INQUIETUDES ESPÍRITAS
1.-El Gran Enigma : Dios y el Universo
2.- El laboratorio del mundo invisible
3.- Envejecer y la poesía de vivir
4.- Ante la violencia doméstica ( 1ª parte de 2)
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EL GRAN ENIGMA, DIOS. Y EL UNIVERSO
En algunos lugares de nuestras costas, la mar y la montaña se juntan, se hallan frente a frente. Ellas se oponen la una a la otra: una, en la variedad de sus formas, en la inmovilidad silenciosa; la otra, en el movimiento incesante, en la uniformidad. De un lado, agitación sin tregua; del otro, calma majestuosa.
La Naturaleza se complace con estos contrastes. Los montes, tan pronto agrestes y desprovistos de vegetación como adornados de verdor, se levantan por encima de profundos valles y de las vastas orillas del mar; hermosos lugares de bella perspectiva o de austero aspecto rodean a la sábana líquida de los lagos. Por encima de todo, se extiende el espacio y en el seno de los cielos los astros prosiguen su eternal carrera.
La obra es variada hasta en sus más mínimos detalles; pero de los diversos elementos que la componen, se desprende una grande y potente armonía que revela el arte del divino Autor. Lo mismo sucede en el dominio moral. Existen innumerables almas de aptitudes infinitamente variadas: almas opacas o brillantes, nobles o vulgares, tristes o alegres, almas de fe, almas de duda, almas de hielo y almas de fuego. Todas parecen mezclarse, confundirse en el inmenso circo de la vida. De estas discordancias aparentes, de estas atracciones y contrastes nacen las luchas, los conflictos, los odios, los locos amores, las embriagadoras felicidades y los agudos dolores. Pero este continuo roce produce una mezcla; perpetuamente se producen cambios y un creciente orden nace. Los fragmentos de rocas, las piedras arrastradas por el torrente se transforman con el tiempo en cantos rodados. Igual cambio se efectúa en las almas:
contrariadas, arrolladas por el río de las existencias, de grado en grado y de vida en vida, van adelantando en el camino de la perfección.
– LEÓN DENIS
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LABORATORIO DEL MUNDO
INVISIBLE
Indumentaria de los Espíritus
126. Ya hemos dicho que los Espíritus se presentan con
túnicas, amplias vestiduras o ropa común. Las vestiduras amplias y flotantes
parecieran ser el indumento generalizado en el mundo de los Espíritus. Pero nos
preguntamos de dónde sacan esos trajes con que a veces se muestran, en un, todo
semejantes a los que utilizaban en la vida material, y que incluyen la
totalidad de sus accesorios. Por supuesto, no se lo han llevado consigo esos
objetos al desencarnar, sino que tales piezas siguen en nuestro mundo.
¿De dónde provienen, pues, las que visten en el otro?
Esta
incógnita siempre ha intrigado mucho. Más, para grandes números de personas no
pasaba de ser un mero motivo de curiosidad. Con todo, implicaba una cuestión
básica de gran importancia, por cuanto su solución nos ha puesto en el camino
de describir una ley general que es aplicable así mismo a nuestro mundo
corpóreo. Numerosos hechos han venido a complicarla y a poner de relieve la
insuficiencia de las teorías que se habían esbozado.
Hasta
cierto punto se podía explicar la presencia del traje, puesto que es posible
considerar a éste como formado, en cierto modo, parte del individuo. Más no
sucede lo mismo con los accesorios y objetos personales, como por ejemplo, la
tabaquera que llevaba consigo el visitante de la dama enferma, a quien nos
hemos referido en el párrafo 116. Subrayemos que en ese episodio no se trataba
de la aparición de un muerto, sino de un encarnado, y que este caballero,
cuando volvió en persona a la casa de la señora, tenía una tabaquera en un todo
similar a la que había mostrado al aparecerse ante ella. Cabe preguntarnos,
pues, dónde había encontrado el Espíritu una tabaquera igual. Podríamos
mencionar gran cantidad de casos en que Espíritus de muertos o de vivientes se
aparecen con objetos diversos, como bastones, armas, pipas, libros y otros
objetos más.
