martes, 16 de julio de 2019

El ser humano necesita ser....

   INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.- Conozca el Espiritismo
2.-¿ La reproducción es una ley natural?
3.- En las aflicciones de la vida
4.- Después de la muerte
     Frase de León Denis
5.- El ser humano necesita ser....
        Frase de Goethe


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                            CONOZCA EL ESPIRITISMO

Tal vez usted se hayan hecho preguntas como estas:
   ¿Quien soy yo?;¿De dónde vengo?; ¿Para donde iré después de la muerte, y que hay después de esta?
   ¿Por qué unos sufren más que otros?. ¿Por qué unos tienen determinada aptitud y otros no?.
   ¿Por qué algunos nacen ricos y otros pobres?;¿Algunos ciegos, marginados, débiles mentales, mientras que otros nacen inteligentes y saludables?.¿Por qué Dios permite tal desigualdad entre sus hijos?.
   ¿Por qué, algunos que son malos, sufren menos que otros que son buenos?.
   No obstante, la mayoría de las personas, viviendo la vida atribulada de hoy, no están interesadas en los problemas fundamentales de la existencia. Antes se preocupan con sus negocios, con sus placeres, con sus problemas particulares. Piensan que cuestiones como "la existencia de Dios" y la "inmortalidad del alma", son de la competencia de sacerdotes, de ministros religiosos, de filósofos y teólogos. Cuando todo va bien en sus vidas, ellas ni se acuerdan de Dios y  cuando se acuerdan, es apenas para hacer una oración, ir a un templo, como si tales actitudes fuesen simples obligaciones de las que todos tienen que desentenderse de una manera u otra. La religión para ellas es mera formalidad social, alguna cosa que las personas deben tener, y nada más, a lo máximo será una descarga de conciencia, para estar bien con Dios. Tanto es así, que muchos ni siquiera tienen firme convicción de aquello que profesan, cargando serias dudas respecto a Dios y a la continuidad de la vida después de la muerte.
    Cuando, sin embargo, tales personas son sorprendidas por un gran problema, la pérdida de un ser querido, una dolencia incurable, una caída financiera desastrosa- hechos que pueden ocurrir en la vida de todo el mundo-, no encuentran en sí mismas la fe necesaria ni la comprensión para enfrentar el problema con coraje y resignación, cayendo, invariablemente, en el desespero.

¿Dónde se encuentra la solución?
   Hay una doctrina que atiende a todos estas cuestiones. Es el Espiritismo.
      El conocimiento espírita nos abre una visión amplia y racional de la vida, explicándola de manera convincente y permitiéndonos iniciar una transformación intima para mejor.

   Pero, ¿qué es el Espiritismo?
  Es una doctrina revelada por los Espíritus Superiores a través de mediums y organizada(codificada) por un educador francés, conocido como Allan Kardec, a finales del siglo XIX.
   El Espiritismo es al mismo tiempo, filosofía y ciencia,  desprendiéndose de ello consecuencias éticas y morales que le hacen aparecer con un carácter religioso.

  Es Filosofía porque da una interpretación dela vida, abordando cuestiones como el "de dónde vengo", "qué hago en este mundo", "para donde voy después de la muerte". Toda doctrina que da una interpretación de la vida, una concepción propia del mundo, es una filosofía.

  Es Ciencia, porque estudia a la luz de la razón y dentro de los criterios científicos, los fenómenos mediúmnicos, esto es, fenómenos provocados por los espíritus y que no pasan de ser hechos naturales. Todos los fenómenos, incluso los más extraños, tienen explicación científica. No existe lo sobrenatural en el Espiritismo.

   Posee un carácter religioso, porque tiene por objeto la transformación moral del hombre, reviviendo las enseñanzas de Jesús Cristo, en su verdadera expresión de simplicidad, pureza y amor. Una religión simple, sin sacerdotes ni pastores, sin ceremonias, rituales, ni sacramentos de ninguna clase; sin culto de imágenes, uso de velas, vestiduras especiales ni manifestaciones externas.

 Sus fundamentos básicos son, primeramente, la existencia de Dios, Creador, Causa Primera de todas las cosas; Suprema Inteligencia. Eterno, inmutable, inmaterial, omnipotente, soberanamente bueno y justo.
  La inmortalidad del alma o espíritu. El espíritu es el principio inteligente del Universo, creado por Dios para evolucionar y realizarse individualmente por su propio esfuerzo. Como espíritus ya existiamos antes del nacimiento y continuaremos existiendo después de la muerte del cuerpo.

