jueves, 14 de abril de 2022

No hay efecto sin causa

   INQUIETUDES

1.- Pérdida de seres queridos

2.-Segunda vista

3.-Ni virtudes ni defectos

4.-No hay efecto sin causa



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       PÉRDIDA DE SERES QUERIDOS

                                                                        



                                                                    
 El dolor causado por la pérdida de seres queridos, nos alcanza a todos nosotros con la misma intensidad. Es la ley de la vida a que estamios sujetos. Cuando nacemos, nuestra única certeza absoluta en el transcurrir de la vida, es que un día moriremos.

  No acostumbramos a pensar mucho en la muerte, no haciendo de ella parte de nuestras preocupaciones más inmediatas. Vamos llevando la vida sin pensar en que un día moriremos. Pero un día llega lo inesperado, y cuando nos queremos dar cuenta ella llama a nuestra puerta arrebatándonos a un ser amado. Entonces nos sentimos impotentes ante ella y el pensamiento de que nunca más "lo veremos" aumenta más el dolor. Dolor alguno es comparable a ese. Cesando la alegría de vivir de quien queda en el cuerpo, señala profundamente los sentimientos de amor, dejando vigorosas marcas en el campo emocional, Aunque en la vida física hay separaciones traumáticas, largas y a veces definitivas. En la muerte entonces, la nostalgia y el deseo de volver otra vez a tener a aquel que se fue, es perfectamente natural y comprensible.

  La muerte, sin embargo, es una fatalidad inevitable de todos aquellos que se encuentran vivos en el cuerpo y en un momento propio, de él serán arrebatados.

  Algunas personas sienten con mayor intensidad la pérdida del ser amado, retrasando su  recuperación por la pérdida de este. El llamado periodo de luto. El periodo de luto es influenciado por varios factores, entre estos, la edad, la salud, la cultura, las creencias religiosas, la seguridad financiera, la vida social, antecedentes de otras pérdidas o eventos traumáticos y principalmente cuando la muerte ocurrió repentinamente, de forma brusca, como acontece en los desastres, accidentes, o por actos de violencia. Cada uno de esos factores puede aumentar o disminuir el dolor y el luto.

Pero, ¿ por qué es tan dolorosa la pérdida, o mejor, la separación e un ser amado?. Precisamente, porque los amamos, y porque los amamos queremos tenerlos continuamente junto a nosotros, y eso es natural, ¡por tanto no necesita explicaciones!. Vivimos en función los unos de los otros; si aquel que amamos se va...¿Cómo no sentirlo?. La imposibilidad de conversar con  él, de oír su voz, de tocar al ser amado que partió, es devastador para aquel que quedó. Una foto, un aroma, una música, bastan para recordar al ser querido y el dolor de su ausencia reaparece cada vez más fuerte, ¡acompañado de una nostalgia cáustica!.

Ante tan terrible y amargo dolor, ¿ dónde procurar consuelo?. ¿ dónde buscar respuestas?. o ¿qué hacer y cual es nuestra actitud más correcta para sobrevivir a la situación?

Para entender la actitud de los espíritas ante el dolor de la pérdida de seres queridos, es preciso entender la visión espírita de la muerte.

Toda religión espiritualista tiene en común la creencia en la inmortalidad del alma. Sin embargo el Espiritismo cree y difiere de las religiones, porque nos muestra que además de inmortal, el alma después de la muerte mantiene su individualidad, se perfecciona y evoluciona mediante la pluralidad de existencias ( reencarnación), y existe la comunicación entre los que se encuentran en el Mundo Espiritual y aquellos que se encuentran en el mundo material.

Ante la inmortalidad del alma, la muerte es, pues, la destrucción del cuerpo físico, común a todos los seres biológicos, sea por las transformaciones orgánicas, por el desgaste que en él se produce, o por una agresión violenta.

