domingo, 1 de septiembre de 2019

Morir

      INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.- ¿Posible relación entre las diversas leyes naturales?
2.-  El tercer milenio
3.- Suicidio
4.- La unión del alma con el cuerpo
       Frase de Kardec
 5.- Morir





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   ¿ Posible relación entre   las              diversas  leyes  naturales?

     Todas las leyes Naturales, Universales, o Cósmicas, tienen una relación y apoyo mutuos; todas ellas actúan en conjunto  como una sola y gran Ley que engloba  todos los aspectos de la vida física y espiritual del ser humano; esto es, que cada una de las leyes Cósmicas actúan en apoyo   de  las demás, con las que se complementan  para  lograr finalmente que el ser humano logre el objetivo supremo: El  de alcanzar el Amor, la felicidad  y  con ello la dicha total y absoluta del Ser espiritual que somos todos. Ninguna ley cósmica por si sola y sin la existencia de las demás tendría sentido, lo que demuestra que tras ellas existe una gran Inteligencia Cósmica, la Sabiduría Divinas que las  ha creado, las regula y las relaciona entre  ellas.
Por lo hasta aquí expuesto, se comprende que  la Ley Natural o Cósmica es Una, y esta se pone de manifiesto mediante la acción e interacción de todas  estas leyes en su conjunto. De la Inteligencia Cósmica Suprema  emana una infinita Sabiduría que las engrana en una Perfección infinita e incomprendida todavía  por los Seres humanos, y tanto si lo comprendemos como si no, todas estas leyes siguen funcionando juntas como sofisticados engranajes de un reloj perfecto, mostrando cada uno de ellos diferentes aspectos de Su Sabiduría.
Otras leyes importantísimas, ya tratadas anterior mente , son también leyes espirituales porque afectan al desarrollo del Ser espiritual y a poco que se medite en ellas, se llega a vislumbrar una pequeña parte de cómo podría ser esta interrelación entre las mismas:
Así, por la ley de la Reencarnación vemos como se cumple la de la Evolución cuya meta es llegar a una Perfección cercana a Dios, Ser Supremo, a través del camino que   establece  la Ley del Amor que nos enseñó Jesús de Nazaret así como también hicieron  anteriormente otros Enviados o Guías que tuvo  la Humanidad.
La ley del Amor a la vez, realiza la ley de Justicia; por ejemplo, amar a los demás supone hacerles tanto bien como sea posible, tal como deseamos para con  nosotros mismos, lo cual es la realización del más avanzado concepto e ideal de Justicia.
La ley del Consecuencias, o de Acción y Reacción, o de Causa y Efecto, cuyo sentido es común y que es tambien conocido a nivel popular como  Ley del Karma,  rige la vida humana en su aspecto espiritual y a su vez regula y necesita de la ley de la Reencarnación, al reconducir al Ser durante su paso por las vidas en mundos físicos dentro del engranaje evolutivo. A su vez esta ley viene a ser también una forma automática de funcionamiento de la ley de Justicia, necesaria para que se cumpla la ley del Amor, la Ley de Sociedad, y todas las demás en su conjunto..
Por último, las leyes de Vibración y de Afinidad, son el motor impulsor de la ley de Evolución e impulsan a su vez a la Ley de Causa y Efecto, afectando también por tanto a la Ley de Sociedad  y a la de Reencarnación.
Son todos estos, conceptos  en los aún se podría profundizar mucho más en cómo se relacionan, pero con lo expuesto hasta aquí, es ya suficiente para  meditar y empezar a comprender algo de la relación que existe entre  las Leyes naturales dentro del complejo y perfecto engranaje de la Creación Divina.
- Jose Luis Martín-

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                                          EL TERCER MILENIO


                                 
 Con el título: El tercer milenio he leído un librito precioso; y digo librito porque apenas si tiene ochenta páginas, exactamente setenta y ocho. Su contenido son mensajes de amor y esperanza, pero también de advertencias acerca de lo que se avecina: un mensaje decisivo para el creyente y para el no creyente.

La luz de Cristo se hizo visible cuando se encarnó entre nosotros, aunque no todos supieron, o quisieron verla, y no ha dejado de brillar a lo largo de los más de veinte siglos. Él vino en un acto de Amor hacia los hombres, sus hermanos, pues ya lo dijo: Todos somos hijos del mismo Dios.

