miércoles, 2 de marzo de 2022

Guía de ayuda para la Depresión

   INQUIETUDES ESPÍRITAS 

1.- El deber en el hombre ( 2 )

2.- Elección de pruebas ( y tres)

3.- Guía de ayuda para la Depresión

4.- Armonía entre el Espiritismo y la Psico-Física



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        EL DEBER EN EL HOMBRE ( 2 )

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El género humano requiere la observancia y más aun la obligación de los derechos sociales. Todos los que necesitamos asistencia tenemos la potestad de pedir a nuestros semejantes y éstos sólo tienen una obligación moral de asistirnos. Pero el derecho real nos asiste ante los gobernantes. Ellos deben sacarnos de esta crisis con sabiduría, veracidad, creatividad y responsabilidad sin dejarnos inermes ante la voracidad del sistema económico imperante.

Debemos presentar las virtudes para que éstas sean ejemplo. El modelo enseña mejor que el precepto. Son modeladoras del carácter del hombre. Vivir honestamente es el máximo predicador. La coherencia de vida denuncia las debilidades. Dar un elevado arquetipo de vida es el más rico legado que un hombre puede dejar.

El deber nos muestra que no puede enseñorearse la corrupción permitiendo que la mayoría de la clase política llegue al poder para "asegurar" su futuro y el de los suyos.

"Señores funcionarios", tienen el deber de sentir llorar a los niños de hambre, y ver en éstos a cada uno de sus hijos, entonces le darían dimensión a la barbarie que están cometiendo.

Los hombres más rectos pueden tener momentos de duda y debilidad, pueden sentir que se conmueve debajo de ellos la columna de su fe; pero al ser los mejores, los más rectos, por eso fueron elegidos, vuelven a levantarse de su desfallecimiento recurriendo a sus principios de excelencia. Se puede entender, pero jamás aceptar, que los dirigentes no tengan el amor necesario, honestidad, erudición, responsabilidad, y espíritu solidario.

Gaudium Et Spes: "Crece al mismo tiempo la conciencia de la excelsa divinidad de la persona humana, de su superioridad sobre las cosas y de sus derechos y deberes universales e inviolables. Es necesario que se facilite al hombre todo lo que necesita para vivir una vida humana. El orden social y su progresivo desarrollo deben en todo momento subordinarse al bien de la persona, ya que el orden real debe someterse al orden personal, y no al contrario. El propio Señor lo advirtió cuando dijo que el sábado había sido hecho para el hombre, y no el hombre para el sábado. El orden social hay que desarrollarlo a diario. Pero debe encontrar en la libertad un equilibrio cada día más humano\".

Las personas son más accesibles a los derechos que a los deberes. Aceptan derechos, difícilmente deberes. Los derechos se multiplican, los deberes se restan. Y cuando se dispone de fuerza para exigir lo que se considera un derecho, se recurre a la violencia.

La visión cristiana del desarrollo: El desarrollo no se reduce al crecimiento económico. Por ser auténtico, debe ser integral.

Ha subrayado un experto: "No aceptamos la separación de la economía de lo humano, el desarrollo de las civilizaciones en que está inscrito. Lo que cuenta es cada hombre, cada agrupación de hombres, hasta la humanidad entera".

Deberes principales del hombre para consigo mismo. El suicidio y el duelo.
Cuando se habla de obligaciones y deberes del hombre para consigo mismo, el sentido racional de semejante expresión es que la personalidad propia puede ser objeto o término de ciertos deberes que radican en la ley natural, y que reciben su fuerza de Dios, autor de la misma.  

Estos deberes y obligaciones del hombre para consigo mismo, se hallan reunidos y concentrados en éste: Conservar y perfeccionar la especie humana juntamente con las fuerzas recibidas de Dios. De este deber fundamental resultan, como corolarios legítimos:

1º El deber de amarse a sí mismo según el orden de la recta razón, y consiguientemente, el de buscar y trabajar para poseer las cosas necesarias, ya para la conservación de la vida propia y de sus allegados, ya para el bienestar correspondiente a su posición y condiciones sociales; pero siempre con subordinación y relación al destino final del hombre, que constituye su perfección suprema y su bien racional y absoluto.  

