INQUIETUDES ESPÍRITAS
1.- La media naranja
2.- Presentes de amor
3.- Leyes de Vibración y de Afinidad
4.- Felicidad de la oración
5.-La tercera revelación
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LA MEDIA NARANJA
¿ Es cierto que todos,
en algún lugar tenemos nuestra "media naranja"?
Las almas que deben unirse
¿se hallaban predestinadas para esa unión desde su origen, y cada uno de
nosotros posee, en alguna parte del Universo, su mitad, con la cual
inevitablemente se reunirá algún día?
- No, no existe unión particular y fatal entre dos almas. La unión es entre todos los Espíritus, pero en grados diferentes, según el rango que ocupen, vale expresar, de acuerdo con la perfección que hayan alcanzado: cuanto más perfectos son, más unidos están. Todos los males de los humanos nacen de la discordia. En cambio, de la concordia resulta la felicidad completa.
EL LIBRO DE LOS ESPIRITUS
ALLAN KARDEC
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PRESENTES DE AMOR
Cuando usted hubiere beneficiado a alguien, consolide su bondad con el silencio sobre la dádiva que hizo para que usted no humille a quien la recibe.
No se ponga en contra de quien hable por el simple placer de la contradicción.
Suministre información sin despreciar a quien la pide.
Converse sin desear parecer mayor o mejor que los circunstantes.
Habitúese a evitar confrontaciones para no herir susceptibilidades de quien oye.
Tolere el comentario infeliz de algún amigo, sin irritación y sin venganza.
Cultive la paciencia en los momentos difíciles, absteniéndose de agravar tribulaciones y problemas.
No tiente al corazón ajeno con promesas que no desee y no pueda cumplir.
Realice el bien por la alegría de servir, sin cobrar tributos de gratitud.
No exija la cooperación de los demás en tareas que usted pueda
realizar por sí mismo.
Esparciendo esos presentes de amor, estará usted efectuando, en la
organización cambios de la vida, sus mejores inversiones de paz y felicidad.
LEYES DE VIBRACIÓN Y AFINIDAD
Como todos sabemos, nuestra mente constituye una energía sutil,
manifestación del Espíritu, que vibra continuamente a través
del cerebro, mediante ondas de energía psíquica que se
propagan de modo semejante a como lo hacen las ondas
de radio. Según nuestro estado anímico y emocional, lo
hacen en diversas frecuencias, y siempre van a sintonizar con vibraciones
semejantes de mentes que se encuentran en esa misma frecuencia, lo que constituye una sintonía
de ondas mentales y emocionales.
Esta forma de actuación de la energía mental, funciona por unas leyes, y aquí vamos a conocer algo más sobre ellas.
La energía, de la clase que sea, estática o dinámica, conlleva una
vibración a nivel molecular, ya sea acompañando a los cuerpos
sólidos o en otro estado de condensación de la materia que se puede
llegar a sutilizar hasta el extremo de presentarse solamente como energía o fuerza, pues
todo en el universo es energía, en diversos estados y formas, y por
lo tanto, desde los cuerpos sólidos hasta las energías mentales y otras más
sutiles aún, permanecen en un estado de vibración continuos. Como todo en
la Naturaleza, este océano inmenso de vibraciones que inunda todos los rincones del Universo, está regulado por unas leyes
naturales: La Ley de Vibración y la de Afinidad. Estas Leyes rigen
la manifestación y el efecto de las energías irradiadas por todo
cuanto existe en el Universo.
Vemos
como la materia está constituida por átomos que a su
vez contienen partículas de energía (protones,
electrones, neutrones) que permanecen en un constante movimiento giratorio,
alrededor de un núcleo, a modo análogo a como en el Universo los planetas lo
hacen también alrededor de los astros. En su veloz movimiento giratorio,
dichas partículas provocan una vibración constante, imperceptible para nuestros
sentidos, pero que parte desde lo más íntimo de la materia:
esto constituye todo un microcosmos atómico.
Por esta ley de
Vibración, a modo semejante a como lo hacen las ondas hertzianas,
todo vibra y se expande en diversos grados o bandas de frecuencia, desde la
energía del átomo material hasta la energía psíquica de la mente.
La vibración de
las ondas mentales se expande buscando el objetivo al que se
dirige o hacia el que son atraídas porque sintonizan por afinidad con las ondas de
otras mentes, y esta sintonía les afectan positiva o
negativamente, regresando después al punto de partida con sus mismos efectos de salida.
El Espíritu humano vibra en la
persona y se manifiesta a través
de su actividad cerebral- la mente humana- y
lo hace creando bandas de frecuencia diferentes entre sí en amplitud
y longitud de onda, según la clase de pensamientos y de sentimientos que las
generan y transmiten.
