lunes, 13 de enero de 2020

Fantasmas

  
   INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.-  Nuestras enfermedades
2.- ¿ Por qué las religiones ignoran la mediumnidad?
3.-  Vidas sucesivas
4.-  Fantasmas
5.-  Espíritu y Periespíritu









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                                NUESTRAS ENFERMEDADES

( Entrevista a Chico Xavier)

  P - ¿Desearía usted contarnos alguna experiencia suya de sus contactos con Emmanuel, con respecto a la actitud que debemos asumir ante nuestras propias enfermedades?

R.- Nuestro amigo espiritual, es de la opinión de que precisamos guardar calma y paciencia ante cualquier enfermedad por la que seamos acometidos, procurando, al mismo tiempo, atenuarlas o apartarlas con tratamiento adecuado. Sobre el particular, narraré uno de los primeros diálogos que tuve con Emmanuel en 1931. Me encontraba bajo el dominio de la compleja enfermedad que traigo, hasta hoy, en mi ojo izquierdo, cuando nuestro mentor espiritual me apareció por primera vez. Después de oírlo en diversas reuniones sobre los planes de trabajo que él nos traía, cierta noche, en diciembre de 1931, le rogué orientación para mi caso. Estaba sufriendo mucho y quería curarme.

- Tenga serenidad- habló él, bondadosamente- usted está bajo el cuidado de benefactores espirituales dedicados y bajo la asistencia de médicos atentos y amigos.

- ¿Entonces debo proseguir bajo la orientación de la medicina?- pregunté.

- Sí, cómo no. La medicina está en el mundo en nombre de la Providencia Divina.

- ¿Quiere decir que necesito tratarme?

- Con el máximo cuidado. El cuerpo es comparable a la azada y el espíritu reencarnado recuerda al labrador. Todo celo del labrador es necesario para conservar la azada en condiciones de trabajar con acierto y seguridad.

- ¿El Señor quiere decir que aunque yo sea médium y lo vea a usted a mi lado con tanta bondad y cultura, no puedo esperar la intervención del Plano Espiritual en mi beneficio para curarme?.

- Por qué recibiría privilegios por ser médium?. La intervención  del Plano Espiritual está operando a su favor, sustentando sus fuerzas, a través del magnetismo curativo y secundando la acción de los oculistas que nos amparan. La condición de médium no lo exonera a usted de la necesidad de luchar y sufrir, en su propio beneficio, como le acontece a otras criaturas que están el el Plano Físico.

- El Señor ha dicho que pretende escribir por mi intermedio y que si Dios lo permite, hará libros, pero, ¿usted cree que puedo desempeñar la tarea mediúmnica, así enfermo de los ojos como estoy?

- Sin ninguna duda. Si fuéramos a esperar por su salud perfecta para trabajar, ¿cuándo aprenderemos a cumplir con nuestros deberes? Si usted estuviese en la Tierra con todas las facilidades a la mano, en el estado de evolución deficitaria en el que aún nos hallamos, tenga por seguro que las dificultades en el servicio espiritual para usted serían mucho mayores.

- Entonces, ¿ cómo considera usted la enfermedad de los ojos, en mi caso, cuando necesito esforzarme tanto en la tarea que comienzo?.

- Observamos su enfermedad como un bendito apoyo que el Señor le concedió caritativamente para que podamos caminar con menos riesgos y peligros en su actual peregrinación en la Tierra. Confíe en el Señor, pues su dolencia es una protección que Él envió en su auxilio.

   Al oír estas últimas palabras, indagué alegremente:
- ¿, Jesús va a curarme?

 Emmanuel me miró con bondad y mandó que abriese  El Evangelio según el Espiritismo,  cap.VI, intitulado "El Cristo Consolador" y recomendó que comenzase la lectura del texto. Entonces comencé a leer en voz alta las palabras de Cristo: "Venid a mí todos los que estáis afligidos y sobrecargados, y yo os aliviaré", nuestro Amigo Espiritual detuvo la lectura y me dijo:¿Comprendió bien?, Jesús no nos promete curarnos, esto es, retirarnos de la bendición de las obligaciones que nos corresponde cumplir, ante las leyes de Dios, pero sí, promete aliviarnos y auxiliarnos. Confiemos en el Maestro Divino y trabajemos".

Entendí la lección que me era dada y me resigné.

Hoy, después de haber transcurrido tanto tiempo sobre este diálogo, agradezco al Señor la bendita enfermedad que cargo en los ojos, tratada siempre por médicos amigos y por amigos espirituales, pues ella ha sido en todo este tiempo, un agente providencial induciéndome a la reflexión y enseñándome a respetar el sufrimiento de los demás.

