lunes, 28 de agosto de 2017

Fundamentos de la Reencarnación


Hoy abordamos :

- El perdón de las ofensas
- Influencias espirituales
- Fundamentos de la Reencarnación
- Método de Kardec para la comprobación mediúmnica




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                         EL PERDÓN DE LAS OFENSAS

7. Habéis aprendido que fue dicho: ojo por ojo y diente por diente. Pero yo os digo que no os resistáis al mal que os quieran hacer; mas, si alguno os golpea en la mejilla derecha, ofrecedle también la izquierda; y si alguno quiere pelear con vosotros para tomar vuestra túnica, dejadle también la capa; y si alguno os obligare a marchar mil pasos con él, haced aun dos mil. Dad al que os pidiere y no rechacéis al que los quiere pedir prestado. (San Mateo, cap. V, v. de 38 a 42).

  Al iniciar la lectura de este pasaje evangélico de San Mateo, lo primero que me viene a la mente es la famosa frase de Gandhi: “ Ojo por ojo, y todos acabaremos ciegos”. O sea, que la venganza del ojo por ojo, no solo no soluciona nada, sino que empeora más aún las situaciones desarmónicas  creadas entre ofensores y ofendidos.
 Y es que es cierto que la venganza solo genera más venganza y más odio, lo cual es acceder a una espiral de horror  del que después cuesta mucho salir.

    Parece como si  por este pasaje  Jesús nos estuviese indicando que debemos dejarnos matar o avasallar sin poner en acción el derecho natural de la autodefensa o a  la autoprotección de la vida propia o de otros a quienes tenemos obligación de  defender en un momento dado. Creo que Jesús más bien indicaba la necesidad de ser tolerantes y de estar dispuestos a perdonar siempre y a tolerar cualquier abuso hasta los límites de lo tolerable, estando dispuestos siempre a dar una nueva oportunidad a quien pretende ser nuestro enemigo o a querer dañarnos n algún modo. En cualquier caso, es un acto de caridad el  tratar de defenderse de las agresiones y abusos , sin herir , o hiriendo lo menos posible al ofensor. No olvidemos que tenemos el derecho y la obligación moral de defendernos y protegernos,  así como de defender y proteger a los desvalidos que estén a merced  de los abusos o de la fuerza de otros.
 
En la autodefensa se debe tratar de guardar el equilibrio y la proporción, de modo que si el  hecho de defendernos puede ocasionar algún  daño al ofensor, que este daño sea el  menor posible, pues tengamos en cuenta que un mal no quita  otro mal, como un fuego no apaga otro fuego, ni lo puede justificar sino en raros casos.

  Jesús no prohibió la defensa, sino que condenó la venganza posterior que nos lleva al horror del odio y hasta de la violencia a cambio del placer efímero que puede ocasionar esa venganza, pero que al final desaparece y deja solamente un gran vacio.
 
   A veces la venganza se puede confundir con la justicia, de modo que mientras que la venganza es siempre un acto de revancha posterior en el que se busca un perjuicio o daño al rival o enemigo para compensar otro daño recibido de él, la justicia supone el equilibrio del alma ante un acto en el que el perdón y la magnanimidad pueden ser el auténtico gran premio de la experiencia que se puede lograr de ese acto de generosidad que es capaz de devolver bien por mal. 
 
  Aunque es muy humano en nuestro nivel evolutivo, el ansia de venganza tras recibir un mal o una ofensa, cuando el nivel espiritual del ofendido o de la víctima, o bien cuando se posee el conocimiento espiritual correcto, bien sabemos que existe siempre por encima de los humanos, la Justicia Divina, y esta nunca deja de actuar a través de la Ley de Causa y Efecto. No significa esto que en el fondo nos debamos alegrar porque nos sabemos “vengados” por esa justicia divina, pues a pesar de conocer de su existencia, no olvidemos que Dios es infinitamente bueno, y que ama a todos sus hijos por igual, de modo que Su justicia siempre va encaminada a corregirnos y encauzarnos por el camino del bien, y nunca supone un castigo sin otro fin que el del castigo en sí. Dios es Fuente y Origen de todo bien, por tanto ningún mal procede de Él, sino de nuestros propios errores.