Se
nos ocurrió entonces la idea de que los cuerpos inertes podían tener sus dobles
etéreos en el mundo invisible. Que la materia condensada que forma los objetos
tal vez posea una parte quintaesenciada que escapa a nuestros sentidos*. Esta
teoría no se hallaba desprovista de verosimilitud, pero se mostraba imponente
para explicar todos los hechos. Había uno, en especial, que parecía
poder invalidar todas las hipótesis. Hasta entonces sólo se había
tratado de imágenes o apariencias. Y ya hemos comprobado que el periespíritu es
capaz de adquirir las propiedades de la materia y hacerse tangibles, pero esa
tangibilidad es solo momentánea, ya que pasados unos instantes el cuerpo sólido
se desvanece como una sombra.
No
cabe duda de que es un fenómeno extraordinario; pero lo que
acaso sea más extraordinario aún es ver cómo se crea materia sólida
persistente, cosa probada por un gran número de hechos auténticos, sobre todo
el de la escritura directa, a la que nos referiremos en detalle en un capítulo
destinado al tema. Sin embargo, puesto que este fenómeno se vincula íntimamente
con la cuestión que ahora nos ocupa, y constituye una de sus aplicaciones más
positivas, saltearemos el orden en que debe ser expuesto.
* Esta teoría del doble etéreo de las cosas es verdadera tanto para el espiritismo como para otras corrientes espiritualistas, mas no se aplica al caso de las apariciones. La explicación de los Espíritus revela una vez más su independencia con respecto a las ideas admitidas, inclusive tradicionalmente, por nuestros sistemas. (Nota de J. Herculano Pires)
127. La
escritura directa, o neumatografía, es la que se produce en forma espontánea,
sin concurso de la mano del médium ni del lápiz**. Basta tomar una hoja de
papel en blanco, lo que se puede hacer adoptando todos los recaudos previos
necesarios para asegurarse de que no se es víctima de una superchería, doblarla
y colocarla en cualquier parte: en un cajón o simplemente en un mueble. Y si se
dan las condiciones adecuadas, al cabo de un tiempo mayor o menor se
encontrarán en el papel caracteres, signos varios, palabras, frases y aún
mensajes, casi siempre trazados con una sustancia grisácea análoga al grafito
de la mina del lápiz. Otras veces aparece la escritura hecha con lápiz rojo,
tinta común y también tinta de imprimir.
Tal
el fenómeno, en toda su sencillez, y cuya reproducción, aunque poco usual, no
es, sin embargo, muy rara, ya que hay personas, ya que hay personas que lo
obtiene con bastante facilidad. Si se colocara un lápiz frente al papel se
podré creer que el Espíritu se ha servido de él para escribir; pero, puesto que
el papel se encuentra enteramente solo, es evidente que la escritura ha sido
hecha con una materia depositada. Ahora bien, ¿de dónde saca el Espíritu esa
materia? He aquí el problema, a cuya solución hemos sido conducidos por la
tabaquera de que hablamos hace poco.
128. tal solución nos la dio el espíritu de San Luis en
las respuestas siguientes:
1.) Hemos mencionado un caso de aparición del Espíritu
de una persona encarnada. Ese Espíritu poseía una tabaquera y aspiraba rapé.
¿Experimentaba entonces la misma sensación que cuando se hace esto en la
realidad?
- No
2.) Esa tabaquera tenía igual forma que la que usaba él
habitualmente, y que estaba en su casa. ¿Qué era, entonces, tal objeto en manos
del aparecido?
- Una apariencia. Su finalidad consistía en hacer
reparar en él, como efectivamente sucedió, de modo que la aparición no fuese
tomada por una alucinación debida a la enfermedad de la vidente. El Espíritu
quería que la dama creyese en la realidad de su presencia, de ahí que haya
adoptado todas las apariencias de la realidad.
3.) Acabáis de decirnos que se trata de una apariencia.
Pero una apariencia no tiene nada de real: es como una ilusión óptica.
Querríamos saber si aquella tabaquera era sólo una imagen irreal, o si había
algo de materia en ella…
- Por cierto que sí. Precisamente, con ayuda de ese
principio material el periespíritu adopta la apariencia de ropas semejantes a
las que el Espíritu llevaba cuando estaba encarnado.