(Tomado del libro El Mundo de Chico Xavier, de Elías Barbosa cap. 7)

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            Por qué  las religiones  ignoran la                                      Mediumnidad  ?



 Cuando alguien me planteó esta cuestión, al pronto contesté, como a mí mismo: “Porque les basta con el dogma que otros les impusieron y les molesta o porque les da miedo entrar en este tema , o por el temor a lo desconocido, que llega a ser miedo a todos los miedos infundidos del pecado, el demonio, el infierno, o a lo misterioso y terrible, y  menos todavía si los dogmas sostenidos por las religiones corren algún riesgo para poder seguir manteniéndose con lo que puedan decir  esos espíritus….”
Si algo molesta pero se ignora como si no existiera, entonces molesta menos o incluso nada, por eso, si algo no conviene, se niega y ya está. Los escépticos y los negacionistas, afirman que no creen en tales cosas y por tanto tales cosas no existen. Y esto no solamente a nivel religioso, sino a nivel político y financiero, así vemos como por ejemplo el actual Presidente de los EE.UU-, tal vez por intereses económicos, se niega a reconocer la evidencia real del cambio climático que afecta a todo nuestro planeta, e insiste en que eso no es cierto. Cuesta creer que realmente él crea en su afirmación. Me recuerda al Soldado que aprendía la instrucción pero era torpe y llevaba el paso cambiado, sin embargo él decía que lo llevaba bien y todos sus compañeros lo llevaban equivocado.......
En efecto, a pesar de que todas las religiones, antes o después, se  han apoyado en la Mediumnidad, bien para resaltar los convenientes milagros, o bien para autentificar diversos postulados doctrinales, de cara a sus fieles, no solamente la han ignorado a propósito para sumir en la ignorancia a esos fieles sometidos, sino que  la han señalado como demoniaca, peligrosa y negativa, hasta el punto de prohibirla basándose en determinadas interpretaciones de ciertas citas contenidas en los libros religiosos del  Antíguo Testamento,  venerados como “palabra de Dios”. La cuestión era sembrar el miedo en la conciencia de las gentes, para que no se acercaran a esa realidad de poder contactar con Seres del Más Allá.
Sin embargo cuando los fenómenos “paranormales” diversos, o la mediumnidad       ( que es un fenómeno normal y más frecuente de lo que pueda parecer), han apoyado cualquier  dogma religioso establecido, o bien cuando estos hechos mediúmnicos han sido protagonizados por  reconocidos y fervientes adeptos religiosos (con  disimulada mediúmnidad), entonces ya no han sido tenidos por hechos del diablo, sino como “milagrosos” o “sobrenaturales”, de origen divino.
Particularmente y como pretexto, las religiones  cristianas  están en contra de la mediumnidad, apoyándose en la idea de que Moisés  prohibió el uso de la misma debido al  mal uso obsesivo que se llegó a alcanzar en el intercambio con el “más allá”, consultando cosas banales y tratando con espíritus de bajo  nivel moral e intelectual, que lo hacían por divertimiento. Sin embargo el auténtico sentido de las mismas comunicaciones y del culto a Dios, quedaba en un segundo plano.
Parece ser  que  la comunicación con los espíritus a través de los médiums, era entre los primeros cristianos mucho más normal y frecuente de que lo es ahora. Por eso, dada la abundancia de comunicaciones de todo  tipo en las que entraban muchos espíritus engañadores o burlones que no reconocían a Jesús, su discípulo Juan prohibió finalmente en aquellas  comunidades  de seguidores, esta clase de comunicados, a fin de no perturbar la fe de aquellos primeros cristianos, pero hasta entonces el intercambio mediúmnico era una práctica muy corriente y frecuente entre los primeros cristianos.
Todas las “revelaciones” dadas por los diversos profetas en la historia de la humanidad, tienen su origen en la mediumnidad,  comunicando los espíritus a través de los  médiums  y no por la intervención directa de Dios, puesto que es harto comprobado que en todos los libros sagrados, junto a “revelaciones” de corte moral elevado, aparecen  también afirmaciones absurdas y sin sentido, por lo que cabe deducir que Dios no tropieza tan torpemente en esos escollos que transmiten los "iluminados" o "profetas", que no son otra cosa que médiums canalizadores de lo que los Espíritus les transmiten.
A pesar de que la idea de la existencia de la vida después de la muerte ha sido y es la base de casi todas las religiones, han  habido algunas, que por temor a que se pusiesen en peligro sus dogmas y privilegios, han vuelto la espalda a esta trascendente realidad, negando y condenando cualquier intento de comunicación con los que ya fallecieron, como si ya no existiesen o como si los intercambios con el Más Allá, fuesen un imposible o solamente privilegio de los demonios o de los “santos”. No han comprendido aún los religiosos, que la mediumnidad es un hecho natural y si existe es porque Dios ha querido que exista para algo, y ese algo es el intercambio con los espíritus existentes en el otro  plano de la Vida, al que llamamos “Más Allá”. Asimismo la mediumnidad es una demostración palpable de que la muerte no existe; que no  es una barrera infranqueable y definitiva  entre vivos y muertos.
     Debido a esta postura de incomprensión y no aceptación de la mediumnidad, mantenida a lo largo de la historia, esta  pasó a ser casi una tradición absurda o un dogma de fe falso y peligroso, y es por lo que tanta gente piensa todavía que la comunicación con los Seres de ultratumba es una profanación y un peligro porque el "demonio" está tras esto. Sin embargo la realidad es que en absoluto supone ninguna profanación el acercamiento respetuoso de ambos planos de la vida entre Seres que se han amado y aun se aman,  hallando así un consuelo, un conocimiento y una mejor comprensión de la  realidad de la existencia, del por qué y del para qué estamos en este mundo.
- Jose Luis Martín-

