jueves, 2 de enero de 2020

Uno más y uno menos...

     
 INQUIETUDES  ESPÍRITAS

1.- El doble aspecto iniciático de las religiones
2.- Uno más y uno menos...
3.- El Espiritismo al alcance de todos (2)
4.- Las virtudes de la Caridad
    Comunicado de ultratumba
5.-  Influencia del ambiente en las manifestaciones mediúmnicas







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  EL DOBLE ASPECTO INICIÁTICO DE LAS                                 RELIGIONES

    Todas las grandes religiones han tenido dos aspectos: el uno aparente y el otro oculto.- En éste está el espíritu; en aquél, la forma o la letra. Bajo el símbolo material, se disimula el sentido profundo. El brahmanismo en la India, el hermetismo en Egipto, el politeísmo griego, el mismo cristianismo en su origen presentan este doble aspecto. Juzgarlos por su lado exterior y vulgar es juzgar el valor moral de un hombre por sus vestidos. Para conocerlos, es preciso penetrar el pensamiento íntimo que los inspira y forma su razón de ser; del seno de los mitos y de los dogmas, es preciso extraer el principio generador que les comunica la fuerza y la vida. Entonces se descubre la doctrina única, superior, inmutable, de la cual las religiones humanas no son más que adaptaciones imperfectas y transitorias, proporcionadas a las necesidades de los tiempos y de los medios.

    Se tiene en nuestra época una concepción del universo absolutamente exterior y  material. La ciencia moderna, en sus investigaciones, se ha limitado a acumular el mayor número de hechos, y luego a deducir de ellos las leyes. Ha obtenido así maravillosos resultados; pero, por este procedimiento, el reconocimiento de los principios superiores, de las causas primordiales y de la verdad continuará siendo por siempre inaccesible. Las causas secundarias mismas se escapan. El dominio invisible de la vida es más vasto que el que es abarcado por nuestros sentidos; en aquél reinan las causas de las cuales sólo vemos los efectos. La antigüedad tenía una manera completamente diferente de ver y de proceder.

    Los sabios del Oriente y de Grecia no desdeñaban el observar la naturaleza exterior;pero es, sobre todo, en el estudio del alma, de sus potencias íntimas, donde descubrían los principios eternos. El alma era para ellos como un libro donde se inscriben en caracteres misteriosos todas las realidades y todas las leyes. Por la concentración de las facultades, por el estudio meditativo y profundo de sí mismos se elevaban hasta la Causa sin duda, hasta el Principio de donde derivan todos los seres y las cosas. Las leyes innatas de la inteligencia les explicaban el orden y la armonía de la naturaleza, como el estudio del alma les daba la clave de los problemas de la vida.

    El alma -creían-, colocada entre dos mundos -el visible y el oculto, el material y el espiritual-, observándolos, penetrándolos a ambos, es el instrumento supremo del   conocimiento. Según su grado de adelanto y de pureza, refleja con más o menos   intensidad las radiaciones del hogar divino. La razón y la conciencia no guían solamente nuestros juicios y nuestros actos; son también los medios más seguros para adquirir y poseer la verdad.

    La vida entera de los iniciados estaba consagrada a estas investigaciones. No se   limitaban, como en nuestros días, a preparar a la juventud, con estudios anticipados,
insuficientes y mal dirigidos, para las luchas y los deberes de la existencia. Los adeptos eran escogidos, preparados desde la infancia para la carrera que debían seguir, y luego, llevados gradualmente hacia las cimas desde donde puede dominarse y juzgarse la vida. Los principios de la ciencia secreta les eran comunicados en una medida proporcionada al desenvolvimiento de su inteligencia y de sus cualidades morales. La iniciación era una refundición completa del carácter, un despertar de las facultades adormecidas. El adepto no participaba de los grandes misterios, es decir, de la revelación de las leyes superiores, sino cuando había sabido apagar en sí el fuego de las pasiones, reprimir los deseos impuros, orientar los transportes de su ser hacia el Bien y la Belleza. Entraba entonces en posesión de ciertos poderes sobre la naturaleza, y comunicaba con las potencias ocultas del universo.

