martes, 18 de febrero de 2020

Por qué ser espírita

   INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.-  Los médiums y su misión
2.- La Virtud
3.-Los tres pilares de la felicidad
4.- Por qué ser espírita
5.- ¿Existe Dios? (2)





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                       LOS MEDIUMS Y SU MISIÓN

 Existen unos seres dotados de ciertas facultades psíquicas, las cuales dependen mas bien de su constitución física que de la intelectual y moral; y con el auxilio de ellas se ponen en relación con los seres de ultratumba, que se manifiestan de este modo con sus hermanos de la Tierra, que todavía no han dejado la vida material, dándoles así una prueba de su existencia real y positiva.

A estos seres  se les da el nombre de médiums porque sirven de intermediarios, o mas bien, de intérpretes entre los espíritus y los hombres; desempeñan un gran papel dentro del mundo moral: por medio de ellos conocemos nuestra pasada historia, puesto que son, en cierto modo, los ecos de nuestro ayer cuando nos refieren el modo como la humanidad ha ido poco a poco progresando y saliendo de la oscuridad en que se hallaba envuelta, todo lo cual es my hermoso y muy grande; además por ellos ha sido desenvuelto el gran problema de la inmortalidadd del alma y sus goces futuros, por medio de la práctica y del estudio; y hoy lo sabemos positivamente, no porque nos lo haya dicho ningún hombre sabio y eminente, que tan solo pueda decirlo como hipótesis, sino porque nos lo ha demostrado el mismo espíritu inmortal, con el auxilio de un médium que nos ha dado pruebas, pero pruebas palpables de su mediumnidad; y el hombre que antes dudaba se ha convencido de la verdad y ha experimentado ese placer del conocimiento de los grandes ideales; pero todo eso no es nada comparado con la msión que viene a cumplir en este mundo el médium.

Los médiums no tan solo sirven para mostrarnos la verdad que existe del mundo espiritual, que es la inmortalidad de las almas, sino que sirven para algo más, abraza muchos más conceptos de lo que generalmente se cree, y , aparte de la grata impresión que nos causa el podernos comunicar por medio de ellos con los seres que nos son queridos, debemos considerarlos como instrumentos del progreso moral, puesto que por su intervención hemos conocido las sanas doctrinas que están llamadas a inundar el mundo con su Luz.

Jamás Allan Kardec hubiera escrito el Libro de los Espíritus, si los médiums no hubiesen existido; jamás nosotros hubiéramos alcanzado la dicha y el placer que experimentamos. Sin su pooderoso auxilio, ni los espíritus jamás se hubieran manifestado a los hombres en todas las épocas y en todos los países desde la más remota antigüedad; sin la existencia de estos seres llamados a esparcir la Luz por todas partes ¡ Cuan bella es su misión !. Ellos son los sacerdotes de la religión del porvenir; por medio de ellos se resolverán grandes problemas que hoy la humanidad todavía no comprende, y ganarán mucho las ciencias que se dediquen al estudio de la verdad por medio de los poderosos auxiliares que la divina providencia ponga en su camino, porque aparecerán mediumnidades tales que serán el asombro de la humana inteligencia. ¡ Ah, si todos los médiums comprendiesen la grandeza de su misión, no caerían como caen muchos de ellos en los más crasos erores, ni serían el ridículo y la burla de los enemigos de la verdad y del progreso, porque los médiums son instrumentos pasivos, por medio de los cuales los espíritus se comunican según la sinpatía que por ellos tienen, asi es que, tan pronto se elevan a lo ideal, siendo la admiración de los que tienen el placer de escucharlos, como descienden en los más intrincados laberintos de la confusión y del error.
¿ Y cual es la causa de semejante contraste?, ¿Por qué vemos a un médium dar una conferencia hermosa, que al escucharla parece que nos sentimos transportados a otras esferas mucho más felices que las que por nuestro mal vivimos, y después este mismo médium de cuya boca salieron tan dulces verdades, nos aburre con cosas pueriles y ridículas que son las causas de vacilaciones y de dudas?.
  Sin duda alguna la falta de instrucción contribuye mucho a que el médium no tenga todas las protecciones como debieran de ser, dedicadas a desarrollar grandes problemas y poner siempre de manifiesto la más sana moral, y aparte de esto, el convencimiento de la grandeza de la misión que Dios le ha confiado, la pureza de sus acciones y la práctica de la caridad. El médium, puesto que conoce practicamente la verdad, debe ser el que más empeño en practicarla para que no se diga de él lo que de aquellos que dicen y no hacen, y es mucho más responsable de sus acciones y de sus palabras, que no los que ignoran las sabias Leyes de Dios.

