Pregunta: ¿Por qué en algunas familias ocurren diversos casos de suicidio? ¿Sería un problema genético o espiritual?
Es necesario comprender mejor la participación de la genética en nuestra personalidad.
De hecho nuestro comportamiento sufre la influenza genética, sin embargo, son comunes algunos equívocos en la comprensión de cómo ocurre esta influencia.
Las hormonas, por ejemplo, que son determinadas genéticamente, actúan directamente en el comportamiento, eso está probado por la ciencia.
Hay funciones y zonas del cerebro que están relacionadas con determinadas capacidades cognitivas, como la lectura, etc. pero, eso no significa que los genes determinen comportamientos específicos.
O sea, el cerebro, los genes, las hormonas nos “limitan, influencian o capacitan”, pero no determinan de manera específica.
Vamos por partes. En el sentido de la “limitación”, alguien con la inteligencia limitada, por su esfuerzo y educación puede desarrollarse más que uno que teniendo buena aptitud genética, no tiene interés o no ha sido estimulado.
Así que, tener la aptitud no significa desarrollarla. En el sentido de la “influencia” de los genes, suponiendo que alguien puede tener genes que influyen para un temperamento más fuerte; eso no significa que él será un criminal.
De acuerdo con el medio en que vive o con las opciones que haga, nadie puede siquiera darse cuenta de sus tendencias o, al contrarío, él puede volverse un criminal asesino.
En el sentido de una “capacidad” especial heredada, como por ejemplo, un cuerpo con una constitución física que te permite ser un deportista; pero eso no significa que tendrás el interés de serlo.
Y puedes simplemente no aprovechar esta capacidad mientras que otro, aunque físicamente sea menos apto, puede volverse un gran deportista.
Vale acordarse de que, las hormonas, los genes y todo eso, bajo la visión espirita y desde una mirada más ancha sobre la vida, son determinados por la acción del espíritu sobre la materia.
Uno que nace con determinada capacidad o limitación, así lo tiene, porque así lo ha hecho a lo largo de la carretera de la evolución. Las personas de una misma familia generalmente están reunidas por sus afinidades y compromisos comunes.
Es común que sean espíritus con historias y dramas semejantes y por eso es común que ocurran situaciones como la que se pregunta.
Es probable que estos sean espíritus comprometidos que traen la marca de la depresión y del suicidio desde otras vidas, y por eso están reunidos en este grupo familiar.
En esa situación es común la presencia de enemigos espirituales que obsesionan a esta familia. Si hay un componente genético; sí, -es posible-, pero como he dicho, eso es primeramente consecuencia de la acción del períespiritu en los genes.
Y por fin, el hecho de sufrir una determinada influencia, sea de un origen material o espiritual, no significa el no tener otra opción, que no sea sucumbir a la influencia.
Sufrimos influencia, pero siempre nos queda la capacidad de decidir y por eso tenemos la responsabilidad por nuestros actos. Situación semejante ocurre con la depresión, que es una enfermedad que suele ser heredada geneticamente.
Y es recurrente en algunas familias. Está asociada a disturbios en la producción de sustancias neuronales como las endorfinas y dopaminas. En ese caso hace falta tratamiento médico con medicinas específicas.
Pero, el hecho de nacer en una familia y heredar la depresión no es algo que se pasa al azar. El espíritu atrae, en la formación del cuerpo, la carga genética compatible con las experiencias registradas en su cuerpo espiritual (periespiritu).
Por eso, asociada a la enfermedad de la depresión está asociada la obsesión espiritual, de manera que, además del tratamiento médico hace falta el tratamiento espiritual.
El hecho de tener una tendencia genética para una enfermedad como el cáncer o la depresión no significa desarrollarla.
Si la persona, aunque en un grupo familiar de deprimidos, no tenga en su pasado deudas o problemas relacionados con la depresión, es posible que simplemente nunca desarrolle un episodio de depresión.
Además, las opciones que haga a lo largo que su vida pueden facilitar o dificultar la aparición de una determinada enfermedad.
Poner la culpa de nuestras decisiones personales en los genes es algo que ni siquiera tiene fundamento científico, además de permitirnos la acomodación delante de nuestras imperfecciones.
¿Qué me importaría hacer algo para cambiarme, si todo es culpa de los genes?.
Eso es simplemente una manera de quitarse la responsabilidad individual, de evitar confrontarse con el problema, acomodándose y por fin, de poner la culpa en Dios que sería injusto o simplemente no existiría.
En ese punto queda clara la influencia materialista en la ciencia, extrapolando y deduciendo cosas irreales a partir de datos reales intentado validar el paradigma materialista.
