REFLEXIONES DE NUESTRA AMIGA MERCHITA
Queridos amigos, hola buenos días, La lectura de las paginas espiritas produce el efecto de ser más provechosas, a medida que el espíritu está más maduro y más experimentados en la lucha. Cada vez se hacen resplandecen mejor sus conceptos y se hacen más profundos, más nobles y significativos, ofreciéndonos paisajes anteriormente no revelados, que penetran muy hondamente en el espíritu con la más expresiva significación. Por eso mismo, el Espiritismo es el “Consolador” prometido por Jesús. Su lenguaje es siempre nuevo bello, impregnado con la actualidad y con benéficas sutilezas.
Aquellos que se han decidido a estudiarlo en profundidad les han arrancado de las amarras obsesivas e impedido muchas veces que se despeñen en la locura, a la cárcel, o tal vez, al hondo foso del suicidio. Sus lucidas lecciones espiritistas ayudan a caminar sin mayores tropiezos, avanzando con la mínima contribución de la desesperación.
En este mundo turbulento con tantas almas inquietas, atormentadas y que andan sin rumbo, el Mensaje de Cristo Redivivo, es el consuelo ya que las ayudaría a sumergirse en el mar de la meditación saludable y salir de donde estén con nuevas disposiciones y con mejores posibilidades de triunfo en la coyuntura física actual.
La ley propone que el endeudado cargue la deuda en la conciencia, hasta el momento de la liberación, de esta manera, la momentánea tristeza que se apodera del alma, se va transformando en un sol de amanecer espiritual en el horizonte del pensamiento, porque son felices aquellos que disponen del tesoro con que pagan sus deudas, y desdichados los que prosiguen engañados, porque adquieren pesados débitos para un mañana difícil.
Los jóvenes en la actualidad tienen todas las oportunidades a su disposición. Técnicas perfeccionadas de comunicación, abundantes conocimientos, comodidades que se multiplican y, sin embargo, entre ellos no faltan quienes marchen por los terrenos de la anticultura, mientras se hunden en los sueños de toxica alucinación en que se entorpecen sentimientos e ideales, en la dolorosa imprevisión. De apariencia bella, son frecuentemente estéticos en la forma y primarios en el sentimiento. Algunos el prototipo de la belleza física, que darían envidia a la estatuaria de Fidias y de Praxiteles… Entretanto, a veces no son sino espíritus primitivos que vuelven a comenzar la jornada con una buena indumentaria y que la despedazan a golpes de locura y desesperación.
Sus necesidades se reducen a rudimentos de belleza primitiva y a la inmediatez sexual, a la que llaman amor, cuando no son más que impulsos instintivos, no siempre procreadores y a veces aberrantes…
El hombre, que es la mayor inversión de la Creación, se encuentra relegado a un plano secundario, en el tiempo de de los robots y de los sueños biólogos y de estudiosos de la eugenesia, los cuales están fascinados por sí mismos, atribuyéndose poderes divinos, cuando realmente no son sino hombres atormentados interiormente. Esto es porque se han olvidado de Dios, se ha olvidado de los deberes cristianos que, por procesos de comodidad religiosa, han sido transferidos y deteriorados por las falsas conveniencias sociales.
En este sentido el Espiritismo tiene su más grandiosa misión, tal como previó Allan Kardec: ¡la de transformar el hombre para modificar el mundo!
La Tierra aun necesita de mártires y de héroes del amor, para que nos reanimemos en nuestra propia marcha. Hacen mucha falta exponentes de la honorabilidad y del sacrifico, a fin de que, conducidos por ellos, se alcance la meta de la paz y de la felicidad.
Amigos utilicemos la terapia del Espiritismo: optimismo constante junto a una firme confianza en el Señor. Utilicemos también el agua fluidificada y evoquemos las lecciones del muy amado Cordero de Dios, Nuestro Maestro y Señor.
Si el pasado es nuestra sombra de dolor, el futuro es nuestra primavera de bendiciones, como el presente a nuestro alcance. Las tinieblas ceden a la luz, y el sufrimiento desaparece ante la alegría de la esperanza y frente al consuelo de la tranquilidad de la conciencia. Nadie paga más allá del debito al que se vincula. Sin embargo, el amor es el permanente haber, en el clima de compensación de todas las desgracias que por ventura hayamos en nombre del bien y por lo que realicemos a favor de nosotros mismos.
