jueves, 30 de mayo de 2019

Naturaleza y Evolución:De animales a hombres

INQUIETUDES ESPIRITAS

1.- ¿Sería útil saber quienes fuimos o lo que hicimos en otras vidas?
2.-Naturaleza y Evolución: De animales a hombres
3.-Transición Planetaria
4.- Una Luz que nos guía
5.- Fe y Razón

                                                     

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¿Sería útil saber quienes fuimos o lo que hicimos en otras vidas ?
 Wellington Balbo – Salvador BA
 Uno de los tópicos que más llaman el interés del público cuando se habla de reencarnación es la posibilidad de saber quien fuimos en la existencia anterior, o incluso, identificar algunas experiencias vividas en el pasado con nuestros seres en la actualidad.

Es  natural la curiosidad de la esposa que quiere saber quien fue o que representó en su vida pasada su actual marido, o también la madre que tiene muchas afinidades con los hijos y quiere saber de donde viene todo ese bien querer.

Aquellos que traen consigo gustos refinados, no es raro, que deseen saber si usaron coronas o si fueron nobles. Los 
que mucho sufren intentan descubrir las razones por las que el dolor golpea tan cruelmente a su puerta:
Esta curiosidad forma parte de la condición de los seres en progreso, lo complicado es cuando esto se convierte en una fijación:Conozco mucha gente que daría esta vida por saber lo que fue en otra, y es por lo que buscan mëdiums que infelizmente abren el baúl de las revelaciones, como si tuviesen una lista completa de lo que fuimos y lo que hicimos durante progresivas estancias por este mundo.
Esos médiums revelan situaciones y casos ,asociaciones,romances vividos, asesinatos e intrigas:
Ya he  visto mucha gente desequilibrarse y entrar en tornillo por cuenta de esas revelaciones:.
En una ocasión un médium dijo al esposo de una amiga que el hijo de ella había sido su asesino en la anterior existencia. El marido lo creyó y la relación con el hijastro se estremeció.
Casi puso fin a su matrimonio por cuenta de esto.
Después de algunos roces, el esposo de esta amiga  decidió dejarla por la "supuesta" violencia del hijastro.
Este caso tuvo un final feliz a pesar de todo, pues el desenlace pudo haber sido otro.

El tema es tan palpitante que hay muchos cofrades estudiando para conocer las reencarnaciones de Chico Xavier, Allan Kardec y tantos otros,
No se si hay algún provecho real en conocer si Chico Xavier fue Kardec o no, como tampoco se si hay alguna utilidad en identificarnos si fuimos padres, reyes o algún operario.
Nuestro foco no debe ser el pasado, sino el presente.
¿Qué importa quien fuimos?
Lo fundamental es como estamos.
Y ¿Cómo estamos?
¿ Cómo anda nuestro progreso?
Antes de buscar el pasado en necesario vivir el presente.
Faro seguro es el Espiritismo, y este dice que el olvido temporal de lo que fuimos y  de lo que hicimos en existencias pasadas, es fundamental para que podamos actuar sin las culpas del pasado que inhiban las iniciativas del presente, o que creen  barreras de relacionamiento.
Kardec, además enseña que al estudiar nuestro propio comportamiento, tendencias y aptitudes, tenemos la intuición de lo que hicimos anteriormente.
Definitivamente, no tendríamos condiciones psicológicas para convivir con alguien que sabemos que ha sido nuestro atormentador.
Por tanto, esta es una de las razones por las cuales nuestro pasado queda bajo un velo, y pienso ser bien fuerte para justificar tal regla impuesta por la espiritualidad.
Las revelaciones de otras existencias, según los Espíritus, nos llega solo en situaciones muy especiales.
Por tanto, lo útil es que guardemos serenidad ante lo pasado.
Foco en el presente, foco en el hoy. 
Nada nos importa más que el saber como estamos.
Y, repito la pregunta :
Como estamos?
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                                  NATURALEZA Y EVOLUCIÓN






