viernes, 26 de abril de 2019

Machismo y Feminismo

 INQUIETUDES ESPÍRITAS
1.- Machismo y Feminismo
2.-El conocimiento del Espiritismo
3.-Codificación: Prolegómenos del Libro de los Espíritus
4.-La escuela del hogar
5.-Vidas inacabadas (6).- Extraña pareja

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MACHISMO Y FEMINISMO

Machismo. – R.A.E.: Actitud o manera de pensar de quien sostiene que el hombre es por naturaleza superior a la mujer.                                                                                                                               Feminismo– R.A.E.: Doctrina y movimiento social que pide para la mujer el reconocimiento de unas capacidades y unos derechos que tradicionalmente han estado reservados para los hombres.
Hay quien todavía no ha entendido lo que significa y representa el feminismo, quien piensa que el feminismo es lo mismo que el machismo pero por parte de las mujeres hacia los hombres, y esto es una idea muy equivocada, como bien se puede comprender a raíz del significado que nos ofrece la R.A.E.
A consecuencia de los excesos del machismo es muy normal y comprensible que el colectivo femenino rechace esta situación. Lógico también que se esté propagando de la manera que estamos apreciando en la actualidad el movimiento feminista, que poco a poco va tomando gran auge, en especial en las naciones mas desarrolladas. Gran importancia ha tenido la incorporación de la mujer al ámbito social y laboral, lo que ha propiciado su emancipación y liberación económica. Le ha permitido decidir su propio futuro.
Queda muy atrás esa imagen en que la mujer se encontraba obligada a someterse a la voluntad del marido en todas las facetas de la vida. Estaba básicamente inhabilitada para la toma de decisiones que no fueran otras que las meramente domésticas. Esta circunstancia ha venido manteniendo a la figura femenina dentro de grandes limitaciones, coaccionada, oprimida y viviendo constantemente bajo la tutela masculina. Sucedía, simplemente, que el hombre, al ser más fuerte físicamente e imponiendo la sociedad sus costumbres ancestrales, se consideraba más capacitado para dirigir los asuntos familiares y, en general, todos los asuntos de orden social. Pesaban sobre él las decisiones y la dirección, tanto familiar como extra familiar.
Habría que estudiar qué argumentos, desde tiempos muy remotos, sirvieron para la asignación de estos roles tan claros y específicos que han llegado hasta nuestra época. Lo que está claro es que por fin se están eliminando progresivamente dichas actitudes, y que gracias a la educación y al desarrollo cultural, ético y moral, van corrigiéndose las posturas y equilibrándose las tendencias.
El machismo lleva consigo muchas situaciones injustas y humillantes. No es solo el hecho de que la figura masculina se haya considerado superior a la mujer, sino que esto ha traído como consecuencia ningunear y desprestigiar a esta en muchos aspectos. Veremos a continuación algunas ideas consideradas normales en el pasado, de las que algunas aún colean.
No era apta para el trabajo fuera del hogar.
Estaba “hecha” únicamente para la procreación y crianza de los hijos.
Debía satisfacer al hombre siempre que este lo exigiese.
La mujer podía ser tratada como un objeto cuando interesase.
Se le ha faltado al respeto por su condición de mujer.
Ha soportado cargas de trabajo muy superiores a las del hombre.
Ha sufrido multitud de vejaciones y abusos, en especial en el apartado sexual.
La mujer podía sufrir discriminación laboral respecto al hombre.
Se le ha considerado inferior al hombre intelectualmente.

