáp 17:
"Admitamos que sea suficiente una breve meditación en torno al aborto delictuoso, para reconocernos en él como uno de los forjadores de las molestias de etiología oscura y de las obsesiones catalogables en la patología de la mente, ocupando vastos departamentos de hospitales y prisiones".
Mujer y hombre complicados en las ocurrencias del aborto criminal, desajustan las energías psicosomáticas con intenso desequilibrio, sobre todo, en el centro genésico, implantando en los tejidos de la propia alma la sementera de los males que surgirán a tiempo cierto, lo que ocurre no solo porque el remordimiento les atormenta, sino porque también asimilan, inevitablemente,las vibraciones de angustia y desespero, de revuelta y venganza de los Espíritus que la ley les reservaba como hijos.
Por eso se comprenden  las patologías que podrán emerger en el cuerpo físico, especialmente en el área reproductora, como desaguar las energías periespirituales desectructuradas, invitando al protagonista del aborto a re-armonizarse con la propia conciencia.

En el Reajuste

Ante la caída moral por la práctica del aborto no se busca condenar a nadie. Lo que se pretende es evitar la ejecución de un grave error, de consecuencias nefastas, tanto individual como socialmente, como también su legalización. Como aseveró Jesús: "Yo tampoco te condeno; ve y no vuelvas a pecar". (Juan, 8:11)
La propuesta de recuperación y reajuste que el Espiritismo ofrece es la de abandonar el culto al remordimiento inmovilizador, la culpa autodestructiva y la ilusoria búsqueda de amparo en la legislación humana, procurando la reparación mediante la re-elaboración del contenido traumático y un nuevo direccionamiento en la dirección comportamental, lo que promoverá la liberación de la conciencia a través del trabajo en el bien, en la práctica de la caridad y de la dedicación al prójimo necesitado, capaces de edificar la vida en todas sus dimensiones.
Proteger  y dignificar la vida, sea del embrión, sea de la mujer, es compromiso de todos los que despertaron para la comprensión mayor de la existencia del ser.
Actuando así. se evitan todas las consecuencias infelices que el aborto desencadena, incluso si está cubierto por una legalización ilusoria. "El amor cubre multitud de pecados", nos enseña el apóstol Pedro ( I Epístola, 4:8)

