¿En los relatos mediúmnicos cómo se cuenta la experiencia de la muerte?.
En el supremo momento de la muerte y en los que le suceden, el Ser no pierde la total conciencia de sí mismo.
En muchos casos, percibieron primeramente como un gran zumbido o calambre en lo más íntimo de su cerebro. Después notaron que se soltaban definitivamente los hilos que aún les sujetaban al cuerpo físico que abandonaban y se sintieron llenos de paz y dicha
Este abandono del cuerpo se produce generalmente a través de la cabeza en personas frías y calculadoras (por el chacra Coronario) ; es en este caso cuando suelen percibir un sonido fuerte y doloroso a modo de zumbido en lo más profundo del cerebro. Sin embargo la salida del cuerpo en los casos de personas muy emotivas, sienten que es desde el pecho ( chacra Cardiaco).
Curiosamente ,en el siglo XV se debía de conocer algo de estos detalles , pues tenemos un cuadro de “El Bosco”, titulado “La subida al Empíreo”, donde se describe pictóricamente el detalle del túnel.Cuando abandonaron el cuerpo, se sintieron deslizar a veces de forma lenta y otras de forma vertiginosa a través de un oscuro túnel en cuyo final vieron una gran Luz blanca, no deslumbrante, y en medio de ella divisaron familia y amigos que desencarnaron tiempo antes que él y que parecen esperarle. Un Ser luminoso sale a recibirle y siente la pregunta en sí mismo sobre si ha cumplido correctamente los objetivos de su vida; entonces es cuando ante sí mismo pasan vertiginosamente las secuencias de su vida física y comprende los posibles errores y la necesidad de repararlos. El Ser Luminoso que encuentran suele ser su Guía Espiritual, que les muestra amablemente vertiginosas imágenes sobre lo que ha sido su vida y las consecuencias de los actos buenos o malos que cometieron o dejaron de cometer. Por ejemplo, si la persona que se autojuzga hizo daño a otra, llega a sentir su tristeza, dolor o pesar, o si la acción fue de Amor y de bien, percibe los sentimientos de amor y felicidad que causó en la otra persona.
Las imágenes de su vida las ven retrospectivamente, esto es, comenzando por lo acontecido al final de la misma y como “viajando” hacia atrás en el tiempo, hasta el principio. De este modo el Ser Espiritual se convierte en juez de sí mismo al verse tal y como es en realidad , y sentir las consecuencias de los actos y omisiones que se protagonizaron en la vida humana.
Una de las funciones que tiene este autojuicio final, es la de fijar el carácter espiritual que tendremos como nuevas personas en el futuro de nuestras existencias humanas.
La revisión de la vida posiblemente suceda durante el trasvase de recuerdos y emociones entre el cerebro físico que se abandona, y el del “cuerpo espiritual” con el que sigue existiendo el Ser tras la muerte; por este motivo no se pierden nada de las vivencias y experiencias de cada vida, debido a que quedan finalmente grabadas en el cerebro espiritual que las lleva inconscientemente consigo , así como la influencia en el carácter y temperamento que tendrán durante otras existencias humanas . Así vemos como con la muerte no se pierde nada de lo adquirido como humano en esa finalizada existencia, sino que el Ser puede continuar con absoluta normalidad su camino evolutivo.
Después de este autojuicio, los que abandonan el cuerpo en estado de lucidez mental, entran mas tarde como en un estado de somnolencia que es como un sueño reparador de sus energías psíquicas que necesitan para seguir desenvolviéndose en su nueva forma de vida. Este sueño o sopor es similar al del feto cuando está en el claustro materno, dentro de un necesario proceso de preparación, acopiando las energías necesarias para afrontar su nueva forma de vida.
Cuando despiertan de este sueño, suelen estar aún algo confundidos, hasta que se reconocen y toman conciencia de sí mismos y comprenden que no están muertos, comprobando con sorpresa su cuerpo impalpable y luminoso con las mismas formas y semejanzas al dejado en este mundo.
Se sorprenden también al comprobar que pueden atravesar los cuerpos físicos sin la menor dificultad , así como que se pueden trasladar instantáneamente al lugar donde les lleva su pensamiento o deseo.
En muchos casos permanecen lúcidos tras la muerte y en las primeras horas que siguen al fallecimiento, se suelen preocupar por hacerse notar por su familia y amigos, por lo que durante algunos días después de su muerte, suelen visitarlos con frecuencia intentando infructuosamente casi siempre, contactar con ellos, pero finalmente siempre terminan pasando por el necesario sueño reparador.
Durante ese sueño pueden recibir influencias perturbadoras que le dificulten el normal despertar. Así, se pueden sentir atraídos como por un imán al plano físico; este es el caso de las emociones intensas de quienes les recuerdan con nostalgia y lloros, con apegos u odios, así como en el caso de los que se han ido con una inquietud fuerte o alguna cosa que dejaron pendiente en este mundo. Estos lloros y lamentos de los “vivos” que quedaron aquí, son factores muy perturbadores para ellos, en cuanto a que son vibraciones de un tono psíquico que les origina un estado de ansiedad, inquietud y desasosiego que les atrae hacia los ambientes terrenales, atrasando así su normal despertar y desenvolvimiento en el mundo espiritual.
A veces quedan como por un tiempo como flotando en el ambiente físico, pudiendo ver su propio cadáver como algo que ya no les pertenece ni les interesa. Otros están muy apegados a la vida en este mundo y a su cuerpo, y se abrazan a él como tratando de no perderlo, pasándolo mal hasta que finalmente se dan cuenta de que ya no les pertenece.También es frecuente que asistan a su propio entierro y funeral, comprobando como nadie nota su presencia, y cuando finalmente se cansa de intentar llamar la atención de los que quedaron aquí, pero sin éxito, trata de alejarse a otro lugar desconocido para él con la ayuda de algún otro Ser espiritual que le pueda ayudar.
Durante el tiempo que permanecen apegados a lo físico, suelen sentirse tristes por el aislamiento de la gente en medio de un ambiente extraño donde nadie les reconoce, y cuando alguna vez son percibidos por alguna persona viva, a veces son objeto de insanas curiosidades, miedos y temores por parte de estos, que les llaman espectros, fantasmas, etc; y lo que es peor: intentan ayudarles o alejarles con rituales extraños y ceremonias ridículas, tratándoles como si su paso por la muerte los hubiera transformado en “demonios malignos”.
Por lo dicho, tengamos bastante claro que por el bien de nuestros Seres queridos, no debemos lamentar exageradamente su pérdida; la postura mas adecuada es la de rechazar pensamientos deprimentes o nostálgicos, y dedicarles los mejores recuerdos ,pensamientos y deseos para su mejor y mas fácil adaptación a la nueva vida a la que acceden. Estos pensamientos de afecto ,gratitud y ayuda, actúan como magnetizadores y tranquilizadores para el Ser fallecido, facilitando así el que los lazos que todavía pueda retener su Periespíritu con la materia , se aflojen y se suelten mas facilmente.
- Jose Luis -
“ Morir es nacer como nacer es morir.Nada viene de la nada ni nada va a la nada”
- Kilogo -
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