lunes, 3 de agosto de 2015

SOMOS MAYORÍA


                                          

                   EDUCACIÓN Y VIVENCIAS

Hay personas que defienden la idea de nivelar las condiciones de higiene de todos los seres en todos los cuadrantes de la Tierra.
Sin embargo, es necesario considerar que, no todos están en condiciones de limpiar y conservar limpia  su casa, sea ésta física o mental.
Lo que queremos decir es que no podemos esperar ninguna gran modificación en los escenarios de la  vida física, antes que surjan profundas alteraciones en el mundo moral de los hombres, y eso es una cuestión de educación.
Si colocamos a alguien sin educación para vivir en un palacio, pronto será reducido a ruinas.
Llevemos a alguien sin educación para convivir en un jardín, y en poco tiempo, lo transformará en un campo arruinado.
Entreguemos a alguien sin educación la guarda de niños sin experiencia y es posible que, dentro de poco, nos encontremos con diversos delincuentes, por los ejemplos degradantes con los que conviven.
Coloquemos detritos en las manos de una persona sin educación y veremos como serán desparramados, provocando enfermedades y otras molestias.
Por otro lado, si algún individuo con feliz educación necesita habitar en una casucha, con seguridad la transformará en un ambiente limpio y agradable, aunque pobre.
Notaremos, desde luego, que en aquella cabaña humilde habita alguien higiénico.  Veremos las latas viejas convertidas en floreros, la ropa limpia colgada en las cuerdas sencillas, la claridad del sol inundando las habitaciones pequeñas y bien ventiladas.
La persona educada que tenga un pequeño terreno árido y sin vida, en poco tiempo lo convertirá en un pomar excelente.
Y si colocamos desechos en manos bien educadas, éstos pronto serán transformados en abono útil para fomentar cosechas abundantes.
Por fin concluiremos que si el individuo es educado, habrá armonía a su alrededor y lo contrario también es verdadero.
De nada vale buscar higienizar nuestro planeta sin antes higienizar las mentes de sus habitantes con la verdadera educación, que es el conjunto de los hábitos adquiridos.
De esta forma, no nos olvidemos jamás que la mejoría de la casa guarda relación directa con la mejoría moral de su habitante. 
¡Piense en eso! 
Para que conozcamos la intimidad de las criaturas, basta que observemos sus reflejos exteriores.
Si la persona está en paz, derrama un aura de paz a su alrededor.
Si está con la mente atribulada, refleja en los gestos las inquietudes de la intimidad.
Si aún no ha conquistado los verdaderos valores morales, anda junto con la indignidad, a pesar de los esfuerzos realizados para que sea una persona de bien.
Así, "cada criatura trae en la frente, pero principalmente en los actos, el sello de su grandeza o de su inferioridad."    
¡Pensemos en eso!
Equipo de Redacción del Momento Espírita, con base en el libro  "Educación y Vivencias", cap. 1
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                  CONSTITUCIÓN DEL SER HUMANO
MARLENE NOBRE

 El Ser Humano está constituido de Alma, Cuerpo Físico y Cuerpos Sutiles; es, por lo tanto, mucho más complejo de lo que se consigue visualizar a simple vista, o a través de la tecnología médica existente.
Para detectar la materia que entra en la constitución de todos los envoltorios, inclusive la del cuerpo orgánico, la Física tendrá que avanzar mucho más en sus investigaciones, teniendo en vista, que la Revelación Espiritual afirma que el Universo está enteramente bañado por Materia Elemental o Hálito Divino; el electrón es también una partícula disociable y la materia física, incluso la más pesada y voluminosa, está constituida de “luz coagulada”.
Los Instructores Espirituales afirman aún que divisamos apenas una octava parte de lo que acontece a nuestro alrededor, lo que nos da idea de cuanto tendrá que avanzar la Ciencia para descubrir las múltiples dimensiones de vida y el tipo de “materia” que entra en la constitución de cada una de ellas, lo que significa descifrar los múltiples preparativos o modos de “coagulación” de la luz, que entran en la formación de las partículas de esas diferentes dimensiones

Tomado del libro “El alma de La Materia”
Adaptación: Oswaldo E. Porras Dorta

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DIALOGO ENTRE ALLAN 

KARDEC   Y     UN 

     SACERDOTE. 

- PREGUNTA DEL SACERDOTE - Sin dejar de admitir su razonamiento, ¿no cree usted que el vulgo necesita más 
imágenes plásticas que una filosofía que no puede comprender? 