Es imprescindible comenzar la obra del perfeccionamiento interior, en cuanto surja la oportunidad favorable. Tal vez mañana sea demasiado tarde, y el minuto valioso pase, cada corazón tiene su momento para producir; cada sufrimiento es la cuota de reparación. el adversario significa el suelo que espera ser trabajado, mientras que el amigo es una dadiva de que se debe uno servir con respeto y elevación.
Amigos mis mejores deseos para todos en este martes, 3 de noviembre, que Dios nos bendiga a todos. Merchita
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El dejar que las palabras y acciones de los demás nos afecten es una decisión personal que le da el control de nuestros sentimientos a otra persona, para que haga de nosotros lo que quiere.
Por lo tanto tenemos siempre que tener presente que no tenemos la habilidad de controlar las palabras ni las acciones ajenas, que solo tenemos control de nuestras reacciones a esas palabras y acciones.
Por lo tanto tenemos siempre que tener presente que no tenemos la habilidad de controlar las palabras ni las acciones ajenas, que solo tenemos control de nuestras reacciones a esas palabras y acciones.
-Mercy Ingaro-
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PERFUME DE GRATITUD
Nuestra admirada Psiquiatra, Dra. Kübler-Ross, que tanto dio a la Ciencia del Espíritu mediante sus importantes trabajos e investigaciones alrededor del fenómeno de la muerte.
Joven e idealista, ella partió de su tierra natal, Suiza, para ayudar a reconstruir Polonia después de la Segunda guerra mundial.
Asentó ladrillos, colocó tejados, levantó paredes. Hasta el día que un hombre se cortó la pierna y descubrieron que tenía dotes para la medicina. Así, junto a dos voluntarias, con nociones de medicina básica, fue a servir en un improvisado puesto médico.
Una noche, en que sus compañeras se habían desplazado para atender a varias personas en otra localidad, se quedó sola, tomó su manta, se enrolló y se acostó bajo la luz de las estrellas.
“Nada habrá de despertarme hoy. Estoy muerta de cansancio.”
Pero, poco después de la medianoche el llanto de un niño la despertó. Pensó que estaba soñando y no abrió los ojos. El llanto llegó una vez más hasta sus oídos.
Un poco dormida aún, oyó una voz de mujer:
“Discúlpeme despertarla, pero mi hijo está enfermo. Usted tiene que salvarlo”
Bastó una rápida mirada al chico de tres años para descubrir que estaba afectado por el tifus.
Explicó a la mujer que no había ningún remedio en el puesto. Lo único que podía ofrecerle era una taza de té. La mujer clavó sus ojos en ella, con aquella mirada que sólo las madres en desespero poseen: “Tiene que salvar a mi hijo. Durante la guerra, en los campos de concentración murieron doce de mis hijos y este nació allá. No puede morirse. No ahora que lo peor ya pasó.”
Elisabeth tomó una decisión. Si aquella mujer había caminado tantos kilómetros para llegar hasta allí, si vio una docena de sus hijos morir en la guerra y aún tenía ánimo para rogar por la vida del único afecto que le restaba, ella merecía cualquier sacrificio.
Tomó el niño en su falda, y con la madre caminaron treinta kilómetros, hasta encontrar un hospital. Después de mucha insistencia consiguió que el chico fuese internado. Pero había una condición: solamente después de 3 semanas, ellas podrían volver para saber noticias. Al fin de cuentas, el hospital estaba lleno y los médicos atiborrados de tareas.
Elisabeth volvió a las actividades de su puesto médico y tuvo tanto trabajo en las semanas siguientes que se olvidó del chico.
Una mañana, al despertar, encontró al lado de su manta, un pañuelo lleno de tierra. Lo abrió y vio junto con la tierra un billete: “Para la Pani doctora, de la señora W., cuyo último de los trece hijos usted salvó, un poco de tierra bendita de Polonia.”
El chico estaba vivo.
Una grande sonrisa se reflejó en el rostro cansado de Elisabeth.
Y ella comprendió lo que había sucedido. La mujer había caminado más de treinta kilómetros hasta el hospital para recoger a su hijo vivo.
Desde Lublín, lo llevó hasta el pueblo donde vivía. Tomó un puñado de tierra de su suelo y volvió a caminar mucho para dejar, quieta, sin perturbar a nadie, en el silencio nocturno, su regalo de gratitud.
Elisabeth Kübler-Ross guardó el pequeño paquete de tierra que se convirtió en el regalo más valioso que recibió.
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La gratitud es un perfume envasado en el frasco del alma. Las criaturas lo dejan exhalar en forma sutil, envolviendo a los que le son gratos en un aura de bien estar.