Como nos dice un mensaje, estamos inmersos en el tercer milenio, el decisivo; el milenio del cambio; no el de la destrucción de nuestro planeta, como muchos creen, sino el cambio del pensamiento; el cambio de esta civilización marcada por la sinrazón humana, hundida en los abismos de la incomprensión, la intolerancia y el desamor; donde ha imperado y aún impera la fuerza y no la razón. Una humanidad aferrada al materialismo, preocupada solo por el presente y pensando en un futuro erróneo, porque el verdadero futuro no tiene nada que ver con el futuro material.

En este tercer milenio, la humanidad tiene ya marcado un destino irreversible. El planeta está abocado a un cambio total; a lo largo de todo este milenio, las generaciones venideras vivirán y sufrirán esos cambios ineludibles, en todos los órdenes, sobre todo en el orden moral; ir recuperando muchos valores perdidos u olvidados; y lo más importante, erradicar todas las malas tendencias, los sentimientos de incomprensión, intolerancia; la mala conciencia, donde se esconden el odio, el rencor, los deseos de venganza que dan lugar a los enfrentamientos absolutamente cruentos que se han sufrido a lo largo de la historia. La humanidad corre alocada hacia su destrucción, pero no puede desaparecer, y este cambio ya iniciado la salvará de sí misma.

¿Cuántos años de este milenio serán necesarios para llevar a cabo la transición planetaria? Nadie lo sabe, pero algo es seguro: al final del milenio, la Tierra ya no será la misma, y esa luz de Jesús, que no ha dejado de brillar, aunque no hayamos querido verla, será el faro guía para la nueva humanidad.

Es seguro que la mayoría me dirá que es muy largo el plazo, y que ninguno de nosotros lo verá: cierto, pero nosotros y las generaciones pasadas somos las causantes del actual estado moral del planeta, y deberemos desaparecer para dar paso a una sociedad más justa donde impere el amor entre los hombres. Tal es el destino del Planeta Tierra.

Creo en la reencarnación, y quién sabe: la misericordia de Dios es infinita, y tal vez me sea concedido el regresar, con otro cuerpo, a la nueva Tierra redimida.


 María Luisa EscrichAmor, Paz y Caridad.
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                                           SUICIDIO 


                            
      Comenzaremos con la interrogante, ¿es el suicidio una solución? 
    Si la vida terminara con la muerte del cuerpo físico, sí; el suicidio sería una solución a los problemas o motivos que inducen a tomar tan drástica determinación. 
    Pero, ¿termina, realmente, la vida con ese accidente que denominamos muerte? 
Enfáticamente, podemos aseverar: LA VIDA NO TERMINA CON LA MUERTE DEL CUERPO FÍSICO. 
    Como puede apreciarse a través del análisis de los temas tratados, el cuerpo físico es tan sólo un instrumento de manifestación del ser real, del Espíritu, que es inmortal; el cual tiene vida propia y cuerpo de manifestación, aunque en otra dimensión fuera del alcance de nuestros sentidos físicos. 
    Con conocimiento pleno de este aspecto del fenómeno humano, podemos afirmar que, el suicidio es el mayor de todos los disparates que el hombre o la mujer pueden cometer. 
¿Por qué? —preguntará alguno. Porque, LOS SUFRIMIENTOS QUE ESPERAN AL SUICIDA, SON HORRENDOS. 
    La primera decepción que aguarda al suicida, es sentir que no ha muerto, que el intento de suicidio ha sido frustrado; pues, siente que sigue existiendo, que no ha muerto; siente bullir en su mente los mismos problemas o motivos que le llevaron a esa determinación extrema. Comprueba, con gran amargura, que su intento de privarse de la vida, que su determinación de desaparecer, que su holocausto, han sido en vano. Y con esta comprobación, se desespera, y en muchas de las veces sigue empecinado en destruirse; llegando en su desesperación, hasta la locura; y en muchos de los casos, tiene la sensación de vagar por un espacio tenebroso, como loco, tratando de huir de sí mismo, sin poder conseguirlo. Otros casos hay que, comprendiendo que no han muerto, ya que siguen sintiendo con más intensidad, sin poder desechar de sí, los problemas o motivos que le indujeron al suicidio; comienza para ellos una etapa de dolor, cuya duración está en relación a los motivos que les hayan impulsado a cometer tal dislate. 
     Y, ¿por qué el recuerdo de esos problemas no desaparece? —preguntará algún lector. Porque existen en su mente, que no muere. 
     Y por si todo esto .fuera poco, hay algo más que es necesario conocer a fin de que, si en algún momento de vuestra vida, vuestra mente llegare a ofuscarse, podáis vencer la tentación del suicidio, conociendo las consecuencias. 
    El suicida, no tan sólo NO ha podido liberarse de sus problemas,de sus preocupaciones, de sus sufrimientos; no tan sólo se halla impotente ante el suplicio que significa para él la visión clara, patética de los motivos que le indujeron al suicidio; sino que, en las más de las veces se ve rodeado de una penumbra u oscuridad impenetrable y siniestra, con la sensación de los dolores terribles que ocasionaron la muerte del cuerpo físico. 
     El ahorcado, por ejemplo, que buscó en la muerte el sueño eterno, en muchos de los casos experimenta, durante largo tiempo, la sensación de estar colgado y no poder desprenderse o también junto a aquello de lo cual trató de huir. ¿Y por qué esto? Porque, en esa otra dimensión, la mente es la fuerza motora, y donde ponga su pensamiento ahí se traslada, aun cuando no lo desee. 

