martes, 13 de junio de 2017

Donación de órganos para trasplantes



Sumario de lo publicado en este Blog en el día de hoy:

- Donación de órganos para trasplantes
-Dificultades en el intercambio mediúmnico
- El derecho a la vida   
- Los huérfanos                                                             



                                                                             
                                                                              

          DONACIÓN DE ÓRGANOS PARA   
                        TRASPLANTES

LA DONACIÓN DE ÓRGANOS PARA TRASPLANTES ES TOTALMENTE LEGÍTIMA

En las prácticas médicas en todas las especialidades, el transplante de órganos es lo que demuestra con mayor claridad la estrecha relación entre la muerte y la nueva vida, el renacimiento de las cenizas como Fénix: el mitológico símbolo de la renovación del tiempo y de la vida después de la muerte.  

La temática "donación de órganos y transplantes" es bastante coetáneo en el escenario terreno. Sobre el asunto las informaciones instructivas de los Benefactores Espirituales no son abundantes. El proyecto genoma, las investigaciones sobre las células tronco embrionarias y otras señalizan el alcance de la ciencia humana. Los transplantes, en épocas atrasadas repletas de casos de rechazo, se tornaron prácticas recientes de recomposición orgánica. El esmero "en-vivo" de experiencias visando regeneración de células y la perspectiva de la mejoría de la vida caminan delante, aun que las pesquisas señalan, aun, el inicio de la marcha. Eso torna auspiciosa la expectativa de la ciencia contemporánea. Con todo, el recelo del desconocimiento paraliza la imaginación de muchos.

Algunos espiritas rechazan el autorizar, en vida, la donación de sus propios órganos después de desencarnar, alegando que Chico Xavier cuando afirmo "mi mediúmnidad, mi vida, dedique a mi familia, a mis amigos, al pueblo. La muerte es mía. Yo tengo este derecho. Nadie puede hurgar en mi cuerpo; el debe ir para la madre Tierra", lo hizo porque cuando aun estaba encarnado Chico recibió varias propuestas [inoportunas] para que su cerebro fuese estudiado después de su desencarnación. De hay la comprensible recelo de que su cuerpo fuese profanado en ese sentido. 

No podemos olvidar que si hoy somos potencias deudoras, mañana, podremos ser o nuestros familiares potencias receptores. "Para la mayoría de las personas, la cuestión de la donación es tan remota y distante como la muerte. Más para quien está esperando un órgano para trasplante, ella significa la única posibilidad de vida". Juana de Ángelis sabiendo de esa importancia resalta "(…) Verdadera bendición, el trasplante de órganos concede la oportunidad de proseguimiento de la existencia física, en la condición de moratoria, a través de la cual el Espíritu continua el periplo orgánico. Al final, la vida en el cuerpo es medio para la plenitud, que es la vida en si misma, actuante y real". 

En una entrevista a la TV en agosto de 1964, Francisco Cándido Xavier comenta que el trasplante de órganos, en la opinión de los Espíritus sabios es un problema de la ciencia muy legítimo, muy natural y debe ser llevado adelante. Los Espíritus, según Chico Xavier - no acreditan que el trasplante de órganos sea contrario a las leyes naturales, pues es muy natural que, al nosotros desprendernos del cuerpo vengamos a donar los órganos prestados a compañeros necesitados de ellos, que puedan utilizarlos con provecho.  

La donación de órganos para trasplantes es perfectamente legítima. Divaldo Franco certifica: si la misericordia divina nos confiere una organización física sana, es justo y valido, después de nosotros haber utilizado ese patrimonio, ofrecerlo, gracias a la conquistas valiosas y a la tecnología, a los que vinieron con carencia a fine de continuar la jornada. 

No hay, también, reflejos traumatizantes u inhibidores en el cuerpo espiritual, en contrapartida a la mutilación del cuerpo físico. El donador de ojos no retornará ciego al Más Allá. ¡Si así fuese, que seria de aquellos que tienen el cuerpo consumido por el fuego o desintegrado en una explosión?  