  La reencarnación. El Espíritu en principio es creado simple e ignorante. Él es quien decide y crea su propio destino. Para ello tiene libre albedrío, o sea, capacidad de elegir entre el bien y el mal. Tiene posibilidad de desenvolverse, evolucionar, perfeccionarse, volverse cada vez mejor y más perfecto, como un alumno en la escuela, pasando de un nivel a otro nivel superior, a través de los diversos cursos. Esta evolución requiere aprendizaje y el espíritu solo puede alcanzarla encarnando en el mundo y reencarnando, cuantas veces necesitemos, para adquirir conocimientos a través de las múltiples experiencias de la vida. El progreso adquirido por el espíritu no es solamente intelectual, sino sobre todo, también moral.
   No nos acordamos de las existencias pasadas y en eso también se manifiesta la sabiduría de Dios. Si recordásemos el mal que hicimos o de los sufrimientos que pasamos, de los enemigos que nos perjudicaron o de aquellos a quienes perjudicamos, no podríamos vivir con ellos en esta existencia humana, pues muchas veces los enemigos del pasado hoy son nuestros hijos, o hermanos, o amigos que, en el presente, se encuentran junto a nosotros para la reconciliación. La reencarnación, de esta forma, es la oportunidad de reparación, así como también la oportunidad de dedicar nuestros esfuerzos al bien de los otros, apresurando nuestra evolución espiritual. Por el mecanismo de la reencarnación vemos que Dios no castiga; somos nosotros los causantes de los propios sufrimientos, por la ley de "acción y reacción".
   Todavía, no todas las encarnaciones se verifican en la Tierra. Existen mundos superiores e inferiores al nuestro. Cuando evolucionemos mucho, podremos renacer en un planeta de orden superior al nuestro actual. El Universo es infinito y "en la casa del Padre hay muchas moradas", como dijo Jesús.

La comunicabilidad de los espíritus. Los espíritus son seres humanos desencarnados y continúan siendo como eran cuando vivían encarnados: buenos y malos, serios y bromistas, trabajadores o perezosos, cultos o mediocres, sinceros o mentirosos. Ellos están por todas partes. No están ociosos, sino que tienen sus ocupaciones. A través de los denominados médiums, se comunican con nosotros, si quieren o pueden.
    La comunicabilidad se da de conformidad con el tipo de mediumnidad, siendo las más comunes las psicofonías(por el habla), o por la escritura (psicografías), mediante la visión (videncias) y la intuición, de la que todos guardamos experiencias personales.

El Cielo y el Infierno en el Espiritismo.- No existe el  cielo y el infierno dogmáticos,pero si existen estados del alma que pueden ser descritos como celestiales o infernales. No hay tampoco ángeles ni demonios, sino espíritus superiores e inferiores, que también están en camino de la perfección. Los buenos haciéndose mejores y los malos regenerándose..
  Dios no olvida a ninguno de sus hijos, dejando a cada uno el mérito de sus obras. Solo de ese modo podemos entender la Suprema Justicia Divina.

¿ Por qué el Espiritismo realza la caridad?,. Porque fuera de la caridad el espíritu no podrá alcanzar su perfección para la que fue destinado. Teniéndola por norma, todos los hombres son hermanos y cualquiera que sea la forma como adoren al Creador, ellos se tienden la mano, se entienden y se ayudan mutuamente.

¿Por qué la fe razonada?.- La fe sin razonamiento no pasa de ser una creencia o una superstición. Antes de aceptar alguna cosa como verdad, debiéramos analizarla bien. "Fe incuestionable es aquella que puede encarar la razón, cara a cara, en todas las épocas de la humanidad" (Allan Kardec)

¿Dónde podemos esclarecernos sobre el Espiritismo?.- Comenzando por la lectura de los libros codificados por  Allan Kardec:

- El Libro de los Espíritus.- Es la obra básica de la Doctrina Espírita. Contiene los principios del Espiritismo sobre la inmortalidad del alma, la naturaleza de los espíritus y sus relaciones con los hombres, las leyes morales, la vida futura y el porvenir de la humanidad.
- El Libro de los Médiums.- Reúne las explicaciones sobre todos los géneros de manifestaciones mediúmnicas, los medios de comunicación y la relación con los espíritus, la educación de la mediumnidad y las dificultades que eventualmente pueden surgir en su práctica.
-El Cielo y el Infierno.- Denominado también "La justicia Divina según el Espiritismo".Ofrece un examen comparado de las doctrinas sobre el pasaje de la vida corporal a la vida espiritual. Pone al alcance de todos el conocimiento del mecanismo por el que se cumple la Justicia Divina.
- La Génesis.- Se destacan los temas: Existencia de Dios, origen del bien y del mal, destrucción de los seres vivos entre sí; explicaciones sobre las leyes Naturales, la creación y la vida en el Universo, la formación de la Tierra, la formación primaria de los seres vivos, el hombre corpóreo y la unión del principio espiritual con la materia..

