INQUIETUDES ESPÍRITAS
1.- Cualquier vicio, esclaviza y mata
2.- El Espiritismo es ciencia.
3.- Comunicado espiritual dado en el Congreso Mundial de Valencia
4.- Aborto en caso de violación
*****************************
CUALQUIER VICIO, ESCLAVIZA Y
MATA
No te vincules a los llamados “aperitivos sociales” para alternar en sociedad, que finalmente dan margen a lamentables procesos de alcoholismo, ni adoptes la posición de fumador, por parecerte una postura distinta y de elegancia, pero que conduce a las personas al tabaquismo asesino.
Juego, sexo, gula, tabaquismo o drogas, anecdotario servil, para citar solamente algunos, se inician en pequeñas dosis, para culminar en presión moral cuando no en penitenciaria común.
Una vida saludable, se torna dichosa y prolongada, a beneficio de aquel que la preserva lejos de ningún vicio.
- Aportación de Jacob C. Sánchez-
***************************
EL ESPIRITISMO ES CIENCIA
El ilustre Allan Kardec escribió en una de sus obras fundamentales esta sentencia: “El verdadero carácter del Espiritismo es el de una ciencia y no el de una religión”.
El tiempo, que todo lo resuelve, viene a demostrar que el Espiritismo sólo puede existir lógicamente como verdad positiva, a base de ciencia cuyo valor fundamental estriba en la realidad de los hechos, en la observación y estudio experimental de los mismos.
Este concepto científico del Espiritismo lo expresa el filósofo espiritista en otro pasaje:
“Desde el punto de vista filosófico responde a las aspiraciones del hombre respecto al porvenir; pero, como apoya la teoría de éste en bases positivas y racionales, se amolda al espíritu positivista del siglo”.
A la muerte de Kardec, el eximio Flammarión pronunció el célebre discurso de despedida al maestro, que hizo honor a la causa espiritista, augurando para el Espiritismo el título de ciencia positiva y tratando de encauzar a sus adeptos en el estudio experimental de sus fenómenos. Dijo en aquella fecha memorable:
“Este método experimental al que debemos la gloria del progreso moderno y las maravillas de la electricidad y del vapor; este método debe apoderarse de los fenómenos de orden aún misterioso a que asistimos, disecarlos, medirlos y definirlos...”
“Porque el Espiritismo no es una religión, sino una ciencia de la que apenas conocemos el abecedario. El tiempo de los dogmas ha concluido”.
Gabriel Delanne, uno de los pioneros más valientes y destacados del
Espiritismo en Francia, escribe a este respecto:
“El Espiritismo no es una religión: no tiene dogmas, ni misterios ni rituales. Es una ciencia de experimentación, de la que se desprenden consecuencias morales y filosóficas de inmensa importancia”.
A esta concepción amplia y desprejuiciada del Espiritismo, podemos agregar la del eminente naturalista Russel Wallace, espiritista de no dudosa procedencia:
“El Espiritismo es una ciencia experimental y suministra la única base segura para una filosofía verdadera y una religión pura.
Suprime los nombres de sobrenatural y milagro...”
“Una ciencia de la naturaleza humana, fundada en los hechos observados; que sólo apela a los hechos y experimentos; que no toma creencias sin pruebas; que insiste en la investigación y en la conciencia de si misma como los primeros deberes de los seres inteligentes; que enseña que la felicidad en una vida futura puede ser asegurada cultivando y desarrollando hasta donde es posible las más altas facultades de nuestra naturaleza intelectual y moral y no de ningún otro modo; es y tiene que ser el enemigo natural de toda superstición”.
Por su parte dice el Dr. Gustavo Geley:
“Para los verdaderos creyentes en la doctrina espiritista, esta es una ciencia positiva, basada sobre el estudio experimental de los fenómenos psíquicos y las enseñanzas de los espíritus elevados”.
A estas autorizadas opiniones podríamos agregar la de todos los verdaderos espiritistas y demostrar que sus convicciones se formaron en el terreno de los hechos, por el estudio, la observación y la experiencia de los mismos y no por creencias religiosas anticipadas, por la fe ciega o por la predisposición mística desarrollada ante la necesidad de ampliar los horizontes de esta vida, por esa ansiedad imperiosa que, según los materialistas, sienten las almas cándidas, los espíritus débiles atormentados por el deseo de penetrar las sombras del misterio y de hallar lo que no alcanza a descubrir la ciencia... a la cual suelen mirar con desdén...