OBSERVACIONES. –Es
evidente que hay que entender aquí la palabra apariencia en
el sentido de aspecto, imitación. . La
tabaquera real no estaba ahí. La que tenía el Espíritu solo era una
representació n. Se trataba, pues, de una apariencia, si la comparamos con la
original, aunque estuviera formada por un principio material.
Nos
ha señalado la experiencia que no se debe tomar al pie de la letra ciertas
expresiones que los Espíritus emplean. Si las interpretamos con arreglo a
nuestras ideas nos exponemos a grandes equivocaciones. De ahí que sea necesario
profundizar el significado de sus palabras cada vez que presenten éstas la
menor ambigüedad. Es una recomendación que nos hacen constantemente los
Espíritus mismos. A no ser por la explicación que en esta oportunidad
suscitamos, el vocablo apariencia, reiterado de continuo en episodios análogos,
podía dar lugar a una falsa interpretación*
** Posteriormente se admitió la escritura
directa por medio de un lápiz u otros instrumentos, pero sin el uso de las
manos. Véance las experiencias de J. K. friedrich Zóllner con el médium Slade,
en Provas científicas de sobrevivencia, EDICEL, San Pablo, 1966. (Nota
de J. Herculano Pires)
4.) ¿Será,
acaso, que la materia inerte se desdobla; que existe en el mundo invisible una
materia esencial, que adopte la forma de los objetos que estamos viendo aquí?
En síntesis, cada uno de esos objetos ¿tendrá su doble etéreo en el mundo
invisible, de la manera misma que los seres humanos están representados en él
por los Espíritus?
- No es eso lo que sucede. El Espíritu ejerce, sobre los elementos materiales que existen por doquier – en el Espacio, en vuestra atmósfera-, un poder que estas lejos de sospechar. Según su voluntad, es capaz de concentrar tales elementos y darles la forma y apariencia adecuada a sus proyectos.
OBSERVACIONES: Esta pregunta, conforme se habrá podido advertir,
era la traducción de su propio pensamiento, es decir, de la idea que nosotros
nos habíamos formado acerca de la naturaleza de dichos objetos. Si las
respuestas de los espíritus fueran, como algunos pretenden, el reflejo del
pensamiento de los asistentes de la sesión, entonces abríamos obtenido en este
caso particular una confirmación de nuestra teoría, en vez de una teoría
opuesta, como en efecto sucedió.
5.) Plantearé de nuevo la pregunta en forma
categórica, a fin de evitar todo equivoco: las ropas que con que se cubren los
Espíritus ¿son algo?
- Pienso que mi respuesta anterior dejó resuelta la
cuestión.
¿No sabéis, por ventura, que el periespíritu mismo es
algo?
6.) De esta explicación resulta que los Espíritus
someten a la materia etérea a las transformaciones que desean. Así por ejemplo,
refiriéndonos a la tabaquera de que hablábamos, el Espíritu no la encontró
hecha, sino que la produjo él mismo mediante un acto de su voluntad, para
utilizarla en el momento en que la necesitaba, y de igual modo ha podido
después deshacerlas. Lo mismo debe de ocurrir con todos los demás objetos:
ropas, alhajas, etcétera.
- Es evidente.
* Esta
observación de Kardec es de la mayor importancia para cuantos se dedican a la
práctica del Espiritismo. Los Espíritus se hallan en un mundo diferente al
nuestro, y aun cuando estén hablándonos en el mismo idioma que utilizamos
nosotros, no siempre éste corresponde a nuestra manera de ver las cosas.
Debemos permanecer atentos a lo que nos dicen y solicitarles todas las
aclaraciones que nos parezcan pertinentes. El problema del lenguaje de los
Espíritus – ya señalado por Kardec-, requiere estudios en profundidad que aun
están por hacerse. (Nota de J. Herculano
Pires.)
ALLAN KARDEC
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ENVEJECER Y LA POESÍA DE VIVIR
Conforme envejecemos, el cerebro se reorganiza y pasa a regir y a pensar de manera diferente. Esa reestructuración nos hace más inteligentes, calmos y felices. "Para el ignorante, la vejez es el invierno; para el sabio, es la estación de la cosecha, dice el Talmud.
Hacerse viejo es un proceso
natural que puede ser atrayente o desfavorable. Sentimos constreñimiento al
percibir la capacidad física disminuida, mientras que la capacidad intelectual
puede aumentar, así como la experiencia de la vida.