“Sostengo que el sentimiento religioso cósmico es la motivación más fuerte y noble para la investigación científica”
Albert Einstein -

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VIDAS SUCESIVAS

“No te maravilles de que te haya dicho: Os es necesario nacer de nuevo.” – Jesús. (Juan, 3: 7.)

La palabra de Jesús a  Nicodemo fue suficientemente clara.

Desviarla hacia interpretaciones impropias puede ser comprensible en el sacerdocio organizado, atento a las imposiciones de la lucha humana, más nunca en los Espíritus amantes de la verdad legítima.

La reencarnación es una ley universal.

Sin ella, la existencia terrena representaría torbellino de desorden e injusticia; a la luz de sus esclarecimientos, entendemos todos los fenómenos dolorosos del camino.

El hombre aún no percibió toda la extensión de la misericordia divina, en los procesos de rescate y reajuste.

Entre los hombres, el criminal es enviado a penas crueles, sea por la condenación a la muerte o a los sufrimientos prolongados.

La Providencia, entretanto, corrige, amando… no encamina los reos a las prisiones infestadas y húmedas. Determina solamente que los comparsas de dramas nefastos cambien la  vestimenta carnal y vuelvan al palco de la actividad humana, de modo que puedan redimirse unos frente a otros.

Para la Sabiduría Magnánima no siempre el que erró es un malvado, como no siempre la víctima es pura y sincera. Dios no ve sólo la maldad que surge a la superficie del escándalo; conoce el mecanismo sombrío de todas las circunstancias que provocaron un crimen.

El verdugo integral como la víctima integral son desconocidos del hombre; El Padre, con todo, identifica las necesidades de sus hijos y los reúne, periódicamente, por los lazos de la sangre o en la red de los compromisos edificantes, a fin de que  aprendan la ley de amor, entre las dificultades y los dolores del destino, con la bendición del olvido temporal.
Nada desaparece en el Universo. Si la muerte fuese la última palabra de todas las cosas; si nuestro destino se limitase a esta vida fugitiva, nos faltaría tiempo para llegar a los límites de la ciencia.

La persistencia que ponemos en perseguir, pese a las decepciones, un ideal que no está en este mundo, una felicidad que nos rehúye siempre, es una indicación suficiente de que hay otra cosa distinta  de la vida presente.  LA naturaleza no podría dar al Ser aspiraciones, esperanzas irrealizables.

Las necesidades limitadas del alma reclaman forzosamente una vida sin límites. No hay nada más grande conforme con la ley del progreso que esa ascensión de las almas operándole por etapas sucesivas, en el transcurso de las cuales se forman por si mismas, se liberan poco a poco de los pesados instintos, rompen su caparazón de egoísmo para despertar a la razón, al amor, a la libertad.

El alma no termina su elevación, cuando a logrado el estado humano y conquistado su autonomía y su responsabilidad moral y ha comprendido el sentido de l deber. Lejos de acabar, su obra real comienza entonces; nuevas tareas le reclaman.

Las luchas del pasado no son más que el preludio de lo que el porvenir le reserva. Sus renacimientos en cuerpo carnales se sucederán sobre el planeta. Todas las veces reanudará con órganos rejuvenecidos  la obra de perfeccionamiento interrumpida por la muerte para proseguir y llegar más lejos.

