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| Símbolo de la constitución del hombre |
( Trecho de una carta de mi amigo y hermano Bras Alborada)
Seguid, seguid hermanos míos, por esos caminos de divulgación y esclarecimientos que en el Nombre de Dios estáis llevando a muchos rincones de esta Esfera, que Él os bendiga y os siga iluminando para que sigáis llevando Amor y Esperanza a tantos corazones resecos por las asperezas de la Vida.
SIN TRABAJO, NO HAY ESPIRITISMO.
SIN CARIDAD, NO HAY ESPIRITISMO.
SIN AMOR, NO HAY ESPIRITISMO.
Y es por eso que la tarea del Espiritista es tan importante a los ojos de Dios, porque el Espiritista está allí donde hay problemas, donde hay dolor y lleva esperanza y consuelo que es la mejor manera de interpretar a Jesús, de vivir como el Sublime Maestro desea que lo hagamos.
Hermanos, no tenemos derecho a pensar mucho en nosotros, cuando tantos sufren por falta de amor y de ayuda material y espiritual.
Somos lo que hacemos, nada más y nada menos, porque el que ama, la conciencia le reclama solidaridad, mientras más trabajo, más pruebas; los hermanos brasileños acostumbran a decir, NADIE LE PEGA A UN PERRO MUERTO. Así que los que no hacen nada, sino hablar, los Obsesores no se meten mucho con ellos, pues no hace falta, ahora con los que hacemos algo ¡cuidado!, la acechanza es total, permanente y la contra es ¡ACCIÓN Y ORACIÓN!
Diariamente estaremos sometidos a presiones y pruebas que tienden a desanimarnos, los enemigos de Jesús quieren aniquilar nuestro trabajo poniéndonos trabas por doquier y sembrando en nuestros corazones la duda y el desasosiego, pero gracias al Amor de Nuestro Amantísimo Padre Celestial, numerosos espíritus amigos que actúan en el anonimato nos acompañan en nuestras empresas y nos protegen de las malas influencias. Y es por eso queridos hermanos que debemos estar vigilantes ante las embestidas de las sombras que desean vernos sufrir y claudicar, pero aquel que desea mejorarse y hace verdaderos esfuerzos por educarse espiritualmente, olvidándose de sí mismo, llegando a conseguirlo, día a día se va haciendo más fuerte y se va revistiendo de esa coraza de luz necesaria para protegerse de los dardos empozoñados que nos lanzan las entidades ignorantes que son precisamente las que más necesitan de nosotros, de nuestras oraciones y de nuestra piedad.
Por aquí estamos de trabajo a tope, pues ya sabéis que la mies es mucha, pero los segadores pocos, pero con la ayuda de la Divina Providencia vamos avanzando, aunque con algunas trabas, por estos caminos espinosos que el Amor convierte en bellos jardines.
Todos los días amados hermanos, tenemos que echarnos a la calle para auxiliar en el nombre de Dios; hay que estar donde el dolor nos reclame, ya que esa es nuestra más sagrada obligación, aunque seamos nosotros a veces los más necesitados de esa ayuda.
DEJAR DE COMER ES FACTIBLE, DEJAR DE DORMIR ES POSIBLE, PERO DEJAR DE TRABAJAR JAMÁS, PUES EL SERVICIO ES NUESTRO OXIGENO, NUESTRA SANGRE, NUESTRA VIDA, ES EXACTAMENTE EL LAZO QUE NOS UNE A TODOS CON EL SEÑOR, ES EL VINCULO, EL CORDÓN UMBILICAL, ES LA VIDA MISMA CON TODA SU GRANDIOSIDAD.
La lucha es grande, se lucha con uno mismo para vencer las tendencias inferiores; en este sentido tenemos que tener mucha paciencia con nosotros mismos, pues como sabéis hace milenios que estamos luchando por ser santos y mirad que lejos estamos aún, por eso no podemos alcanzar una meta tan importante de la noche a la mañana.
Trabajemos, trabajemos hasta el cansancio, no somos santos ni ángeles pero podemos trabajar, servir y amar, y prestando nuestro cuerpo al Señor, el sudor se vuelve música Celestial y se avanza aún sin saberlo, AMAR ES SERVIR.
Así, que la llave del Amor se abra y que el agua bendita del Evangelio riegue esos corazones a veces resecos por las asperezas de la vida, SUFRIR ES SUBIR.
No temamos al dolor que siempre acompaña a los MISIONEROS DEL SEÑOR, no estamos solos, infinidad de espíritus amigos siguen ahí, ocultos bajo el manto del olvido.
Detrás de nosotros siguen nuestros pasos y nos dan muchas fuerzas para seguir luchando, para vivir y triunfar.
No desfallezcamos, mitiguemos el dolor, usemos la palabra, la palabra santa, la palabra de ternura, usemos la caricia, el gesto… en fin todos esos recursos que Dios en Su inmensa bondad ha puesto en nuestro ser para que ayudemos a esos seres que están pasando su momento crucial, su dramática hora, su aprendizaje en la expiación y grabemos en ellos el Amor de Dios para que no lo olviden jamás y luchemos con todas nuestras fuerzas todos los días y a todas horas para que el Reino de Dios se haga realidad en la tierra y pongamos el corazón en ello y la vida, para que hagamos las cosas que lamentablemente nadie quiere hacer por ahora, cumpliendo así con nuestro sagrado deber de hijos de Dios, y veremos que al llegar la tarde dulce de nuestros días, el ocaso de nuestra existencia, el fin del curso, los profesores de Dios, ángeles buenos, premiarán nuestra labor promoviéndonos a realidades y responsabilidades más amplias, pues supimos conjugar el verbo Cumplir, el verbo Cooperar, el verbo Servir, el verbo Amar, el verbo Soportar, el verbo Resistir y ahora tendremos derecho de vivir feliz dentro de la Paz del Señor.
Hermanos, cada lágrima vertida en el trabajo Cristiano es una Luz eterna que se prende en nuestra envoltura espiritual, señalando que las cicatrices de la tierra son las estrellas del Cielo. Busquemos consuelo en el trabajo que el Señor nos da, prestemos ayuda a tantos necesitados como sea posible, no nos neguemos al auxilio y Dios nuestro Amantísimo Padre nos ayudará; DAR PARA RECIBIR, TAL ES LA LEY.
Combatamos el dolor con el Amor constante y triunfemos con el Señor, el cual nunca nos abandonará. Cuando os falten las fuerzas pedid a Dios que os ayude y Su voz sonará en la distancia donde siempre responde a los hijos amados que luchan por practicar el Evangelio en toda su pureza.
Vosotros hermanos míos ya conocéis a Jesús, seguidle.
Y ya finalmente os diré que somos la herramienta de la que Dios se vale para hacer su trabajo aquí en la tierra, y es por eso que debemos orar por el sol, por el viento, por el bien y por el mal, por el que nos ama y por el que nos odia, oremos siempre y que nuestra oración sea una estela de sentimiento que fluye de nuestro corazón y se dirige a Dios nuestro Padre común.
Y cuando estéis en oración, no olvidaros de incluir a este pobre hermanito que en la distancia también está luchando para que Dios le de energía y fuerza para secundar vuestro esfuerzo regenerador en pos de una humanidad mejor.
Os envío en el nombre de todo el grupo mucha Paz y alegría espiritual.
Vuestro más pequeño hermano, (CARTA MEDIUMNICA)
Fraternalmente:
- Alborada Espírita Cristiana -
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