Naturalmente nadie realiza el bien esperando agradecimiento, pero cuando la gratitud se manifiesta es como la brisa, que con su presencia, bendice la tarde tibia. Rehace corazones y aumenta la disposición para nuevas realizaciones a favor del prójimo.
(Equipo de Redacción de Momento Espirita, basado en el libro “La Rueda de la Vida”, de Elisabeth Kübler-Ross,
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Sin el principio de la preexistencia del alma y de la pluralidad de existencias, la mayor parte de las máximas del Evangelio son ininteligibles; por esto dieron lugar a interpretaciones tan contradictorias: ese principio es la clave que debe restituirles su verdadero sentido.
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Opinión en Tópicos
Milton R. Medran Moreira
La influencia de los malos
Será cierto aun afirmar que el mundo sufre más la influencia de los malos que de los buenos, como ponderó Kardec a sus interlocutores espirituales, en la pregunta 932 de El Libro de los Espíritus ?
Ellos respondieron que si. Y que eso se debía a la timidez de los buenos, en contraste con las actitudes de los malos que, según los espíritus, son “intrigantes y audaces”.
Esas ponderaciones. pueden ser la llave para un inicio de reflexión, con base en la filosofía espírita, sobre la situación que vivimos en Brasil, donde, atónita, la opinión pública se depara, a cada paso, con nuevas revelaciones al respecto de golpes y negocios protagonizados por poderosos.
La respuesta que dieron, también abre perspectivas esperanzadoras, a tantos cuantos creen en el avance de la ética sobre la corrupción: “Cuando los buenos quisieran, habrán de preponderar”. Así hablaron los espíritus, preanunciando los nuevos tiempos.
Progreso de la legislación
¿Será que los buenos ya están queriendo? Pienso que ese deseo está en el aire y se expresa a través del perfeccionamiento de las instituciones. Poco a poco, el andamio legislativo de una nación que busca superar sus defectos éticos, va formando un cerco contra los desmanes de ayer. En sentido contrario a ese movimiento progresista, actúa la resistencia de una elite social que, hasta hace poco, disponía de un sistema legal concebido para garantizarles ventajas e impunidad.
Romper ese cerco, no es tarea fácil para un pueblo que ya es capaz de soñar, con un nuevo orden de cosas. De ahí las seguidas frustraciones que, en el plano de los hechos, se expresan no sueltan `prenda, en los habeas-corpus, en los recursos judiciales de toda orden, que aún permiten el aplazamiento de la realización de la justicia y la perennización de la impunidad.
“En los tiempos de barbarie, son los mas fuertes los que hacen las leyes y ellos la hacían para si. Con todo en la proporción, en que los hombres fueron comprendiendo mejor la justicia, fue preciso modificarlas” . (L.E.p.795). Así hablaron los espíritus, esquematizando el proceso lento y gradual del progreso del ser humano y de sus instituciones.
Inteligencia y moral
Bajo el influjo mismo de ese movimiento ascendente, el mal ejerce un poder corrosivo sobre toda una sociedad. En cuanto impunes sus agentes, la corrupción y la violencia actúan como enfermedades contagiosas. De ahí la sensación de retroceso y de deterioro, que comúnmente, toman en cuenta los buenos que, con el avance del mal, sucumben ante la incredulidad en el bien. De eso dejó vibrante exposición Ruy Barbosa: “De tanto ver triunfar a las nulidades, de tanto ver prosperar la deshonra, de tanto ver crecer la injusticia, de tanto ver agigantarse los poderes en las manos de los malos, el hombre llega a desanimarse de la virtud, a reírse de la honra y a tener vergüenza de ser honesto”.
Ocurre que el progreso moral, no es lineal. Retrocesos hacen parte del proceso. En épocas como esta, de gran avance del conocimiento, fruto del desenvolvimiento de la inteligencia humana, parece incrementarse el mal.
La pregunta 785 de el Libro de los Espíritus describe ese estadio e identifica en el orgullo y en el egoísmo los mas serios obstáculos al progreso: “À primera vista, parece que el mismo progreso intelectual redobla la actividad de aquellos vicios, desenvolviendo la ambición y el gusto de las riquezas, que, a su vez, incita al hombre a las pesquisas que le esclarecen el Espíritu.
Y así que todo se interrelaciona, tanto en el mundo moral como en el mundo físico, y que del propio mal puede nacer el bien”.
Así hablaron los espíritus, retratando la época que vivimos, donde los delitos económicos y la criminalidad organizada llenan el alto grado de inteligencia de sus mentores o ejecutores.
