domingo, 24 de abril de 2022

El peligro de las Sectas


      INQUIETUDES

1.- El peligro de las Sectas

2.- Algunas consideraciones sobre la parte física del ser humano a lo largo de la historia.

3.-Práctica y peligros de la Mediumnidad

4.- Dios y el Universo


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                                EL PELIGRO DE LAS SECTAS                            

    El creciente interés por el tema espiritual, ha motivado en la última década la aparición de numerosas sectas de índole religioso o filosófico, muchas de ellas prometiendo al ser humano la salvación y la solución a todos sus problemas, sean morales, sociales o económicos.

  La definición de "Secta", se aplica a un conjunto de personas que profesan una idea determinada, de lo cual deducimos que cuando hablamos de secta, no tiene por qué ser necesariamente negativa; sin embargo hay muchas que merecen el calificativo de "secta destructiva" porque sus componentes actúan de tal modo que perjudican gravemente a todo aquél que de una forma u otra se relaciona con ella.

  De las sectas destructivas es de las que precisamente vamos a hablar aquí, alertando a todas aquellas personas que con inquietudes espirituales en la búsqueda de la verdad, acuden a ellas para encontrar respuestas a sus preguntas.

  Lamentablemente, entorno al Espiritismo, creció  a nivel popular la idea de que se trata de una secta, confundiéndolo con la brujería y el satanismo; la culpa de es opinión se debe en gran medida a los medios de comunicación que antes de inducir esa idea, no se han preocupado por informarse de la realidad. Y la realidad no es otra sino que muchos grupos o sectas acuden a la comunicación mediúmnica ( sin ningún tipo de estudio espírita preliminar), y son víctimas de engaños por parte de Espíritus de baja condición- bajo astral- . Ni qué decir tiene que cuando hay algún tipo de escándalo con estos grupos o sectas que se autodenominan "espíritas" sin serlo, se hecha la culpa al Espiritismo de todos ellos.

  Esa mala imagen que se cierne en torno al movimiento espírita, es nuestro deber aclararla radicalmente.  En primer lugar actuando con el ejemplo y en segundo lugar denunciando públicamente las actividades ejercidas por esos mal llamados grupos espíritas, evitando que personas bienintencionadas caigan en sus redes y salgan malparadas. El refrán "No solo hay que ser bueno, sino que hay que parecerlo", tiene aquí una vital importancia, si como espíritas actuamos movidos por el fanatismo, el afán de poder, la imposición de nuestras ideas y la intolerancia para con las ajenas, en cierto modo estaremos dando la razón a los que nos tildan de sectarios.

  Esta actividad divulgativa y de trabajo personal viene complementada con un conocimiento mínimo de cómo actúan esas sectas destructivas y qué perjuicios pueden provocar.

  En este tipo de sectas se aprecia la existencia de unas jerarquías bien diferenciadas del resto de las personas. En ellas, los líderes son los verdaderos gobernantes de los destinos de sus componentes. Lamentablemente, los objetivos que se desean obtener no son siempre altruistas y espirituales, en muchas ocasiones se utiliza lo espiritual como simple tapadera para ocultar las verdaderas intenciones: ansia de poder y ánimo de lucro, por citar algunas.

  Unas pocas personas, sus dirigentes, son las que se aprovechan de las buenas intenciones de sus seguidores, quienes deseosos de encontrar satisfacciones espirituales, son engañados y manipulados por personas sin escrúpulos a quienes no les importa perjudicar psicológica y materialmente a los demás.

 Ante tal panorama, es normal que exista temor de "caer en las redes de las sectas" y muchas personas prefieren pecar de prudentes antes que de atrevidas. Y en realidad es del todo aconsejable rehuir de todo aquello que, aunque en apariencia, parece ser espiritual, albergue situaciones poco claras en las que podamos apreciar cierto grado de fanatismo en sus miembros.

  Otro aspecto totalmente negativo es "el lavado de cerebro" al que se somete a todos los miembros de la secta, caracterizándose por situaciones como: 

1ªª Imposición de ideas que han de ser asimiladas sin más análisis.

2ª  Se les convence de que deben de aportar4 sus bienes o importantes sumas de dinero a "las arcas de la secta".

3ª Anulación progresiva y gradual de la libertad y voluntad del individuo, provocando tal circunstancia una dependencia absoluta con respecto a las órdenes o imperativos que los líderes consideren, conduciéndoles en ocasiones a actuar de forma negativa.

4ª  Se les hace entender que han de dejarlo todo y trabajar para la secta, hacer vida en común con los demás miembros, y situaciones similares.

5ª Con la exaltación y adoración al líder, como principal premisa, se pretende ir corroyendo, poco a poco, la ya escasa personalidad del individuo, y llegar a someterlo plenamente.

