miércoles, 29 de noviembre de 2023

Evidencias directas que sugieren reencarnación

 INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.-  Temor

2.-¿ Posible reencarnación de espíritus que nunca lo hicieron aquí?

3.- La vida en el espacio

4.-Evidencias  directas que sugieren reencarnación

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                                                   TEMOR                     


          EL TEMOR AGOTA LA ENERGÍA VITAL
El cerebro humano es un almacén de energía. Dicha energía está siendo constantemente utilizada en los movimientos musculares, en el trabajo del corazón, los pulmones y el diafragma, en el metabolismo de las células tisulares y sanguíneas, y en la labor del sistema telefónico sensitivo-motor de los nervios. Además de todo esto, una tremenda cantidad de energía vital se consume en todos los procesos intelectuales, emotivos y volitivos.
   El temor agota la energía vital; este es uno de los mayores enemigos de la fuerza de voluntad dinámica. La fuerza vital que fluye habitualmente a través de los nervios en forma constante, es exprimida de ellos de tal manera a causa del temor, que los nervios mismos se comportan como si estuviesen paralizados, y la vitalidad de todo el cuerpo se reduce. El temor no te ayuda a alejarte del objeto que lo provoca, sino que solamente debilita tu fuerza de voluntad. Urgido por el temor,  el cerebro genera un impulso inhibidor que actúa sobre todos los órganos del cuerpo, constriñendo el corazón, interrumpiendo las funciones digestivas, y provocando otras numerosas perturbaciones físicas, cuando se mantiene la conciencia enfocada en Dios. No se puede abrigar temor alguno; se dispone entonces de la capacidad para vencer todos los obstáculos con el valor y la fe.
    Un "deseo" es una aspiración carente de energía. Un deseo puede o no ser seguido de una intención, esto es, del proyecto de realizar algo concreto, de satisfacer, de echo, determinado anhelo, pero querer significa decir: "Trabajo y trabajaré siempre, hasta que consiga cumplir mi deseo". Toda vez que ejerces tu fuerza de voluntad, pones en acción el poder de la energía vital; pero no sucede así cuando deseas en forma meramente pasiva el poder de conquistar un determinado objetivo. 
Por Viviana Clara Gianitelli-
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 ¿ POSIBLE REENCARNACIÓN DE ESPÍRITUS QUE NUNCA LO HICIERON AQUÍ?
     176. Tras haber encarnado en otros mundos, ¿pueden los Espíritus hacerlo en éste, si no encarnaron nunca aquí?
- Sí, como vosotros en los demás globos.- Todos los mundos son solidarios. Lo que no se realiza en uno se cumple en otro.

176 a. De esta manera ¿hay hombres que están en la Tierra por primera vez?

- Los hay, muchos y en diversos grados.

176 b. ¿Se puede reconocer por cualquier indicio cuándo un Espíritu está por vez primera reencarnado en la Tierra?
- Eso no tendría ninguna utilidad.

177. Para llegar a la perfección y a la ventura suprema, que es la meta postrera de todos los hombres, ¿debe el Espíritu pasar por la serie de pruebas de todos los mundos que en el Universo existen?
- No, porque hay muchos mundos que están en el mismo grado y donde el Espíritu no aprendería nada nuevo.

El libro de los espíritus
Allan Kardec
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               LA VIDA EN EL ESPACIO

Según ciertas doctrinas religiosas, la tierra es el centro del universo y el cielo se alza formando una bóveda alrededor de nosotros. En su parte superior, según dicen, es donde se encuentra la morada de los bienaventurados y el infierno, mansión de los condenados, prolonga sus sombrías galerías por las mismas entrañas del globo. La ciencia moderna, de acuerdo con la enseñanza de los Espíritus, presentándonos el universo sembrado de innumerables mundos habitados, ha dado un golpe mortal a aquellas teorías. El cielo esta en todas partes; por todas partes se encuentra lo inconmensurable, lo insondable y lo infinito; en todas partes hay un hormigueo de soles y de esferas en medio de los cuales nuestra tierra no es más que una unidad minúscula. En el seno de los espacios no hay más que moradas circunscritas a las almas. Siendo libres y puras, éstas recorren la inmensidad y van a donde les llevan sus afinidades y sus simpatías.