No son los verdaderos espiritistas los que creen en la bancarrota de la ciencia frente a los problemas del alma; sino que por el contrario, es la ciencia para éstos el fundamento de sus creencias; sin los hechos positivos, experimentales, el Espiritismo carecería de base, y su filosofía sería uno de tantos sistemas metafísicos, una de tantas religiones, agregados al acervo común de la historia.
El Espiritismo no tiene por punto de partida la fe, sino sus fenómenos y el estudio racional de los mismos: es sobre la base fundamental del fenomenismo psicológico y.supranormal que descansa su filosofía, su ética y su sociología, y es sobre esa misma base que afianzamos nuestras creencias los verdaderos espiritistas.
Las conclusiones filosóficas que sustentamos emanan de los mismos hechos y no de creencias o de razonamientos a priori: ni siquiera tienen la desventaja -si tal pudiera llamarse a la especulación filosófica subjetiva- de atribuirse a inducciones o deducciones personales, ya que la doctrina espiritista surge espontánea de la naturaleza misma de los hechos, de las manifestaciones inteligentes que de ellos se desprenden.
Es cierto que muchos de los principios o postulados de nuestra doctrina se encuentran diseminados entre las religiones y sistemas filosóficos, pero éstos, las primeras, se fundan en la fe ciega, en el dogma infalible y en absurdas, cuando no falsas, revelaciones, y los segundos, en deducciones o hipótesis más o menos lógicas, pero siempre discutibles por carecer de fundamento científico que pruebe experimentalmente la veracidad de los principios sustentados.
De todo esto se infiere que si el Espiritismo se impone a la consideración humana sobre todas las creencias religiosas e ideológicas, es por sus hechos observables y experimentables, y no por un sentimiento místico o por las halagüeñas perspectivas que de él se desprenden para el porvenir del espíritu: deja de ser religión, en el sentido místico y ritual del concepto, pero no puede dejar de ser ciencia sin dejar de existir como verdad demostrable y perder su interés y valor positivos; pues, si le faltan los hechos, los principios ciertos en que se apoya y el conocimiento, aunque relativo, de las leyes que los rigen, ya pasa a la categoría de misticismo, sin que su caudal filosófico y moral pese un gramo más en la balanza del progreso humano.
No tienen, pues, razón aquellos espiritistas que, imbuidos de religiosidad, creyentes por ingenuidad o por simples razonamientos filosóficos, se bastan a su fe y miran con ojeriza a los hombres de ciencia y a sus mismos compañeros que bregan por encauzar el Espiritismo en la corriente científica señalada por sabios espiritistas que hacen honor a nuestro credo, y, mucho menos, los que hacen de éste una religión como cualquier otra y creen que la Ciencia -por hallarse aún en los balbuceos de esta nueva y fecunda rama de la psicología experimental y no haber llegado aún, en algunos casos, a las mismas conclusiones de la filosofía espírita, o por buscar la correlación entre los fenómenos fisiológicos y psíquicos o explicar por las mismas leyes anímicas todos los fenómenos supranormales sin hacerse cargo de las manifestaciones de los espíritus desencarnados- conduce al materialismo.
No hay que olvidar que así como mucha ciencia conduce a Dios y poca nos aleja de Él, lo mismo sucede con la creencia en la existencia del mundo espiritual: un conocimiento incompleto del fenomenismo espírita y de sus manifestaciones no convence a nadie, pero el estudio continuo con métodos adecuados lleva al convencimiento: la mayor parte de los sabios o simples estudiosos que han abrazado el Espiritismo, primero lo negaron; después, con poca ciencia, afirmaron los hechos pero negaron la teoría, y luego, al correr de los tiempos, con más ciencia y experiencia, aceptaron esta última.
La ciencia, la verdadera ciencia, no conduce al materialismo sino cuando es incipiente y carece de la madurez necesaria para llegar a las conclusiones espiritistas.
En muchos casos los que penetran en el santuario de esta profunda ciencia del alma por las puertas de la fe, suelen salir por las del escepticismo o la incredulidad; mientras que otros que entran incrédulos y materialistas salen llenos de fe y de esperanza, después de estudiar los hechos con todo rigor científico y de exigir de ellos toda la luz que anhelaban sus espíritus ávidos de ciencia y de verdad. Ejemplos de esto entre otros miles los tenemos en William Crookes, Russel Wallace o Lombroso.
Al hablar de ciencia no nos referimos a esa ciencia incompetente, infructuosa, llena de orgullo y de suficiencia que niega la existencia, y aun la posibilidad, de las manifestaciones del mundo espiritual; que no tiene más de positiva que lo que alcanza en la materialidad de las cosas; que, en materia de fenomenismo espírita o de metapsiquismo, en vez de adaptarse a la naturaleza y a las modalidades de los hechos, les impone condiciones y métodos arbitrarios, y, como en semejantes condiciones no halla lo que, por prejuicio de escuela, sus representantes tienen interés en no encontrar -el espíritu como sustancia independiente del organismo- lo niegan: porque su caudal seudocientífico está formado a base de negaciones.
