viernes, 3 de enero de 2020

El Amor se aprende

      INQUIETUDES  ESPÍRITAS

1.- El Espiritismo al alcance de todos (1)
      Frase de León Tolstoy
2.- En el camino
3.- El Amor se aprende
      Frase de Herminio C. Miranda
4.- Billy Graham, pastor evangelista, confirma la supervivencia
5.- Realidad y espiritualidad







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             EL ESPIRITISMO AL ALCANCE DE                                      TODOS (1)

   Hemos demostrado que, dada la necesidad de valernos de una hipótesis  que sirva de fuente y base de los conocimientos humanos y a la vez, guía y faro en la marcha ascensional que llevamos a lo desconocido, la hipótesis de Dios es más lógica, más justa, más en armonía con todas las aspiraciones del hombre, que la hipótesis positivista. Esta creencia consoladora y fuente de progreso de la humanidad, ha nacido con el alma y se viene desarrollando, cada día más espiritual y razonada, a medida que nos depuramos y engrandecemos nuestra esfera infinita de percepciones.
   Mientras tanto, la hipótesis positivista, no solo no ha podido formar escuela, sino que ha fracasado tantas veces como ha querido intentarlo. De este fracaso ha surgido una reacción formidable hacia el ideal espiritualista, como lo estamos viendo en la época presente. Es cierto que el positivismo ha sido satisfecho en sus justos reclamos, es cierto que el método positivista ha tenido que ponerse en práctica y si el Espiritismo no hubiera podido demostrar sus tesis por este método, el espiritualismo hubiera recibido su golpe de muerte, pero habiendo sucedido lo contrario, es el espiritualismo el que ha matado al materialismo con sus propias armas de combate que le ha facilitado.
   Triunfante el espiritualismo en el terreno experimental, su doctrina tiene que imponerse, pues esa doctrina se apoya hoy en nuevos hechos que vigorizan las especulaciones con la razón, que cimienta las convicciones y las creencias filosóficas y religiosas; es un hecho perfectamente averiguado y demostrado: la existencia del alma inmortal y la ley de solidaridad que la vincula en todos los planos en que se encuentre, en el terrestre o en el espacio.
   Pero el espiritualismo espiritista no solo está demostrando en los hechos, es también una gran revelación, lógica y mera consecuencia de la existencia de los espíritus y de su comunicación en el plano terrestre.
   Esta revelación va mucho más lejos que los hechos, porque nos presenta un conjunto de principios que desvirtúan los principios impíos y las falsas interpretaciones que se han propagado por las religiones, respecto a la génesis del mundo, las leyes que lo rigen y los medios que debemos emplear para llegar a la perfección. En este sentido la filosofía espírita, ayudada eficazmente por la revelación, nos presenta un cuerpo de doctrina sólido, compacto, ajustado a una lógica inflexible, a tal punto, que explica todas las anomalías, todas las injusticias aparentes, tomando por base la justicia y la bondad absoluta de Dios.
    Aquí, pues, aparece el Dios bueno, misericordioso y justiciero, descartado de las pasiones, rencores, caprichos y hasta imbecilidades, con lo que han adornado las religiones positivas; en el curso de esta discusión veremos que el Dios de los espiritistas, no solamente es el Dios de Jesús y el Dios substancia de la ciencia, solo manifestado hasta donde están desarrollados nuestros medios espirituales de percepción y conocimiento, sino que siendo Él la fuente de toda justicia y de toda bondad, de Sí mismo no ha podido salir sino lo bueno, y su obra solo ha sido una obra de amor yk de estricta justicia.. Veremos también, como lo malo no es su obra, como el sufrimiento es consecuencia de nuestros malos procederes, como en todo, la ley justa de Consecuencias brilla en el campo de la vida humana, asignando a cada criatura su debe y su haber, en el libro de sus acciones, y por último llegaremos a convencernos de que Dios no castiga y que somos nosotros mismos los que nos castigamos; que Dios no nos manda aflicciones , enfermedades o grandes cataclismos y todo el cortejo de males que nos acompañan, porque según la justicia absoluta a la que estamos sujetos y que se revela en la conciencia de cada ser, esos males son consecuencia de nuestros malos procederes, pasiones e imperfecciones.Es la ley estricta de la justicia que se cumple. Cuando lanzamos una piedra al aire, sabemos que forzosamente tiene que caer a la tierra; si la tiramos a un estanque sabemos que se van a poner en movimiento sus aguas; todo esto es elemental, es el cumplimiento de leyes físicas e inalterables;¿Cómo es que no comprendemos que lo mismo pasa con las leyes morales?, ¿Cómo esperáis el bien si habéis sembrado el mal?. Si habéis consagrado la vida al crimen; habéis sido crueles con vuestro hermano, ¿cómo no vais a estar expuestos a ser víctimas y de que os traten con la dureza con la que habéis tratado?. 
    Por el momento agotemos las consideraciones sobre nuestra tesis, a saber: que la incógnita Dios es necesaria a la humanidad para marchan dentro de un orden y de armonía, y la hipótesis contraria, es tan solo una negación que carece de realidad y solo sirve para arraigar la anarquía, para apartar al hombre del cumplimiento de las leyes divinas, apartándole y estacionándole en su camino a la perfección.
     Pero no culpemos de modo absoluto al positivismo materialista por haber desconocido a Dios, la gran causa de las causas, como principio y eje de todo lo creado. Recordemos que todas las religiones positivas han tenido mucha culpa de que los hombres de ciencia, por lo menos hayan colocado a Dios entre lo incognoscible, pues, hasta cierto punto, tienen razón, pues Dios no se manifiesta como sustancia; solo lo presentimos en aquellos atributos que impresionan la conciencia humana y se arraigan en ella como una necesidad de existir, como el ideal más puro que puede haber en su propio sagrario.
    Las religiones positivas, al inventar un Dios personal, material y con todos los atributos del hombre y hasta con sus pasiones, a retirado a la ciencia de su investigación, porque la ciencia, después de haber comprendido la maravillosa creación y las leyes maravillosas y eternas que la rigen, no ha podido aceptar un Dios pequeño. de tribu, con formas y limitaciones de nuestros sentidos corporales. La ciencia ha considerado ridículo ese concepto de Dios, al que se atribuía una creación muy superior a Él, y muy por encima de sus atributos.
    No pudiendo aceptarlo y careciendo por el momento, de los medios de comprobar su existencia, lo negó primero, pero enseguida, volviendo sobre su error, lo colocó entre el agnóstico o sea, entre aquellas acciones que como el tiempo, el espacio y el principio de la materia, no lo puede comprobar por los médios físicos de que disponemos.
    Las religiones, dándole a Dios una forma humana, desvirtuaron la esencia del concepto religioso, porque pusieron a Dios en abierta contradicción con su propia enseñanza. Del estudio del Evangelio de Cristo, salta a la vista el propósito del enviado, que viene a manifestarlo a los hombres. Ese propósito no es otro que el de elevar el alma mediante una lucha tenaz, sin cuartel, contra el culto a la materia , que frenaba el reinado del espíritu. Jesús, insiste a cada momento en presentar los medios que dignifican a la criatura humana y la elevan sobre sus miserias y deseos culpables.
    Su misión es, totalmente espiritual; afea a los fariseos porqiue anteponen las formas hipócritas al sencillo cumpli9mine la ley; porque eluden el cumplimiento de la ley que es adusta y severa, porque para cumplirla, hay que hacer el sacrificio de los vicios y pasiones, sustituyendo en su lugar las formas vanas que les permiten seguir satisfaciendo sus anhelos de carne y egoísmo.
    Del Dios forma de las religiones positivas se ha llegado, de concesión en concesión, a que esas religiones en la práctica, sean otros tantos escenarios de comedias fraguadas hipócritamente para satisfacer escrúpulos de conciencia, sin dejar en lo más mínimo la conducta sensual, egoísta y mundana.