Los Espíritus inferiores, grávidos por la densidad de sus fluidos, permanecen como aferrados al mundo donde han vivido, circulando por su atmósfera o mezclándose con los humanos. Los goces y las percepciones del espíritu no resultan del ambiente que ocupa, sino de su estado personal y de los progresos realizados. Un espíritu retrasado de periespíritu opaco y envuelto en tinieblas puede encontrarse con el alma radiante cuya forma sutil se preste a las sensaciones más delicadas, a las vibraciones más extensas. Cada uno lleva en sí su gloria o su miseria. La condición de los Espíritus en la vida de ultratumba, su elevación, su felicidad, todo depende de su facultad de sentir y de percibir, que es proporcional a su grado de adelanto. Ya vemos aumentar sobre la tierra los goces intelectuales con la cultura interior.

Las obras literarias y artísticas, las bellezas de la civilización, las más altas concepciones del genio humano permanecen incomprendidas por el hombre salvaje y aún por muchos de nuestros conciudadanos. Así, pues, los Espíritus de orden inferior, como ciegos en medio de la naturaleza llena de sol o como sordos en un concierto, permanecen indiferentes e insensibles ante las maravillas de lo infinito. Estos Espíritus, envueltos en fluidos espesos, soportan las leyes de la gravitación y son atraídos por la materia. Bajo la influencia de sus apetitos groseros, las moléculas de sus cuerpos fluidicos se cierran a las percepciones exteriores y les hacen esclavos de las mismas fuerzas naturales que gobiernan a la humanidad. Nunca se insistiría demasiado en este hecho, que es el fundamento del orden y de la justicia universales: las almas se agrupan y se escalonan en el espacio según el grado de pureza de su envoltura; la categoría del espíritu esta en relación directa con su constitución fluídica, la cual es su obra propia, la resultante de su pasado y de todos sus trabajos. Ella es la que determina su situación, en ella es donde encuentra su recompensa o su castigo.

Mientras el alma purificada recorre la vasta y radiante extensión, mora a su antojo en los mundos y apenas ve los límites de su impulso, el espíritu impuro no puede alejarse de los globos materiales. Entre estos estados extremos, numerosos grados intermediarios permiten a los Espíritus semejantes agruparse y constituir verdaderas sociedades celestiales. La comunidad de ideas y de sentimientos, la identidad de gustos, de opiniones y de aspiraciones atraen y unen a esas almas que forman grandes familias. La vida del espíritu avanzado es esencialmente activa, aunque sin fatigas. Las distancias no existen para él. Se transporta con la rapidez del pensamiento. Su envoltura, semejante a un vapor ligero, ha adquirido tal sutilidad que se hace invisible para los Espíritus inferiores. Ve, oye, siente, percibe, no ya con los órganos materiales que se interponen entre la naturaleza y nosotros e interceptan el paso a la mayor parte de las sensaciones, sino directamente; sin intermediarios, con todas las partes de su ser. Así, pues, sus percepciones son mucho más claras y múltiples que las nuestras. El espíritu elevado nada de cualquier modo en el seno de un océano de sensaciones deliciosas. Cuadros cambiantes se desarrollan ante su vista, armonías suaves le arrullan y le encantan.

Para él, los colores son perfumes y los perfumes sonidos. Y aunque sus impresiones son exquisitas, puede sustraerse a ellas y recogerse a voluntad, envolviéndose en un velo fluídico y aislándose en el seno de los espacios. El espíritu avanzado queda libre de todas las necesidades del cuerpo. La alimentación y el sueño no tienen para él ninguna razón de ser. Deja para siempre, al abandonar la tierra, los vanos cuidados, las alarmas, todas las quimeras que emponzoñan la existencia terrena. Los Espíritus inferiores llevan consigo, más allá de la tumba, sus costumbres, sus necesidades, sus preocupaciones materiales. No pudiendo elevarse por encima de la atmósfera terrestre, vuelven a participar de la vida de los humanos, a intervenir en sus luchas, en sus trabajos y en sus placeres.

Sus pasiones y sus apetitos, siempre despiertos, les abruman sobreexcitados por el continuo contacto con la humanidad y la imposibilidad de satisfacerlos supone para ellos una causa de sus torturas. Los Espíritus no necesitan de la palabra para comprenderse. Como quiera que se refleje cada pensamiento en el espíritu como una imagen en un espejo, cambian sin esfuerzo sus ideas con una rapidez vertiginosa. El espíritu elevado puede leer en el cerebro del hombre y discernir sus más secretos designios. Nada le queda oculto. Escruta todos los misterios de la naturaleza y puede explorar a su antojo las entrañas del globo y el fondo de los océanos y considerar en ellos los restos de las civilizaciones desaparecidas. Atraviesa los cuerpos más densos y ve abrirse ante sí los dominios impenetrables por el pensamiento humano.

