sábado, 6 de junio de 2020

¿ Por qué el Cristianismo no acepta la Reencarnación?

  INQUIETUDES ESPÍRITAS

1,. Lazos de felicidad
2.- Empujoncito espiritual
3.- Energía sexual; una reflexión espírita
4.- Enfermedades del alma
5.- ¿Por qué el Cristianismo no acepta la Reencarnación?





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                               Lazos de felicidad


Mensaje recibido el día:28-07-2014

Os preguntáis muchas veces como alcanzar la felicidad; analizáis respuestas que están ocultas y no os dicen nada, quedan vacías, paradas, a veces incluso reprochadas por vosotros mismos y es que la felicidad pura y verdadera es mucho más simple de lo que veis, pensáis o analizáis.
A veces es incomprendida según los ojos de mira, otras muchas es rechazada por cosas muy mundanas. ¿Dónde está en realidad? En las cosas más sencillas de todo. La realidad de ella supera a la ficción que muchos puedan tener, porque esa felicidad mundana no llena nada más que unos instantes, está vacía y hueca.
Esa es corrompida y engañosa, muchas veces llena de ataduras, esa es la de muchos corazones materializados y llenos de puro egoísmo hacia su propio yo, esa hermanos no hace feliz, solo empobrece el alma por estar pegados a ella, esa felicidad engañosa es dañina con el tiempo.
La verdadera felicidad es sencilla, noble y llena de verdadera luz, es sencilla y no se agota, nace en lo más profundo de cada situación, nace del alma y enriquece al espíritu de los demás, es noble, alegre y humilde, entrelazada unos a otros brilla por su sencillez, esa que no se esconde ni ahoga en el egoísmo, pura como la sonrisa y la mirada de un niño.
Cuando despertamos a la vida con los ojos del alma muchas veces sufrimos sufrimientos de ver a los otros sufrir, de sentir las injusticias del hombre, de querer transformar a la humanidad y no poder, todo eso ahoga la felicidad de los corazones nobles.
Pero la buena felicidad ama, confía en la justicia del ser, en la justicia de Dios. El solo nos hizo para amar y ser felices, para crecer y sentir la presencia de lo divino como verdaderos hijos suyos, el hombre empaña y la destruye.
Por eso hermanos buscarla en la sencillez, amar en la luz, comprender en cada momento porque todo al final del camino encuentra su verdadero sentido de todo y por todo. La vida es una escuela de crecimiento hecha de, el mismo dolor solo producido por el hombre.
Elevar el espíritu hacia Dios, hacia el bien y sonreír sin perder la fe y la esperanza, solo así hallareis la felicidad en la sencillez, en las pequeñas cosas que os enlazan hacia El, vuestro espíritu está hecho para progresar y ser feliz, el sufrimiento solo es del hombre, enriqueceros en el bien y ser felices compartiendo esa felicidad con todos los demás.
Una persona feliz transmite una fuente de luz y energía enriqueciendo y dando fuerza a todos.
Recordar que la felicidad solo se encuentra en las cosas más sencillas y nobles, puras y llenas de amor, mostrando una fe puesta solo en el bien por el bien.
Ser felices hermanos, siempre.

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                        EMPUJONCITO  ESPIRITUAL: 
Dios hace que, a pesar de las circunstancias adversas, tengas la fortaleza para salir triunfante de ellas. Mantén el ánimo, muéstrate a ti mismo que eres fuerte, que confías y que sabes que Dios tiene preparado algo grande, algo que sobrepasa tus sentidos, algo que ni tu imaginación será capaz de visualizar si dejas reposar tus ideas y proyectos en sus brazos de Padre. ¡Cree desde ya! ¡Buenos días! Paz y bien*

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         Energía Sexual: Una                   Reflexión Espírita

