viernes, 4 de agosto de 2017

Un Espíritu fue visto en la A455



Hoy abordamos los siguientes temas:

- ¿ Qué es ser espírita?
- Las guerras
- Lo más importante
- Un espíritu fue visto en la A455




                                                                                      


             ¿QUE ES SER ESPIRITA?

*Ser espirita no es ser religioso; Ser espirita no es hacer rituales, ni magia, ni santerías Ser espirita no se dedica a prácticas mágicas, supersticiosas -Ser espirita no es ostentar una creencia, es vivenciar la fe sincera.- Ser espirita es tener una fuerte responsabilidad.- No es superar al prójimo, es buscar la superación de sí mismo.- No es solo aceptar la reencarnación, es comprenderla como manifestación de la Justicia Divina y como camino natural para la perfección.
- No es solo leer obras espiritas, es transformar los libros, sus menajes, en lecciones vivas para el propio cambio.Ser sin vivenciar es lo mismo que decir sin saber.No es internarse en el Centro Espirita huyendo del mundo para no ser tentado con todas las situaciones de la vida, sin alterarse, como un espirita , como un cristiano.El espirita consciente lo es en el templo, en la casa, en la familia,en la alegría, en el dolor, en la salud, en la enfermedad.No es ser diferente sino exactamente igual a todos porque todos somos hijos de Dios.No es curar a nadie, es contribuir para que alguien trabaje su propia cura.No es consolarse al recibir, es confortarse al dar, porque es más aventurado dar que recibir.No es esperar que Dios baje donde estamos, es subir nosotros a su encuentro, elevándonos moralmente y esforzándonos para mejorar siempre... 
Ser Espirita NO ES estar en una religión o secta seudo – religiosa; no tiene dogmas de fe, templos, iglesias, estructura clerical, cultos, altares, ceremonias, ritos, santos, imágenes, procesiones, sacramentos, sacerdotes o pastores, ni jefes, ni maestros religiosos
El Espiritismo NO APRUEBA, ni admite en su seno prácticas como la brujería, santería, regla de Osha, el vudú, la magia, el acto de tirar la suerte, el mal hecho a personas, la astrología, la adivinación del futuro, los baños, horóscopos, la lectura de manos, del tabaco, de las cartas, no adopta en sus reuniones y prácticas ceremonias de ningún tipo, no tiene rituales, ni vestiduras especiales, ni ornamentos para cultos, ninguna simbología, ni muchas otras supersticiones propias del fanatismo religioso, atraso cultural y de los sincretismos etno – religiosos.
El Espiritismo NO ADOPTA gestos de reverencia, ni señales cabalísticas, ni bendiciones, ni cantos ceremoniales, ni danzas rituales, ni ofrendas, etc. Ni cualquier otra forma de culto exterior, comunes a una serie de religiones y sectas.
El Espiritismo NO NECESITA el uso de amuletos, higas, ni andas, ni talismanes, ni inciensos, velas, señales, sahumerios, hiervas, bebidas alcohólicas o alucinógenas, tabaco, pirámides, cristales, aceites, o cualquier otros objetos.NO EXISTEN los profesionales del Espiritismo, su ejercicio no confiere a nadie el título de Espiritista. Toda práctica y asistencia Espirita es completamente gratuita, en ninguna hipótesis, el Espiritista saca provecho material de su posición, sea el médium, el expositor o dirigente.
El Espiritismo NO ACEPTA bajo cualquier forma el trabajo de asistencia espiritual pagado, ni diezmos, ni ofrendas. Ningún Espiritista o Centro Espirita se lucra del Espiritismo.El Espiritismo en sí no es responsable por las insensateces practicadas por hombres que se dicen Espiritistas. Ni por el hecho de un hombre decirse Espirita, se lo debe tomar como tal. Lo que realmente caracteriza al Espirita es su constante mejoramiento en el campo moral y su continuo trabajo en favor del prójimo.
HACER EL BIEN... SIN IMPORTAR SI HAY O NO RETRIBUCIONES. Y NO ESPERAR NADA A CAMBIO.


