MENSAJE DEL VIEJO AL JOVEN
Tú ya fuiste niño un día... pero los años se desdoblaron e hicieron de ti un joven, casi adulto...
Y ahora tú me miras con cierto desprecio sólo porque muchos años pasaron para mí y hoy yo soy un viejo...
Tú
observas mis manos trémulas y estropeadas y te olvidas que fueron las
primeras en acariciar las tuyas, inseguras en la infancia.
Criticas mis pasos lentos, vacilantes, olvidándote de que fueron ellos los que orientaron tus primeros pasos.
Protestas
cuando te pido que me leas una palabra que mis ojos ya no consiguen
vislumbrar con precisión, olvidado de las variadas palabras que yo
repetí numerosas veces para que tú aprendieses a hablar.
Habla de la lentitud de mis decisiones, olvidándote de que tus primeras decisiones fueron por ellas limitadas.
Dices que yo soy un viejo desfasado, pero yo confieso que pensé muy poco en mí, para hacer de ti un hombre de bien.
Ni
cuando no pronuncio correctamente una palabra, pero yo te afirmo que me
olvidé de mí mismo, para que tú pudieses estudiar en una Universidad.
Dices
que no poseo argumentos convincentes en nuestros raros diálogos,
todavía, muchas fueron las veces que abogué en tú favor en situaciones
difíciles en las que estabas envuelto.
Hoy tú creciste...
Eres un muchacho robusto y la juventud te aseguran las horas...
Olvidaste tu infancia, tus primeros pasos, tus primeras palabras, tus primeras sonrisas...
Pero
créeme, todo eso está bien vivo en la memoria de este viejo cansado, en
cuyo pecho aun late el mismo corazón amoroso de antes...
Es verdad que el tiempo pasó, pero yo ni me di cuenta...
Sólo noté en aquel día... en aquel día en que tú me llamaste viejo por primera vez, y yo me miré en el espejo...
Allá
estaba un viejo de cabellos blancos, surcos profundos en la cara y un
cierto aire de sabiduría que en la imagen de ayer no existía.
Por
eso yo te digo, mi joven, que el tiempo es implacable, y un día tú
también contemplarás el espejo y percibirás que la imagen en ella
reflejada no es más la que hoy tú admiras...
Pero tú sentirás que en tu pecho el corazón aun late en el mismo compás...
Que el afecto que tú cultivaste no se desvaneció...
Que las emociones vividas aun pueden ser sentidas como en los viejos tiempos...
Que las palabras amargas aun te hieren con la misma intensidad.. .
Y
que a pesar de los largos inviernos soportados, tú no te quedaste frío
delante de la indiferencia de los seres que quisiste en la infancia...
Por eso yo te aconsejo, hijo mío:
No te rías ni blasfemes del estado en que yo estoy, yo ya fui lo que tú eres, y tú serás lo que soy yo...
¡Piensa en eso!
Aquel que desprecia a sus viejos, es como rama que deja el tronco que lo sustenta caer sin apoyo.
La ingratitud para con los que nos sustentaron en la infancia es simiente de amargura lanzada al suelo, para una cosecha futura.
Así, hagamos a nuestros viejos lo que nos gustaría que nos hicieran cuando nuestra edad ya estuviera bastante avanzada.
João Cabral
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"Seca tus lágrimas y si me amas, no llores más. La muerte no es nada. Sólo
pasamos a otro mundo. Yo soy yo. Tú eres tú. Lo que fuimos el uno al otro
todavía existe . Llamame por el nombre que siempre me llamaste . Háblame
cómo cada vez que me hablaste, no cambies el tono a uno triste y solemne.
Continúa riendo de lo que nos hizo reír juntos. Ora, sonríe, se feliz ,
pensa en mí, orad conmigo., que mi nombre se pronuncie en casa como
siempre se ha pronunciado , sin énfasis, sin rastro de sombra, la vida
sigue siendo lo que era, la unión del cable que nos unió no esta rota.
¿por qué estaría fuera de tus pensamientos, sólo porque estoy fuera de tu vista? no estoy muy lejos, estoy en el otro lado de la carretera ya
verás , todo está bien ... Redescobrirás mi corazón y redescobrirás la
ternura más pura. Seca tus lágrimas y si me amas, no llores más. "
Procedencia: - Claudia Rodrigues-
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Dolores del alma
La transitoriedad es una de las características que marcan los mundos de espiación y pruebas, como el planeta en que vivimos.
Para ese escenario de intermitencia, fluyen acontecimientos de todos los matices. Tramas y dramas se desarrollan marcados por el dolor y las experiencias son vividas bajo diversas formas, resultando a cada ser un legado moral que termina por impulsar al ombre en el cumplimiento inexorable de la Ley del Progreso.