Además de estas obras básicas que conforman la Codificación espírita, pueden leer obras de Leòn Denis, Gabriel Delanne, Yvonne Pereira, etc. Si al haberlas analizado le asaltan dudas, pueden ponerse en contacto con algún Centro Espírita  que pueda aclararle las mismas, desinteresadamente.

Publicado por el Centro de Estudios Espíritas Allan Kardec  y adaptado por Jose Luis Martín.
   

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    ¿La  Reproducción es una  ley Natural?
    La reproducción es una Ley Natural porque sin ella el mundo de los seres con cuerpo físico  desaparecería.
Esta ley  está estrechamente relacionada con la sexualidad en general. Por ella, los humanos conservamos el instinto  semejante al de los animales, y esto crea  una necesidad que nos lleva al apareamiento y a la reproducción.   Esta necesidad es manifiesta cuando sentimos el impulso del deseo físico por el sexo opuesto,  empujados por  un instinto semejante al de los animales cuando por esta misma ley, se encuentran en  un momento  hormonal especial que les hace pasajeramente aptos para concebir un nuevo ser, y conocemos como estado de celo reproductor.
La diferencia  con los animales estriba en que en los humanos el acto sexual es además de necesario como acto reproductivo, una relación  psíquica y física, también necesaria para  la intercomunicación amorosa de la pareja. Por eso en el  Ser humano el impulso sexual no se limita a periodos de celo como en los animales, sino que su  disposición para la unión amorosa es permanente. Este “instinto “ de unión  más allá del celo animal es  natural en  la especie humana, aunque no es una excepción, pues  existe cierta especie de monos  que  siendo animales gregarios también utilizan el sexo muy frecuentemente como lazo de  relación social dentro del grupo en donde así se establecen jerarquías individuales. Y es que no podemos negar que en nuestra parte física o animalizada, tenemos tal vez, un  remoto  pasado común con los primates.
La actividad sexual del ser humano está muy relacionada con el normal equilibrio hormonal y de salud física, pues la dolencia o enfermedad orgánica, son una barrera natural para la manifestación de la líbido,que es la energía sexual. Este impedimento natural, supone que la reproducción deberá estar acompañada de un buen estado de salud, para este mismo estado se pueda transmitir naturalmente a la prole; el ser humano, por eso, cuando ya es viejo o está enfermo, dificilmente puede tener capacidad procreativa.
 El acto sexual  en el ser humano  a diferencia de cómo es utilizado en el mundo de algunos animales, trasciende  al instinto sexual  natural de su parte animalizada mas allá de lo físico  y  además de ser el medio natural  necesario para la reproducción de la especie  humana, posibilitando la vuelta al plano físico del Ser espiritual  inmerso en un contínuo proceso evolutivo, pasa a ser además  un  trascendente acto motivador  y mantenedor del Amor y de la ternura en la pareja humana.
- Jose Luis Martín-

 El sexo debe ser considerado fuente de fuerza, vida y equilibrio, debiendo por eso mismo ser respetado”.

-         Luis Vives-

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      EN LAS AFLICCIONES DE LA VIDA


PREFACIO.- :
    Podemos pedir a Dios favores terrenales y Él puede concedérnoslos cuando tienen un objeto útil y serio, pero como nosotros juzgamos la utilidad de las cosas desde nuestro punto de vista, y nuestra visión está limitada al presente, no siempre vemos el lado malo de aquello que deseamos. Dios, que ve mejor que nosotros y solo quiere nuestro bien, puede, pues, negárnoslo, como un padre rehusa a su hijo lo que podría perjudicarlo. Si  lo que pedimos no nos es concedido, no debemos desanimarnos; por el contrario, es menester pensar que la privación de lo que deseamos se nos ha impuesto como prueba o como expiación y que nuestra recompensa será proporcional a la resignación con que la sobrellevemos. (Cap.XXVII. núm 6; Cap.II, núm, 5,6 y 7).
   ORACIÓN.-:
  Dios Todopoderoso que veis nuestras miserias, dignaos escuchar favorablemente los votos que os dirijo en este momento. Si mi súplica fuera inconveniente, perdonádmela; si es justa y útil a vuestros ojos, que los buenos Espíritus que ejecutan vuestra voluntad, vengan en mi ayuda para su cumplimiento.Cualquier cosa que me suceda, ¡oh Dios!, que se haga en vuestra voluntad.  Si mis deseos no son atendidos es porque entra en vuestros designios el probarme y a ello me someto sin murmurar. Haced que no conciba por ello desaliento y que ni fe y mi resignación sean sustentadas. (Formúlese la súplica)
- Allan Kardec-(del libro Colección de oraciones espíritas)