Todo
pensamiento y sentimiento constituye una energía que vibra a través de todas las células del organismo, a
las cuales transmite la misma tónica vibratoria y por eso les afecta
para bien o para mal. Es por ello que la vibración mental
puede llegar a afectar también al propio cuerpo físico tal y como se
comprueba en el caso de las enfermedades psicosomáticas, entre las que se
cuentan muchas úlceras de estómago, mareos, taquicardias, sudoraciones y hasta
problemas de corazón a causa de las emociones fuertes.
Estas energías
mentales también pueden actuar como una energía psicocinética que afecta a
otros elementos materiales sobre los que actúa, llegando a ocasionar
alteraciones físicas, o también sobre otros seres a los que puede afectar
en sentido positivo o negativo, según que la energía
generada y transmitida desde la mente sea positiva o
negativa, pero es de tener muy en cuenta que estas ondas generadas
por el pensamiento o por los sentimientos, como ya señalamos antes,
siempre regresan al punto de partida como un boomerang, después de alcanzar su
objetivo. Es por ello que siempre se recoge obligatoriamente , antes o después, aquello que se siembra antes voluntariamente y regresa a nosotros, de aquello
mismo que antes hemos sembrado, bueno o malo, con nuestra mente y nuestros actos.( La famosa
Ley del Karma).
Hablamos de energías
positivas o negativas, ¿pero cual es la diferencia que las convierte
en un signo o en su contrario?. La gran diferencia está en la clase de
sentimientos: cuando estos son de Amor y de buenos deseos e intenciones, son
energías benéficas de elevada vibración, pero cuando es el rencor , el odio o la envidia las que las
originan, entonces resultan negativas por su baja frecuencia vibratoria y su carácter deletéreo, dañando antes
o después al propio Ser que las generó.
La Ley de Afinidad es reguladora de la Ley de Vibración porque determina
que una vibración psíquica del carácter que sea, siempre atrae a
otra u otras vibraciones semejantes o afines con las que sintoniza; por esa
razón también se la conoce como Ley de Sintonía. ( Recordemos
al respecto, como funcionan las ondas Hertzianas o las electromagnéticas, constituyendo frecuencias que cuando son semejantes, se atraen o sintonizan).
Mediante estas dos
leyes que regulan la atracción o el
rechazo y alejamiento por igualdad o diferencia de sintonía
vibratoria, respectivamente, los humanos nos atraemos y
agrupamos en diversos niveles evolutivos que marcan la sintonía y armonía
dentro de los grupos, y así , la humanidad en general, va avanzando a través de
los tiempos, de grado en grado , más o menos lentamente, al tiempo que estas
leyes naturales impiden el mecanismo de una involución o de un
estancamiento evolutivo indefinido. Estas dos leyes que conforman una realidad
universal que a todos nos afectan y vienen a ser algo así como el
engranaje cósmico que hace funcionar a todas las demás leyes
Universales.
- José Luis Martín-
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FELICIDAD DE LA ORACIÓN
El mensaje dado en Paris en el año 1861 a Allan Kardec por el Espíritu de San Luis ( Evangelio según el Espiritismo), es ante todo un canto sublime a la felicidad que se llega a experimentar por medio de la oración.
Esta debe ser ante todo, además de sencilla y breve, nacida del alma y sentida sin necesidad de palabras rebuscadas. No se trata de frases hechas, sino de un intenso y sincero sentimiento en el que las palabras apenas tienen espacio.
La oración supone un diálogo con algún elevado Ser del Mundo Espiritual. Puede ser Dios mismo, o Jesús, o también como no, a nuestro Espíritu Protector o Espíritu Guía, cuya figura es contemplada por las religiones como Ángel de la Guarda. De hecho, es de este último del que nos vienen la mayoría de las intuiciones e ideas positivas.
En la medida que este sentimiento nuestro llega a unirse con el Creador, innumerables Espíritus Superiores nos inspiran sobre la grandeza del Padre Celestial y nos llevan a sentir cosas bellas y sublimes , que no hay palabras en el lenguaje humano para describirlas.
San Agustín proclama cuan bellas y tiernas son las palabras que pueden salir por la boca en el momento de orar. Mas bien, creo yo, que San Agustín quiso decir, palabras que salen del corazón tratando de dar expresión a un sentimiento sublime de Amor abstracto, sin palabras predeterminadas que puedan estar a la altura de lo que nace espontáneo en lo más íntimo del ser..
Realmente la oración es hija primogénita de la fe y nos conduce a Dios, pues sin fe no habría sitio para poder vivir la oración, siendo este el único sendero que tenemos los seres humanos para vivir el gozo de la cercanía con el Padre.
