lunes, 18 de agosto de 2025

Manifestación del espíritu de los animales

 INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.- Palabra a los espíritas ( comunicado)

2.- Reencarnación

3.- Interpelaciones a Allan Kardec sobre el Espiritismo

4- Manifestación del espíritu de los animales

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                     Palabra a los espíritas

Espiritismo reviviendo el Cristianismo —he aquí nuestra responsabilidad.
Como antaño Jesús reveló la Verdad con amor en el seno de las religiones bárbaras de hace dos mil años, usando su propia vida como espejo de la enseñanza de que se había hecho vehículo, cabe ahora al Espiritismo con-firmarle el ministerio divino transfigurando sus lecciones en servicio de perfeccionamiento de la Humanidad.
¡Espíritas!
Acordémonos de que, hace muchos siglos, numerosos templos hablan de él efectuando obstinado ataque al poder humano, olvidando su abnegación y su humildad.
Y porque no habían podido acomodarse a los imperativos del Evangelio, fascinados como se hallaban por la posesión de la autoridad y del oro, erigieron pedestales de intolerancia para sí mismos.
Sin embargo, la intolerancia es la matriz del fratricidio, y el fratricidio es la guerra de conquista en acción. Y la ley de la guerra de conquista es el im-perio de la rapiña y del asalto, de la insolencia y del odio, de la violencia y de la crueldad, proscribiendo la honra y aniquilando la cultura, remunerando la astu-cia y laureando el crimen, encendiendo hogueras y sembrando ruinas en ráfa-gas de sangre y destrucción.
Así somos llamados a la tarea de la restauración y de la paz, sin que esa restauración signifique retorno a los mismos errores y sin que esa paz traduz-ca la inercia de los pantanos.
Es imprescindible estudiar educando, y trabajar construyendo.
No os alejéis del Cristo de Dios, so pena de que convirtáis el fenómeno en factor de vuestra propia servidumbre a las ciudadelas de la sombra, ni que esposéis los puños mentales al cientificismo pretencioso.
Mantened el cerebro y el corazón en sincronía de movimientos, pero no os olvidéis de que el Divino Maestro superó la aridez del raciocinio con el agua viva del sentimiento, a fin de que el mundo moral del hombre no se transforme en pavoroso desierto.
Aprendamos de Cristo la mansedumbre vigilante.
Heredemos de Cristo la esperanza operosa.
Imitemos de Cristo la caridad pura.
Tengamos de Cristo el ejemplo acertado.
Sepamos preservar y defender la pureza y la simplicidad de nuestros principios.
No basta la fe para vencer. Es preciso que la fidelidad a los compromi-sos asumidos se instale como llama inextinguible en nuestra alma.
Ni conflictos estériles.
Ni fanatismo dogmático.
Ni tronos de oro.
Ni exotismos.
Ni perturbación fantaseada de grandeza intelectual.
Religión de los Espíritus Emmanuel
Ni adulación a las conveniencias del mundo.
Ni mensajes de terror.
Ni extravagantes vaticinios.
Por encima de todo, rindamos culto a las bases codificadas por Allan Kardec bajo el sello del Señor, señalándonos las vidas renovadas en el rumbo del Bien Eterno.
El Espiritismo, desplegando el Cristianismo, es claro como el Sol.
No nos perdamos en laberintos innecesarios, ya que al espírita no se permite la expectación de la miopía mental.
Sigamos, pues, al frente, valientes y optimistas, seguros en el deber y leales a nuestra conciencia, con la certeza de que el nombre de Nuestro Señor Jesucristo está empeñado en nuestras manos.