A estos “científicos”, que forman una “ciencia” de relumbrón, sí, no titubeamos en declararlos en bancarrota. Hablamos aquí de la verdadera ciencia, de esa diosa augusta que no afirma ni niega nada a priori; que no teme la investigación de ningún hecho, por absurdo e inverosímil que parezca, ni a las condiciones y métodos que su naturaleza impone; que, animado de un profundo amor a la verdad, no se alimenta de prejuicios, sino de la luz espiritual que irradia la renovación constante de la vida.
El Espiritismo es una ciencia integral y progresiva: abarca todos los conocimientos humanos. No es una religión, aunque cultiva y espiritualiza los sentimientos religiosos. “La religión se va, la ciencia viene”, ha dicho alguien.
Y no estará demás recordar a los neófitos y profanos que nuestro lema es: Hacia Dios por el amor y la ciencia.
Manuel S. Porteiro
( “Espiritismo: Doctrina de Vanguardia”) Art. tomado de la revista “Constancia”
MENSAJE PSICOFÓNICO DE JOSÉ MARÍA FERNÁNDEZ DE COLAVIDA
Dado a través del médium Divaldo Pereira
Maestro
Jesús.
En el
momento en que se clausura el 6º Congreso Espírita Mundial, deseamos
agradecerte por todas las bendiciones con que nos honraste, agradecerte el
bien, las oportunidades dichosas, el estudio de la Doctrina Espírita, las
reflexiones profundas al respecto de la verdad y el momento de Convivencia
Espiritual Internacional y también agradecerte por el mal que no logró
perturbarnos por cuanto administraste las tareas de la Divulgación del
Consolador no solamente en tierras españolas sino en diferentes cuadrantes del
mundo..
Maestro Incomparable, te solicitamos seguir en esta labor que las llamas terrestres no logren destruir porque es la claridad Divina de tu Evangelio restaurado por los Espíritus.
Facúltanos proseguir en el intercambio saludable en que las fronteras entre las dos vibraciones, material y espiritual, desaparezcan. En esta nueva hora que ya se vive en el Planeta, los espiritistas sepamos demostrar como los Cristianos Primitivos la excelencia de tus Enseñanzas.
Tú, que nos propiciaste estos tres días de comunión espiritual superior, alárganos los horizontes para que prosigamos indefinidamente hasta que se instale en el planeta terrestre el reino de amor que iniciaste hace dos mil años.
Por más que intentemos agradecerte, no salimos del lugar común de las palabras y por ello nos comprometemos vivir realmente el Significado Profundo de tus Enseñanzas para que todos sepamos que te pertenecemos a la familia, y sin embargo las diferencias alternativas somos las ovejas de tu rebaño que cada cual retorne a sus sitios, sus provincias, sus países, llevando no solamente la alegría, el aplauso, la satisfacción de aquí haber estado, pero principalmente el Compromiso de Servir al Espiritismo antes que del Espiritismo servirse para proyectarse. Que la nueva Era sea caracterizada por la linda fraternidad y por la construcción de un mundo mejor..
Nosotros los Espíritus que participamos del Movimiento Espírita de España y vosotros con vuestros Guías Espirituales que con vosotros confraternizan les abrazamos con infinita ternura y rendimos gracias a Dios, el Padre Celestial.
Os
abraza,
José
María Fernández Colavida , deseando mucha paz a todos.
Luz
progreso y paz
**************************
ABORTO EN CASO DE VIOLACIÓN
¿ MORALMENTE PERMITIDO ?
Fernando Rossit
Esta pregunta fue
hecha por una estudiante de medicina tras el nacimiento de un bebé generado como
resultado de una violación. Naturalmente, ella quería saber dónde está la
posición de la Doctrina Espíritu en el asunto.
Ya hemos escrito sobre
la violación en otro artículo titulado "¿Está la violación programada por
la espiritualidad? Donde concluimos que la espiritualidad, así entendida como
referirse a los espíritus iluminados y avanzados del espacio, nunca programaría
para el curso de una existencia física un crimen o cualquier otro. Nadie renace
para ser asesino, violador, suicida etc.
Dios no castiga a
ninguna criatura, teniendo en cuenta que Él es la expresión absoluta del Amor.
El mal es la creación
humana, no la creación de Dios. Siendo así, atrapa inevitablemente a sus
autores: el mal genera el mal a quienes lo practican.