Se situa en ese panorama de avance, al dolor, como herramienta fundamental para perfeccionar a las criaturas, en su proceso de desarrollo, pues el dolor, está presente en todo el caminar de la humanidad, como un látigo que nos hace acelerar el paso y marchar adelante, retomando los caminos que, muchas veces, perdemos en divagaciones y equívocos.
No obstante a la ampliación de las conquistas materiales y tecnológicas humanas, vivimos días de crisis morales en la Tierra. Días de pérdida de valores de conciencia, de sufrimiento por la ausencia de afecto; por la falta de templanza y buen sentido. La verdad es que aún somos seres que andamos a tientas en el campo de las realizaciones interiores.
En ese escenario el dolor es el instrumento padagógico por excelencia, porque muchos caen por su propia culpa y a nadie es dado huír a los dictámenes de la ley. Es, especialmente, el dolor moralque sentimos en el centro del alma, tiene el poder adecuado para provocar profundas reflexiones. Es entonces cuando palpita el dolor moral, que el Espíritu, independientemente de su condición, como encarnado o desencarnado, pasa a enfrentar el tribunal de su propia conciencia.
En los momentos de encuentro con nosotros mismos, pisados por el sufrimiento moral, nuestros actos equivocads provocan intensa angustia, acompañada de sentimiento de vergüenza, de negación de nosotros mismos. A la luz de ese escenario, el remordimiento potencia el sufrimiento, y la culpa se hace verdugo impiadoso.
Es la hora de aprender para la eternidad.
Se aprende con las experiencias dolorosas y se comprende a duras penas, que solo evolucionamos cuando incorporamos las situaciones vividas como aprendizaje perenne del espíritu.
Es cuando los dolores del alma nos pueden enseñar para las experiencias futuras.
De la misma forma que un acto reflejo nos impedirá colocar el dedo en una superficie caliente porque una vez ya nos quemamos, nuestras experiencias pasadas, si bien c omprendidas, nos impedirán a ser reincidentes en los errores, para que no suframos nuevamente.
Nos enseñan los Espíritus que todas las particularidades de nuestra vida son registradas en nuestro periespíritu, generando recuerdos inapagables. Los dolores verdaderamente sentidoos, ls dolores del alma, nos marcan indeleblemente.
La contrapartida del dolor es que él producirá en el alma encarnada, o con más intensidad, en el espíritu desencarnado, el arrepentimiento y con él, la voluntad sincera de reconstruir la alianza acon el Creador, aplacándose la tempestad íntima y dandose inicio al proceso de reconducción del ser por el camino del bien.
El reencuentro con Dios significa, por fin, la renovación. Promueve la auto-reconciliación y abre nuevas perspectivas para el recomienzo. Y el amor del Padre que se derrama sobre nosotros, revestido de formas innumerables, siendo el amor que se manifiesta bajo todos los aspectos, desde la forma más sencilla a la forma más elaborada, de la forma más sutil a la forma más profunda.
Y por el amor incondicional de Dios somos reconectados a los caminos del Bien y a la conquista final de la libertad, conforme establece la propuesta de Jesús:
Venid a ni todos los que estais cansados y sobrecargados, y y os aliviaré. Tomad sobre vosotros mi yugo y aprended de mí, porque soy manso y humilde de corazón, y hallareis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera.
Cuado oimos el llamado del Divino Amigo, nos sentimos fuertes y resueltos. Entonces las dificultades se empequeñecen, porque la fuerza que nos impulsa es muy superior, y una serenidad antes inalcanzable, nos transforma en fortalezas de fe que nos hacen vencer las interperies de la travesía.
Además de todo eso tenemos que saber que "todo lo que vive en este mundo, naturaleza, animales, hombres, sufren, y todavía, el amor es la ley del Universo y por amor Dios formó a los seres".
A pesar del penoso cincel del dolor que nos emula, fuimos creados por y para el amor, y esa certeza del amor incondicional de Dios para con sus criaturas, renueva nuestras esperanzas y fortalece nuestra resignación ante las pruebas y todas las expiaciones.
Warwick Mota
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SOCIEDAD Y CAMBIO
PLANETARIO
Los mundos poco desarrollados experimentan dificultad natural en comprender lo intangible. Se necesita tiempo hasta que la interiorización de conceptos espirituales guía la conducta con rectitud hacia la transformación personal. El espíritu embrutecido por la materia prefiere atajos para llegar más tarde.
La Tierra, con respetuosa excepción de quienes trabajan en sentido opuesto a la tendencia,acoge una agrupación de seres inteligentes supuestamente reflexivos y conscientes de sí mismos, rodeados de herramientas que parecen no saber emplear bien. Olvidan diferencias esenciales, como la que separa lo urgente de lo importante, el conocimiento de la sabiduría, o lo sencillo de lo fácil.