¿Cuándo se puede precisar que una persona está realmente muerta? Conforme la American Society Neuroradiology muerte encefálica es el estado irreversible de cesación de todo el encéfalo y funciones neurales, resultante de edema y compacta destrucción de los tejidos encefálicos a pesar de la actividad cardiopulmonar puede ser mantenida por avanzados sistemas de soporte vital y mecanismo y ventilación".  

La gran algazara del asunto es la muerte encefálica, en la vigencia de la cual órganos o partes del cuerpo humano son removidos para la utilización inmediata en enfermos de ellos necesitados. Estar en muerte encefálica es estar en una condición de parada definitiva e irreversible del encéfalo, incompatible con la vida y de la cual nadie jamás se recupera.  Habiendo muerte cerebral, verificada por exámenes convencionales y también apoyada en recursos de moderna tecnología, apenas los aparatos pueden mantener la vida vegetativa, algunas veces por tiempo indeterminado. Es en ese estado que se verifica la posibilidad del donador de órganos "morir" y solo entonces sus órganos pueden ser aprovechados - ya que los órganos sin irrigación sanguínea no sirven para transplantes. ¿Seria eutanasia? Evidentemente que caracterizar el hecho como tal carece de argumentación científica. (…) para condenar el trasplante de órganos: la eutanasia de modo alguno se en esos caos de muerte encefálica comprobada.  

La medicina, en todo el mundo, tiene como certeza que la muerte encefálica, que incluye la muerte del tronco cerebral  solo tendrá constatación a través de dos exámenes neurológicos, con intervalo de seis horas, y un complementario. Así, cuando fuera constatada la cesación irreversible de la función neurológica, ese paciente estará muerto, para la unanimidad de la literatura médica.

Cuestión que también delicadamente es levantada es la reacción del organismo después de la cirugía. Chico Xavier nos viene al auxilio, explicando: Andre Luiz considera el rechazo como un problema claramente comprensible, pues los órganos del cuerpo espiritual está presente en el receptor. El órgano periespiritual provoca los elementos de la defensiva del cuerpo, que los recursos inmunológicos en futuro próximo, naturalmente, lo van a sostener o cohibir.  Especialistas, a partir 1967, desenvolvieron varias drogas imunosupresoras (ciclosporina, azatiaprina y corticoides), para reducir la posibilidad de reacción, pasando los receptores de órganos a tener una mayor sobrevivencia.  Estadisticamente, ahí es que la tasa de prolongamiento de vida de los trasplantes es extremadamente elevada. Eso gracias no solo a las técnicas medicas, siempre perfeccionándose, más también por los esquemas imunossupressores que se desenvolverán y se ampliaran considerablemente, existiendo actualmente esquemas que elevan al cero por ciento (0%) la reacción celular aguda en la fase inicial del trasplante, que es cuando ocurren.  

Andre Luiz explica que cuando la célula es retirada de su estructura formada, en el cuerpo humano, yendo laboriosamente para otro ambiente energético, ella pierde el comando mental que la orientaba y pasa, de esa forma, a individualizarse; al ser implantada en otro organismo [por transplante, por ejemplo], tenderá a adaptarse al nuevo comando [espiritual] que la rehabilitará y para seguir la coordinará su trayectoria.  Condición esa corroborada por Juana de Angelis cuando expone: (…) transferido el órgano para otro cuerpo, automáticamente el periespíritu del encarnado pasa a influenciarlo amoldándolo a sus necesidades, lo que exigirá del paciente beneficiado la urgente transformación moral para mejor, a fin de que su mapa de pruebas sea también modificado por su renovación interior, generando nuevas causas desencadenadoras para la felicidad que busca y tal vez aun no merezca.  

Los espíritus afirmaron a Kardec que el desligamiento del cuerpo físico es un proceso altamente especializado y que puede demorar minutos, horas, días, meses. 