El Derecho a la Vida

El derecho a la vida es amplio, irrestingible, sagrado en si mismo y consagrado mundialmente. 
  El ser humano,como sujeto de derecho en el ordenamiento jurídico, existe desde su concepción, aun en el vientre materno. Esta afirmación es válida porque la ciencia y la práctica médica, hoy, no tienen duda alguna de que la criatura existe desde que es fecundado el óvulo por el espermatozoide, iniciándose desde ahí su desarrollo físico.
     Surge aquí una conclusión: la de que la determinación de respeto a los derechos del nascituro, acentúa la necesidad legal, ética y moral de que exista una mayor y casi absoluta limitación a la práctica del aborto. Solamente hay una exención: cuando sea real, efectivamente, el riesgo para la vida de la gestante.
Esa limitación casi absoluta de la permisibilidad de abortamiento, con exclusión de la responsabilidad tan solamente en el caso de riesgo de vida para la gestante, aleja, moralmente, la posibilidad de abortamiento por estupro (constreñimiento de la mujer a la conjunción carnal, mediante violencia o amenaza). Analizando esto a la luz de la razón y dejando de lado, por ahora, las reflexiones del acto, en la gestante, se estaría ejecutando la auténtica pena de muerte en un ser inocente, condenado sin haber practicado ningún crimen- lo que es peor y más cruel-, sin que le le diese el derecho a defenderse, derecho ese conferido legalmente y con justicia a aquellos acusados de los crímenes más hediondos. 
Con la práctica abortiva por este motivo, además de impedir al destinatario del derecho a la vida, el poder ejercerlo, se penalizan a dos víctimas: la madre que se someterá al abortamiento, cuya práctica puede generar consecuencias físicas indeseables, además de las de orden psicológico, y el hijo, cuya vida es interrumpida, mientras que el agresor, muchas veces queda impune.
 Ante esa situación, debe ser preservada la vida de la criatura como una dádiva divina que es, a pesar de las circunstancias que rodearon su concepción. Si con todo la madre no se siente con fuerza psicológica para aceptar un hijo resultante de un acto sexual indeseado, la actitud que parece más correcta y justa es que se promueva su adopción por otros, ofreciéndosele un hogar en donde pueda ser criado y educado; en cuanto se desarrolla el trabajo para reequilibrar a la madre, con la superación (aunque lenta y dolorosa, pero saludable para su crecimiento moral, social y espiritual), de los efectos nocivos del crimen de que fue víctima. No será, evidentemente, el sacrificio de un ser sin culpa, que se enfrenta con la vida, que resolverá eventuales traumas de infeliz madre, sin hablar de la posibilidad de sufrir ella las consecuencias físicas y psicológicas ya referidas, además del reflejo negativo de naturaleza espiritual.
Hay necesidad urgente de que se tenga conciencia del crimen que se practica cuando se interrumpe el curso de la vida de un ser. No importa si este curso está en su fase inicial. No se puede conscientemente, cubrirlo con el manto cuestionable de "legalidad".
Cabe a cada uno de nosotros, amar la vida y dignificarla, tanto cuanto cabe a los hombres públicos y principalmente, a los legisladores y gobernantes crear las condiciones necesarias para que el respeto a la vida y a los derechos humanos (inclusive los del nascituro), la solidaridad y la ayuda recíproca sean no solo los enunciados, sino practicados efectivamente, ciertos todos de que independientemente de la convicción religiosa o doctrinaria de cada uno, no hay duda de que somos seres creados por Dios, cuyas Leyes, entre ellas la mayor, la Ley del Amor, rigen nuestros destinos.
Se espera que como resultado de esta alerta que el cuadro social sugiere, pueda ser vislumbrada la gravedad contenida en las leyes vigentes. Es urgente y necesario que todas las conciencias responsables visualicen, comprendan y valoren el centro del problema en cuestión- el derecho a la vida- sumándose, en consecuencia, a aquellos tantos, que en todos los segmentos de la sociedad, lo defienden intrasigentemente.
El análisis y las conclusiones aquí expuestas, como consecuencia lógica del pensamiento espírita-cristiano sobre el aborto, representan la contribución a la ética, la moral y el derecho del ser humano a la vida. No hay, en el contexto de este mensaje, la pretensión de que quienes lo lean acepten los principios del Espiritismo. Espero confiadamente que haya mayor reflexión sobre tan importante asunto, sobre todo ante la observación de que conquistas científicas y médicas actuales, están comprobando de forma irrefutable la existencia desde la concepción de un ser  con derecho a la vida, ofreciendo esclarecimientos y razones que orientan para que se evite cualquier acción,cuyo significado lleve a la agresión a la vida del ser en formación en el útero materno. Nos podemos figurar la suma importancia de toda manifestación de repudio a los propósitos de permisividad creciente en el tema del aborto. Ese es el objetivo de este mensaje.
En cuanto a nosotros, los hombres, ciudadanos y gobernantes, debemos aprender a demostrar amor sincero y acogimiento digno a los seres que de forma inocente y pura, buscan integrar el cuadro social de la Humanidad, construyendo, con este gesto de amor, desde el inicio, las bases de una relación realmente fraternal, la creación de un ambiente de paz y solidaridad tan ansiosamente esperado en nuestro mundo,
No es posible, como se pretende, que niños, jóvenes y adultos, no sean agresivos, si nosotros los enseñamos con nuestro comportamiento, desde el inicio, y hasta legalmente, a ser tratados con tanto desamor y  violencia.

Revista Reformador, Nº 2051


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          VIBRACIONES Y ATRACCIONES

Sabemos que todo vibra e irradia en el Universo, porque todo es vida, fuerza, luz. La Naturaleza, en sus menores átomos, está penetrada de una energía infinita, manantial de todos los fenómenos. Así también, cada espíritu libre o encarnado tiene, según su estado de adelanto y de pureza, una radiación cada vez más intensa, más rápida, más luminosa.
La ley de las atracciones y de las correspondencias rige todas las cosas;las vibraciones, al atraer vibraciones similares, aproximan y unen los corazones, las almas, los pensamientos.
Nuestras codicias, nuestros malos deseos, crean en torno nuestro una atmósfera fluídica malsana,favorable a la acción de las influencias del mismo orden, mientras que las aspiraciones elevadas atraen las vibraciones poderosas, las radiaciones de las esferas superiores.

