SOLIDARIDAD EN LA PERSPECTIVA KARDECIANA
¿Qué es la solidaridad?; para los egoístas la palabra reverbera perturbadora e incómoda porque su verdadero significado impone movilización de recursos a favor del prójimo.
Se fundamenta en valores que no conseguimos cuantificar.
¿Más, que es ser solidario?.- Es sentir la necesidad intima de accionar; es querer ir más allá; es percibir que la alegría de dar es indiscutiblemente superior a la de recibir; es extender la mano al prójimo sin mirar su raza, condición de género, cuenta bancaria, etc. La asunción del sentimiento solidario nos torna efectivamente mejores personas. La solidarización es el “sentimiento de identificación con los problemas del otro, lo que lleva a las personas a ayudarse mutuamente” (1); es una manera de asistencia moral y espiritual que se concede a alguien, sea por simpatía, piedad o sentido de justicia. En el sentido de lazo de unión fraternal que une a las personas, por el hecho de ser semejantes, lo llamamos solidaridad humana. Es el compromiso por el cual nos sentimos en la obligación que tenemos en relación con los demás, o sea, es la interdependencia y la reciprocidad.
Infelizmente vivimos en un ambiente social de quimeras postergadas, de sueños frustrados, de mentes cansadas, en una sociedad de manchas morales, de “mentes vacías” y sumidos en la futilidad del hoy, viviendo aisladas en el “ego” helado. Vivimos completamente sumergidos en la vida egocéntrica, que nos remite irreversiblemente a la soledad. El Espíritu Emmanuel resalta que “la técnica avanzó de la producción económica en todos los sectores, seleccionando el algodón y el trigo por intensificarles las cosechas,pero, para los ojos que contemplan el paisaje mundial, jamás se verifico entre los encarnados tamaña escasez de pan y de vestuario. Se primorearon las teorías sociales de solidaridad y nunca hubo tanta discordia” (2)
Los males que afligen a la Humanidad son resultantes exclusivamente del egoísmo (ausencia de solidaridad). La eterna preocupación con el propio bienestar es la gran fuente generadora de desatinos y pasiones desequilibradas. La máxima “Fuera de la Caridad no hay Salvación” (3) es la bandera de la Doctrina Espirita en la lucha contra el egoísmo. La solidaridad es la caridad puesta en acción, la caridad consciente, responsable, actuante, emprendedora. Los preceptos espiritas contribuyen para el progreso social, deterioran el materialismo, hacen que los hombres comprendan donde esta su verdadero interés. El Espiritismo destruye los preconceptos “de sectas, de castas y de razas, enseña a los hombres la gran solidaridad que debe unirlos como hermanos” (4), por lo tanto, según los Benefactores espirituales “cuando el hombre practique la Ley de Dios, tendrá un orden social fundado en la justicia y en la solidaridad” (5)
La recomendación de Cristo “que os ameis unos a los otros como yo os ame” (6) nos asegura el régimen de la verdadera solidaridad y garantiza la confianza y el entendimiento reciproco entre los hombres. La solidaridad en la vida social es como el aire para el avión. El avión, a pesar de toda la tecnología, si no tuviera aire para sostenerse, no volaría. La práctica de ese sentimiento vivifica y fecunda los gérmenes que en él existen, en estado latente, en los corazones humanos. La Tierra, local de pruebas y de exilio, será pacificada por ese fuego sagrado y será ejercido en su superficie la caridad, la humildad, la paciencia, la devoción, la abnegación, la resignación y el sacrificio virtudes todas hijas del amor y de la solidaridad.
Es imprescindible darnos, a través del sudor de la colaboración y del esfuerzo espontaneo en la solidaridad, para atender, sustancialmente, nuestras obligaciones primarias, frente a Cristo (7)
Ante las responsabilidades resultantes de la conciencia doctrinaria, que nos impone superar la temática de la vulgaridad e inmediatismo el comportamiento humano, en amplia mayoría, la máxima solidaridad se presenta como derrotero bendecido de una acción espirita consciente, capaz de esclarecer y edificar los corazones, con la fuerza irresistible del ejemplo.
- Jorge Hessen -
"La paciencia es la virtud que te auxiliará en la conquista de los bienes del cuerpo, del alma y de la sociedad.
Ella enseña la técnica de cómo se debe aguardar, cuando no se puede tener inmediatamente lo que se desea.
Jamás te irrites.
La paciencia te auxiliará a vencer todo."
(Vida Feliz -- Joanna de Angelis)
“Se reconoce al verdadero espírita por su transformación moral y por el esfuerzo que emplea para domar sus malas inclinaciones.”
(Allan Kardec, O Evangelho Segundo o Espiritismo, cap. XVII, item 4
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