- Cosme Mariño- (Continúa en el siguiente publicado)


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" La materia es el límite del espíritu. La verdadera vida comienza cuando este límite es abolido.
  Yo no me divierto imaginando una teoría. Yo siento, sé con certeza, que al morir seré feliz, que entraré en un mundo más real.
- León Tolstoy -

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                 En el camino



         “ ¿No debías tú igualmente tener compasión de tus compañeros, como yo también 
           tuve misericordia de ti? (  Evangelio de Mateo- 18, 33).

          En este mundo todos estamos sumidos en un proceso de perfección 
          continua e infinita, que constituye una muestra de la obra de Dios de la cual formamos parte, 
          por lo tanto no podemos aislarnos de la Humanidad porque la humanidad toda constituye     
          una unidad de conjunto y porque es en su seno en donde todos estamos inmersos en ese 
          mismo proceso.
             La cooperación entre los humanos es una necesidad  natural  e indispensable que Dios nos hizo sentir  y comprender desde los albores de la Humanidad. No 
         estamos nunca solos. Siempre hay cerca alguien a quien acudir para poderle 
         ayudar o para pedir su ayuda.
           Todos somos hermanos y compañeros en el camino de la vida, con independencia de 
             las ideologías y creencias de cada uno, y cualquiera que sea el papel que se desempeñe, como padre, amigo, hijo, hermano, vecino, compañero o extraño, 
         pues por encima de  todo estos son los papeles que a todos nos toca vivir  e interpretar en el escenario de la vida; así llegamos a comprender que  en cuanto 
         a la relación humana, todos procedemos de un mismo y único Origen: Dios.Somos hijos de un mismo Padre Universal que nos ama a todos infinitamente y nos atrae poco a poco a Su lado a través del camino de la Evolución espiritual,
         incentivándonos para crecer en Amor y en Sabiduría.
                Dios nos podría haber hecho directamente seres grandes y dichosos, pero si la 
          humanidad no tuviésemos que escalar golpe a golpe y paso a paso, el duro 
          ascenso evolutivo, jamás podríamos apreciar el valor de lo conquistado y la dicha ante el resultado final de nuestro esfuerzo individual, pues solo se valora y aprecia
         lo que cuesta nuestro esfuerzo, empeño y tesón, mientras que lo que se nos 
         regala o nos encontramos sin ningún esfuerzo ni mérito por nuestra parte, no sabremos nunca de la verdadera dimensión de su valor. Por eso, debemos dar 
         gracias al Padre por habernos hecho tan chiquitos , porque así podremos sentir la dicha  originada  por  nuestro esfuerzo cuando consigamos crecer; gracias por habernos hecho tan imperfectos, pero también tan perfectibles, para gozar algún 
         día del mérito de nuestro valor para haber logrado llegar a ese estado de 
         perfección que nos aproxime cada vez más a nuestro Padre Celestial.

          A veces tenemos en la senda de la vida la prueba de un hermano o un compañero molesto o indeseable. Llegado este caso que constituye a veces una prueba complicada,, deberemos ser conscientes y procurar tener toda la paciencia 
         necesaria y la disposición de ayudarle  y enseñarle siempre, sobre todo con la 
         fuerza del ejemplo práctico del día a día. Por eso no debemos criticar 
         negativamente a nadie, porque de ese modo no le ayudaremos, sino que mejor debemos tratar de ver su lado positivo y ensalzarlo, porque de ese modo  le 
         estamos incentivando para aumentarlo. Esta actitud santifica los lazos de 
         convivencia en el Amor y la Fraternidad, tal como nos enseñó Jesús.
              Si la tarea de convivencia es difícil o dura, por  cuanto nos molestan los defectos de los 
           demás, recordemos las veces que en nuestro pasado nosotros también hemos sido tantas 
           veces con los demás, molestos, culpables o causantes de dolor  y sin embargo siempre
           Dios nos perdonó y nos dio nuevas oportunidades redentoras para aprender las lecciones
           que nos brinda la vida.
              Cada ser humano que cada día se cruza en el camino, debe considerarse como 
         una bendición de Dios por la oportunidad que se nos presenta  para poder activar 
         los sentimientos de fraternidad y de solidaridad, así como de desarrollar virtudes tales como la paciencia y la caridad.
           Siempre ante las dificultades de la convivencia, desavenencias e incomprensiones, debemos ser pacientes y misericordiosos tal como Jesús lo fue y, me atrevería a afirmar que lo sigue siendo para  toda la Humanidad, porque Él nos da  siempre la oportunidad del aprendizaje y la  corrección.



