martes, 3 de mayo de 2022

El valor del ejemplo

  INQUIETUDES

1.-Pérdida y suspensión de la mediumnidad

2.- El valor del ejemplo

3.- Ante la muerte de un ser querido

4.-El padrón del pensamiento determina el ambiente


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Pérdida y suspensión de la mediumnidad

220. La facultad mediúmnica está sujeta a intermitencias y a suspensiones momentáneas, ya sea para las manifestaciones físicas, ya sea para la escritura. He aquí las contestaciones de los Espíritus dadas a algunas preguntas hechas con este objeto.

1. ¿Los médiums pueden perder su facultad?

Esto sucede a menudo, cualquiera que sea el género de esta facultad; pero muchas veces sólo es una interrupción momentánea que cesa con la causa que ha producido.

2. ¿La causa de la pérdida de la mediumnidad está en la extinción del fluido?


Cualquiera que sea la facultad del médium nada puede hacer sin el concurso simpático de los Espíritus, cuando ya no se recibe nada, no es porque le falte siempre la facultad; muchas veces los Espíritus son los que no quieren o no pueden servirse de él.

3. ¿Qué causa puede provocar en un médium el abandono de los Espíritus?


El uso que hace de su facultad es la más poderosa para los buenos Espíritus. Podemos abandonarle cuando se sirve de ella para cosas frívolas o con miras ambiciosas; cuando rehusa participar nuestra palabra o nuestros hechos a los encarnados que lo desean o que lo necesitan ver para estar convencidos. Este don de Dios no se concede al médium para que se divierta, y aun menos para servir su ambición, sino para su propia mejora y para hacer conocer la verdad a los hombres. Si el Espíritu ve que el médium no corresponde a sus miras y no aprovecha las instrucciones y las advertencias que le da, se retira para buscar un protegido más digno.

4. El Espíritu que se retira, ¿puede ser reemplazado y en este caso no comprenderíamos la suspensión de la facultad?

No faltan Espíritus que lo que más desean es comunicarse y están prontos a reemplazar a los que se retiran; pero cuando es un buen Espíritu el que abandona al médium, puede muy bien no dejarle sino momentáneamente y privarle por cierto tiempo de toda comunicación, a fin de que le sirva de lección y probarle que su facultad no depende de él y no debe envanecerse por tenerla. Esta impotencia momentánea es también para dar una prueba al médium de que escribe bajo una influencia extraña; de otro modo no habría intermitencia.

Por otra parte, la interrupción de la facultad no es siempre un castigo; acredita algunas veces el cuidado del Espíritu por el médium a quien estima; quiere procurarle un reposo material que juzga necesario y en este caso no permite que le reemplacen otros Espíritus.

5. Se ven, sin embargo, médiums muy meritorios, moralmente hablando, que no tienen ninguna necesidad de reposo, y son muy contrariados por las interrupciones cuyo objeto no comprenden.

Esto es con el fin de poner su paciencia a prueba y juzgar de su perseverancia; por lo mismo los Espíritus no señalan en general ningún término a esta suspensión; quieren ver si el médium se impacientará. Muchas veces también es para dejarles el tiempo de meditar las instrucciones que les han dado, y en esta meditación de nuestras enseñanzas reconocemos a los espiritistas verdaderamente formales; no podemos dar este nombre a aquellos que en realidad sólo son aficionados a las comunicaciones.

6. ¿En este caso es preciso que el médium continúe sus tentativas para escribir?


Si el Espíritu lo aconseja, sí; si le dice que se abstenga, debe hacerlo.

7. ¿Y habría un medio de abreviar esta prueba?

La resignación y la oración. Por lo demás, basta hacer cada día una tentativa de algunos minutos, porque sería inútil perder el tiempo ensayando infructuosamente; la tentativa no tiene otro objeto que el de asegurarse si la facultad se ha recobrado.

8. ¿La suspensión supone el alejamiento de los Espíritus que tienen la costumbre de comunicarse?

Nada de eso; el médium está entonces en la posición de una persona que perdiera momentáneamente la vista, y por eso no dejaría de estar rodeada de sus amigos, aun cuando no los viese. El médium, pues, puede y aun debe continuar conversando con el pensamiento con sus Espíritus familiares, y estar persuadido que se le oye. Si la falta de la mediumnidad puede privar las comunicaciones materiales con ciertos Espíritus, no puede privar las comunicaciones morales.

9. ¿Así es que la interrupción de la facultad mediúmnica no implica siempre una censura de parte de los Espíritus?

Sin duda que no, puesto que puede ser una prueba de benevolencia.

10. ¿Cómo podríamos conocer que esta interrupción sea causada por una censura?

Que consulte el médium su conciencia y vea el uso que ha hecho de su facultad, el bien que de ella ha resultado para los otros, el provecho que ha sacado de los consejos que se le han dado, y tendrá la respuesta.

11. ¿El médium que no puede escribir, tampoco puede valerse de otro médium?