Sensación de retroceso
Lo que no podemos, en momentos como este, es dejarnos dominar por el derrotismo o aceptar como verdadera esa sensación de retroceso.
Cuestionados por Kardec si no les parecía que el hombre retrocedía moralmente en vez de avanzar, sus entrevistados fueron enfáticos: “Te engañaste” – le dijeron en la pregunta 784 – “Observa bien el conjunto y verás que el avanza, pues comprende mejor que es el mal, y día a día va corrigiendo los abusos. Es preciso que el mal llegue al exceso, para que se torne comprensible la necesidad del bien y de las reformas”.
Así hablaron los espíritus, alertándonos de que no todo está perdido. O de que nada está perdido. Pues si es cierto que vivimos un típico momento, en el cual la corrupción y la violencia parecen habernos tirado en el fondo de un pozo.
También estamos conscientes de que sólo un esfuerzo conjunto, cimentado en la conciencia de la excelencia y de la indispensabilidad del bien, puede de allá sacarnos para que inauguremos una nueva fase de esa caminata colectiva.
Adaptación: Oswaldo E. Porras Dorta
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Hay momentos en la vida, en que uno se para a reflexionar, a reorientarse sobre tantas cosas y sus por qué. Llegan momentos en que uno se siente un poco perdido en la rutina y mirando hacia dentro de uno mismo, nos podemos plantear la cuestión que da título a estas reflexiones.
¿ Por qué soy espírita ?. Me lo planteo en singular porque no quiero exponer sino mis propias motivaciones y anhelos, consciente de que cada cual debe tener los suyos, de modo que cada uno en sus reflexiones, debe ser maestro de sí mismo.
Creo que soy de esas personas que, desde la cuna, hemos tenido una vocación o inquietud religiosa, de modo que aun habiendo pertenecido a tal religión o a tal iglesia, nunca hemos dejado de hacernos a veces preguntas íntimas, de carácter transcendente, que no han encontrado respuesta satisfatoria en nuestra razón y en nuestra alma, pero al no tener otra opción de esas verdades ocultas o ignoradas a las que aspiramos, mejores o más completas, optamos por permanecer en el seno de nuestras religiones, o más frecuentemente de la duda y del escepticismo, pero sin dejar de buscar respuestas a esas inquietudes que nuestra conciencia nos reclamaba.
En un momento dado de nuestras vidas, que yo al menos, enseguida comprendi que no fue la casualidad la que dispuso los acontecimientos que me acontecieron y que ,sin ser muy consciente del camino que se iniciaba, fueron guiandome sutilmente por la senda de la espiritualidad,y más concretanmente del Espiritismo.
Quizás las circunstancias personales que vivimos algunos de nosotros, nos llevaron a una mayor comprensión de la vida y de nosotros mismos, y asi comenzamos a encontrar muchas respuestas que, como un gran puzzle, iban encajando unas con otras, al menos ese fue mi caso, de modo que así se descorría ante mi mente y conciencia, el velo que cubría hasta entonces un amplio y luminoso horizonte de nuevas y grandes verdades que iban dando respuestas a mis naturales inquietudes en cuestiones transcendentes para el ser humano en general y para nosotros mismos en particular.
Y así, un día, “casualmente”, conocí el Espiritismo, con sus tres aspectos complementarios y maravillosos: Ciencia, Filosofía y Moral. Una moral respaldada y apoyada muy bien en los otros aspectos de la Codificación Espírita, y que una vez comprendida y asumida, vimos que era una moral profundamente cristiana, pero de un cristianismo sencillo y puro, y esto en nuestro interior fue una auténtica revolución que comenzaba a transformar nuestras vidas y nuestra manera de ser y de pensar , actuando en nuestras almas como una auténtica religión. Así más tarde vine a comprender que estaba ante, nada menos, que la religión misma de los Espíritus, que colaboran con la gran obra de Jesús en esta humanidad del planeta Tierra. Descubrí y acepté que el Espiritismo era, sencillamente, mucho más que un tòpico o una creencia religiosa; se trataba (y se trata), de la Tercera Revelación, o lo que es lo mismo: El Consolador prometido por Jesús que dijo que lo enviaría en su nombre para enseñarnos y ampliarnos lo que Él ya nos había enseñado personalmente durante su corta estancia en la Tierra. Y es lógico que Jesús cuando estuvo como hombre entre nosotros, no lo pudiese enseñar todo, pues por un lado, su ministerio público fué muy corto y aunque Él sabía que a pesar de no tener al lado historiadores que relatasen fielmente para el futuro lo visto y vivido junto a Él, el Maestro, esas enseñanzas suyas trascenderían más allá del tiempo futuro y ayudarían a transformar vivamente a la humanidad , conforme esta fuese madurando en sus aspectos intelectuales, científicos y éticos como para poder captar y asimilar sus enseñanzas . Se trataba de dar, por Amor, un mayor y más fuerte impulso de progreso a los espíritus humanos; un impulso a su evolución espiritual, para ayudarnos a salir de estas vidas oscuras y penosas que vemos en la Tierra,en las que tantos seres humanos aún se sienten que están por estar, en medio de este escenario, sin saber por qué ni para qué, y así alcanzar antes otras etapas de mayor felicidad, pues siendo esa la aspiración suprema y final de todo ser humano, esta se alcanza en la medida que crece el espíritu humano en su perfección y desarrollo.
