lunes, 15 de marzo de 2010

Comunicado mediúmnico



Divaldo Pereira Franco- Médium transmisor de este mensaje-



Durante la tarde del día 12 de octubre de 2007, mientras José Raul Teixeira desarrollaba una conferencia, Divaldo Pereira Franco recibió mediante psicografía una hermosa página dictada por una misionera espirita – Ana Fuentes de Cardona – que durante su encarnación residió precisamente en esa ciudad colombiana en que tenía lugar el Congreso.

“Queridas hermanas, queridos hermanos del alma:

“Que la paz del Maestro Jesús permanezca en nuestros corazones.

“La sociedad terrestre nunca tuvo tanta cultura, tanta ciencia y tanta tecnología como en la actualidad.

Simultáneamente, jamás hubo tanto dolor y aflicción como en estos días...

“El sufrimiento alcanza niveles jamás experimentados anteriormente.

“El hambre avergüenza a la civilización y amenaza a miles de millones de vidas, y no se conoce el número absurdo de aquellos que, aunque sobrevivan a la calamidad quedarán marcados con las degeneraciones consecuentes de la terrible calamidad...

“Las enfermedades infecto-contagiosas amplían sus territorios y alcanzan a todas las poblaciones de la Tierra, pese a las admirables conquistas de la Medicina y la Farmacología...

“El egoísmo predomina en el ser humano individualmente, en grupo y colectivamente, lo que demuestra que los ciclos de ética y civilización no han cambiado realmente a la sociedad.

“Hay carencia de amor en un mundo donde abundan las cosas que podrían solucionar, al menos en gran parte los padecimientos de la Tierra.

“¡Jamás hubo tantas corrientes filosóficas y denominaciones religiosas y tan poca religiosidad!

“El Cristianismo cumple dos mil años y preguntamos: ¿Qué hemos hecho de Jesús? ¿Cómo confundimos Sus palabras y las adaptamos a nuestros intereses inferiores?
“Felizmente, a la vez, vivimos el momento del Consolador, conforme Él nos lo hubiera prometido, gracias al heroísmo de Allan Kardec, el noble codificador.

“El Espiritismo llega en el momento en que las doctrinas científicas pueden confirmar sus postulados y paradigmas, en el instante en que hay discernimiento cultural para superar las antiguas calumnias respecto de las supercherías con que han querido tergiversarlo.

“Sus propuestas ético-morales, centradas en el Evangelio de Jesús, constituyen las orientaciones de seguridad para la construcción de la nueva sociedad del porvenir...
“Su pedagogía moral, elaborada según los principios de la renovación espiritual para mejor, constituyen la herramienta precisa para liberar al ser humano de la ignorancia, del fanatismo, de la indiferencia al respeto de la vida.

“Al desmitificar la muerte, amplía los horizontes de la vida y le da sentido y significado sociológico a la existencia carnal.

“Se inicia, de tal modo, el amanecer de la nueva era.

“Es cierto que hay mucha oscuridad... Empero la medianoche, que es la hora culminante de las tinieblas, un minuto después es ya el comienzo del amanecer.

“Manifestemos nuestro júbilo, porque vivimos la hora grandiosa que inaugura el período de la inmortalidad entre los seres humanos.

“El siglo pasado se caracterizó por las conquistas científicas y tecnológicas. En él se inició la era de la comunicación virtual, que supera distancias pero aísla a las personas delante de las computadoras, causando la destrucción de las relaciones personales, las vivencias de las relaciones de vidas...

“A este siglo, entretanto, pese a los sufrimientos superlativos de estos días, pertenecen el amor, lo bello, la religiosidad humana, el arte, la espiritualidad.

“A los espiritistas, sin menosprecio por las demás criaturas y doctrinas, les corresponde la tarea extraordinaria de cambiar las estructuras morales y psicológicas de la actualidad, para inaugurar el período de la paz.

“Emprender el compromiso de servir y realizar el bien, es un deber intransferible que todos los espiritistas, encarnados y desencarnados, nos debemos imponer, sin excusas, sin justificaciones para eludir la responsabilidad.

“ En Colombia, la heroica Cartagena de Indias hospeda en estos días un significativo numero de espiritistas del mundo...