- RESPUESTA DE A.K. - Este es un error que ha producido más de un materialista, o por lo menos separado de la religión a más de un hombre. Viene un momento en que esas imágenes no impresionan, y entonces las personas que no profundizan, con la parte rechazan el todo, porque se dicen: Si se me ha enseñado como verdad incontestable un punto falso, si se me ha dado una imagen, una figura en vez de la realidad, ¿quién me asegura que el resto es 
más verdadero? La fe se fortifica, por el contrario, si desarrollándole la razón, nada rechaza. 
La religión ganará siempre siguiendo el progreso de las ideas, y si hubiese de peligrar algún día, seria porque, habiendo adelantado los hombres, permaneciese ella estacionaria. Es equivocar la época creer que hoy puede conducirse a los hombres por el temor al demonio y  a los sufrimientos eternos. 

- Pregunta del Sacerd. - La iglesia reconoce hoy, efectivamente, que el infierno material es una figura; pero esto no excluye la existencia de los demonios. Sin ellos, ¿cómo explicar la influencia del mal que no puede venir de Dios? 

- Respue. de A.K. - El Espiritismo no admite los demonios, en el sentido vulgar de la palabra, pero admite los malos espíritus, que no valen mucho más y que causan tanto mal como ellos sugiriendo malos pensamientos. Únicamente dice que no son seres excepcionales, creados para el mal y perpetuamente destinados a él, especie de parias de la Creación y verdugos del género   humano. Son seres atrasados, imperfectos aún, pero a los cuales reserva Dios el porvenir. 
Está en esto conforme con la iglesia católica griega que admite la conversión de Satanás, alusión al mejoramiento de los malos espíritus. Note usted, también, que la palabra demonio sólo implica la idea de espíritu malo en la acepción moderna que se le ha dado, porque la palabra griega daimon significa genio, inteligencia. Como quiera que sea, admitir hoy la comunicación de los malos espíritus, es reconocer en principio la realidad de las manifestaciones. La cuestión está en saber si sólo son ellos los que se comunican, según afirma la Iglesia, para motivar la prohibición de comunicar con los espíritus. Aquí invocamos el razonamiento y los hechos. Si algunos espíritus, cualesquiera que sean, se comunican, sólo es con permiso de Dios; ¿y por qué comprenderse que sólo a los malos se les permite? 
¿Cómo daría a éstos amplia libertad para venir a engañar a los hombres, y prohibiría a los buenos el venir a hacerles la oposición, a neutralizar sus perniciosas doctrinas? Creer que es así, ¿no seria poner en duda su poder y su bondad y hacer de Satanás un rival de la Divinidad? La Biblia, el Evangelio, los Padres de la Iglesia reconocen perfectamente la posibilidad de comunicar con el mundo invisible, del cual no están excluidos los buenos. ¿Por qué, pues, habrían de estarlo hoy? Por otra parte, al admitir la Iglesia la autenticidad de ciertas apariciones y comunicaciones de los santos, rechaza por lo mismo la idea de que sólo tengamos que habérnoslas con malos espíritus. 
Ciertamente, cuando sólo buenas cosas encierran las comunicaciones, cuando sólo en ellas se predica la más pura y sublime moral evangélica, la abnegación, el desinterés y el amor al prójimo, cuando en ellos se censura el mal, cualquiera de sea el traje en que se disfrace, ¿es racional creer que el espíritu maligno venga de tal manera a hacer su propia acusación? 

- Preg. Sacerd. - El evangelio nos enseña que el ángel de las tinieblas, o Satanás, se transforma en ángel de luz para seducir a los hombres. 

