martes, 27 de octubre de 2020

La tristeza hay que superarla

      INQUIETUDES  ESPÍRITAS

1.- ¿ Cual es nuestro verdadero camino ?

2.- Desigualdad de riquezas

3.-La tristeza hay que superarla

4.-El Espiritismo no es religión, pero es cristiano

5.- ¿Penas eternas?




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¿CUÁL ES NUESTRO VERDADERO CAMINO?


Escrito por Juan Carlos Mariani.

Podríamos comenzar este capítulo exponiendo lo difícil que puede ser y, lo variada de las pruebas que nosotros mismos nos hemos sometido pasar. Conforme al Libre Albedrío que todo ser tiene a su disposición y de los acontecimientos causales de otras existencias, por lo tanto queda en él espíritu en cuestión, tomar el camino correcto o incorrecto de acuerdo a las tendencias que predominan en nuestra alma y que son parte insoslayable de nuestro progreso. 
Basta echar un vistazo a nuestras propias inclinaciones internas, que de alguna manera revelan nuestra identidad espiritual, es decir lo que hemos sido en existencias pasadas y lo mucho que debemos o no ser deudores con la Providencia Divina.
Nuestros gustos, nuestros apetitos hablan por sí solo, porque las diferentes existencias en la escala del progreso espiritual, van desde el cardo más agreste y espinoso hasta la flor más hermosa. No obstante todos llegaremos a la noble meta que Dios nos ha puesto, y en eso radica nuestro mayor esfuerzo por liberarnos de las pesadas cadenas que se irán alivianando con la suma de experiencias que nos ayudan a no equivocarnos en las grandes decisiones de la vida material.
Las sucesivas vidas estarán llenas de matices maravillosos, así como de maravilloso es el mundo espiritual que aguarda la llegada de nuestro espíritu, después de cada encarnación.
Algunos espíritus lamentaremos los fracasos, otros se libertarán inmediatamente y brincarán por el espacio infinito, gritando loas al creador, por las bendiciones recibidas.
Los menos evolucionados, quedaremos en el umbral de las pasiones y cargadas nuestras conciencias, deberemos esperar la nueva existencia para seguir nuestro ascendente camino y la ayuda indispensable del mundo espiritual de luz que nos ayude a vislumbrar nuestra verdadera condición moral. 
Durante interines reencarnatorios, Dios nos entrega la posibilidad de seguir adelante, reforzando los lazos rotos con seres amados y despertando en nosotros la voluntad de seguir firme con la decisión de progresar, dándonos las herramientas necesarias.
La preexistencia del espíritu es hecho irrefutable, donde los estudiosos encuentran en ella, la verdadera corriente que expresa que debe haber una causa y que ella genera un efecto.
¿De qué otra manera pudiese ser?
Dios es nuestro Padre Creador, omnipotente, omnisciente, donde nos espera con los brazos abiertos, en el final de cada meta adquirida, de cada triunfo alcanzado.
Algunas almas, gritan de desesperación y dolor, despreciando al Supremo, hasta llevan el odio en su fracaso cuya envidia se apodera de ellos y desean evitar el progreso de sus hermanos que le pertenecieron en las diferentes existencias.
Hermanos sollozos por dentro, que no pueden, segados por su orgullos, decir ¡Padre Eterno Ayúdame! Porque si lo hiciésemos la mano misericordiosa llegaría como haces de luz que penetran nuestros espíritus, dándonos calor donde hay frío, paz donde hay discordia, clemencia donde el recuerdo de nuestros actos más viles azotan los y despiertan los sentimientos más amargos.
¡Pobre de nosotros! Un pequeño arbusto tapa la inmensidad del Universo y después del ascenso, se extasían con las revelaciones más asombrosas. Ante Él todo tiene sentido, todo va despertando por etapas seguidas comprendiendo lo maravilloso, lo que estaba reservado a los que despiertan el amor incondicional, cuyo ejemplo más vivo en nuestra raza es la presencia del maestro Jesús de Nazaret.