Kardec estableció que la comunión sexual depende de la organización física y, bajo este aspecto, la sexualidad es una expresión de la corporeidad.(i)  Fisiologistas estudian la Respuesta sexual humana (RSH) y las áreas del cerebro, particularmente el hipotálamo, así como las hormonas y los neurotransmisores relacionados con la experiencia sexual.
Joanna de Ângelis, en la obra «Encontro com a Paz e a Saúde» de 2007, corrobora con el pensamiento kardecista, recordando que el fenómeno sexual tiene lugar en el diencéfalo (sede del hipotálamo), donde se expresan los variados estados de excitación. En esa región, los neurotransmisores específicos de la función sexual producen las ansias del deseo y favorecen con las reacciones orgánicas indispensables a la comunión fisiológica anhelada.
La autora añade que la Divinidad estableció un área específica en el cerebro, para que la reproducción pudiese acontecer a través de automatismos, que la evolución cualificó para mejor con la cooperación consciente del sentimiento de afectividad. (ii)
Necesario es considerar, todavía, que, como toda actividad psicológica se da en la mente y la mente es una propriedad del espíritu, los aspectos cognitivos (pensamientos y sentimientos) de la sexualidad se verifican en la dimensión del espíritu.
En síntesis: los circuitos cerebrales activados responden por la función sexual, y el Espíritu registra, a través de pensamientos y sentimientos, lo que pasa en el cerebro, como consecuencia de la activación de los circuitos específicos.
La controversia en el entendimiento de la dinámica sexual se da a partir del concepto, presentado por autores desencarnados, de que la sede del sexo estaría en el espírito. André Luiz coloca que la sede del sexo no se encuentra en el cuerpo grosero, sino en el alma, en su sublime organización. (iii)
Emmanuel, a su vez, dice que (…) las sugestiones de la erótica se entrañan en la estructura del alma. (iv)
Tales pensamientos no son encontrados en la obra de Kardec, y debemos examinarlos con cuidado. Necesario, por tanto, es definir, con precisión, el concepto de sexo. Para la biología, sexo es cualquier cambio de material genético, pudiendo ser identificado hasta incluso en seres unicelulares, como las bacterias. Los diccionarios, a su vez, presentan para el vocablo sexo las siguientes definiciones:
1 – Reunión de las características distintivas que, presentes en los animales, en las plantas y en los seres humanos, diferencian el sistema reproductor; sexo femenino y sexo masculino;
2 – Acción o práctica sexual, o sea, relación amorosa;
3 – Los órganos sexuales; genitales.
No nos parece que esas definiciones (sexo como diferenciación genital, comunión carnal y órganos sexuales) puedan identificarse con el concepto propuesto por André Luiz.  En la Revista Espírita de enero de 1866, Kardec bien definió que los Espíritus no tienen sexo, pues los sexos solo existen en el organismo; los Espíritus no  reproduciéndose unos por los otros, los sexos serían inútiles en el mundo espiritual. En El Libro de los Espíritus, en los ítems 200 al 202, afirma que los Espíritus no tienen sexo, pues que los sexos dependen de la organización.
Nos parece más probable que André Luiz se haya valido del vocáblo sexo dándole una connotación diferente de la habitual. André tal vez haya empleado el término sexo en el sentido de impulso sexual, impulso creativo, fuerza sexual, libido, términos ampliamente empleados por autores espíritas, cuando se refieren a una fuerza inherente al espíritu y que lo sustenta en las diferentes tareas de la vida.
Volviendo al libro En el mundo mayor, cap. 11, encontramos observaciones de André en torno del concepto de impulso creador y tal vez ese concepto se reporte a esa definición singular de sexo. Según el autor, la individualidad espiritual posee en su estructura íntima una fuerza especial, investida de potentes facultades creadoras – el impulso creador. Movida por esa fuerza la colectividad humana avanza, despacio, para el supremo objetivo del divino amor. Deseo, posesión, simpatía, cariño, creatividad, devoción, renuncia y sacrificio constituyen aspectos de esa jornada sublime, en que el alma va aprendiendo, paulatinamente, a valerse del impulso creador para conquistas más nobles. Freud identificó ese impulso en la libido – la energía erótica. Adler lo consideró en deseo de éxito (no necesariamente personal, sino también colectivo) y Jung vio en el la posibilidad de una aspiración superior.
Observamos, a partir del texto, la afinidad que André demuestra con los conceptos del psicoanálisis, teoría que prevaleció fuertemente en gran parte del siglo XX, cuando André dictó las obras de la conocida Serie Nuestro Hogar.
Una de las mayores contribuciones de Freud fue la idea de que las personas son motivadas, primeramente, por impulsos de los cuales tienen poca o ninguna conciencia. El inconsciente contiene todos esos impulsos, deseos o instintos que están más allá de la conciencia, pero que, no obstante, motivan la mayoría de nuestros sentimientos, acciones y palabras. Freud postuló una dinámica, o un principio motivador, para explicar la fuerza motora por detrás de las acciones de las personas. Para Freud las personas son motivadas a buscar el placer y reducir la tensión y la ansiedad. Esa motivación es derivada de la energía psíquica y física que brota de sus impulsos básicos.