El alma humana es una viajera eterna, que sube de esfera en esfera, hacia el bien, hacia la razón infinita, adquiriendo nuevos grados, creciendo en ciencia, sabiduría y virtud.

Cada una de nuestras existencias terrenas solo es un episodio de nuestra vida inmortal. Ningún alma podría, en tan breve lapso, despojarse de sus vicios, de sus errores, de todos los apetitos vulgares que son vestigios de sus vidas desvanecidas y las pruebas de su origen.

Al medir el tiempo que ha necesitado la humanidad desde su aparición en el mundo terreno hasta llegar al estado actual, se comprende que , para subir de claridad  a claridad hacia lo absoluto, hacia lo divino, necesita el alma periodos sin limites y vidas siempre renacientes.

Solo la pluralidad de las existencias puede explicar la diversidad de caracteres, la variedad de aptitudes, la disimilitud de las cualidades morales y en una palabra, todas las desigualdades que nos llaman la atención.

El progreso y la elevación de las almas dependen únicamente de sus trabajos, de la energía desplegada por ellas en el combate vital.

El ser se crea a si mismo el desenvolvimiento gradual las fuerzas que están en el.
La ley de las reencarnaciones no está solamente demostrada por la razón; también está probada por los hechos. Como se verifica en los casos de regresión de la memoria.

Con la ley de la reencarnación, la soberana justicia resplandece sobre los mundos.

Las situaciones dolorosas que padecen algunos hombres se explican por la acción de esta Ley, llevando en si grabada el alma su destino. Aprender a deletrear los preceptos, descifrar ese enigma constituye la verdadera ciencia de la Vida.

Larga será la lucha, penosos los esfuerzos necesarios para recobrar el  alma conciencia y sus potencias ocultas; pero siempre conservará la intuición, el vago sentimiento de las resoluciones adoptadas antes de renacer; y prosiguiendo el transcurso de sus existencias, se mejorará con el trabajo y el sufrimiento.

 La propia Naturaleza presenta preciosas lecciones, en ese particular. Se suceden los años con matemática precisión, mas los días son siempre nuevos. Disponiendo, así, de trescientos  sesenta y cinco ocasiones de aprendizaje y  recomienzo, anualmente, ¿cuántas oportunidades de renovación moral encontrarán la criatura, en el bendecido período de una existencia?

         Conserva del pasado lo que fuere bueno y  justo, bello y  noble, mas no guardes del pretérito los detritos y  las sombras, aun asimismo cuando estén enmascarados de encantador revestimiento.

         Haz por ti mismo, en los dominios de tu iniciativa por la aplicación de la fraternidad real, el trabajo que  tu negligencia arrojará fatalmente sobre los hombros de tus benefactores y  amigos espirituales.

         Cada hora que surge puede ser portadora de reajustamiento.

         Si es posible, no dejes para después los lazos de amor y  paz que puedes crear ahora, en substitución a las pesadas cadenas del desafecto.

Déjate revivir, cada día, en la corriente cristalina e incesante del bien.

         No olvides la asertiva del Maestro: - "Aquel que no naciere de nuevo no puede ver el Reino de Dios."

         Renace ahora en tus propósitos, deliberaciones y  actitudes, trabajando para superar los obstáculos que te cercan, alcanzando la anticipación de la Vitoria sobre  ti mismo, en el  tempo...

         Más vale auxiliar, aun  hoy, que ser auxiliado mañana.

Trabajo realizado por Merchita
Extraído del Libro Después de la Muerte de León Denis y de Chico Xavier



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                                                  FANTASMAS

¿Existen los fantasmas?.-

   Existen Seres invisibles, sin una realidad física, que antes fueron seres humanos y tras el fenómeno de la muerte, pueden acreditar de alguna forma su existencia.

   Un fantasma es una aparición “vaporosa” e impalpable del cuerpo fluídico del Ser, encarnado o desencarnado . También se les conoce como “Espectros”. Algunos diccionarios los definen como “la figura de una persona muerta que aparece a los vivos”. Esta explicación es incompleta, pues también es posible la aparición fantasmal de personas que aún están vivas.

   La palabra “fantasma” deriva de un verbo griego que significa “aparecer” o “mostrarse”. Este fenómeno es básicamente sensorial, y suele causar una impresión acompañada de reacciones y emociones traumáticas a quienes se muestra. Las visiones fantasmales también pueden aparecer solamente en el plano mental del que lo percibe , siendo en este caso un fenómeno de carácter absolutamente subjetivo, aunque no por ello menos real para el que lo experimenta..