Jesús, el ser espiritual más grande que vivió en este planeta y vino para darnos el verdadero camino a seguir. Su luz ennoblece hasta la piedra más dura, su recuerdo en nuestras vidas es el ejemplo mayor de piedad y perdón que hemos visto, y marcó el camino más seguro hacia el progreso de nuestras almas en prueba.
No obstante, el inmenso trabajo de Dios arquitecto de Universo, no se contempla solamente con los colores claros u obscuros como si dijésemos blanco o negro ¡Hay tantas clases de seres con diverso progreso en el universo! Desde el ser más rudimentario, y así fuimos creados, simples y sencillos, hasta el ser que se transforma en un cúmulo de luz que vaga por el Universo, llevando las ordenes de Dios y velando por el cumplimiento de sus leyes. 
Existen millares de escalas de seres inteligentes, entre ellos encontramos los hermanos, que con gran humildad de corazón y amor, deciden ayudar al que viene debajo de ellos, habiendo recorrido caminos similares, a los nuestros y Dios les deja que nos guíen en nuestra ascensión. Son verdaderos maestros para nuestro aprendizaje, llamados, Guías Espirituales.
A medida que avanzamos en la idea, nuevos caminos se abren como laberintos iluminados que nos toca recorrer, porque el espiritismo estudiado va revelando, todos los caminos hacia la verdad.
El guía espiritual es un hermano nuestro con más progreso espiritual que nosotros, Él nos comprende y sabe de nuestras penurias, aciertos o desaciertos, son los encargados de guiarnos hacia el futuro venturoso, pero también sabe que no será fácil el camino a recorrer. El maestro Kardec dice; “Mejorar cuesta, progresa cuesta aún más” ¡Qué gran verdad! La vamos descubrimos a medida que avanzamos hacia el conocimiento de todas las cosas.
Por orden de Dios y méritos de progreso moral, nuestro guía espiritual es el hermano que le hablará a nuestra consciencia, tratando de evitar que caigamos en el precipicio de las pasiones y los lamentos posteriores, incluso ayudará en nuestro desenvolvimiento en la nueva existencia. 
Luchará por vernos mejorar, no obstante cabe en nosotros escuchar su suave y amorosa voz en nuestro interior o la recta palabra de advertencia que nos dice que vamos por caminos equivocados. Su deseo de progreso hacia nosotros es mayor que el nuestro, porque Él comprende más que nosotros mismos, nuestra propia realidad espiritual. 
Puede conocer el carácter de la prueba o misión que venimos a cumplir, puede interceder ante Dios para conseguir favores en nuestro beneficio.
Desde nuestra niñez, siembra bellos recuerdos en nuestra mente fortaleciéndonos para el futuro que nos espera. 
Lucha contra nuestros enemigos que otrora supimos conseguir y que se hacen presente para arreglar viejas deudas de nuestro pasado, pues, algunas veces no hemos sabido escuchar sus sabios consejos, entonces nuestras pasiones y tendencias, hicieron posible que caigamos en crueles venganzas hacia nuestro adversario de ideas o diferentes situaciones emocionales que no supimos controlar.
Ante el desconocimiento de nuestras falencias, obramos más por impulso que por conocimientos de leyes superiores. La voluntad de Dios no existe, la delicadeza de las palabras de nuestro guía espiritual no se escucha y así va predominando nuestra voluntad hacia tierras estériles o caminos sin salidas donde la única salvación será transitar los terrenos espinosos con grandes piedras en el camino que deberemos saber sortear.
¡No hay injusticias! Lloramos por donde hemos pecado y llevado la misma piedra dos y tres veces por delante sin haber aprendido de nuestro error.