“Bajo la inspiración de Jesucristo, por intermedio del libertador Simón Bolívar y muchos próceres de nuestro amado país, se inscriben en los Espíritus y en los corazones las enseñanzas de amor y de conocimiento para promover la paz, la justicia social, la felicidad de nuestro amado pueblo.

“Uribe y San Pedro Claver asisten a este 5º Congreso Espirita Mundial, acompañando a los expositores y orientándolos para que definan el rumbo de la verdad para el mañana.
“A nosotros, pues, nos incumbe la tarea de servir y servir, pues ésta es la nueva determinación que proviene de lo Alto.

“Espiritas, amad, enunció el Espíritu de Verdad como primer mandamiento, a fin de que podáis instruiros, para servir mejor.

“Quien no vive para servir aún no ha aprendido a vivir.
“Ésta es pues la hora de avanzar en el rumbo del porvenir.

“Sin mirar hacia atrás, avancemos, con resolución. Abandonemos nuestras rivalidades, nuestras disensiones y pasiones inferiores, y vivamos la fraternidad legítima.

“Más importante que saber es aplicar el conocimiento en favor del ser.

“Nosotros, los que nos encontramos en la erraticidad, que hemos vivido en la Tierra el ideal espirita, estamos de pie, en lucha, y los conclamamos, hermanas y hermanos espiritistas, para que demos comienzo hoy ahora, a la obra de la redención humana, e iniciemos el mundo de la regeneración.

“Agradeciendo a todos por la realización de este ágape mundial de paz y de luz, los abraza con infinito cariño y ternura, vuestra servidora de ayer, de hoy y de mañana.”




Ana Fuentes de Cardona

sábado, 13 de marzo de 2010

EL VERDADERO TEMPLO





Para rogar al eterno
yo no encuentro necesario,
entrar en el santuario
que la costumbre fijó

Cuando un alma dolorida
no encuentra a su mal consuelo,
¡le basta mirar al cielo!
¿Hay templo mas grande? ¡No!

Quede atras el fanatismo
con sus castigos y horrores,
y vengan siglos mejores
que ilustren a la humanidad

Sombras de espanto y luto.
dormid en sueño profundo
¡ dejad que ilumine el mundo
el Astro de la verdad!

(Amalia Domingo y Soler)

martes, 9 de marzo de 2010

La Fe



“ En verdad os digo: si tuviereis fe como un grano de mostaza direis a ese monte:Transpórtate de aquí para allá y él se transportaría y nada sería imposible”
- Jesús de Nazaret -


Una cosa es la creencia y otra es la fe. La creencia puede surgir de una convicción racional de nuestra mente, pero la fe en Dios es un atributo del alma que va mas allá del razonamiento; es mas bien un sentimiento elevado que percibe los atributos Divinos dentro de la propia alma.
La fe puede ser en muchas cosas: En uno mismo cuando se tiene seguridad completa de lo que se conoce de nuestras capacidades y de lo que nos limita. También podemos hablar de fe religiosa cuando se cree firmemente en los particulares dogmas de cada religión; así se dice fe católica, fe bahái, fe musulmana, etc.
La fe es un poder verdadero que puede superar las propias fuerzas físicas y mentales; un a fuerza capaz de envolvernos y transformarnos de modo extraordinario. La Fe en Dios y en Lo Superior nos causa una fuerza o un estado capaz de superarlo todo.
Para sustentar y aumentar la fe en lo Superior, se puede lograr mediante la oración, pues esta clama una respuesta del Padre y así se alimenta la Fe con el sentimiento del Amor Divino en el alma. La oración no es simplemente un pensamiento en forma de palabras, sino un sentimiento abstracto, un ansia de que el Amor de Dios penetre abundantemente en el alma., una aspiración de unirnos y fundirnos con Él. Este ansia es más rápida que el pensamiento y las oraciones de esta clase llegan hasta el Padre que siempre las escucha y responde.
Cuando Jesucristo habló de la Fe en un sentido espiritual, afirmó que la Fe es capaz de transportar montañas, refiriéndose a que con ella se pueden superar las dificultades de la vida que se interponen en nuestro camino del progreso. La Fe genera perseverancia y energía necesarias para vencer los obstáculos de esas “montañas”. Es como una fuerza que nace del alma , con la certeza de la existencia de la Sabiduría y la Justicia Divinas, que se manifiestan espontáneamente y de forma natural en la propia vida.
Quien tiene Fe, tiene total confianza en Dios porque sabe que él por si mismo es solo un instrumento de Su Voluntad, y que nada puede sin El. La Fe no se impone, sino que se siente en cuanto a lo que son verdades espirituales de carácter universal.
La creencia otorga una fe que puede ser razonada o ciega; esta última tiene el peligro de que al no razonar ni examinar nada, acepta igualmente lo falso como lo verdadero, llegando a sostenerla solo por el fanatismo.
La Fe pura, fuera de la fe de las sectas religiosas ,es la auténtica Fe en Dios y en los conceptos elevados transcendentes y aparece como algo innato en algunas personas que se traduce como una seguridad absoluta en la real existencia de Dios, Amor, Justicia y Misericordia . Esto es señal de que ya han venido a este mundo preparados a sostenerla, y es una prueba más de que la evolución espiritual existe y de que la reencarnación es una realidad. Sin embargo es importante precisar que la auténtica Fe en Dios y en lo que sabemos de conocimiento espiritual, debe ir acompañada y avalada por las acciones, obras, posturas y comportamientos, que corroboren y confirmen esa fe, pues la fe sin obras de nada vale, y estas acciones u obras no son otra cosa que la Caridad en sus diversos aspectos y formas..