   La presencia visible y hasta “tangible” del Ser espiritual , con las mismas formas y apariencias de cuando era una persona viva, con el propósito de poder ser reconocido por personas de este mundo , es no solamente posible, sino evidente, tal como se acredita en cientos de casos habidos por todo el mundo, de la realidad de su existencia y de su presencia ante muchos y muy diversos testigos, y que han sido fotografiados y vistos totalmente o en parte, o que incluso después de su desaparición tras haberse materializado, han dejado huellas físicas de su presencia real en moldes de escayola o parafina.Los fantasmas se pueden dejar ver y a veces incluso hasta tocar, cuando hasta cierto grado, pueden condensar de alguna forma la energía de que está formada su envoltura espiritual, y la materializan hasta hacerla no solamente visible , sino hasta palpable . Sin embargo también suelen proporcionar pruebas claras de su naturaleza no física, pues por ejemplo pueden dejarse ver atravesando paredes u otras materias sin la menor dificultad. A veces en la aparición, también pueden llegar a verse animales u otros objetos espectrales, aunque en este caso, bien puede ser debido a mostrarse el “escenario”normal que tenía en vida el presunto fantasma, que de este modo se hace reconocer, o también se podrían deber , según la Parapsicología, a estar plasmadas estas imágenes en los llamados “Archivos Akásicos”, que viene a ser como un registro o grabación de imagen y sonido de algunos hechos psicológicamente muy fuertes o traumáticos, sucedidos en nuestro plano material y que por un mecanismo todavía desconocido, quedaron plasmados en el plano astral o espiritual, y  esta "grabación" puede aparecer  en un momento determinado para luego volver a desvanecerse.

   El investigador G.N.M. Tyrell, en su libro “ Apparitions”, publicado en 1.943, identifica varios grupos de fantasmas en base a las conductas mostradas por los mismos. El primero está formado por las apariciones que frecuentan sistemáticamente un lugar determinado; se caracterizan por que no provocan miedo, son inofensivos y a veces incluso llegan a ser tratados por los seres humanos que habitan el lugar en donde están habitualmente, como un miembro más de la familia. De esta clase de Entidades existen numerosas pruebas fotográficas de su existencia. La segunda categoría, es la de las apariciones “post mortem” que tienen lugar casi siempre inmediatamente después de la muerte de la persona, y no suelen estar relacionadas con algún lugar o acontecimiento concreto. En tercer lugar están los casos “críticos”, como es el de la aparición de alguien que está viviendo una situación crítica, tal como accidente grave , una enfermedad, o la misma muerte.

   Las materializaciones de Seres incorpóreos se denominan

Ideoplastias cuando son provocadas por la energía psíquica del medium, que se exterioriza plasmándose en una forma física. Esta consiste en la formación de cuerpos materializados formados por el Ectoplasma o Energía Biótica que es una materialización o condensación de energía vital y orgánica, expelida por un médium, a través del que se manifiestan Seres desencarnados que aprovechan esta especie de materia sutil y moldeable para tomar formas físicas. Estas formas de materia ectoplásmica se dieron con frecuencia en los comienzos del Espiritismo, y dieron pie a muchos fraudes; sin embargo la realidad de su existencia quedó patente tras haber sido analizado el ectoplasma y haberse comprobado en su composición, abundancia de glóbulos rojos procedentes del médium ,teniendo esta extraordinaria clase de materia  un carácter transitorio y breve, porque al cabo de pocos minutos tras ser expelida desde el cuerpo del médium, se “volatiliza” y desaparece sin más ante la vista de los observadores. Actualmente son muy raras estas formas de materialización espiritual y en algún raro caso , que se ha dado en el seno de algún “Centro Espírita”, se ha mantenido en secreto y no ha transcendido a la opinión pública por expreso deseo del Ser espiritual manifestante.

   
Las materializaciones ectoplámicas se dieron en una época concreta y posteriormente , creo que por razones evolutivas de la mediumnidad, ya no se hace necesaria esta forma de manifestación.

   La aparición y materialización directa del Espíritu también es posible y se da mas frecuentemente que la anterior , recibiendo el nombre de Fantasmogénesis .En estos casos la energía del  medium no interviene en su formación. 

   Las materializaciones espirituales, cuando se producen lo hacen con solidez , siendo capaces de reflejarse en espejos y de producir ruidos de pisadas etc, dando la impresión de ser tan reales y tangibles como en las personas vivas, aunque solo durante un periodo de tiempo bastante limitado .

   No se sabe muy bien el por qué, las apariciones o presencias fantasmales, suelen provocar en las personas presentes en el lugar de la aparición , una súbita sensación de frío, como si se notara una corriente de aire helado que hiciese estremecer a estos testigos. 