2º El deber de tomar el alimento necesario para la conservación de la vida, de conservar el cuerpo y sus miembros, y de repeler lo que puede causar la muerte.

3º El deber de elegir aquel estado que se halle en relación con las circunstancias peculiares del individuo, o al menos, aquel estado y tenor de vida que no ceda en perjuicio de otros, ni sea contrario al orden moral.  

4º El deber de perfeccionarse como ser racional, o sea cultivando y desarrollando las facultades de conocimiento, y [495] especialmente la razón, que ha sido dada al hombre como una luz y guía de su vida intelectual y moral. De aquí resulta, por una parte, el deber de adquirir aquellos conocimientos, tanto especulativos como prácticos, que sean necesarios para desempeñar convenientemente los oficios y cargos que posea el individuo: y por otra parte, el derecho de cultivar las ciencias y artes, sin más limitación que la que resulta de la existencia de los deberes y obligaciones que por otros títulos corresponden al individuo.  

5º El deber de perfeccionarse en el orden moral por medio de la práctica y ejercicio de las virtudes correspondientes a su estado y condición, puesto que la virtud es la que constituye la perfección moral del hombre, a la cual deben subordinarse los demás deberes, ya porque ésta es la perfección principal del hombre, ya porque es una condición necesaria y como el medio natural y propio para llegar a la perfección suprema en la posesión de Dios.  

A este deber se reduce, como condición y corolario, la obligación de moderar las pasiones de la parte sensitiva, regulando y dirigiendo sus movimientos por medio de la razón y de la voluntad, a fin de que sus manifestaciones no se hallen en contradicción con el bien y con las virtudes morales.  

-Mercedes Cruz Reyes-

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      ELECCIÓN DE PRUEBAS ( y Tres)

    Descendiendo al plano de lo más concreto, cabe preguntarse ahora qué es exactamente lo que se configura en el momento de elegir las pruebas por las que hemos de pasar. Hay algunos que piensan que incluso los detalles más precisos de la existencia se seleccionan en esos momentos, antes de bajar el espíritu a la dimensión física. Sin embargo, esto no puede ser de este modo, ya que supondría caer en el fatalismo que rebatíamos en la anterior entrada. Además, implicaría la reducción al máximo de la capacidad de libertad del sujeto. Si todo estuviera ya predeterminado de antemano ¿qué margen de acción le cabría a la persona? ¿Cómo voy a adelantar en mi camino de progreso si resulta que hasta el más mínimo fragmento de mi vida ya se halla estructurado? ¿Cómo puede existir avance donde no hay facultad de elección?

De todo ello cabe deducir solo una conclusión. Lo que se planifica “arriba”, antes de volver a encarnar, son las directrices generales, las líneas maestras que habrán de orientar el guion de la película vital que vamos a protagonizar y en la cual, curiosamente, somos el actor principal. Todo ello, ateniéndose al escrupuloso respeto a la ley de causa y efecto. Como en todo buen filme que se precie, aparte del intérprete más importante, cabe hablar del resto de artistas invitados y que no son otros que todo el conjunto de personas significativas con las que vamos a interactuar a lo largo del metraje. Y por supuesto, la trama, sin la cual nada tendría sentido.

A diferencia de las películas que vemos en los cines, donde todo está estudiado, como los   diálogos, el ambiente de rodaje, la duración y el desenlace final, no ocurre lo mismo en la elaboración de la sinopsis del ser humano, donde lo que se proyecta en la dimensión espiritual son los renglones primordiales de nuestra vida y en ningún caso todos sus pormenores.