León Denís
Extraído de libro "Después de la Muerte"

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EVIDENCIAS DIRECTAS QUE SUGIEREN REENCARNACIÓN
                                

Entre la evidencias directas que sugieren casos de reencarnación, tenemos: Los recuerdos espontáneos de vidas anteriores, las informaciones mediúmnicas y las obsesiones.

- Recuerdos espontáneos de vidas anteriores.- Son más frecuentes en niños que en adultos. En los niños los recuerdos son muy vivos, entre los dos y los siete años de edad, y luego van apagándose paulatinamente. Es posible que eso tenga relación, por una parte, con el proceso de integración del espíritu y su periespíritu al nuevo organismo biológico y también con la evolución familiar y social del niño. Cuando los recuerdos se dan en adultos, permanecen con la persona de por vida y difícilmente se borran.
     Hay casos en que los recuerdos son fragmentarios, imprecisos, y no permiten una investigación confirmatoria. En las situaciones en que los recuerdos son más o menos completos, se considera conveniente adoptar el criterio del Dr. Ian Stevenson, quien exxige que estén presentes al menos seis detalles evidentes que permitan excluir el azar y las coincidencias, y por ende, considerarlo un caso que sugiere legítimamente la reencarnación.
   Algunos de estos detalles,  además, claro está, del propio recuerdo de la vida anterior, con citas concretas de nombres, lugares y fechas, se relacionan con el carácter, los gestos, peculiaridad de la voz, gustos, opiniones, caligrafía parecida o idéntica, y en general, con las modalidades que adopta en su comportamiento.
    Hay algunos obstáculos que dificultan estos recuerdos espontáneos y que, por consiguiente, reducen el número de casos por estudiar, como los siguientes :
   - Los prejuicios religiosos, familiares y sociales, en contra de la reencarnación.
   - El antagonismo oficial hacia esa idea.
   - Los padres no prestan atención a los recuerdos de los niños, o los desechan como fabulaciones infantiles.
   - Temor a perder la identidad propia.

Informaciones mediúmnicas,. A través de comunicaciones mediúmnicas obtenidas en diversas épocas y países, se registtran mensajes espirituales de entidades espirituales que narran eventos relacionados con sus propias vidas. Naturalmente para lograr una investigación seria y efectiva de casos que sugieren reencarnación, solo pueden tomarse en cuenta aquellos mensajes que reúnen como mínimo estos requisitos:
    . Identificación completa del personaje recordado, indicando nombre, lugar y fecha de nacimiento, nexos familiares, profesión y causa de la muerte.
   - Muestras significativas de conocimientos idiomáticos, en caso de haber ocurrido esa vida en un lugar en el que se hable un idioma distinto al suyo actual.
   - Otros detalles evidentes que permitan descartar la hipótesis del fraude, la pantomnesia o la percepción extrasensorial.
    La historia de la fenomenología mediúmnica ofrece varios casos que se ajustan a estos requerimientos y permiten ser considerados como evidencias directas probatoria de la tesis de las vidas múltiples.

Las Obsesiones,.- En el contexto espírita, se define la obsesión, como la influencia perniciosa que ejerce un espíritu sobre otro, por diversas causas. Según la gravedad, pueden ser: Obsesión simple ( influencias espirituales ), Fascinación ( cuando el espíritu obsesor ilusiona los pensamientos de su víctima, engañándola y paralizando su capacidad de razonar sobre su propia situación) y Subyugación, cuando el obsesor controla totalmente a su víctima, llegando a provocarle perturbaciones patológicas.
    Un importante porcentaje de los casos obsesivos, está íntimamente vinculado con la reencarnación, puesto que si el origen del conflicto entre obsesor y víctima se remonta a alguna vida anterior. A través de un diagnóstico espiritual se establece ese origen, se definen las causas del problema, y una vez comprendida la dinámica reencarnatoria, se procede a la solución del caso por medio del adoctrinamiento y el esclarecimiento, para desatar los vínculos de odio y venganza que mantienen ligados a esos seres.
    El fracaso de las terapias psiquiátricas en tantos casos, se debe al desconocimiento involuntario o deliberado del factor reencarnatorio. Por el contrario, la gran cantidad de curaciones exitosas obtenidas en instituciones asistenciales espíritas, abonan pruebas en favor de la palingenesia y demuestran sus extraordinarias posibilidades y alcances en la ciencia y la cultura contemporánea.
- Jon Aizpúrua- ( de si obra "Tratado de Espiritismo")

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