martes, 4 de abril de 2017

Espíritus en sufrimiento




Contenido de este blog en el día de hoy:

- El sufrimiento como medio de evolución
- Donde el amor impera, todas las leyes sobran.
- El perdón.
- Espíritus en sufrimiento.

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     EL SUFRIMIENTO COMO MEDIO DE                                EVOLUCIÓN

                                                           Reflexión. 

    No creo que el sufrimiento sea el ÚNICO camino para evolucionar, en ocasiones también se evoluciona sin sufrimiento, pero no es menos cierto que cuando nos enfrentamos a una situación de sufrimiento pueden ocurrir dos cosas, o bien se recurre a la rebeldía o bien se evoluciona mucho, se hace un gran progreso espiritual, tal vez, con casi toda seguridad, sin este suceso de sufrimiento no nos hubiésemos planteado ni sido conscientes de infinidad de cosas, que ni nos las plantearíamos, que nos hacen progresar y buscar a Dios, como también las respuestas y conocimientos que nos ayudan a evolucionar. 
     Hagamos un examen y recuerda en que situación estabas cuando empezaste a plantearte cosas, hacerte preguntas, a buscar a Dios, a buscar conocimientos espirituales, etc, estas cosas que te incitan a progresar, casi de seguro que este momento fue cuando tu vida dejó de ser Feliz y te encontraste de pronto con algún tipo de acontecimiento que te hacía sufrir. 
     Luego cuando ya progresaste algo y eres más consciente también puedes progresar sin sufrimiento, como, ayudando a otras personas, empatizando con ellas, haciendo el bien, perdonando, intentando desprenderte de tus defectos etc, pero normalmente, si no en todos, en la mayoría de los casos este progreso se hace después de haber sufrido y haberte hecho más consciente. Indudablemente, Dios es amoroso, bondadoso y justo y no creo para nada que se sienta feliz con el sufrimiento de nosotros, sus hijos, pero sabe que es necesario, estamos en un mundo de expiación y pruebas, para nada estamos en un mundo feliz, aquí la felicidad, aunque no nos guste , no existe, podemos tener momentos ó algún tiempo de felicidad, pero para nada es continua ni muy extensa. 
       Como ejemplo es como el tratamiento doloroso que le tienes que dar a un hijo a consecuencia de una enfermedad, tu no te alegras porque tu hijo sufra con el tratamiento, pero consientes en dárselo porque sabes que es muy beneficioso para él y le ayuda a su curación. 
En una comparación sería lo mismo. 
Dios no quiere ni se alegra del sufrimiento, pero sabe que en ocasiones es la medicina amarga que nos ayuda a evolucionar. 

Angeles C.M

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             “DONDE EL AMOR IMPERA,

           TODAS LAS LEYES SOBRAN”


“Nosotros los espiritistas tenemos un aforismo que simboliza fielmente los ideales que perseguimos, nosotros decimos: “donde el amor impera todas las leyes sobran.” 

“Para que el socialismo haga su jornada, que sea provechosa para todos, el Espiritismo lo basa en el parentesco espiritual de todos los hombres.” 

“El Espiritismo proclama la igualdad de todos los seres humanos y funda esta igualdad en que el espíritu que anima a todos los hombres es igual, porque tiene el mismo origen.” 

“Según nuestra doctrina, cada uno es hijo de sus obras.” 

Los espiritistas son socialistas, pero su socialismo se funda en el amor verdadero que debe existir entre todos los hombres, de este amor, así considerado, fluye naturalmente el sentimiento de justicia.” 

“El Socialismo es un capitulo del Espiritismo. El Socialismo arranca para nosotros los occidentales de la doctrina predicada por Jesús; es aquí donde se halla la razón fundamental del Socialismo. No tendremos jamás verdadero Socialismo, mientras se quiera prescindir del amor cristiano...” 

COSME MARIÑO “Concepto Espirita del Socialismo”

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                                     NUESTRA FE

" La fe necesita de una base, y esa base es la perfecta comprensión de aquello en lo que se debe de creer. Para creer no basta ver, es necesario comprender".