Considerando que el Espíritu está en constante crecimiento y renovación, la muerte es un medio de transición y no un punto y final, posibilitando así a través de la reencarnación, el cambio de ambientes y proyectos de vida. Veamos lo que dice el Libro de los Espíritus:

Cuestión 153:

P.-¿ En qué sentido se debe entender la vida eterna?

R.- "La vida del espíritu es eterna y la del cuerpo transitoria y pasajera; cuando el cuerpo muere, el alma retorna a la vida eterna".

Segundo consuelo que encontramos en la Doctrina Espírita: ¡ posibilidad de comunicación entre los encarnados y los desencarnados!.

La posibilidad de la comunicación con el ser querido lleva a muchas personas a desear a toda costa, un mensaje, una palabra que pueda proporcionarles la aceptación de lo ocurrido y que les aminore el dolor de la enorme tristeza que sienten.

Sin embargo, es necesario precaverse contra la urgencia desenfrenada de obtener esa comunicación, principalmente cuando es reciente la desencarnación. En ese caso, sabemos que ella no es imposible, pero no es recomendable porque, y esto es natural y previsible para todos los recién desencarnados, hay un periodo de adaptación del Espíritu a su nueva realidad.

No podemos olvidar también, que las condiciones en que se encuentran los Espíritus en el mundo espiritual, se dan por el propio Espíritu, o sea, por sus elecciones, por la forma en que vivió cuando estaba encarnado, por sus méritos o sus necesidades. Ante esto, la comunicación puede ser impedida o no ser posible por un determinado tiempo.

En segundo lugar, las comunicaciones son acompañadas de una necesidad y de una utilidad. Tenemos que entender que el mundo espiritual no está para servir a cualquier hora o gusto, o para saciar deseos desenfrenados; eso puede abrir las puertas a mistificaciones y hasta obsesiones. Por eso, toda y cualquier comunicación debe ser vista con cautela y seriedad.

Entonces, las personas que buscan un centro espírita con profundo deseo de recibir un mensaje de un ser querido desencarnado, están avisadas de que este contacto no siempre es posible. A veces pasan meses y hasta años, antes de obtener una palabra o un mensaje. Ni los médiums ni los Espíritus, están obligados a darnos las respuestas que queremos, pero si la Misericordia Divina lo permite, con certeza será recibida, como podemos comprobar por tantas psicografías, posteriormente publicadas en libros, recibidas por Francisco Cándido Xavier, mensajes consoladores y de esperanza para padres, hijos y amigos...

Otro consuelo que trae la Doctrina Espírita con respecto a las desencarnaciones de seres amados, desde los que sean de  la tercera edad, o  jóvenes, o hijos perdidos de un momento para otro, por medio de accidentes, violencia desenfrenada, dolencias rápidas, etc. Ese tipo de desencarnación  generalmente causa espanto, y mucha zozobra entre los que quedan. Pero en el Evangelio Según el Espiritismo, en el capítulo V, Instrucciones de los Espíritus en el item "Pérdida de personas amadas y muertes prematuras ( Sansón, antíguo miembro de la Sociedad Espírita de París, 1983) :

Él dice así: "la muerte prematura es casi siempre un gran  beneficio que Dios concede al que se va. Siendo así preservado de las miserias de la vida, o de las seducciones que podrían arrastrarlo a la perdición, aquel que muere en la flor de la vida no es víctima de la fatalidad, pues, Dios juzga que no le será útil permanecer mayor tiempo en la Tierra"

Es de resaltar que esto se refiere a los casos de muerte en los que no hubo imprudencia ni ninguna participación del desencarnado.

Y Sansón, todavía nos dice:

" regocijáos, en vez de llorar cuando disponga Dios retirar a uno de sus hijos de este valle de miserias. ¿No es egoísmo desear que él quede para sufrir con vosotros?. ¡ Ah!, ese dolor se concibe entre los que no tienen fe y ven en la muerte la separación eterna. Pero vosotros espíritas, sabéis que el alma vive mejor cuando queda libre de su envoltura corporal. Madres, sabéis que vuestros hijos bien amados están cerca de vosotras; sí, ellos están bien cerca; sus cuerpos fluídicos os envuelven, sus pensamientos os protegen, su recuerdo os llena de alegría, pero también vuestros dolores, sin razón, os afligen, porque revelan una falta de fe y constituyen una rebeldía contra la voluntad de Dios".