Después de la Muerte- León Denis


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         UNO MÁS Y UNO MENOS

Tras haber finalizado un año y de haber iniciado este año nuevo, siento la necesidad de compartir con quienes me lean, ciertas reflexiones e inquietudes que el momento me sugiere.

  Dependiendo de la edad cronológica de cada uno, todos hemos visto ya muchas veces finalizar un año y comenzar otro nuevo.  El calendario o el almanaque colgado en la pared, nos recuerda el paso inexorable del tiempo; un tiempo que nos pretende engañar pareciendo largo y tedioso, ofreciendo alguna pequeña ilusión o meta a alcanzar, por delante, que casi nunca llega, y así, mes a mes, hoja a hoja, el calendario va desgranando sus páginas y el tiempo va pasando. La cuestión es saber si esas páginas gastadas han quedado en blanco o  han quedado escritas con nuestro esfuerzo, con nuestra evolución y  con nuestros méritos y aprendizajes, o bien las hemos ensuciado con nuestros errores y fallos humanos; con lo que pudimos hacer de bueno y no hicimos; o tal vez, si las hemos dejado pasar y han quedado en blanco.

   Y este viejo calendario con sus hojas caducadas, ya no tiene marcha atrás. Lo bueno y lo malo, ahí queda para la eternidad, escrito en los pliegues del alma; y nosotros, tendremos que asimilar lo bueno y lo positivo para nuestro Ser espiritual, y despojarnos poco a poco del lodo de nuestros errores y defectos que nos anclan a nuestro atraso evolutivo y nos impiden que terminemos de alcanzar la felicidad. No está en nuestra mano cambiar lo que escribimos en él, pero si debemos tener el propósito de reescribirlo en uno nuevo de este año que ahora comienza, y hacerlo con más intención y cuidado para ir llenando sus hojas de luz y progreso, para que cuando hayan transcurrido otros doce meses, no nos parezca un calendario lleno de tiempo desperdiciado e irrecuperable, sino un calendario lleno de amor, de realizaciones, de aprendizaje y maduración de nuestro Espíritu. 

   Cuando la mochila que cargamos con los errores y las deudas pendientes, lleva tantos como suele ser lo habitual en los seres humanos, no podemos pretender vaciarla de una vez de todos ellos, pero si podemos enfocar uno de estos, sin fijarnos mucho en los demás, y trabajar por eliminarlo y superarlo; y una vez conseguido, enfocaremos otro, y así sucesivamente.

  Todos tendremos días de aciertos y  también días de errores; pero lamentablemente, siendo estos, propios de nuestra condición humana, los tendremos que asumir pero siempre con el propósito de que no nos dejen una huella negativa, sino que sirvan como recordatorio de cómo deberemos seguir actuando en el futuro para no volver a  errar más y como acicate para tenerlos  en cuenta que al saber superarlos, así estaremos cada vez más cerca de lograr la auténtica felicidad del Espíritu cuando este se purifique y se libere del lastre de sus errores pasados. Y si en esta lucha volvemos a caer o a tropezar en la misma piedra, saber que nos levantaremos de inmediato para seguir en la lucha por conquistar los objetivos señalados para nuestra mejora espiritual.

   Todos celebramos el nuevo año, sabiendo que la celebración es por otro año más de vida cumplida, y también por otro ciclo igual que tenemos por delante para seguir viviendo, conquistando y aprendiendo. Pero al mismo tiempo, también comprendemos que el finalizado, es un año menos de  lo que nos queda por vivir y así poder alcanzar aquellas metas evolutivas que nos fijamos desde antes de nacer. Es preocupante, pero cada vez nos va quedando menos tiempo.

  Nuestra sociedad mundial, la formamos una mezcolanza de seres humanos, de muchos y diferentes niveles de evolución. Unos con unas ideas; otros con otras ideas diferentes, así en lo político, en lo religioso, en lo social, en lo ético, etc. Por ello deberemos estar posicionados y dispuestos para practicar en cada momento la tolerancia, la solidaridad y la caridad, que son el camino cierto para seguir avanzando en esta empinada senda evolutiva de nuestro Espíritu.