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          Desigualdad de riquezas


808 ¿La desigualdad de riquezas no tiene por origen la desigualdad de facultades que da a unos más medios de adquirir que a otros?

«Sí, y no. ¿Qué me dices de la astucia y del robo?»

– La riqueza hereditaria, ¿no es, empero, fruto de malas pasiones?

«¿Qué sabes tú? Remóntate hasta su origen y verás si siempre es puro. ¿Sabes tú si en su principio no fue fruto de una expoliación o de una injusticia? Pero sin hablar del origen, que puede ser malo, ¿crees tú que la codicia del bien, aun del mejor adquirido, los deseos secretos que se conciben de poseerlo más antes, son sentimientos laudables? Esto es lo que Dios juzga, y te aseguro que su juicio es más severo que el de los hombres.»

809 Si una fortuna ha sido mal adquirida en su origen, ¿los que más tarde la heredan son responsables?

«Es indudable que no lo son del mal que otros hicieron, tanto más cuanto pueden ignorarlo; pero sabe que con mucha frecuencia no le sobreviene la fortuna al hombre, más que para ofrecerle ocasión de reparar una injusticia. ¡Dichoso él, si así lo comprende! Y si lo hace en nombre de aquel que la ha cometido, a ambos se les tendrá en cuenta la reparación; porque con frecuencia este último es quien la provoca.»

810 Sin apartarse de la legalidad, uno puede disponer de sus bienes de un modo más o menos equitativo. ¿Es uno responsable, después de la muerte, de las disposiciones que ha dictado?

«Cada acción produce sus frutos; los de las buenas son dulces, y siempre amargos los de las otras. Siempre, entiéndelo bien.»

811 ¿Es posible la igualdad absoluta de riquezas? ¿Y ha existido en alguna ocasión?

«No, no es posible. La diversidad de facultades y caracteres se opone a ella.»

– Hay, sin embargo, hombres que creen que este es el remedio de los males de la sociedad. ¿Qué pensáis sobre el particular?

«Esos tales son sistemáticos o ambiciosos celosos, y no comprenden que la igualdad que sueñan sería muy pronto destruida por la fuerza de las cosas. Combatid el egoísmo, que es vuestra plaga social, y no busquéis quimeras.»

812 Si la igualdad de riquezas no es posible, ¿sucede lo mismo con el bienestar?

«No; pero el bienestar es relativo, y cada cual podría disfrutar de él, si os entendieseis; porque el verdadero bienestar consiste en el empleo del tiempo a gusto de cada uno, y no en trabajos que no son de su agrado, y como cada cual tiene aptitudes diferentes, ningún trabajo útil se quedaría por hacer. Todo está equilibrado, y el hombre es quien quiere desequilibrarlo.»

– ¿Es posible entendernos?

«Los hombres se entenderán cuando practiquen la ley de justicia.»

813 Hay gentes que caen en la infelicidad y en la miseria por culpa suya. ¿No puede ser responsable de ello la sociedad?

«Sí, ya lo hemos dicho, ella es con frecuencia la primera responsable de esas faltas. ¿Acaso no debe velar por su educación moral? A menudo la mala educación es la que ha falseado el juicio, en vez de ahogar las tendencias perniciosas.» (685)

Allan Kardec

Traducido por José María Fernández Colavida
Extraído del “Libro de los Espíritus”


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LA TRISTEZA HAY QUE SUPERARLA



                                                             

Es normal que los acontecimientos negativos de la vida, aquellos que ocurren en el entorno del ser humano, provoquen tristeza. No somos como rocas insensibles; tenemos sentimientos, emociones, que ante determinadas circunstancias desagradables pueden llegar a generar amargura y desasosiego.

La vida humana, en un mundo del nivel espiritual y moral como es el nuestro, está sometida a una permanente sucesión de hechos de variada índole que nos pueden generar situaciones tanto alegres como tristes. Esto obedece a que estamos en un proceso de evolución, de movimiento, de transformación continua. El progreso espiritual y humano está unido a constantes cambios, tanto personales como de aquellos que nos rodean.

Momentos de alegría, como por ejemplo, cuando el estudiante logra su graduación en la universidad, o también cuando ese amor tan ansiado es finalmente correspondido, o cuando se tiene un hijo…

 Pero también, por otra parte, hay momentos que le envuelven de tristeza, como es el caso de la pérdida de un ser querido; o cuando sufre un accidente; o cuando una enfermedad golpea a la salud; o también la pérdida de un trabajo necesario para subsistir…

Por todo ello, la querida mentora Joanna de Ângelis nos avisa:                                  La tristeza es mensajera de sufrimiento.

Aquí no se habla de ese sentimiento leve, que casi se confunde con una cierta nostalgia, por acontecimientos felices del pasado que ya no se pueden recuperar; o quizás la tristeza que pueden motivar esas pequeñas frustraciones de aquellos anhelos imposibles, inalcanzables; no… se refiere a algo más profundo, a aquella que es portadora de un mensaje de sufrimiento.