Es bueno que sea así a fin de asegurar la facultad para elegir del individuo. Prosiguiendo con  nuestra comparación, a la persona se la situaría en un escenario cinematográfico determinado que incluiría entre otros, una región particular del planeta donde desarrollarse, una familia donde crecer, un nivel de salud definido y un emplazamiento en una coyuntura económica, social o política delimitada.

Pero he aquí que el director del filme tan solo nos ofrece unas pinceladas de lo que debe ser la obra, mas nosotros somos los que debemos desarrollar toda la intriga. Tampoco actuamos solos y si no hubiera otros actores con los que trabajar, difícilmente la película cumpliría con las expectativas puestas en ella.

Hay un dato adicional interesante y consiste en que el responsable del rodaje no nos va a aportar instrucciones directas y concretas sobre nuestro proceder sino que nos dice que “escuchemos” la voz de nuestra conciencia para saber si estamos llevando a cabo la tarea de forma correcta. También añade que los cambios del guion pueden ser alterados acorde a cómo vayas desplegando tu “papel”. Te dice al fin y al cabo, que en función de tu actuación irán apareciendo o no determinados personajes, que según realices el trabajo, este será aceptado o no por el público, dependiendo de la importancia del producto resultante y que incluso el final permanece abierto conforme la historia del argumento se vaya mostrando.

Como estrella del filme, me quedo pensando y resuelvo que todo esto me preocupa, ya que por un lado mi intuición me advierte sobre cuál debe ser la línea maestra de mi papel, pero por otra parte, me proporcionan completa autonomía para realizar mi interpretación. Ya por último y antes de empezar a rodar, el jefe me ha comentado muy seriamente que volverá a contar con mis servicios para una próxima entrega pero que la “calidad” del papel que se me asigne va a ir en función de cómo desempeñe este.

—Serán muchas actuaciones —me aclara, pero el objetivo final es que alcances la maestría en tu interpretación. Ama tu trabajo y todo irá bien —concluye.

Yo acepto el acuerdo y creo en sus palabras. Confío en él porque lo conozco desde hace mucho tiempo y sé que sus decisiones son justas y sabias. En definitiva, él organiza las películas de la vida de la mejor manera posible.

En los descansos que a menudo efectuamos, ya que la tarea es ardua, hablo con otros compañeros de reparto que también ruedan otras películas, sobre diversos aspectos que afectan a nuestro cometido.

Uno me expresa su malestar porque le han asignado un papel en un ambiente donde tan solo se respira maldad y los actores le resultan muy perversos. Y yo le respondo, recordando los consejos de mi superior, que todas las tramas son valiosas, que el escenario siempre es el adecuado pero que lo más importante es cómo uno desarrolle su labor.

—¡Ser buen artista, requiere a menudo desempeñar papeles difíciles! —le revelo.

Tras oír lo que le he comentado, se aleja de mí como poco convencido, moviendo su testa de un lado a otro en tono negativo y con la cabeza gacha.

Otro se me acerca igualmente y me expone en voz baja, casi avergonzado, que a él le han dado muchos medios, todo tipo de recursos a su alcance, pero que no se siente del todo satisfecho porque a menudo se deja llevar por la pereza y no interpreta bien su actuación. Y termina expresándome que quizá hasta se cambiaría por un papel más dificultoso pero más desafiante. Y yo le hablo acerca de que los medios son solo eso, instrumentos que el director pone a tu disposición, pero que no son buenos o malos en sí, sino que todo depende del buen uso que hagas de ellos. Este se retira algo más animado, aunque tengo la impresión de que no me va a hacer mucho caso. No sé, pero intuyo que su próximo papel cinematográfico va a estar lleno de asperezas y contratiempos.

Por último, un tercer colega de profesión, algo desorientado, me pide consejo. No se queja del escenario ni de sus compañeros de reparto, sino que tan solo pretende una sugerencia por mi parte para desempeñar adecuadamente su papel. Entonces, cierro mis ojos y escucho en mi interior las bellas palabras que una vez resonaron en mis oídos espirituales, auténtico verbo de alguien muy sabio que solía acompañarme en mis largos paseos por aquella ciudad de luz, de amplias avenidas y casas blanquecinas:

—Haz el bien, evita el mal —le digo.

