El elemento espiritual y el elemento material son dos principios constitutivos del Universo. El elemento espiritual es individualizado es el de los Espíritus. El elemento material individualizado constituye los diversos cuerpos de la naturaleza, orgánicos e inorgánicos.
Todos los fenómenos de la naturaleza pueden ser explicados por las leyes naturales. Las leyes físicas, químicas y biológicas que nos dan el mecanismo de la vida, del microscopio celular o sobre la magnitud del microcosmos.
Estas leyes, que son automáticas, son regidas por la ley Universal. Esta ley omnipresente, la llamamos Dios. Siendo perfecta, a de ser inmutable, pues solo lo imperfecto sufre cambios buscando el perfeccionamiento progresivo. Por eso al ser inmutable la Ley Universal, se concibe su acción constante y uniforme.
Por la regularidad y constancia de la ley Universal, concluimos que no hubo un momento de la creación. Dios irradia constantemente y se proyecta centellas divinas o principios espirituales que proviniendo de un ser perfecto solo podrán tener un destino: la evolución, infinita rumbo a la perfección.
Dios crea siempre. Un ser perfecto, omnipresente e inmutable, Ley universal omnisciente no tienen un grafico de creación o un momento para crear, más si una acción creativa constante y eterna.
La encarnación primera por tanto fue para nosotros, hoy seres humanos, hace incontables millones de años, cuando las centellas divinas se sumergían en la dimensión física uniéndose a las expresiones de la organización material.
El espíritu durmió en los átomos y pasó el gran sueño por el reino mineral, soñó en las organizaciones vegetales, se agito por las especies animízales para despertar en la especie humana, rumbo a la conciencia superior en seres futuros.
Todo sirve, todo se encadena en la naturaleza, desde el átomo primitivo hasta el arcángel, que también comenzó por ser átomo.
La distancia entre minerales, vegetales y animales es simplemente consecuencia del mayor o menos camino recorrido en el camino evolutivo del ser.
El origen de la vida, si recordamos las condiciones existentes antes de su aparición, vemos que la edad calculada según varios métodos, es de cuatro billones y medio de años. El examen de los fósiles y otros materiales muestran que la vida a existido hace dos billones de años atrás, lo que significa que hubo una espera o un trabajo de dos billones de años par que el nacimiento estuviese adecuado para recibir los primeros seres vivos en la concepción de la vida biológica.
La Tierra en sus fases primitivas se presenta a temperaturas incandescentes y llegó hasta los 2ooo grados centígrados de temperatura, al lado de descargas eléctricas. En determinada época comenzó el enfriamiento, que continuo por millones de años. Durante ese proceso, los materiales más pesados, pasaron a ocupar la región más central de la tierra, su núcleo, los más leves permanecen por encima, formando la parte externa.
La tierra fue sufriendo modificaciones acentuadas en su aspecto, por los movimientos de rotación y traslación, además del enfriamiento. Las fuerzas de la atracción del Sol estabilizaron la orbita del planeta. El movimiento de rotación determinó el achatamiento de los polos. El nacimiento de la luna, hija de la Tierra, pasó a ser un ancla magnética, actuando en el equilibrio del movimiento de traslación terrestre.
El satélite de la Tierra influenciaría por intermedio de su luz polarizada (indirecta), el despertar de la vida y la reproducción de los futuros seres vivos. En todo ese proceso admitimos la presencia de una fuerza mayor, o Ley, como un impulso determinista para orientar en el sentido de la organización creciente del orbe. Una fuerza neguentropica.
Los océanos, generados en parte por las erupciones volcánicas, de rocas fundidas y en parte por las colosales lluvias motivadas por la evaporación continua, se salaron por la descomposición de las sales minerales de las rocas descompuestas por las altas temperaturas.
Las aguas calientes y después templadas formaron el caldo adecuado para el surgimiento de la vida.
Por causa de su tamaño, la tierra ejerció fuerza gravitacional suficiente para mantener presos los gases que quedaron girando a su alrededor y que, de otro modo, habrían escapado al espacio. Estos gases eran en esa época diferentes de los encontrados hoy en la actualidad en la atmósfera del planeta.
Según evidencias científicas, la antigua atmósfera estaba compuesta de vapor de agua, hidrogeno, metano y armoniaco. Las combinaciones de estos elementos existentes en la atmósfera, estimulados por las abundantes descargas eléctricas, generaron los primeros aminoácidos.
Todos los seres vivos, desde el virus y las amebas hasta los de constitución superior, son constituidos de proteinas. Las proteinas son moléculas gigantes que son resultantes de la combinación de cien a tres mil aminoácidos. Si imaginamos una proteína con un muro de ladrillos, cada ladrillo corresponde a un aminoácido. A medida que las moléculas de aminoácidos, durante millones de años se acumulaban en los océanos, algunas reaccionaban químicamente formando moléculas mayores y más complejas.
A medida que los compuestos minerales o gases primitivos fueron obrando internamente, pasaron a ser capaces de asimilar una energía o fluido llamado vital, no existente en los minerales más solamente en las composiciones orgánicas.
La energía vital o fluido vital existente en todo el universo, da a los seres vivos, o confiere a la materia orgánica el atributo de la vida o principio vital.
Es intangible, no ha podido ser definida, parece activa en el ser vivo, y extinguido en el ser muerto.
La química pude descomponer los cuerpos inorgánicos, ha podido descomponer los orgánicos; pero nunca ha llegado a reconstruir ni una hoja muerta, lo cual prueba que hay en los cuerpos orgánicos algo que los otros no tienen.
Hay tres elementos el oxigeno el hidrogeno el azoe y el carbono, que combinándose, sin el principio vital forman minerales o cuerpos inorgánicos, sin vida. El principio vital modificando la contextura molecular de un cuerpo, le da propiedades particulares, y en lugar de una molécula mineral, se tienen una molécula orgánica.
Los principios espirituales iniciales, expresión de la Ley Cósmica Universal, Dios, pasaron a sumergirse, o reencarnarse, en la materia animada por el principio vital.
El fluido vital, estableció el hilo dimensional necesario para la fijación de la estructura espiritual a la estructura física.
Los primeros seres vivos, surgidos de los minerales, eran cristalizables, como los virus, intercambiando poco con el medio externo. Enseguida surgen los primeros unicelulares realmente libres, que se multiplican prodigiosamente en la temperatura templada de los océanos; las amebas y las bacterias primitivas. Estos seres rudimentarios solo revelan un sentido: el tacto, que dio origen a todos los otros en función del perfeccionamiento de los organismos superiores. Los seres iniciales se movían a lo largo de las aguas, donde encontraron l oxigeno para la vida, pues en la tierra firme todavía no existía en proporción suficiente para su desenvolvimiento.
Los reinos vegetal y mineral parecían confundidos en las profundidades oceánicas. No existían formas definidas.
Las primeras bacterias pasan a labrar los minerales en la construcción del suelo, preparando el surgimiento de los vegetales.
Colonias de protozoarios, surgen de la asociación de amebas. Colonias estas que se constituyen en las primeras sociedades vivas.
Trabajo extraído del libro:
Reencarnación y evolución de las Especies
De Ricardo di Bernardi
Trabajo realizado por Merchita
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