    A veces los fantasmas también pueden  ser el alma de una persona viva que así se manifiesta durante el sueño o durante estados de trance, o bien porque tiene la capacidad de “desdoblarse” y de producir fenómenos de bilocación llegando a materializar su periespíritu. Allan Kardec en “El Libro de los Mediums” , dedica todo un capítulo al estudio de las apariciones de los vivos.

   En definitiva, los fantasmas, tanto si son de  humanos como si son solamente espíritus , tanto si son animados como inanimados, demuestran que existe otra esfera de la realidad diferente a la nuestra .

-Jose Luis Martín-  

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                 ESPÍRITU Y PERIESPÍRITU 

José Aniorte Alcaraz

       El Universo y nuestro mundo espiritual, todavía hoy, a pesar de los grandes descubrimientos científicos realizados, continúa siendo el gran desconocido. Hay muchas teorías sobre este tema, unas malintencionadas, otras mantenidas por el orgullo de personas que se creen en posesión de toda la sabiduría, siendo en realidad objeto de la ignorancia.

      Yo, sin considerarme naturalmente, un maestro, después de cincuenta y seis años de estudio, razonando, investigando y comprobando con total independencia, tengo mi propia teoría, pues cada maestro tiene su librito; teoría que estoy dispuesto a cambiar o rectificar, cuando encuentre otra más convincente.

      Nos dice “El Libro de los Espíritus”: en el Universo todo se eslabonatodo efecto es la consecuencia de una causa. Nuestra evolución empieza en un átomo, pasa por el mineral, el vegetal, el animal, el hombre y finalmente el arcángel. En el mismo libro se pregunta: ¿dónde está la inteligencia?, respuesta: en su base, en el Universo; otra pregunta: ¿qué es el Espíritu?, respuesta: el principio inteligente del Universo. Por consiguiente, si el Espíritu o principio inteligente, tiene su origen en el Universo y reside en él, no puede estar durmiendo en el mineral o soñando en el vegetal.

      El principio inteligente no duerme ni sueña, es una partícula Divina, que está latente, esperando que la materia reúna las condiciones óptimas necesarias para poder ser utilizada por el “Principio Inteligente”. Así es como el Espíritu inmortal, se sirve de la materia animalizada, desde su estado más primitivo, para empezar su evolución desde un átomo. Pasando por el largo y extenso período de la vida animal, en este estado el alma está adormecida, no puede imaginar su situación, no tiene idea de su existencia; no alcanza a comprender la diferencia existente entre la vida y la muerte. Para ella sólo existe un instinto, que sin duda puede ser inteligente, pues independiente de su voluntad, se manifiesta según las necesidades, como pueden ser: la naturaleza de las especies, el clima o la difícil situación a la que cada especie tiene que sobrevivir.

      En esta compleja y ardua situación, el alma se forma, se ensaya y lentamente se prepara, hasta que al fin, comienza a sentir de forma confusa, un impulso nuevo y desconocido; siente por primera vez la aspiración y el deseo de individualizarse.

      En esta circunstancia, es cuando se produce la gran metamorfosis, y el alma animal emprende un nuevo período, para convertirse en alma humana. Todo esto realmente maravilloso, cuenta con la ayuda de los buenos espíritus que están al servicio de Dios. Somos creados por Dios, y Él dirige nuestro destino, hasta que nosotros estamos preparados para asumir la responsabilidad y el control del mismo.

      La materia en su estado primitivo, está dispersa por todo el Universo, en realidad es el principio de todo, el principio de la vida. Con sus continuas transformaciones, crea los elementos necesarios para la evolución del Universo, siendo éste una creación de Dios.

      En nuestro planeta la evolución de la materia, empieza en un átomo como partícula organizada. Siguiendo el proceso de evolución nos centramos en la materia inerte, emprendiendo su desarrollo en los elementos minerales, que tras un laborioso proceso inconsciente, cuando aparece el ambiente y el medio adecuados, atrae al principio vital, dándose la transformación hacia la materia animada, que tras circunstancias mucho más sofisticadas y el medio propicio para animalizarse, el principio inteligente que espera la oportunidad para el comienzo de su evolución, utiliza la materia orgánica, junto con el fluido vital, para el comienzo de la evolución animal.