Ante estas palabras instructivas del Espíritu Sansón, podemos ver que los pensamientos, dirigidos a los seres amados desencarnados, llegan como vibraciones y son percibidas y asimiladas por ellos. ¡ Porque la muerte nada más es la destrucción del cuerpo orgánico, pero al alma inmortal sigue eterna, así como los lazos de amor y afecciones que os unió a los padres, a los hijos, a los maridos, a las esposas, a los amigos!. La Doctrina Espírita nos orienta a pensar y emitir vibraciones de amor, y no dolor y desespero. Veamos lo que nos revela la cuestión 936 de El Libro de los Espíritus.

P.- ¿ Cómo es que los dolores inconsolables de los que sobreviven se reflejan en los espíritus que los causan?

R.-" El espíritu es sensible a los recuerdos y nostalgias de los que les eran queridos en la Tierra; pero un dolor incesante y sinrazón, lo hace penoso, porque en ese dolor excesivo, él ve falta de fe en el futuro y de confianza en Dios, y por consiguiente, un obstáculo para el adelanto de los que lo lloran y tal vez, para su reunión con él."

De la misma forma los seres amados que partieron nos emiten pensamientos y vibraciones de amor y de esperanza. Sucede que muchas veces, nos prendemos al dolor y no nos apercibimos de la presencia de ellos. Muchas veces, ellos tienen que recurrir a las sesiones mediúmnicas, con el debido permiso de sus orientadores espirituales, para pedir que no suframos más. Que nuestro sufrimiento excesivo, les hace sufrir, que nuestro apego a los recuerdos con dolor, les alcanzan y les afligen. Muchos, aun imposibilitados de venir a comunicarse, porque aún se están adaptando y resuperándose, (uno de los motivos por los que la evoca ción no es recomendable), solicitan a sus mentores que manden noticias en sus nombres, para calmar el corazón de los familiares en sufrimiento. La muerte no significa la nada, es solo el cambio de estado, y que ellos continúan del lado de allá, recibiendo de nosotros los sentimientos de amor o de rebeldía que podamos emitir.

Joanna de Ángelis nos alerta de nuestra actitud ante los desencarnados, seres queridos, en la obra "Rumbos Libertadores"-

Ella dice así: "no digas o interrogues a los que desencarnaron: Me dejaste, ¿y ahora?. O ¿Qué será de mí?" Estos conceptos, profundamente  egoístas, atestiguan el desamor antes que el amor.

Ni te entregues al deseo de partir, tampoco bajo el falso alegato de que no puedes continuar sin ellos. Esta actitud les hace sufrir.

Ponte en lugar de ellos.                                                                                                                 ¿ Cómo te sentirías del lado de acá, acompañando al ser amado a que se complicase la propia situación, justificando ser tu el responsable?

Imagínate, imposibilitado npor leyes soberanas, de socorrer al amor en la retaguardia, que en desaliño caprichoso, llamase y clamase por tí, y comprenderás cuan doloroso te sería.              "Así también ellos sufren en razón de una actitud contundente, como se alegran por la resignación en la nostalgia dulce y en las oraciones gentiles que los afectos les devotan".

Podemos sacar tres lecciones del texto de Joanna de Ángelis:

Primera lección:¡ nuestros pensamientos emitidos os hacen sufrir u os alegran !                        Segunda lección : no buscar evocarlos; cuando ella dice: "imagínate imposibilitado por leyes soberanas de socorrer al amor de la retaguardia que, en desaliño caprichoso, te llamase e imprecase...."                                                                                                                        Tercera lección: envuélvelos en  la plegaria. El Evangelio Según el Espiritismo trae una colección de oraciones y habla de la importancia de la oración por los que acaban de dejar la Tierra como forma de ayudar en el desligamiento del Espíritu,  tornando más tranquilo su despertar más allá del túmulo.    