El estudiante de
medicina añade otra pregunta:
- Quería saber algo
sobre la situación del espíritu reencarnante.
Veamos, entonces,
algunas posibilidades (lejos de intentar agotar el tema):
Puede suceder que el
espíritu de esa reencarnación sea un enemigo de otra vida de la mujer violada y sea el
"autor intelectual" del hecho. Por ejemplo: suponiendo que la víctima
salga a pie por la noche regresando del trabajo por zonas aisladas lejos
del tráfico público normal, el espíritu puede actuar de manera que un criminal
pueda encontrarla y realizar el acto. Es posible, en este caso, que el Espíritu
Vengador se sienta magnéticamente atraído a la reencarnación obligatoria, sin
siquiera ser consciente de ello.
Nos enteramos de un caso en el que el Espíritu vengativo, que ya había sufrido mucho a manos de una joven en su anterior existencia, la "estimuló" a llevar a cabo experimentos sexuales con su novio con la intención de que se embarazara, y más tarde la convenció de que practicase un aborto cuando se hiciera consciente del embarazo inesperado. De esta manera, tras este acto, la joven quedaría más accesible a su inyección obsesiva por el crimen cometido. Pero afortunadamente, la niña estaba adecuadamente orientada en la casa de los espíritus y el espíritu, ex convicto, es ahora su muy amado hijo. En este caso vemos que de un aparente mal, el bien ha triunfado.
Veamos que dice al respecto el
conocido médium y orador Divaldo P. Franco:
“Aunque lamentable y
dolorosa es la traumática circunstancia del suceso, es deber de la joven y sus
familiares mantener el embarazo, ayudando al Espíritu a reencarnarse en una
situación angustiante y angustiosa. El dolor de la víctima y de sus familiares es
entendible, sin embargo, nadie tiene el derecho de matar al ser reencarnante que
necesita un retorno en medio de esa circunstancia para poder crecer a Dios. No es raro que estos
seres que renacen en esta situación se vuelvan amorosos y profundamente agradecidos
con quienes les favoreció el renacimiento terrenal: su madre y sus parientes.
El Dr. Jorge Andréa
(Encuentro con la cultura espíritu, pág. 91 a 95), afirma que:
Ningún espíritu vendrá
al proceso de reencarnación sin una atracción específica a su futura madre. El
zambullido en la reencarnación, dice, sólo ocurrirá cuando la armonía entre
madre y futuro hijo sea prácticamente irrompible. Sea cual sea la calidad de la
reencarnación, siempre habrá una correlación con la madre de causas, donde ambas
siempre se beneficiarán, en sentido evolutivo, si los mecanismos salen en las vías
del amor u del odio. El Espíritu reencarnante, con su campo energético específico,
seleccionará el esperma por las contingencias de su radiación, adquiriendo y
construyendo el futuro cuerpo de acuerdo a sus necesidades. ”
Comprobamos, pues, que
el espíritu reencarnante, además de ser un gran deudor que llega para un difícil
rescate (iniciando su juicio ya en gestación), también está conectado
espiritualmente a la mujer, actual víctima de violencia sexual.
Si bien se trata de
una situación extremadamente adversa y traumática, la prueba sólo será vencida,
brindando extraordinario crédito espiritual a la embarazada, si existe
aceptación del gesto, lo que implicará recibir al bebé con amor.
Si la madre no puede o
no quiere quedarse con el bebé por problemas emocionales, psicológicos,
familiares o financieros, hay miles de parejas deseosas en adopción que recibirán al niño con el amor que todos merecemos.
Mientras tanto,
entendemos que es una cuestión de foro íntimo y el libre albedrío debe ser
respetado en todo momento, porque este (el libre albedrío) es una subvención divina. La
Doctrina del Espíritu es liberadora, nada prohíbe y condena la opresión, pero
brinda aclaraciones, información sobre las posibles consecuencias de nuestras
acciones. Tenga en cuenta, lector, que escribimos "posibles"
consecuencias porque sólo las Leyes Divinas del amor y la misericordia
definirán perfectamente las eventuales reparaciones, teniendo en cuenta la
multitud de factores involucrados que no se encuentran en nuestro campo actual
de apreciación y comprensión.
De acuerdo con la pregunta 359 de Ei Libro de los Espíritus de Allan Kardec, en una sola situación el aborto es admisible: cuando el niño durante el parto pone en peligro la vida de su madre, en ese caso extremo, es preferible que se sacrifique la vida del ser que llega al mundo.
Fuentes de Apoyo:
-Entrevista otorgada
por Divaldo Franco
*****************************





No hay comentarios:
Publicar un comentario