El orgullo y la vanidad son dos cosas gravísimas que debe desterar de su corazón todo buen médium, si no quiere caer bajo el dominio de espíritus imperfectos, que le arrastrarían a su perdición, obsesándolo; y una vez bajo su dominio harían de él un juguete de sus caprichos. Por esto los médiums deben ser humildes y si sus disertaciones son censuradas por hombres de más inteligencia que ellos, no deben enojarse ni resentirse por ello, pues han de pensar siempre que pueden muy bien tener una venda en los ojos que les impida ver sus propios errores, o  lo que es igual , que pueden estar fascinados por algún espíritu que les haga creer lo contrario de todo lo que dicen o escriben, y hacerles ver con sus halagos que son grandes mediums y en realidad, se expresan en grandes disparates.

Instrucción, he aquí la gran palabra; caridad y humildad, esta es la práctica, y junto con una conducta  intachable los mediums se ataerán hacia ellos espíritus superiores y de mucha Luz, los cuales formarán a su alrededor una verdadera muralla que les hará inaccesibles a los malos espíritus, puesto que cada obra buena que hagan se atraerá hacia ellos espíritus más puros, a la par que se irán separando los del mal, dado el caso que estos se unen a los hombres por afinidad y simpatía. Procurar, pues, seguir y practicar los consejos del sabio maestro si es que quereis ser  los fieles intérpretes del Espíritu de la Verdad, y nada tendréis  que temer, porque solo se os comunicarán espíritus buenos que con sus sabios consejos harán marchar la humanidad por la senda que conduce a la felicidad eterna; y vosotros, después de cumplida vuestra misión, seréis elevados a las esferas de la Luz. Sois de los llamados, pero si no merecéis ser de los elegidos porque os dieron la oportunidad y preferisteis las tinieblas; en ellas andaréis envueltos en largos siglos, si no procuráis imitar en cuanto os sea posible, al gran Médium de Dios, que descendió a la Tierra para enseñarnos a amar y sufrir, y que ahora se cierne sobre los mundos superiores, protegiendo al nuestro y haciéndolo marchar por la senda de la verdad, que es el único camino que conduce a la mansión de los grandes elegidos.



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                          LA VIRTUD.

La virtud, en su más alto grado, encierra el conjunto de todas las cualidades esenciales que constituyen el hombre de bien. Ser bueno, caritativo, laborioso, sobrio y modesto, son las cualidades del hombre virtuoso. Desgraciadamente estas cualidades están muchas veces acompañadas de pequeñas flaquezas morales que las quitan el brillo y las atenúan. El que hace gala de su virtud, no es virtuoso, puesto que le falta la caridad principal: la modestia, y puesto que tiene el vicio más contrario: el orgullo. La virtud, verdaderamente digna de este nombre, no pretende adquirir fama; se adivina, pero se oculta en la oscuridad, y huye de la admiración de la multitud. 

     San Vicente de Paul era virtuoso; el digno cura de Ars era virtuoso, y también muchos otros poco conocidos del mundo, pero conocidos de Dios. Todos esos hombres de bien ignoraban ellos mismos que fuesen virtuosos; se dejaban llevar por la corriente de sus santas inspiraciones y practicaban el bien con un desinterés completo y un entero olvido de sí mismos.
     A esa virtud, comprendida y practicada de este modo, os convido, hijos míos; a esta virtud verdaderamente cristiana y verdaderamente espiritista, os exhorto a que os   consagréis; pero alejad de vuestros corazones el pensamiento del orgullo, de la vanidad y del amor propio que paralizan todas estas hermosas cualidades. No imitéis a ese hombre que se presenta como modelo y él mismo pregona sus propias cualidades a todos los oídos complacientes. Esta virtud de ostentación, oculta, muy a menudo, una multitud de pequeñas torpezas y odiosas falsedades.
      En principio, el hombre que se exalta a sí mismo, que levanta una estatua a su propia virtud, sólo por este hecho aniquila todo el mérito efectivo que puede tener. Pero ¿qué diré de aquel cuyo valor consiste en parecer lo que no es? Yo quiero admitir que el hombre que hace bien, sienta en el fondo de su corazón una satisfacción íntima, pero desde que esta satisfacción se manifiesta, fuera para recoger elogios, degenera en amor propio.
      ¡Oh, todos vosotros a quienes la fe espiritista ha calentado con sus rayos, y que sabéis cuán lejos está el hombre de la perfección, no caigáis nunca en semejante falta! La virtud es una gracia que yo deseo a todos los sinceros espiritistas, pero les diré: Más vale menos virtud con la modestia, que mucha con el orgullo. Por el orgullo las humanidades sucesivas se perdieron y por la humildad deberán redimirse un día.
      (Francisco-Nicolás-Madaleine. París, 1863).