Eso depende de la causa de la interrupción; muchas veces sólo tiene por motivo el dejaros algún tiempo sin comunicaciones, después de haberos dado consejos, a fin de que no os acostumbréis a hacer nada sin nosotros; en este caso tampoco le servirá el valerse de otro médium; esto tiene también por objeto el probaros que los Espíritus son libres y no depende de vosotros el gobernarlos a vuestro gusto. Por igual razón los que no son médiums no siempre tienen todas las comunicaciones que desean.

Observación. – En efecto; debe observarse que aquel que recurre a un tercero para las comunicaciones, teniendo la cualidad de médium, muchas veces no obtiene nada satisfactorio, mientras que en otras ocasiones las respuestas son muy explícitas. Esto depende de tal modo de la voluntad del Espíritu, que nada se adelanta cambiando de médium: parece con respecto a ésto, que los mismos Espíritus se ponen de acuerdo, porque lo que no se obtiene de uno, tampoco se obtiene de otro. Entonces es preciso abstenerse, no insistir ni impacientarse, si no se quiere ser el juguete de los Espíritus mentirosos, que responderán si tanto se desea, y los buenos les dejarán hacer para castigar nuestra impaciencia.

12. ¿Con qué fin la Providencia ha dotado a ciertos individuos de la mediumnidad de una manera especial?

Es una misión que se les ha encargado y por lo que son dichosos; estos son los intérpretes entre los Espíritus y los hombres.

13. ¿Hay, sin embargo, médiums que no emplean su facultad sino con repugnancia?

Son médium imperfectos; no conocen la importancia del favor que se les ha concedido.

14. Si es una misión, ¿por qué no es el privilegio de los hombres de bien y no que se dé esta facultad a personas que no merecen ninguna estimación y que pueden abusar de ella?

Se les da porque tienen necesidad de su propio mejoramiento y a fin de que ellos mismos estén en disposición de recibir buenas enseñanzas; si no se aprovechan de ellas sufrirán las consecuencias. ¿Jesús no dirigía con preferencia su palabra a los pecadores, diciendo que es preciso dar a aquel que no tiene?

15. Las personas que tienen un gran deseo de escribir como médiums, sin conseguirlo, ¿pueden creer por esto mismo falta de benevolencia de los Espíritus hacia ellos, por alguna causa?

No, porque Dios puede haberles rehusado esta facultad, como puede haberles rehusado el don de la poesía o de la música; pero si no gozan de este favor pueden tener otros.

16. ¿Cómo puede perfeccionarse el hombre con la enseñanza de los Espíritus, cuando no tienen los medios de recibir esta enseñanza directa por sí mismo ni por otros médiums? ¿Acaso no tiene libros como el cristiano tiene el Evangelio?

Para practicar la moral de Jesús el cristiano no necesita oír las palabras de su boca.

- El Libro de los Médiums- Allan Kardec-

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                           EL VALOR DEL EJEMPLO


                                                        


Los niños «oyen» los consejos de sus padres, pero no los escuchan. ¿Qué hacen, entonces? Siguen sus ejemplos, hacen lo que observan en ellos. Podemos hablar como los ángeles, incluso escribir con versos de delicada poesía. Sin embargo, nada de eso será efectivo y se perderá como un lejano eco entre las montañas. Sean nuestras palabras solo un reflejo de nuestras obras, porque estas, sí que mostrarán nuestro verdadero valor ante los demás. No hay más bello ejemplo que la caridad, edificada sobre nuestro corazón y amasada con nuestras manos pacientes y nuestra mirada empática. Es más fácil la estética de la boca que la caricia de nuestros dedos sobre una piel necesitada. Dios no valora los disfraces de la carne ni los discursos proféticos que ensalzan el ego. Él ve nuestros actos, que son la esencia de un alma que lucha por progresar. 

Feliz semana en grata compañía espiritual.

- Jose Manuel Fernández-

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ANTE LA MUERTE DE UN SER QUERIDO:

                     

Si algo es muy natural en la conducta del ser humano, es el llanto y sufrimiento de las personas (familiares y amigos) ante la partida de un ser querido, madre, hijo, esposo o esposa o cualquier persona y familiar que se ama. Esa reacción del familiar o del amigo ante la muerte de alguien que amamos se ha perpetuado como algo aceptable, normal y casi obligatorio.
He aquí, la verdad,  que sobre esta muy natural situación a nivel humano, nos enseñan los Espíritus y Hermanos Mayores.

1. Para el alma que se desprende en el momento de la mal llamada muerte, este suceso en ocasiones puede ser traumático e inesperado, y al no estar esta persona verdaderamente preparada para esta nueva situación, verse en un estado de confusión y  desesperación, al no entender lo que le ha sucedido, o lo que le está sucediendo.

2. En ocasiones estas personas fallecidas, se acercan y mantienen unidas a sus seres queridos, buscando respuestas y orientación. Buscando una Luz de Esperanza en medio de su oscuridad espiritual.