-Publicado anteriormente por  Susana Gómez-

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                                    LAS GUERRAS


- David Estany

  Si intentamos abarcar toda la historia de la humanidad con nuestra mirada, pocos periodos encontraremos en que los pueblos y  civilizaciones no hayan luchado unos contra otros. Desde Darío el Grande, pasando por Alejandro Magno, Anibal o las legiones romanas; lo cierto es que ya en la antigüedad existieron genios militares que conquistaron el mundo conocido.
   Sin embargo, al lado de los militares nos encontramos a seres de mayor elevación, como por ejemplo Cristobal Colón o Magallanes, que utilizaron su genio y talento para conquistar el mundo sin derramamiento de sangre.
    No obstante, las guerras, luchas y batallas, han proporcionado al hombre animalizado, medios de vida y sustento material; por un lado se ha desarrollado la inteligencia, aunque por otro ha faltado el desarrollo moral.
    Por ello, las guerras, así como otras luchas y problemas, deben formar parte del pasado y quedar totalmente eliminadas en el nuevo mundo de regeneración. Aunque en un mundo de expiación y pruebas formen parte de la ley de destrucción, en un futuro cercano la construcción del nuevo mundo deberá prescindir de toda forma de  destrucción voluntaria y criminal.
     De hecho, a nivel psicológico, una guerra provoca heridas y traumas en los seres que las viven, siendo causa de graves obsesiones espirituales, tanto individuales como colectivas. Así cuando dejemos atrás la venganza, el odio y el rencor, podremos dar paso al amor para con todos los seres.y a la instalación del reino del Evangelio en nosotros.
    Sin embargo, a pesar de todo lo expuesto llegamos al siglo XXI, y las guerras parecen ir a más Oriente próximo y Oriente medio parecen un polvorín. El mar de Japón y el de la China, parecen retomar las hostilidades de la Segunda Guerra Mundial y la guerra fría entre Estados Unidos y Rusia, parece recalentarse y entrar en una guerra de inteligencia, ciberespacial y territorial.
     A fecha de hoy, el bienestar y la educación de los ciudadanos como prioridad han cedido el lugar a la seguridad y al militarismo. Incluso Europa que parecía escarmentada por las dos grandes guerras del siglo XX ha sido atacada y afectada por las guerras y movimientos del terror surgidos en el próximo oriente.
     Todo ello parecería indicar que estamos lejos de entrar en el nuevo mundo de regeneración y que a nivel colectivo estamos retrogradando en la escala evolutiva. No obstante se trata de los últimos coletazos del hombre viejo, coletazos que todavía pueden durar décadas, pero que son el síntoma de que el mundo está cambiando y que el futuro será totalmente distinto al pasado.
     Ello lo vemos en el hecho de que simultáneamente la ciencia ha alcanzado cotas de progreso nunca vistas y los ciudadanos de todos los países tienen anhelos de libertad y progreso. Además, desde los años setenta del siglo pasado existen movimientos pacifistas y pacificadores que luchan en contra de las ideologías que sustentan y promueven las guerras y luchas entre hermanos.
      Tengamos siempre presente que las guerras de hoy son el fruto de los errores de ayer y que la única forma de evitar las guerras en el futuro es evitar sus causas en el presente. Como dijo Allan Kardec, desterremos el orgullo y el egoísmo en nosotros, cultivemos la humildad y la caridad y podremos transformarnos a nosotros mismos y servir de ejemplo a cuantos nos rodean.
      Para ilustrar un poco el efecto de una  guerra, narraremos la historia de Pierre y Antoniette, matrimonio de mendigos que llegaron a tal estado después de haber gozado toda su vida de todos los bienes y regalos que en la primera mitad del siglo XX uno se pueda imaginar.
       Llegó la Segunda Guerra Mundial a su tranquila villa francesa y todo su patrimonio fue confiscado por las propias fuerzas francesas de ocupación aliadas al ejército alemán. Por entonces ambos consortes no tenían hijos ni hermanos a quienes proteger ni por quienes ser protegidos. Quedaron por tanto solos y abandonados en el mundo bajo la mirada impasible de sus conciudadanos en idéntica condición.
     Pasó la guerra y aquel matrimonio tuvo ocasiones incontables de rehacer sus vidas y de ganarse el sustento con el sudor de su frente. Sin embargo la falta de hábito en el trabajo y el dolor por el patrimonio y el estatus perdido, hicieron que su ser no tuviera ganas de luchar por la existencia material.. De ahí que desde 1946 hasta su desencarnación, ambos viviesen de la limosna de la caridad ajena.
     Pero si algo caracterizaba a aquella pareja de mendigos, era su frialdad y rebeldía hacia el mundo y hacia cualquier ser humano. Tal era así, que numerosos vecinos y amigos que intentaron ayudarlos, tuvieron que renunciar a hablarles y hacerles algún tipo de caridad. Así, entre la desgracia ocasionada por la fuerza de las circunstancias y el orgullo predominante entre tales espíritus, sus vidas se asemejaban más a la vida de un animal que a la de  los seres civilizados a los que pertenecían.
     Se acercaba el fin de sus días y parecía que ninguno de ellos volvería jamás a sonreir. Pero Clementina, una muchacha de 16 primaveras, estaba acostumbrada a verlos desde pequeña y su corazón saltaba de pena y compasión cada vez que les veía.
     Dicha muchacha pertenecía a una familia espiritista y a través de su abuela, médium, que aquellos ancianos habían sido sus padres en una existencia anterior y que en aquella misma, también hubiesen podido serlo si hubiesen querido.
     A partir de aquella revelación consoladora, Clementina pasó a ser el ángel tutelar encarnado de la pareja de mendigos. Primero les levaba monedas y pan, a fin y efecto de no llamar la atención ni ofender su orgullo. A las pocas semanas les llevaba comida cocinada y algunas ropas usadas.
      Con el auxilio de su abuela, Clementina ganó al matrimonio y les leía cartas recibidas desde el más allá. Soldados franceses y alemanes sed disculpaban y pedían perdón a la pareja; sus padres fallecidos les explicaban que la muerte no era el final y que  ellos les seguían amando. En un par de meses el semblante de nuestros amigos se encontraba sereno y lleno de fe en Jesús y en la vida futura.
       Pasaron a frecuentar las reuniones familiares y dejaron de vivir en la calle para hacer compañía a la abuela de Clementina  quien además de amistad, les proporcionaba sustento y el confort de un hogar. Gracias al amor espontáneo y desinteresado de aquella muchacha, nuestros protagonistas cambiaron su conducta y su vida. Tal cambio propició su iluminación interior y su entrada al mundo de los Espíritus fue realmente conmovedora.
       Vemos pues, que el amor todo lo puede y como señala el Espíritu Francisco Xavier, : Cuando la caridad sea la regla de conducta de los hombres, atemperarán sus actos y sus palabras a esta máxima: No hagáis a los otros lo que no quisierais que os hicieran a vosotros; entonces desaparecerán todas las causas de disensiones, y con ellas, desaparecerán las guerras, que son los duelos de pueblo contra pueblo.