No te prendas a ella, ni permitas contaminarte por sus miasmas. Es cierto que no todos los días son claros y ricos de alegría.

No hay que dejarse llevar por ella ni permitir que los pensamientos negativos, pesimistas, se instalen de manera permanente.

La vida no es una sucesión de hechos trágicos sin un sentido positivo; una especie de castigo divino para hacer justicia sobre el culpable.

La tristeza hay que procesarla y transformarla en oportunidades de crecimiento, con nuevas contrapartidas mentales saludables, para no dejarse llevar por su influencia nociva, evitando su agravamiento desde el momento en que se le permite germinar en los paisajes íntimos del alma.

No todos los días nos invitan al entusiasmo o a la alegría, como nos dice Joanna. No obstante, quien se acostumbra a la tristeza termina por ver siempre aquello que cree que le falta y no aquello que tiene. Es contrario a la gratitud, es decir, tomar conciencia y poner en valor lo mucho que se nos ha dado.

Hagamos un pequeño inciso. También es cierto que existe otro tipo de tristeza, la tristeza interior, que es aquella que aparece sin aparente motivo. En ese caso, puede ser una seria advertencia de que el rumbo que el ser ha tomado no se corresponde con las aspiraciones de carácter espiritual que trae en esta existencia física. Es la voz interior que pide socorro y se manifiesta con la desagradable sensación de un vacío que le corroe por dentro, y que precisa urgente reparación.

Hay ocasiones en que el sufrimiento parece dominar los cuadros de tu actividad. No obstante, examinadas las dificultades y sentidos los dolores, haz el sol íntimo, ahuyentando la tristeza de tu mente, a fin de que más fácilmente superes los difíciles acontecimientos.

Como vamos viendo, es necesario experimentar el sufrimiento como una experiencia de vida necesaria, a veces inevitable, que envuelve temporalmente al ser. No obstante, una vez analizada la situación y con el recurso inigualable de la oración, se hace perentorio reaccionar, revertir la visión del problema para que no anule el optimismo natural del que todos precisamos; ese sol íntimo que aleje los fantasmas perniciosos del pesimismo o del derrotismo injustificado.

Es al mismo tiempo comprender que: ¡Todo pasa!

Después de la tormenta, de la noche obscura, siempre existe un nuevo amanecer, con sus rayos de sol que inundan todos los rincones con su luz, vitalizando con sus energías renovadoras al ser, para que recomience sus tareas con entusiasmo y vigor.

El cultivo de la tristeza abre campo a varias enfermedades de la mente, de la emoción y del cuerpo. 

La tristeza, cuando no se gestiona de manera natural y sana, puede derivar en problemas psicológicos, como pueden ser la depresión, la ansiedad, el estrés. No podemos olvidar que somos campos de energía en constante movimiento. Nuestras células captan las vibraciones de los pensamientos y asimilan su naturaleza, sea buena o mala. Es obvio que el cuerpo humano es muy sabio y encuentra la manera de procesar esas energías de la manera más conveniente, saludable; no obstante, cuando el bombardeo mental es permanente y en sentido negativo, el organismo humano se ve desbordado y se resiente; el sistema inmunológico se debilita, dando paso a enfermedades de variada índole.

Sin ninguna duda, encontramos en las investigaciones de la ciencia actual, sobre todo en la física cuántica y en la medicina, la demostración palpable de la influencia que los pensamientos, sentimientos y emociones provocan en el organismo humano, generadores de bienestar, salud o enfermedad. Investigadores de prestigio como el biólogo celular Bruce Lipton y sus trabajos sobre la influencia de las creencias en los genes o el ADN; o la Dra. Candance Pert y sus estudios sobre la emoción afirmando que: “Las emociones son un puente, no solo entre la mente y el cuerpo, sino también entre el mundo físico y el espiritual”; o el bioquímico Joe Dispenza y sus investigaciones sobre la mente humana, afirmando categóricamente que: “La mente crea la realidad”.

Invariablemente, cuando la tristeza va acompañada de una falta de valores o de ideales trascendentes; cuando el ser se deja desbordar por esa marea gris, densa, que no le permite observar la existencia humana como un campo de pruebas, de aprendizaje, de posibilidades, es cuando el proceso puede desembocar, además de las mencionadas depresiones, ansiedades, etc., en la decisión más perturbadora y fatal para el ser humano, que es el suicidio.