- Jose Luis -

lunes, 8 de marzo de 2010

Vibraciones mentales




El amor a la ciencia no basta, ha dicho el profesor Falcomer: se necesita también la ciencia del amor. En los fenómenos no se trata únicamente de elementos físicos, sino que intervienen también agentes espirituales, seres mortales que, como nosotros, piensan, aman y sufren.

En las profundidades invisibles se extienden la inmensa jerarquía de las almas, desde las más obscuras a las más radiantes; y depende de nosotros atraer las unas y alejar las otras.

El único medio consiste en crear en nosotros, con nuestro pensamiento a nuestros actos, un foco radiante de pureza y de luz. Toda comunión es obra del pensamiento, y el pensamiento es la esencia misma de la vida espiritual. Es una fuerza que vibra con una intensidad creciente, a medida que el alma sube desde el ser inferior al espíritu puro y desde el espíritu a Dios.

Las vibraciones del pensamiento se propagan a través del espacio y nos traen pensamientos y vibraciones similares. Si llegamos un día a comprender la naturaleza y la extensión de esta fuerza, no tendremos más que elevados y nobles pensamientos. Pero el hombre se desconoce a si mismo, como ignora los recursos inmensos de este pensamiento creador y fecundo que duerme en él y con ayuda del cual podría renovar el mundo....

En nuestra inconsciencia y en nuestra debilidad, con frecuencia no atraemos hacia nosotros más que seres malos, cuyas sugestiones nos conturban. Así es como llega a alterarse la comunión espiritual y se obscurese por culpa de nuestra inferioridad. ..Fluidos envenenados se extienden por el haz de la Tierra, y la lucha tremenda entre el bien y el mal se desarrolla en el mundo invisible lo mismo que en el mundo material....

La atracción entre los pensamientos y las almas es toda la ley de las manifestaciones psiquicas.

Todo es afinidad y analogía en el mundo de lo invisible. Los que buscáis el secreto de las tinieblas, elevad muy arriba vuestros pensamientos con el fin de atraeros a los genios inspiradores, a las fuerzas de lo bueno y de lo bello. y elevadlos no tan sólo en los momentos de estudio y de experiencia, sino siempre, a todas las horas del día, como ejercicio saludable y regenerador. No olvidéis que estos son los pensamientos que, lentamente, afinan y depuran nuestro ser, engrandecen nuestras facultades, nos hacen aptos para sentir las más delicadas sensaciones, fuente de nuestra felicidad en el porvenir.

LEÓN DENIS.

domingo, 7 de marzo de 2010

Sabiduría y felicidad



La Vida nos coloca en situaciones que exigen no solamente que tomemos decisiones, sino también que corramos riesgos, cualquiera que sean las lecciones hechas.