(Tomado e la Revista Actualidad Espiritista nº 21)

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     LO MAS IMPORTANTE 

 Más que nunca estamos viviendo unos momentos que nos hacen ver con claridad la enorme necesidad que esta humanidad tiene de transformar muchos moldes, preconceptos, formas de comportamiento y, en definitiva, todo aquello que entorpezca la evolución hacia actitudes más correctas y beneficiosas para todos. 

Hay una constante búsqueda de soluciones para los problemas de hoy en día, para una sociedad que todavía se debate entre la violencia, el hambre, las guerras, la ambición, etc. Son muchas las personas que intentan poner remedio a estas circunstancias perniciosas pero la causa de éstas, está en el propio hombre y somos reacios ante el cambio, preferimos el egoísmo y el bienestar propio antes que el desinterés y el altruismo, y por ello seguimos aferrados a nuestras perte­nencias negando nuestros esfuerzos en pro de los demás.

Sólo hay una solución y todos en nuestro interior la sabemos: el Amor que nos ejemplificó Jesús; pero son pocos los que comprenden lo positivo que encierra su puesta en práctica. Con nuestro actual comportamiento esta­mos caminando hacia la propia destrucción, es urgente que comprendamos la raíz de este problema para ponerle efecti­vos remedios. Está claro que el mundo entero no va a cambiar de repente, se necesita de un proceso y en él se transformarán aquellas personas que, de verdad lo entiendan y alcancen a vislumbrar la importancia de reunir al ser humano bajo un estandarte universal: El Amor fraterno. Es algo que cada uno ha de conseguir en su interior para después compartirlo con aquellas personas que sientan como él, aunque tengan otras ideas o pensamientos, a pesar de que existan diferencias externas o internas. 

En estos momentos críticos hay una llamada Univer­sal a todas las personas de buena voluntad, a aquéllas que sientan que hay algo en lo que merece la pena trabajar, cual es la unión de todos los hombres. Necesitamos con urgencia estar seguros de que nuestras obras y actuaciones son correctas. A tal fin, sería preciso abrir nuestra mente y corazón ante la Vida, hacia todas aquellas ideas, doctrinas o formas de pensar que nos orienten hacia el bien. No se trata de decir cual de ellas es mejor, todas cumplen su papel y a cada uno toca escoger aquélla que le ha de servir de guía. No olvidemos que toda idea que predique la importancia de llevar el Amor a nuestra vida, es positiva, y si la seguimos nos ayudará. 