Las hormonas, por ejemplo, que son determinadas genéticamente, actúan directamente en el comportamiento, eso está probado por la ciencia.
Hay funciones y zonas del cerebro que están relacionadas con determinadas capacidades cognitivas, como la lectura, etc. pero, eso no significa que los genes determinen comportamientos específicos.
O sea, el cerebro, los genes, las hormonas nos “limitan, influencian o capacitan”, pero no determinan de manera específica.
Vamos por partes. En el sentido de la “limitación”, alguien con la inteligencia limitada, por su esfuerzo y educación puede desarrollarse más que uno que teniendo buena aptitud genética, no tiene interés o no ha sido estimulado.
Así que, tener la aptitud no significa desarrollarla. En el sentido de la “influencia” de los genes, suponiendo que alguien puede tener genes que influyen para un temperamento más fuerte; eso no significa que él será un criminal.
De acuerdo con el medio en que vive o con las opciones que haga, nadie puede siquiera darse cuenta de sus tendencias o, al contrarío, él puede volverse un criminal asesino.
En el sentido de una “capacidad” especial heredada, como por ejemplo, un cuerpo con una constitución física que te permite ser un deportista; pero eso no significa que tendrás el interés de serlo.
Y puedes simplemente no aprovechar esta capacidad mientras que otro, aunque físicamente sea menos apto, puede volverse un gran deportista.
Vale acordarse de que, las hormonas, los genes y todo eso, bajo la visión espirita y desde una mirada más ancha sobre la vida, son determinados por la acción del espíritu sobre la materia.
Uno que nace con determinada capacidad o limitación, así lo tiene, porque así lo ha hecho a lo largo de la carretera de la evolución. Las personas de una misma familia generalmente están reunidas por sus afinidades y compromisos comunes.
Es común que sean espíritus con historias y dramas semejantes y por eso es común que ocurran situaciones como la que se pregunta.
Es probable que estos sean espíritus comprometidos que traen la marca de la depresión y del suicidio desde otras vidas, y por eso están reunidos en este grupo familiar.
En esa situación es común la presencia de enemigos espirituales que obsesionan a esta familia. Si hay un componente genético; sí, -es posible-, pero como he dicho, eso es primeramente consecuencia de la acción del períespiritu en los genes.
Y por fin, el hecho de sufrir una determinada influencia, sea de un origen material o espiritual, no significa el no tener otra opción, que no sea sucumbir a la influencia.
Sufrimos influencia, pero siempre nos queda la capacidad de decidir y por eso tenemos la responsabilidad por nuestros actos. Situación semejante ocurre con la depresión, que es una enfermedad que suele ser heredada geneticamente.
Y es recurrente en algunas familias. Está asociada a disturbios en la producción de sustancias neuronales como las endorfinas y dopaminas. En ese caso hace falta tratamiento médico con medicinas específicas.
Pero, el hecho de nacer en una familia y heredar la depresión no es algo que se pasa al azar. El espíritu atrae, en la formación del cuerpo, la carga genética compatible con las experiencias registradas en su cuerpo espiritual (periespiritu).
Por eso, asociada a la enfermedad de la depresión está asociada la obsesión espiritual, de manera que, además del tratamiento médico hace falta el tratamiento espiritual.
El hecho de tener una tendencia genética para una enfermedad como el cáncer o la depresión no significa desarrollarla.
Si la persona, aunque en un grupo familiar de deprimidos, no tenga en su pasado deudas o problemas relacionados con la depresión, es posible que simplemente nunca desarrolle un episodio de depresión.
Además, las opciones que haga a lo largo que su vida pueden facilitar o dificultar la aparición de una determinada enfermedad.
Poner la culpa de nuestras decisiones personales en los genes es algo que ni siquiera tiene fundamento científico, además de permitirnos la acomodación delante de nuestras imperfecciones.
¿Qué me importaría hacer algo para cambiarme, si todo es culpa de los genes?.
Eso es simplemente una manera de quitarse la responsabilidad individual, de evitar confrontarse con el problema, acomodándose y por fin, de poner la culpa en Dios que sería injusto o simplemente no existiría.
En ese punto queda clara la influencia materialista en la ciencia, extrapolando y deduciendo cosas irreales a partir de datos reales intentado validar el paradigma materialista.
Breno Henrique de Sousa
Ver los Blog El espírita Albaceteño.- elespiritadealbacete.blogspot.com
Marina Mies de Amor.- marinamiesdeamor.blogspot.com
www.espiritistas. es y
Grupo Espírita sin fronteras.- : ceesinfronteras.es/eventos.htm
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