Para conquistas mayores, los riesgos también lo serán y el deleite de igual proporción. Nadie debe pensar en la felicidad como algo fácil de ser logrado ni que no nos exija renuncias. Siempre debemos considerar que las cosas grandiosas nos exigirán espíritu determinado y confianza en nuestra necesidad de lograrlas.

La vida nos impone ciertas reglas, las cuales debemos conocer, para sacar provecho de ellas, apuntando a la felicidad personal y colectiva. Es una señal de competencia y sabiduría, saber quebrar tales reglas, cuando ocurren, sin agredir a nadie, mucho menos a nosotros mismos.

Hay momentos en que gastamos intensas energías en la búsqueda de determinadas cosas, por la propia felicidad. Cuando no las logramos, debemos pensar que hay lecciones importantes durante el proceso que deben ser aprovechadas, si así no lo hiciéramos, no habrá valido la pena. Muchas veces, también es importante no alcanzar lo que queremos, pues, además de no merecerlo, podría ser perjudicial para la felicidad.
Es preciso siempre, que respetemos a las personas y con ellas aprendamos a respetarnos. La Vida, así como el ser humano, merece respeto por haber sido creado por Dios. Los seres humanos por ser diferentes entre sí, merecen ser respetados en sus singularidades.

Una amistad es algo muy precioso para que la dejemos sucumbir por cosas menores. Saber mantener y valorizar una amistad, nos permite lograr la felicidad con mayor seguridad. Cuide para que su juicio y su sentido riguroso de justicia no acabe con lo que es o podría ser una gran amistad.

La felicidad exige que nos responsabilicemos integralmente por todas nuestras acciones. Sin eso, no podemos avanzar en nuestra búsqueda para conocernos y para realizar nuestro destino. Cuando identifiquemos una actitud equivocada que haya resultado en algo inadecuado, debemos tomar la iniciativa de hacer el camino de vuelta, es decir, reparando inmediatamente el hecho y asumiendo sus consecuencias.
Una persona sabia, conoce las palabras y las emplea de forma bien coherente y segura. Una persona sabia y feliz, utiliza el silencio en los momentos importantes, para no perder la felicidad. Saber silenciar, es tan o más importante que hablar bien. El silencio puede ser la respuesta más correcta en ciertos momentos.

Una persona sabia, anda en la sociedad envuelta con cuestiones personales y colectivas. Una persona sabia y feliz hace lo mismo, pero, reserva un tiempo para estar solo sin pensar en lo colectivo. Sabe que, es tan importante estar solo como estar junto con las personas.

Sabiduría es estar preparado para los cambios sin permitir que sean superficiales y alteren apenas su forma de estar en el mundo. Abra su corazón para los cambios en su mundo interior, permitiendo que valores superiores sustituyan a los antiguos y arcaicos, que ya no corresponden con su ética de vida. Siempre que usted cambia, el mundo cambia con usted.

Sepa vivir su juventud así como su vejez. La felicidad, a demás de no tener edad, es independiente del cuerpo, siendo un atributo del espíritu. Una persona feliz no vive del pasado, aunque sepa revivirlo con placer y alegría. Considere que es un honor vivir en un cuerpo desgastado por las experiencias de la vida. Debemos aprender a convivir con el pasado sin remover viejas heridas que magullan a las personas, aún cuando ellas mismas lo provoquen. Aprender a levantar cuestiones pasadas sin herir a los demás es un arte que nos conduce a la felicidad.

Debemos aprender a diseminar el conocimiento que adquirimos. Cuanto más lo hagamos, más tiempo permaneceremos en el corazón de las personas. Es sabiduría compartir lo que se sabe cuando el conocimiento produce felicidad.

No se debe olvidar que acostumbramos a las personas con nuestro procedimiento. Somos influyentes directos de la manera como ellas nos tratan y nos consideran. Saber cultivar un buen ambiente en casa, fomentando la paz y la armonía, es uno de los pilares de la felicidad.