      El principio inteligente, desde su estado más primitivo, empieza su larga e interminable carrera evolutiva en la escala animal, sin pasar por la escala mineral o vegetal. A través de los tiempos, pasando por distintas especies, sin conciencia de su  existencia, sigue adelante por un impulso divino que despierta en él un instinto primario, pero necesario para sobrevivir en el ámbito que se encuentra. Este instinto, lentamente y a través de los considerables periodos evolutivos, de especies diferentes, también se transforma en una inteligencia animal, limitada; porque no puede saber ni sentir la razón de su existencia, ni distinguir la vida de la muerte. Su inteligencia instintiva, es el medio que posee de subsistencia.

      Durante estos prolongados e incontables períodos, el alma se está consolidando y preparando para el gran futuro que le espera.

      No está dormida, sino aturdida, porque puede sentir pero no tiene la capacidad de manifestar lo que siente, y paciente espera hasta poder reunir las condiciones para hacerlo. Desde el primer momento que el alma tiene contacto con la materia animalizada, lo hace envuelta en su cuerpo astral, pues sería imposible que el principio inteligente, pudiera utilizar la materia sin un cuerpo fluídico o intermediario.

      El alma revestida de los fluidos más animalizados, de los instintos más vulgares y primitivos, tiene que vivir y sentir, caminando valientemente a través de los tiempos; ignorando su identidad pero conservando en lo más íntimo de su ser, la partícula divina, que un día, cuando esté en disposición para formar parte de la humanidad y asumir la responsabilidad de sus actos, se individualizará, y conseguirá la elevación y redención de su Espíritu.

      El alma del animal, con su inseparable cuerpo astral compuesto de fluidos primitivos,  tiene vida animal pero no vida espiritual, sobrevive a la muerte sin tener consciencia de su existencia. Recorre los largos caminos de su evolución, sin tener responsabilidad de ello. El animal esté donde esté, continúa siendo animal, porque tiene unas limitaciones que nunca podría superar por vía directa.

      El alma animal no puede convertirse en alma humana, aunque tenga latente en su interior, el principio divino del ángel. Para salir de esta situación, tiene que pasar por la gran transformación.

      Cuando llega el momento se produce el cambio, como la completa metamorfosis de las mariposas; convirtiéndose el alma animal, en alma humana. El alma animal, después de esta metamorfosis, se siente confundida, como si acabara de nacer o despertara de una terrible pesadilla; no recuerda nada pero lentamente, con recelo y por primera vez, siente el deseo incesante de superarse para salir de la oscuridad y liberarse de la envoltura animal.

      Desde este momento, aún tiene un período muy largo de ensayos en la escala animal, para reafirmar su individualidad, recomponer su cuerpo fluídico o periespíritu, despojándose gradualmente de todas las impurezas animalizadas, que su mente espiritual, inconscientemente, ha tenido que alimentar durante tanto tiempo vivido en el mundo inferior.

    Una vez que rehace su estructura mental y fluídica, ya se encuentra en condiciones para empezar un nuevo ciclo evolutivo como ser pensante de la humanidad. Es preciso aclarar que en nuestro planeta, salvo alguna excepción extraordinaria, el animal no tiene ninguna posibilidad de alcanzar el estado de evolución que acabo de describir.

      Este proceso es propio de otros mundos inferiores a éste; en la Tierra, el animal siempre es animal. En “El Libro de los Espíritus” nos dice: “hay entre el alma de los irracionales y la humana tanta diferencia, como la existente entre el alma del hombre y Dios”. Aquéllos que afirman que en un principio, la vida en este planeta fue por generación espontánea, están diciendo algo muy cierto, que ni ellos mismos comprenden el significado de lo que dicen.

     Allan Kardec definió al periespíritu con una forma vaporosa; él sabía en aquellos momentos, hace ciento cincuenta años, que tocar este punto en profundidad, en lugar de conseguir instruir a los lectores, los llevaría a la confusión. Hoy podemos afirmar que en su estado natural, podría muy bien ser un cuerpo vaporoso, porque se compone de una combinación de fluidos semimateriales, extraídos o tomados del fluido Universal.

      El Espíritu para nosotros es inmaterial, no tiene forma, lo podemos sentir, pero no lo vemos. Es tan sensible que para poder dirigir nuestro cuerpo o tener contacto con él, es imprescindible disponer de un cuerpo intermediario y semimaterial, como es el periespíritu.

      Cuando el Espíritu reencarna para una nueva existencia, lo hace a través de su cuerpo astral; se protege con él y no llega a tener contacto directo con su cuerpo físico. La unión del Espíritu con el cuerpo se efectúa por medio de su envoltura fluídica. Por su naturaleza sutil, el periespíritu sirve de unión entre el Espíritu y la materia.

      El alma queda unida al germen por este mediador fluídico, que se va adaptando y estrechando lentamente, siguiendo las fases progresivas de la gestación, hasta completar la formación del cuerpo físico.