Tal es el principio de la evolución; el ser posee la facultad de acumular las fuerzas misteriosas de la Naturaleza para elevarse con su auxilio y remontarse, de grado en grado, hacia la causa de las causas, hacia la fuente inagotable origen de toda vida.

La escala ascensional comprende planos sucesivos y superpuestos; en cada uno de ellos los seres están dotados del mismo estado vibratorio; de medios de percepción análogos que les permiten reconocerse unos a otros, en tanto que continúan invisibles, y aun mucha veces incognoscibles para ellos, los seres de los planos superiores, a consecuencia de su estado vibratorio más rápido, y de sus condiciones de vida más sutiles y más perfectas. Esto es lo que sucede entre los espiritus según sus diferentes grados de purificación, y lo mismo entre nosotros respecto a ellos. Pero, asi como se puede ensanchar el campo de la visión humana con ayuda de los instrumentos de óptica, asimismo se puede aumentar o disminuir el número de vibraciones hasta conseguir un estado intermedio, en que los modos de existencia de dos planos distintos se combinen y entren en relación.

Para comunicar con nosotros, el espíritu tiene que disminuir la intensidad de sus vibraciones y activar, al mismo tiempo, las nuestras. El hombre puede ayudarse con su voluntad; el punto que debe alcanzarse constituye para él el estado de mediumnidad. 

Sabemos que la mediumnidad, en la mayor parte de aplicaciones, es la propiedad que poseen ciertas personas de exteriorizarse a diversos grados, de desprenderse de su envoltura carnal, y de dar mayor amplitud a sus vibraciones psiquicas. Por su parte, el espiritu a quien la muerte ha libertado se envuelve en materia sutil y amortigua sus propias radiaciones para ponerse al unísono con el médium.

Aqui son necesarias cifras explicativas. Admitamos, a ejemplo de algunos sabios, que las vibraciones normales del cerebro humano sean en número 1.000 por segundo. En el estado de trance o desprendimiento, la envoltura fluídica del médium vibra con mayor energia y sus radiaciones llegan a la cifra de 1.500 por segundo. Si el espiritu, libre en el espacio, vibra al mismo tiempo bajo la influencia de 2.000 vibraciones, le será posible, mediante una materialización parcial, rebajar este número a 1.500. Desde entonces, los dos organismos vibran simpáticamente y pueden establecerse relaciones; el mensaje del espiritu será percibido y transmitido por el médium en estado de trance. 

Esta armonización de las ondas vibratorias es la que da, a veces, al fenómeno de las incorporaciones tanta precisión y limpieza. En los demás estados de mediumnidad, el pensamiento del espíritu podrá comunicarse, igualmente, por medio de vibraciones correspondientes, aunque menos intensas que las vibraciones iniciales, asi como una nota se repite de octava en octava, desde la clave más alta de la vibración armónica hasta la más baja.

LEÓN DENIS

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Momentos de Reflexión



Jesús y la tolerancia


En términos de psicología profunda, la cuestión del juicio de las faltas ajenas constituye una grave infracción de deshumanizad en relación a aquel que se equivoca.

El problema del pecado pertenece a quien lo practica, que se encuentra, a partir de ahí, inmerso en un doloroso proceso de auto-flagelación, buscando inconscientemente, librarse de la falta que le pesa como culpa en la economía de la conciencia.

La culpa es sombra perturbadora en la personalidad, responsable de enfermedades desapacibles, causantes de desgracias de variado orden. Esculpida en los paneles profundos de la individualidad, programa, por automatismos, los procesos reparadores para sí mismos. Toda contribución de impiedad, mediante los juicios arbitrarios, genera, a su vez, mecanismos de futura aflicción para el acusador. Juzgando las acciones que considera incorrectas de su prójimo, realiza un fenómeno de proyección de su sombra en forma de auto-justificación, que no consigue liberarlo del impositivo de sus propias acciones.