Para enfrentarnos al dolor por la pérdida de seres queridos, debemos partir primero de la fe y confianza en la inmortalidad del alma; que la muerte es solamente la transición de un estado para otro, cual sea, la salida del mundo físico para la vida espiritual. Que el alma libre del cuerpo sigue su curso manteniendo su individualidad, llevando consigo las experiencias, los amores y m los lazos de familia, que son todavía más reforzados. puesto de libres del cuerpo, los Espíritus comprenden mejor ciertas situaciones, las cuales, mientras estaban en el cuerpo, pasaban desapercibidas.                                     

La creencia en la vida después de que la muerte, es que es una separación pasajera, trae un gran consuelo en el momento de la partida de aquellos que amamos. Recordar los buenos momentos vividos con ese ser amado, sabiendo que nada acontece por casualidad y que la separación es apenas momentánea, demostrando así fe y confianza en los designios de Dios y en la posibilidad del reencuentro.

Sabiendo que la desencarnación es para nosotros inevitable, debemos prepararnos para ella, viviendo cada instante, unos con otros, como si fuese el último; aprendiendo y compartiendo conocimientos, Amando, perdonando y sirviendo al bien común.

Cultivar la memoria de los seres queridos desencarnados mediante acciones de las que ellos se alegren, de las que puedan participar inspirándonos y protegiéndonos, o aprendiendo con nosotros aquello que no supieron o no quisieron aprovechar.

Asociación Espírita de Caridad André Luiz                                                                                                   (Traducido por J.L.Martín)

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                                      SEGUNDA VISTA

– ¿Por qué la segunda vista parece hereditaria en ciertas familias?
– Semejanza de organización que se trasmite como las otras cualidades físicas y después, desarrollo de la facultad por una especie de educación, que se transmite también de uno a otro.

452 – ¿Es verdad que ciertas circunstancias desarrollan la segunda vista?
– La enfermedad, la proximidad de un peligro y de una gran conmoción pueden desarrollarla. El cuerpo está a veces en un estado particular que permite ver al Espíritu lo que no podéis ver con los ojos del cuerpo.
Las épocas de crisis y de calamidades, las grandes emociones, todas las causas que sobreexcitan la parte moral, provocan a veces el desarrollo de la segunda vista. Parece que la Providencia, frente a un peligro, nos da el modo de conjurarlo. Todas las sectas y partidos perseguidos ofrecen numerosos ejemplos.

453 – Las personas dotadas de segunda vista, ¿tienen siempre conciencia de ella?
– No siempre. Para ellas es una cosa natural y muchos creen que si todo el mundo se observase, cada uno debería ser lo mismo.

454 – ¿Podría atribuirse a una especie de segunda vista la perspicacia de ciertas personas que sin tener nada de extraordinario, juzgan las cosas con más precisión que otras?
– Siempre es el alma que irradia más libremente y que juzga mejor que bajo el velo de la materia.

– ¿Puede esta facultad dar en ciertos casos el conocimiento previo de las cosas?
– Sí, y da también los presentimientos, porque existen varios grados en esa facultad y la misma persona puede tenerlos todos, o tan solo algunos.

EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS. ALLAN KARDEC

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          NI VIRTUDES NI DEFECTOS

Hace pocos días me visito una mujer de larga historia, la cual tiene un ingenio prodigioso para hacerse desgraciada, porque, si bien sobre su ser han caído grandes calamidades, ella las aumenta y las multiplica por su delicadeza extrema, por su exceso de dignidad, por no amoldarse a las circunstancias de su vida; y pensando en ella una tarde, en esa hora melancólica del crepúsculo vespertino, sostuve con un espíritu el diálogo siguiente:

-Dime, mi buen amigo invisible, yo no acierto a comprender si María tiene más virtudes que defectos, o más defectos que virtudes. ¿Qué te parece a ti?