Una educación como la que nos proporciona la espiritualidad a través de la doctrina espirita puede abrir un campo de posibilidades casi infinito. A partir de ahí, las cosas comienzan a verse de otra manera. La inmortalidad del alma y la confianza plena en Dios sobrepuja cualquier eventualidad. Se llega a comprender que las circunstancias desagradables de la vida son apenas meros accidentes pasajeros, transitorios.

Para ir finalizando, recordar aquellos pasajes memorables que reflejan los Evangelios sobre la personalidad y la vida del inigualable Mentor de la Humanidad. Se cuenta que el Maestro Jesús, movido por su inmenso amor, tampoco era ajeno a la tristeza; le envolvía muchas veces una profunda compasión al observar el comportamiento humano, lleno todavía de debilidades y pasiones generadoras de sufrimiento.

Él se entristecía al comprobar esos cuadros de dolor tan grandes, consecuencia del atraso evolutivo del ser humano. Sin embargo, esa tristeza no le llegaba a aturdir, no se dejaba dominar por ella; por el contrario, le empujaba con más ardor si cabe a la tarea de ayudar generosamente a sus hermanos, en una auténtica sinfonía de verdadera caridad… ¿Quién no recuerda, por ejemplo, aquel sermón memorable, cuando el Maestro se subió a la montaña seguido por una muchedumbre sedienta de pan espiritual, para hablar de las bienaventuranzas, de los consuelos y esperanzas que les están reservados a todos aquellos que sufren?                                                   Pensemos en ello.                                                                                              José M. Meseguer- Amor, Paz y Caridad.

 (*) El texto en negrita pertenece a la obra VIDA FELIZ, Ítem: 106, Joanna de Ângelis – Divaldo Pereira Franco.

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EL ESPIRITISMO NO ES RELIGIÓN, PERO 

ES CRISTIANO

Allan Kardec jamás dijo que el Espiritismo fuese otra religión más...Lo que si repetía una y otra vez era la importancia de comprender como espiritistas que la Moral en la Doctrina espírita y para todo espiritista, tiene que estar por delante o en primera posición, en la definición  que lo describe como Ciencia,Filosofía y Moral, o sea, que más correctamente definido, el orden  para describirlo debiera ser: Moral, Filosofía y Ciencia.. Claramente también afirmó: "Se conocerá al VERDADERO ESPIRITISTA por su TRANSFORMACIÓN MORAL".
El Codificador les preguntó a los espíritus cual era el MODELO A SEGUIR por los espiritistas y los Espíritus le contestaron: ¡ Ved a Jesús!..Así de contundente, firme y clara fue la respuesta que los Hermanos Mayores le dieron a Kardec...

En la historia de Kardec, durante todo el intercambio con el Mundo Espiritual, por el que fue formando cuerpo de la Doctrina Espirita, el claro mensaje de los Espíritus a Kardec fue: "Tomar como modelo las enseñanzas de Jesús", es decir, de los evangelios donde quedaron registradas muchas de las enseñanzas del Maestro. Por eso Kardec escribió y publicó El Evangelio según el Espiritismo.

Para Kardec estaba totalmente claro que la Tercera Revelación. como llamara a la Doctrina Espirita. era la continuación y cumplimiento de lo anteriormente enseñado por Jesús cuando dijo: "Debo marchar, mas detrás de mi vendrá quien pondrá las cosas en claro: El Espíritu de Verdad". El Consolador que prometió enviar.

Para Kardec  estaba clara la linea doctrinaria que la nueva doctrina debía de seguir: El Espiritismo Cristiano. Él no tenia ninguna duda: era esa la misión en la Tierra de esta nueva y vieja doctrina: La Transformación del hombre siguiendo las enseñanzas morales de Jesús....ni mas, ni menos.

Es por ello que Kardec declara sin titubeos:" El buen Espiritista y el buen Cristiano es lo mismo". O también esta otra contundente frase registrada en el libro de Los Médiums: "El Espiritismo tendrá que ser Humanista Y Cristiano". Así de simple y así de claro. Por tanto queda claro que todo el que trate de predicar otra doctrina diferente No está siguiendo la Doctrina Espírita.