           DE ANIMALES A HOMBRES


          En la teoría de la selección natural enunciada por Charles Darwin, el ser

            humano es, hasta hoy, el resultado cumbre del proceso evolutivo. No 

obstante hay antropólogos que, a este respecto, e hacen preguntas sobre qué 

hubiera ocurrido si, por ejemplo, los dinosaurios no hubieran desaparecido de la

 Tierra debido a un cataclismo planetario que los exterminó hace ahora 66 MM de 

años. Todos ellos afirman que, a raíz de la desaparición de los dinosaurios, especie

 dueña del planeta en aquel entonces, fueron los mamíferos los que ocuparon su 

lugar como especie dominante; y a raíz de aquí, la propia evolución de los mamíferos

 derivó en la aparición del homo sapiens.

 Hubo millones de años antes de la aparición del homo sapiens en que los animales 

dominaban la tierra, y la naturaleza evolucionaba de forma coordinada mediante el 

proceso que la había formado; las plantas creaban el hábitat y el sustento para los 

animales, y en la evolución de los mismos no existían interrupciones en la historia 

natural.

Nunca sabremos qué hubiera ocurrido de no producirse el cataclismo anteriormente 

mencionado; ni tampoco qué especie sería la que actualmente controlaría y 

dominaría la naturaleza del planeta, pues al igual que evolucionaron los mamíferos, 

también otras especies evolucionaban de forma incluso más rápida.

Lo cierto y verdad, es el hecho de que, el homo sapiens es apenas una especie de nueva aparición si tenemos en cuenta que la formación del planeta aconteció hace ahora 4.500 MM de años y el homo sapiens apareció hace ahora únicamente 70.000 años. El ser humano, se cree el rey de la creación, pero solamente su ignorancia y orgullo puede permitirle hacerse el dueño del planeta cuando apenas tiene hollados sus pies en el mismo, en comparación con otras especies millones de años más antiguas.
Si extrapolamos esta reflexión a la evolución y desarrollo de la naturaleza en otros planetas, hemos de seguir reconociendo nuestra ignorancia más supina; puesto que las condiciones que permitieron la habitabilidad de este planeta (oxígeno, fotosíntesis, etc..) no tienen porqué asemejarse de forma alguna a ningún otro planeta que podamos conocer superficialmente; ni tampoco a la forma o manera en que pudieron desarrollarse la vida y las especies, si es que estas existieron o existen.

Dejamos estas ideas para la reflexión, en el sentido que nos ocupa; pues otras especies animales que se desarrollaron a lo largo de la historia natural de la tierra podrían estar ahora ocupando perfectamente el lugar del ser humano, e incluso, por qué no, con mayor inteligencia o desarrollo que el que ahora nosotros poseemos.

Sin recurrir al conocimiento espiritual, es muy difícil responder a los interrogantes que arriba se plantean; pero cuando se conoce el proceso evolutivo del psiquismo humano y la aparición del espíritu en la tierra, tal como nos avanza la ciencia del espíritu, todo queda meridianamente claro.

En el estudio evolutivo del psiquismo comprendemos que los animales juegan un papel fundamental en el desarrollo del hombre; pues nuestra naturaleza psíquica debe mucho de su herencia a la formación del psiquismo animal que durante millones de años va evolucionando en las distintas especies. Veamos que dice Kardec al respecto:
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“El espíritu no llega a recibir la iluminación divina que le permite la conciencia, el libre albedrío y la noción de su destino, sin haber pasado por la serie, divinamente fatal, de los seres inferiores; entre los cuales elabora lentamente su individualidad. Y es a partir de ese día cuando el espíritu toma lugar entre la humanidad”  