Aquel actor me mantiene la mirada, sonríe cálidamente y con la serenidad reflejada en su rostro, asiente con su cabeza y se marcha alegre para retomar su labor. Desde mi conciencia, le doy mis bendiciones y le deseo lo mejor.

Poco después, estoy solo. Un instante de paz en medio de tanto ajetreo. Levanto mi vista instintivamente, hacia ese cielo azul de la tierra en la que me ha tocado vivir y en el silencio, le pido al jefe con humildad pero con firmeza, que yo no quiero que me cambien el escenario ni la trama de mi película. Tan solo ruego que me dé fuerzas y arrojo para seguir con el rodaje y continuar mi camino. Sé que la senda es larga pero que con sus ánimos no desfalleceré.

De pronto, una voz en forma de pensamiento llega al centro de mi ser para anunciarme…

—Te pusimos en mitad del estrado, te aconsejamos mostrando ante ti multitud de decorados donde desarrollar tu papel y te asignamos una representación, mas esta sería completa responsabilidad tuya. Al final elegiste la que más se adaptaba a tus necesidades y te dimos nuestro beneplácito, pero recordándote siempre que no te alejaras de la línea maestra seleccionada por el guionista.

De nuevo, en el silencio de mi soledad, deduzco que cuando finalice la filmación, habrá un largo reposo pleno de sosiego y donde otros que me antecedieron, actores como yo pero con mayor experiencia, me comentarán acerca de cómo he puesto en práctica mi intrincado cometido, si superé todos los retos que el papel desempeñado exigía de mí y en caso contrario, qué áreas deberé mejorar en mi próxima película para continuar con mi evolución en la representación de la vida, infinita, eterna y retadora.

De pronto, unas manos parecen apoyarse sobre mi cabeza, una especie de adormecimiento se apodera de mí y cuando despierto, escucho el sonido de un lloro intenso, noto el golpe de un latido rítmico en mi interior y cómo ahora incluso para ejecutar el movimiento más leve, necesito arrastrar de un pesado vehículo en el que ahora moro y que me acompañará a lo largo de todo el período de rodaje del filme.

¡Cuánto echo de menos la añeja sensación de libertad, aquella en la que tan solo con pensarlo podía desplazarme a largas distancias y conectar mis ideas con otras mentes!

En ese momento de turbación, algo me roza por el lado y una voz me susurra dulcemente que debo apartar el pasado y concentrarme en el presente, que recuerde las promesas de buen actor que hice al director y que me centre en mi papel.  La resplandeciente presencia se despide de mí amablemente y exclama dirigiéndome su mirada afectuosa:

—Cuando termine la película volveremos a hablar y te diré mi opinión al respecto. Buen rodaje y hasta pronto, querido hermano.

Otro desvanecimiento, ahora sí, lo he olvidado todo. No puedo recordar ni siquiera lo último que pensé. Tan solo siento unos brazos que me rodean, un tic-tac que late cerca de mi oído y sobre todo, mucho amor en medio de una extraña sensación de destierro.

¡Silencio…cámaras…acción! ¡Se rueda!

- Jose Manuel Fernández- ( Psicólogo clínico, escritor y poeta )

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  GUÍA DE AYUDA PARA LA DEPRESIÓN       

                                 


   Lo primero, vamos a ver lo que significa para nosotros la palabra "depresión".