Sin embargo con la muerte física no hay más cualquier vitalidad en el cuerpo, aun así hay casos en que el Espíritu, cuya vida fue todo material, sensual, queda apegado a los despojos, por afinidad dada por el a la materia.  Todavía, recordamos de la situación que ocurre todos los días en las grandes ciudades: la practica de la necroscopia, exigida por la fuerza de la Ley, en los casos de muerte violenta o sin causa determinada: se abre el cadáver, de la región externa hasta el bajo vientre, exponiéndosele las vísceras tóracoabdominais.. No se puede perder de vista la cuestión del merito individual. Estaría el destino de los Espíritus desencarnados a la merced de la decisión de los hombres en retirarles los órganos para transplante, en quemarles el cuerpo o retirarles las vísceras para la ocasión de la necropsia? ¡El buen sentido y la razón gritan que eso no es posible, por cuanto seria admitir la justicia del acaso y el acaso no existe! 

En síntesis la donación de órganos para trasplantes no afectará al espíritu donador, excepto si aseguramos ser injusta la. Ley de Dios y estuviéramos en el Orbe a la deriva de Su Voluntad. Recordemos que en los Estatutos del Padre no hay espacio para la injusticia y el trasplante de órganos (hazaña de la ciencia humana) es valiosa oportunidad de entre tantas colocadas a nuestra disposición para el ejercicio del amor. 

Jorge Hessen


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                             DIFICULTADES EN EL   
        INTERCAMBIO MEDIÚMNICO