 -Tomado de un escrito  de Reynaldo Formoso- 

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                        ¿ PENAS ETERNAS?

  Así como Cristo dijo: No vengo a destruir la Ley, sino a cumplirla, el Espiritismo dice también : No vengo a destruir la Ley Cristiana, sino a cumplirla. No enseña nada contrario a lo que enseñó Cristo, pero desarrolla, completa y explica, en términos claros para todo el mundo, lo que se dijo en forma alegórica; vino a cumplir en los tiempos predichos lo que Cristo anunció, y a prepara el cumplimiento de las cosas futuras. Es, por tanto, obra de Cristo, que Él mismo preside, así como la regeneración que se opera y que prepara el reino de Dios en la Tierra, como igualmente anunció.

    Ahora bien; ¿se desprende de esto último que puedan haber espiritistas que se crean superiores a Cristo, en la multitud inmensa de Espíritus autores de la revolución espiritista?; si Allan Kardec asegura que es obra de Cristo que Él mismo preside, ¿cómo vamos a creer nosotros que la actual revelación es superior al que la dirige y ordena?

  ¿Por qué los marinos que hacen la maniobra en un buque se habrían de creer superiores al capitán que los manda y los conduce a buen puerto?. ¡No!, bien claro lo dice Kardec, como el sentido común. Por esto el Espiritismo es completamente inofensivo para todas las religiones;(se entiende el verdadero Espiritismo), porque a la sombra de este nombre se amparan muchas ideas antagónicas, amantes de destruir, por solo el gusto de derrumbar lo pasado, sin crear para el porvenir, y el verdadero Espiritismo no aspira a derribar templos, porque una gran parte de la humanidad los necesita todavía; porque antes de suprimirlos, es necesario levantar Universidades de libre enseñanza, academias y ateneos para obreros, hospitales y casas de salud alegres, con todas las condiciones para la buena higiene, para que se curen los enfermos y estén acogidos los ancianos indigentes. Es necesario construir escuelas y es indispensable moralizar a la sociedad, armonizarlo todo, dulcificar nuestras costumbres, humanizar nuestros fieros instintos; desterrar el profundo egoísmo que corroe lentamente la base del orden social; necesitamos huir de la envidia. Hace falta crear una escuela de moral sublime, de virtud evangélica, de abnegación sin límites; y cuando la mayoría de los adeptos al Espiritismo, se distingan por su amor ,su tolerancia y su ardiente caridad, los hombres sin violencia ni esfuerzo alguno. aceptarán el Espiritismo, como aceptarían cualquier creencia que los consolara, los regenerara , los engrandeciera, y les aclarase de donde vienen y a donde van; y como el Espiritismo nos dice y nos prueba de donde venimos, por qué sufrimos y a donde iremos, por Ley Natural, como es la doctrina más consoladora y racional que hasta ahora se ha conocido, por eso, auguramos que el Espiritismo será la religión del porvenir, pero lo será por consecuencia lógica, por el cumplimiento inevitable de la ley del Progreso, pero no   por la violencia, el abuso ni por la guerra con otras religiones, porque no tenemos derecho a provocar las luchas.     

      ¿Qué son las religiones?.- ¡Manifestaciones del progreso!                                                                    ¿ Qués es el Espiritismo?.- ¡ Otra manifestación de adelanto!                                                              ¿Qué han hecho las religiones?- Hacer su trabajo, cumplir con su cometido, y seguirán viviendo el tiempo que la humanidad las necesite, y el Espiritismo, a su vez, irá extendiendo su enseñanza, despertando la atención de muchos indiferentes; irá ávido de curiosidad de los sabios, estos estudiarán, como hoy, y descubrirán nuevos postulados científicos. Entre las autoridades científicas que aceptan el Espiritismo,tenemos hombres verdaderamente grandes tal como Alfred R.Wallace, Camilo Flammarión, William Crookes, Maximiliano Pertij, Victor Hugo, Emilio Castelar, etc, y tantos y tantos genios eminentes cuyos nombres no es posible enumerar, que miran la escuela Espiritista como evolución, adelanto y progreso.