Entonces se hace imprescindible y necesario que los familiares comprendan esto:

a- El llanto y el sufrimiento de los familiares, por muy legitimo y razonable que pueda ser, lo único que consigue es perturbar, confundir, y añadir sufrimiento al alma que confundida sufre en su ignorancia y confusión.

b- Siendo entonces la actitud más sana, el recogimiento y dolor, pero con la mente puesta en Oración constante,  hablando con amor al ser amado que ha partido. Explicándole el proceso por el que esta pasando. Invitándolo a buscar la Luz y consuelo de sus Guías Espirituales. Recordándole que ya el o ella no pertenecen ya  a este mundo físico, que la vida es eterna, que la `separación" es momentánea.

c- Si, comprendemos que es difícil. Pero mientras mas amemos al que ha partido, mas fuertes debemos ser, si verdaderamente deseamos la felicidad del Ser amado.

Rey Formoso

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EL PADRÓN DEL PENSAMIENTO              DETERMINA EL AMBIENTE


     Allan Kardec usó el mismo título,   en su Revista Espirita de mayo de 1867, para abordar la cuestión de la influencia de los malos fluidos – producidos por los sentimientos contrarios a la caridad -, que tornan  los ambientes desagradables y muchas veces intolerables.
No es otra la causa de los deterioros que se establecen en las relaciones, especialmente  en grupos donde el ambiente “parece pesar”  y surgen sensaciones  de malestar. Y hay que considerar  que las permanencias  de esos “ambientes pesados”, caracterizados    por ondas mentales  conflictivas, puede  acarrear graves prejuicios morales y aun mismo desuniones y daños a la salud, ya que son desencadenantes de obsesiones.
 El abordaje del Codificador es extremadamente lucido y coherente. Seleccionamos algunos trechos al lector, indicando, todavía, la fuente    original para la lectura y estudio en la integridad, conforme es citado en el primer parágrafo.
“(…) sabemos que, en una reunión, más allá  de los asistentes corporales, hay siempre auditores invisibles, que siendo la impermeabilidad una propiedad del organismo de los Espíritus, estos pueden hallarse en un número ilimitado en un dado espacio. (…) Se sabe que los fluidos que emanan  de los espíritus son más o menos saludables, conforme sea su grado de depuración. Se conoce su poder curativo en ciertos casos y, también, sus efectos mórbidos de individuo a individuo. Ora, desde que el aire puede ser saturado por esos fluidos, no es evidente que, conforme la naturaleza de los Espíritus que abundan en determinado lugar, el aire ambiente se halla cargado   de elementos  saludables o malsanos, que deben ejercer influencias sobre la salud física, asi como también, sobre la salud moral? ¿Cuando se piensa  en la acción  de la energía que un Espíritu  puede ejercer sobre un hombre, es de admirar la que debe resultar de una aglomeración de centenas o millares de Espíritus?    Esta acción  será buena o mala conforme los Espíritus la derramen en un dado medio con un fluido benéfico o maléfico, actuando a la manera  de las emociones fortificantes o de los miasmas deletéreos, que se esparcen en el aire. Así se puede explicar  ciertos efectos colectivos, producidos sobre masas de individuos, el sentimiento de bienestar o de malestar, que se experimenta en ciertos medios  y que no tiene ninguna causa aparente conocida, el entusiasmo o el desaliento, algunas veces  la especie de vértigo que se apodera de una asamblea, de toda una ciudad, aun mismo de un pueblo. En razón de su grado de sensibilidad, cada individuo sufre la influencia de esta atmósfera viciada o vivificante. Por este hecho, que parece fuera de duda y que, al mismo tiempo que la teoría  y la experiencia, nos hallamos en las relaciones del mundo espiritual con el mundo material, un nuevo principio de higiene, que, sin duda, un día la ciencia hará entrar en línea de cuenta. (…)
Ahora, el trecho transcrito es por demás claro. El remite a otras tantas consideraciones, imposibles de ser traídas al simple espacio de una articulo. Pero podríamos ponderar sobre como substraerse a estas influencias (y Kardec aborda  eso en la continuidad del texto).
El hecho concreto es que somos siempre responsables por el tipo de influencia que atraemos o alteraciones que producimos en los fluidos que nos rodean por la fuerza de los sentimientos y pensamientos que cultivamos.
En una asamblea, pequeña o numerosa, el padrón dominante de los pensamientos es factor decisivo para determinar el tipo de sensación que vigorizará “en el aire” de aquel ambiente. Alterarlo también es tarea de los mismos pensamientos y sentimientos. Fruto de la perseverancia en el bien y en el reconocimiento de los valores que conducen al establecimiento de la harmonía en la convivencia.
Una vez más surge la necesidad de la mejoría moral como único recurso de poder vivir mejore.

Blog de los espiritas

Por Orson Peter Carrara ( Trabajo enviado por Mercedes Cruz)

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