- Jose Luis Martín-



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                 EL AMOR SE APRENDE

El ser humano posee un enorme potencial de realización. Siempre tenemos capacidad para crecer y cambiar. Nada está acabado en nosotros, todo es susceptible de mejoramiento. A partir de este principio analizaremos de qué modo podemos elaborar el sentimiento de amor en nuestro campo espiritual.

  a) Muévete en dirección al amor.-
   El primer paso consiste en que establezcamos un norte para nuestra vida y trabajemos en esa dirección. El escritor Leo Buscaglia relaciona el estancamiento del indivíduo con el miedo a cambiar, porque la idea de perfección lo atemoriza, porque siente miedo de realizar una transformación aunque tenga condiciones para lograrla, con enorme provecho futuro. Es necesario que apartemos de nuestra mente el temor en cuanto a que el amor excede nuestras posibilidades y dificilmente podríamos experimentarlo. Si el amor no fuera posible, dos mil años atrás Jesús no nos habría estimulado a amar. En primer término, el amor es posible; en segundo término, es necesario.Es posible porque tenemos plenas condiciones mentales para desarrollarlo; es necesario porque sin él no seremos felices. Instala en tu proyecto de vida el desarrollo del amor que potencialmente se encuentra en cada uno de nosotros, y luego avanza hacia él con serenidad y determinación.

b) Conoce el amor.-
El conocimiento  del amor se efectúa de diversas maneras por medio del estudio, de la observación, al comparar, al sentir, al reflexionar; cuando volvemos a empezar, cuando nos dejamos llevar por la intuición, etc. Si aspiramos a una porción más significativa de amor, para que nuestra vida esté más plena de ese sentimiento, tendremos que conocer de cerca el objeto de nuestros anhelos. Por eso nos propondremos hallar los elementos esenciales que nos ayudarán a comprender mejor lo que deseamos. Consultemos libros, vayamos a seminarios, meditemos sistemáticamente acerca del amor, analicemos con  detenimiento nuestros actos y pensamientos en relación con los semejantes, y reflexionemos sobre las actitudes de los otros al respecto. De tal modo atraeremos a nuestro nivel de conciencia todo lo vinculado con el amor. Antes de eso tal vez las cosas nos pasaran desapercibidas, pero al traerlas al nivel consciente tendremos  una noción más clara de nuestras propias actitudes. El desarrollo llega a ser más reflexivo, más profundo, con mayor conciencia de la importancia del sentimiento que estamos haciendo brotar en nosotros.

 Una emoción conducida al nivel consciente puede seguir dos caminos:
   - Si es negativa, se reducirá;
   - Si es positiva se ampliará.

   Como el amor es un elemento positivo, cuando lo traslademos al nivel consciente tenderá a multiplicarse, es decir que producirá una tendencia a que obremos de acuerdo con sus preceptos.

C) Experimenta el amor.-
   La experiencia consolida el estudio, el análisis, la reflexión y todas las otras formas de conocimiento de un tema cualquiera. El amor es uno de esos elementos que mejor se integran a la práctica, a la aplicación efectiva de la ley que lo caracteriza. Para identificarlo cabalmente es necesario experimentarlo. Pensar acerca del amor, leer, discutir, meditar en torno a él, son excelentes maneras de conocerlo en teoría. Sin embargo, mediante la práctica diaria transformaremos en realidad nuestros proyectos y anhelos espirituales, Juan Enrique <Pestalozzi, considerado el Pedagogo de la Humanidad, afirmó que para aprender a pensar no solo es necesario leer libros sobre el pensamiento, sino también pensar. Como hombre eminentemente práctico sostenía que tenemos la cabeza para pensar, el corazón para sentir y als manos para obrar. Este enunciado forma una triada extraordinaria para el desarrollo de las facultades humanas: pensar, sentir, obrar.

   En cuanto al amor, esa triada constiituye una referencia educativa, o sea, conocer, sentir y obrar en el bien. Obviamente no podremos detenernos en las lecturas o en las reflexiones acerca del tema; es imprescindible avanzar más, llegar a vivirlo. Parafraseando a Pestalozzi estamos en condiciones de afirmar que sólo amando aprenderemos a amar. La práctica es la prueba definitiva, pues en general las personas son buenas en la teoría pero deficientes en la práctica. Aunque obtengamos nociones intelectuales acerca del amor, no serán suficientes. Sin la práctica no conseguiremos aprobar el importante examen de la vida que consiste en amar. Al despertar enfoca de inmediato tu pensamiento sobre esa virtud, por amor en tu mirada, no pierdas ninguna oportunidad- por insignificante que parezca- para obrar en el amor. Aprovecha cada momento de la vida para ser solidario, para realizar algo útil. Si te habitúas a mirar con compasión y a practicar la caridad, irás adquiriendo hábitos saludables, hasta llegar a incorporar definitivamente a tu alma la frragancia embriagadora del amor al prójimo. Será tu manantial de paz y ternura. Ese hábito persistente, productivo, te elevará a la condición de colaborador de Dios.

- Jasón de Camargo-(Educación de los sentimientos)

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     FRASE DE HERMINIO C. MIRANDA
" Nacemos- o mejor renacemos- con un tremendo acervo de conocimiento inconsciente, o no tendríamos cómo explicar el genio, la precocidad intelectual, la inclinación supuestamente innata y espontánea por determinados aspectos del conocimiento o de la habilidad. Por más que se esfuerce la ciencia materialista para explicar la inteligencia general, y las aptitudes en particular, buscándolas en dispositivos de naturaleza genética, meramente hereditaria, la verdad es que raramente el hijo del genio es genio, y no es raro que un hijo de padres incultos sea un genio."

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   REALIDAD Y ESPIRITUALIDAD


      ¿Qué sabemos de la realidad? ¿La realidad existe como tal? ¿Es algo concreto, inmutable o variable? ¿Estamos plenamente capacitados para percibirla en su plenitud o tenemos ciertas limitaciones que nos condicionan? ¿Quién tiene la potestad intelectual, moral o científica para decirnos lo que es real y lo que no?

     Son preguntas difíciles de contestar, al menos desde un punto de vista que pueda satisfacer a todas las diferentes maneras de pensar e interpretar lo que nos rodea. A día de hoy no existen respuestas categóricas, sobre todo a tenor de los importantes avances en el campo de la física cuántica y en otras disciplinas científicas que nos muestran una realidad más compleja y amplia de lo que se pensaba. El catedrático de Física Cuántica José Ignacio Latorre afirmó en una entrevista: “La realidad es un concepto sutil. Existe en la medida en que la miras. Acercarte a conocerla… la condiciona, ¡ la crea ! ”. A lo que podríamos añadir: La realidad se descubre ante nosotros en función del grado de conciencia desarrollado.

La realidad a la que nos referimos está relacionada con las ideas preconcebidas que los seres humanos nos formamos de todas las cosas; unos hablando en nombre de la ciencia, otros en nombre de la religión, y que pueden llegar a suponer muros infranqueables que nos alejen en lugar de acercarnos a la verdad.