Y así una larga lista de apreciaciones.
Se podría afirmar, sin riesgo al equívoco, que en todos los ámbitos de la vida, la mujer ha sufrido y aún hoy sufre los estigmas atávicos de su condición femenina, ya sea en los aspectos laboralesculturales o legislativos, ya que la mujer no ha participado en la creación de las leyes ni tenía la misma representación que el hombre a nivel jurídico. Su coeficiente intelectual ha sido menospreciado; es considerada el sexo débil… Con todo esto, podríamos decir que históricamente el sometimiento que el hombre ha ejercido hacia la mujer ha sido exagerado, y esto debía y debe tener un fin.
Por lo cual, es lógico y natural que el colectivo femenino tenga que unirse y reivindicar sus derechos e igualdad a los de los hombres, por medio de manifestaciones, huelgas y otros modos sin los cuales sería muy poco efectiva su lucha y su protesta. Desde aquí no podemos hacer otra cosa que ponernos de su lado y apoyar en todo lo posible todo este tipo de reivindicaciones. No obstante, también se puede hacer una crítica constructiva y tratar de analizar aquellos otros aspectos que siempre se pueden mejorar, y elucidar con argumentos y un análisis imparcial aquello que se sale de la propuesta feminista, que por inercia aparece y tampoco es del todo justo aceptarlos.
Sucede con harta frecuencia cuando tratamos de superar una injusticia debido al fanatismo, al exceso de ímpetu, a la impaciencia y en suma a las carencias y debilidades humanas, que solemos pasar de un extremo a otro, y esto es lo que debemos evitar para no caer de unos errores a otros.
La mujer en muchos aspectos no necesita ni debe igualarse al hombre, sencillamente porque tiene capacidades, emociones y sensibilidades diferentes, y en algunos aspectos superiores  a las del hombre. Como ser espiritual ha alcanzado y desarrollado unos  valores difíciles de alcanzar a gran cantidad de personas en su rol masculino.                                      
Hombres y mujeres, mujeres y hombres, todos, deben avanzar juntos, comprendiendo y aceptando que son chispas divinas en evolución, carentes de condición sexual, y que ese rol es únicamente la herramienta para su  progreso; la herramienta que les facilitará los medios más propicios para desarrollar las múltiples facetas de su personalidad, de su alma y espíritu.
Debemos abrirnos y comenzar a racionalizar los procesos de evolución, de libertad y de proyección en esta pequeña esfera terrestre como parte de un proceso de escolarización por el que todos pasamos, teniendo en cuenta que la pluralidad de existencias otorga al espíritu humano tantas oportunidades como necesite para abrirse camino en el intrincado recorrido en pro del desarrollo de sus facultades espirituales.
Una vez más reiteramos, el espíritu como tal carece de sexo; el sexo pertenece a la condición humana, masculina o femenina. El desconocimiento de esta gran verdad por la mayor parte de la humanidad ha generado grandes diferencias de género y también el fanatismo de las sociedades respecto a la condición sexual. El ser humano, hombre y mujer, el espíritu en busca de evolución, ha olvidado su necesidad de transcender; el progreso de su espíritu.
El problema del machismo, que es grave y vergonzoso, solo se podrá superar con la educación y con la reprobación, a mi juicio, no solo de las mujeres que con valentía están decididas a extirpar esta lacra de la sociedad, sino también con la reprobación de los hombres y el ejemplo que tenemos que dar todos aquellos que ya nos vamos iluminando con la luz de la ciencia del espíritu, de aquellas personas que de modo claro y evidente buscan encontrar su papel en el concierto universal.
La vida es un auténtico regalo del Creador, o mejor dicho, es la herencia recibida de Dios. Corresponde al individuo encontrar su utilidad, aceptar el porqué de la vida y cómo hemos de invertir nuestros esfuerzos y luchas diarias. No hay mejor inversión que dignificarla, engrandecerla y desarrollarla a través de los valores, la ética, y con amor, que es la energía más poderosa del cosmos y la guía que todo lo eleva, sublima y que es fuente creadora de felicidad.
La sexualidad marca unas diferencias, lo queramos o no, que cada uno de nosotros debe aprovechar muy bien en su favor. En definitiva, nuestro cuerpo físico no es mas que una herramienta de progreso; no supone ventaja o desventaja venir “equipados” con un cuerpo de hombre o de mujer, ya que el espíritu en su condición de espíritu libre, cuando se está preparando en el espacio para una nueva encarnación, elige, en la mayoría de las ocasiones con libertad, qué experiencias, objetivos y metas quiere alcanzar y cuál es el sexo mas adecuado a fin de lograr aquellos objetivos.
Esto no le quita ni un ápice a las injusticias y abusos que históricamente se vienen cometiendo simplemente por razón del sexo o condición sexual.
Ahora bien, si se entiende bien la idea, asumido el sentido y la razón de ser de la ley de reencarnación, el individuo estará en condiciones de afrontar mejor su existencia, y según el sexo elegido, de aprovechar su existencia terrena y el desarrollo de los valores que cada rol le propicia.
Existe una línea muy delgada en la expresión de la condición femenina, es decir, de sus propios y lógicos derechos, oportunidades y relaciones con el género masculino. La sexualidad no puede, ni debe, reducir o incrementar derecho alguno, porque, por encima de cualquier otra consideración, el ser humano posee unas características bien concretas según su rol. La mujer no debe ni necesita imitar al hombre en sus expresiones, ademanes y actos, debe huir de extremismos que siempre resultan perjudiciales.
Por ejemplo, si el hombre es camionero, la mujer quiere serlo también; si el hombre es astronauta la mujer también lo quiere; si el hombre juega al fútbol la mujer también lo quiere. Está claro que tiene el mismo derecho, y es respetable, ¿pero es esta la cuestión? ¿Es esto exactamente lo que defiende el feminismo, o lo que se defiende es borrar de nuestro subconsciente la vieja y caduca idea de que el hombre es superior a la mujer y debe respetarla y querer para ella los mismos derechos y libertades?
Es difícil establecer los criterios y poner límites a todo este tipo de situaciones y circunstancias. No obstante, si lo que se persigue es hacer lo mismo que el hombre, a mi criterio la mujer perdería mucho, y no lograría ese sentimiento interno de verse a la par que el hombre, porque entonces perdería sus rasgos más íntimos femeninos y dejaría de cumplir con las elevadas tareas y responsabilidades que, por su naturaleza, la ley de evolución le tiene asignada.