Sebastián de Arauco.
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    Unión del alma con el cuerpo 

344. ¿En qué momento se une el alma al cuerpo? 

- La unión comienza en la concepción, pero sólo es completa en el instante del nacimiento. Desde el momento de la concepción, el Espíritu designado para habitar determinado cuerpo se une a él por una lazo fluídico que va estrechándose, cada vez más, hasta el instante en que la criatura es dada a luz. El grito que lanza entonces el recién nacido anuncia que ha pasado a formar parte de los vivientes y servidores de Dios. 
345. La unión entre Espíritu y cuerpo ¿es definitiva desde el momento de la concepción? Durante ese período inicial ¿podría el Espíritu renunciar a habitar el cuerpo que se le asignó? 

- La unión es definitiva, en el sentido de que otro Espíritu no podría sustituir al que ha sido designado para ese cuerpo. Pero, como los vínculos que los unen son muy débiles, se quiebran con facilidad, y esto puede suceder por voluntad del Espíritu, que retrocede ante la prueba que ha escogido. En tal caso, el niño no vive. 
346. ¿Qué acontece al Espíritu si el cuerpo que había elegido muere antes de nacer? 

- Opta por otro. 
346 a. ¿Cuál puede ser la utilidad de esas muertes tan prematuras? 
- Las imperfecciones de la materia suelen ser casi siempre la causa de tales muertes... 
347. ¿Qué beneficio podrá reportar a un Espíritu su reencarnación en un cuerpo que fallece pocos días después de su nacimiento? 

- El Ser no tiene suficientemente desarrollada la conciencia de su existencia. La importancia de la muerte es casi nula. Constituye a menudo, como ya lo hemos dicho, una prueba para los padres.. 
EL LIBRO DE LOS ESPIRITUS. 
ALLAN KARDEC 


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" El Espiritismo es una ciencia de observación y no un arte de adivinar y especular "