EL EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO. ALLAN KARDEC.


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    LOS TRES PILARES DE LA FELICIDAD



 ¡ Cuidado de no buscar la felicidad en fuentes que solo le traerán mayores desilusiones !

Si usted está descontento con su vida y desea mejorarla, procure poner la máxima atención en los tres aspectos esenciales de la felicidad ; amor, salud e inteligencia.

Haga un balance de su vida para saber que nivel de importancia le tiene dado a esos tópicos.

Vivir sin amor es la mayor miseria que un hombre puede  experimentar.

La felicidad no se mide por aquello que tenemos, sino por aquello que somos.

El mayor patrimonio que podemos tener es el amor en nuestro corazón.

Ningún placer. es comparable al éxtasis del amor incondicional.


No espere simplemente ser amado, como ocurre con la mayoría de las personas. Recibir amor depende de cuanto amor damos, comenzando por nosotros mismos. Finalice con la carencia de amor en su vida, y comience, desde ya, a ofrecer al mundo pequeños gestos amorosos.

Cuide su salud, como uno de los bienes más preciosos de su vida. Muchas personas están dejando el planeta antes de su hora, a causa de descuido con el cuerpo. No cuesta recordar que la base de la salud está en la armonía de los pensamientos, en la simplicidad de la mesa y en el equilibrio de los deseos

La inteligencia desarrollada abrirá muchas puertas en su vida. Hasta hoy no se conoce hombre alguno que se tenga que haber arrepentido de estudiar. Pero el contingente de esas personas con remordimiento por no haberse interesado por la cultura es muy grande. Todos los hombres son inteligentes, pero la conquista del saber depende del esfuerzo de cada uno.

Siempre es tiempo de enriquecer la vida desarrollando la inteligencia. Si ya no es posible volver a la escuela, sea usted una especie de autodidacta y que ya ningún día de su vida sea vivido lejos de los libros, periódicos, revistas, cine, teatro, exposiciones, etc. En fin, en algo que haga que usted pase a ver la vida desde más allá de las  pequeñas ventanas de su casa.

JOSÉ CARLOS DE LUCCA


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   POR QUÉ SER ESPÍRITA

El otro día un hermano hizo esta pregunta, y quedó dando vueltas en mi mente una y otra vez. En la meditación matutina del 28/1/2010 recibí esta comunicación:
Es el espiritismo una doctrina clara y sencilla. Su propósito principal es ayudar al hombre a ser mejor ser humano, y practicar la doctrina es cultivar el amor entre todos los hermanos como nos enseño Jesús.
El deber de un espirita es conocerse bien a si mismo, con sus virtudes y sus defectos para poder así, trabajar en su mejoramiento, trabajar de forma consciente para mejorar sus imperfecciones.
Para lograrlo solo es necesario dedicar todos los días un rato a la meditación y al auto análisis. A través del espiritismo, si lo practicamos sinceramente, seremos mejores hijos, hermanos, padres, esposos y amigos, seremos mejores seres humanos.
El espiritismo nos enseña que somos espíritus inmortales, que no debemos temer a la muerte, pues el espíritu sobrevive a este momento, que no es más que un tránsito hacia la vida espiritual. Que la vida espiritual es la verdadera vida del espíritu, y que en ella continuamos aprendiendo y acumulando experiencias que nos hacen mejores.
Que luego reencarnamos y ponemos en práctica lo aprendido, y en este ciclo vamos convirtiéndonos en espíritus cada vez mejores y acercándonos paso a paso a la luz Divina, al Ser creador de todo el universo, a esa energía que llamamos Dios.
Y la doctrina nos enseña que este ciclo es un camino hacia el progreso, pues Dios ha creado el universo regido por leyes naturales y el progreso es una de ellas.
Y la doctrina nos enseña también una verdad sencilla e infalible, cuya comprensión nos va a ayudar a comprender nuestras circunstancias y como podemos cambiarlas; esta verdad es la ley de afinidad, atraemos a nuestras vidas circunstancias, personas y espíritus afines a nuestros pensamientos.
Es decir, que la calidad de nuestro pensamiento determina la calidad de la energía que vibra a nuestro alrededor y con ello, lo que atraemos. De ahí la importancia de nuestra elevación moral.
Somos los artífices de nuestra vida, tenemos libre albedrío para practicar el bien o apartarnos de él; para esforzarnos cada día en ser mejores y comprender que con amor, paciencia, tolerancia, bondad, construimos un futuro mejor para nosotros mismos y para aquellos que nos rodean.
Y la Doctrina Espírita es mucho más, es la justicia de la ley de causa y efecto, que nos enseña que cada acción nuestra tiene un resultado, una consecuencia acorde con la misma, y esta consecuencia vendrá a nosotros indefectiblemente, ya sea en esta vida o en una vida futura. Y esta ley explica las desigualdades que tanto nos acongojan; y es también una luz que nos inspira a cultivar el bien.
Hay mucho mas para descubrir en la doctrina espírita, pero estas sencillas razones que hemos expuesto, bastan por si solas para decir: "Yo quiero ser Espírita"