      Desde la concepción hasta el nacimiento, la unión se lleva a cabo con cierta lentitud, molécula a molécula; bajo el flujo creciente de los elementos materiales y la fuerza vital que es facilitada por los movimientos vibratorios del periespíritu infantil, que se reduce al mismo tiempo que la conciencia del alma queda adormecida.

      Durante el periodo de gestación, el periespíritu se impregna de fluido vital, para convertirse en el regulador de la energía que necesitan los elementos materiales del cuerpo en formación. La individualidad y la memoria del Espíritu, se conservan y a su debido tiempo, se manifiestan en el plano físico.

      Cuando se completa la vida uterina, se produce el nacimiento, siendo en este momento cuando el Espíritu, a través del periespíritu toma el control de su cuerpo. El periodo de crecimiento será largo, durante el cual el Espíritu tiene que modelar su nueva envoltura y hacer de ella un instrumento capaz de manifestar sus cualidades y sentimientos.

      Durante el sueño, en el transcurso de la vida infantil, el Espíritu recibe la ayuda espiritual necesaria, para recuperar fuerzas y seguir el curso de su nueva reencarnación. Durante su estancia en el plano espiritual, el Espíritu, para manifestarse lo hace con su cuerpo fluídico; sin él sólo sería una especie de ser invisible.

      El Espíritu nunca puede separarse de su cuerpo astral, con él se convierte en un ser real, reflejando la imagen del Espíritu; es el archivo de sus memorias, es además una especie de conciencia que a través de su imagen, recuerda al Espíritu los aciertos o desatinos que ha practicado con su forma de vida.

      Cuando el Espíritu está en el plano físico, fácilmente puede engañarse a sí mismo y engañar a los demás, porque un espíritu malévolo, puede tener un cuerpo bello, proporcionando una apariencia falsa de la realidad.

      Cuando después de la muerte se regresa al mundo de la verdad, donde cada uno se sitúa en el lugar que le corresponde, donde no existen los favores, ni las influencias, pero sí existe el cielo y el infierno que llevamos con nosotros, como creación propia, encontrándonos allí atrapados por un mundo de sombras o un mundo de luz, según la imagen que predomine con más fuerza en nuestra mente.

      En esta situación es cuando podemos contemplar el verdadero aspecto del Espíritu, que según la conducta seguida en el plano físico, volverá con un cuerpo más luminoso o menos, o con un cuerpo plagado de heridas, envuelto por las sombras, implorando una ayuda que nadie le puede dar, porque sólo él a través de su arrepentimiento, la podrá obtener.

      El mundo espiritual “superior” aún continúa siendo para nosotros el gran desconocido, pero el mundo incorpóreo más cercano a nosotros, podemos decir que es muy semejante al nuestro. No obstante, existe una parte completamente diferente; el Más Allá es un mundo de sentimientos, y nuestra humanidad, se desenvuelve entre pasiones y sensaciones.

      Los espíritus “comunes” viven entre nosotros, y tienen un cuerpo tan semejante al nuestro, que algunos se confunden y en determinadas circunstancias, piensan que aún tienen el mismo cuerpo que tenían antes de morir. Estos espíritus están en todas partes, en nuestra casa, en el campo, en las ciudades, en los medios de transporte, en lugares de ocio...

      Es un mundo que se agita alrededor nuestro, y se acerca a nosotros por afinidad. Los hay de todas clases y en situaciones diferentes; cada uno tiene sus dificultades y persigue su objetivo.

      La apariencia del Espíritu cambia según el estado mental en el que se encuentra. Su aspecto se refleja con claridad en su cuerpo astral, y los fluidos que le recubren, causan malestar o bienestar cuando se aproximan a nosotros.

      La lectura de este libro no está dedicada a los analistas ni a los científicos, sino a los humildes y necesitados que han vivido engañados por los dogmatismos fanáticos de las religiones del pasado y del presente.

      Lo que escribo aquí no es un tema nuevo, ya se ha publicado en otros libros, pero la actual publicación pretende ser más directa y sencilla; comprensible para aquéllos que desconocen el tema por falta de estudio, y puedan comprender con menos dificultad, esta verdad que es la única realidad de nuestra vida. Todas las revelaciones nuevas, han sido rechazadas sin mostrar algún interés por conocerlas, pero esta realidad tiene una contestación lógica para todas las preguntas.

      Mi querido lector, acepta estas enseñanzas que llegan gratuitamente a tus manos, y nunca tendrás que hacerte preguntas, sin obtener la respuesta adecuada.

José Aniorte Alcaraz

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