lunes, 26 de septiembre de 2011

Reencarnación:¿Bendición o castigo divino?

Introducción


En los días de hoy, en medio de tanta violencia, afluencia en el mercado de trabajo y la consecuente falta de tiempo en que la mayoría de las personas se encuentran, las personas están viendo en la necesidad de la búsqueda del origen del SER, o mejor, están comenzando a dar más valor a las cuestiones espirituales.

Datos secundarios apuntan que el Espiritismo tiene aproximadamente 30 millones de simpatizantes en Brasil, la mayoría practicante de alguna otra religión. 

La doctrina de la reencarnación, tal vez por el misterio en que la mayoría de las personas observan, es el tema que más despierta la curiosidad de las personas.

Buscando no dar espacio para el desenvolvimiento de conocimientos incompletos al respecto de la Doctrina de la Reencarnación, es por lo que este artículo fue escrito.

Desenvolvimiento

JUSTIFICACIONES para la existencia de la reencarnación

Vamos a admitir que, de acuerdo con la creencia vulgar, el alma nace con el cuerpo, o lo que viene a ser lo mismo, que antes de encarnar sólo dispone de facultades negativas nos surgen las siguientes cuestiones:

1. ¿Por qué el alma muestra aptitudes tan diversas e independientes de las ideas que la educación le hizo adquirir?

2. ¿De dónde viene la aptitud extra normal que muchos niños revelan, para esa o aquella parte, para esa o aquella ciencia, en cuanto otros se conservan inferiores durante toda la vida? 

3.  ¿De dónde, en algunos, son las ideas innatas o intuitivas, que en otros no existen?
4. ¿De dónde, en ciertos niños, el instinto precoz que revelan para los vicios o para las virtudes, los sentimientos innatos de dignidades o de bajeza, contrastando con el medio en que ellos nacieron.
5.  ¿Por qué, abstrayéndose de la educación, unos hombres son más adelantados que otros?

6.  ¿Por qué hay salvajes y hombres civilizados?

La cuestión 166 de el libro de los espíritus nos esclarece que la vida del alma es anterior a la creación del cuerpo y delante de la necesidad de progresar el espíritu, este vuelve a la vida en la materia cuantas veces fueran necesarias para su desenvolvimiento.
 
Incluso así, un gran número de personas creen que la Reencarnación es invención de los espíritas. Eso no es verdad. De acuerdo con las enseñanzas de los espíritus, el Espiritismo constituye una ley de la Naturaleza y ha de haber existido desde el origen de los tiempos y siempre nos esforzamos por demostrar que de el se descubren señales en la Antigüedad más remota.

Pitágoras, como se sabe, no fue el autor del sistema de la metempsicosis – él lo cogió de los filósofos indios y de los egipcios, que lo tenían desde tiempos inmemorables. La metempsicosis presupone el retorno del ser humano en una condición animal, como en una especie de castigo por consecuencia de una vida pasada desajustada. La enseñanza de los espíritus condena vehemente esa posibilidad. La Doctrina Espírita es explícitamente evolucionista, progresar siempre, retroceder jamás.

RESISTENCIA a la idea de la Reencarnación

El Miedo

Creo que el miedo de lo desconocido es una de las principales causas para que las personas continúen resistiendo a esa realidad. Dos factores contribuirán para el nacimiento de ese MIEDO en las personas, son ellos:  

1º - Temor de la muerte (Primera Parte Cap. II, El Cielo y el Infierno, por Allan Kardec)

El hombre, sea cual fuera la escala de su posición social, desde que es salvaje tiene el sentimiento innato del futuro; le dice la intuición que la muerte no es la última fase de la existencia y que aquellos cuya perdida lamentamos no está irremisiblemente perdidos. La creencia de la inmortalidad es intuitiva y mucho más generalizada de lo que la nada. ¡Entre tanto, la mayor parte de los que en el cree, nos presentan poseídos de gran amor a las cosas terrenas y temerosos de la muerte! ¿Por qué?