    Recuerdo a todos,  que actualmente estamos  ya inmersos en un cambio de ciclo evolutivo planetario; que dentro de escasas décadas, este cambio se habrá completado, pero mientras tanto, nuestras sociedades por todo el planeta, han de sufrir las naturales convulsiones que conlleva un cambio tan grande a nivel físico, social, moral y de toda la Naturaleza entera del  planeta, pero finalmente, se hará nueva luz para todos, los que entonces estemos físicamente en el mundo, como los que estemos solo como espíritus en la atmósfera espiritual del planeta. El cambio llegará- está llegando- para todos, por tanto, sabiéndolo,  encaremos este año con ilusión y con nuevas fuerzas para colaborar impulsando el cambio que se opera ya.

   Y  ya,  sin más, con el deseo de seguir aportando mi granito de arena a través de este Blog, para el  conocimiento  y mejora espiritual de esta sociedad que nos acoge, deseo a todos un   ¡ Feliz año nuevo 2.020 !, y que no dejemos cada día de meditar y de ser conscientes de cada paso dado, para no cometer más errores.

- Jose Luis Martín-


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EL ESPIRITISMO AL ALCANCE DE TODOS (2)
( Viene del anterior publicado)

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    Un pensador argentino dice con mucha razón, al ocuparse de este mismo tema en su ilustrada revista "La Reforma Argentina":
    "El mundo debe a las formas religiosas sus mayores atrasos y desgracias.No puede causarnos extrañeza que a gran número de seres, produzca horror la sola mención del nombre del Ser de los Seres. Es el horror del abismo abierto por el fanatismo, que ha tomado a la religión como medio de separar a Dios de sus criaturas.
   El método es muy sencillo y consiste en llevar el espíritu hacia las formas, impidiendo toda acción del alma humana sobre la esencia o su propio fondo. Y arrancando al hombre de sí mismo, lanzándole en busca de un Dios a través de las formas, queda perdido en un laberinto que hace indispensable a los teólogos, infalibilidades estas, que ocupan el lugar de la conciencia, dogmas que reemplazan a la razón.
   En esta situación no hay base en ninguna facultad y el ganado se arrea en el sentido que convenga al caudillaje religioso, que lleva a la masa como quiere, sea al absurdo o al crimen. De este modo es posible decretar un San Bartolomé lo mismo que la peregrinación a un santuario.
   Y cuando esto sucede y las formas imperan en asuntos religiosos, dominan también en el orden social, político, de familia, e individual.
   Ese pueblo extraviado en lo religioso, lo está también en lo moral.
   El embuste, el fraude, un pueblo de fanáticos, es siempre un pueblo de pillos; el asesinato nada supone para la conciencia pervertida por ese sistema religioso; lo que preocupa es la forma. Si esta se guarda, la moral nada importa, podemos observar el caso patológico y observar los síntomas de la enfermedad moral, cuya causa está en la perversión religiosa.
   Se ve, pues, que esta religión de las formas, que adora a un Dios materia, es en el fondo también materialista y se diferencia tal solo de los de la escuela positivista, en que estos no son hipócritas y son más sinceros en sus convicciones.
   Se dirá que no todo es hipocresía y fanatismo, que existen muchas personas a los que la religión les sirve de medio de mejora moral. No lo dudamos pero estudiemos con qué tropiezan para poner práctica la doctrina sencilla del Evangelio. Cuando el Evangelio viene de ellos, ¡ cuantas dificultades para sentirlo ! ¡ Cuanta miseria debe fermentar para que las sencillas y sublimes enseñanzas puedan ser comprendidas !. Para que la palabra penetre y limpie, para que permanezca en las almas, se necesita un trabajo enorme y largos años de dolorosa evolución. Como nunca tuvieron la ley en ellos mismos, por eso tampoco hay amor a la ley ni a Dios.
   Pero que un pueblo o un individuo entienda , quiera y sienta en sí mismo lo que dice Jesús: Este es mi mandamiento, que os améis unos a otros como yo os he amado. -Ese pueblo o ese individuo no hará moral con formas; no se encontrará en él la levadura farisáica de la hipocresía fraudulenta; no amará por lo que el amor le produzca, sino por lo que el amor es en sí.