La tolerancia, en razón de eso, a todos se impone como terapia personal y fraternal, comprendiendo las dificultades del caído, en cuanto que le tiende manos generosas para resurgir.

En la acusación de juicio de los errores ajenos, suministramos propósitos ocultos de venganza-placer al constatar la flaqueza de los otros individuos, que siempre merecen la misericordia que todos esperamos encontrar en circunstancias y equivalentes.
Jesús siempre fue severo en la educación de los juzgadores de la conducta ajena. 

Ciertamente, hay tribunales y autoridades acreditadas para el ministerio de saneamiento moral de la sociedad, encargadas de los procesos que envuelven a los delincuentes.

Y los juzgan, estableciendo los instrumentos reeducativos, nunca punitivos, puesto que, incidirían en errores idénticos, sino, más graves. 

El juicio personal, que ignora las causas generadoras de los problemas, demuestra el primitivismo personal del hombre, todavía “lobo” de su hermano. El Maestro estableció la perfecta imagen del hombre que tiene una viga dificultándole la visión, y no ve la paja en el ojo de su prójimo.La propuesta es rigurosa, portadora de claridad evidente, que no concede pauta para cualquier fuga de responsabilidad. Él mismo, delante de la multitud afligida, equivocada, perversa, insana, en vez de juzgar, “se llenó de compasión” y la ayudó. Naturalmente no solucionó todos los problemas, ni atendió a todos, como ellos deseaban. A pesar de todo, compadecido, los amó, envolviéndoles en ternura, enseñándoles las técnicas de liberación para la paz perfecta.



Pensamiento Ten compasión de quien cae. Su perfección será su juicio.

Ayuda a aquel que hace caer. Su franqueza ya le constituye su castigo. 
Tolera al infractor. Como él, en tu futuro tal vez no tendrás fuerzas para proseguir por el bien.


Mensaje traducido  por el GRUPO EL AMOR EN ACCIÓN-ESPAÑA





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          UNA VIVENCIA PERSONAL    


    En primer lugar un saludo y un buen deseo para todos.   Os quiero contar como llegué a tener conocimiento de la Doctrina Espírita y qué es el Espiritismo, palabra que muchas personas confunden su significado. Yo misma no había oído hablar mucho de ella.

    Hace algún tiempo, en este lugar donde vivo, se que mucha gente hacía Espiritismo sin ninguna preparación y mal encaminado. Eso me daba miedo. A mi no se me pasaba por la cabeza asistir a estas cosas porque me daba, como ya he dicho, mucho respeto. Aunque no obstante, siempre me llamaba mucho la atención leer cosas relacionadas con estos temas, con todo lo oculto, porque pienso que es bueno aprender para después saber lo que significan tantas cosas que nos pasan y no tenemos explicación. Bueno, os cuento:

Un buen día y en buena hora oí hablar que habían abierto una tienda esotérica en mi pueblo y allí me acerqué. Se lo conté a mi prima hermana y fuimos juntas. Nos gustaba mucho por cómo estaba decorada, el olor a incienso, había algo especial que no se cómo explicar, además nos sentíamos muy a gusto por lo que fuimos muchas más veces. Compraba libros y nos enseñaban muchas cosas. Desde entonces seguimos viéndonos porque poco tiempo después comenzamos a estudiar la Doctrina Espírita, que a mí me ha cambiado la vida.

   A través de este estudio y de experiencias personales duras he comprendido el por qué de muchas cosas y de que nosotros mismos decidimos nuestra vida, que en nosotros está la decisión y la respuesta. Estoy segura de que si cada uno leyéramos un párrafo del “Evangelio Según el Espiritismo” nos sentiríamos mucho mejor ya que te ayuda a ver las cosas con otro color, a darte cuenta de si vas por el camino equivocado, te ayuda a saber perdonar, a hacer el bien y no esperar gratificaciones, a querernos sin dar más explicaciones y sobre todo a practicar la Caridad y a tener siempre nuestro pensamiento en Dios, que es nuestro creador y el de todas las cosas. Por todo esto nos tenemos que respetar y amar los unos a los otros.