- Resp. A.K. - Satanás, según el Espiritismo y la opinión de muchos filósofos cristianos, no es un ser real, sino la personificación del mal, como en otro tiempo lo era Saturno del tiempo. La Iglesia interpreta literalmente esta figura alegórica; asunto de opinión es éste que no discutiré. Admitamos por un instante que Satanás sea un ser real; la Iglesia, a fuerza de exagerar su poder con intención de atemorizar, llega a un resultado diametralmente opuesto, es decir, a la destrucción no ya de todo temor, sino de toda creencia en su persona, por el proverbio de que quien quiere probar mucho nada prueba. Se representa 
como eminentemente sagaz, mañoso y astuto, y en la cuestión del Espiritismo le hace desempeñar el papel de un tonto o de un torpe. 
Puesto que el objeto de Satanás es alimentar el infierno con sus víctimas y robar almas a Dios, se comprende que se dirija a los que están en el bien para inducirles al mal, y que para ellos se transforme, según la bella alegoría, en ángel de luz, es decir, que simule hipócritamente la virtud. Pero lo que no se comprende es que deje escapar a los que tiene ya entre sus garras. Los que no creen en Dios ni en el alma, los que desprecian la oración y están sumidos en el vicio son, tanto como pueden serlo, del diablo, y nada hay ya que hacer para hundirlos más en el lodazal. Luego, incitarlos a volver a Dios, a rogarle, a someterse a su voluntad, animarlos a renunciar al mal, pintándoles la felicidad de los elegidos y la triste suerte que espera a los malvados, sería propio de un negado, más estúpido que si se diese libertad a un pájaro prisionero con la idea de volverlo a coger enseguida. Hay, pues, en la doctrina de la comunicación exclusiva de los demonios una contradicción que puede apreciar todo hombre sensato, y por esto no se persuadirá nunca de que los espíritus que vuelven a Dios a los que le negaban, al bien a los que hacían el mal, que consuelan a los afligidos, que dan fuerza y ánimo a los débiles, que por la sublimidad de su 
enseñanza elevan el alma por encima de la vida material, son emisarios de Satanás, y que por este motivo debe prescindirse de toda revelación con el mundo invisible. 

QUE ES EL ESPIRITISMO. ALLAN KARDEC
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SOMOS MAYORÍA

Nunca antes en la Humanidad hubo tantas personas haciendo el bien y amando al prójimo como en nuestros días.

A primera vista, la frase parece fuera de contexto y mismo alienada de las cosas que vemos.

Tenemos la impresión de que todos están haciendo el mal, que pocos son honestos, que nadie respeta al prójimo.

Vemos las noticias en la televisión, leemos titulares en los periódicos, escuchamos conversando en el trabajo y en la conducción.

Todo parece convergir y dirigirse maliciosamente, para el prejuicio ajeno, para generar dificultades.

Sin embargo, lo que ocurre es que escuchamos medias verdades, o lagunas veces un pedazo bien pequeño de verdad y, apenas con eso, concluimos saberlo todo.

Lo que no vemos en los noticiarios son los millares de héroes anónimos que ganan su vida en el trabajo honesto y que, con responsabilidad, crían a sus hijos.

No son noticia las madres y los padres que velan horas al hijo el sueño de sus hijos para tener certeza de que están bien; que acompañan sus deberes escolares y los educan con amor y cariño.

Pocos comentan a respecto de la multitud de voluntarios que dedican horas y horas para minimizar dolores, dificultades y problemas del prójimo que, en la mayoría de las veces es alguien desconocido. Y todo eso lo hacen por el placer de ayudar.

Olvidemos que si hay muchos que transgreden las leyes, nunca tuvimos tanta protección legal para los niños, las mujeres y tantas otras minorías en la sociedad.

Si aún existen políticos que no honran sus cargos y misiones públicas, hay muchos funcionarios públicos que trabajan más allá de lo que sus contratos proveen, por el ideal de mejorar la vida de la población.

Son innumerables los pesquisidores científicos, que dedican sus vidas para solucionar problemas, aminorar las distancias, salvar vidas, ofrecer confort y bienestar a todos

Se asoman en los laboratorios, sirviéndose de su inteligencia y ciencia, en el ideal de conseguir algo que beneficie a la Humanidad.

Olvidamos que incontables son los médicos, profesores, o barrenderos de las calles que cumplen mucho más que su misión o su deber profesional.

Son muchos aquello que se dan generosamente, que ofrecen lo mejor que poseen, para también contribuir por un mundo mejor

Hay muchas más personas honestas que deshonestas en el mundo. Hay mucho más bondad que maldad en el corazón de la mayoría de nosotros. Hay muchas más personas haciendo el bien que perjudicando.

Siendo así, cuando miramos nuestra sociedad, recordemos que no estamos solos ni somos minoría aquellos que hacemos el bien, que somos honestos e idealistas.

Apenas somos, aparentemente, transparentes unos para los otros.

No nos vemos, sin embargo, estamos actuando todos para que los días, uno después de otro se tornen mejores y más felices

De esa forma, no debemos jamás desistir de nuestro ideal.

Al imaginarnos solos, basta que miremos a un lado, y luego percibiremos que somos una gran mayoría, una multitud aquellos que sembramos el bien, la justicia y la paz en los caminos de la vida

Redacción de Momento Espirita

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