Esta búsqueda de igualdad, llevada así, implicaría que la mujer estaría perdiendo sus propios valores y esencia femenina, pues comportarse como un hombre le igualaría a él. El hombre tiene unas características determinadas y la mujer también las suyas, y cada uno tiene la misma responsabilidad ante la vida; no obstante, el signo con el que viene cada uno le coloca en una posición diferente, sin que por esto tenga que haber criterios de superioridad e inferioridad, hecho que es sólo propio de las sociedades poco avanzadas intelectiva y espiritualmente.
   Todo aquel que se manifieste superior a la mujer se está colocando en una posición de inferioridad respecto a ellas, ya que es un concepto insostenible. Dejemos ya de establecer esa falsa superioridad y de dividir el mundo entre dominadores y dominadas, tan perjudicial para la condición humana.
Los problemas existentes y el actual cambio de situación de la mujer no se van a resolver porque nos dejemos llevar por el código de masculinidad imperante hasta ahora. La condición femenina no se sentiría realizada si igualase al rol masculino, pues tiene atributos diferentes que desarrollar. Atributos que le permitirán realizarse en un camino similar, pues ambos géneros deben evolucionar juntos, enriquecer su conciencia en caminos paralelos, no necesariamente idénticos.
Este redactor entiende que el hombre y la mujer se complementan perfectamente, y esa es la premisa evolutiva. Imaginemos un mundo solo de hombres, o un mundo solo de mujeres, o un mundo de hombres y mujeres en los que se hayan eliminado los valores y las características naturales de masculinidad y feminidad; no sería lo mismo. Qué tristeza de mundo, qué monotonía, ¡qué tragedia!
La mujer no puede, no debe, renunciar a su condición femenina, a ser mujer; no debe abandonar su propia esencia por querer parecerse al hombre y querer imitarle en sus realizaciones; estaría faltando a su condición femenina creadora de vida, a los objetivos comprometidos antes de encarnar. No es lo mismo reivindicar la igualdad de género que disfrutar de los derechos inherentes a todo ser humano, independientemente de su condición sexual.
Hay un hecho que resalta mucho, como lo es el índice de natalidad. Cada década va bajando de manera exponencial, lo cual está suponiendo el envejecimiento de la sociedad. En Europa esto supone un desequilibrio y un desastre que desestabiliza todas las previsiones económicas y sociales. Y me pregunto: ¿Esto estaría sucediendo si se hubiera entendido bien el rol que cada sexo representa para el cumplimiento de la misión con la que hemos venido a la Tierra?                                               
Igualdad de género no significa que hombres y mujeres tengan que convertirse en lo mismo, sino que sus derechos, responsabilidades y oportunidades no dependerán del hecho de haber nacido hombre o mujer.
202.Cuando se es Espíritu, ¿se prefiere encarnar en el cuerpo de un hombre o en el de una mujer?
-Esto importa poco al Espíritu. Depende de las pruebas por las que tenga que pasar.                    Los Espíritus encarnan en hombres o mujeres, pues no poseen sexo. Como deben progresar en todos sentidos, cada sexo, así como cada posición social, les ofrece pruebas y deberes particulares y la ocasión de cosechar experiencias. El que hubiera sido siempre hombre sólo sabría lo que saben los hombres.                            
     (El libro de los espíritus, Capítulo IV, Pluralidad de las asistencias. Allan Kardec).
Como espíritus que somos, es condición ineludible ir perfeccionándonos y exteriorizar los valores íntimos. Por tal razón, cuando hemos de afrontar una nueva existencia en la materia elegimos el sexo mas idóneo, a fin de ir adquiriendo las facultades y valores que más nos interesa realzar en nuestra personalidad. Buscamos reajustarnos y equilibrarnos, tanto en amor como en sabiduría, y para ello unas veces nos conviene más tomar una materia femenina y otras una materia masculina. Nada más simple.
Ahora bien, debido a la falta de una conciencia de la transcendencia del espíritu sobre la materia en los individuos de nuestra sociedad que padecemos, y sin la compresión del porqué y para qué estamos aquí, hemos preconcebido roles y establecido que los hombres    tenían que hacer esto y las mujeres lo otro. El resultado es que nos hemos venido estorbando y perjudicando mutuamente a lo largo de estos siglos.
Vivimos una era convulsa; muchísimas cosas están puestas en cuestión. Es normal, ¡estamos evolucionando! Hay que derribar los viejos edificios gastados y levantar unos nuevos, los cimientos de esta civilización se tambalean. Tengamos en cuenta que hay mucha confusión en la humanidad, estamos cansados de tropezar en la misma piedra; nuestro subconsciente lo intuye y lo sabe y quiere avanzar, pero no todas las ideas viejas han dejado de valer, y no todas las ideas nuevas son correctas; analicemos y filtremos todo con el tamiz de la razón y de la nueva conciencia que va emergiendo de mano de la espiritualidad superior.
Pero pensemos que todos hemos cometido esos excesos, porque el que hoy se viste de hombre ayer se vestía de mujer, y nadie está a salvo de haber cometido infinidad de desmanes y tropelías. Somos libres para sembrar, pero la cosecha es obligatoria. La ley de consecuencias se encarga de poner las cosas en su lugar. 
Fermín Hernández - Amor, Paz y Caridad
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            EL CONOCIMIENTO DEL 
                  ESPIRITISMO