6ª Se dibuja ante la persona un supuesto panorama donde todo es felicidad y, como solución a todos sus problemas y sufrimientos, invitándoles a través de diversos engaños a participar del mismo.

  El -Espiritismo siempre ha defendido la libertad de religión y creencia, manifestando que antes de creer  es preciso autoanalizar y convencerse por uno mismo, por tanto, rechaza cualquier tipo de imposición o dogmatismo que anule la capacidad del individuo en cuanto a su análisis, determinación y afirmación de su personalidad.

  Es conveniente que desarrollemos nuestro propio criterio para no permitir que nada ni nadie nos imponga su opinión y mucho menos cuando de esa situación en particular se pretenden obtener unos beneficios egoístas, como ocurre algunas veces con sectas mal encaminadas.

  Hay infinidad de conocimientos de tipo espiritual, pero ello no significan que todos sean totalmente positivos, cada cual ha de saber reflexionar y analizar los mismos para aceptarlos o rechazarlos libre y voluntariamente.

  Cuando desde aquí criticamos a todas aquellas personas que sirviéndose de lo espiritual, intentan hacer su secta particular y beneficiarse con ello, lo hacemos pensando que hayk otras sectas bien orientadas y con ideas positivas. Pero es preciso reconocer que existen muchas sectas o grupos de personas, que juegan con la buena voluntad de muchas personas que se les acercan para calmar su sed espiritual, y les engañan sin ningún tipo de escrúpulos.

  A continuación se extractan de la Biblia unos párrafos totalmente ilustrativos: "Entonces si alguno dijere: "Aquí está el Mesías, no lo creáis, porque se levantarán falsos mesías y falsos profetas, y obrarán grandes señales y prodigios para inducir a error, si fuese posible, aun a los mismos elegidos".( Mateo cáp. XXIV, vs 23 a 25).

 " Guardaos de los falsos profetas que vienen a vosotros con vestiduras de ovejas, mas por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Por ventura se recogen racimos de los espinos o higos de los abrojos?. Todo árbol bueno da buenos frutos y todo árbol malo da frutos malos....Por los frutos pues, los conoceréis." ( Mateo. cáp. VII vs. 15 al 20)

  Con estas frases, observamos cómo el más grande profeta de todos los tiempos, Jesús, ya vaticinó esta gran confusión de ideas, donde cada cual solicita para sí, ser el verdadero poseedor de la verdad y haciendo uso de todo tipo de engaños y prodigios, pretende hacer adeptos. Sin embargo la solución que nos ofrece es categórica: "Por sus frutos los conoceréis", sopesemos sus obras y sabremos comprender si esos grupos o personas, van por buen o mal camino. Y a la hora de valorar el trabajo no hemos de hacerlo por "los milagros" que realicen, sino por las obras de amor y altruismo que diariamente manifiesten a su alrededor.

  Hay que usar como nunca el sentido común y las facultades racionales, para valorar si una idea, creencia, grupo o secta, se encuentra bien encaminada y si sus realizaciones son positivas de cara a sus propios componentes y a la misma sociedad.

  Ese debe ser el baremo a utilizar siempre y en todo momento, para ir erradicando de plano todo lo que raye con el fanatismo y perjudique al ser humano. Hemos de saber sacudirnos de esos errores que durante siglos han azotado a nuestra humanidad e im pedido su progreso evolutivo.

(Tema libre presentado en el Congreso Espírita Mundial por un miembro de la Asociación Parapsicológica de Villena).

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Algunas consideraciones sobre la parte física del ser humano a lo largo de la Historia

                                                               


      Desde la más remota antigüedad el hombre siempre tendió a confundir el cuerpo humano con el Ser, por lo que al morir este siempre hubo quienes ignorando la realidad espiritual que somos, pensaban que con el final del cuerpo se terminaba  la existencia de la persona,  y aquella falsa idea aun perdura en muchas personas hasta nuestros días.

   Sin embargo las  filosofías religiosas siempre afirmaron la existencia de un ser  vital que residía en el cuerpo y no moría con él, sino que  continuaba existiendo después de la muerte del mismo.

   En la Antígua Grecia se le daba un culto al cuerpo físico y se le ofrecía una atención especial,  en donde se buscaba alcanzar un ideal de belleza y perfección;  esto lo vemos en el ideal corporal que dejaron plasmado en las estatuas y esculturas de la época.

        Ya en el legendario Imperio Romano, se sabe que el cuerpo era principalmente motivo de poder y objeto de toda clase de placeres, de los que se hizo un auténtico culto celebrando  las célebres orgías y bacanales.

        En la Europa Medieval, para los Cristianos y los Puritanos, el cuerpo físico era motivo de pecado y de vergüenza. Fue una época de oscurantismo religioso en la que se mortificaba el cuerpo y se le reprimía hasta el punto de  maltratarlo o “mortificarlo” haciéndole sufrir, porque la sexualidad que porta cada uno, estaba declarada por la Iglesia como uno de los tres enemigos del alma: "el demonio, el mundo y la carne".