 Cualquier cosa que se aparte de lo establecido o reconocido oficialmente por la comunidad científica es catalogado como irreal, dogmático, fantasioso y hasta incluso, en casos extremos, como patológico. Sobre este último punto tenemos el ejemplo del prestigioso escritor Víctor Hugo, quien publicó hace más de 150 años una obra titulada Lo que dicen las mesas parlantes, en donde recoge algunas comunicaciones mediúmnicas supuestamente de personajes ilustres del pasado, como Platón, Shakespeare, Galileo y un largo etcétera. Puesto que para la comunidad intelectual sus obras literarias son de una calidad incuestionable, el hecho de que fuese un estudioso de la mediumnidad y del espiritismo, como no entra dentro de la lógica convencional y mayoritaria, alguien justificó “su desvarío” con una posible patología denominada “parafrenia fantástica”, enfermedad mental que suele avanzar hacia ideas “extravagantes y alucinaciones”.


Algo parecido ocurre con Amalia Domingo Soler, la gran escritora y poetisa; la cronista de los pobres. En una obra sobre su vida publicada recientemente se justifica su anexión incondicional al Espiritismo por su “necesidad de contacto con el más allá para hacer más habitable el más acᔓVida y muerte y la necesidad de poner en comunicación ambos mundos… trazan el entramado de la fábula espiritista”. (Mujeres en la Historia; Amalia Domingo Soler). (*)


Partiendo de la base de que todas las opiniones son muy respetables, no es menos obvio que cada quien percibe la parte de la verdad para la que está capacitado; no es solo una cuestión intelectual, sino que intervienen muchos más factores. No podemos elevar exclusivamente la inteligencia junto con los conocimientos académicos a los altares, como única forma de alcanzar la sabiduría; intervienen otros elementos del ser humano que lo engloban, que tienen que ver con la parte emocional, los sentimientos, las experiencias de vida e incluso la condición moral.  Por el hecho de haber estudiado una o varias disciplinas académicas, sus opiniones pueden ser muy válidas, a considerar, pero no son infalibles, como se ha demostrado muchas veces a lo largo de la historia. Si se parte desde una posición rígida se corre el peligro de convertirse en aquello que dicen combatir racionalmente. Sería conveniente en todos los casos que matizaran con honestidad si lo que están manifestando son opiniones personales o hablan con cierto conocimiento de causa.


Muchas veces son impresiones muy subjetivas de algo que no les ha interesado ni les ha preocupado nunca. Incluso los hay que leen algo superficialmente, con poco interés, con la intención de etiquetar un tema y formarse una idea rápida de un asunto del que necesitan tener una opinión de cara a los demás.


Veamos por un momento la siguiente idea: partiendo de cero, vamos a plantearnos como una hipótesis de trabajo y estudio que la vida espiritual es una realidad incuestionable, y que cuando morimos biológicamente pasamos a vivir en otro plano. Si esto, como sería lógico, ocurre desde que el mundo es mundo, ¿de cuántos espíritus estaríamos hablando que han cruzado a lo largo de la historia el umbral? Siendo así, los miles de millones de espíritus que conforman el otro lado, ¿formarían sus humanidades una organización, unas actividades, como ocurre en este plano físico, o se encontrarían aislados por barreras infranqueables sin ninguna capacidad de manifestarse, o incluso de evolucionar, de progresar? ¿Sería lógico que ambas realidades fueran incompatibles e inaccesibles cuando la ciencia nos demuestra cada día que existen los universos paralelos y que están interconectados? Esas mismas humanidades, por la simpatía, y sobre todo, por los seres queridos que dejan aquí, ¿tendrían motivos para esforzarse en demostrarnos que hay vida después de la vida material o carecería de interés para ellos? Y por último, algo tan importante y trascendente como es el conocimiento de la vida en sus múltiples manifestaciones, ¿merece nuestra atención o es preferible mirar hacia otro lado, ignorándolo?


“Nuestros pensamientos y sentimientos también desempeñan un papel a la hora de determinar cómo funciona el universo y cómo lo percibimos. El modo en que pensamos tiene consecuencias físicas en lo que percibimos, hecho que ha dado pie a una revolución tanto en física como en la filosofía y la investigación de la conciencia”. (Cardiólogo y científico holandés Pim Van Lommel).


Desconocer algo no significa que no exista. Cada ser humano pone el foco de su atención hacia donde se siente más cómodo, más identificado. Tenemos unas limitaciones de variada índole que nos condiciona la percepción de la realidad. Una de ellas, quizás la más importante, es que apenas nos conocemos interiormente. A nivel personal vivimos ante tres realidades. La primera, cómo nos vemos a nosotros mismos; la segunda, cómo nos ven los demás; y la tercera, cómo somos realmente.


El estudio de las ECM (Experiencias cercanas a la muerte) nos introduce en un campo muy vasto en donde existen miles de testimonios de personas de todo el mundo que han sufrido una experiencia de este tipo, narran la vivencia de una realidad muy intensa, profunda; trasladando a nuestro campo de experiencia aspectos de la vida que hasta ahora pertenecían al campo exclusivo de la filosofía, la teología o de las creencias religiosas. Justificar estas experiencias como alucinaciones o desvaríos mentales sería muy poco serio y riguroso. Existe una casuística enorme, rica en matices, que nos muestra una realidad poco explorada hasta hace unas cuantas décadas. Incluso reputados investigadores, médicos y psiquiatras de prestigio mundial se han visto salpicados directa o indirectamente por este fenómeno global. Ahí está el famoso caso del neurocirujano Eben Alexander, profesor en Harvard, quien sufrió una experiencia límite: estuvo en coma por una meningitis en el año 2008, durante la cual vivió una experiencia fuera del cuerpo. Se le mostró una realidad a la que él había manifestado a lo largo de su vida gran escepticismo e incredulidad. A raíz de dicha experiencia publicó una obra titulada La Prueba del Cielo. Declaró en una entrevista: “La vida tras la muerte existe y la ciencia debe tomarlo en serio”. 


Mencionar también los casos de reencarnación comprobada. Investigadores como el Dr. Ian Stevenson, quien recopiló miles de casos en todo el mundo, investigó personalmente muchos de ellos. Para un diario de la Asociación Médica de Estados Unidos el Dr. Stevenson declaró: “Con respecto a la reencarnación he recopilado minuciosamente una serie de casos en la India, casos en los cuales las pruebas halladas son difíciles de explicar de cualquier otra forma”. Observemos la actitud prudente y abierta del investigador canadiense; no afirma categóricamente que sean casos de reencarnación comprobada, sino que “son difíciles de explicar de cualquier otra forma”.


Podríamos enumerar muchísimos más, estos son un par de ejemplos relevantes. Sin contar con la enorme y rica experiencia popular, consecuencia de sus vivencias personales, y que no sacan a la luz pública por el qué dirán, por timidez, o simplemente porque dudan incluso de aquello que han vivido intensamente, chocando incluso con sus creencias o convicciones íntimas.