-Que ni tiene sobra de virtudes ni abundancia de defectos; es un espíritu que no puedeamoldarse al medio ambiente que le rodea, porque el progreso del alma no se improvisa; se improvisan, por regla general, malos versos, pero no el modo de ser de un espíritu; este cambio necesita de su tiempo, su preparación correspondiente, y estas preparaciones no se efectúan en el corto plazo de una existencia; a veces, se necesitan siglos y siglos para olvidar los hábitos y las costumbres que forman ley en la opulencia. Lo que sucede es que como os ocupáis mucho más en mirar los defectos de l o s otros. que en estudiar por que los tienen, de ese desconocimiento absoluto de las leyes de la vida, proviene vuestro vicio de la murmuración.

-Pues tú bien sabes, que lo que es yo, busco primero las virtudes que los defectos, en todos los seres con quienes me relaciono.

-Y la generalidad de las veces, revistes con ostentosas galas a los que, en realidad, van cubiertos de harapos; te dejas llevar de los relumbrones, de las exterioridades; te contentas con mirar la superficie de las casas, y para juzgar con justicia, hay que mirar el fondo en todas las acciones humanas, convéncete de lo que voy a decirte: Actualmente,. la humanidad que puebla la tierra no tiene ni virtudes ni defectos; obedecen todos sus actos .buenos y malos a leyes imperiosas de la historia. Los hombres que hoy día se disputan en ese mundo el poder y la riqueza, son medianías, si no .en,t odas las naciones en que tenéis dividido el globo, en su mayoría. Por eso no hay mártires de sus ideales y de sus religiones, porque no hay excesos de amor y de fe en las almas que habitan en ese grano de arena del 'infinito; pero veo que me voy desviando del objeto principal de tu pregunta.Tu quieres saber si esa mujer que se confiesa contigo, tiene más virtudes que defectos, o má defectos que virtudes, Ya te contesté en principio, que no tiene ni virtudes ni defectos, y si no puede amoldarse al medio ambiente que la rodea, es porque aún contempla en sus sueños grandezas pasadas, ostentosas exterioridades, palacios suntuosos, humildes servidores y rendidos magnates, y es,muy doloroso tan brusco cambio de escena para cierta clase de espíritus que se pagan mucho de oropeles y vanidades.

Sabido es, que el espíritu adelantado no le da gran importancia al escenario donde tiene que representar su papel; que el verdadero filosofo acepta, sin murmurar, todas las cosas de hiel que le ofrecen en el gran banquete de la vida; pero los verdaderos filósofos han escaseado siempre, y lo que debes hacer es lo que haces escucha las quejas de los que sufren, y si no encuentras en tu imaginación un rayo de luz que pueda iluminar aquellas tinieblas, cállate, no les des consejos vulgares, de esos que irritan, en vez de consejos, estrecha sus manos, llora con los que lloran; si tienen hambre parte con ellos la mitad de tu pan; si tienen sed no les niegues el agua que puede refrescar sus fauces y no los recrimines en tu interior tachándolos de orgullosos y de mal contentos, que cada sed tiene sus delicadezas especiales, sus debilidades sus manías, y si con ellas se ha vivido siglos y siglos, ¿creéis que en un segundo se puede cambiar de opinión. Y de modo de ser? Imposible, completamente imposible. Tenéis la costumbre de decir muchos de vosotros: “ A todos nos gusta lo bueno, a todos nos agrada la buena vida, pero cuando no hay otro remedio, nos contentamos y carecer de lo mas necesario ¿por qué éste o aquél no hacen lo mismo?” Pues no lo hace porque no puede, porque no esta a vuestra altura moral o intelectual.