Permanecer toda la vida en el mismo lugar en que se nace, nos ayuda a fortalecer vínculos, pero, de vez en cuando, estar en otros lugares, principalmente donde nunca se estuvo, nos permite conocer la vida más allá de nosotros mismos, para que nuestra capacidad de juicio se amplíe. El mundo y nuestra felicidad son mucho más grandes que el lugar donde vivimos.

Debemos recordar que el amor real siempre debe ser mayor que aquél que nos atrae los unos a los otros a través de las fuerzas naturales. Amar a quién nos ama es fácil. Difícil es amar a quien tiene sentimientos contrarios a los nuestros. Ame más de lo que le sea pedido, es necesario hacerlo.

Ser alguien de éxito y feliz no siempre depende de conseguir cosas, pero, a veces, exactamente lo es por saber prescindir de ellas. Es preciso que aprendamos a no apegarnos a ciertas conquistas y a moderar nuestra ambición. Si querer es poder, saber no querer es un arte que también nos conduce hacia la felicidad.
La felicidad es una entrega y una conquista. Una conquista personal e intransferible. Una entrega de uno mismo a Dios manteniendo su propia individualidad y autodeterminación.

(Extraído del libro “Felicidad sin culpa”cuyo autor es el psicólogo clínico Brasileño Adenauer Novaes)

viernes, 5 de marzo de 2010

Sabiduria y felicidad

La Vida nos coloca en situaciones que exigen no solamente que tomemos decisiones, sino también que corramos riesgos, cualquiera que sean las lecciones hechas.

Para conquistas mayores, los riesgos también lo serán y el deleite de igual proporción. Nadie debe pensar en la felicidad como algo fácil de ser logrado ni que no nos exija renuncias. Siempre debemos considerar que las cosas grandiosas nos exigirán espíritu determinado y confianza en nuestra necesidad de lograrlas.
La vida nos impone ciertas reglas, las cuales debemos conocer, para sacar provecho de ellas, apuntando a la felicidad personal y colectiva. Es una señal de competencia y sabiduría, saber quebrar tales reglas, cuando ocurren, sin agredir a nadie, mucho menos a nosotros mismos.

Hay momentos en que gastamos intensas energías en la búsqueda de determinadas cosas, por la propia felicidad. Cuando no las logramos, debemos pensar que hay lecciones importantes durante el proceso que deben ser aprovechadas, si así no lo hiciéramos, no habrá valido la pena. Muchas veces, también es importante no alcanzar lo que queremos, pues, además de no merecerlo, podría ser perjudicial para la felicidad.
Es preciso siempre, que respetemos a las personas y con ellas aprendamos a respetarnos. La Vida, así como el ser humano, merece respeto por haber sido creado por Dios. Los seres humanos por ser diferentes entre sí, merecen ser respetados en sus singularidades.

Una amistad es algo muy precioso para que la dejemos sucumbir por cosas menores. Saber mantener y valorizar una amistad, nos permite lograr la felicidad con mayor seguridad. Cuide para que su juicio y su sentido riguroso de justicia no acabe con lo que es o podría ser una gran amistad.

La felicidad exige que nos responsabilicemos integralmente por todas nuestras acciones. Sin eso, no podemos avanzar en nuestra búsqueda para conocernos y para realizar nuestro destino. Cuando identifiquemos una actitud equivocada que haya resultado en algo inadecuado, debemos tomar la iniciativa de hacer el camino de vuelta, es decir, reparando inmediatamente el hecho y asumiendo sus consecuencias.
Una persona sabia, conoce las palabras y las emplea de forma bien coherente y segura. Una persona sabia y feliz, utiliza el silencio en los momentos importantes, para no perder la felicidad. Saber silenciar, es tan o más importante que hablar bien. El silencio puede ser la respuesta más correcta en ciertos momentos.
Una persona sabia, anda en la sociedad envuelta con cuestiones personales y colectivas. Una persona sabia y feliz hace lo mismo, pero, reserva un tiempo para estar solo sin pensar en lo colectivo. Sabe que, es tan importante estar solo como estar junto con las personas.

Sabiduría es estar preparado para los cambios sin permitir que sean superficiales y alteren apenas su forma de estar en el mundo. Abra su corazón para los cambios en su mundo interior, permitiendo que valores superiores sustituyan a los antiguos y arcaicos, que ya no corresponden con su ética de vida. Siempre que usted cambia, el mundo cambia con usted.