Allan Kardec –  Libro “El Génesis” Cap. VI
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Pero es preciso resaltar que el psiquismo no es el espíritu; el primero forma el sustrato suficiente para que el segundo pueda incorporarse en una materia y permitir el inicio de su evolución y desarrollo. Y es en esta incorporación donde el psiquismo se ve modificado; al adquirir nuevas capacidades como la conciencia de sí mismo, la aparición de la inteligencia humana y el libre albedrío que lo distingue del resto de los animales. En esa modificación, el psiquismo animal pasa a formar parte del periespíritu (Ver Item. 93 Libro de los Espíritus de Allan Kardec) que permitirá el definitivo acoplamiento del espíritu.
En un primer estadio no existe apenas diferencia; el nuevo ser, se basa casi exclusivamente en su instinto para sobrevivir; con el tiempo, las experiencias y las existencias, la inteligencia irá sustituyendo al instinto como primer motor. También en un primer estadio evolutivo el espíritu, creado sencillo, simple e ignorante, asimila el entorno que le rodea como si de otro animal se tratara; pero, habiendo heredado la socialización del clan en el que se desarrolla, va modificando la misma mediante la relación afectiva con el resto de su especie que va creciendo poco a poco en su interior.
Esta relación afectiva le dota de un sentido de pertenencia a sus congéneres y, en los primeros homo sapiens, la tribu, es el lugar donde todos se protegen, se alimentan, se reproducen y se ayudan. Estos primeros hombres, nómadas e ignorantes, desarrollan entre ellos estructuras sociales que incluso hoy podemos vislumbrar en las pocas tribus salvajes que aún quedan en el planeta. Al ser eminentemente cazadores-recolectores, no tienen sentido de la propiedad privada, y el egoísmo apenas aparece más que para procurarse el mejor alimento. La naturaleza les proporcionará todo lo que necesitan para sobrevivir, y su simbiosis con la misma es la base de su supervivencia.
Con el espíritu, el sapiens no sólo habla y se comunica con sus iguales, sino que comienza a imaginar, a pensar por sí mismo, y aquí convierte su lenguaje, (hablado y gestual), en algo diferente, algo que le permite distinguirse del resto de los animales que no tienen conciencia de sí mismos ni saben utilizar su lenguaje para explicar el pasado, el presente o el futuro.
El sapiens lo hace, y con ello, con su imaginación y su lenguaje comienza el proceso que le distinguirá definitivamente del resto de especies animales y le encumbrará hacia el dominio de la naturaleza y del resto de las especies.
Todo este proceso no se inicia hasta que el espíritu encarna en el cuerpo del homínido cuyo psiquismo ya ha sido individualizadoes el momento de la intervención espiritual; y en esto consiste el trabajo de los arquitectos espirituales que, habiendo preparado las condiciones, y con la autorización de la Causa Primera, la fuente divina de la creación a la que llamamos Dios, proceden a acoplar el espíritu recién creado al psiquismo individualizado.
Y esta individualización, que viene dada espiritualmente por Dios al permitir encarnar una chispa divina de su propia esencia, tiene su correspondencia psíquica en el trabajo realizado por esos espíritus elevados que colaboran con EL en la evolución de los mundos y de las humanidades. Ellos preparan el psiquismo animal hasta que lo individualizan, una vez este ya tiene el desarrollo adecuado para albergar un espíritu. También existe una correspondencia biológica que se produce al mismo tiempo; y esta no es otra que la mutación del ADN como resultado de la individualización del psiquismo animal.
Esta modificación del ADN no es otra cosa que una mutación genética que se produce inicialmente en el psiquismo celular y se traslada a la célula biológica cuando el primero ha sido individualizado. Y esta mutación genética es la que los antropólogos de la Universidad de Chicago han descubierto en los homo sapiens de hace 50000 años al comparar los ADN de homínidos anteriores y sapiens de esa época. Este estudio fue publicado en el año 2005 , y denominado como “el eslabón perdido, Adn modificado o big-bang de la inteligencia”.
Concluimos entonces en el hecho de que el origen del hombre es claramente debido a una intervención espiritual: la creación del espíritu y su incorporación a un cuerpo grosero y primitivo previa conformación del periespíritupero no es menos cierto que fisiológicamente procedemos de la selección natural que la teoría evolucionista de Darwin confirmó.
Russell Wallace, naturalista y descubridor al mismo tiempo que Darwin de la teoría evolutiva, se mostró más acertado al explicar que el eslabón perdido fue, sin duda, obra de una inteligencia espiritual que produjo la inclusión de la conciencia en los animales superiores.
Comprobamos pues cómo la ciencia y la espiritualidad pueden compartir, sin problemas, paralelismos, correspondencias y evidencias que, lejos de excitar el orgullo y el exclusivismo humano, nos acerca a la verdad de nuestro origen a pasos agigantados.
En pocas décadas comprobaremos cómo este extraordinario paralelismo será uno más de los que se están evidenciando en la simbiosis ciencia-espiritualidad a la hora de responder, cada vez más certeramente, a los grandes interrogantes de la vida y de la existencia humana, del hombre y de la naturaleza.
 Antonio Lledó Flor


