Como hoy está bien constatado, esas agresiones hicieron progresar al Espiritismo, en vez de detenerlo, naturalmente, se vio disminuir los ataques abiertos, pero no se debe dormir sobre esta calma aparente, ni creer que los enemigos del Espiritismo van a dejar de tirar piedras. Entonces es necesario que nos persuadamos de que la lucha no ha terminado, pero habrá un cambio táctico. Es por ello que decimos a los espíritas que estén constantemente atentos a lo que pasa a su alrededor y se acuerden de lo que dijimos en el número de diciembre último, sobre el periodo de lucha, de guerra sorda y de conflictos; que no se admiren si el enemigo se infiltra en sus filas; que Dios lo permite para experimentar la fe, el coraje y la perseverancia de los verdaderos servidores. De ahora en adelante, su objetivo será procurar todos los medios posibles de comprometer al Espiritismo, a fin de desacreditarlo; de impulsar a los grupos, bajo la apariencia de celo y bajo el pretexto de que es preciso ir adelante; ya se ocuparán de las cosas extrañas al objeto de la doctrina; ya tratarán de cuestiones políticas o de otra naturaleza para provocar discusiones irritantes y a sembrar la división, todo por tener pretextos paa pedir su cierre. La moderación de los espíritas es lo que más admiración causa y es más contraria a sus adversarios. Ellos intentarán todo para apartarlos de ella, incluso la provocación, pero los espíritas sabrán desviar esas maniobras por su prudencia, como ya hicieron en varias ocasiones, y no caerán en las trampas que les preparen, además este verano los instigadores se enredarán en sus propias telarañas, pues es imposible antes o después, no saquen las uñas de fuera. Este será un momento más dificil de lo que es una guerra abierta, en la que el enemigo se ve cara a cara, pero cuanto más dura es la prueba mayor es el triunfo.
Además,esta campaña tuvo un inmenso resultado, el de probar la impotencia de las armas dirigidas contra el Espiritismo. Los hombres más capaces del partido contrario, entrarán en liza; todos los recursos de la argumentación fueron empleados, y no habiendo sufrido el Espiritismo, cada uno quedó convencido de que no se le podía oponer ninguna razón clara, y la mayor prueba de la falta de buenas razones es que ellos recorrerán el triste e innoble recurso de la calumnia. Pero en vano lo quisieran hacer, aunque el Espiritismo dijese lo contrario de lo que dice, pues la doctrina ahí está, escrita en términos tan claros que desafían toda falsa interpretación, razón por la cual el daño de la calumnia recae sobre los que la emplean y les convence de su impotencia. Es eso un hecho considerable en el año terminado y si solo hubiésemos obtenido ese resultado, deberíamos estar satisfechos, pero otros hay no menos positivos.
El año 1863 fue marcado sobre todo por el aumento del número de grupos y sociedades formadas en una porción de localidades donde no había nada aún, tanto en Francia como en el extranjero, señal evidente del aumento del número de adeptos y de la difusión de la doctrina. París, que había quedado en la retaguardia,cede al impulso general y comienza a moverse. Todos os días vemos nuevos grupos particulares que se forman con un objetivo eminentemente serio y en excelentes condiciones.
La sociedad que presidimos ve con alegría multiplicarse a su alrededor los eventos capaces de expandir la buena simiente. Los grupos particulares, cuando están bien dirigidos son muy útiles para la iniciación de nuevos adeptos. En razón dela extensión de sus relaciones, la sociedad principal, como centro de convergencia de los grupos de todas partes del mundo, no puede ni debe ocuparse sino en el desarrollo de la ciencia y de las cuestiones generales, que le absorben todo el tiempo. Así, debe forzosamente abstenerse de todo cuanto sea elemental y personal. Los grupos particulares ven así, cubrir la laguna que forzosamente deja en la práctica y por eso ella anima y secunda con sus consejos y con su apoyo moral a las personas que se dedican a esa obra de propagación.
Si por algunos instantes fue posible algún recelo en cuanto a los efectos de algunas disidencias en la manera de encarar el Espiritismo, el número siempre creciente de las Sociedades que en todos los países se colocan espontáneamente bajo el patrocinio de la de París y yerguen su bandera, es un hecho que disipa completamente ese recelo.
Es evidente que la doctrina del Libro de los Espíritus es hoy el punto de convergencia de la inmensa mayoría de los adeptos. La máxima Fuera de la Caridad no hay salvación, reunió a todos los que ven el lado moral del Espiritismo, porque no hay dos maneras de interpretarlo y ella satisface todas las aspiraciones.