En ocasiones todo queda reducido a un problema de semántica; nos sentimos más cómodos con unas palabras que con otras para definir determinadas cosas, por las connotaciones que tienen algunas de ellas. Por ejemplo, hablar de espíritu, vida espiritual, Dios, inmortalidad… supone un problema para algunos. Sin embargo, cuando se habla de conciencia, energía pensante, vida en otra dimensión o universo paralelo, conciencia cósmica, etc., es mejor aceptado por una mayoría. En el fondo estamos hablando de los mismos conceptos.


Investigadores serios comprenden, a medida que avanzan en sus conocimientos y experiencias, que estamos muy lejos de la verdad. Cada día surgen nuevos interrogantes que dejan en entredicho nuestro saber, nuestra percepción de la realidad. La vieja idea de que somos lo que vemos y lo que tocamos ha quedado obsoleta desde hace mucho tiempo.


Son caminos diferentes que están condenados a converger algún día. La ciencia está dando pasos de gigante. La espiritualidad, prescindiendo de los dogmas religiosos, se encuentra también en la línea de madurez suficiente para encontrarse en un punto que cohesione definitivamente los conceptos científicos y filosóficos; las ideas que configuran la realidad una, una realidad global.


José M. Meseguer Amor, Paz y Caridad
(*).- Comentario de Jose Luis Martín:  Ante las afirmaciones disparatadas  y tendenciosas que calificaron como "desvarío", desviación o locura,  lo relacionado con personas que comunican con el más allá o que defienden su existencia, etiquetándolo como "parafrenia fantástica",  enseguida  me ha venido a la cabeza ante esas explicaciones vanas, dadas fuera de todo sentido de la coherencia y del conocimiento,  las siguientes frases hechas: " La ignorancia es de lo más atrevido", o "No hay mayor ciego que el que no quiere ver".
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       Billy Graham,Pastor evangelista  de                       USA,  confirmó la sobrevivencia.

Billy Graham, veterano evangelista americano que ya recorrió el mundo-incluso fue a Rusia-cuenta en el periódico norteamericano Examiner de 16 de enero de 1990, cómo presenció la desencarnación de su abuela materna y como en sus últimos momentos de vida, vio a Jesús y al Espíritu de su esposo. Dice el evangelista:

   " Nunca me olvidaré, por más que yo viva, de aquel acontecimiento espectacular. Yo apenas tenía 10 años, pero aquello me probó en un rápido instante, que existe para todos nosotros una vida después de la muerte".
    "Estaba yo- continúa el evangelista-  sentado al borde de la cama de mi abuela materna, que agonizaba como resultado de su avanzada edad. El cuarto era oscuro, pero ¡ he aquí que de repente, se llenó de una luz exquisita que me amedrentó!."
     En ese mismo instante, su abuela- la enferma-, se enderezó en la cama, con la cabeza y la espalda erguidas- algo que no conseguía hacer desde varias semanas, por su estado de debilidad. Su cara se ruborizó, y comenzó a sonreír.
-"¡ Veo a Jesús !"- gritó con alegría la abuela de Billy Graham.
 -"¡ Él viene con los brazos abiertos en mi dirección !"
 Y el evangelista continúa: " Yo, sentado quede acometido por gran asombro. Enseguida ella, de repente, pronunció el nombre de su marido, que había desencarnado hacía varios años. Ben había perdido un brazo y un ojo en la Guerra Civil".
  " ¡ Veo a Ben !"- gritó ella. "Ben, usted está entero otra vez"."Su brazo y su ojo volvieron... Ya voy yendo Ben... Yo ya  voy yendo para ahí..."
  "Con estas palabras, mi abuela cayó de nuevo acostándose y murió, el cuarto volvió a oscurecerse."
    Este acontecimiento asustó tanto al joven Billy Graham, que corrió asustado fuera del cuarto de la abuela.
    Y Billy Graham concuerda hoy diciendo "Viendo el cuarto tornarse vivo con aquella luz sobrenatural y viendo a mi abuela encontrarse cara a cara con Jesucristo, aquello dejó en mí una permanente impresión".
   "Reconocí entonces que existe una vida después de la muerte".
Y el líder religioso agrega: "Hoy se investigan centenares de casos semejantes, de gente que muere y viene ante los ojos de los amigos y parientes, ofreciéndose a todos para ayudarles en la jornada para la vida eterna".
   "Una vez aceptado que la muerte no es el fin y que es solo el comienzo de una existencia aún más bella, el miedo a la muerte, simplemente desaparece"- dice él.
   "  Por mi parte, la muerte no me preocupa; ella será el mayor momento de mi vida".

Nota del traductor.- Sorpresa nos causó esta declaración del eminente reverendo, que en más de 40 años de sermones, no nos consta  que haya tocado asuntos relacionados  directamente con la sobrevivencia, a  no ser en el periódico citado anteriormente.

  Pero no deja de ser interesante leer ahora una declaración como esta en un evangelista de fama, tenido por todos como legítimo representante de las filas del protestantismo. Fue el esfuerzo del mundo espiritual de prepararlo, mostrándole,desde su tierna edad, la realidad de la sobrevencia para que en sus futuraas prédicas, él, en posibles periodos de crisis de fe, pudiese volver con la memoria a aquel espectáculo inolvidable.
  Ojalá esas verdades continúen haciéndose sentir en todos los círculos religiosos de la ortodoxia donde aún hacen gran falta.

S.J.Haddad, Elton College USA- (Folha Espírita S.Paulo-007/1990)


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jueves, 2 de enero de 2020

Uno más y uno menos...

     
 INQUIETUDES  ESPÍRITAS

1.- El doble aspecto iniciático de las religiones
2.- Uno más y uno menos...
3.- El Espiritismo al alcance de todos (2)
4.- Las virtudes de la Caridad
    Comunicado de ultratumba
5.-  Influencia del ambiente en las manifestaciones mediúmnicas







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  EL DOBLE ASPECTO INICIÁTICO DE LAS                                 RELIGIONES

    Todas las grandes religiones han tenido dos aspectos: el uno aparente y el otro oculto.- En éste está el espíritu; en aquél, la forma o la letra. Bajo el símbolo material, se disimula el sentido profundo. El brahmanismo en la India, el hermetismo en Egipto, el politeísmo griego, el mismo cristianismo en su origen presentan este doble aspecto. Juzgarlos por su lado exterior y vulgar es juzgar el valor moral de un hombre por sus vestidos. Para conocerlos, es preciso penetrar el pensamiento íntimo que los inspira y forma su razón de ser; del seno de los mitos y de los dogmas, es preciso extraer el principio generador que les comunica la fuerza y la vida. Entonces se descubre la doctrina única, superior, inmutable, de la cual las religiones humanas no son más que adaptaciones imperfectas y transitorias, proporcionadas a las necesidades de los tiempos y de los medios.