Psicografiado 28 de enero 2010
-  Oswaldo Porras -

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               ¿ EXISTE DIOS ? (2)

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Obsérvese que cierto número de panteistas, admiten que el alma, tomada al nacer en el Todo Universal, conserva su individualidad durante un tiempo indefinido y que vuelve a la masa después de haber llegado a los últimos grados de perfección. Las consecuencias de esta creencia panteista, son que resulta perfectamente inútil tomarse el trabajo de adquirir conocimientos cuya conciencia ha de perderse después de un tiempo relativamente corto, si el alma se resiste a admitir semejante concepción. Cuanto mayor sería su pena al pensar que en el momento en que llegase al conocimiento y a la perfección suprema, sería el que fuese condenado a perder el fruto de todos sus trabajos al perder su individualidad.
Pasamos a la Doctrina Dogmática. El alma independiente de la materia, es creada según ella al nacimiento de cada ser; sobrevive y conserva su individualidad después de la muerte; desde este momento su suerte queda irrevocablemente fijada; sus progresos ulteriores son nulos y por consecuencia, intelectual y moralmente es para todos la eternidad lo que era durante la vida, siendo los malos condenados a castigos irremisibles en el infierno, resulta que el arrepentimiento les es completamente inútil, pareciendo que Dios se niega a concederles la posibilidad de reparar el mal que han hecho. Los buenos son recompensados por la visión y contemplación perpetua de Dios en el Cielo. Si se objeta a esta proposición que Dios juzga en última apelación en la separación definitiva de los condenados y de los elegidos, para los condenados son inútiles los socorros morales y los recuerdos.
También contemplan la creación de ángeles o  almas privilegiadas, exentas de todo trabajo para llegar a la perfección.
CONSECUENCIAS.- Esta doctrina deja sin solución graves problemas tal como: ¿De dónde proceden las disposiciones innatas, intelectuales y morales que hacen que los hombres nazcan buenos o malos, listos o idiotas?. ¿Cual es la suerte de los niños que  mueren en edad temprana?.¿Por qué entran en la bienaventuranza sin el trabajo de largos siglos de los otros?. ¿Por qué son dispensados de haber podido hacer el bien, o privados de la perfecta dicha sin haber hecho el mal?. ¿Cual es la suerte de los disminuidos psíquicos que no tienen conciencia de sus actos? ¿Cómo se justifican las miserias y las enfermedades nativas, no siendo resultado de la vida presente?;¿Cual es la suerte de los salvajes y de todos los que mueren en estado de inferioridad moral en el que están por la propia naturaleza, si no les es dado poder progresar posteriormente?;¿Por qué ha de crear Dios almas más favorecidas unas que otras?;¿Por qué llama a Si, prematuramente a quienes hubieran podido mejorarse si hubiesen vivido más, puesto que no les es permitido progresar después de la muerte?; ¿Por qué ha de crear Dios  ángeles, llegados sin trabajo alguno a la perfección, mientras que otras criaturas están sometidas a las más duras pruebas, en las que tienen más probabilidad de sucumbir que de triunfar, etc.
DOCTRINA ESPIRITISTA,. El principio inteligente es independiente de la materia. El alma individual preexiste y sobrevive al cuerpo. Todas las almas son creadas sencillas e ignorantes y están sometidas a un progreso indefinido. No hay criaturas privilegiadas ni más favorecidas unas que otras. Los ángeles son seres llegados a la perfección después de haber pasado, como los demás, por todos los grados inferiores. Las almas o espíritus progresan más rápidamente en virtud de su libre albedrío, mediante el trabajo y su buena voluntad. La vida espiritual es la normal; la vida corporal es una fase temporal de la vida del espíritu, durante la que se reviste temporalmente de una envoltura material que abandona al morir.
El espíritu progresa en estado corporal y en estado espiritual. El corporal es necesario al espíritu hasta que alcanza cierto grado de perfección; en él se desarrolla por el trabajo al que le obligan sus propias necesidades y adquiere conocimientos prácticos especiales, siendo insuficiente una sola existencia para adquirir todas las perfecciones, vuelve a tomar cuerpo tan a menudo como le es necesario y vuelve cada vez con el progreso alcanzado en las existencias anteriores y en la vida espiritual. Cuando ha adquirido en un mundo todo lo posible por la caridad, pasa a ser guía de otros seres más necesitados o va a otros mundos más adelantados moral e intelectualmente, menos materiales, y así sucesivamente hasta alcanzar la perfección a la que es susceptible la criatura.