En la vejez puede ocurrir una
relativa pérdida de memoria, pero el aprendizaje y el raciocinio social
mejoran, o sea, en la vejez hay más capacidad de navegar a través de las
complejidades de la vida en la sociedad. Cuando la líbido, por ejemplo, se va
desvaneciendo, el encanto de vivir se va alargando, a pesar de que la salud
física pueda generar quejas en aquellos que no supieron o no se prepararon para
envejecer.
Especialistas están percibiendo que
la actitud mental tiene un papel importante en la decrepitud. Por eso, hay
personas que dicen sentirse más jóvenes de lo que realmente son. La perspectiva
juvenil las vuelve más activas y más longevas. Sin embargo, ¿por qué existen
personas desanimadas a los veinte años, cuando otros se sienten activos a los
ochenta?.¿ En qué tiempo se debe colocar el límite entre la mocedad y la
vejez?. Feliz el viejo que vivió la vida bien vivida y vive ahora el esplendor
de la vejez con espíritu joven, lleno de vida.
Si vivimos en la disciplina
del trabajo, con la gimnasia en la academia del pensamiento digno,
mantendremos siempre saludables los músculos de la juventud espiritual que se
construye por fuente inagotable de renovación, perfeccionando el presente y
edificando el mañana.
No podemos despreciar a la vejez,
cuando vemos que el tiempo nos trae la riqueza de la experiencia. No hay límite
preciso entre juventud y vejez, cuando conseguimos dominar el cuerpo físico y
conservarlo viril a través de los años. Siendo así, no envejecemos. Por el
contrario, el tiempo lo mejora y agudiza, dándonos la juventud que se repite,
cada vez más bella y segura, en cada nueva encarnación.
Es completamente incoherente
considerar a la vejez como algo horrible, mortificante, degradante. Ahora, ¿
por qué evaluamos el transcurso del tiempo de decadencia y no cambiamos?.
Recordemos que Jesús solo se entregó a su misión en la edad madura, y Kardec
solo inició la codificación del espiritismo a los cincuenta años de edad. Chico
Xavier no se entregó a la decrepitud e incluso cuando era transportado sobre
hombros amigos, sirvió a todos los necesitados que por él buscaron consuelo
hasta el final de sus días aquí en la Tierra.
(Jorge
Hessen)
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ANTE LA VIOLENCIA DOMÉSTICA ES URGENTE LA ORACIÓN EN EL HOGAR
Parte 1ª de 2
En rigor, las relaciones familiares deberían ser, por
encima de todo, de orden ético. Mas, se observa en ellas una profunda
deterioración y una compleja mancha de desestabilidad moral, que nos importa
examinar. En el clan familiar antiguo, sin duda, se encontraba un espacio de convivencia mayor
entre sus miembros,pero sin embargo no se está discutiendo su calidad. En la
actual agrupación familiar, por el contrario, y a pesar de las menores
dificultades materiales, se encuentra un
espacio menor. La tecnología volátil es responsable, casi directamente, por ese
conjunto, pues, se ocupan espacios importantes para asistir a la televisión,
oír música, navegar por internet, y así en adelante. Cara a eso, somos instados
a confirmar que el instituto familiar necesita de apoyo religioso para alcanzar
su equilibrio moral.
Recientemente,
la prensa divulgó los siguientes hechos: una joven, en San Pablo, mató a sus
padres con ayuda del enamorado; una pareja tiró un bebé contra un automóvil;
una pareja tiró a una niña por la ventana del patio. En los casos observados,
no ignoramos factores motivadores de los crímenes como el uso de las drogas,
pasiones descontroladas, ambiciones financieras y otros tomados a cuenta de trastornos emocionales y mentales
capaces de sustraer, temporalmente, la
capacidad de raciocinio y equilibrio.
La violencia del hombre civilizado tiene sus raíces
profundas y vigorosas en la selva. El hombre brutal tiene sus leyes: subyugar,
humillar, torturar y matar. El pragmatismo de las sociedades contemporáneas
condicionó al hombre en el plano moral. El mismo
individuo que se postra ante las imágenes frías de los altares, en los templos
suntuosos, vuelve a su puesto de mando
para ordenar torturas canibalescas. El hombre contemporáneo vive atormentado por el miedo, ese
enemigo atroz que lo asombra, una vez
sometido a las contingencias de la vida actual, de inseguridad y de
incertidumbre, resultando en graves trastornos de la mente, por la angustia
disolvente de la propia individualidad.