- Allan Kardec-

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                  Morir



                                                       
           Este artículo está dedicado a cada ser que está vivo,  que teme a la muerte y que se siente triste por la perdida de alguien.
     Hace cinco meses  empecé a pensar mucho en la muerte, se me ha aparecido de diferentes maneras y quería compartir este pensamiento con ustedes. Por un tiempo pensé que tal vez era una preparación para asumir mi muerte cercana, pero les digo que me encuentro bien y sana. Así que no entendí por qué en mi alma la idea me rondaba continuamente.
Cuando tenía unos 13 años y oía de la muerte de algún amigo de mis padres o familiar, se me hacía irreal y sentía que a mí (o a los míos) nunca nos pasaría.
Luego con los años, mi mente asumió que algún día moriría, pero mi alma no lo comprendió hasta hace poco.
El problema es no aprovechar el tiempo que tenemos de vida. 
Vivir siempre con la idea de aprovechar al máximo, porque la vida es "corta", "se acaba" y hay que darnos calidad de vida....etc....
Pero hace cinco meses, mi alma asumió la muerte. Al principio la vi como mi enemiga, me quitaría el amor de mis seres queridos, me quitaría el sentir, el tocar, el expresar amor, correr, saltar, reír, mirar el mar...... Me lo quitaría todo. Y eso me desesperaba.
Pensarán ¿qué  necesidad de atormentarse con esas ideas? Ahora  les digo que la muerte es Democrática, pues es igual para todos. Nos nivela en el mismo sitio, haciendo con que el "fin", sea el mismo para blancos y negros, occidentales y orientales ....Su Democracia es tan clara, que no hace distinciones a nadie, ni siquiera por edad.
Cuando la gente comenta: ¡Juan falleció,  pobrecito!. Pienso que todos vamos a morir, todos  vamos a afrontar la muerte, a los 15 años, a los 70 años o  a los 90 años. Pero vamos a morir.
Así que el problema no es morir, pues todos pasaremos por eso. Algunos jóvenes, otros aún niños, muchos por enfermedades o por vejez. Todos vamos a pasar factura y este no es el problema.
El problema es estar muerto en vida, no aprovechar la vida, los sueños. El problema es vivir por inercia. No experimentar la vida.
Ayer, estaba en el metro y veía a cientos de personas, entrando y saliendo, terminando su trabajo, saliendo en dirección a sus casas, y me preguntaba cuantas de esas personas, estaban muertas en vida, y vivían por inercia, por lo que otras personas les habían dicho que era la mejor manera de vivir, haciendo lo que no les gustaba, soñando con ser otra cosa.
El mundo esta al revés, hay mecánicos trabajando como médicos, y jueces trabajando como zapateros. Y muchos no son felices, porque no están cumpliendo su misión de vida. Aunque aprendan con sus funciones, muchas veces no logran ser felices y ahí vive el problema.
Y la muerte es la que hace que reacciones, no tienes tiempo, ni te constan las otras vidas, aunque sabes y esperas que las próximas sean mejores, pero ahora tienes la oportunidad de vivir esta y muchas veces no la estás aprovechando.
Muertos en vida, hay muchas personas así. Ya están secas. Ya no son capaces de ver un atardecer extasiados, ni pueden sorprenderse con una flor, todo les parece tan gris, se enfadan por todo, gritan con el prójimo imaginando que eso les hará ser escuchado. 
Nacimos en una sociedad que nos enseña que para seamos felices hay que ser exitoso, casarse con la persona mas guapa y mas rica, tener el coche del año, parecer el actor o actriz de Hollywood, tener una cara plastificada (y transformada) aparte de un cuerpo de impresión. Y así, pasamos a ser exitosos, pero estamos muertos en vida, si no somos capaces de ver más allá de esas cosas banales. 
Estamos muertos si no somos capaces de ver más allá de lo superfluo.
Estamos muertos si no somos capaces de entregar el corazón al amor, amando totalmente.
Estamos muertos si no somos capaces de extasiarnos por la naturaleza, por un abrazo, una mirada, una flor, una palabra, un gesto.
Estamos muertos si pensamos que el matrimonio son dos personas que se pertenecen, se juzgan y no permiten que la pareja crezca.
Estamos muertos si no somos capaces de ver en la otra persona, más allá de sus malos modos, su rabia, su antipatía, un ser humano que ha tenido un mal día, o sufre y está deprimido. ¡Nadie que sea feliz, maltrata, ni hiere a otra persona, está muy ocupada siendo feliz!.
La vida como nos la han enseñado es dura, triste,  mentira,  envidia, egoísmo, dolor, desamor, pobreza, lucha. Pero lo que hemos olvidado es que en nuestro interior esta ese mundo que podemos dibujar, con amor, alegría, gozo, cariño, abrazos, risas, felicidad, prosperidad y abundancia, también está en esta vida.
Comenzando por nosotros mismos, construyendo un mundo interno mejor, podemos comenzar a crear barrios mejores, ciudades mejores, Países mejores y el planeta que nos gustaría ver y tener.
El trabajo es durísimo, pero ya hay gente trabajando en cambiar las cosas. Así que únete y busca en tu entorno, una manera de ayudar. Mirando lo que necesitan en  colegios, en  el hospital, en una guardería, en una biblioteca, en un jardín.....
¿Y la muerte?
Es tu mejor aliada. Gracias a ella, puedes ver que clase de vida quieres tener. Puedes seguir igual, total, morirás y todo se acabará. O puedes vivir cada día como el último realmente. Quizás mañana no estés, pero al menos hoy viviste verdaderamente.
Se que hay enfermos que están muriendo, es triste. Es difícil,  la vida se les va. ¿Pero sabe que?, a todos se nos va la vida, y todos moriremos, aunque vivamos hasta los 90 años, moriremos. Nadie quedará, todos pasaremos por ese momento,  pero podemos hacer la diferencia.  Vivan cada día, como el último día.
Haga su marca en el mundo, acepte lo diferente, abra su corazón a ayudar al prójimo, mírelo como un ser que le necesita así como usted a él. Haga algo positivo para el prójimo y recibirá mucha energía positiva, necesaria para construir su camino hacia el bien eterno. ¡¡¡Bendiciones!!!
( autoría desconocida)

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