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               DESPUÉS DE LA MUERTE

"Los espíritus malos,egoístas y endurecidos, están, después de la muerte, entregados a una duda cruel sobre su destino presente y futuro. Miran a su alrededor, no ven al principio ningún objeto sobre el que puedan ejercerse sus fechorías, y la desesperación se apodera de ellos, porque el aislamiento y la inacción son intolerables para los malos espíritus: no se elevan hacia los lugares habitados por los espíritus puros. Consideran lo que les rodea, e impresionados al instante por el abatimiento de los espíritus débiles y castigados, se adhieren a ellos como a una presa, y les recuerdan sus pasadas faltas,que ponen sin cesar en acción por sus gestos irrisorios. No bastándoles esta burla, se sumergen en la Tierra como buitres hambrientos, buscan entre los hombres el alma más accesible a sus tentaciones, se apoderan de ella, exaltan su concupiscencia, procuran apagar su fe en Dios, y cuando, en fin, dueños de su conciencia, consideran su presa asegurada, extiende sobre todo lo que rodea a su víctima el fatal contagio.
El espíritu malo, cuando puede ejercer su ira, es casi feliz. No sufre sino en los momentos en que no puede obrar y en los que el bien triunfa sobre el mal.
Sin embargo, los siglos corren. El espíritu malo siente de repente que las tinieblas le invaden, su círculo de acción se estrecha, su conciencia, sorda hasta entonces, le hace sentir las puntas aceradas del arrepentimiento. Inactivo, llevado por el torbellino, corre al azar sintiendo, como dice la escritura, erizársele de espanto los cabellos. Pronto se hace un gran vacío a su alrededor. El momento de su expiación ha llegado, la encarnación se le presenta amenazadora. Ve como en espejismo las pruebas terribles que le aguardan. Quisiera retroceder, adelantar, y precipitado en el ancho abismo de la vida, divaga espantado hasta que el velo de la ignorancia cae sobre sus ojos. Vive, obra, ve que es culpable. Siente en él no sé que recuerdos que le inquietan, presentimientos que le hacen temblar, pero no retrocede en la vía del mal. Cargado de violencias y de crímenes, va a morir. Extendido en el suelo o sobre su cama, ¡qué importa! El hombre culpable siente, bajo su aparente inmovilidad, removerse y vivir un mundo de sensaciones olvidadas. Bajo sus párpados cerrados ve apuntar una luz, oye sonidos extraños. Su alma, que va a dejar su cuerpo, se agita impaciente, mientras que sus manos crispadas tratan de agarrarse a las sabanas. Quisiera hablar, quisiera gritar a los que le rodean: ¡ Retenedme, veo el castigo!. No lo consigue: la muerte se fija sobre sus labios descoloridos, y los asistentes Exclaman: ¡descansa en paz!
No obstante, lo oye todo. Gira alrededor de su cuerpo, que no quiere abandonar. Una fuerza secreta le atrae. Lo ve y reconoce todo. Desatinado, se lanza en el espacio, donde quiere ocultarse. ¡No tiene reposo! Otros espíritus le devuelven el mal que ha hecho, y castigado, burlado, confuso a su vez, camina y caminará al azar hasta que la divina luz se deslice en su endurecimiento y le ilumine para mostrarle el Dios de justicia, el Dios triunfante del mal, que no podrá aplacar sino a fuerza de gemidos y de expiaciones."


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Jamás se ha trazado un cuadro más elocuente, más terrible y más verdadero de la suerte del malo.
¿Qué necesidad hay, pues, de recurrir a la fantasmagoría de las llamas y de los tormentos físicos.?


El cielo y el infierno. Allan kardec



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No creemos ya en un Dios de cóleras y de venganzas, sino en un Dios de Justicia y de Misericordia infinitas. El Jehová sangriento y terrible ya ha pasado. El infierno ha sido cerrado para siempre. Del cielo desciende sobre la tierra, con la revelación nueva, el consuelo de todos los dolores, el perdón de todas las debilidades, el rescate de todos los crímenes,`por medio de la expiación y el remordimiento.