Sepa vivir su juventud así como su vejez. La felicidad, a demás de no tener edad, es independiente del cuerpo, siendo un atributo del espíritu. Una persona feliz no vive del pasado, aunque sepa revivirlo con placer y alegría. Considere que es un honor vivir en un cuerpo desgastado por las experiencias de la vida. Debemos aprender a convivir con el pasado sin remover viejas heridas que magullan a las personas, aún cuando ellas mismas lo provoquen. Aprender a levantar cuestiones pasadas sin herir a los demás es un arte que nos conduce a la felicidad.

Debemos aprender a diseminar el conocimiento que adquirimos. Cuanto más lo hagamos, más tiempo permaneceremos en el corazón de las personas. Es sabiduría compartir lo que se sabe cuando el conocimiento produce felicidad.

No se debe olvidar que acostumbramos a las personas con nuestro procedimiento. Somos influyentes directos de la manera como ellas nos tratan y nos consideran. Saber cultivar un buen ambiente en casa, fomentando la paz y la armonía, es uno de los pilares de la felicidad.

Permanecer toda la vida en el mismo lugar en que se nace, nos ayuda a fortalecer vínculos, pero, de vez en cuando, estar en otros lugares, principalmente donde nunca se estuvo, nos permite conocer la vida más allá de nosotros mismos, para que nuestra capacidad de juicio se amplíe. El mundo y nuestra felicidad son mucho más grandes que el lugar donde vivimos.

Debemos recordar que el amor real siempre debe ser mayor que aquél que nos atrae los unos a los otros a través de las fuerzas naturales. Amar a quién nos ama es fácil. Difícil es amar a quien tiene sentimientos contrarios a los nuestros. Ame más de lo que lesea pedido, es necesario hacerlo.

Ser alguien de éxito y feliz no siempre depende de conseguir cosas, pero, a veces, exactamente lo es por saber prescindir de ellas. Es preciso que aprendamos a no apegarnos a ciertas conquistas y a moderar nuestra ambición. Si querer es poder, saber no querer es un arte que también nos conduce hacia la felicidad.
La felicidad es una entrega y una conquista. Una conquista personal e intransferible. Una entrega de uno mismo a Dios manteniendo su propia individualidad y autodeterminación.

(Extraído del libro “Felicidad sin culpa”cuyo autor es el psicólogo clínico Brasileño Adenauer Novaes)


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jueves, 4 de marzo de 2010

LA JUVENTUD Y EL VIEJO CONCEPTO DE LA FELICIDAD




Comencemos el asunto, trazando algunas situaciones que provocan un análisis maduro sobre el concepto de la felicidad. En la obra del El Cielo y el Infierno, de Allan Kardec, encontramos, en el capítulo III, un comentario bastante oportuno. Veámoslo: “si se encuentran en un concierto dos hombres, uno, buen músico, de oído educado, y otro, desconocedor de la música, de sentido auditivo poco delicado, el primero experimentará sensación de felicidad, mientras que el segundo permanecerá insensible, porque uno comprende y percibe lo que ninguna impresión produce en el otro”. La felicidad es una sensación, un estado del espíritu.


Lin Yutang cuenta que un viejo vivía con su único hijo, en un fuerte abandonado. Cierto día perdió su caballo, que le era una ayuda preciosa. Los vecinos, condolidos, fueron a expresarle el pesar por el infortunio. -¿Cómo sabéis que es mala suerte”? Optemperó en anciano, a los visitantes.

Aconteció que, pocos días después, el caballo desaparecido regreso y trajo, en su compañía, una verdadera caballada. Los vecinos vinieron a felicitarlo por haber, sorprendentemente, ganado tantos caballos, cuando expuso perder, únicamente, el suyo. ¿“Como sabéis que es buena suerte”? Respondió, nuevamente, el viejo, tornándose frió a las efusivas felicitaciones.

