Indumentaria de los Espíritus
126. Ya hemos dicho que los Espíritus se presentan con túnicas, amplias vestiduras o ropa común. Las vestiduras amplias y flotantes parecieran ser el indumento generalizado en el mundo de los Espíritus. Pero nos preguntamos de dónde sacan esos trajes con que a veces se muestran, en un, todo semejantes a los que utilizaban en la vida material, y que incluyen la totalidad de sus accesorios. Por supuesto, no se lo han llevado consigo esos objetos al desencarnar, sino que tales piezas siguen en nuestro mundo. ¿De dónde provienen, pues, las que visten en el otro?
Esta incógnita siempre ha intrigado mucho. Más, para grandes números de personas no pasaba de ser un mero motivo de curiosidad. Con todo, implicaba una cuestión básica de gran importancia, por cuanto su solución nos ha puesto en el camino de describir una ley general que es aplicable así mismo a nuestro mundo corpóreo. Numerosos hechos han venido a complicarla y a poner de relieve la insuficiencia de las teorías que se habían esbozado.
Hasta cierto punto se podía explicar la presencia del traje, puesto que es posible considerar a éste como formado, en cierto modo, parte del individuo. Más no sucede lo mismo con los accesorios y objetos personales, como por ejemplo, la tabaquera que llevaba consigo el visitante de la dama enferma, a quien nos hemos referido en el párrafo 116. Subrayemos que en ese episodio no se trataba de la aparición de un muerto, sino de un encarnado, y que este caballero, cuando volvió en persona a la casa de la señora, tenía una tabaquera en un todo similar a la que había mostrado al aparecerse ante ella. Cabe preguntarnos, pues, dónde había encontrado el Espíritu una tabaquera igual. Podríamos mencionar gran cantidad de casos en que Espíritus de muertos o de vivientes se aparecen con objetos diversos, como bastones, armas, pipas, libros y otros objetos más.
Se nos ocurrió entonces la idea de que los cuerpos inertes podían tener sus dobles etéreos en el mundo invisible. Que la materia condensada que forma los objetos tal vez posea una parte quintaesenciada que escapa a nuestros sentidos*. Esta teoría no se hallaba desprovista de verosimilitud, pero se mostraba impotente para explicar todos los hechos. Había uno, en especial, que parecía poder invalidar todas las hipótesis. Hasta entonces sólo se había tratado de imágenes o apariencias. Y ya hemos comprobado que el periespíritu es capaz de adquirir las propiedades de la materia y hacerse tangible, pero esa tangibilidad es solo momentánea, ya que pasados unos instantes el cuerpo sólido se desvanece como una sombra.
No cabe duda de que es un fenómeno extraordinario; pero lo que acaso sea más extraordinario aún es ver cómo se crea materia sólida persistente, cosa probada por un gran número de hechos auténticos, sobre todo el de la escritura directa, a la que nos referiremos en detalle en un capítulo destinado al tema. Sin embargo, puesto que este fenómeno se vincula íntimamente con la cuestión que ahora nos ocupa, y constituye una de sus aplicaciones más positivas, saltearemos el orden en que debe ser expuesto.
* Esta teoría del doble etéreo de las cosas es verdadera tanto para el espiritismo como para otras corrientes espiritualistas, mas no se aplica al caso de las apariciones. La explicación de los Espíritus revela una vez más su independencia con respecto a las ideas admitidas, inclusive tradicionalmente, por nuestros sistemas. (Nota de J. Herculano Pires)
127. La escritura directa, o pneumatografía, es la que se produce en forma espontánea, sin concurso de la mano del médium ni del lápiz**. Basta tomar una hoja de papel en blanco, lo que se puede hacer adoptando todos los recaudos previos necesarios para asegurarse de que no se es víctima de una superchería, doblarla y colocarla en cualquier parte: en un cajón o simplemente en un mueble. Y si se dan las condiciones adecuadas, al cabo de un tiempo mayor o menor se encontrarán en el papel caracteres, signos varios, palabras, frases y aún mensajes, casi siempre trazados con una sustancia grisácea análoga al grafito de la mina del lápiz. Otras veces aparece la escritura hecha con lápiz rojo, tinta común y también tinta de imprimir.
Tal el fenómeno, en toda su sencillez, y cuya reproducción, aunque poco usual, no es, sin embargo, muy rara, ya que hay personas, ya que hay personas que lo obtiene con bastante facilidad. Si se colocara un lápiz frente al papel se podré creer que el Espíritu se ha servido de él para escribir; pero, puesto que el papel se encuentra enteramente solo, es evidente que la escritura ha sido hecha con una materia depositada. Ahora bien, ¿de dónde saca el Espíritu esa materia? He aquí el problema, a cuya solución hemos sido conducidos por la tabaquera de que hablamos hace poco.
128. Tal solución nos la dio el espíritu de San Luis en las respuestas siguientes:
1.) Hemos mencionado un caso de aparición del Espíritu de una persona encarnada. Ese Espíritu poseía una tabaquera y aspiraba rapé. ¿Experimentaba entonces la misma sensación que cuando se hace esto en la realidad?