  Realmente a veces hay que ser interiormente mucho más fuertes para poder aguantar y perdonar una ofensa sin sentimientos de  rencor, que para responder con la misma moneda al ofensor. Podemos creer a veces que en realidad no seríamos capaces de perdonar, que es lo que viene a significar lo de poner la otra mejilla, y en realidad el  alma no preparada para realizar este acto de valor moral que es el perdón, no lo puede lograr plenamente de un día para otro, pero sin embargo sí podemos todos comenzar por el deseo de perdonar, sin rencores, venganzas ni resentimientos a pesar del dolor recibido, o de poner la otra mejilla, lo que significa  lo mismo. En la medida que lo vayamos logrando en pequeñas cosas notaremos que vamos estando más fuertes y maduros para lograr el perdón de las ofensas, ante cuestiones más graves, lo cual ya es un verdadero progreso en el camino evolutivo de nuestro espíritu, hacia  una mayor perfección y por tanto hacia la auténtica felicidad.
-          José  Luis Martín  -

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 INFLUENCIAS ESPIRITUALES

Cuando hablamos del astral inferior, queremos resaltar el hecho de que estamos tratando de planos rebosantes de vida que, a pesar de encontrarse en un diferente nivel de conciencia, se interpenetran con el nuestro. El patrón vibratorio que generamos con nuestra conducta, pensamientos y actos ruines nos imanta a ese plano. Debemos, por tanto, ser conscientes de que podemos estar siendo víctimas de influencias espirituales, entidades de baja condición, que caminan por el astral a la “caza del incauto” para obtener todo tipo de provecho.
Los habitantes de ese plano inferior pueden influir en los humanos encarnados de muy distintas formas y, habitualmente, lo hacen con el fin de generar comportamientos y actuaciones que en circunstancias normales no llegarían a suceder. Casi sin darnos cuenta, nos encontramos dentro de situaciones que no hemos deseado y de las que resulta muy arduo salir.
Nos dice la sabiduría popular que tenemos dos ángeles: Un Ángel bueno y un Ángel malo.
El Ángel bueno, comúnmente denominado “De la guarda”, (Nuestro compañero de viaje), junto con una serie de espíritus amigos, vela por nosotros, intuyendo y ayudándonos a desarrollar los valores internos. Valores irrenunciables para afrontar el progreso moral y espiritual. Aunque no seamos conscientes de ello, luchan en todo momento para frenar y entorpecer los envites de los espíritus negativos que desean impedirlo.
El Ángel malo es justamente lo opuesto. Se denomina así a los espíritus de orden inferior que incitan a los seres encarnados al materialismo, a la comodidad, al egoísmo y a los sentimientos de odio y rencor. Intentarán separarlos de quienes les animan al trabajo, a la lucha y al deseo de bien general. Su variedad es tan extensa como su estado evolutivo y son, en general, muy astutos, inteligentes y buenos psicólogos, dotados de gran malicia y completamente rebeldes hacia todo lo que represente progreso y evolución, bien para ellos mismos o para los humanos encarnados. Son auténticos especialistas a la hora de reconocer y explotar las debilidades de los hombres.
¿Qué buscan con ello?: Por un lado, mantener a la Humanidad aletargada, moralmente atrasada, presa de la ignorancia y el egoísmo y, alejada de los postulados de amor, paz y caridad que nos enseñaron los grandes Maestros, en su misión de conducir a la Humanidad a la felicidad (Fin último de toda manifestación de vida en el Universo).
Se auto complacen viéndose interferir la obra del Creador y constatando tener a la Humanidad postrada a sus pies. Disfrutan observando a los pobladores de la Tierra vagando infelices al no poder obtener un crecimiento moral
Creen retar al Creador, diciéndole: Tú dominas los Cielos y nosotros gobernamos la Tierra y, aquí, con nosotros, únicamente impera el sufrimiento, la maldad y las tinieblas. Aunque infelices, somos los dueños de este mundo.
Craso error, únicamente su ignorancia y rebeldía les hace sentir así. Ellos, están supeditados a las mismas Leyes Universales que el resto de la Creación.
Conociendo su proceder, debemos dar la justa importancia que merece este hecho, destacando que cada persona puede recibir influencias perniciosas de estos hermanos de evolución, según sean sus pensamientos, preferencias y sentimientos. Buscan siempre nuestras debilidades y potencian nuestros defectos para explotarlos en su propio beneficio.
Ha quedado claramente demostrado por los estudios espíritas, que un sinnúmero de personas carecen de control sobre los vicios, tales como: Bebida, alcohol o drogas. Son, generalmente, víctimas de procesos obsesivos en los que son incitados a mantener la dependencia de estas sustancias. Personas que tenían esas debilidades cuando estaban encarnadas, siguen necesitando su dosis diaria y, para ello, se solapan con los humanos dependientes para absorber sus vapores y colmar así sus vicios, aunque sea temporalmente. Establecerán con ellos un vínculo pernicioso que les permita mantener un férreo dominio mental. Les convierten en marionetas, auténticos guiñapos humanos, impidiéndoles llevar una vida libre y ordenada.
Estas influencias actúan también sobre los defectos morales: Orgullosos y vanidosos caen en sus redes, ven incentivados sus defectos, les hacen sentirse superiores, anulan su raciocinio y les impiden mantener una convivencia normal con quienes les rodean.
Por Ley de Afinidad, egoístas, envidiosos y vanidosos atraen hacia sí, espíritus de idéntica condición, que se valdrán de sus argucias e influencias para utilizarles y exprimirles. Finalmente, cuando ya no les son útiles, les arrojan a la cuneta como basura inservible.
A pesar de nuestros firmes deseos de cambio antes de volver a la Tierra, los antiguos defectos e imperfecciones pueden volver a aflorar, posibilitando la pérdida del trabajo planificado y malogrando la nueva existencia.
