INQUIETUDES
1.-Daniel Douglas Home, el médium que levitó.
2.- La familia universal ( 1 )
3.- Aniversario natalicio de Gabriel Delanne
4.- ¿Todos desencarnaremos en el momento adecuado?
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Daniel Douglas Home, el médium que levitó
Hace pocas fechas, se cumplió otro aniversario de uno de los médiums más notables de la historia, Daniel Dunglas Home, quien nació el 20 de marzo de 1833 en Currie, un suburbio de Edimburgo, Escocia, pero vivió desde los 9 años con una tía en los Estados Unidos de América. En 1850, cuando Home tenía 17 años, su madre murió, y pronto la casa de su tía comenzó a ser perturbada con golpes similares a los que se habían producido dos años antes en casa de las hermanas Fox. Su tía, temerosa de que el niño tuviera parte con el diablo, lo echó de la casa, lo que hizo que se encontrara deambulando por el país, deteniéndose en las casas de amigos que querían ver sus habilidades como médium. |
Esta forma de vida duró más de 20 años, ya que nunca pedía dinero para sus sesiones, a pesar de haber vivido siempre muy bien con los regalos, las generosas donaciones y el alojamiento que recibía de sus muchos admiradores adinerados.
Según algunos, hubo dos razones por las que Daniel Home se negó a recibir el pago directo: la primera fue que se vio a sí mismo como en una "misión para demostrar la inmortalidad"; la segunda razón es que quería interactuar con sus clientes como un caballero para otro y no como un empleado de ellos.
El regreso a Europa
En 1855, en un viaje financiado por espiritistas americanos, se dirigió a Inglaterra, donde celebró numerosas sesiones para notables a plena luz del día. Uno de los fenómenos que produjo entonces fue el movimiento de objetos a distancia. Entre sus primeros invitados a sus sesiones estuvieron el científico David Brewster, los novelistas Edward Bulwer-Lytton y Anthony Trollope, el socialista Robert Owen y el swedenborgiano James John Garth Wilkinson.
Con las sesiones su fama creció mucho, impulsada especialmente por los fenómenos de levitación.El gran físico William Crookes, quien también investigó fenómenos espíritas, declaró conocer más de 50 ocasiones en las que Home había levitado, muchas de las cuales a una altura de cinco a ocho pies del suelo y a Frank Podmore en este testimonio: "Nosotros todos los vieron levantarse del suelo a una altura de seis pies, permanecer allí durante unos diez segundos y luego descender lentamente". | |
En los años siguientes, Home realizó una gira por Europa continental, siempre como invitado de patrocinadores adinerados. En París celebró una sesión para Napoleón III. En Holanda, se presentó a la reina Sofía, quien relató así la experiencia: "Lo vi cuatro veces... Sentí una mano que me tocaba la punta de los dedos, vi una pesada campana dorada que se movía sola de una persona a otra, vi mi pañuelo se mueve solo y vuelve a mí con una reverencia... Él mismo es un joven pálido, enfermizo y bastante guapo, pero sin apariencia ni nada que pueda fascinar o asustar a alguien. Es maravilloso. Me siento tan feliz de haberlo hecho. visto."
Adopción posteriormente revocada
En 1866 la Sra. Lyon, una viuda adinerada, lo adoptó como su hijo y le otorgó 60.000 libras esterlinas en un aparente intento de ingresar a la alta sociedad. Al descubrir que la adopción no había cambiado su estatus social, se arrepintió de lo que había hecho y presentó una demanda para recuperar su dinero con el argumento de que lo había obtenido a través de la influencia espiritual. Bajo la ley británica, la defensa tiene la carga de probar en contra en estos casos, y probar en contra era imposible por falta de evidencia física. En consecuencia, el caso se decidió en contra de Daniel Home, Sra.Lyon lo devolvió y la prensa aprovechó para ridiculizarlo.