¿Hay dos personas que cuyos semblantes sean tan parecidos el uno al de otro, que se puedan cambiar fácilmente su personalidad? No; hasta a los gemelos, bien mirados, se les nota diferencia, por leve que esta sea; pues como sucede en los organismos, sucede en los espíritus; no hay dos que piensen lo mismo; irán juntos para la realización de un proyecto, para llevar a cabo una gran empresa; muchos obedecerán a su jefe, pero si vais preguntando individualmente, cada uno os irá diciendo: “Si mi voto valiera, iría por el camino llano, en vez de trepar por las montañas, o bien siempre arriba, siempre arriba, que desde lo alto se ven mucho mejor las llanuras”; un centenar de hombre os darán un centenar de pareceres distintos; por eso es una razón de tampoco peso en la que os fundáis cuando decís: “Pues si yo me resigno también se puede resignar aquél, que tan de carne y hueso el él como yo”. Es cierto, los dos tenéis los mismos componentes, de la misma sustancia se alimenta vuestra sangre y vuestro cerebro; pero, ¿sucede lo mismo con vuestra parte moral e intelectual? No; vuestra historia sigue ajustada a su ayer y es completamente distinta, y como no tienen el menor parecido sus episodios, la continuación de cada historia sigue enlazada a los hechos pasados; por eso, el uno se resigna con su adversa suerte y el otro reniega el haber nacido. ¿Es mas virtuoso el que se resigna?, no lo sabemos, sólo se puede asegurar que ha luchado mucho. ¿Tiene mayores defectos el que maldice la hora en que nació? No tiremos piedras sobre él, recordemos lo que dijo Jesús, refiriéndose a la mujer adúltera: “El que esté sin pecado, que arroje la primera piedra” y ¡nadie se atrevió a apedrearla¡ No preguntes sobre las virtudes y los defectos de otro; interrógate a ti misma, y te será mas provechoso el estudio.

Se fue mi amigo invisible y no olvidaré su consejo ya que yo, como todos, me ocupo más de la casa del vecino que de la mía, y en la mía, ¡ Cuanto tengo que reformar¡ Se conoce que durante muchos siglos he huido de ella y amenaza ruina; pero yo la reedificaré.

- Amalia Domingo Soler-

Extraído del periódico “LA LUZ DEL PORVENIR” Año I , nº 9 ; editado en Mayo de 1907 en Villena.

                                                    

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                          NO HAY EFECTO SIN CAUSA

                                   

   Hace algún tiempo que una amiga nuestra y buena espiritista, dejó la Tierra para ir en busca de otra felicidad más duradera y positiva que la que se disfruta entre nosotros.

  En su corta enfermedad, la visitamos varias veces, y siempre la vimos sufrir resignada, pero como la infeliz, en los 27 días que hizo cama, no pudo dormir ni una noche, la compadecimos doblemente; oprimiéndonos el corazón al separarnos de ella, y murmurando: "¡ Qué triste es eso!; ¡Pobre mujer, no poder  conciliar el sueño!". Y en el trayecto que mediaba de su casa a la nuestra, no podíamos apartar de la imaginación este pensamiento que, como una pesadilla, se aferraba más y más a nuestro cerebro.

  Llegó al fin su último instante; nos avisaron y fuimos a consolar a su afligida familia, que siempre es grato al que sufre, ver que hay quien se acuerda de su dolor.

  Cuando llegamos a la casa, quisimos ver el cadáver, lo que una vez   realizado, nos impresionó vivamente: ¡ Descansa en paz Francisca!- dijimos; ahora ya no tienes necesidad de dormir !. Y casi automáticamente nos separamos de aquellos restos inertes, que sin tenerles miedo, nos causaron cierta repulsión inexplicable.

  Toda la tarde estuvimos acompañando a la desolada familia y aunque prodigamos a esta el consuelo que pudimos, nuestro pensamiento, no obstante, se hallaba inmerso en serias reflexiones: ¡ Cuanto habrá sufrido en la enfermedad!- pensábamos, no pudiendo reclinar la cabeza en la almohada ni un momento!: ... ¡ Siempre sentada en la cama y contando los segundos que lentamente iba marcando el reloj!;¿Por qué no habrá dormido?...