Esa Ley de Afinidad está presente en todo el Universo; nos enseña que el semejante atrae a su igual, tanto a nivel físico, como espiritual. No obstante, cuando encarnamos, se nos ofrece la oportunidad de evolucionar y encarnar junto a espíritus que inspiran con su ejemplo, que nos muestran el camino a seguir en el crecimiento personal.
Todos somos propensos a recibir malas influencias de los hermanos del bajo astral. Nuestros defectos les invitan a interferir. Más no debemos olvidar que disponemos de ayudas inestimables: En primer lugar, nuestro compañero de viaje o Ángel bueno y, en segundo lugar, nuestra propia conciencia.
Su constante respaldo nos ayudará a corregir errores y mantener una sintonía con los planos superiores, de dónde se nos ofrecerán el apoyo necesario para combatir sus perniciosas influencias. Si estos hermanos negativos se encuentran frente a una férrea moral y firmes deseos de progreso, rápidamente se cansarán y saldrán en búsqueda de otros incautos que se dejen dominar fácilmente.
Quienes poseen algún tipo de mediumnidad o pertenecen a grupos de índole espiritual, tienen muchas posibilidades de sufrir el acoso y la persecución por estos hermanos. Son entes espiritualmente muy atrasados que permanecen subyugados al mal y qué, en su fuero interno mantienen un resabio de rebeldía por sus experiencias y creencias, que guardan desde tiempos inmemoriales. Se sienten enemigos del progreso espiritual y de todos aquellos que luchan por su implantación.
Recordemos cómo un diablo (Entidad relevante del bajo astral), tentó al Maestro después de su prolongado ayuno en el desierto:
Si eres el Hijo de Dios, di que esas piedras se conviertan en panes. Pero Jesús le respondió: Escrito está: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. (Mt 4, 1-11)
Se trata de un ejemplo de las constantes tentaciones que prodigan los planos inferiores. El Nazareno estaba realmente hambriento y los diablos intentaron atacarle: Primero, en su orgullo y vanidad, diciéndole ¡Si eres el Hijo de Dios!, y, en segundo lugar, centrando su atención en las cosas materiales asociadas a sus necesidades inmediatas. Jesús, con su gran elevación, le respondió en términos espirituales “No sólo de pan vive el hombre”.
Siguieron insistiendo y le tentaron dos veces más. Pero Él, firme, respondió:
Apártate de ahí Satanás, porque está escrito: Adorarás al Señor tu Dios y a Él sólo servirás.
Deja clara su convicción y nos ofrece una magnifica lección sobre como rechazar las tentaciones de los espíritus inferiores. Nos indica con total claridad que únicamente debemos escuchar al Plano Superior.
Sí el Maestro tuvo que enfrentarse con el diablo (Moradores del bajo astral) y soportar sus insinuaciones; en mayor medida estamos expuestos los humanos encarnados de este vasto conglomerado social.
En el trabajo, en la familia, en los grupos espirituales, entre amigos, en cualquier actividad puede estar presente el plano espiritual negativo generando conflictos. Desean explotar nuestros defectos y los de todos aquellos con los que convivimos.
Es un problema muy importante que no debe ser infravalorado pues sus consecuencias pueden resultar devastadoras.
No somos realmente conscientes que los habitantes del plano inferior están detrás de muchísimas situaciones problemáticas, intentando romper uniones familiares, amistades y generando desarmonía y malestar. Su pertinaz trabajo termina muchas veces en manías, desencuentros y depresiones. Son influencias qué, por no haber sido detectadas, han imposibilitado la puesta en marcha de mecanismos de defensa.
¿Cuáles son esos mecanismos de defensa? En primer lugar, el rechazo enérgico de cualquier sugestión que pretenda crear enfrentamientos y discusiones estériles. Opondremos siempre: tolerancia, prudencia y respeto. Con esa actitud, el bajo astral se cansará rápidamente al comprobar que no cedemos a su influencia. Buscarán entonces candidatos más dóciles y desprevenidos. Recordemos siempre al Maestro, que no dudó un instante en escoger lo espiritual sobre lo material, eliminó al instante su influencia y continuó adelante con su labor.
Nuestro quehacer diario debería ser: En primer lugar, el rechazo de las sugestiones que nos lanzan en su intento de coartar el trabajo de crecimiento moral, experiencia y autoconocimiento. En contraposición, el astral negativo intentará siempre empujar a la comodidad, a la pereza y a la crítica destructiva.
En segundo lugar, y no menos importante, contamos con el recurso de la oración, que nos pondrá en contacto con hermanos de mayor elevación, quienes a nuestro pedido, retirarán ese tipo de perturbaciones. Sin que seamos conscientes de ello, nos alentarán al trabajo, fortalecerán y ayudarán en la búsqueda de soluciones que nos permitan superar los envites de los planos inferiores.
Es de suma importancia tener esto siempre presente, pues, los colaboradores del Maestro son blanco constante de los ataques del plano inferior, enemigos del progreso y de la luz, que intentarán apartarnos de su Obra.
Es una verdad incuestionable que el bien siempre triunfa. Por eso, debemos caminar con el ánimo alegre, siempre adelante, desenvueltos, a pesar de las dificultades que se presenten, por grandes que sean. El Maestro y sus colaboradores nos acompañan en todo momento, únicamente nos piden que demos el primer paso y saquemos fuerzas de flaqueza en los momentos difíciles.
“Las relaciones de los Espíritus con los hombres son constantes. Los Espíritus buenos nos incitan al bien, sosteniéndonos en las pruebas a que nos somete la vida y nos ayudan a soportarlas con valor y resignación. Por el contrario, los Espíritus malos nos empujan al mal: se regocijan cuando nos ven sucumbir y parecernos a ellos.”