Home conoció a uno de sus amigos más cercanos en 1867, el joven Lord Adare (más tarde Windham Thomas Wyndham-Quin, cuarto conde de Dunraven y Mount). Adare quedó fascinado con Home y comenzó a documentar las sesiones que tenían. Una de las levitaciones más famosas de Home tuvo lugar en una de estas sesiones al año siguiente. Frente a tres testigos, Lord Adare, el Capitán Wynne y James Ludovic Lindsay (Lord Lindsay), se dice que Home levitó desde la ventana de un dormitorio del tercer piso y volvió a entrar por la ventana del dormitorio contiguo.
Home se casó dos veces. En 1858, a la edad de 25 años, se casó con Alexandria de Kroll, de 17 años, hija de una familia noble rusa. Tuvieron un hijo, Gregoire, pero Alexandria enfermó de tuberculosis y murió en 1862. En octubre de 1871, Home se casó por segunda vez con Julie de Gloumeline, una rica dama rusa que conoció en San Petersburgo. Durante el curso de los acontecimientos se convirtió a la fe ortodoxa griega.
Las facultades mediúmnicas del Hogar
Según el escritor y médico Sir Arthur Conan Doyle, autor de La historia del espiritismo , Home tenía cuatro tipos diferentes de mediumnidad: voz directa (la capacidad de dejar que los espíritus hablen audiblemente); psicofonía (la capacidad de dejar que los espíritus hablen a través de él); clarividencia (la capacidad de ver cosas que están fuera de la vista); y mediumnidad de efectos físicos (movimiento de objetos a distancia, levitación, materialización, etc.).
Home desconfiaba de cualquier médium que afirmara tener facultades que él no tenía, y denunció bastantes demostraciones mediúmnicas que juzgaba fraudulentas. Dado que los médiums de materialización solían trabajar en lugares oscuros, Home requería que todas sus sesiones se hicieran a plena luz del día.
Entre 1870 y 1873, el físico Sir William Crookes realizó experimentos para determinar la validez de los fenómenos producidos por tres médiums: Florence Cook, Kate Fox y Daniel D. Home. El informe final de Crookes, publicado en 1874, concluyó que los fenómenos producidos por los tres medios eran genuinos, resultado que generó controversia entre el establecimiento científico de la época. En el caso de Home, Crookes registró que en algunos experimentos controlaba y sujetaba al médium colocando sus pies encima de los suyos.
A los 38 años, Home se jubiló. Su salud estaba fallando (la tuberculosis, de la que había sufrido la mayor parte de su vida, estaba avanzando) y sus poderes, afirmaba, estaban fallando.
Home murió a los 53 años el 21 de junio de 1886, su cuerpo fue enterrado en St. Germain-en-Laye, en París.
Por Ana Moraes
( Tomado de la Revista O Consolador )
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LA FAMILIA UNIVERSAL (1)
Por Amalia Domingo Soler
Tiene el hombre la fatalidad de que la vida infinita del espíritu no la comprende, sino muy imperfectamente; decimos esto porque a veces recibimos cartas de hombres de claro entendimiento y sin embargo en temas espíritas caminan a ciegas, perdidos en un mar de confusiones.
Últimamente nos escribió un espírita bien intencionado y nos preguntaba que siendo sus padres y abuelos cristianos, si el faltar ahora lo más mínimo a sus enseñanzas y creencias sería faltar a su memoria, si faltaría a su deber con aquellos espíritus tan queridos, si se enojarían y sus padres y abuelos le retirarían su protección, que tanto necesitaba su abatido espíritu; que esta duda le atormentaba porque ¿qué sería de él sin la buena influencia de sus mayores?