Freud usó la palabra alemana Trieb para referirse a ese impulso o estímulo dentro de la persona. Ese término fue traducido como instinto, impulso o pulsión. Los impulsos operan como una fuerza motivadora constante. Los varios impulsos pueden ser agrupados bajo dos títulos: sexo, o Eros, y agresividad, destrucción, o Tanatos. Freud usó la palabra libido para el impulso sexual, sin embargo la energía del impulso agresivo permanece sin nombre.
El objetivo final del impulso sexual (reducción de la tensión sexual) no puede ser cambiado, pero el camino por el cual la finalidad es alcanzada puede variar. Como ese camino es flexible y como el placer sexual provienen de otros órganos más allá de los genitales, muchos comportamientos originalmente motivados por Eros son difíciles de reconocer como comportamiento sexual.
Para Freud toda actividad placentera es rastreable hasta el impulso sexual. La mayoría de las personas son capaces de sublimar una parte de la libido, al servicio de valores culturales más elevados, en cuanto, al mismo tiempo, retienen cantidad suficiente de impulso sexual para perseguir el placer erótico individual. (v)
La obra mediúmnica de Chico Xavier y, hasta cierto punto, la obra de Divaldo Franco sufrieron notoria influencia del pensamiento freudiano. Podemos observar la notable similitud con los fundamentos del psicoanálisis, en los textos espíritas abajo.
André Luiz:
(…) no podemos afirmar que todo, en los círculos carnales, constituya sexo, deseo de importancia y aspiración superior; no obstantellegados a la comprensión de ahora, podemos asegurar que todo, en la vida, es impulso creador. Todos los seres que conocemos, del gusano al ángel, son herederos de la Divinidad que nos otorga la existencia y todos somos depositarios de facultades creadoras. vi
(…) La energía natural del sexo, inherente a la propia vida en sí, genera cargas magnéticas en todos los seres, por la función creadora de que se reviste, cargas que se caracterizan con potenciales nítidos de atracción en el sistema psíquico de cada uno y que, en acumulandose, invaden todos los campos sensibles del alma, como a sellar los otros mecanismos de accióncual si estuviésemos delante de una fábrica reclamando control adecuado.
(…) El instinto sexual no es apenas agente de reproducción entre las formas superiores, más, por encima de todo, es el reconstituyente de las fuerzas espirituales, por el cual las criaturas encarnadas o desencarnadas se alimentan mutuamente, en la permuta de rayos psíquico-magnéticos que les son necesarios al progreso. vii    
Emmanuel:
La libido o el instinto sexual en la forma de energia psíquica, tendiente a la conservación de la vida, permanece, en muchos casos, en la caricia de los padre (…) viii
Obrando así, por amor, donando el cuerpo a servicio de los semejantes, y, por ese modo, amparando a los hermanos de la Humanidad, a través de variadas maneras, convierten la existencia, sin uniones sexuales, en camino de acceso a la sublimación, ambientándose en climas diferentes de creatividad, por ahora la energía sexual en ellos no aplastó el propio flujo; esa energía simplemente se canaliza para otros objetivos – los de natureza espiritual. ix
Joanna de Ângelis:
Dando amplitud genésica al sexo, que es su función primera, encontrándolo en la fuerza de atracción mantenida por la vida. En  el hombre, el es también el agente de la inspiración y de la belleza, de el coraje y del amor, debiendo tener sus expresiones canalizadas para las ideas de sustentación de la cultura, en la filosofía, en la ciencia, y la religiónen la sociedad de liberación de los seres. Bien conducida, la fuerza sexual es vida, en cuanto que, dejada a la falta de respeto, se vuelva veneno y pantanal, que víctima sin piedad quien la execra a través del mal uso. (x)
Chico/Emmanuel:
Basta que sepamos hacer la transmutación de la fuerza sexual en nuestras uniones afectivas unos con los otros, incluso sin contacto sexual, para encontrarnos siempre el amor, porque el amor es ley de la vida. Pero, si supiéramos transmutar la energía sexual en servicio, trabajo, organización, realización, sublimación, encontraremos siempre en el amor con base incluso en el sexo no vivido, la fuerza espiritual más profunda de la vida para garantizar nuestra euforia orgánica y mental sobre la Tierra. (xii)
Concluyendo, nos parece adecuado, frente a lo examinado, que el vocablo sexo sea empleado, conforme aceptaba Kardec, como una función orgánica, propia del espíritu encarnado, y vivida por el espíritu, que es la sede de los pensamientos y sentimientos. Admitiendo, según la propuesta freudiana, el concepto de impulso creador (validada, en parte, por la obra mediúmnica de Chico y Divaldo), sería el, una fuerza motivadora, inherente a los seres vivos, que alimenta sus acciones, incluyendo la sexualidad.
Por Ricardo Baesso de Oliveira
Traducción al español de Isabel Porras González
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                            Enfermedades del Alma