-   Allán Kardec -
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                                                EL PERDÓN

                                   PERDONAD PARA QUE DIOS OS PERDONE 

     “Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia” “Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre Celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas” “Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos. Si te oyere, has ganado a tu hermano .Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: no te digo hasta siete, sino aún hasta setenta veces siete”.
    La misericordia es el complemento de la dulzura, porque quien no sea misericordioso no podrá ser tampoco manso y pacífico,la misericordia consiste en el olvido y perdón de las ofensas. 
    El odio y el rencor denuncian a un alma sin elevación ni grandeza. El olvido de las ofensas es propio del alma elevada, que está por encima delos ataques que se le dirijan. La primera se halla siempre ansiosa, es de una susceptibilidad recelosa y llena de hiel. La segunda es calmada y plena de mansedumbre y de caridad. Ay de aquel que diga: “No perdonaré nunca”, porque si no es condenado por los hombres, seguramente que lo será por Dios.¿Con qué derecho reclamará el perdón de sus propias culpas si por su parte no perdona las de los demás? 
     Jesús enseña que la misericordia tiene que ser ilimitada, cuando dice que es menester perdonar al hermano, no siete veces, sino setenta veces siete.Pero hay dos maneras muy deferentes de perdonar: la una es  grande, noble y de veras generosa, sin segunda intención, que trata con delicadeza el amor propio y la susceptibilidad del adversario, aun cuando esté completamente equivocado. La otra, en cambio, es aquella según la cual el ofendido, o el que cree serlo, impone a su ofensor condiciones humillantes y hace sentir el peso de un perdón que irrita en vez de calmar. Si tiende la mano, no es con benevolencia, sino con ostentación, a fin de poder decir a todo el mundo: “!Ved qué generoso soy!” En tales circunstancias, es imposible que la reconciliación sea sincera por ambas partes. No, esa no es generosidad, sino una forma de satisfacer el orgullo. En toda controversia, quien se muestre más conciliador, probando mayor desinterés, caridad y auténtica grandeza del alma,se granjeará siempre la simpatía de las personas imparciales. Reconciliarse con el adversario Ponte de acuerdo con tu adversario pronto, entre tanto estás con él en el camino, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al alguacil, y seas echado en la cárcel. De cierto te digo que no saldrás de allí hasta que pagues hasta el último cuadrante” Hay en la práctica del perdón, y en la del bien en general, más que un efecto moral: existe asimismo un efecto material. Sabido es que la muerte no nos libera de nuestros enemigos. Los espíritus vengativos persiguen muchas veces con su odio, más allá de la tumba, a aquellos a quienes siguen profesando rencor. De ahí que el proverbio conforme el cual “muerto el perro, se acaba la rabia”, sea falso cuando se aplica al hombre. El Espíritu perverso espera que aquel a quien tiene ojeriza esté encadenado a un cuerpo y, por lo mismo, menos libre, para atormentarlo con más facilidad, atacándolo en sus intereses o en sus más caros afectos. Hay que ver en este hecho la causa de la mayoría de los casos de obsesión, en modo especial aquellos que presentan cierta gravedad, como los de subyugación y posesión. El obsedido y el poseso son, pues, casi siempre víctimas de una venganza anterior, a la que posiblemente han dado lugar con su conducta. Dios permite que tal cosa suceda para castigarlos por el mal que han cometido o, si no lo cometieron, por no haber tenido indulgencia y Caridad y no haber perdonado. En consecuencia, importa desde el punto de vista de nuestra tranquilidad futura, que reparemos lo antes posible las injusticias que hay amoshecho al prójimo, perdonando a nuestros enemigos, con el objeto de extinguir antes de la muerte todo motivo de disensiones, toda causa fundada de animosidad ulterior. Así, de un enemigo encarnizado en este Mundo podemos  hacer un amigo en el otro, o al menos ponemos de nuestro lado el derecho, y Dios no deja a merced de la venganza a quien ha perdonado. Cuando recomienda Jesús ponerse pronto de acuerdo con el adversario, no es sólo con miras a apaciguar las discordias durante la actual existencia, sino para evitar que las mismas se sigan perpetuando en las vidas futuras. “De cierto te digo que no saldrás de allí hasta que pagues el último cuadrante”, vale decir, hasta que se satisfaga por completo la Justicia Divina. 
El sacrificio más grato a Dios“Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda ante el altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda” Cuando dice Jesús: “…reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda”, enseña que el sacrificio más grato al Señor es el del propio resentimiento; que antes de presentarse a É l para ser perdonado tiene uno que haber perdonado a los demás, y si se ha cometido una injusticia en perjuicio de un hermano es necesario haberla reparado. Sólo entonces la ofrenda será grata, porque vendrá de un corazón puro, desprovisto de todo sentimiento inferior.Cristo materializa este precepto, por cuanto los judíos ofrendaban sacrificios materiales. Él debía adecuar sus palabras a los usos de aquéllos. 
     El Cristiano, en cambio, no ofrece dones materiales: ha espiritualizado el sacrificio,pero la máxima adquiere con ello mayor fuerza, porque el Cristiano está ofreciendo su alma a Dios, y esa alma tiene que ser purificada: al ingresar en el templo del Señor, debe dejar fuera todo sentimiento de odio y adversión, todo mal pensamiento contra su hermano: únicamente en tal caso será su plegaria llevada por los ángeles hasta los pies del Eterno. Eso enseña Jesús con las palabras: “…deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano”, si quieres ser grato al señor.