Hay suficientes recursos en este mundo para la subsistencia de todos. Miles de millones de espíritus esperan su turno para reencarnar. ¿Cómo iba Dios, Precisión Suprema, a darles paso sin proveer a su supervivencia?
Siglos atrás, se entiende que no bastaran las herramientas para llevar alimento, salubridad, techo y educación a todo aquel que lo necesitara. Pero hoy, la humanidad encontraría la manera de abastecer con esos mínimos a cualquiera que los necesitara, si de veras se lo propusiera.
Lejos de cumplirse, la situación es tal que una retahíla de mecanismos de violencia estructural se asegura de que muchos vivan cerca, o por debajo de esos mínimos, mientras selectas élites enajenadas de la realidad se embriagan en la opulencia, respaldadas por un vulgo que hace la vista gorda, hipnotizado por el bombardeo cotidiano de argucias que, a cambio de su colaboración, le prometen comodidad y satisfacción de sus instintos más básicos, convirtiéndolo en pieza inerte y partícipe pasivo de la opresión al débil .
Del dinero, que podría ser una eficiente herramienta de organización(1), se hace un núcleo de abyección. Se confunde la herramienta con el fin. El ciudadano de a pie dedica extensos cuidados a
ajustar su contabilidad a cada artículo que adquiere, pero no le preocupa qué leyes divinas puede haber quebrantado la creación de ese producto.
Pondera sus decisiones de compra a criterios económicos o estéticos, obviando cuestiones de esclavitud, explotación,discriminación, contaminación,y otras formas de maldad .
Los procesos de nombramiento de dirigentes se toman a la ligera, o no se toman de ninguna manera,
o son una parodia del poder de decisión del pueblo. O no existen. Siendo extraña la región del mundo donde los líderes se elijan a través de procedimientos transparentes y justos, con amplia participación
de ciudadanos genuina y críticamente preocupados por escoger, basándose en criterios más elevados que la apariencia o el carisma, quién los ha de guiar a la felicidad.
Ciertos avances científicos,tecnológicos y médicos que mejorarían notablemente la calidad de vida, son vistos con temor por grupos que ven amenazado su monopolio.
Esos avances, pues, son meticulosamente estudiados,desmenuzados, racionados y espaciados en el tiempo, para ser desvelados “oportunamente”,cada uno cuando se haya amortizado el anterior.
Mientras infractores de los códigos de la civilización transcurren su día a día bajo techo y murallas, abastecidos de lo mínimo para vivir, algunas personas honradas, abatidas por el peso de la vida, o de su propia sombra, se sientan a la intemperie a ver cómo pasa la existencia, esperando sin tener nada que esperar, desprovistas de lo necesario, porque no perturban significativamente la calma de nadie. Para completar la ironía, los delincuentes más hábiles viven en el lujo, escurridos de entre los torpes
dedos de la ley humana. Para consuelo del justo, la ley divina no pierde la pista de nadie, y día tras día estrecha su cerco sobre sus deudores.
La humanidad tiene que subir ya el escalón hacia la categoría de moradas donde, resueltas las penurias materiales, las tribulaciones son de índole moral, y donde todos están un poco más preocupados por el bienestar de todos. Hoy mismo el planeta estaría a esa altura, de no ser por el egoísmo,enfermedad tan antigua como los humanos, que de estar reconocida como patología por
la imperfecta medicina terrenal, sería una endemia mundial sin precedentes.
En los códigos divinos existen dos direcciones: el bien, y todo aquello que no es el bien. La indiferencia es punible. La indiferencia pese a conocimiento, aún más punible.
Y en la sociedad de la información que se vive hoy, la ignorancia empieza a ser justificación de
poco peso. Menos aún si se trata de ignorancia voluntaria.
La aplicación de las cláusulas divinas recae sobre cada uno de los eslabones de la cadena: las mentes que dieron forma a la idea injusta; las manos ejecutoras; y entre esos dos extremos, todos aquellos que por indiferencia, comodismo,resignación simplista u otras formas de egoísmo en general, permitieron la injusticia por omisión de acción.
Con un esfuerzo, no sería difícil estructurar una sociedad donde, teniendo asegurada la subsistencia, que no el lujo, la fuerza motriz del trabajo no fuera el miedo al desamparo, sino el deseo de autosuperación.
Una sociedad cuyos habitantes se encargaran, a través de sus decisiones cotidianas, de apoyar a dirigentes sabios y nobles, que usaran los recursos del mundo para cumplimiento de la ley de
justicia, de amor y de caridad, permitiendo contemplar en cada acre del planeta el mundo de regeneración.
Érigos
- ( de Actualidad Espiritista nº 24 )
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