   FUNDAMENTOS DE LA REENCARNACIÓN


I. En la reencarnación se encuentra la demostración palpable y objetiva de las causas inherentes a las desigualdades humanas. 

2. Lejos de turbar la mente humana, la idea de la reencarnación la ilumina, haciendo resaltar la Justicia Divina, en: CADA CUAL SEGÚN SUS OBRAS. 

3. Cada existencia es un eslabón que se une hacia atrás y hacia adelante con eslabón distinto, con una vida diferente, pero solidaria con las demás. 

4. Todos tenemos un mismo punto de partida en la Vida Una y exactamente igual, y la misma meta a alcanzar: LA PERFECCIÓN. 

5. Todos habremos de llegar a esa meta, tarde temprano, dependiendo del esfuerzo que pongamos en avanzar, en perfeccionarnos. 

6. La Ley Divina nos brinda tantas oportunidades como sean necesarias para alcanzar ese objetivo, corregir nuestros errores, así como desarrollar las facultades recibidas de la Divinidad Creadora. 

7. Todos los seres somos iguales ante Dios; porque, siendo Sus hijos, todos estamos destinados a la suprema felicidad; siendo las desigualdades intelectuales, morales y volitivas, diversos estados evolutivos; así como las diferencias físicas son el fruto dulce o amargo, como cosecha de la siembra en el pasado. 

8. Demostrado está, que nadie puede alcanzar la perfección —meta para la reintegración a la Divinidad— en una sola vida humana; por lo que, lógicamente, necesarias son más vidas para ir acercándonos gradualmente a esa meta. 

9. El conocimiento de la reencarnación, y de la ley de consecuencias implícita en la misma, por parte de la ciencia médica, ampliará los horizontes de la psicosomática y por ende de la psiquiatría y la medicina. Y pronto la ciencia médica identificará un nuevo campo de etiología, diagnosis y terapéutica, en base a la interligación del cuerpo psíquico o alma, con el cuerpo físico-orgánico. 

10. Siendo libre el proceder, pero responsable de sus acciones, pensamientos y sentimientos, el ser humano es el artífice de su propio destino. Cuando transita por el camino del amor fraterno, el ser se eleva y se engrandece, así como se empequeñece y retrasa en su progreso evolutivo, cuando se deja dominar por el egoísmo, sus secuelas de amor propio, vanidad, orgullo, etc. 

