1.- La ciencia y el espíritu
2.- Homenaje al médium parlante por su labor (Comunicado espiritual)
3.- Autocuración
4.- La fe, según el Espiritismo
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LA CIENCIA Y EL ESPIRITU
La grandiosidad de los conceptos filosóficos que se desprenden de la Reencarnación y del Espiritismo que la apoya y sostiene, está precisamente en que esta idea está respaldada por investigaciones de carácter científico, que las han confirmado alguna vez, aunque la propia ciencia oficial de carácter ateo y materialista las ha preferido ignorar.
Asimismo el desconocimiento de lo trascendente originado por las religiones dogmáticas occidentales que han tenido durante la Historia buen cuidado en ocultarla por mantener intereses mundanos que se apoyaban en sus postulados de carácter político o religioso y estos chocaban frontalmente con lo que nos muestra esta idea que acompañó a la Humanidad desde sus orígenes, hacen que en general sea una realidad poco conocida y poco tomada en serio, como si de una superstición o dogma oriental más se tratara
Cabría preguntarse: ¿ Alguna vez la Ciencia ha intentado comprobar la existencia del Espíritu?
En efecto, han sido muchos los investigadores y hombres de Ciencia que han enfocado sus estudios y esfuerzos al esclarecimiento de este asunto.
Durante décadas pasadas, la Parapsicología ha estudiado e investigado los fenómenos Psi-Theta, recurriendo al nombre de la última letra griega, que es la inicial de Thanatos, y significa muerte, para englobar bajo este epígrafe las manifestaciones paranormales que sugieren la presunta intervención de un Ser humano después de la muerte, o sea, de su Espíritu.
Hay científicos que por desconocimiento de las leyes Cósmicas no físicas, de las que estamos afectados todos los humanos, se vuelven dogmáticos acogiéndose ciegamente a los postulados de la Ciencia oficial que recibieron en la Universidad, no siendo capaces de salirse ni un ápice de ellos intentando llegar a un paso más allá de los mismos por temor a sufrir burlas o un desprestigio profesional, o a ser tildados de anticientíficos o de charlatanes.
Los seres humanos, tantas veces engañados, nos hemos vuelto desconfiados y escépticos; de otra parte es de señalar que lo nuevo y desconocido asusta, pues suele trastornar anteriores verdades adquiridas y fijadas como dogmas inamovibles, y los científicos nunca han sido una excepción, haciendo gala de un orgullo que les dificulta reconocer errores anteriores o admitir nuevas verdades que pongan en entredicho sus postulados científicos; además eso de la espiritualidad y lo paranormal, parece ser que en nuestra sociedad materialista y pragmática, ya no se lleva y claro está, a casi nadie le apetece nadar contra corriente. Esto no es de ahora, puesto que no sucede por ningún principio científico, sino que es propio de los seres humanos de todas las épocas, solo basta que recordemos lo que sucedió con Galileo, Giordano Bruno, etc.
Sin embargo cada vez más, van aumentando los que como los salmónidos en el río, se atreven a nadar contra corriente, rompiendo si es necesario esas barreras dogmáticas, cuando se atreven a investigar seriamente y por encima de todo, en busca de la verdad, ciertos cuadros clínicos o psiquiátricos y a veces ciertos fenómenos, cuyas causas transcienden a la materia.
No existen pruebas totalmente objetivas para la Ciencia, sobre la supervivencia del Ser después de la muerte porque el Espíritu no es nada material, tangible o maleable, que se pueda medir, pesar, o someter a pruebas de laboratorio como si fuese un elemento físico de cualquier clase. El Ser espiritual es algo tan inmaterial como real, por lo que no es un elemento analizable en laboratorio humano alguno, y aun encima, para aumentar aún más las dificultades y hacer dudar de sus intentos de comprobación al investigador que se atreva con ello, los que lo intentan saben que se enfrentan en este campo de investigación, a algo que además de inmaterial, demuestra una existencia de ser vivo, aunque invisible e intangible, pero muchas veces acredita tener una inteligencia y una voluntad propias.