Hoy en día y cada vez con mayor énfasis la Medicina y la Psicología reconocen y afirman la innegable acción de la mente y de las emociones sobre las células, los tejidos y los órganos de nuestra estructura material, imprimiéndoles armonía o desarmonía, salud o enfermedad.

A la luz de la Doctrina Espírita hoy sabemos que así como existen las enfermedades físicas u orgánicas, igualmente existen las enfermedades del alma o del espíritu, que a su vez repercuten en nuestra estructura celular, afectándola seriamente y provocándole diversas alteraciones anatómicas y fisiológicas de imprevisibles y dolorosas consecuencias.
 Esto es debido a la profunda y directa interconexión e interacción entre el espíritu y el cuerpo físico, a través de la estructura energética intermediaria denominada periespíritu por Allan Kardec.    Hoy en día y cada vez con mayor énfasis la Medicina y la Psicología reconocen y afirman la innegable acción de la mente y de las emociones sobre las células, los tejidos y los órganos de nuestra estructura material, imprimiéndoles armonía o desarmonía, salud o enfermedad. 

La constitución del hombre 
La Doctrina Espírita nos enseña que el hombre está constituido por tres elementos: espíritu, periespíritu y cuerpo físico, los cuales durante la encarnación, actúan inseparablemente en armonía de conjunto e interacción energética.

El espíritu es el principio inteligente e inmortal, es la centella de origen Divino que actúa en el cuerpo a través del periespíritu, como la electricidad actúa en la lámpara a través del hilo conductor. El denominado periespíritu es el duplo fluídico que rodea al espíritu, formado de energía semi-condensada, que actúa como molde del cuerpo físico y es intermediario entre el espíritu y el cuerpo. El cuerpo físico es la materia condensada estructurada como organismo, que sirve de instrumento y de ambiente vital para el espíritu durante su vida como ser encarnado, para el cumplimiento de sus finalidades evolutivas en la Tierra.

Respecto a la interacción de estos tres componentes, la mentora espiritual Juana de Ángelis, en su libro afirma que «La acción del pensamiento sobre el cuerpo es poderosa, considerando que éste último es el resultado de aquél, por medio de tramas intrincadas y delicadas del periespíritu –su modelador biológico- , que lo elabora por medio de la acción espiritual, en la reencarnación.» – En la misma obra afirma que «Esa energía inteligente, en su expresión original, como espíritu, pasa por una condensación de moléculas, constituyendo así el cuerpo intermediario (periespíritu), quien se encarga de concentrar y congelar las partículas que se manifiestan como cuerpo somático.»