    Se tiene en nuestra época una concepción del universo absolutamente exterior y  material. La ciencia moderna, en sus investigaciones, se ha limitado a acumular el mayor número de hechos, y luego a deducir de ellos las leyes. Ha obtenido así maravillosos resultados; pero, por este procedimiento, el reconocimiento de los principios superiores, de las causas primordiales y de la verdad continuará siendo por siempre inaccesible. Las causas secundarias mismas se escapan. El dominio invisible de la vida es más vasto que el que es abarcado por nuestros sentidos; en aquél reinan las causas de las cuales sólo vemos los efectos. La antigüedad tenía una manera completamente diferente de ver y de proceder.

    Los sabios del Oriente y de Grecia no desdeñaban el observar la naturaleza exterior;pero es, sobre todo, en el estudio del alma, de sus potencias íntimas, donde descubrían los principios eternos. El alma era para ellos como un libro donde se inscriben en caracteres misteriosos todas las realidades y todas las leyes. Por la concentración de las facultades, por el estudio meditativo y profundo de sí mismos se elevaban hasta la Causa sin duda, hasta el Principio de donde derivan todos los seres y las cosas. Las leyes innatas de la inteligencia les explicaban el orden y la armonía de la naturaleza, como el estudio del alma les daba la clave de los problemas de la vida.

    El alma -creían-, colocada entre dos mundos -el visible y el oculto, el material y el espiritual-, observándolos, penetrándolos a ambos, es el instrumento supremo del   conocimiento. Según su grado de adelanto y de pureza, refleja con más o menos   intensidad las radiaciones del hogar divino. La razón y la conciencia no guían solamente nuestros juicios y nuestros actos; son también los medios más seguros para adquirir y poseer la verdad.

    La vida entera de los iniciados estaba consagrada a estas investigaciones. No se   limitaban, como en nuestros días, a preparar a la juventud, con estudios anticipados,
insuficientes y mal dirigidos, para las luchas y los deberes de la existencia. Los adeptos eran escogidos, preparados desde la infancia para la carrera que debían seguir, y luego, llevados gradualmente hacia las cimas desde donde puede dominarse y juzgarse la vida. Los principios de la ciencia secreta les eran comunicados en una medida proporcionada al desenvolvimiento de su inteligencia y de sus cualidades morales. La iniciación era una refundición completa del carácter, un despertar de las facultades adormecidas. El adepto no participaba de los grandes misterios, es decir, de la revelación de las leyes superiores, sino cuando había sabido apagar en sí el fuego de las pasiones, reprimir los deseos impuros, orientar los transportes de su ser hacia el Bien y la Belleza. Entraba entonces en posesión de ciertos poderes sobre la naturaleza, y comunicaba con las potencias ocultas del universo.

Después de la Muerte- León Denis


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         UNO MÁS Y UNO MENOS

Tras haber finalizado un año y de haber iniciado este año nuevo, siento la necesidad de compartir con quienes me lean, ciertas reflexiones e inquietudes que el momento me sugiere.

  Dependiendo de la edad cronológica de cada uno, todos hemos visto ya muchas veces finalizar un año y comenzar otro nuevo.  El calendario o el almanaque colgado en la pared, nos recuerda el paso inexorable del tiempo; un tiempo que nos pretende engañar pareciendo largo y tedioso, ofreciendo alguna pequeña ilusión o meta a alcanzar, por delante, que casi nunca llega, y así, mes a mes, hoja a hoja, el calendario va desgranando sus páginas y el tiempo va pasando. La cuestión es saber si esas páginas gastadas han quedado en blanco o  han quedado escritas con nuestro esfuerzo, con nuestra evolución y  con nuestros méritos y aprendizajes, o bien las hemos ensuciado con nuestros errores y fallos humanos; con lo que pudimos hacer de bueno y no hicimos; o tal vez, si las hemos dejado pasar y han quedado en blanco.

   Y este viejo calendario con sus hojas caducadas, ya no tiene marcha atrás. Lo bueno y lo malo, ahí queda para la eternidad, escrito en los pliegues del alma; y nosotros, tendremos que asimilar lo bueno y lo positivo para nuestro Ser espiritual, y despojarnos poco a poco del lodo de nuestros errores y defectos que nos anclan a nuestro atraso evolutivo y nos impiden que terminemos de alcanzar la felicidad. No está en nuestra mano cambiar lo que escribimos en él, pero si debemos tener el propósito de reescribirlo en uno nuevo de este año que ahora comienza, y hacerlo con más intención y cuidado para ir llenando sus hojas de luz y progreso, para que cuando hayan transcurrido otros doce meses, no nos parezca un calendario lleno de tiempo desperdiciado e irrecuperable, sino un calendario lleno de amor, de realizaciones, de aprendizaje y maduración de nuestro Espíritu. 

   Cuando la mochila que cargamos con los errores y las deudas pendientes, lleva tantos como suele ser lo habitual en los seres humanos, no podemos pretender vaciarla de una vez de todos ellos, pero si podemos enfocar uno de estos, sin fijarnos mucho en los demás, y trabajar por eliminarlo y superarlo; y una vez conseguido, enfocaremos otro, y así sucesivamente.

  Todos tendremos días de aciertos y  también días de errores; pero lamentablemente, siendo estos, propios de nuestra condición humana, los tendremos que asumir pero siempre con el propósito de que no nos dejen una huella negativa, sino que sirvan como recordatorio de cómo deberemos seguir actuando en el futuro para no volver a  errar más y como acicate para tenerlos  en cuenta que al saber superarlos, así estaremos cada vez más cerca de lograr la auténtica felicidad del Espíritu cuando este se purifique y se libere del lastre de sus errores pasados. Y si en esta lucha volvemos a caer o a tropezar en la misma piedra, saber que nos levantaremos de inmediato para seguir en la lucha por conquistar los objetivos señalados para nuestra mejora espiritual.

   Todos celebramos el nuevo año, sabiendo que la celebración es por otro año más de vida cumplida, y también por otro ciclo igual que tenemos por delante para seguir viviendo, conquistando y aprendiendo. Pero al mismo tiempo, también comprendemos que el finalizado, es un año menos de  lo que nos queda por vivir y así poder alcanzar aquellas metas evolutivas que nos fijamos desde antes de nacer. Es preocupante, pero cada vez nos va quedando menos tiempo.