 ¿Qué vale más, hermanos: la humildad o la vanidad? Si es la vanidad, podéis adornaros con todos los grandes conocimientos ocultos, con todas las explicaciones misteriosas sobre Dios y el Infinito, con todas las fábulas y utopías a las cuales se refería el apóstol Pablo. En ese caso, dejaréis de lado la humildad.- Esa pequeña violeta del Mundo Espiritual, abandonada por vosotros, reavivará entonces su perfume entre los humildes. Y de éstos, según lo enseñó Jesús, será el Reino de Dios. 
No penséis, sin embargo, que el Espiritismo es doctrina estática, que no quiere ir más allá. Por el contrario, él es una doctrina dinámica y avanza siempre. Pero avanza en la medida de lo posible y de lo conveniente, con los pies en la tierra, para evitar el vértigo de las alturas. En la proporción que crecemos moralmente -prestemos bien atención a esta palabra: MORALMENTE- el propio Espiritismo, dentro de las mismas obras de Kardec, desvelará nuevos mundos y nuevas enseñanzas ante nuestros ojos. Pero, entonces, estaremos en condiciones de comprenderlas. Todo se hace de manera progresiva, nada de saltos. Apegaros al Tesoro del Espiritismo, que la misericordia de Dios colocó en vuestras manos, si queréis realmente aprender y no apenas ilusionaros.. 

En conclusión: 
El espírita debe estudiar constantemente las obras de Kardec, que son el fundamento del Espiritismo, y no dejarse llevar por fascinaciones de la vanidad o de la ambición de saber lo que no puede; debe comprender los límites de su actual situación evolutiva,y humildemente procurar el medio de progresar. 