De otra parte, los seres humanos que acompañaron al Maestro en su época, con su normal atraso científico y tecnológico, aun no estaban capacitados como para comprender muchas cosas que tendrían que ser esclarecidas más adelante, cuando se hubiese desarrollado un poco más la capacidad intelectual, el conocimiento y la calidad moral en el futuro del ser humano en general.
La cuestión es que, tras sentirnos sinceramente espíritas, llenos de gran entusiasmo y con ganas de trabajar y progresar o evolucionar rápidamente, nos vemos en muchos momentos a nosotros mismos, con nuestra conciencia al desnudo, y vemos con tristeza que, en realidad, no somos tan diferentes a cómo lo éramos antes de ser espíritas.... ¿ O tal vez sí ?.... Y en esos momentos nos sentimos en esas circunstancias como pequeñas islas perdidas en medio de los tenebrosos océanos humanos de turbulentas aguas que amenazan engullirnos con nuestros ancestrales defectos morales no superados, tal como el orgullo, el rencor, el odio, el egoísmo,las envidias, etc,. Aguas turbulentas de una humanidad en donde lo que destaca es el materialismo, el odio, la envidia, la codicia o el ansia de poder; una humanidad que se agita entre guerras y desastres naturales y sociales de todo orden, sin un sentido del rumbo o meta que debieran aspirar a alcanzar. Una sociedad humana a la que le falta concretar cuales son sus fines y metas,conociendo cual es nuestro origen, de donde venimos, el sentido que tiene que estemos aquí ahora y de que existamos, y en consecuencia dirigir los pasos hacia algo concreto y definido para un futuro individual y social humano.
Ante este panorama, sentimos que nos quedan dos opciones: Una, la de dejarnos engullir por esas tenebrosas y revueltas aguas, volviendo a formar parte de esa humanidad perdida, materialista, atéa, dogmática, desorientada y sin rumbo. O bien , fijar nuestras metas en el escenario de la vida, y así seguir luchando contra nosotros mismos, contra nuestras tendencias negativas, nuestros defectos e imperfecciones, esparciendo la luz de la verdad a quien la quiera recibir, mediante nuestro ejemplo y las enseñanzas oportunas y adecuadas que podamos impartir com arreglo a nuestros conocimientos.
Hace tiempo que elegí la opción que me señaló mi conciencia, y como consecuencia, por el momento aquí sigo tratando humildemente de ayudar y ayudarme a crecer en conocimientos y en calidad moral, que me den la amplitud de conciencia necesaria para adquirir la seguridad como quien comienza a recuperar quien estaba ciego y paulatinamente comienza a ver la luz. Por eso, podría concluir por afirmar, que soy espírita por convicción; que dudas aun tengo y tendré muchas más sobre tantos temas; que seguiré buscando la verdad- mi verdad- allá donde la encuentre, según los patrones de mi inteligencia y de mi sentido de la lógica y la coherencia. Que tengo claro que el Espiritismo no abarca en su totalidad todos los temas científicos y éticos que existen, lo cual a veces me lleva a bucear en otros océanos del conocimiento. Y este es el verdadero espíritu del espírita: el ser un librepensador en busca de la verdad, sin sujetarse a ningún dogma que le ate las alas a su libertad de pensar y sentir, o lo que es lo mismo: a su conciencia.
Estas reflexiones son las que me indican que mi camino como espírita es el correcto y que no podría ser otro, pues ni podría volver a ser el mismo que fui, ni podría renunciar a lo que ya se y tengo bien asumido, ni menos aún podría aceptar otras tesis materialistas o espiritualistas que no contesten mejor que lo hace el Espiritismo a esas preguntas internas que un día me inquietaron.
- Jose Luis Martín-
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