  Nuestra sociedad mundial, la formamos una mezcolanza de seres humanos, de muchos y diferentes niveles de evolución. Unos con unas ideas; otros con otras ideas diferentes, así en lo político, en lo religioso, en lo social, en lo ético, etc. Por ello deberemos estar posicionados y dispuestos para practicar en cada momento la tolerancia, la solidaridad y la caridad, que son el camino cierto para seguir avanzando en esta empinada senda evolutiva de nuestro Espíritu.

    Recuerdo a todos,  que actualmente estamos  ya inmersos en un cambio de ciclo evolutivo planetario; que dentro de escasas décadas, este cambio se habrá completado, pero mientras tanto, nuestras sociedades por todo el planeta, han de sufrir las naturales convulsiones que conlleva un cambio tan grande a nivel físico, social, moral y de toda la Naturaleza entera del  planeta, pero finalmente, se hará nueva luz para todos, los que entonces estemos físicamente en el mundo, como los que estemos solo como espíritus en la atmósfera espiritual del planeta. El cambio llegará- está llegando- para todos, por tanto, sabiéndolo,  encaremos este año con ilusión y con nuevas fuerzas para colaborar impulsando el cambio que se opera ya.

   Y  ya,  sin más, con el deseo de seguir aportando mi granito de arena a través de este Blog, para el  conocimiento  y mejora espiritual de esta sociedad que nos acoge, deseo a todos un   ¡ Feliz año nuevo 2.020 !, y que no dejemos cada día de meditar y de ser conscientes de cada paso dado, para no cometer más errores.

- Jose Luis Martín-


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EL ESPIRITISMO AL ALCANCE DE TODOS (2)
( Viene del anterior publicado)

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    Un pensador argentino dice con mucha razón, al ocuparse de este mismo tema en su ilustrada revista "La Reforma Argentina":
    "El mundo debe a las formas religiosas sus mayores atrasos y desgracias.No puede causarnos extrañeza que a gran número de seres, produzca horror la sola mención del nombre del Ser de los Seres. Es el horror del abismo abierto por el fanatismo, que ha tomado a la religión como medio de separar a Dios de sus criaturas.
   El método es muy sencillo y consiste en llevar el espíritu hacia las formas, impidiendo toda acción del alma humana sobre la esencia o su propio fondo. Y arrancando al hombre de sí mismo, lanzándole en busca de un Dios a través de las formas, queda perdido en un laberinto que hace indispensable a los teólogos, infalibilidades estas, que ocupan el lugar de la conciencia, dogmas que reemplazan a la razón.
   En esta situación no hay base en ninguna facultad y el ganado se arrea en el sentido que convenga al caudillaje religioso, que lleva a la masa como quiere, sea al absurdo o al crimen. De este modo es posible decretar un San Bartolomé lo mismo que la peregrinación a un santuario.
   Y cuando esto sucede y las formas imperan en asuntos religiosos, dominan también en el orden social, político, de familia, e individual.
   Ese pueblo extraviado en lo religioso, lo está también en lo moral.
   El embuste, el fraude, un pueblo de fanáticos, es siempre un pueblo de pillos; el asesinato nada supone para la conciencia pervertida por ese sistema religioso; lo que preocupa es la forma. Si esta se guarda, la moral nada importa, podemos observar el caso patológico y observar los síntomas de la enfermedad moral, cuya causa está en la perversión religiosa.
   Se ve, pues, que esta religión de las formas, que adora a un Dios materia, es en el fondo también materialista y se diferencia tal solo de los de la escuela positivista, en que estos no son hipócritas y son más sinceros en sus convicciones.
   Se dirá que no todo es hipocresía y fanatismo, que existen muchas personas a los que la religión les sirve de medio de mejora moral. No lo dudamos pero estudiemos con qué tropiezan para poner práctica la doctrina sencilla del Evangelio. Cuando el Evangelio viene de ellos, ¡ cuantas dificultades para sentirlo ! ¡ Cuanta miseria debe fermentar para que las sencillas y sublimes enseñanzas puedan ser comprendidas !. Para que la palabra penetre y limpie, para que permanezca en las almas, se necesita un trabajo enorme y largos años de dolorosa evolución. Como nunca tuvieron la ley en ellos mismos, por eso tampoco hay amor a la ley ni a Dios.
   Pero que un pueblo o un individuo entienda , quiera y sienta en sí mismo lo que dice Jesús: Este es mi mandamiento, que os améis unos a otros como yo os he amado. -Ese pueblo o ese individuo no hará moral con formas; no se encontrará en él la levadura farisáica de la hipocresía fraudulenta; no amará por lo que el amor le produzca, sino por lo que el amor es en sí.
   Y esto es lo que se propone el Espiritismo en su parte moral, y para ello basta releer el Evangelio e interpretarlo en espíritu, porque así fue predicado por el Enviado, porque su misión fue espiritual y dentro de sus enseñanzas están hechadas las bases del reinado del espíritu, por más que los que se apoderaron de él, hayan levantado el reino de la materia y de las formas.
   Los hombres de la época moderna y contemporánea, mucho se han encariñado con el principio de Aristóteles; nada hay en el entendimiento que primero no haya estado en los sentidos, llevando su exageración a su espíritu de secta hasta el desprecio de la razón, cuando esta, sobrepasando el límite de los sentidos corporales, busca en lo invisible, en lo inmaterial, el mundo de las causas. Sin embargo, la misma ciencia positiva demuestra en sus procedimientos que la razón es superior a la experiencia. Los hechos en sí mismos, cuando los observamos, nada nos dicen, nada nos explican, si el juicio no viene en apoyo para deducir las leyes y agruparlas. Una prueba de esto la tenemos en los mismos hombres sabios positivistas, que al presentarles a su observación los hechos espiritistas, los han negado, a pesar de verlos con los sentidos, llegando en su ofuscación hasta creerse alucinados, antes que admitir la realidad de los hechos que estaban ahí delante de sus ojos y sin que pudiera oponerse como tesis el posible fraude o mistificación. Y esto, ¿?Por qué?- sencillamente porque encontraban en su fuero interno la razón de esa realidad. El célebre profesor de fisiología Dr. Carpentier, ante los hechos observados dijo: "hay que negar hasta el sentido común, cuando nos presenta hechos contrarios a las leyes de la naturaleza". ¿ Por qué opinaba así el Dr. Carpentier?. Sencillamente porque tenía una fe ciega en su ciencia positiva y creía en su orgullo intelectual, que los fenómenos espiritistas venían a hechar por tierra las leyes conocidas y a mancillar la verdad establecida, sin acordarse que esta, si preponderaba era a costa de la creencia anterior; era porque las leyes que reconocía inviolables e inmanentes, habían evolucionado a impulsos de la observación y del análisis de los primeros intelectuales; era, en fin, porque olvidando esta ley de la evolución de todas las cosas, que son la ley eterna de nuestro desarrollo progresivo, opinaba que la manifestación de la verdad, si bien podía seguir su curso, en cambio no podía dejar de ser verdad la que había sido reconocida como tal.
     Este modo de opinar tenía su origen en una falsa apreciación de los hechos espiritistas. Después se han convencido de que estos hechos no destruyen ninguna ley natural: al contrario, son nuevos aspectos de la verdad, y las contradicciones que se observan no son sino aparentes. Si una mesa, por ejemplo, se levanta en el aire sin ninguna causa conocida, esto no contradice ninguna ley natural, sino que por lo contrario, lo confirma. Si la mesa se levanta sin que la impulsen manos o fuerzas conocidas, debía creerse forzosamente que este fenómeno se producía por una fuerza invisible. ¿Que esa fuerza no era visible?. Razón de más para buscarla y no que por ignorarla o no verla, negar el hecho, lo cual es ridículo y absurdo.
     Este positivismo científico, sin duda, hizo mucho bien a la causa del progreso intelectual, pero por otra parte ha sostenido tesis que no pueden aceptarse racionalmente, después de un examen imparcial y un análisis atento.
    Este endiosamento de las cosas percibidas por los sentidos, esta prioridad de los hechos sobre la razón y de las formas sobre el fondo de las cosas, ha traído perturbaciones al espíritu del investigador, llevándolo a olvidar que el mundo sensible que se le presenta a su observación y estudio, es insuficiente para formar una ciencia que abarque la razón de su existencia, sus leyes más comunes y su modo de ser y de existir.
     La doctrina materialista se ha levantado sobre una hipótesis irracional, contraria a las aspiraciones y a las conveniencias mismas de la humanidad. Es simplemente una negación y sobre una negación, nada firme y estable puede edificarse.
     Nada diríamos si la negación de una causa primera, tuviera por fundamento un hecho real, aunque fuera un espejismo o una ilusión de los sentidos, pero no es necesario afirmar que ese sistema no ha conseguido demostrar la no existencia de un Ordenador Supremo, ni mucho menos ha logrado fundar una escuela. Todos cuantos lo han pretendido se han visto aislados y ellos mismos, en la práctica, forzados a contradecir las  mismas doctrinas que tan infundadamente enseñaron. (...//...)