Ese temor es un efecto de la sabiduría de la providencia y una consecuencia del instinto de conservación común a todos los vivos. El es necesario en cuanto no se está suficientemente esclarecido sobre las condiciones de la vida futura, como contrapeso a la tendencia que, sin ese freno, nos llevaría a dejar prematuramente la vida y a hacer negligente el trabajo terreno que debe servir a nuestro propio adelantamiento. Así es que, en los pueblos primitivos, el futuro es una vaga intuición, más tarde se vuelve simple esperanza y, finalmente, una certeza apenas atenuada por un secreto apego a la vida corporal.

2º - La Sed de Poder por la Iglesia durante el Imperio Romano

A pesar de la profunda lógica que la reencarnación siempre refleja, se sabe que esa idea no agradó mucho a los defensores de la ley en los principios del cristianismo. La idea era aceptada y hasta enseñada por muchos como Orígenes y Clemente de Alejandría (que fueron perseguidos y torturados por la sed de poder de la Iglesia en el Imperio Romano).

Esa sede de poder era tan grande, al mismo tiempo nuestra supervalorización por las cosas materiales, que dejamos de lado el conocimiento innato de la inmortalidad del alma y pasamos al de la muerte, que aun tanto nos aflige. Ese poder de persuasión fue tan grande, que hasta hoy tenemos hermanos predicando que la Biblia no se refiere a la Reencarnación.

Algunos Pasajes Sobre la Reencarnación en la Biblia

Viejo Testamento

Génesis 15:15 – y Tú, irás a tus padres en paz; en buena vejez serás sepultado.
Génesis 15:16 – Y la cuarta generación, volverán para acá; porque la medida de la injusticia de los amores no está aun llena.  
Moisés nos da la certeza de que la vida continúa y que la Muerte no existe y aun afirma sobre la necesidad de la reencarnación.
Job nos da indicios de que el conocimiento de la Reencarnación formaba parte de lo cotidiano de las personas en aquel tiempo.
Job 1:20 – Entonces Job se levantó, y rasgó su manto, y se rapó la cabeza, y se lanzó a la tierra, y adoró;
Job 1:21 – Y dijo: No salí del vientre de mí madre, y no volveré para allá. El Señor lo dio, y el Señor lo tomó; bendito sea el nombre del Señor.

Isaías reconoció, por obvio, que es posible consultar a los muertos (no los demonios, ángeles que caen del cielo para algunos, haya vista que no habla en ellos más, de seres humanos que se forman, que ya no forman más parte del mismo plano físico en que estamos).

Isaías 8:18 Heme aquí, con los hijos que me dio el Señor; como señales y maravillas en Israel de la parte del Señor de los ejércitos, que habita en el monte de Sion. 8:19 Cuando os dijeran: Consultad a los que tienen espíritus familiares y los adivinos, que hablan mucho y murmuran, respondí: ¿No recurrirá un pueblo a su Dios? ¿Acaso a favor de los vivos se interrogaran a los muertos?

Y en el versículo 20 “¡¡¡si ellos no hablan nada que edifique, no los oigan!!!”

Alertándonos que, de la misma forma que tenemos seres en evolución aquí, también tenemos en el plano espiritual. Que debemos saber identificar los espíritus que realmente quieren ayudarnos con buenos consejos, de aquellos que quieren apenas jugar y burlarse en nuestra cara.

Nuevo Testamento
Los apóstoles también nos dan la certeza de que la Reencarnación era vista y encarada con tranquilidad no sólo entre los sabios, sino también entre los humildes de conocimiento.

Mateo 16:13 – Y llegando Jesús a las partes de Cesárea de Filipo, interrogó a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dice los hombres que es el Hijo del hombre?

Mateo 16:14 – Y ellos dijeron: Unos que Juan el Bautista; otros Elías; y otros Jeremías o uno de los profetas.

En Juan – Cuando encuentran al ciego de nacimiento, Jesús nos da la seguridad y el consuelo de que no siempre los defectos físicos que traemos con nosotros son consecuencia del pasado, muchas veces pueden ser para que las obras de Dios se realicen en nosotros, a través del milagro o hasta incluso para desenvolver otras cualidades como el amor, por ejemplo.