La mediumnidad está ligada a dos grandes leyes, ya conocidas desde la más remota antigüedad, como son la Ley de Vibración y la Ley de Afinidad.
La primera nos muestra que nada está en reposo y que todo vibra en el Universo: los minerales, los vegetales, los animales y, como no, también los seres humanos.
Los pensamientos y sentimientos vibran en una u otra frecuencia en función de su naturaleza positiva o negativa, repercutiendo sobre uno mismo y sobre todo aquello que le rodea. La ciencia a través de la física cuántica nos lo demuestra actualmente. Por ejemplo, se sabe que el ADN no es algo inmutable y que los genes se pueden ver alterados por nuestras emociones y forma de pensar o sentir, también está demostrado que la salud y la enfermedad tiene mucho que ver con el tenor mental y emocional.
La segunda ley, la de Afinidad, actúa por atracción, es decir, el semejante atrae al semejante. De tal forma que los pensamientos positivos, como pueden ser, de bondad, comprensión, amor, etc., atraen a seres que vibran en esa misma sintonía positiva y, por el contrario, los de naturaleza inferior; de odio, rencor, envidia, maledicencia, etc., atraen a espíritus que vibran en idéntica condición.
Por tanto, cuando hablamos de intercambio mediúmnico, hay que tener en cuenta estas dos grandes leyes, porque de ese modo podremos entender mejor los procesos y dificultades en ese intercambio, y la naturaleza de lo que se recibe.
En primer lugar nos hemos de fijar en el papel que juegan los espíritus superiores y los escollos que han de afrontar para conseguir llegar hasta nuestro plano, tan materializado y grosero. Hay que tener en cuenta que su vibración es sutilísima, en algunos casos se trata de espíritus que no encarnan desde hace mucho tiempo. Se encuentran, por tanto, alejados del ambiente espiritual terrestre, por lo que se ven obligados a realizar grandes esfuerzos de reducción vibratoria para acercarse a la nuestra.
Por utilizar un símil, es  como si se tratara de un viajero delicado que vive en ambientes limpios y sanos, tuviera que descender a una mina muy profunda para desarrollar una labor de auxilio y rescate, aportando ayuda y consejos muy valiosos para los mineros que allí trabajan; acostumbrados a un lugar en donde el calor sofocante, el aire escaso, muy viciado, y otros elementos tóxicos, forman parte de esa atmósfera. Sin duda que al viajero le resultaría muy difícil y no podría soportar por mucho tiempo dicho ambiente.
No obstante, pese a las grandes dificultades por las que han de atravesar los espíritus superiores, su trabajo abnegado lo realizan con gusto, no les importa los sacrificios y los esfuerzos cuando observan buena voluntad por parte de los encarnados, o cuando el orgullo, la vanidad y el materialismo no suponen un muro infranqueable; aunque sus mensajes puedan llegar sesgados, manipulados o con interferencias propias (del mismo médium), o ajenas (de los espíritus engañosos). Incluso, cuando se trata de médiums apartados del camino, los enviados de lo Alto, redoblan los esfuerzos para encontrar la manera de hacerse oír, llegar a aquellos que necesitan urgentemente orientaciones y un cambio de rumbo en sus vidas, muchas veces sin éxito.
Aunque existen, como es lógico, distintos niveles evolutivos, según el grado de elevación y progreso realizado, es en función de las necesidades y de la tarea que ha venido a realizar el futuro médium; el que unas veces sean asignadas las protecciones, o en otros casos, sean los propios espíritus bienhechores los que piden desarrollar una labor con determinados espíritus endeudados, por los lazos que les unen de otras vidas. De ese modo, se trata de un compromiso adquirido previamente con ciertos espíritus, para ayudarles antes  de su descenso a la materia para realizar un trabajo en común, que consiste en el auxilio a otras almas y, al mismo tiempo, que le pueda servir de rescate de los errores cometidos en el pasado. Estas protecciones, aunque puedan poseer una elevación significativa, se preparan previamente para permanecer en labor sacrificial, muy próximos a los ambientes densos de la materia, junto a encarnados que traen un compromiso de cierta importancia.
En el mundo espiritual son los seres pertenecientes a los planos más elevados los que determinan la perfecta coordinación y organización para que cada quien, cumpla, en base a su nivel y compromiso, las tareas que les competen, partiendo desde lo más elevado y descendiendo progresivamente hasta llegar al último eslabón que es el médium, el ser encarnado. Cada quien realiza su cometido en ese mundo espiritual. Es una cadena en donde, a mayor elevación, se le asigna una tarea más complicada y de responsabilidad, y a menor elevación, una tarea acorde a sus capacidades.
Dentro de lo que son las distintas posibilidades de auxilio espiritual, en lo que es la manifestación de la misericordia divina, y en su labor de socorrer a los más necesitados, algunos espíritus superiores, renunciando temporalmente a sus ambientes de dicha y plenitud, optan por encarnar, y así trasladar directamente el mensaje puro y renovador, siendo verdaderas antenas vivas y ejemplo para los demás, un foco de luz que contagia a quienes se les acercan con buena voluntad. No podemos olvidar a los grandes avatares de todas las épocas, muchos desconocidos para la historia oficial, y otros de renombre como, Hermes, Buda, Krishna, Jesús, Francisco de Asís, Antonio de Padua, Teresa de Ávila, etc.
Volviendo a esa labor de intercambio, hemos de destacar el verdadero ejercicio de tolerancia, paciencia y comprensión que realizan los protectores, porque apenas escuchamos sus consejos. La mayoría de médiums e incluso de grupos, solemos hacer oídos sordos a sus recomendaciones, pensando que son para los demás, o que son reflexiones bellas, producto de ideales muy lejos de alcanzar, sin darnos cuenta de la necesidad de trasladarlo al mundo de lo concreto, de aquello que vivimos día a día.
 ¡Cuántos grupos mediúmnicos escuchan los mensajes con curiosidad y rápidamente pasan a hablar de otras cosas domésticas! ¡Cuántos médiums olvidan rápidamente las recomendaciones recibidas, sin realizar el pertinente análisis y sin detenerse a desmenuzar los consejos vertidos por los espíritus superiores! Olvidando separar la paja del grano, esforzándose por captar, entre todos, primero, a través del diálogo constructivo; y luego, cada uno en la intimidad de su ser, las enseñanzas del día. Muchas veces repetitivas, por cuanto no hacemos suficiente caso de los consejos de quienes nos conocen y saben perfectamente cuales son nuestros compromisos, de aquello que se ha de corregir para que el médium, así como el resto de componentes del grupo, se pueda ver beneficiado por una transformación moral impostergable.
El carácter sutil y genérico que muchas veces tienen los mensajes, cumple la tarea de dejarnos el mérito a nosotros de su comprensión y aplicación en la vida cotidiana. Son pistas que pueden facilitar el trabajo de auto-examen, para encontrar aquellas deficiencias concretas que debemos de corregir y mejorar.
Su amor abnegado les impermeabiliza de cualquier sentimiento de frustración cuando observan poca atención en sus recomendaciones; puesto que la compasión, producto de su amor limpio, les hace comprender las dificultades de sus tutelados, consecuencia de nuestro atraso evolutivo y de la poca consistencia, o si lo preferimos decirlo de otro modo, la poca fuerza espiritual que todavía albergamos.
Esto no es óbice para que en los grupos de trabajo, cuando un médium se encuentra muy desviado de la línea correcta, y los esfuerzos que realizan los planos sutiles ya no dan resultado y, además se corre el riesgo de contaminar y perjudicar al resto de componentes, es entonces cuando la providencia divina provoca circunstancias que ponen al descubierto sus defectos, como nos señala el propio Allan Kardec, forzando a la toma de una decisión definitiva; o el cambio sincero o el verse apartado de dichas actividades para no seguir perjudicando al resto.
Cuando el problema va más allá, y se encuentra generalizado entre la mayoría de componentes del trabajo mediúmnico, entonces los espíritus bienhechores se apartan, y  se suele encargar la propia parte negativa, los espíritus engañosos, de desnaturalizar y desviar del rumbo, hasta alcanzar límites que suelen desembocar finalmente en su disolución.
Por todo ello, es muy urgente el hacer un esfuerzo para elevar el tenor vibratorio, para facilitarles la labor a los espíritus abnegados que fielmente nos acompañan en todo momento. No podemos olvidar nunca, que la mediumnidad no es un privilegio sino que es el producto de la misericordia divina, que actúa como un padre con sus hijos para rescatarlos del error, del sufrimiento y de la ignorancia. Ellos hacen todo lo que pueden, ahora somos nosotros, los que debemos de someter nuestros defectos para elevarnos y aproximarnos a su ayuda redentora. Pongámonos  pues manos a la obra.

