jueves, 10 de marzo de 2011
Periespíritu
Los científicos ya han determinado, que el cuerpo humano genera electricidad, porque el tejido vivo genera energía.
La neurobióloga Candace Pert ha demostrado que los neuropéptidos, sustancias químicas activadas por las emociones, son pensamientos convertidos en materia, por lo que las emociones residen físicamente en el cuerpo y se interrelacionan con las células y los tejidos.
De hecho, el mismo tipo de células que producen y reciben esas sustancias químicas emocionales en el cerebro, están presentes en todo el cuerpo. La Dra. Pert dice: “[…] cada órgano y sistema corporal está calibrado para absorber y procesar energías emocionales y psíquicas específicas. Es decir, cada zona del cuerpo transmite energía en una frecuencia específica, detallada, y cuando estamos sanos, todas están sintonizadas armónicamente” .
La ciencia analítica ya empieza a confirmar que las células están dotadas de inteligencia, que las hace agruparse, defenderse y actuar conforme un plan establecido. Pero esa inteligencia celular ¿de donde proviene?, ¿dónde se encuentra el plan inteligente que lo dirige todo?
El Dr. Jorge Carvajal, atendiendo a un paciente con un miembro amputado y aplicando cromoterapia descubrió que:
“el espacio que nos circunda está compuesto por algo que responde a la luz, al calor, a sustancias químicas que rechaza y reconoce; ese algo nos modela y permanece cuando una parte del organismo es destruida y, al trabajar sobre ese campo invisible, se obtienen respuestas en el cuerpo físico”.
Antiguas medicinas como la hindú, china, y más contemporáneas como la radiestesia y otras, nos hablan de un cuerpo etérico sobre el que se construye nuestro cuerpo físico. Este cuerpo es sensible al calor, color y tonos.
Estudios bioenergéticos, demuestran que cada célula tiene su propia música, inaudible para nosotros, pero necesaria en el mantenimiento de la armonía de los tejidos.
Con colores y sonidos, las células dialogan entre sí produciendo una vibración que es registrada como sonidos o color. Mediante el sonido o la luz, se puede enseñar de nuevo el ritmo perdido, y el cuerpo escucha y aprende. Pero de nada sirve si no hay una concienciació n del ser humano, hacia una visión totalitaria que nos demuestra, que la espiritualidad es mucho más que una necesidad psíquica y emocional: es una necesidad biológica innata.
El Dr. Hernán Guimaraes Andrade, presidente del Instituto Brasileño de Investigaciones Piscobiofísicas confirma la existencia de algo inmaterial, aún no detectado por la ciencia establecida y que comanda la estructura de las células de los seres vivos.
Según su teoría, un campo de naturaleza magnética llamado Campo Biomagnético (CBM), está interrelacionado con el Modelo Organizador Biológico (MOB) o periespíritu.
De manera que ambos cuerpos (físico y espiritual), pueden transmitir y recibir la información necesaria, para ir modificando los cuerpos conforme a las vivencias del ente encarnado. Las experiencias del CBM le valieron al Dr. Andrade, en 1997, el Primer Premio Científico de al Asociación Médico-Espírita de Brasil.
En la actualidad existe un grupo de científicos internacionales, físicos, químicos, astrónomos, matemáticos y biólogos, entre otros, que se preocupan en retomar la búsqueda de Dios, siguiendo los pasos de Newton y Einstein.
Este movimiento científico es conocido como “Gnosis de Princeton” y presentan nuevos conceptos llamados campos mórficos o morfogenéticos y la resonancia mórfica.
Estos campos mórficos son estructuras energéticas que organizan la vida, estructuras inmateriales que dan forma a las cosas del mundo, de los átomos más simples, como el hidrógeno, a los seres vivos.
La resonancia mórfica sería una emanación de esos campos. Tienen como misión, transmitir o “informar” a las células como deben disponerse para formar al individuo de cada especie. Esos campos mórficos no se localizan en los genes, pero ejercen influencia directa sobre la materia.
Para los espiritistas, esos campos mórficos y la resonancia mórfica corresponden a la estructura del periespíritu, cuerpo espiritual o modelo organizador biológico.
Los Espíritus nos dicen: “los fluidos espirituales son el vehículo del pensamiento; éste actúa sobre aquéllos como el sonido lo hace sobre el aire.
Los fluidos transmiten el pensamiento, como el aire lo hace con los sonidos.[... ] los movimientos más secretos del alma repercuten en la envoltura fluídica, actuando sobre el periespíritu y éste sobre el organismo material con el cual se halla en contacto molecular.
Si los efluvios son de naturaleza buena, el cuerpo recibirá una impresión saludable; si son malos, la sensación será desagradable; si los malos son permanentes y enérgicos, podrán ocasionar desórdenes físicos: ciertas enfermedades no tienen otro origen”.
El mundo cambia, los científicos empiezan a investigar las manifestaciones de la vida desde una perspectiva mucho más amplia y los espiritistas no podemos quedarnos atrás en el estudio de la ciencia, pues es ella la que nos confirma a cada paso que da, que las enseñanzas de los Espíritus Superiores, siguen siendo vigentes desde su codificación hace ya más de 150 años.
Encarnamos en un cuerpo para aprender a equilibrar las energías, físicas y espirituales, del pensamiento y la acción, del poder material y del poder mental y nuestro cuerpo contiene una “plantilla” inmanente para la curación.
La Doctrina Espiritista determina la importancia del estudio de ese cuerpo energético, llamado periespíritu para poder entender de forma racional la fuerza creativa de nuestros pensamientos y emociones y cómo repercuten en nuestra vivencia psico-biológica.
Recordemos que todos somos, ante todo, espíritus y nuestra expresión en la vida cotidiana es una manifestación de nuestro espíritu. Luis Gonzaga Pinheiro, en su 12 Kardec, Allan. La Génesis, cap. XIV.
10 Jornadas Andaluzas de Espiritismo Noviembre de 2006 libro “O Periespírito e suas modelaçoes”, concluye: “Estudiar el periespíritu es tener conocimiento de si mismo, lección primordial en el Espiritismo y en el espiritualismo en general.
Sin ese entendimiento, prerrequisito para el estudioso espírita, la mediumnidad, los efectos físicos, las obsesiones, la reencarnación, la ley de causa y efecto no son explicables ni entendidos, por constituir ese cuerpo vaporoso el agente por el cual tales fenómenos acontecen”.
El estudio analítico y comparativo del Espiritismo con otras corrientes filosóficas y científicas, nos ofrece una visión mucho más completa de la realidad en la que vivimos, mostrándonos a nosotros mismos, como co-creadores de la Vida y dejando de ser víctimas o esclavos de Ella.
“El arte de ser hombre, es el de dirigir la orquesta planetaria, en la dirección señalada por el Gran Arquitecto, otro de los nombres con que ha sido reconocido Dios en la historia”.
Jornadas Andaluzas de Espiritismo Noviembre de 2006
Adaptación: Oswaldo E. Porras Dorta
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