De todos modos, en ocasiones se han obtenido por ciertos "científicos-héroes", algunas evidencias de carácter científico, que aunque se les pueda calificar como subjetivas, otorgan una completa seguridad a quien las experimenta, porque después del primer impacto de sorpresa que causa un fenómeno, hacen que la mente analítica se ponga a funcionar y despierte en nosotros una inquietud ante estas realidades extraordinarias pero evidentes, que así se presentan.
Los fenómenos paranormales, cuando se han manifestado, constituyen pruebas innegables, aunque se tilden de subjetivas, sobre la existencia y supervivencia del Espíritu humano y su reencarnación, y estas se pueden aceptar con el mismo derecho que se aceptan otra clase de pruebas, como las filosóficas, las históricas o las de jurisprudencia, que en cualquier caso, se podrán admitir o no, porque no ofrecen una posible comprobación experimental.
Aunque se pueda considerar como subjetiva o imposible la demostración científica de la existencia del Alma o Cuerpo fluídico, este concepto y su inmortalidad dejan de ser una creencia apoyada en la fe, o en un simple dogma indemostrable, para confirmarse a través de la mediumnidad y de experiencias científicas comprobadas y reconocidas por hombres y mujeres de Ciencia de diversos países.
- Jose Luis Martín-
“La supuesta memoria de una vida anterior es viva, entre los dos y tres años de edad del niño. Después va decayendo hasta desaparecer, excepto si se estimula con frecuencia”.
- Dr. Benerjee -
"No
hay cura para las dolencias de nuestra alma cuando nuestra alma no se rinde al
imperativo de recuperarse".
- Bezerra de Menezes
Chico recibe del espíritu amoroso Bezerra de Menezes, quien desde su última encarnación en Brasil, se ha dedicado al trabajo de la medicina espiritual, una enseñanza valiosa en cuanto a la intención de lograr la cura de nuestras enfermedades.
Miles de personas, en todo el mundo, piden ayuda a Bezerra de Menezes para sus dolores físicos y morales. Chico nos revela la propia palabra de orientación de la Entidad, a través de la cual podremos pisar, con mayor seguridad, el campo de nuestra curación interior.
Aquellos que quieren curarse espiritualmente necesitan reconocer que la mayoría de las enfermedades tienen sus causas enraizadas en nuestro mundo íntimo.
Irritación,
enfado, ligereza y murmuración, crueldad y calumnia, desconsideración y
brutalidad, tristeza y desánimo, producen un alto porcentaje de agentes
destructivos de nuestra armonía física y mental. La curación, por lo tanto,
debe comenzar de adentro hacia afuera, y esto solo la persona enferma puede
hacer.
El
Dr. Bezerra habla de la necesidad de que el alma enferma se esfuerce por
recuperarse. Recuperar es recuperar algo que se perdió.
Cuando nos sumergimos en las bandas del egoísmo, con todas sus derivaciones de orgullo, vanidad, envidia y arrogancia, perdemos temporalmente la conexión con nuestra esencia divina, amorosa y que mantiene la buena salud física. En la búsqueda de la curación, necesitamos restablecer esta conexión del amor con la vida, con nosotros mismos y con los demás. ¿En qué parte del camino perdemos esta conexión con nuestro ser divino? ¿En qué momento nos volvemos arrogantes, impacientes, envidiosos, susceptibles, violentos, inseguros, necesitados?
Recuperar la salud es recuperar el amor en nosotros. Y cuando eso sucede, no hay lugar para el miedo, la ira, el orgullo y la envidia, que son las causas principales de casi todas las enfermedades en nuestras vidas.
Jesús de Nazaret afirmó que felices son los mansos, los misericordiosos, los humildes, los puros de corazón, los que promueven la paz, los que cumplen la voluntad de Dios.
Sin desdén por la atención médica a la que todos debemos someternos, comencemos ahora mismo nuestro tratamiento, realizando inicialmente un chequeo para evaluar nuestras condiciones de salud espiritual, según los parámetros establecidos en el Evangelio.
Tenemos
los exámenes y la receta en nuestras manos.
La
cura está en nosotros.
-José
Carlos de Lucca - del libro Minutos con Chico Xavier - Intelítera editora
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LA FE, SEGÚN EL ESPIRITISMO
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