Muchas familias viven y reviven múltiples agresividades, influenciadas por la violencia que, insistentemente, es vinculada por los noticiarios, por los documentales, por los filmes, por las torpes telenovelas y por los programas de auditorio (cada vez más escasos de valores éticos). Algunos familiares asimilan, subliminarmente, esas informaciones y, en lo cotidiano, sobretodo, reaccionan, violentamente, ante los reveses de la vida o ante las contrariedades ocurridas. La brutalidad familiar ha descolorido, considerablemente, el camino hacia Dios. Hay quienes condenan la violencia ajena, mas, sin embargo, en el día a día, en vez de actuar de forma pacífica y fraterna, son como androides, devolviendo con la misma moneda las agresividades sufridas. Existen aquellas parejas que dicen vivir un amor reciproco y, sin embargo, cuando hay cualquier desentendimiento entre ellos, son extremadamente hostiles el uno con el otro. Los hay que ven en el cónyuge una verdadera prueba de paciencia, pues sus, “santos” no se “cruzan”. Más aún, cuando el asunto son los hijos, hay padres que dicen adorarlos a todos, mas los consideran espíritus inmaduros, que dan mucho trabajo, y no pocos disgustos. La vida en familia, en esas condiciones, se transforma en un verdadero tormento. En verdad, si no los aceptamos, hoy, como son, tendremos que aceptarlos mañana, pues las leyes de la vida exigen, según enseñó Jesús, que nos entendamos con nuestros hermanos de penosa convivencia “mientras estemos en el camino con ellos”. La fuga ante los deberes actuales será pagada más tarde con los intereses debidos. Los hijos difíciles son hijos de nuestras propias obras, en vidas pasadas, que la Providencia Divina, ahora, encuentra la posibilidad de unirnos a ellos por los lazos de la consanguinidad, dándonos la maravillosa oportunidad de rescate, reparación y los servicios arduos de la educación.
Debemos enseñar la tolerancia más pura, pero no desdeñemos la energía cuando en el proceso de la educación es necesaria para la reconocida heterogeneidad de las tendencias y las adversidades de los temperamentos. “El hogar no se hizo para la contemplación egoísta de la especie, sin embargo, si para el santuario donde, algunas veces, se exigen la renuncia y el sacrificio de una existencia entera.” (1) Por todas esas razones, precisamos aprender a servir y perdonar; socorrer y ayudar a los jóvenes entre las paredes del hogar, sustentando el equilibrio de los corazones que se nos asocian a la existencia y, “si nos entregamos realmente en el combate a la obtención del bien, reconoceremos los prodigios que se obtienen de los pequeños sacrificios en la casa con base a la terapéutica del amor.” (2)
Muchos
temen la violencia. Yerguen altos muros con hilos electrificados alrededor de
sus residencias, intentando evitar que en ella (la violencia) los alcance. Contratan
seguridad para proteger sus empresas y sus hogares. Instalan equipos sofisticados
que los alerten de la llegada de eventuales usurpadores de sus bienes. Con
todo, existe otro tipo de violencia a la que no damos atención: es la que
está afincada dentro de cada uno de
nosotros. Violencia intima, que algunos alimentan, diariamente, concediendo que
ella se torne animal voraz; es el acto de indiferencia que uno elige para
apuñalar al otro en las relaciones domesticas estableciendo silencios
macabros a las interrogaciones
afectuosas. Son los cónyuges, que, entre
sí, pactan con el silencio, como símbolo
del malestar en el que viven, uno al
lado del otro, como esposados sin remisión. La violencia de fuera puede alcanzarnos,
herirnos y, hasta incluso, dañarnos
profundamente, pero, la violencia del corazón (interna), silenciosa, que
ciertas personas aplican todos los días,
en sus relaciones, es mucho más perniciosa y destructora. La paz del mundo
comienza bajo el techo en el que nos
albergamos. “¿Si no aprendemos a vivir en paz, entre cuatro paredes, como
esperar la armonía de las naciones?” (3)
( Jorge Hesssen ) (continúa en la 2! Parte)
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