- No
2.) Esa tabaquera tenía igual forma que la que usaba él habitualmente, y que estaba en su casa. ¿Qué era, entonces, tal objeto en manos del aparecido?
- Una apariencia. Su finalidad consistía en hacer reparar en él, como efectivamente sucedió, de modo que la aparición no fuese tomada por una alucinación debida a la enfermedad de la vidente. El Espíritu quería que la dama creyese en la realidad de su presencia, de ahí que haya adoptado todas las apariencias de la realidad.
3.) Acabáis de decirnos que se trata de una apariencia. Pero una apariencia no tiene nada de real: es como una ilusión óptica. Querríamos saber si aquella tabaquera era sólo una imagen irreal, o si había algo de materia en ella…
- Por cierto que sí. Precisamente, con ayuda de ese principio material el periespíritu adopta la apariencia de ropas semejantes a las que el Espíritu llevaba cuando estaba encarnado.
OBSERVACIONES. –Es evidente que hay que entender aquí la palabra apariencia en el sentido de aspecto, imitación. . La tabaquera real no estaba ahí. La que tenía el Espíritu solo era una representación. Se trataba, pues, de una apariencia, si la comparamos con la original, aunque estuviera formada por un principio material.
Nos ha señalado la experiencia que no se debe tomar al pie de la letra ciertas expresiones que los Espíritus emplean. Si las interpretamos con arreglo a nuestras ideas nos exponemos a grandes equivocaciones. De ahí que sea necesario profundizar el significado de sus palabras cada vez que presenten éstas la menor ambigüedad. Es una recomendación que nos hacen constantemente los Espíritus mismos. A no ser por la explicación que en esta oportunidad suscitamos, el vocablo apariencia, reiterado de continuo en episodios análogos, podía dar lugar a una falsa interpretación*
** Posteriormente se admitió la escritura directa por medio de un lápiz u otros instrumentos, pero sin el uso de las manos. Véanse las experiencias de J. K. friedrich Zóllner con el médium Slade, en Pruebas científicas de sobrevivencia, EDICEL, San Pablo, 1966. (Nota de J. Herculano Pires)
4.) ¿Será, acaso, que la materia inerte se desdobla; que existe en el mundo invisible una materia esencial, que adopte la forma de los objetos que estamos viendo aquí? En síntesis, cada uno de esos objetos ¿tendrá su doble etéreo en el mundo invisible, de la manera misma que los seres humanos están representados en él por los Espíritus?
- No es eso lo que sucede. El Espíritu ejerce, sobre los elementos materiales que existen por doquier – en el Espacio, en vuestra atmósfera-, un poder que estas lejos de sospechar. Según su voluntad, es capaz de concentrar tales elementos y darles la forma y apariencia adecuada a sus proyectos.
OBSERVACIONES: Esta pregunta, conforme se habrá podido advertir, era la traducción de su propio pensamiento, es decir, de la idea que nosotros nos habíamos formado acerca de la naturaleza de dichos objetos. Si las respuestas de los espíritus fueran, como algunos pretenden, el reflejo del pensamiento de los asistentes de la sesión, entonces abríamos obtenido en este caso particular una confirmación de nuestra teoría, en vez de una teoría opuesta, como en efecto sucedió.
5.) Plantearé de nuevo la pregunta en forma categórica, a fin de evitar todo equivoco: las ropas que con que se cubren los Espíritus ¿son algo?
- Pienso que mi respuesta anterior dejó resuelta la cuestión.
¿No sabéis, por ventura, que el periespíritu mismo es algo?
6.) De esta explicación resulta que los Espíritus someten a la materia etérea a las transformaciones que desean. Así por ejemplo, refiriéndonos a la tabaquera de que hablábamos, el Espíritu no la encontró hecha, sino que la produjo él mismo mediante un acto de su voluntad, para utilizarla en el momento en que la necesitaba, y de igual modo ha podido después deshacerlas. Lo mismo debe de ocurrir con todos los demás objetos: ropas, alhajas, etcétera.
- Es evidente.
* Esta observación de Kardec es de la mayor importancia para cuantos se dedican a la práctica del Espiritismo. Los Espíritus se hallan en un mundo diferente al nuestro, y aun cuando estén hablándonos en el mismo idioma que utilizamos nosotros, no siempre éste corresponde a nuestra manera de ver las cosas. Debemos permanecer atentos a lo que nos dicen y solicitarles todas las aclaraciones que nos parezcan pertinentes. El problema del lenguaje de los Espíritus – ya señalado por Kardec-, requiere estudios en profundidad que aun están por hacerse. (Nota de J. Herculano Pires.)
ALLAN KARDEC
DEL LIBRO DE LOS MÉDIUMS Capítulo VIII
Para ver cara a cara al universal y omnipresente Espíritu de al Verdad, uno debería ser capaz de amar aún la más insignificante de las criaturas como a sí mismo.
El que aspira a ello no pude permitirse el menospreciar ninguna forma de vida".
.Norma Peralta
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