Interacción mente - cuerpo
En cuanto a la interacción de estos tres elementos y su profunda repercusión en nuestra salud, Juana de Ángelis, esclarece: «El ser humano es un conjunto armónico de energías, constituido de espíritu y materia, mente y periespíritu, emoción y cuerpo físico, que interactúan en un continuo flujo unos sobre los otros. Cualquier suceso en uno de ellos se refleja en su correspondiente, generando, cuando fuere una acción perturbadora, disturbios que se transforman en  enfermedades y que, para ser rectificados, exigen renovación y reequilibrio del punto donde se originaron.»
Esto significa que si un pensamiento o una emoción saludables, benéficos o positivos emanan de nuestro espíritu (o si se quiere, de nuestra mente), ello se constituye en una energía igualmente saludable que fluye por la corriente sanguínea, o en forma directa, revigorizando nuestras células y proporcionándoles la armonía y el equilibro necesarios para su normal desenvolvimiento. Lo opuesto también ocurre, por la misma vía, llevándoles debilitamiento,desarmonía y desequilibrio, conduciéndolas posteriormente a las enfermedades en sus muy diversas y complejas expresiones, guardando una directa relación en cuanto a la naturaleza, intensidad y duración de esas emisiones mentales y emocionales.

Por esto, Juana de Ángelis afirma que «Cada enfermedad física trae un componente psíquico, emocional o espiritual correspondiente. En razón de la desarmonía entre el espíritu y la materia, la mente y el periespíritu, la emoción (los sentimientos) y el cuerpo, se desajustan los núcleos de energía, facilitando los procesos orgánicos degenerativos provocados por virus y bacterias, que en ellos se instalan.»
 Tomando como base el contenido de la mencionada obra Autodescubrimiento dictada por la noble mentora espiritual Juana de Ángelis, a través del médium Divaldo P. Franco, hemos elaborado el siguiente cuadro que muestra las relaciones de causa-efecto entre el espíritu y el cuerpo físico:
 Impulsos de violencia, bajo rudo control, en tensión continua, endurece músculos antagónicos = Varias expresiones artríticas, especialmente las de naturaleza reumatoide.

Los núcleos vitales (CNF) debajo del diafragma que no tienen las energías transformadas hacia la región superior a fin de sublimarlas = Producen enfermedades del aparato urinario o genésico con agravantes en las relaciones sexuales.

Pensamientos desaliñados, emociones sin gobierno, por la mente pesimista e inquieta = Causan muchos efectos perniciosos en el cuerpo

Emociones fuertes como miedo, cólera, celos y agresividad = Provocan una alta descarga de adrenalina en la corriente sanguínea, aumento de azúcar, más fuerte contracción muscular, voluminosa irrigación de sangre y coagulación más rápida, que provocan diabetes, artritis e hipertension.

Cuando la mente elabora conflictos, resentimientos, odios que se prolongan = Dislocan las células de sus automatismos, que se degeneran,dando origen a tumores de variado tipo, especialmente cancerígenos, en razón de la carga mortífera que los agrede.

Anhelos insatisfechos de los sentimientos = Convergen como fuerzas destructoras, destrozando la organización celular y la respectiva mitosis, facilitando el surgimiento de focos infecciosos resistentes a toda terapéutica.

Venganzas disimuladas se vuelven contra el organismo físico y mental de aquel que las abriga = Producen úlceras crueles y distonías emocionales perniciosas

Ideas no asimiladas = resurgen en procesos enfermizos como mecanismos autopurificadores

Angustias cultivadas = Causan distonías nerviosas, jaquecas, desfallecimientos, escondiendo la necesidad de valorización y fuga del interés del perdón

Abrigo del odio, de la envidia, de la competencia malsana = generadora de ansiedad-, del miedo, contenidos mórbidos que agraden el sistema digestivo, alterando su funcionamiento Dispepsias, indigestiones, hepatitis.

Desamor personal, complejos de inferioridad, amarguras sustentadas por la autopiedad, contrariedades que resultan de temperamentos Fuertes = Cánceres de mamas, de la próstata, taquicardias, disfunciones coronarias, disfunciones cardíacas, infartos brutales

Impetuosidad, violencia, quejas sistemáticas, deseos insaciables = Derrames cerebrales, estados neuróticos, psicosis de persecución.