La oración es el medio por el cual el ser humano puede, aunque sea por breve tiempo, olvidar su realidad humana transcendiéndola, y experimentando de esta forma una anticipación de la vida del espíritu, adentrándonos en una dimensión desconocida e inalcanzada todavía por tantos seres humanos.
San Agustín nos anima a marchar por el sendero de la oración y nos dice que en este sendero oiremos las voces de los ángeles. Y es cierto, pues en forma de pensamientos e ideas, percibimos enseñanzas que nos llegan como un regalo de los Espíritus Superiores, que de otro modo, nuestras mentes humanas tan limitadas de por sí, jamás percibirían.
Ciertamente no existen palabras capaces de definir en toda su dimensión la felicidad experimentada desde la Tierra por el alma que en íntima oración aspira a penetrar hasta la Esencia misma de Dios..
Finalmente, el espíritu
de San Luis, nos invita a que de modo semejante a Cristo, cada
uno llevemos nuestra propia cruz de cada día con la fe puesta en el Padre, lo
que supone vivir como en un estado de oración permanente cada día al tener siempre en nuestro punto de mira, el hacer o aceptar
la Voluntad Divina.
-José Luis-
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LA TERCERA REVELACIÓN
El Espiritismo es la última revelación divina recibida por los hombres, de acuerdo con la promesa de Jesús en el Evangelio de Juan: " Yo rogaré al Padre y Él os dará otro Consolador, a fin de que esté para siempre con vosotros".(14:16).
Su misión es guiar a los hombres a la Verdad, restableciendo la enseñanza de Cristo en su pureza primitiva, y abriendo nuevos horizontes a la comprensión humana de la vida: Tengo aún mucho que deciros, pero no lo podríais soportar ahora; cuando viniere el Espíritu de Verdad, él os guiará a toda la Verdad; porque no hablará por sí mismo, pero dirá todo lo que tenga oído y os anunciará las cosas que han de venir. Él me glorificará, porque ha de recibir lo que es mío y vosotros lo habréis de anunciar" (16:12. 13 y 14).
Con Moisés, los hombres recibieron de lo Alto la 1ª Revelación de la realidad de la vida. Esa revelación, que fue reunida por los hebreos en la gran codificación de la Biblia, sobrepasó a todas las formas religiosas de su tiempo y condujo al pueblo hebreo a la concepción de un Dios Único.
Pero en la propia Biblia encontramos el anuncio de la 2ª Revelación, del advenimiento del Mesías, que se cumplió con la venida de Jesús,ofreciendo al mundo la más elevada forma de religión hasta entonces posible. Y fue el propio Mesías quien anunció, como vemos en el Evangelio de Juan. La 3ª Revelación, destinada a restablecer sus enseñanzas, que serían alteradas por los hombres, y la ampliación de acuerdo con las nuevas necesidades de la evolución terrena.
La 1ª y la 2ª Revelaciones fueron personales y locales, transmitidas por Moisés y Jesús a un determinado pueblo: el hebreo, encargado de transmitirlo a los demás pueblos.
La 3ª Revelación no fue personal ni local, sino espiritual y universal. Los Espíritus la dieron en todo el mundo, a través de sus comunicaciones, y Allan Kardec la codificó, como los hebreos codificaron la Bíblia y como los cristiano codificaron el Evangelio. Los hebreos reunieron los varios libros escritos sobre la 1ª Revelación y de ellos hicieron La Torá y la Bíblia, que hoy conocemos. Los cristianos tuvieron que reunir los varios libros escritos sobre la 2ª Revelación, o sea, los relatos de los cuatro evangelistas, las epístolas y el Apocalipsis. formando el Evangelio del Nuevo Testamento. Los espíritas, por las manos de Kardec, el misionario, reunieron las comunicaciones más esclarecedoras de los Espíritus del Señor, que constituían la Falange Luminosa del Espíritu de Verdad, y con ellas formaron la Codificación del Espiritismo.
Así como la 1ª Revelación fue rechazada por muchos hebreos, teniendo Moisés que actuar con energía para imponerla a su pueblo, la 2ª Revelación fue también rechazada por casi todo el pueblo hebreo, al punto de precisar Paulo llevarla a los gentiles para que se difundiese por todo el mundo. Así también la 3ª Revelación fue rechazada por judíos y cristianos, siendo aceptada solamente por una minoría. Y así como las iglesias judáicas de la época, llamaron a Jesús embustero e instrumento del diablo, llevándolo a la condenación y al suplicio, así también las iglesias cristianas de hoy llaman a Kardec embustero y al Espiritismo, instrumento del diablo, intentando aniquilarlo. Pero así como las dos primeras revelaciones triunfaron, la tercera también triunfará. Porque esa es la Voluntad del Padre que está en los Cielos.
(J. Herculano Pires – Obra: El Infinito y el Finito)
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