      Gracias a Dios y a la evolución aquella etapa oscura y terrible de la Historia quedó atrás, y actualmente el pretender una exaltación del espíritu mediante el desprecio y el descuido del cuerpo por ser tenido como “fuente de pecado”, supondría ser tenido por “trastornado” y permanecer anclado en un arcaico puritanismo trasnochado del pasado. Actualmente ya pasó la época medieval en la que se martirizaba al cuerpo o se despreciaba la vida física, aunque aún quedan algunos vestigios de aquel fanatismo arcaico. Aquello es Historia; el ser humano actual ya no necesita para encontrar a Dios de flagelaciones ni de sufrimientos voluntarios; no hay razones  para tener  sombras en la conciencia, ni temores pueriles. Las mortificaciones voluntarias de carácter físico y psíquico, hoy en día se comprende que son producto de personas desequilibradas psicológicamente, y con ello no se consigue en absoluto ninguna depuración del alma.

 En otras culturas y pueblos que han sostenido la idea de la reencarnación, el cuerpo ha sido objeto de cuidados físicos que se traducen en belleza y placeres moderados, pero jamás ha sido tenido como instrumento de poder, pecado o vergüenza. Las culturas reencarnacionistas lo consideran solamente como un valioso instrumento del alma, cuyo papel es el de ser su vehículo en la Tierra, y es a través del mismo el Ser como  se relaciona con los demás Seres durante su estancia en este mundo.

 Los que admitimos la reencarnación pensamos que al cuerpo hay que cuidarlo y  debemos velar por su salud, pero no debemos permitir que sus impulsos y deseos irracionales, nos  dominen y esclavicen al Ser superior que vive en nosotros. Sin embargo no tenemos por qué renunciar a los goces y placeres que reciba nuestro cuerpo físico cuando nos desenvolvemos en medio de unas costumbres éticas y saludables. Cuando en la vida los placeres se nos brindan de modo natural, no es para que los rechacemos   ni tampoco para que abusemos de ellos, sino para que los disfrutemos dentro del justo límite de no perjudicar con ello en ningún sentido ni a nadie, ni a nosotros mismos.

 Todos somos responsables del uso y manejo que hagamos de nuestro cuerpo físico, porque siendo como somos Espíritus encarnados, somos la causa de su realidad material  Debemos tener clara consciencia de lo que supone para nosotros este compañero en esta vida terrena y  transitoria que es único e irremplazable, y que un día lo abandonaremos definitivamente para seguir nuestro camino con otros horizontes y en otros cuerpos...

- José L. Martín-

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       Práctica y peligros de la mediumnidad 