- ALBORADA ESPIRITA CRISTIANA-
HERMANO BRAS 

                                           
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                           Espíritus en sufrimiento
                             El castigo


Exposición general del estado de los culpables a su entrada en el mundo de los espíritus, dictada a la Sociedad Espiritista de París en octubre de l860.

“Los espíritus malos, egoístas y endurecidos, están, después de la muerte, entregados a una
duda cruel sobre su destino presente y futuro. Miran a su alrededor, no ven al principio ningún objeto sobre el que puedan ejercerse sus fechorías, y la desesperación se apodera de ellos, porque el aislamiento y la inacción son intolerables para los malos espíritus: no se elevan hacia los lugares habitados por los espíritus puros. Consideran lo que les rodea, e impresionados al instante por el abatimiento de los espíritus débiles y castigados, se adhieren a ellos como a una presa, y les recuerdan sus pasadas faltas, que ponen sin cesar en acción por sus gestos irrisorios. No bastándoles esta burla, se sumergen en la Tierra como buitres hambrientos, buscan entre los hombres el alma más accesible a sus tentaciones, se apoderan de ella, exaltan su concupiscencia, procuran apagar su fe en Dios, y cuando, en fin, dueños de su conciencia, consideran su presa asegurada, extienden sobre todo lo que rodea a su víctima el fatal contagio.

“El espíritu malo, cuando puede ejercer su ira, es casi feliz. No sufre sino en los momentos
en que no puede obrar y en los que el bien triunfa sobre el mal.
“Sin embargo, los siglos corren. El espíritu malo siente de repente que las tinieblas le
invaden, su círculo de acción se estrecha, su conciencia, sorda hasta entonces, le hace sentir las puntas aceradas del arrepentimiento. Inactivo, llevado por el torbellino, corre al azar sintiendo, como dice la escritura, erizársele de espanto los cabellos. Pronto se hace un gran vacío a su alrededor. El momento de su expiación ha llegado, la encarnación se le presenta amenazadora. Ve como en espejismo las pruebas terribles que le aguardan. Quisiera retroceder, adelanta, y precipitado en el ancho abismo de la vida, divaga espantado hasta que el velo de la ignorancia cae sobre sus ojos. Vive, obra, aún es culpable. Siente en él no sé qué recuerdos que le inquietan, presentimientos que le hacen temblar, pero no retrocede en la vía del mal. Cargado de violencias y de crímenes, va a morir. Extendido en el suelo o sobre su cama, ¡qué importa! El hombre culpable siente, bajo su aparente inmovilidad, removerse y vivir un mundo de sensaciones olvidadas. Bajo sus párpados cerrados ve apuntar una luz, oye sonidos extraños. Su alma, que va a dejar su cuerpo,se agita impaciente, mientras que sus manos crispadas tratan de agarrarse a las sábanas. Quisiera hablar, quisiera gritar a los que le rodean: Retenedme, veo el castigo. No lo consigue: la muerte se fija sobre sus labios descoloridos, y los asistentes exclaman: ¡Descansa en paz!

“No obstante, lo oye todo. Gira alrededor de su cuerpo, que no quiere abandonar. Una fuerza
secreta le atrae. Lo ve y reconoce todo. Desatinado, se lanza en el espacio, donde quiere ocultarse.
¡No puede retroceder! ¡No tiene reposo! Otros espíritus le vuelven el mal que ha hecho, y
castigado, burlado, confuso a su vez, camina y caminará al azar, hasta que la divina luz se deslice en su endurecimiento y le ilumine para mostrarle el Dios de justicia, el Dios triunfante del mal, que no podrá aplacar sino a fuerza de gemidos y de expiaciones.”
George*

Jamás se ha trazado un cuadro más elocuente, más terrible y más verdadero de la suerte del malo.

¿Qué necesidad hay, pues, de recurrir a la fantasmagoría de las llamas y de los tormentos físicos?

El Cielo y el Infierno o la Justicia Divina según el Espiritismo 
Allan Kardec

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