   Y esto es lo que se propone el Espiritismo en su parte moral, y para ello basta releer el Evangelio e interpretarlo en espíritu, porque así fue predicado por el Enviado, porque su misión fue espiritual y dentro de sus enseñanzas están hechadas las bases del reinado del espíritu, por más que los que se apoderaron de él, hayan levantado el reino de la materia y de las formas.
   Los hombres de la época moderna y contemporánea, mucho se han encariñado con el principio de Aristóteles; nada hay en el entendimiento que primero no haya estado en los sentidos, llevando su exageración a su espíritu de secta hasta el desprecio de la razón, cuando esta, sobrepasando el límite de los sentidos corporales, busca en lo invisible, en lo inmaterial, el mundo de las causas. Sin embargo, la misma ciencia positiva demuestra en sus procedimientos que la razón es superior a la experiencia. Los hechos en sí mismos, cuando los observamos, nada nos dicen, nada nos explican, si el juicio no viene en apoyo para deducir las leyes y agruparlas. Una prueba de esto la tenemos en los mismos hombres sabios positivistas, que al presentarles a su observación los hechos espiritistas, los han negado, a pesar de verlos con los sentidos, llegando en su ofuscación hasta creerse alucinados, antes que admitir la realidad de los hechos que estaban ahí delante de sus ojos y sin que pudiera oponerse como tesis el posible fraude o mistificación. Y esto, ¿?Por qué?- sencillamente porque encontraban en su fuero interno la razón de esa realidad. El célebre profesor de fisiología Dr. Carpentier, ante los hechos observados dijo: "hay que negar hasta el sentido común, cuando nos presenta hechos contrarios a las leyes de la naturaleza". ¿ Por qué opinaba así el Dr. Carpentier?. Sencillamente porque tenía una fe ciega en su ciencia positiva y creía en su orgullo intelectual, que los fenómenos espiritistas venían a hechar por tierra las leyes conocidas y a mancillar la verdad establecida, sin acordarse que esta, si preponderaba era a costa de la creencia anterior; era porque las leyes que reconocía inviolables e inmanentes, habían evolucionado a impulsos de la observación y del análisis de los primeros intelectuales; era, en fin, porque olvidando esta ley de la evolución de todas las cosas, que son la ley eterna de nuestro desarrollo progresivo, opinaba que la manifestación de la verdad, si bien podía seguir su curso, en cambio no podía dejar de ser verdad la que había sido reconocida como tal.
     Este modo de opinar tenía su origen en una falsa apreciación de los hechos espiritistas. Después se han convencido de que estos hechos no destruyen ninguna ley natural: al contrario, son nuevos aspectos de la verdad, y las contradicciones que se observan no son sino aparentes. Si una mesa, por ejemplo, se levanta en el aire sin ninguna causa conocida, esto no contradice ninguna ley natural, sino que por lo contrario, lo confirma. Si la mesa se levanta sin que la impulsen manos o fuerzas conocidas, debía creerse forzosamente que este fenómeno se producía por una fuerza invisible. ¿Que esa fuerza no era visible?. Razón de más para buscarla y no que por ignorarla o no verla, negar el hecho, lo cual es ridículo y absurdo.
     Este positivismo científico, sin duda, hizo mucho bien a la causa del progreso intelectual, pero por otra parte ha sostenido tesis que no pueden aceptarse racionalmente, después de un examen imparcial y un análisis atento.
    Este endiosamento de las cosas percibidas por los sentidos, esta prioridad de los hechos sobre la razón y de las formas sobre el fondo de las cosas, ha traído perturbaciones al espíritu del investigador, llevándolo a olvidar que el mundo sensible que se le presenta a su observación y estudio, es insuficiente para formar una ciencia que abarque la razón de su existencia, sus leyes más comunes y su modo de ser y de existir.
     La doctrina materialista se ha levantado sobre una hipótesis irracional, contraria a las aspiraciones y a las conveniencias mismas de la humanidad. Es simplemente una negación y sobre una negación, nada firme y estable puede edificarse.
     Nada diríamos si la negación de una causa primera, tuviera por fundamento un hecho real, aunque fuera un espejismo o una ilusión de los sentidos, pero no es necesario afirmar que ese sistema no ha conseguido demostrar la no existencia de un Ordenador Supremo, ni mucho menos ha logrado fundar una escuela. Todos cuantos lo han pretendido se han visto aislados y ellos mismos, en la práctica, forzados a contradecir las  mismas doctrinas que tan infundadamente enseñaron. (...//...)