El Tesoro de los Espiritas Miguel Vives 
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                                              CODIFICACIÓN                 
       APARICIÓN DE EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS 
                            PROLEGÓMENOS 
    Fenómenos que se escapan a las leyes de la Ciencia vulgar se manifiestan en todas partes

 y revelan, en su causa, la acción de una voluntad libre e inteligente. 
    La razón dice que un efecto inteligente debe tener como causa una potencia inteligente y 

los hechos probaron que esa potencia puede ponerse en comunicación con los hombres por 
medio de signos materiales. 
    Interrogada esa fuerza sobre su naturaleza, declaró pertenecer al mundo de los seres 

espirituales que se despojaron de la envoltura corporal del hombre. Es así como fue revelada
 la Doctrina de los Espíritus. 
  Los Espíritus anuncian que los tiempos marcados por la Providencia, para una manifestación

 universal han llegado ya, y que siendo ministros de Dios y agentes de su voluntad, su misión 
es la de instruir y esclarecer a los hombres, abriendo una nueva era para la regeneración de 
la Humanidad. 
     Este libro es la recopilación de sus enseñanzas. Fue escrito por orden y bajo el dictado de
 los Espíritus superiores para establecer los fundamentos de una filosofía racional, libre de 
los prejuicios del espíritu de sistema. Nada contiene que no sea la expresión de su 
pensamiento y que no haya sido sometido a su control. Sólo el orden y la distribución 
metódica de las materias, así como las notas y la forma de algunas partes de la redacción, 
son obra del que recibió la misión de publicarlo. 
     Entre los Espíritus que concurrieron para la elaboración de esta obra, varios vivieron en 
épocas diversas en la Tierra, donde predicaron y practicaron la virtud y la sabiduría. Otros no 
pertenecen por sus nombres a ningún personaje cuyo recuerdo haya guardado la historia, 
pero su elevación queda atestiguada por la pureza de su doctrina y por su unión con los que 
llevan nombres venerados. 
     He aquí los términos en que, por escrito, y conducto de varios médiums dieron la misión 

de escribir este libro: 
“Ocúpate con celo y perseverancia del trabajo que emprendiste con nuestro concurso, 
porque este trabajo es nuestro.
     En él sentamos las bases del nuevo edificio que se levanta y que debe un día unir a todos 
los hombres en un mismo sentimiento de amor y caridad; pero antes de divulgarlo, lo 
repasaremos juntos, para controlar todos los detalles.
     Estaremos contigo todas las veces que lo pidas, para ayudarte en tus otros trabajos,

porque esta no es más que una parte de la misión que te ha sido confiada y que ya te fue 
revelada por uno de nosotros.
     Entre las enseñanzas que se te dan, las hay que debes guardar para ti hasta nueva orden.
 Nosotros te indicaremos cuando llegue el momento de publicarlas. Hasta entonces, 
medítalas, para que estés preparado, cuando lo indiquemos. 

         Coloca en la cabecera del libro la cepa de la vid que te
diseñamos , porque es el emblema del trabajo del Creador,
encontrándose reunidos en ella todos los principios materiales
que pueden representar mejor el cuerpo y el espíritu; el 

cuerpo es la cepa; el espíritu es el licor; el alma o espíritu unido a la materia es el grano. 

El hombre purifica el espíritu por medio del trabajo y tú sabes que sólo es con el trabajo 
del cuerpo que el espíritu adquiere conocimientos.
     No te dejes desanimar por la crítica. Encontrarás contradictores obstinados, sobre todo
entre las personas interesadas en los abusos. Hasta los encontrarás entre los Espíritus,

porque los que no están completamente desmaterializados procuran con frecuencia sembrar dudas
por malicia o por ignorancia. Pero prosigue siempre.
     Cree en Dios y camina con confianza. Estaremos contigo para sostenerte y está próximo 

el tiempo en que la verdad brillará por todas partes.
     La vanidad de ciertos hombres que creen saberlo todo y todo quieren explicarlo a su 