   La depresión puede venir de algo tan pequeño como cuando vas a limpiar la habitación de tu hijo o hija y está todo hecho un desastre. O tan grande como una nube negra, cubriéndote de tal manera que no puedes ver un rayo de luz por ninguna parte- ¡Depresión!. Hundiéndote, pero ¿Hundiéndote de qué ?. Yo creo  que es una luz espiritual dentro de tu propio ser-

   La gente que sufre depresión, normalmente son personas muy sensibles, que pueden sentir lo que otras piensan sobre ellos, o la situación en que están envueltos, la cual a su vez les hace sentirse peor, más hundidos, así que si sufres depresión y la Vida parece ser una carga muy pesada, ¿ qué es lo que puedes hacer ?. Si estás deprimido por problemas de ti mismo, ¿ por qué me suceden a mi estas cosas ?. ¿ Trabajas para conseguir dinero y ahorrarlo ?; ¿ Cuando miras a tu Vida sentimental y ves que hay frustración y miseria en ella,  fuiste tu la causa ?. etc, etc. Porque nadie más que tu puede aceptar tu propia Vda.

  Esto es lo correcto: nosotros escogemos la manera en que vivimos en este momento, nosotros elegimos ser la víctima, el ofendido, el derrochador, el perezoso, el deprimido, el miedoso, el aterrorizado. Nosotros somos los que hemos de tener el coraje de hablar cuando hay una injusticia. Somos nosotros los que tenemos que transformar un ambiente lleno de frustración y miseria, en uno de buen humor y Amor. Nosotros somos quienes tienen que proteger a los inocentes y defender los derechos de los débiles.

  He conocido a gente incapacitada ¡ y todavía tan felices !, porque ellos han encontrado el regalo más importante que tenemos, el regalo de la Vida, sí, la Vida que malgastamos todos los días, y las horas que dejamos pasar sin haber contribuido a alguna alegría, luz o risas.

  Esta es la clave para una Vida más equilibrada, tenemos que entender que los problemas son experiencias para aprender, que mejorarán nuestro entendimiento, nuestra voluntad y nuestro Amor.

  Estar deprimido es confuso, no sabemos por qué estamos así. Yo creo que llega cuando la autoestima está baja, cuando el pánico hace presa de nosotros, cuando sentimos que la Vida ya no es segura, cuando tenemos que tomar decisiones por nosotros mismos y sentimos que no tenemos el coraje para hacer frente a las confrontaciones inevitables. ¿ Dónde te encuentras tu ?, ¿ en la lista de arriba ?. Quizás tu hayas optado por abandonar, y a cambio te llenes de tranquilizantes, o peor aún, de antidepresivos.

  Hay otras formas de enfrentarse con el lado oscuro de la Vida.

Lo primero: Darnos cuenta de que somos como estaciones de radio, sin saberlo, estamos recibiendo y enviando mensajes y vibraciones silenciosas todo el tiempo. Una persona amargada no necesita hablar para que la gente perciba a través de los sentidos físicos y los invisible, que esa persona necesita ayuda. La ayuda se ofrece, pero si ves que esa persona amargada no hace nada por ayudarse a sí misma, ¡ lo evitas !. Ella se siente más amargada a medida que se siente más sola, así que tenemos que generar una personalidad alegre para enfrentarnos a nuestros problemas-

  Cuando el Amor y la confianza están allí no hay depresión. siempre existe un motivo para todo lo que sucede. Entonces podemos iluminar nuestras vidas cambiando nuestras actitudes, sonriendo. Haz un esfuerzo para conseguirlo: siendo más comprensivo, y lo más importante, ayudando a los demás.  Esto, por encima de todo, te ayudará a recuperar la autoestima que has perdido, y recuerda que, todo lo que enviamos al exterior, nos viene de vuelta.

  Atraemos la miseria, si somos miserables, así que busca ayuda, ayudando a los demás... cuando la gente te envíe odio, mándales Amor; cuando la gente mienta, di la verdad, no permitas que el odio amargue y arruine tus relaciones, eso te destruirá a ti.