Es vital que todos caminemos hacia esa unión, a fin de mejorar las condiciones de vida de nuestra humani­dad. Olvidemos por un momento a qué confesión religiosa o ideológica pertenecemos y, valoremos la realidad que nos evidencia la importancia de establecer en el mundo un símbolo en el que todos estemos amparados; él es la verdadera salvación para todo aquél que lo lleve a su realización: el Amor. 

 Son instantes para reflexionar y analizar hacia dónde nos conduce nuestro actual comportamiento. Debemos demostrarnos a nosotros mismos la realidad de los benefi­cios que nos da una conducta basada en la moral y en la convivencia fraterna con los demás, sin distinciones. Así, nos decidiremos a trabajar denodadamente, sin escatimar esfuerzos. Es preciso que conozcamos en la práctica las dos actitudes, la egoísta que sólo tiende al propio benefi­cio y la altruista que ofrece a los otros aquello que deseamos para nosotros. Si nuestras intenciones son de ayuda y entrega desinteresada, hemos de llevarlas a nuestra vida sin reservas. Aquéllos que todavía no sientan en su interior un ideal de fraternidad, observen lo que más le falta a este mundo, analicen concienzudamente lo que ellos esperan de la Vida y verán como es esto también, precisan del Amor. Siendo así, luchemos todos por lo mismo, no caben las excusas, todos, la humanidad entera, comprendemos que eso es lo que más-necesitamos. 

Por tanto, olvidemos las diferencias, incluso las ideológicas, sepamos renunciar a nuestros deseos egoístas, ofrezcamos nuestro corazón a los demás sin distinciones, ayudémonos a seguir adelante, a rectificar aquellos errores que nos distancian unos de otros, que impiden que la verdadera paz anide en nuestro interior y que la felicidad y alegría engalanen nuestros actos con buenas obras para con todos. 

  Quizás pensemos que esto es una utopía indefinida, imposible de conseguir, pues no todos estarán dispuestos a aportar su granito de arena. Pero no por ello se ha de abandonar la lucha. Los que comprenden hacia dónde ha de caminar el hombre, aquéllos que crean en algo más que en lo físico, en lo puramente material, que crean en definiti­va en los nobles sentimientos que acercan de verdad a las personas, sabrán con certeza que han de esforzarse por ese elevado ideal. Así, con su ejemplo, contagiarán a muchas personas y éstas a su vez trabajarán por lo mismo. 

Es labor de todos y por eso es preciso conjuntar los esfuerzos. Son muchas las trabas, es cierto, pero si intentamos corregirlas indudablemente conseguiremos mayores logros que si sólo nos conformamos con conocerlas sin más. A lo largo de sucesivos comentarios intentaremos en esta sección, valorar todos los entorpecimientos que nos puedan alejar de ese objetivo común de unión entre todos los hombres. A tal fin siempre hemos de ver qué es lo más importante para acercarnos mejor unos a otros suprimiendo cualquier dificultad que nos aleje. 

F.M.B. 

( Revista Amor, Paz y Caridad)

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 UN ESPÍRITU FUE VISTO EN LA  A455

   Un supuesto ente aparece para trasmitir un mensaje


En la A-455, en mitad del asfalto se va a aparecer alguien, algo. Una familia formada por cuatro miembros, es testigo de lo que ocurrió en ese punto kilométrico de la carretera. ¿Qué o quién es el aparecido de la A 455
 Una persona totalmente vestida de blanco”; “Mucho miedo no sé que intención llevaba”; “No era una persona humana”, aseguran los testigos.
Esta familia nos cuenta que a medida que se acercaban salió del lado izquierdo y se quedó en medio de la carretera. “ Lo que vimos allí no era una persona real, no caminaba, flotaba”, recuerdan. “Hablaba pero no lo escuchamos, le preguntamos que le ocurría y nos pide auxilio, accidente, me muero”, aseguran.

Esta familia, perpleja nos relata que en ese momento sintieron muchísimo frío, al principio creían que podía tratarse de los nervios. “ No medía más de 1.60, pelo corto negro y bigote”. Esta familia se quedó extrañada “ porque esa persona no tenía ningún tipo de rasguño, rozadura o sangre pero estaba muy pálido”. El padre de la familia decide apartarse de la mitad de la carretera y llamar al cuartel de la Guardia Civil pero cuando vuelve a mirar por el espejo retrovisor esa persona ya no estaba.
“No queremos hablar de un fantasma porque mi hija tenía doce años”. En el pueblo resulta haber más gente que se ha encontrado con él, el 7 de abril.

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