Después de haber negado durante mucho tiempo la realidad de los fenómenos espíritas, algunos de sus contradictores, ya vencidos por la evidencia, cambian ahora de táctica y nos dicen: Sí, el Espiritismo es una verdad, pero la práctica de él está llena de peligros. No puede negarse que el Espiritismo ofrece ciertos peligros para los imprudentes que, sin estudios previos y sin preparación, sin método y sin una eficaz protección se entregan a la investigación de lo oculto. Haciendo de la experimentación un juego, una diversión frívola, no logran más que atraerse los elementos inferiores del Mundo Invisible, cuyas influencias fatalmente sufren. No obstante, se ha hablado de estos peligros con marcada exageración. Naturalmente que, como en todo, es bueno tomar ciertas precauciones. La Física, la Química, la Medicina exigen prolongados estudios, y el ignorante que sin preparación alguna pretendiese manejar sustancias químicas, tóxicas o explosivas, expondría a serios peligros su salud y aun su propia vida.
No hay en este mundo una sola cosa que no sea buena o mala, según el uso que de ella se haga. En todo caso, es injusto hacer notar el lado malo de las prácticas espíritas sin señalar, al mismo tiempo, los beneficios que de las mismas se extraen, los cuales son mucho más importantes que los abusos y las decepciones. No hay progreso ni descubrimiento que no haya realizado con algún peligro para el hombre. Si los pueblos, desde los tiempos más antiguos, no se hubieran atrevido a cruzar los mares porque la navegación ofrecía grandes riesgos, ¿qué hubiera sucedido?
La humanidad, fraccionada en mil familias, hubiera vivido confinada en los continentes, desaprovechando los beneficios inmensos que logra ahora con los viajes y el comercio. El Mundo Invisible es también un vasto océano profundo, sembrado de escollos, pero también lleno de riquezas y de vida. Tras el velo del Más Allá se agita una multitud innumerable que tenemos mucho interés de conocer, pues en ella está depositado el secreto de nuestro porvenir. De ahí la necesidad de estudiar y explorar ese Mundo Invisible, requiriendo la contribución de las fuerzas y los recursos inagotables que encierra, tan ricos y poderosos, que los de la Tierra han de parecernos cada día más escasos y mezquinos. Por otra parte, aun suponiendo que nosotros pudiésemos desinteresarnos del Mundo Invisible, no por eso dejaría él de interesarse por nosotros. Su acción sobre la humanidad es constante, estamos sometidos a sus influencias y sugerencias. Quererlo ignorar, es quedarnos voluntariamente desarmados ante él. Mientras que, mediante un estudio metódico, aprendemos a atraer sobre nosotros las fuerzas bienhechoras, los auxilios y las influencias buenas que contiene; aprendemos a alejar a las fuerzas nefastas, reaccionando contra ellas por medio de la voluntad y la plegaria. Todo depende de la manera cómo se empleen y la dirección que se imprima a nuestras fuerzas mentales.
¡Cuántos y cuántos males, cuya causa no conocemos, dado que ignoramos estas cosas, podrían evitarse por medio de un estudio profundo y consciente del Mundo Invisible! La mayoría de los neuróticos y de los alucinados, que trata sin éxito alguno la Medicina oficial, no son más que enfermos de obsesión, susceptibles de ser curados por medio de las prácticas espíritas y magnéticas. Dios ha puesto al hombre en medio de un océano de vida, de un mar inagotable de fuerzas y de potencias, dándole además la inteligencia, la razón y la conciencia para que aprenda a conocer y conquistar esas fuerzas, utilizándolas en su bien. Por medio de este constante ejercicio llegaremos a desarrollar completamente nuestro Ser, estableciendo su imperio sobre la Naturaleza, el dominio del pensamiento sobre la materia, el reino del Espíritu sobre el mundo. Es ése el más sublime y elevado objetivo que podemos dar a nuestras existencias. En vez de apartar de él al hombre, enseñémosle a caminar a su encuentro sin ninguna duda. Estudiemos, escrutemos el Universo en todos sus maravillosos aspectos, bajo todas sus formas. El saber es el bien supremo, pues de la ignorancia provienen todos los males.
Leon Denis
Extraído del libro "En lo invisible"

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EL GRAN ENIGMA, DIOS  Y EL UNIVERSO 


      Dios, foco de inteligencia y de amor, es tan indispensable para la vida interior como el Sol para la vida física. 

    Dios es el sol de las almas. De Él emana esa fuerza que es a la vez energía,  pensamiento, luz; que anima y vivifica a todos los seres. Cuando se pretende que la idea de Dios es inútil, innecesaria e intrascendente, es como si se dijese que el Sol es inútil, innecesario e intrascendente para la Naturaleza y la vida. 

     Por la comunión de pensamiento, por la elevación del alma a Dios se produce como una penetración continua, una fecundación moral del Ser, un desarrollo gradual de las potencias escondidas en él, pues estas potencias: sentimiento y pensamiento, no pueden despertarse y crecer sino por medio de aspiraciones, por los anhelos de nuestro corazón. Fuera de esto, todas estas fuerzas latentes dormitan en nosotros; quedan inertes, adormecidas. 

    ¡Hemos hablado de la oración! Expliquémonos aún más sobre esta palabra. 
     La oración es la forma, la expresión más potente de la comunión universal. No es, a nuestra vista, lo que tantas personas suponen: un recitado trivial, un ejercicio monótono y a menudo repetido. ¡No!; por medio de la verdadera oración, la oración improvisada, la que no comporta fórmulas, el alma se lanza hacia las regiones superiores; toma fuerzas, luces; encuentra allí un sostén que no pueden conocer ni comprender los que desconocen a Dios y la comunión con Él. ¡Orar es dirigirse al Ser eterno; es exponerle nuestros pensamientos y acciones para someterlos a su ley y hacer de su voluntad la regla de nuestra vida; es procurarse por ello la paz del corazón, la satisfacción de la conciencia; en una palabra, es procurarse este bien interior que es el mayor, el más imperecedero de todos los bienes! 

     Diremos, pues, que desconocer y descuidar la creencia en Dios y la comunión de pensamiento que con ella se relaciona; la comunión con el Alma del Universo, con este foco de donde irradia para siempre la inteligencia y el amor, sería, al mismo tiempo, desconocer lo que hay de más grande y desdeñar las potencias interiores que hacen nuestra verdadera riqueza. Sería menospreciar nuestra propia dicha, todo lo que puede lograr nuestra elevación, nuestra gloria y felicidad. 

     El hombre que desconoce a Dios y no quiere saber qué fuerzas, medios y auxilios vienen de Él, de la comunicación con Él, este hombre puede compararse a un indigente que habitando al lado de un palacio lleno de tesoros, va a morirse de hambre delante de una de sus puertas abiertas que lo invitaba a entrar al mismo. 

-LEÓN DENIS - 

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