  Visualiza, imagina las caras de los que crees que no te quieren, o incluso que te odian, rodea sus caras de color rosa; sí, el color rosa que es espiritual. No necesitas hacerles saber que les estás enviando Amor. Sé que resulta difícil enviarles Amor cuando esas personas no te gustan o te han herido.... simplemente envíalo al color rosa que rodea sus caras y verás como después de un par de veces, o menos, mirarás esa caras con compasión y perdón. Realmente esto funciona y cambiará situaciones horrorosas en relaciones humanas o amorosas.

  Para resumir: 1º) Evalúa lo que hay de bueno en tu vida; 2º) Aprecia tu vida.... llena cada minuto de creatividad y luz; 3º) Date cuenta que todo lo que nos pasa, es una experiencia para aprender; 4º) Es posible cambiarlo todo para mejor, con Amor;       5º) Uno puede curarse a sí mismo, tanto física como espiritualmente.

- Alborada Espírita Cristiana -

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ARMONÍA ENTRE EL ESPIRITISMO Y LA PSICO-FÍSICA

                             


    Hay un hecho curioso, y más que curioso, instructivo, en el que no acostumbramos a parar nuestra atención, a pesar de que se verifica en nosotros mismos, y más especialmente en los que consagran sus desvelos a la investigación incesante de la ciencia.

   El hecho de referencia es la evolución grande que se opera en el cerebro del pensador, evolución que paulatinamente le hace modificar el concepto en la apreciación de los misterios a cuyo esclarecimiento dedica sus investigaciones, de modo que, a veces difieren esencialmente sus afirmaciones de las afirmadas y sustentadas por él mismo y defendidas anteriormente, y las cuales tomo como punto de partida.

  Y es natural y lógico que esto suceda, porque no pudiendo ser  patrimonio del hombre el conocimiento de la ciencia absoluta, acepta de momento, respecto de un determinado número de hechos que al parecer tienen alguna semejanza, aquella teoría que los explica.

  Si no prosigue en el estudio de aquel asunto, continuará aceptando como verdadera aquella teoría; mas si por el contrario persiste en él multiplicando las experiencias, estas le proporcionarán nuevos datos que modificarán el concepto anterior. Claro está que esta modificación es diferente, según las causas que la determinen, ya rectificando el anterior concepto haciéndole más evidente, ya rectificándole en varios puestos, ya desechándolo por completo por erróneo y formando otro nuevo; pero siempre la modificación será más verdadera, será un paso más hacia la verdad que el primer concepto, y representará, respecto a este, un progreso.

  Pongamos un ejemplo para aclarar y aquilatar el precedente aserto.

  Supongamos que se trata de los fenómenos mediùmnicos. El primer concepto que de ellos se forma el materialista B, es de que muchos son debidos a un desequilibrio orgánico del médium; otros a alucinaciones colectivas; y califica de patrañas o niega la realidad de aquellos otros que no pueden tener explicación dentro de las dos anteriores suposiciones. Pero si la índole de sus estudios preferentes, tiene gran relación con estos fenómenos, y por esta o por cualquier otra causa, se entrega de lleno a su mejor conocimiento, pronto se da cuenta de que su primer concepto es muy deficiente, pues la mayoría de los fenómenos revelan que existe una causa superior a la que él había supuesto; y clasificando y ordenando todos los hechos por él observados, formará un juicio, según  el cual unos hechos son debidos a una alteración orgánica del médium, otros generalmente a una fuerza extraña y desconocida hasta ahora, a la que denominan psíquica; otros a una o varias inteligencias que pueden ser del inconsciente del médium y de los que le rodean, y otros, por último, en los que se advierte una intervención más o menos directa de espíritus desencarnados.

  Este es el camino recorrido por distinguidas personalidades procedentes del campo materialista, que con celo de sabios, han tratado de esclarecer el misterio que rodea a los hechos mediúmnicos.