  Y una voz nos murmuraba al oído: "No hay efecto sin causa". Verdaderamente, algo debía ser la causa de ese sufrimiento tan terrible, pues aunque duró pocos días, no tuvo en ellos ni un instante de reposo.

 Nuestra amiga, en su última existencia, ha sido buena esposa, buena madre, y amante del trabajo, pues, pobre de recursos, ha trabajado sin descanso para atender a sus hijos; además tenía bellos sentimientos que ponía de manifiesto con sus buenas obras, siendo bastante sufrida.. Entonces .nos decíamos-  ¿ cual había sido el motivo de su dolor?. Y la misma voz nos respondió: Deudas atrasadas: Escribe y sabrás el por qué del sufrimiento de tu amiga. Entonces cogimos la pluma y escribimos lo siguiente, dictado por el buen Espíritu que se dignó complacernos en nuestro deseo:

  Todo en la vida, ofrece un detenido estudio al hombre pensador que quiere fijar su vista ante los muchos cuadros que encuentra en su camino; tú, por lo mucho que has sufrido, estudias en la humanidad lo que no podrás encontrar nunca en los grandes volúmenes de la historia, porque siendo los sufrimientos humanos un libro que no tiene fin, siempre ofrece algo nuevo a los ojos del alumno, mientras que la historia no hace otra cosa que guardar en sus páginas lo que las humanidades van dando a luz. La historia es un vago recuerdo del ayer, pero los dolores que vemos en nuestros semejantes, son la realidad del presente, que estudiándolos con detención, nos dicen que seamos muy cautos, para no sufrir mañana las consecuencias de nuestra irreflexión.

   No hay efecto sin causa, amiga mía; y cuando oigas llorar a tu vecino, piensa que algo motivó su llanto. Así pues grandes vicisitudes y un sinnúmero de sinsabores, se la primera, si puedes, en consolar; pero piensa también que se cumple la ley natural, la verdadera justicia.

  Los padres que, por ejemplo, ven sufrir a sus hijos terribles enfermedades desde su más tierna edad, es porque ellos en otra ocasión, vivieron con indiferencia las desgracias ajenas, y ahora les es preciso pasar por las mismas fases, para que apurando el dolor hasta el fondo, aprendan a compadecer a los demás.

  El que pasa hambre, antes la hizo pasar a otros, o no socorrió al menesteroso; el que es robado, es porque en otro tiempo vivió en la usura, y así sucesivamente, cada uno va pagando las deudas que contrajo.

  Tu amiga Francisca, en época no muy lejana, fue un elevado personaje, y cuando alguien se revelaba a cumplir sus órdenes, lo encerraba en un cuarto con mucha comida, pero con un vigilante que tenía la orden expresa de no dejarle cerrar los ojos; si después de algún tiempo el culpable accedía a obedecerle ciegamente, el infeliz salía de su encierro casi semi-cadáver, y eran tantos los insultos bochornosos que le prodigaba, que tarde o temprano moría víctima de la crueldad; pero si se obstinaba en no acceder a sus deseos, entonces acababa con su vida, quitándole el sueño sin compasión. Así pues el que se complacía teniendo que dormir a tantos, no es mucho que solo haya pagado con una constante vigilia de 27 días.¡ he ahí la causa de lo que tanto te ha hecho pensar!.

  No puedes formarte una idea de lo que este Espíritu ha sufrido, física y moralmente, en su corta enfermedad. El sueño, es el lenitivo del que sufre, ya sean males físicos o morales, porque mientras se duerme, el Espíritu adquiere la vida que transmite al cuerpo, y de este modo, tiene más fuerzas para luchar y sufrir menos; pero sin ese calmante de la vida, los dolores son terribles, porque solo se extinguen con el completo desprendimiento del Espíritu.

  Todos los dolores se calman, siquiera esos momentos en los que el Espíritu se separa del cuerpo; momentos necesarios al organismo, porque entonces descansa; y muchos más necesarios al Espíritu, porque son sus horas de libertad, de expansión, de estudio y de regocijo.