Este temor revela escasos conocimientos de Espiritismo y total desconocimiento de la vida universal: si nuestro nacimiento se pierde en la noche de los siglos; si sabemos perfectamente por nuestras inclinaciones y tendencias que vivimos ayer, pues nada lo manifiesta mejor que nuestros gustos y ambiciones están tan lejos del centro donde nacimos y vivimos, como lo está la virtud del vicio. Continuamente vemos personas de la nobleza con instintos plebeyos y gente de pueblo con modales aristocráticos. ¿Qué significa esto?, que recordamos lo que fuimos ayer. Los genios precoces y las inteligencias maravillosas son los grandes pensadores de otros siglos. Personas que se sienten eternamente descontentas, que se asfixian en la atmósfera de la Tierra, ¿no indican claramente que vienen de otros mundos mejores? Para el espírita es un hecho innegable que vivimos ayer en tantas existencias del espíritu, y este, siempre tuvo que encarnar en una mujer que lo llevó en su seno; luego el hombre actual no debe limitar su familia del espacio a los de su última encarnación; debe considerar que son innumerables los espíritus que velan por él, porque aun cuando hayan encarnado muchos de sus antiguos deudos y otros se encuentran en mundos mejores, el espíritu nunca está abandonado a sus propias fuerzas, siempre tiene su Guía que vale más que sus padres de todas las existencias, puesto que los espíritus protectores han progresado lo bastante para inspirarnos y aconsejarnos para ir por la buena senda, respetando, por supuesto, la libre elección de nuestra voluntad, pues si no fuese así no seríamos responsables de nuestros actos.
Reducir la familia a la de una sola existencia, es totalmente absurdo, como lo es creer que se ofende a nuestros padres por no seguir sus instrucciones.
Primero, que el espíritu al dejar la Tierra, si no es rebelde y totalmente ignorante, lo ve todo de distinta forma, porque ante sus ojos se abren dilatados horizontes, y si su entendimiento es tan obtuso que sigue apegado a sus rancias ideas, siendo su primera obligación progresar y guardar el respeto a sus mayores, nunca se debe contentar con creer lo que ellos crean si su pensamiento avanza más; y si en la tierra muchas personas siguen diferentes rumbos que sus padres, en religión y en política, sin por eso dejar de respetarlos y quererlos, con mucha razón tienen motivo para disentir de su credo faltando ellos de la Tierra.
La familia nunca ha de ser un obstáculo para el progreso del espíritu; este debe amar cuanto le rodea comenzando por los suyos, pero debe conservar su libre albedrío para sentir, para creer y para crear su patrimonio del porvenir.
El hombre debe amar a sus padres porque le dieron la vida y poder cumplir su misión en la Tierra, sea cual sea, redimiendo a su pueblo, o expiando los crímenes de ayer; en todo caso los padres son el auxiliar más poderoso que tiene el hombre para progresar, y por eso se deben amar sobre todos los seres de la Tierra, y son los que más hacemos sufrir y los que más trabajan por nosotros, pues cuando fuimos pequeños, que aun no sabíamos valernos para nada, ellos con una paciencia admirable nos cuidaron, nos alimentaron y se consagraron a darnos nuestros menores caprichos; porque no hay ser más déspota y tirano que el niño, ni esclavo más humilde y complaciente que una madre; pero la gratitud que debemos sentir por nuestros padres no nos debe obligar a estacionarnos jamás; al contrario, debemos inducir a nuestros mayores para que se asocien al renacimiento filosófico religioso, y si vemos que su inteligencia no alcanza a comprendernos, evitar toda clase de contienda, pero seguir adelante con las nuevas ideas, con el convencimiento de que mañana, en el espacio, podremos servir de guías a los que fueron nuestros padres.