( Continúa y finaliza en la siguiente publicación)

- Cosme Marino- (Art. tomado de la Rev. "Fraternidad Cristiana Espírita" nº 22)


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  LAS VIRTUDES DE LA CARIDAD
     

      Si el orgullo es el padre de una multitud de vicios, de la caridad nacen muchas virtudes. La paciencia, la dulzura, la reserva en el hablar, dimanan de ella. Al hombre caritativo le es fácil ser paciente y dulce, y perdonar las ofensas que se le infieren. La misericordia es compañera de la bondad. Un alma elevada no puede conocer el odio ni practicar la venganza. Se eleva por encima de los bajos rencores, ve las cosas desde arriba. 

    Comprendiendo que las sinrazones de los hombres no son más que el resultado de su ignorancia, no le infunde amargura ni resentimiento. Sabe que perdonar y olvidar los agravios del prójimo, es destruir todo género de enemistad y borrar toda causa de discordia en el porvenir, así en la Tierra como en la vida del espacio.

    La caridad, la mansedumbre y el perdón de las injurias nos hacen invulnerables e insensibles a las bajezas y a las perfidias.

    Ellas provocan nuestro desprendimiento progresivo de las vanidades terrestres, y nos acostumbran a fijar nuestras miradas en las cosas en que no cabe decepción.


    Perdonar es deber del alma que aspira a los cielos elevados. ¿ Cuantas veces no hemos nosotros también necesitado perdón ? ¿ Cuantas no lo hemos pedido? Perdonémonos, para ser perdonados. No podríamos obtener para nosotros lo que negásemos a los demás. Si queremos vengarnos, que sea con buenas acciones.


     El bien hecho a quien nos ofende, desarma a nuestro enemigo. Su odio se cambia sorpresa, y su sorpresa admiración. Al despertad su conciencia dormida, esta lección puede producir en él una impresión profunda.

     Quizás por este medio hayamos conmovido, iluminado y arrancado un alma a la perversidad.

LEON DENIS.

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                         COMUNICADO DE ULTRATUMBA

                   

" Desterrados de ese mundo: fe y confianza en Dios, que el porvenir es el misterio que ocultará siempre vuestro destino.
   ¿Pero qué podéis temer si confiáis en la Providencia y conocéis el objeto de la vida temporal que atravesáis; si comprendéis la justicia que todo lo gobierna y si sabéis, en fin, que esa justicia es amor, es bondad y es sabiduría?.
   ¡ Fe, pues, hermanos míos, confianza en Dios y adelante !.

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  INFLUENCIA DEL AMBIENTE EN LAS       MANIFESTACIONES MEDIÚMNICAS




231... 1. El ambiente en que se encuentra el médium, ¿ejerce alguna influencia sobre las manifestaciones?
“Los Espíritus que rodean al médium lo ayudan en el sentido del bien o en el del mal.”

2. Los Espíritus superiores, ¿pueden vencer la mala voluntad del Espíritu encarnado que les sirve de intérprete, así como la de aquellos que lo rodean?
“Sí, cuando les parece útil, y de acuerdo con la intención de la persona que se dirige a ellos. Ya lo hemos dicho: algunas veces los Espíritus más elevados pueden comunicarse, gracias a un favor muy especial, pese a la imperfección del médium y del ambiente,pero en ese caso estos se mantienen completamente ajenos a ello.”

3. Los Espíritus superiores, ¿tratan de orientar las reuniones banales hacia objetivos más serios?
“Los Espíritus superiores no van a las reuniones donde saben que su presencia es inútil. En los ambientes de escasa instrucción, pero donde hay sinceridad, nos presentamos de buen grado, aunque sólo hallemos instrumentos deficientes. Con todo, no vamos a los ambientes instruidos donde predomina la ironía. Ahí es preciso hablar a los ojos y a los oídos, y esa función compete a los Espíritus golpeadores y burlones. Es conveniente que las personas que se jactan de su saber sean humilladas por los Espíritus menos sabios y menos adelantados...”

EL LIBRO DE LOS MEDIUMS
ALLAN KARDEC


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