( Continúa y finaliza en la siguiente publicación)

- Cosme Marino- (Art. tomado de la Rev. "Fraternidad Cristiana Espírita" nº 22)


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  LAS VIRTUDES DE LA CARIDAD
     

      Si el orgullo es el padre de una multitud de vicios, de la caridad nacen muchas virtudes. La paciencia, la dulzura, la reserva en el hablar, dimanan de ella. Al hombre caritativo le es fácil ser paciente y dulce, y perdonar las ofensas que se le infieren. La misericordia es compañera de la bondad. Un alma elevada no puede conocer el odio ni practicar la venganza. Se eleva por encima de los bajos rencores, ve las cosas desde arriba. 

    Comprendiendo que las sinrazones de los hombres no son más que el resultado de su ignorancia, no le infunde amargura ni resentimiento. Sabe que perdonar y olvidar los agravios del prójimo, es destruir todo género de enemistad y borrar toda causa de discordia en el porvenir, así en la Tierra como en la vida del espacio.

    La caridad, la mansedumbre y el perdón de las injurias nos hacen invulnerables e insensibles a las bajezas y a las perfidias.

    Ellas provocan nuestro desprendimiento progresivo de las vanidades terrestres, y nos acostumbran a fijar nuestras miradas en las cosas en que no cabe decepción.


    Perdonar es deber del alma que aspira a los cielos elevados. ¿ Cuantas veces no hemos nosotros también necesitado perdón ? ¿ Cuantas no lo hemos pedido? Perdonémonos, para ser perdonados. No podríamos obtener para nosotros lo que negásemos a los demás. Si queremos vengarnos, que sea con buenas acciones.


     El bien hecho a quien nos ofende, desarma a nuestro enemigo. Su odio se cambia sorpresa, y su sorpresa admiración. Al despertad su conciencia dormida, esta lección puede producir en él una impresión profunda.

     Quizás por este medio hayamos conmovido, iluminado y arrancado un alma a la perversidad.

LEON DENIS.

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                         COMUNICADO DE ULTRATUMBA

                   

" Desterrados de ese mundo: fe y confianza en Dios, que el porvenir es el misterio que ocultará siempre vuestro destino.
   ¿Pero qué podéis temer si confiáis en la Providencia y conocéis el objeto de la vida temporal que atravesáis; si comprendéis la justicia que todo lo gobierna y si sabéis, en fin, que esa justicia es amor, es bondad y es sabiduría?.
   ¡ Fe, pues, hermanos míos, confianza en Dios y adelante !.

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  INFLUENCIA DEL AMBIENTE EN LAS       MANIFESTACIONES MEDIÚMNICAS




231... 1. El ambiente en que se encuentra el médium, ¿ejerce alguna influencia sobre las manifestaciones?
“Los Espíritus que rodean al médium lo ayudan en el sentido del bien o en el del mal.”

2. Los Espíritus superiores, ¿pueden vencer la mala voluntad del Espíritu encarnado que les sirve de intérprete, así como la de aquellos que lo rodean?
“Sí, cuando les parece útil, y de acuerdo con la intención de la persona que se dirige a ellos. Ya lo hemos dicho: algunas veces los Espíritus más elevados pueden comunicarse, gracias a un favor muy especial, pese a la imperfección del médium y del ambiente,pero en ese caso estos se mantienen completamente ajenos a ello.”

3. Los Espíritus superiores, ¿tratan de orientar las reuniones banales hacia objetivos más serios?
“Los Espíritus superiores no van a las reuniones donde saben que su presencia es inútil. En los ambientes de escasa instrucción, pero donde hay sinceridad, nos presentamos de buen grado, aunque sólo hallemos instrumentos deficientes. Con todo, no vamos a los ambientes instruidos donde predomina la ironía. Ahí es preciso hablar a los ojos y a los oídos, y esa función compete a los Espíritus golpeadores y burlones. Es conveniente que las personas que se jactan de su saber sean humilladas por los Espíritus menos sabios y menos adelantados...”

EL LIBRO DE LOS MEDIUMS
ALLAN KARDEC


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