  Supongamos ahora que se trata del espiritista C, el cual, respecto de los fenómenos mediúmnicos, tiene formado el concepto de que todos son debido a espíritus de ultratumba; pero que, a semejanza del materialista B, analiza, investiga y estudia con perseverancia y hasta donde le es  posible estos fenómenos. Si el prejuicio no le ofusca o la pasión no le ciega, modificará su creencia reconociendo que algunos fenómenos son debidos a alteraciones orgánicas del médium, otros a fuerzas no bien definidas aún, pero indudablemente emanadas del médium o de los presentes, otros más intelectuales al subconsciente o al supraconsciente, y otros, en fin, verdaderamente espíritas, esto es, que en ellos evidentemente se manifiesta uno o más espíritus extraterrestres.

 Tal es también, con pequeñas variantes, el camino recorrido por los más distinguidos espiritistas.

  Y tal es también, observemos de paso, el poder de la ciencia que, cual mágico prodigioso, tiene la virtud de hacer converger en análogo concepto en un determinado asunto, a aquellos que tan distanciados se hallaban.

  Pues bien, si un materialista poco ilustrado que ha leído los primeros escritos de B, lee las conclusiones de sus últimos trabajos y no está suficientemente preparado para apreciarlas en todo su valer, es posible que al ver  que en ellos habla como de cosa real del alma y sus facultades y de los espíritus de los muertos, sonría desdeñosamente y acudan a sus labios los dictámenes de alucinado, sugestionado, loco, aplicables al sabio B.

  Igual proceder es el de muchos espiritistas fanáticos cuando en libros o revistas leen que muchos fenómenos considerados por ellos como debidos a espíritus, son autosugestiones o debidos a fuerzas emanadas del médium, o a desdoblamientos de la personalidad.... Para dichos espiritistas, los investigadores de la ciencia son los mayores enemigos del Espiritismo. Al ver que la ciencia limita el número de los hechos verdaderamente espíritas, temen que acabe por negarlos por completo.

  Tales individuos, muchos por desgracia, se consideran como verdaderos ortodoxos de la doctrina expuesta por Allan Kardec, olvidando que como declaraba él mismo en repetidas ocasiones, la doctrina expuesta en sus libros, tanto la científica, como la filosófica, como la moral, son integrales y progresivas, esto es, reformables según lo demande el mayor conocimiento de los fenómenos y la evolución intelecto-moral de las sociedades.

  Aun a riesgo de parecer pesados, transcribimos algunos párrafos de las Obras Póstumas, que en la misma o análoga forma , están contenidos repetidas veces en otras obras-

  "El Espiritismo es esencialmente progresivo. Exclusivamente apoyado en leyes de la Naturaleza, no puede variar, en tanto no varíen estas leyes; pero si una nueva ley se descubre, debe apropiársela en el acto. So pena de suicidio, no puede cerrar las puertas a ningún progreso"

 " El programa de la doctrina no será pues, invariable más que en los principios pasados al estado de verdades comprobadas.... Si se le demuestra que está en un error en un punto, se modificará en el sentido conveniente."

  "La inmovilidad, en vez de ser una fuerza, es causa de debilidad y de ruina para quien no sigue el movimiento general."

  "En el estado de imperfección de nuestros conocimientos, lo que hoy nos parece falso, podemos reconocerlo mañana como verdad, a causa de haber descubierto nuevas leyes, tanto en el orden moral como en el físico. Contra esa eventualidad es contra la que nunca debe hallarse desprevenida la doctrina. El principio progresivo que ella escribe en su bandera, será salvaguardia de su perpetuidad,"

  Si amamos el Espiritismo y nos apreciamos de espíritas, depongamos la prevención contra los investigadores de la causa de los fenómenos psíquicos, troquémosla en afecto y prestémosle nuestro concurso, porque preservan al Espiritismo de innumerables errores, y también porque cuanto más la ciencia se ocupe de ellos, más valiosos elementos vendrán a él.

  El Espiritismo debe evolucionar marchando del brazo de la psico-física, para no extralimitarse y caer en el fanatismo.

  - Eugenio García Gonzalo-

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