  Para un espíritu activo, el sumirle en la inacción y sujetarle a una continua vigilia, es el suplicio más horroroso, el tormento de los siglos, es la esencia del dolor, que a voz en grito exclama: ¡Quiero morir, porque me canso de sufrir, y me falta valor para continuar!;¡ quiero morir, porque hace un siglo que agonizo!; ¡quiero morir, porque la vida es detestable y porque en este mundo de sombras, todo, absolutamente todo, es malísimo!. Mas cuando escuches estos lamentos en boca de un enfermo y veas el insomnio y el dolor unidos, compadécete del que tan suerte sufre, y piensa que si triste es su presente, doloroso y lleno de sombras habrá sido su pasado; no así el que veas tranquilo y sonriente, pues este habrá pagado cuanto debía, cumpliendo como bueno.

  Así pues, compadece al que sufre y fíjate en sus dolores, porque ellos son la clave del pasado, al paso que encierran una profunda filosofía que nos advierte y prepara para el porvenir, pues no hay efecto sin causa.

  Adiós amigo invisible; procuraremos seguir tus consejos cuanto nos sea posible, ya que en este triste destierro es dificil tarea ser muy buenos, toda vez que vivimos encerrados en míseros organismos, rodeados de odio, egoísmo, envidia, orgullo, venganza, la hipócrita mentira y la calumnia. pasiones todas, mezquinas y turbulentas, que aturden el espíritu y lo asedian sin descanso, en una guerra contínua, de la que para salir vencedor y no vencido, es necesario un valor de gigante y una moralidad sin tacha.

  Progresamos tan lentamente, que no parece sino que deshacemos hoy lo que hicimos ayer; tal es el estado de atonía en que la humanidad se encuentra. Es verdad que los inventos se suceden unos a otros; multitud de escuelas abren sus puertas; un sinnúmero de reformas proclaman la justicia y la razón, pero sus voces se pierden en el vacío de las conciencias, como se pierde el átomo en la inmensidad.

  Todos dicen: ¡ Razón y Justicia!, pero solo egoístas e hipócritas son los más. La historia nos demuestra que ha habido humanidades salvajes, bárbaras, déspotas, fanáticas y viciosas, pero esto, no es más que aquello que de público se ha dicho, porque, si nos fuera posible estudiar la vida privada de cada uno, de por sí, quizás nos horrorizaríamos de ver tanto desacierto, aunque afortunadamente, estos se ocultan silenciosos en el espacio, pues volaron envueltos con el último suspiro de la vida material que cada espíritu ha ido exhalando al dejar la Tierra, y solo alguna vez, la imperante necesidad de nuestro progreso y por medio de la comunicación ultraterrena, sabemos la verdadera historia de algún ser humano: cuando esto sucede, el frio del remordimiento se apodera de nosotros, y pensamos, reflexionamos y analizamos, esas ocultas historias, de modo tal, que nos sirven de salvaguardia para lo sucesivo, pues al recordarlas, dominamos nuestras pasiones, para no ser más tarde víctimas de atroces sufrimientos; puesto que todo cuanto en la Tierra nos sucede, por algo y para algo es, teniendo su razón de ser, porque no hay efecto sin causa.

  El que ayer dejó desbordar sus pasiones en impetuosa corriente, hoy le toca ponerles dique; el que ayer destruyó, hoy tiene que construir; el que ayer despreció al pobre, hoy tiene que ser mendigo despreciado y olvidado de todos; y así sucesivamente, todos tienen que pasar por lo que hicieron pasar a otros, sin poderse revelar contra esa ley inmutable que nos rige y que es la verdadera justicia.

  Así que edifiquemos el templo del bien, repleguémonos en su poético santuario y , si ayer fuimos encarnizados destructores, seamos hoy los incansables obreros del progreso, para que el efecto de nuestro trabajo, sea mañana causa de nuestra eterna felicidad.

- Cándida Sanz -

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