José M. Meseguer
©2017, Amor, Paz y Caridad
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          EL DERECHO A LA VIDA 

Porque con el aborto se frustra, de una manera cruel y miserable, el proceso de reencarnación de un espíritu que se ha estado preparando en la espiritualidad durante mucho tiempo para retornar al mundo material y, con ello, al destruirse ese organismo en formación, se violenta la más elemental Ley de Dios. 

L. ESPIRITUS nº 880 
¿Cuál es el primero de todos los derechos naturales del ser humano? 
“El derecho a la vida. Por eso nadie debe atentar contra la vida de su semejante, ni hacer cualquier cosa que pueda comprometer su existencia corporal” 

Y el derecho a la vida ampara tanto a aquel ser que ya ha nacido, como a aquel otro que todavía está en el seno materno. 

No importa si ese ser ha sido generado en circunstancias adversas y dolorosas, pues el Plano Espiritual siempre hará lo máximo para que de un mal pueda resultar un bien donde, en este caso, el nacimiento y la dedicación a ese hijo podrá convertirse en fuente de agua cristalina que calmará la sed de aquella mujer que, hallándose, sea la que sea, en una situación desesperada y dramática, haya sabido encontrar fuerzas dentro de sí misma para respetar el derecho de vida del ser que en ella estaba germinando. 
Y tampoco importa si ese feto es portador de malformaciones, lesiones o serias deficiencias psíquicas, pues ello no es fruto del acaso o de la mala suerte, sino que dichas minusvalías son anteriores a la formación de ese feto y corresponden a un espíritu enfermo y con alteraciones periespirituales, que no hace sino que reflejar y plasmar su enfermedad y desequilibrio en el cuerpo físico, como una forma de depurar esas anomalías que padece. 