Contestada la primera pregunta, vamos con la segunda duda que atormenta a nuestro hermano en creencias. Dice así uno de los párrafos de su carta:
Si yo admito la reencarnación para el perfeccionamiento del espíritu, ¿no destruyo yo mismo mis anheladas esperanzas de reunirme con mis padres, mi esposa y mis hijos, y que para merecer esa dicha, esclavo de mis deberes, entregado a la abnegación y al sacrificio, todo con la idea de reunirme con mi familia?. ¿Y no puede suceder que al llegar yo a las esferas espirituales, no encuentre allí a los amados de mi corazón,y sepa que les fue mandado o de su propia voluntad pedido, volver a este mundo o a otro para purificarse, encarnando como otras personas?. ¿No sería eso el más doloroso desencanto?, y después de encarnaciones tras encarnaciones de nuestros espíritus, llegaremos a un estado de perfección y nos reuniremos para gozar eternamente. A mi madre, que habrá servido de madre de otros seres, ¿ no la amarían otros espíritus de quienes sería abuela, hermana, como sería con las almas de mis abuelos , hermanos, etc, ellos serían tantas individualidades como a cuerpos hubiese pertenecido mi alma, y ni yo podría saber a quien en absoluto amaba, ni ellos tampoco, si yo era su respectivo nieto, hijo, esposo o padre, y los lazos de familia se enmarañan así de tal modo, que nadie sabría quien es, en lo que mi pobre razón se ofusca?
( Continuará)
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¿ TODOS DESENCARNAREMOS EN EL MOMENTO ADECUADO ?
Solemos escuchar algunas frases como:
“Solo el pavo muere el día anterior”;
"¡Llegó su hora, Dios se lo llevó!"
Són frases populares que hacen referencia al hecho de que nadie desencarna antes de que le llegue su día.
¡ Piadosa mentira!. En realidad ocurre lo contrario. Pocos cumplen íntegramente el tiempo que les fue concedido, o sea, la mayoría desencarna antes de la hora. Con raras excepciones, el hombre terrestre atraviesa la existencia abusando de su máquina física, comprometiendo su estabilidad. Según Andres Luis, son raros los que alcanzan la condición de "completistas", esto es, que aprovechan, integralmente, las experiencias humanas, internados en la carne por el tiempo que les fue concedido.
DESTRUÍMOS EL CUERPO FÍSICO DE FUERA PARA DENTRO, con vicios, interperies, alcohol, tabaquismo, tóxicos, exceso de alimentos, como la ausencia de ejercicio, de cuidados de higiene y de reposo adecuado, minando la resistencia orgánica a lo largo de los años, abreviando la vida física.
DESTRUÍMOS EL CUERPO FÍSICO DE DENTRO PARA FUERA, con el cultivo de pensamientos negativos, ideas infelices, sentimientos desequilibrados, envolviendo envidia, celos, pesimismo, odio, rencor, rebeldía. Hay individuos tan acostumbrados a responder con irritación y agresividad, siempre contrariados, que un día "explota" el corazón en un infarto fulminante. Otros "ahogan" el sistema inmunológico en un diluvio de envidias y resentimientos, depresiones y angustias, favoreciendo la evolución de tumores cancerígenos.
Tales circunstancias fatalmente implicarán problemas de adaptación, como ocurre con los suicidas. Aunque la situación de los que desencarnan prematuramente en virtud de su desequilibrio mental y físico, sea menos embarazosa, ya que no pretendían la muerte, aun así responderán por los perjuicios causados a la máquina física, que repercutirán en su futuro reencarnatorio, imponiéndoles penosas impresiones, dando origen a deficiencias y males variados que actuarán como indispensables recursos de reajuste
No somos propietarios de nuestro cuerpo físico. Lo usamos con carácter precario, como alguien que alquilase un automóvil para un largo viaje. Hay un programa a ser observado, incluyendo la ruta, duración y mantenimiento. Si abusamos de él, acelerándolo con indisciplinas y tensiones, envenenándolo con los vicios, olvidando los lubrificantes del optimismo y del buen ánimo, fatalmente nos veremos al regreso con graves problemas mecánicos. Además de interrumpir el viaje, perjudicando lo que fuera planeado, seremos llamados a presentar cuentas de los daños provocados por un vehículo que no es nuestro.
En el futuro, en un nuevo "viaje", probablemente tendremos un " utilitario", con limitaciones variadas, que exigirá una mayor suma de cuidados, imponiéndonos beneficiosas disciplinas.
Richard Simonetti
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