Chico Xavier- Emmanuel

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REENCARNACIÓN

Si observamos a los niños, ¿ cómo podemos explicar la diversidad de tendencias, gustos, inclinaciones de bondad, delicadeza, inteligencia, etc., en unos; mientras que en otros, una carencia de estas cualidades positivas, y en cambio apreciamos ruindad, brusquedad y dureza, y hasta maldad en otros? Correspondiendo al alma humana las cualidades positivas y negativas del carácter, ¿podemos admitir, por un momento, que Dios —perfección absoluta— pueda crear almas imperfectas y establecer diferencias?
       Aquellos que, desconociendo las leyes espirituales, argumentan que ello se debe a la ley de la herencia, tendrían un fundamento más lógico que los que sostienen el concepto de la creación del alma con el nacimiento del cuerpo. Pero, en ese caso, tendrían que rechazar la existencia de una Sabiduría y Justicia Universal, de donde emanan esas fuerzas cósmicas y poderosas que rigen la vida en sus múltiples manifestaciones. Denominémosle Dios o como queráis, pero inmanente de toda creación; ya que, en buena lógica NO ES ADMISIBLE UN DIOS SABIO Y JUSTO CREANDO ALMAS DESIGUALES Y DARLES UNA SOLA VIDA A UNOS Y A OTROS PARA QUE SE SALVEN.
      Más aún. Observemos a los individuos que componen nuestro conglomerado social: configuración de su cuerpo, ademanes, sentimientos y actuaciones de cada uno; y podremos apreciar fácilmente la notoria diferencia entre unos y otros. Mientras en unos apreciamos una mente despierta y un temperamento dinámico, en otros vemos al individuo tosco, bruto o abúlico. ¿Podremos culpar a Dios de estas diferencias? No; porque éstas son diversas manifestaciones de los diversos estados evolutivos en la etapa humana.
      Dios, esa Fuerza Creadora Universal, el Ser Supremo del Cosmos: AMOR, JUSTICIA Y SABIDURÍA MÁXIMA; que trasciende a toda Su creación a modo de vibraciones o fuerzas PODEROSÍSIMAS que denominamos leyes; nos ha creado a todos iguales. El comienzo de la vida, ha sido igual para todos los seres de la creación, incluyendo el ser humano. Los diferentes aspectos y condiciones intelectuales, dinámicas y morales, son diversos grados en el proceso evolutivo de la «chispa» divina, génesis del Ser espiritual. Y aun las diferentes formas de vida que podemos apreciar, y las no perceptibles a nuestra vista, son diversas manifestaciones o fases de manifestación de la chispa divina (la mónada de algunas filosofías) en las diversas fases de su evolución, antes de alcanzar la etapa humana.
      Sólo la pluralidad de existencias puede explicar el origen de la diversidad de caracteres y las desigualdades humanas tan notorias. Fuera de esta ley, nos preguntamos en vano, ¿por qué algunos poseen talento, los sentimientos nobles, las aspiraciones elevadas; mientras que otros carecen de ellos? Si aceptamos la Ley Palingenésica como la ley de la vida, comprenderemos fácilmente que los primeros son seres más viejos, que han vivido más, trabajado más y, por ende, adquirido mayores experiencias y aptitudes; van más adelante en el camino ascensional de su evolución.
Aceptada como verdad la eternidad del Espíritu y que su progreso es indefinido, la buena lógica nos llevará a la clara conclusión de que, los que hoy vivimos en la carne, hemos vivido ya esa misma vida innumerables veces: como amos y como siervos, ya nobles ya plebeyos, como ricos y como pobres, vidas de placeres y vidas de dolores; y seguiremos volviendo en diversas personalidades y ambientes, a fin de obtener las experiencias necesarias hasta alcanzar la sabiduría, que lo encierra todo. Porque, es en la lucha de la vida donde adquirimos experiencias que van grabándose poco a poco en la memoria espiritual, y son las que producen esas sensaciones que denominamos «voz de la conciencia», que trata de impedir cometer nuevos errores.