modo,originará opiniones disidentes. Pero todos aquellos que tuvieren presente el gran 
principio de Jesús, se confundirán en el mismo sentimiento de amor al bien, y se unirán
con un lazo fraternal que abarcará al mundo entero. Dejarán a un lado las miserables 

disputas de palabras para no ocuparse más que de las cosas esenciales y siempre será una 
misma la doctrina, en cuanto al fondo, para todos los que recibirán comunicaciones de los 
Espíritus superiores.
     No te inquietes, pues, con las zarzas y las piedras que los incrédulos o los malvados
sembrarán en tu camino. Conserva la confianza: con la confianza llegarás al fin y siempre
merecerás ser ayudado.
     Acuérdate que los buenos Espíritus no asisten sino a los que sirven a Dios con humildad y
desinterés y repudian a cualquiera que procure en el camino del cielo, un escabel para el 

logro de las cosas de la Tierra. Ellos se apartan del orgulloso y del ambicioso.
     El orgullo y la ambición serán siempre una barrera entre el hombre y Dios; son un velo
corrido sobre los destellos celestes y Dios no puede servirse del ciego para dar a comprender
la luz.” 

San Juan Evangelista, San Agustín, San Vicente de Paúl, 
San Luis, El Espíritu de Verdad, Sócrates, Platón, Fenelón, Franklin, 
Swedenborg, etc., etc

EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS. ALLAN KARDEC.
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                                  LA ESCUELA DEL HOGAR

       El Hogar es la primera escuela. La educación en el hogar sería lo ideal.
       El hogar no se reduce solamente a las cuatro paredes de ladrillos que se yerguen y 
constituye la casa material en donde residimos. ¡  No y No !. Casa, residencia o morada es una
 cosa; el Hogar es otra, ¡totalmente diferente!.Tanto, que es hasta posible tener una casa bonita
,una residencia confortable, una morada de lujo, pero infelizmente, no tener un hogar en la 
verdadera acepción de la palabra. El hogar es un laboratorio de evolución. Es una escuela de mejoramiento. Un granero de experiencias. Un escalón para una superior mejoría. El hogar es 
aquel reducto de respeto mutuo y de mutua cooperación.De amistad aconsejante y de amistosa tolerancia. En ese sentido, ya sea formado por un palacete o por una barraca, ¡ podrá ser 
siempre el pequeño paraíso en donde reina siempre la alegría de vivir!

 - Cristo, Camino, Verdad y Vida-
-Espíritu Emmanuel-Médium Chico Xavier

                                                                *******************************


 
...//...

     Toda esta coyuntura comenzó a constituirse en una pesada carga para Laura a sus 
veintitrés años. No es que estuviera desesperada por conocer a un caballero 
adecuado a sus preferencias, pero el ambiente en el que se movía y los relatos tan 
apasionados que escuchaba de labios de sus amigas, la empujaban a sentirse como una 
especie de “bicho raro” en tiempos en los que las relaciones sexuales y las aventuras amorosas formaban parte frecuente de la realidad de sus amistades más cercanas.

     Ni ella misma se lo explicaba en sus más turbadores momentos de soledad. Se miraba 
con emoción en el espejo y se contemplaba guapa, de rasgos agradables y con un 
cabello castaño sedoso y suelto. No le faltaba en absoluto el don de la hermosura ante el 
que tantos hombres de similar edad se rendían. Entonces, ¿qué ocurría? Esa y otras
 preguntas semejantes martilleaban con frecuencia la cabeza de mi madre, la cual, no lograba 
hallar una explicación a su falta de “éxito” con las personas del otro sexo. ¿Por qué había 
de sufrir los rigores de un eterno invierno en su corazón cuando su mente viajaba a castillos 
de princesas aduladas por las nobles palabras de caballeros de una inmortal primavera?

     Antonio era la otra cara de la moneda. Bien relacionado desde que aspiró su primer 
trago de aire, jamás conoció ningún impedimento en trabar nuevas amistades fueran del tipo 
que fueran. Tenía tanto donde elegir y tal variedad de admiradoras que para él, la soledad 
podía llegar a ser algo incluso apetecible tras mantener innumerables encuentros sociales y 
afectivos.