Juan 9:2 – Preguntándole sus discípulos: Rabí, ¿quién pecó, este o sus padres, para que naciese ciego?

Juan 9:3 – Respondió Jesús: Ni él pecó ni sus padres; pero fue para que en él se manifiesten las obras de Dios.

Ellos creían entonces en la posibilidad de la reencarnación y en la posible preexistencia del alma. Su lenguaje hacía incluso creer que esa idea estaba difundida entre el pueblo, y Jesús parecía autorizarla, en vez de combatirla; Él habla aun de las numerosas moradas de que se compone la casa del Padre.

En el diálogo con Nicodemos, Jesús nos enseña sobre la necesidad del nacer de nuevo del agua.

Juan 3:1 – Había entre los fariseos un hombre llamado Nicodemos, uno de los principales de los judíos.

Juan 3:2 – Este fue a ver a Jesús, de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que eres el Maestro, venido de Dios; pues nadie puede hacer estas señales que tú haces, si Dios no estuviera con él.

Juan 3:3 – Le respondió Jesús: En verdad, en verdad te digo que si alguien no naciera de nuevo, no podrá ver el reino de Dios.

Juan 3:4 – Le preguntó Nicodemos: ¿Cómo puede un hombre nacer, siendo viejo? ¿Por ventura puede volver a entrar en el vientre de su madre, y nacer?

Juan 3:5 – Jesús respondió: En verdad, en verdad te digo que si alguien no naciera del agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.

Juan 6:6 – Lo que es nacido de la carne es carne, y lo que es nacido del Espíritu es espíritu.

Juan 3:7 – No te admires de haberte dicho yo: Necesario os es nacer de nuevo.

Conclusión
Después de tantas indicaciones sobre la Reencarnación, sin argumentos, algunos afirman su inexistencia apoyándose en el hecho de no acordarse de las existencias anteriores.
Mire, ¿qué provecho podríamos coger de las existencias anteriores para la mejoría de la actual? ¡Ninguna! ¿Si muchas veces encontramos, el fardo que cargamos demasiado pesado, imagina si tuviésemos conocimiento de todo lo que ya hicimos?  ¡Como no sería nuestra humillación pensando en lo que fuimos!
La providencia divina nos ahorró de más torturas y Dios nos muestra que, para nuestro adelantamiento, tales recuerdos son inútiles. Durante cada existencia damos un paso adelante.
DIOS no podría ser más justo en volver al hombre árbitro de su propia suerte, por los esfuerzos que puede hacer para mejorar. Como él es justo y bueno no podría condenar a sus hijos a la tortura infinita por sus errores sin darles los medios de purificarse.
Por la reencarnación, el futuro está en las manos de cada uno. Lleva mucho tiempo, está claro, por eso sufrimos las consecuencias. Pero es la suprema justicia, la esperanza que jamás nos es obstruida. 
San Agustín ya advirtió que “a cada uno según sus obras”. Que podamos aprovechar al máximo nuestro estadio en esa gran escuela llamada TIERRA, desenvolviendo cada día más las cualidades que podamos llevar con nosotros al partir para nuestra verdadera morada en el plano espiritual.  
Sigamos entonces los consejos de Emmanuel: “no pierda tiempo”. Los días vuelven, pero los minutos son otros.

Referencia Bibliográfica
Kardec, Allan. El Livro dos Espíritos, Parte Segunda, capítulo IV De la pluralidad de las existências. 76ª edição. FEB, 1995.
Kardec, Allan. El Evangelho segundo o Espiritismo, capítulo IV Nadie podrá ver el reino de DIOS se no naciese de nuevo. 112ª edição. FEB, 1996.
Kardec, Allan. El Cielo y el Infierno, Primera Parte, capítulo II Temor a la Muerte. 40ª edição. FEB, 1995.

ADE-SERGIPE
Aracaju-Sergipe-Brasil
Mensaje traducido por el Grupo el Amor en Acción-España- 23.06.2011


"Tienes derecho a ser positivo, pero no debes ser arrogante u orgulloso con ninguna persona...".- Autor desconocido

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