Sebastián de Arauco


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INTERPELACIONES A ALLAN KARDEC SOBRE EL ESPIRITISMO

                                                        



S. –Usted dice que el Espiritismo no discute los dogmas, y sin embargo admite
ciertos puntos combatidos por la Iglesia, tales, por ejemplo, la reencarnación, la presencia del hombre en la Tierra antes de Adán, y niega la eternidad de las penas, la existencia de los demonios, el purgatorio y el fuego del infierno

A. K. –Esos puntos se han discutido desde hace mucho tiempo, y no es el
Espiritismo quien los ha puesto en tela de juicio; opiniones son esas de las cuales son
algunas controvertidas por la misma teología y que juzgará el porvenir. A todas las
domina un principio: la práctica del bien, que es la ley superior, la condición sine qua non de nuestro porvenir, como lo prueba el estado de los espíritus que con nosotros se
comunican. En tanto que se haga para usted la luz sobre estas cuestiones, crea, si lo
quiere, en las llamas y en los tormentos materiales si esto le puede alejar del mal: la
creencia de usted no los hará más reales si es que no existen. Crea usted, si le place, que no tenemos más que una existencia corporal; esto no le impedirá renacer aquí o en otra parte, a pesar de usted, si así debe ser. Crea usted que el mundo entero y verdadero fue hecho en seis veces veinticuatro horas, si tal es su opinión: esto no impedirá que la Tierra tenga escritas en sus capas geológicas las pruebas de lo contrario. Crea usted, si así lo quiere, que Josué detuvo el Sol: esto no impedirá que la Tierra gire. Crea usted que sólo seis mil años hace que el hombre está en la Tierra; esto no impedirá que los hechos demuestren la imposibilidad de esa creencia. ¿Y que diría usted si el día menos pensado la inexorable geología viniese a demostrar, con patentes vestigios, la anterioridad del hombre, como ha demostrado tantas otras cosas? Crea usted lo que quiera, hasta en el diablo, si esta creencia puede hacerle bueno, humano y caritativo para con sus semejantes.
      El Espiritismo, como doctrina moral, sólo impone una cosa: la necesidad de hacer el bien y de no practicar el mal. Es una ciencia de observación, con que, vuelvo a repetirlo, tiene consecuencias morales, y éstas son la confirmación y la prueba de los grandes principios de la religión. En cuanto a los puntos secundarios, los deja a la conciencia de cada uno.

QUÉ ES EL ESPIRITISMO

ALLAN KARDEC

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Comentarios. El Papa Francisco, dijo que la iglesia ya no cree en un infierno literal, donde la gente sufre. Esta doctrina es incompatible con el amor infinito de Dios. Dios no es un juez, sino un amigo y un amante de la humanidad.
      Mucho antes ya lo dijo el espiritismo y por ello fue perseguido calumniado y sus libros quemados en la hoguera de la intolerancia, como dijo Allan Kardec, "juzgará el porvenir " y ese porvenir era el  tiempo actual que va poniendo las cosas en su sitio, demostrando que las enseñanzas de los espíritus es la luz que alumbra y alumbrará para siempre a la humanidad. Si bendito es todo lo que de Dios viene, bendito es el Espiritismo, que viene de Él, guiado por Cristo, como  el Faro que ilumina a la humanidad, porque sus máximas son el amor y la caridad.

Luz progreso y paz .                                                                                                          Marco Antuan

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MANIFESTACIÓN DEL ESPÍRITU DE LOS 
                           ANIMALES

                                        


     Nos escriben desde Dieppe: «... Me parece, estimado señor, que nos estamos acercando a una época donde deben acontecer cosas increíbles. No sé qué pensar sobre un fenómeno de lo más extraño que ha ocurrido en mi casa. En los tiempos de escepticismo que vivimos, no me atrevería a hablar sobre ello con nadie, por miedo a que me tomen por un alucinado; pero, aun arriesgándome, estimado señor, a provocar una sonrisa de duda sobre sus labios, quiero contaros el hecho; en apariencia fútil, en el fondo puede ser más serio de lo que se pueda creer. 