Desde la constitución del Espiritismo en cuerpo de doctrina,ya cayeron muchos sistemas aislados y los pocos trazos que aun dejan, no tienen influencia en la opinión general. Las bases sólidas en que él se apoya,triunfarán sin dificultad por las divisiones que sus adversarios no dejarán de suscitar, porque ellos no cuentan como Espíritus que protegen su obra y se sirven de una doctrina sin disidencias, y si de algo nos podemos admirar es de ver eb relación al Espiritismo, la unidad que se formó tan prontamente.
Sea como fuese, el Espiritismo aun no penetró en todas partes y en muchos lugares es apenas conocido su nombre. Los raros adeptos encontrados ahí atribuyen ese hecho a dos causas: primero, al carácter de las poblaciones muy absorbidas por los intereses materiales; después, la ausencia de pruebas contrarias. Es porque llaman con todas sus fuerzas, con sermones del género de los que fueron pregonados antes, o de alguna manifestación brillante de hostilidad que llame la atención y despierte la curiosidad.Pero que ellos tengan paciencia. Como es preciso que todos la tengan, los Espíritus sabrán muy bien como suplir esa necesidad a través de otros medios.
Pero la señal más característica del año 1863 fue el movimiento que se produjo en la opinión en lo que concierne a la Doctrina Espírita. Se queda sorprendido con la facilidad con que el principio es aceptado por personas que hasta hace poco lo habían rechazado y llevado al ridículo.
Las resistencias- y hablamos de las que no son sistemáticas e interesadas- disminuyen sensiblemente. Se citan varios escritores de buena fe que combatieron violentamente al Espiritismo, y que hoy, dominados por su medio social, sin confesarse vencidos, renuncian a una lucha considerada inútil. Es porque la necesidad de una transformación moral se hace sentir más y más. La ruina del viejo mundo es inminente porque las ideas que pregoniza no están a la altura a la que llegó la Humanidad inteligente. Todo parece conducirle a ello, pero por otro lado, se reconocen vagamente nuevos horizontes; se siente que hay necesidad de algo mejor que lo que existe y se busca inutilmente en el mundo actual. Alguna cosa circula en el aire como una corriente eléctrica precursora y todos esperan pero se dicen a sí mismos que no es la Humanidad que deba retroceder.
Otro hecho no menos significativo que muchos notan y que a consecuencia del actual estado de ánimo, es el prodigioso número de escritos, serios o superficiales, hechos fuera, y probablemente sin el conocimiento del Espiritismo, en los cuales se encuentran pensamientos espíritas. El principio de la pluralidad de existencias, sobre todo, tiene una tendencia a entrar en la opinión de las masas y en la filosofía moderna. Muchos pensadores son conducidos a esto por la lógica de los hechos y porque esta creencia se ha vuelto popular.
Evidentemente son los precursores de la adopción del Espiritismo, cuyas vías así son preparadas y su camino allanado. Estas ideas son todas sembradas desde diversos lados, en escritos que caen cada vez en las manos de todos, tornándose cada vez más fácil su aceptación.
El estado del Espiritismo en 1863, puede resumirse así: Ataques violentos; multiplicación de escritos, en pro y en contra; movimiento en las ideas; notable expansión de la doctrina, pero sin señales exteriores de producir una sensación general; las raíces se extienden, crecen los brotes, esperando que el árbol desarrolle sus ramas. Aún no llegó el momento de su madurez.
Entre las publicaciones que el año pasado vinieron a participar de la lucha en defensa del Espiritismo, colocamos en primera línea L Ruche, de Burdeos y la Verité. de Lión, cuyos redactores merecen el reconocimiento por el coraje, de todos los verdaderos espíritas, por la perseverancia, devoción y desinterés de que dieron pruebas. En el centro espírita más numeroso de Francia y talvez del mundo entero, la Verité vino a apostarse como un atleta temible, por sus artículos de una lógica tal, que no dejan margen a la crítica.
El Espiritismo tendrá en breve,- así nos lo hacen esperar- un nuevo e importante órgano en Italia que, como sus hermanos más viejos de Francia, marchará de común acuerdo con los grandes principios de la doctrina.
Allan Kardec.- Revista Espírita - enero de 1864
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La clase dominical queda en suspensión temporal a causa de las fiestas navideñas, hasta el día 13 de enero próximo.
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