Y ese Espíritu “defectuoso” que se está materializando en el vientre de la madre, a pesar de ser supuestamente perjudicado por mil dificultades, tiene una preciosa oportunidad de perfeccionarse espiritualmente, siendo capaz de desenvolver sus propias potencialidades. A cada uno de nosotros le compete estimularlas y ofrecerle las ocasiones para que pueda desarrollarlas. 

Y en estos casos nadie debería tener la autoridad de interferir provocando un aborto en nombre de una supuesta piedad, pues un feto portador de deficiencias, malformaciones o enfermo tiene la misma dignidad, el mismo derecho a nacer y, seguramente, más necesidad y urgencia de hacerlo que un feto sano y hermoso. 

Por lo tanto, si la piedad es una de las razones que se esgrime muchas veces para justificar el aborto, por favor, en nombre de esa misma piedad, busquemos los recursos que ayuden a mantener y a preservar la vida, y no aquellos que la interrumpan y la destrocen. 

En este sentido, cuando una mujer no se sienta, sea por los motivos que sea, con una estructura psicológica fuerte y adecuada para aceptar y criar al ser que se está gestando en su vientre, debería competir a la sociedad y a los órganos gubernamentales facilitar y estimular el desarrollo del embarazo y, si finalmente procediese, la adopción de la criatura nacida, en lugar de amparar su “muerte legal”. 

Estemos convencidos, por otra parte, de que ese espíritu que va a reencarnar en unas circunstancias anómalas y no deseadas, se ha de presentar en un medio social y familiar donde, especialmente los padres, han contribuido en el pasado, de una u otra forma, para que ahora ese espíritu retorne a ellos en esas condiciones adversas, necesitando, igualmente, pasar por esa experiencia reeducativa. 

Y ello es así porque las Leyes Divinas se encargan de reunir nuevamente hoy a los protagonistas de ayer, para darles la oportunidad de reajustar actitudes y sentimientos, y para que si en el pasado venció el desequilibrio y el odio, hoy, en su lugar, pueda vencer la Armonía y el Amor.

( Ángeles Calatayud)

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                                                           LOS HUÉRFANOS

. ¡Hermanos míos, amad a los huérfanos, pues, si supierais cuán triste es estar sólo y abandonado, sobre todo en la infancia!
     Dios permite que haya huérfanos para exhortarnos a servirles de padres. ¡Qué divina caridad la de ayudar a una pobre criatura abandonada, la de impedir que sufra hambre y frío, la de dirigir su alma con el fin de que no se pierda en el vicio! El que tiende la mano al niño abandonado, es agradable a Dios porque comprende
y practica su ley. Pensad también que el niño que socorréis os ha sido con frecuencia muy amado en otra encarnación y si pudieseis acordaros, no sería caridad, sino un deber. Así, pues, amigos míos, todo ser que sufre es vuestro hermano y tiene derecho a vuestra caridad, no a esa caridad que hiere el corazón, no a esa limosna
que quema la mano del que la recibe, porque vuestros  donativos  a menudo son muy amargos* ¡Cuántas veces los rehusarían, si la enfermedad y la desnudez no les esperasen en casa!. Dad con delicadeza; agregad al beneficio el más precioso de todos; una buena palabra, una caricia, una sonrisa de amigo; evitad ese tono
de protección que hiere de nuevo al corazón que sangra y pensad que haciendo el bien, trabajáis para vosotros y los vuestros. (UN ESPÍRITU FAMILIAR, París, 1860).
EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS
ALLAN KARDEC.

Comentario de Marco Antonio Gonzalez:  Roguemos a Dios por los huerfanitos, y por todos los niños del mundo que sufren, por la falta de amor y fraternidad de esta humanidad, tan alejada de la ley de Dios y amor al prójimo.

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