Todo esto y muchas más cosas estoy aprendiendo y tratando de comprender con estas dos personas tan maravillosas que tienen un corazón tan grande que a veces se les escucha latir desde fuera y que hacen el bien sin límites. Doy las gracias a Dios por conocerlos y que Él les bendiga.

   Si os animáis a venir al centro espírita con nosotros seguro que os gusta porque hacemos muchas actividades y nos divertimos mucho, hacemos excursiones y aprendemos a ser más humanos.

   Me siento viva. Es bueno saber dar un sentido a todo lo que nos pasa. Estudiando espiritismo encontraremos las respuestas a tantas preguntas.


Mª Angeles.

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       EL HOMBRE, SER COMPLETO:            MATERIAL Y ESPIRITUAL

  George Mivart, el célebre naturalista inglés, analizando psicológicamente al hombre, aclara que EL HOMBRE «difiere de los otros animales por las características de la abstracción,de la percepción intelectual, de la conciencia de sí mismo, de la reflexión, de la memoria racional, de su capacidad de juzgar, de la síntesis e inducción intelectual, del raciocinio, de la intuición, de las emociones y sentimientos superiores, del lenguaje racional y del verdadero poder de la voluntad». Las enciclopedias definen al hombre como un «animal racional, moral y social, mamífero, bípedo, bímano, capaz de un lenguaje articulado que ocupa el primer lugar en la escuela zoológica: ser humano…» El momento más elocuente de su proceso evolutivo se dio cuando adquirió la conciencia para discernir el bien del mal, la verdad de la mentira.

Estudiado ampliamente a través de los siglos, Pitágoras afirmaba que el hombre «es la medida de todas las cosas». Sócrates y Platón establecieron que «era el objeto más directo de la preocupación filosófica, siendo el resultado del ser o Espíritu inmortal y del no ser o su materia,que unidos le proporcionaban el proceso de la evolución».

Desde el punto de vista psicológico, la persona es un ser que se expresa en múltiples dimensiones, desde su contenido humanista, comportamentalista y existencial, a nuevos potenciales que estructuran al ser pleno.

La psicología occidental, difiriendo de la oriental, mantuvo el concepto de persona en los límites cuna-sepulcro con la estructuración transitoria, en tanto que la oriental sustenta la idea de una realidad trascendente, a pesar de su inseparable expresión de la forma y relatividad corporal.

Los estudios transpersonales, incorporando las tesis orientales,consideran a la persona como un ser integral, cuyas dimensiones pueden expresarse en varias manifestaciones,tales como la consciencia, el comportamiento, la personalidad, la identificación, la individualidad, en un ser complejo de expresión trinitaria.

La persona, observada desde el punto de vista inmortal, es preexistente al cuerpo y su origen se pierde en los milenios pasados del proceso evolutivo, para desarrollarse de acuerdo a una finalidad que se manifiesta en cada experiencia corporal, la reencarnación, como adquisición de nuevos conocimientos, facultades y funciones, que conducen al crecimiento y a la felicidad. En el Espiritualismo idealista «el espíritu tiene la primacía en todo lo que se relaciona con el mundo y la vida humana», en tanto que para el materialismo «el espíritu no es más que una forma de actividad de la materia que en determinada fase de su evolución de las formas simples hacia otras más complejas, adquirió la conciencia».

A través de los siglos, la filosofía buscó demostrar que la persona es distinta del individuo y del ser psicofísico, que dio margen a consideraciones prolongadas por parte de los pensadores y de variadas escuelas, procurando ofrecer al hombre los caminos para ser feliz en continuas tentativas de interpretar la vida y entenderla. Los filósofos
atomistas lo reducían todo al capricho de las partículas, las cuales al desarticularse se aniquilaban a través del fenómeno biológico de la muerte.