Pues bien, su hijo, excitado delante de tantos caballos, deseo experimentar en todos, con ansiedad, e hizo tantas artes que cayó y se rompió una pierna. Aparecieron, nuevamente, los vecinos, presentándole los sentimientos, por tan desagradable acontecimiento. ¿”Como, aun, sabeis que se trata de mala suerte”? Vociferó el viejo.

Es que, pocos días después, estallo la guerra. Como su hijo estaba con la pierna rota, no fue convocado, dejando de padecer en los frentes de batalla y de morir, entupidamente.

La actitud del viejo, en la historia de Yutang, destaca la necesidad de las referencias esenciales para valorizar el concepto de relativa felicidad. En el natural inmediatismo de la inmadurez, el joven se sumerge completamente en la búsqueda de las felices conquistas que venga a despertarle el placer, casi siempre ligado a la libido, embreándose en los golpes de las amarguras morales, que demandan largo tiempo para cicatrizar.

¿Que relación podemos presentar al joven sobre los elementos de la ley de causa y efecto por los actos impensados y descomedidos? El proceso científico y tecnológico, en el que pese a las maravillas que proporciona al hombre contemporáneo, genera a los más complejos medios de divulgación que, asociándose a la ausencia de una moral sólida, generaran un vasto mecanismo de publicidad en torno a las flaquezas juveniles, principalmente a las ligadas al sexo. Observemos que la invasión de los filmes pornográficos, novelas inmorales, propagandas livianas, revistas especializadas y músicas eróticas están puliendo la estructura mental del joven incauto. En ese contexto, la juventud que busca la felicidad, sin padrones definidos por el comportamiento sano, se proyecta en una perspectiva cada vez más próxima al arrasamiento de los valores éticos de la sociedad.

Según el concepto espirita, se puede afirmar que la felicidad es una utopía, a cuya conquista las generaciones se lanzan, sucesivamente, sin jamás lograr alcanzarla. Si el hombre enjuiciado es una rareza en este Mundo, el hombre absolutamente feliz jamás fue encontrado (El Evangelio Según el Espiritismo, Cáp. V, ítem 20). Cristo también estableció que “la felicidad no es de este mundo”, y el hombre debe vivir en el mundo sin pertenecer a el.

Cuando al joven, le urge superar sus instintos, sublimándolos con las conquistas de la razón, hasta, porque, necesariamente, no es “feliz” el hombre en el poseer o dejar de poseer, más por la forma como posee o como encara la falta de `poseer, en consonancia ilustra Jonna de Angelis.

La vida no paso en vano en los caminos de la joven Florence Nightingale, la famosa “Dama de Lampada”, que, renunciando a la posesión material (era rica), apartándose de la convivencia del fausto de la sociedad inglesa, deliberó abrazar, voluntariamente, la ardua tarea de cuidar de las victimas de la Guerra de crimen, en el Siglo XIX. Tuvo la oportunidad de encontrar la felicidad espiritual, por cuidar de los heridos de la guerra, salvando innumerables vidas, en nombre del amor, dejando plantada en la Tierra la portentosa simiente, que fue regada por Henri Dunant “Padre de la Cruz Roja Internacional”.

En un mundo en el que se llega a gastar ochocientos billones de dólares, por año, en la compra de armamentos, en el llamado periodo de “paz”, lo que equivale a un gasto de un millón y cuatrocientos mil dólares, por minuto, en ese mismo minuto, treinta criaturas mueren de hambre. Más de treinta millones de personas mueren de hambre, por año, según el presidente de la Confederación Internacional de Crédito Agrícola, al tiempo en que un millonario compra, en una plaza publica, tacos de golfe, por casi un millón de dólares. En Brasil, donde aproximadamente, treinta millones de personas sufren de trastornos mentales, como neurosis, índices bastantes acentuados de personas con epilepsia, psicosis varias, esquizofrenia, más allá de esos seis millones de alcoolatras, es fácil entender por que “la felicidad es un sentimiento que la gente siente, cuando siente que va a sentir un sentimiento, que jamás sintió” (¿?….)

La mentora de Divaldo enseña que la felicidad es un intermedio, basada en la elaboración de las fuentes vitales de la paz de todos, a comenzar hoy y nunca terminar, hasta porque, la alegría de hacer a alguien feliz es la felicidad en forma de alegría.


Jorge Hessen