     Al principio todo fue bien en la flamante relación. El impulso de la pareja recién formada se mantuvo elevado durante los primeros meses. El hecho de que cada uno pasara muchas horas en sus respectivas ocupaciones, ella como feliz periodista y él como exitoso bróker financiero, provocaba que se vieran poco y que cuando lo hicieran se dejaran llevar más por la pasión que por los fundamentos de lo que realmente les unía.

     Mi madre se sentía tan falta de cariño tras un ayer helado y falto de amor, que se agarraba a Antonio como un náufrago a un madero en medio de una tormenta. Para él, en cambio, su novedosa aventura no le provocaba un derroche de apego, acostumbrado como estaba a haber mantenido numerosos contactos. Sin embargo y con el tiempo, empezó a tomarle el gusto 
a una idea que se deslizaba con forma de serpiente por su cabeza: por un lado, se dio 
cuenta de que podía “manejarla” hasta cierto punto conduciéndola hacia sus intereses. Por 
otra parte, ese éxito laboral de su pareja le fascinaba.

     Aunque ya fuera un consolidado hombre de negocios y de reputación victoriosa entre sus 
allegados, le seducía hasta límites insospechados el que la gente supiera que él era el 
novio de la afamada locutora de radio llamada Laura Costa, la gran defensora de las causas 
perdidas, la idealista portavoz de los más débiles de la sociedad, la más bella abogada de los 
pobres, de los desvalidos y la más implacable acusadora de abusadores, bribones y otros 
“especímenes” perversos de humanos que pululaban por la corteza de la metrópolis. De 
alguna forma, era como si Antonio encontrase en ella y en su labor una compasiva 
compensación al turbio ambiente en el que él se sumergía todas las mañanas. En su trabajo,
 una regla no escrita impedía pronunciar palabras tales como “perdón”, “caridad” o “empatía”. 
Y es que el dinero, como en una ocasión le explicó el emperador romano Vespasiano a su 
hijo Tito, “no tenía olor”.

     Los años pasaron y la relación prosiguió, pero curiosamente, no había señales de 
ceremonias de matrimonio ni tampoco amagos de convivencia. ¿Por qué? ¿Cómo era 
posible que tras meses y meses de ligazón cada uno optara por vivir en su propio piso y 
no juntos? Cierto es que muchos fines de semanas dormían en el mismo lecho, mas la 
distancia física existente en los días laborables se mantenía inalterable.

     Al observarles con detenimiento, pude comprobar que la 
desconfianza surgía más bien en la figura de mi madre. Él se 
encontraba cómodo en esa tesitura pues así no se veía atado, 
aunque su relación con Laura tuviese tintes de “oficialidad”. Y 
ella jamás tuvo claro si el afecto de mi padre era del 
todo sincero.¿Soportaría ella esa inestable relación como modo
 de evitar las consecuencias de la soledad? O simplemente, 
¿sería que sospechaba algo invisible de su pareja que la hacían 
recelar en el fondo de él? Pronto se resolvería este misterio.

     Durante el primer período, el magnetismo que exhibía mi madre a través de las ondas
 de radio pareció acaparar toda la atención de Antonio. Sin embargo, algo debió 
ocurrir en el pensamiento de él pues en una fase más avanzada de su peculiar relación, un 
factor extraño empezó a perturbar lo que hasta ese momento había presidido su vínculo. 
Como solo se veían los fines de semana, aunque habitualmente hablaran por teléfono, mi 
padre empezó a flirtear pronto con otras mujeres. Tal vez porque se aburría o porque Laura 
no era una mujer especialmente fogosa,sino mucho más amante de una buena conversación 
que de una noche apasionada en la cama, la calidez de los inicios se fue transformando en 
frialdad.

     A Antonio no le agobiaba en exceso esta coyuntura, pues resolvía con facilidad el dilema 
instalado en su cabeza: “mi novia es la periodista Laura, líder de audiencia en su campo, 
una buena persona en definitiva y no obstante, estoy cortejando a otras mujeres”. Su 
disyuntiva la solventaba rápidamente hasta sumirle en el desdén: “no es mi culpa, pues ella 
nunca habla de vivir juntos, tampoco menciona nada relativo al matrimonio y cada vez se 
acuesta menos conmigo. Por tanto, mi actitud está más que justificada”.

...continuará.. - -

                                                                        *******************************

                                                                                                

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