El estado feliz o desgraciado de los espíritus es inherente a su estado moral; el castigo es consecuencia de su perseverancia en el mal, por lo que en él se castigan a sí mismos, pero nunca se les cierra la puerta al arrepentimiento y cuando quieren pueden entrar de nuevo en el camino del bien y llegar con el tiempo a todos los progresos.
Los niños que mueren en edad temprana pueden estar mas o menos adelantados, porque han vivido ya anteriormente y han podido hacer el bien o han podido cometer malas acciones. La muerte no les libra de las pruebas que han de sufrir y a su tiempo les da comienzo una nueva existencia en la Tierra o en otros mundos superiores según su grado de elevación.
El alma de los disminuidos psíquicos es de la misma naturaleza que la de los demás; a menudo es superior su inteligencia y la insuficiencia de medios para entrar en relación con los compañeros de existencia, les hace sufrir como a los mudos al no poder hablar. Ellos abusaron de su inteligencia en anteriores  existencias y para expiar el mal que cometieron aceptaron voluntariamente el verse reducidos a la impotencia en una nueva existencia.
Ahora preguntamos:  ¿Cual de las tres doctrinas es más lógica?. El panteísmo, perdiéndose nuestra individualidad en todo el infinito?; ¿El dogma religioso con su vida microscópica, que para cuatro segundos de existencia, tiene un eterno castigo o una perpetua bienaventuranza, o ¿El Espiritismo con su vida infinita, con su eterno progreso, pudiendo cada uno formarse su propio porvenir, porque tiene ante sí la eternidad? ?Qué es más consolador?. ¿Decirle al hombre ¡ trabaja y espera!, ¿ o negarle al pecador toda esperanza?. Solamente creemos en Dios, Inteligencia Suprema, Causa Primera de todo lo que existe, Infinito, Incomprensible en Su Esencia, Inmutable, Inmaterial, Omnipotente, y soberanamente Justo , Bueno y Misericordioso.
Creemos que Dios ha dispuesto en la Creación una Ley inalterable: el Bien.
Creemos que se debe adorar a Dios, amando y practicando el bien, y para ello no hay necesidad de templos ni de sacerdotes, siendo su mejor altar el corazón del Ser virtuoso, y su mejor culto, una moralidad intachable.
Dios no exige que se profese determinada religión, sino que se sea humilde y que se ame al prójimo como a sí mismo.
Creemos en la existencia del alma o espíritu, Ser inmaterial, inteligente, libre en sus acciones y responsable de ellas ante Dios.Creemos en la inmortalidad del alma. Cada espíritu es premiado o corregido según sus  obras.  Las penas nunca son eternas, y Dios acoge y perdona al espíritu arrepentido cuando se aparte del camino del mal.
Que en el espacio hay infinidad de mundos habitados por seres pensantes, sometidos también a la Ley de Evolución hasta una perfección ilimitada o indefinida. El espíritu, antes de alcanzar la bondad eterna, puede elevarse o detenerse, según su libertad, pero no puede retroceder, es decir no puede transformar su esencia en otra inferior.
Por último, el Espiritismo, como ciencia consagrada a los transcendentes estudios de la Verdad Suprema, está llamado a regenerar el mundo, inculcando en el corazón humano las sublimes verdades que enseña. Mientras la razón y la ciencia no pronuncien otro credo más en armonía con la grandeza de Dios, nosotros seremos cristianos espíritas racionalistas, y veremos en Dios la Causa Primera, en la ciencia Su eterna manifestación, y en la razón humana la síntesis del progreso universal. Así es el cumplimiento de la Ley de Caridad, y teniendo este conocimiento, es ya hora de levantarse del sueño.
(...//...) -(Continúa en el siguiente)

                                                                                                                                                                                                                                        ******************                                                                                                                                                                              


    

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