Sebastián de Arauco.

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            MÉTODO DE KARDEC PARA                       COMPROBACIÓN MEDIÚMNICA


Vamos a destacar algunas de esas palabras o expresiones para entender mejor la afirmación de Kardec: método experimental; teorías no preconcebidas; observación cuidadosa; comparación; deducción de consecuencias; de los efectos remonta a las causas; deducción; encadenamiento lógico de los hechos; validación tras el análisis de todas las dificultades; circunspección; positivista. 

Así, es posible hacer algunas conclusiones al respecto: 

1ª) Kardec utilizó las herramientas del Método Experimental, formal-lógico, consustanciado en las ciencias positivas. 
(Obras Póstumas. Segunda Parte. Mi primera Iniciación en el Espiritismo. ed. Río de Janeiro: FEB, 1998 P. 268) 

“Como medio de elaboración, el Espiritismo procede exactamente de la misma forma que las ciencias positivas, aplicando el método experimental. Hechos nuevos se presentan, que no pueden ser aplicados por las leyes conocidas; él los observa, compara, analiza y, remontando de los hechos a las causas, llega a la ley que los rige; después, deduce las consecuencias y busca las aplicaciones útiles. No estableció ninguna teoría preconcebida; así, no presentó como hipótesis la existencia y la intervención de los Espíritus, ni el periespíritu, ni la reencarnación, ni cualquiera de los principios de la doctrina; concluyó por la existencia de los Espíritus, cuando esa existencia resaltó evidente de la observación de los hechos, procediendo de igual manera en cuanto a los otros principios. No fueron los hechos que vinieron a posteriori a confirmar la teoría: la teoría es la que vino  consecuentemente a explicar y resumir los hechos. Es, pues, rigurosamente exacto decir que el Espiritismo es una ciencia de observación y no un producto de la imaginación. (...)” 

2ª) El Codificador no se mantuvo preso a las ideas del Positivismo; fue más allá de este. 

La filosofía positivista, elaborada por Auguste Comte (1798-1857), establecía que “(...) todo conocimiento científico y filosófico debe tener por finalidad el perfeccionamiento moral y político de la humanidad.” Por tanto, sólo el conocimiento de los hechos es fecundo y cualquier certeza solo es determinada por las ciencias experimentales, a través de sus leyes. 

Es natural que no todos los hechos sociales, incluso algunos de las ciencias, puedan ser reducidos a leyes. Esta es la fragilidad mayor del Positivismo. En verdad, las ciencias humanas han demostrado que es complejo, incluso difícil, establecer padrones (o leyes), por ejemplo, en el área comportamental o en la afectiva. 

En este sentido Kardec fue más allá, tuvo lucidez para no despreciar el valor de la intuición. Repitamos sus palabras: 

“(...) Comprendí, ante de todo, la gravedad de la exploración que iba a emprender; percibí, en aquellos fenómenos, la llave del problema tan oscuro y tan controvertido del pasado y del futuro de la Humanidad (...).”Obras Póstumas. Segunda Parte. Mi primera Iniciación en el Espiritismo. ed. Río de Janeiro: FEB, 1998 P. 268 

Las expresiones: comprendí, ante de todo, percibí, revelan el aprendizaje por medio de la intuición, lo que contraría las ideas positivistas, que tratan de la medición cuantitativa, de lo experimental y de la consecuente definición de leyes para regir el fenómeno (o hecho). 
Es importante señalar que la intuición solo pasó a merecer mayor crédito de la Ciencia y de los científicos hace relativamente poco tiempo, con las contribuciones de Henri Bergson (1859-1941) y Edmund Husserl (1859-1938), a pesar de haber sido destacada por Platón (427 o 428 – 348 o 347 a, C), en la Antigüedad,bajo el nombre de visión  (noesis) (pensamiento, inteligencia  de las ideas. 

(Allan Kardec. la Génesis, Cap.1, p.20,Carácter de la Revelación Espírita)

 ( del Curso de Formación  y educación de la Mediumnidad– FEDERACIÓN ESPIRITA DE BRASIL)

Leemos en la principal obra espírita:
200. Têm sexos os Espíritos?
200. ¿Tienen sexos los Espíritus?
“Não como o entendeis, pois que os sexos dependem da organização.
entre eles amor e simpatia, mas baseados na concorncia dos
sentimentos.”
“No como lo entendeis, pues los sexos dependen de la organización. Hay
entre ellos amor y simpatía, pero basados en la concordancia de los
sentimientos.”

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