    Mi difunto hijo, fallecido en Boulogne-sur-Mer, donde continuaba sus estudios, había sido obsequiado por uno de sus amigos con una encantadora y pequeña galga, que habíamos entrenado con extremo cuidado. Era, en su especie, la más adorable criatura que se pueda uno imaginar. La amábamos como se ama todo lo que es bello y bueno. Nos comprendía al mínimo gesto, nos comprendía con una mirada. La expresión de sus ojos era tal, que parecía que fuese a responder cuando nos dirigíamos a ella con la palabra. 

     Tras el fallecimiento de su joven amo, la pequeña Mika (ese era su nombre) me fue traída a Dieppe, y, según su costumbre, descansaba acurrucada a mis pies, sobre la cama. En invierno, cuando el frío arreciaba en extremo, se levantaba, dejaba escapar un pequeño gemido muy suave, lo que era su manera habitual de hacer una petición y, comprendiendo lo que deseaba, le permitía venir a colocarse a mi lado. Se extendía entonces lo mejor que podía entre dos sábanas, su pequeño hocico sobre mi cuello que usaba como almohada, y se entregaba al sueño, como los felices de la Tierra, recibiendo mi calor, comunicándome el suyo, lo que por lo demás no me desagradaba. A mi lado, la pobre pasaba felices días. No le faltaban mil y un cuidados; pero, en el pasado septiembre, cayó enferma y murió, a pesar de los cuidados del veterinario a quien la había confiado. Hablábamos de ella a menudo, mi mujer y yo, y la echábamos de menos casi como a un hijo amado, tanto había sabido, con su dulzura, su inteligencia, su fiel compañía, cautivar nuestro afecto. 

     Últimamente, hacia la media noche, estando acostado pero sin dormir, escuché surgir de los pies de la cama ese pequeño gemido que hacía mi pobre perrita cuando deseaba algo. Fue tal mi sorpresa, que extendí los brazos fuera de la cama como para atraerla hacia mí, y creí en verdad que iba a sentir sus caricias. Al levantarme por la mañana, le cuento el hecho a mi mujer, que me contesta: “He escuchado el mismo sonido, no sólo una vez, sino dos. Parecía venir de la puerta de mi habitación. Mi primer pensamiento fue que nuestra pobre perrita no había muerto, y que, habiéndose escapado de casa del veterinario quien se la había apropiado por su dulzura, solicitaba volver a casa.” 

    Mi pobre hija enferma, que tiene su cama en la habitación de su madre, afirma haberla escuchado también. Sólo que, le ha parecido que el sonido salía, no de la puerta de entrada, sino de la misma cama de su madre que está muy cerca de la puerta. 
     Hay que decir, estimado señor, que el dormitorio de mi mujer está situado encima del mío. Esos extraños sonidos ¿provenían de la calle como cree mi mujer, quien no comparte mis convicciones espiritistas? Es imposible. Si proviniesen de la calle, esos suaves sonidos no podrían haber impresionado mis oídos, estoy tan sordo que, mismo en el silencio de la noche, no puedo escuchar el estruendo del paso de una pesada carreta. Ni siquiera escucho los sonoros truenos de una tormenta. Por otra parte, si el sonido hubiese provenido de la calle, ¿ cómo explicarse la ilusión de mi mujer y de mi hija que han creído escucharlo, proveniente de un punto totalmente opuesto, de la puerta de entrada para mi mujer, de la cama de la misma para mi hija? 
  