El Espiritismo no ha venido a decir la última palabra. Resistirá siempre a sus detractores, y las humanidades verán que es  ¡armónico!, ¡sereno! ¡religioso y racionalista!; seguirá encontrando dificultades, pero las superará, porque nunca el progreso avanzó por caminos de flores; pero no se detendrá, y proseguirá a través de los siglos su eterno viaje.

¡ Verá germinar la vida en los escombros de antiguas civilizaciones, y otras nuevas estudiarán en las páginas del infinito! 

 ¡ El Espiritismo no es precisamente una religión!; ¡ Es la vida de la humanidad!; ¡La razón de nuestro ser!; ¡ La verdad que atestigua la existencia eterna del espíritu!              

¿ Por qué decir si quiere o no quiere cultos?; ¡ Qué le importa el comercio de las religiones !.    Si él no viene nada más que a decir a los hombres que la muerte no existe; no hay nada más que metamorfosis, continua reproducción universal. Si  hay algún habitante de este pobre planeta, convencido de que Dios es justo, sin duda alguna que ese habitante es el espiritista racionalista; que reconoce que si hoy es pobre, tal vez es porque ayer fue un mal rico.      

   Comprende que si hoy vive solo, es porque no supo amar. 

 ¡ Dios es justo!, porque a cada cual da según sus obras. 

 ¡El Espiritismo es eterno porque es la comunicación de los Espíritus eternos!  

 ¡ Es el lazo que une a la gran familia universal!.            

  El Espiritismo no quiere catedrales, ni riquezas, ni poder, solo desea que se imite el ejemplo de Jesús. Solo quiere el progreso en todas las esferas de las clases sociales.

Interrogad al sentido común, a la razón, y preguntaros si no sería la negación de la bondad de Dios, una condena perpetua por unos momentos de error.   

 En efecto, ¿Qué es la duración de una vida,aunque fuese de cien años, en comparación con la eternidad?. ¿Comprendéis la palabra?. 

 ¡ Sufrimientos, torturas sin fin ni esperanza, por algunas faltas! 

 ¿No rechaza el juicio, semejante pensamiento?        

Que los antiguos   considerasen al Señor del Universo, un Dios terrible, celoso y vengativo, se comprende, porque en su ignorancia atribuyeron a la divinidad las pasiones de los hombres; pero este no es el Dios de los cristianos, que pone el Amor, la caridad,  la misericordia y el olvido de las ofensas,  entre las principales virtudes que debemos alcanzar. ¿Podría carecer Él mismo de esas cualidades que nos muestra como deberes?. ¿No es contradictorio atribuirle la bondad infinita  y la infinita venganza?. Decimos que Dios es justo y que el hombre no comprende  Su justicia; pero esta no excluye la bondad, y no sería bueno si condenase a penas horribles y perpetuas, al mayor número de sus criaturas.   

  ¿Podría Dios imponernos la justicia como una obligación, si no nos hubiese dado los medios para comprenderla?.       

  Por otro lado, la duración de las penas depende del esfuerzo que se haga para mejorar.¿No es esto la sublimidad de la justicia, unida a la bondad?. En esto consiste esta verdad: "A cada cual según sus obras".

Dedicaros por todos los medios al alcance, a combatir la idea de las penas eternas, pensamiento blasfemo de la bondad y de la justicia de Dios, siendo origen de la incredulidad y la indiferencia que han invadido a los pueblos, desde que su inteligencia comenzó a desarrollarse.

Mientras subsista el mal entre los hombres, habrá castigo. El día que los hombres hayan desterrado el mal de sus vidas, ese día concluirán los gemidos a causa del arrepentimiento.       ¡ Eternidad de los castigos!; sería admitir que el mal sería eterno. Solo Dios es eterno y no ha podido crear el mal eterno, pues de no ser así, sería necesario negar el más precioso de Sus atributos: Su poder soberano, que no lo sería si hubiese creado un elemento destructor de Sus obras.

¡ Humanidad!, no fijes tu mirada en las profundidades de la Tierra; refúgiate en la idea de un Dios bueno y absolutamente poderoso y justo.         

  Gravitar hacia la Unidad divina, he aquí el objeto de la Humanidad. Tres cosas son necesarias para lograrlo: justicia, amor y ciencia; tres son opuestas contrarias: intolerancia, odio e injusticia.

- Amalia Domingo Soler-

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