La filosofía espírita nos enseña que el hombre es un conjunto de elementos que se ajustan e interpenetran en una misma estructura biológica. El cuerpo carnal y el cuerpo espiritual se originan en el mismo elemento primitivo, es decir, en el fluido cósmico universal. Ambos son materia,
aunque en estados diferentes. A través de El Libro de los Espíritus sabemos que el hombre está formado por:

1º El cuerpo físico o ser material análogo a los animales y animado por el mismo principio vital. Es el envoltorio material que precisamos para desenvolvernos en este plano de existencia.
2º El alma o ser inmaterial, espíritu encarnado en el cuerpo, ser eterno y preexistente, que sobrevive al cuerpo físico después de la muerte.
3º El lazo que une el alma al cuerpo somático, principio intermediario entre la materia y el espíritu, al que se denomina “periespíritu”, que está constituido por varios tipos de fluido, energía o de materia hiperfísica.

Recordemos que en el mismo instante de la fecundación en el óvulo, la primera célula llamada “cigoto” comienza su trabajo para ir construyendo el cuerpo físico y espiritual,en función de sus necesidades reencarnatorias. Y lo hace a través de los genes y cromosomas que nos dan las
características físicas necesarias para las lecciones, pruebas y expiaciones que tengamos destinadas en cada existencia. O lo que es lo mismo, en cada reencarnación se preparará con nuestra colaboración, o sin ella, el organismo físico adecuado para la nueva tarea que hemos de emprender.

La envoltura física no sólo vendrá equipada para las tareas a las que nos hemos comprometido en el mundo espiritual, sino que además traerá consigo la posibilidad de que puedan producirse ciertos desequilibrios orgánicos como reparación de faltas e imprudencias cometidas anteriormente.

Todo ello dependerá, por supuesto, de nuestro comportamiento y de nuestra capacidad de asumir los retos que se nos plantean. Nuestro actual vehículo físico responde perfectamente a la situación de nuestro periespíritu después de la anterior reencarnación, cumpliéndose así la
«ley de causa y efecto».

Una vez que esta realidad ha aparecido ante nuestros ojos, debemos analizar y meditar seriamente cuál es el comportamiento a seguir, qué cosas debemos rápidamente cambiar, cuál es el camino para mantener nuestra mente armónica e impedir que se produzcan alteraciones que nos van a afectar también físicamente. Es de máxima importancia en el complejo humano el moderno «modelo organizador biológico», es decir, el periespíritu, porque su función es la de personalizar, individualizar e identificar el espíritu, guardando la apariencia humana de su última encarnación.

En él las experiencias de las múltiples reencarnaciones están archivadas, sufriendo con los tóxicos ingeridos por el hombre. Su plasticidad es afectada por los desgastes del alcohol, de las drogas, de la nicotina, de las tentativas de suicidio, etc., grabándole los disturbios patológicos, tales  como la esquizofrenia, la epilepsia, el cáncer, el mal de Hansen, entre otros, que en un momento propio favorecen la sintonía con microorganismos que desordenadamente se multiplican y abordan el campo orgánico. ¿Qué ocurre entonces…? En futuras reencarnaciones estas lesiones repercutirán
como enfermedades patológicas, enseñando al hombre a través del dolor la obligación de valorar la vida y el respeto a Dios.

No debemos olvidar que el periespíritu es el conductor de la energía que establece la duración de la vida física, así como es el responsable de la memoria de las existencias pasadas, que se archivan en las telas sutiles del inconsciente actual, proporcionando reflejos o recuerdos esporádicos de las experiencias ya vividas. Saludable y optimista debe ser para que el amor sea la base fundamental en este momento de cultura, tecnología, ciencia y de desamor. La humanidad ha llegado a un punto en que la  tecnología aliada a la ciencia ha logrado casi todo, pero el amor es aún, sin embargo, una aventura. Nunca hubo tanta gente en la Tierra, más de 7.000 millones de personas, con tantos millones en soledad. El hombre marcha a solas. Es por ello que, si queremos purificar nuestra alma, debemos cuidar de nuestro vehículo físico para el aprendizaje en la «escuela terrestre» con buenos pensamientos y acciones.

En consecuencia, cambiar la constitución de nuestro periespíritu, ya que, como viajeros de la eternidad, hoy estamos construyendo nuestro mañana.

- Juan Miguel Fernandez-



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