    Os confieso, estimado señor, que esos hechos, a pesar de que tienen relación con un ser privado de razón, me hacen reflexionar singularmente. ¿Qué pensar sobre ello? No me atrevo a formular ninguna conclusión y no tengo tiempo para extenderme largamente sobre el tema; pero me pregunto si el principio inmaterial, que debe sobrevivir en los animales como en el hombre, no adquirirá, hasta un cierto grado, la facultad de comunicarse como el alma humana. ¡Quién sabe! ¿Conocemos todos los secretos de la naturaleza? Evidentemente no ¿Quién explicará las leyes de la afinidad? ¿Quién explicará las leyes de repulsión? Nadie. Si el afecto, que es del dominio de los sentimientos, como los sentimientos son del dominio del alma, posee en sí una fuerza de atracción, ¿ qué habría de sorprendente en que un pobre animal en estado inmaterial se sienta llevado hacia donde su afecto le atrae? Pero, y el sonido de su voz, nos dirán, ¿ cómo admitirlo? Y si se ha hecho escuchar una vez, dos veces, ¿por qué no todos los días? Esa objeción puede parecer seria; sin embargo, ¿sería irracional pensar que ese sonido pudiese producirse en razón de ciertas combinaciones de fluidos, los cuales reunidos reaccionan en cierto sentido, como se producen en química ciertas efervescencias, ciertas explosiones, como consecuencia de la mezcla de tales o cuales materias? Que esa hipótesis parezca fundamentada o no, no lo discuto, sólo diré que puede estar dentro de las cosas posibles, y sin ir más allá, añadiré que constato un hecho apoyado sobre un triple testimonio, y que si ese hecho se ha producido, es que ha podido suceder. Además, esperemos que el tiempo nos esclarezca, no tardaremos quizás en escuchar hablar de fenómenos de la misma naturaleza.» 

     Nuestro honorable correspondiente actúa con sabiduría al no dirimir la cuestión; de un solo hecho que es aún una probabilidad, no saca una conclusión definitiva; constata, observa a la espera de que la luz se haga. Así lo requiere la prudencia. Los hechos de ese género no son aún lo suficientemente numerosos, ni suficientemente aseverados para deducir de ellos una teoría afirmativa o negativa. La cuestión del principio y del fin del espíritu de los animales comienza apenas a esclarecerse, y el hecho en cuestión está relacionado en su esencia. Si no es una ilusión, constata al menos el lazo de afinidad que existe entre el Espíritu de los animales, o mejor dicho de ciertos animales y el del hombre. Además, parece positivamente probado que hay animales que ven los espíritus y son impresionados; hemos relatado varios ejemplos en la Revue, entre otros el de «El Espíritu y el perrito», en el número de junio de 1860. Si los animales ven los Espíritus, no es evidentemente mediante los ojos del cuerpo; tienen pues una especie de vista espiritual. 

    Hasta el presente, la ciencia sólo ha constatado las relaciones psicológicas entre el hombre y los animales; nos muestra, en lo físico, todos los eslabones de la cadena de los seres sin solución de continuidad; pero entre el principio espiritual de los dos Espíritus existía un abismo; si los hechos psicológicos, mejor observados, vienen a tender un puente sobre el abismo, será un nuevo paso dado hacia la unidad de la escala de los seres y de la creación. No es de ninguna manera mediante sistemas que se puede resolver esta grave cuestión, sino mediante hechos; si debe serlo algún día, sólo el Espiritismo, creando la psicología experimental, podrá proporcionar los medios. En todo caso, si existen puntos de contacto entre el alma animal y el alma humana, sólo puede ser, del lado de la primera, por el de los animales más avanzados. Un hecho importante a constatar es que, entre los seres del mundo espiritual, no se ha hecho nunca mención de la existencia de Espíritus de animales. Parecería pues que éstos no conservan su individualidad tras la muerte, y, por otro lado, esa galga que se habría manifestado parecería probar lo contrario. 