León Denis. 


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El ser humano necesita ser...

"Observa con cuidado y verás la multitud aturdida, agresiva, estremecida, que te parece antipática e infeliz. En realidad, está constituida de personas como tú mismo, huyendo para ningún lugar, sin coraje para el auto-enfrentamiento.” Joanna de Ângelis/Divaldo Franco


Conozco personas que, a pesar de ásperas condiciones históricas, por la mañana ya están despiertas y encorajadas para enfrentar los dilemas cotidianos, confiadas de que vivir es un aprendizaje continuo, hecho y rehecho de errores y avances. Es un acto heroico, ellas consideran, vivir vivos, dando coherencia a sus tareas de alma, aunque anónimas.

Conozco otras, sin embargo, y aún algunos compañeros académicos cum laude, cuyas vidas entienden insípidas y vacías, atribuido el inquieto temor a nuestra época atravesada por los excesos del materialismo/fanatismo, sin ignorar la indiferencia, un artefacto muy cosmopolita.

Frecuentemente poco sensibilizada para la importancia de dar significado a la propia vida, la sociedad contemporánea se espanta cuando las buenas condiciones materiales, aliadas a un irracional consumo, puedan ser acompañadas de sensación de insignificación y desesperación delante de las cosas de la vida, sin olvidar el bando invisible de depresivos e infelices que hoy alcanzan el mundo de un plúmbeo sufrir crónico.

Es notorio que el sufrimiento existe...

Mucha gente aún no entiende que solamente metas significativas – y por lo tanto el coraje para ser – pueden generar una pura alegría o una satisfacción honesta, pues es tan sólo el dinamismo dialéctico entre "ser" y “hacerse” que pone rumbo creativo al camino individual, algo que necesita mucho ser diseminado,  desde el principio de la educación humana, y para mantener fecundo el campo de las convivencias, estructurando entonces una mayor proximidad con los dictámenes de la salud del cuerpo-y-alma.
Es notorio que el sufrimiento existe y nadie diría lo contrario.

Pero tenemos la tendencia a intensificar lo (malo) sufrir, a medida que, especialmente en  Occidente, somos entrenados (e instigados) para no entrever la impermanencia de las relaciones y de las cosas, apostando, también a causa de este error de interpretación, en el disfrute de la felicidad como un "producto" a ser alcanzado a cualquiera costa y que pasa, frente a la realidad, a ser fuente de angustias y blanco de una serie de actitudes antisociales.
Felicidad y sufrimiento son experiencias transitorias y, como individuos, lo que de hecho nos cabe es la aventura de evolucionar, de conocernos para pensar/vivir/convivir mejor.

A buen seguro, y en las dimensiones privada y pública, más y más el deseo por sabiduría se hace esencial. Pues, para decir al menos, la sabiduría, relacionada a la verdad, inmediatamente contraria a la mentira y a los engaños, tiene el don de alejarnos de las trampas de una vida comandada por las ilusiones.

Lo necesario para vivir una vida escogida

Además de eso, en un mundo que está en duro tráfico, la sabiduría puede asegurarnos la serenidad de reverenciar, aprendiendo a agradecer y a saborear, por ejemplo, las pequeñas cosas del día a día: una buena comida, un libro edificante, una compañía agradable, el abrazo de un hijo, un día de lluvia, un día ventoso, la franca certeza del devenir, del cambio que impregna todas las cosas…

Aunque muchos de nosotros estemos afectados por un autoconocimiento superficial, pues anchamente dirigidos por mandos materialistas (reduccionistas), a cualquier instante podemos decidir por una vida guiada por significación, por lo tanto rumbo a la sabiduría.

¿Qué es necesario, entonces, para vivir una vida escogida?

Una disposición valiente para ser y vivir, actuando bien, viviendo lúcidamente, a despecho de todo mal que aún persiste el destino humano – individual y colectivo. “Corage de alma", como decía Spinoza.

 "Coraje de alma" para avanzar, pero haciendo bien hecha nuestra parte – bajo la luz de la razón y del corazón, porque el coraje, una entre tantas otras virtudes, si como trazo de carácter implica débil sensibilidad al miedo, como calidad es siempre generosa y por eso teje la biografía de los héroes. Y necesitamos de héroes, los héroes anónimos, que viven todos los días y, en el vasto mundo, lúcidamente educan a sus hijos, conocedores de la responsabilidad de contribuir luminosamente con el destino humano.

 Autor: Eugênia Pickina

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Los que no esperan otra vida ya están muertos en esta. Goethe 


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