Impulsos primitivos del cuerpo, no disciplinados = Provocan estados ansiosos o depresivos, sensación de inutilidad, recelos e inquietudes que se manifiestan cíclicamente y que a largo plazo se transforman en neurosis, psicosis, perturbaciones mentales.

La sola observación y análisis del anterior cuadro de causas y consecuencias en nuestra salud, nos debe llevar a la meditación consciente y profunda respecto a la necesidad y utilidad de cultivar y emitir desde ya los mejores pensamientos, sentimientos y emociones, evitando los negativos, en la justa búsqueda del equilibrio, la armonía y la salud física, a partir de la salud espiritual, que sólo lograremos mediante un esfuerzo auténtico, objetivo y perseverante en la senda del amor y del bien.
- Álvaro Velez-

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¿Por qué el Cristianismo no  acepta  la Reencarnación?

     Es evidente que las religiones cristianas actuales, con los dogmas ya ancestrales que crearon para dominar y controlar a los pueblos sobre los que imponían sus criterios, si admitiesen la reencarnación, quedarían alejados de la pretendida  verdad sostenida por ellos, que pretenden exclusivizar. 
     Así por ejemplo, si admitiesen la idea de la reencarnación, no podrían aceptar el concepto de la salvación por la gracia, a través  de un “sacramento” que  administra un sacerdote o ministro, tantas veces más atrasado espiritualmente que el penitente confesado.
     Muchos  dogmas religiosos “volarían”, y con tan solo uno que vuele, vuelan todos, pues caerían todos, uno tras otro, como un castillo de naipes, pues habiéndose  autoproclamado representantes de Dios y de Jesús Cristo en la Tierra, y dueños exclusivos de verdades eternas, con menosprecio de otras verdades que se sustenten desde otras religiones, porque no les convengan o simplemente porque no encajan con lo establecido doctrinalmente por ellos mismos, si tan solo una de esas verdades exclusivas resultara desmentida por la evidencia filosófica o científica que se desprende de la reencarnación, ya estarían en situación de seguir proclamando la Verdad, como un patrimonio exclusivo de ellos, y por tanto ya no podrían continuar empeñados en mantener que ellos están en posesión de la verdad  con  esos dogmas impuestos en su doctrina como verdades absolutas, pero que resultan falsas o poco creíbles a la luz de la razón y la lógica.
     La cuestión de la Reencarnación, no dejará de ser un problema para el actual Cristianismo, porque el conocimiento de la misma, es un hecho cada día más evidente y reconocido a nivel popular, lo cual merma y socava cada vez más la credibilidad en ciertos dogmas religiosos establecidos, porque ellos han sido proclamados y sostenidos como verdades absolutas, y una verdad trascendente, tan evidente y demostrada como lo es la Reencarnación, desde luego deja en evidencia muchos de estos dogmas religiosos.
    Al ser humano actual  le resulta contradictorio que una filosofía o credo religioso, continúe empeñado en ignorar a propósito una Realidad  tan fundamental, cierta y evidente como lo es la Reencarnación, aunque sobre todo a los materialistas les siga sorprendiendo  la presencia, cada vez más, de los llamados “niños prodigio”, para los que su única explicación es la de que son “muy listos” porque han heredado los genes de sus ancestros. (¿De verdad se lo podrán  creer?). Asimismo ignoran (no se si a propósito), la comprobación de los recuerdos en los niños de vidas pasadas, las marcas de nacimiento, como secuela de heridas o traumas vividos en una existencia anterior, o los recuerdos vividos de vidas anteriores, muchos de ellos demostrados como ciertos, han sido utilizados como terapia por algunos psícologos especializados, para revivir los traumas sufridos en alguna vida anterior.  Esos recuerdos reales y comprobados, no pueden ser transmitidos genéticamente, pues son algo personal de los que los tienen y no de ninguno de los ancestros que se los hubieran podido transmitir. 

       - Jose Luis Martín- 

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