     Vemos según esto que la cuestión está aún poco desarrollada, y que no hay que precipitarse en resolverla. Tras ser leída la carta citada en la Sociedad de París, se recibió la siguiente comunicación sobre el tema en cuestión. París, 21 de abril de 1865. - Médium, Sr. E. Vézy. Voy a tocar una grave cuestión esta noche, hablándoos de las relaciones existentes entre la animalidad y la humanidad. Pero en este recinto, cuando, por primera vez, mis instrucciones os enseñaban la solidaridad de todas las existencias y las afinidades que existen entre ellas, un murmullo se escuchó proveniente de una parte de esta asamblea, y me callé. ¿Deberé hacer lo mismo hoy, a pesar de vuestras preguntas? No, porque al fin os veo penetrar en la vía que os indicaba. Pero no basta con detenerse en creer solamente en el progreso incesante del Espíritu, embrión en la materia y desarrollándose pasando por el filtro del mineral, del vegetal, del animal, para llegar a la humanidad donde empieza a ensayarse únicamente el alma que se encarnará, orgullosa de su tarea, en la humanidad. Existen entre esas diferentes fases lazos importantes que es necesario conocer y que llamaré periodos intermediarios o latentes; porque es ahí donde se operan las sucesivas transformaciones. Os hablaré en otra ocasión de los vínculos que relacionan el mineral al vegetal, el vegetal al animal; ya que un fenómeno que os sorprende nos lleva a los lazos que relacionan el animal al hombre, os voy a hablar de estos últimos. 
     Entre los animales domésticos y el hombre, las afinidades son producidas por las cargas de los fluidos que os rodean y recaen sobre ellos; es un poco la humanidad que destiñe sobre la animalidad, sin alterar el color de uno o del otro; de ahí esa superioridad intelectual del perro sobre el instinto brutal de la bestia salvaje, y es únicamente debido a esa causa que pueden darse esas manifestaciones que acaban de leeros. Así pues, no se han engañado al escuchar un alegre grito del animal agradecido por los cuidados de su amo, y que venía, antes de pasar al estado intermediario de un desarrollo al otro, a traerle un recuerdo. La manifestación puede pues producirse, pero es pasajera, ya que para el animal, para subir un grado, le es necesario un trabajo latente que aniquila todo signo externo de vida. Ese estado es la crisálida espiritual donde se elabora el alma, periespíritu informe que no tiene ninguna figura con rasgos representativos, quebrándose en un estado de madurez, para dejar escapar, en corrientes que los arrastran, los gérmenes de almas que han eclosionado ahí. Nos sería pues difícil hablaros de los Espíritus de animales del espacio, no existen, o más bien su paso es tan efímero que es casi nulo, y que en estado de crisálida, no pueden ser descritos. 

     Ya sabéis que nada muere de la materia que se descompone; cuando un cuerpo se disuelve, los diversos elementos que lo componen le reclaman la parte que le han donado: oxígeno, hidrógeno, nitrógeno, carbono retornan a su fuente primitiva para alimentar otros cuerpos; ocurre lo mismo con la parte espiritual: los fluidos organizados espirituales toman al pasar colores, perfumes, instintos, hasta la definitiva constitución del alma. 

     ¿Me comprendéis bien? Tendría sin duda que explicarme mejor, pero para terminar por esta noche, y no haceros suponer lo imposible, os aseguro que lo que es del dominio de la inteligencia animal no puede reproducirse por la inteligencia humana, es decir que el animal, sea cual sea, no puede reflejar su pensamiento por el lenguaje humano; sus ideas son muy rudimentarias; para tener la posibilidad de expresarse como lo haría el Espíritu de un hombre, le serían necesarios pensamientos, conocimientos y un desarrollo que no tiene, que no puede tener. Tened pues como certeza que ni perro, ni gato, ni asno, ni caballo o elefante pueden manifestarse por vía medianímica. Los Espíritus llegados al grado de la humanidad son los únicos que pueden hacerlo, y aun dependiendo de su adelanto, porque el Espíritu de un salvaje no podrá hablaros como el de un hombre civilizado. 

     Nota: Estas últimas reflexiones del Espíritu han sido motivadas por la citación hecha en la sesión por personas que pretendían haber recibido comunicaciones de diversos animales. Como explicación del hecho citado, su teoría es racional y concuerda, en el fondo, con las que prevalecen hoy en día en las instrucciones dadas en la mayoría de los centros. Cuando hayamos reunido suficientes documentos, los resumiremos en un cuerpo de doctrina metódica, que será sometido al control universal; hasta ahora sólo son jalones colocados sobre la ruta para señalarla. 
Revue Espírite- Enero de 1863
(Traducción de Javier Rodríguez)


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