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      Todos aquellos que habitamos la Tierra, debemos conocer y comprender que vivimos en un mundo de expiaciones y pruebas, que se encuentra habitado, salvo excepciones, por espíritus comprometidos por nuestros pasados, pero con la esperanza de evolucionar hacía el bien para colaborar en un mundo de regeneración ajustándonos a la Ley de la Evolución.
Encontramos en la Génesis, de Allan Kardec, en el Capítulo XVI-II, (27/28), en su destacado “La nueva generación” lo siguiente:
"Para que los hombres sean felices sobre la Tierra es preciso que sólo buenos Espíritus, encarnados y desencarnados, la habiten, los cuales únicamente anhelan el bien. Ese momento ha llegado; actualmente se lleva a cabo una gran emigración entre sus habitantes; quienes hacen el mal por el mal mismo y a quienes el sentimiento del bien no alcanza, no son dignos de la Tierra transformada y, por lo tanto, serán excluidos, porque de lo contrario volverían a traer la confusión y el desorden al planeta y serían un obstáculo para el progreso. Expiarán su obstinación, unos en los mundos inferiores, otros como miembros de las razas terrestres más atrasadas, nuestro equivalente de los mundos inferiores, llevando consigo los conocimientos ya adquiridos y con la misión de ayudar a su adelanto. Serán reemplazados por Espíritus mejores que harán reinar entre sí la justicia, la paz y la fraternidad”.
        Si observamos en nuestro tiempo a través de la in-formación de los medios de comunicación, prensa, radio, televisión, redes sociales, etc. el comportamiento de ciertos políticos, dirigentes, empresarios, gobernantes, etc., espíritus reconocidamente  rebeldes que en su día adquirieron el compromiso en el Mundo Mayor, de ayudar e impulsar a la Humanidad hacía el citado mundo de regeneración, podemos comprender las miras que hace 154 años los Espíritus Superiores nos anunciaban. Ellos, tienen una visión de futuro que nos sigue sorprendiendo. Aquellos adquirieron la responsabilidad, para corregir y compensar su nefasto pasado, trabajando por el mejoramiento de sus hermanos en la Tierra. Pero observamos, muy claramente, que no han sido, ni son capaces de cumplir su responsabilidad, a pesar de todos los apoyos que el Mundo Espiritual les ha facilitado.
       Ellos en vez de ayudar han estado generando y generan trabas al progreso social, moral y espiritual de los habitantes de este Planeta.
      Volviendo a la Génesis encontramos: “Todo ocurrirá exteriormente como de ordinario, con la sola diferencia indicada; más esta diferencia tiene una importancia capital, y es que los Espíritus indignos que encarnan en la Tierra, ya no volverán a hacerlo en ella. En el niño que nazca, en vez de un Espíritu atrasado e inclinado al mal, encarnará un Espíritu más avanzado e inclinado al bien.
      Se trata, en realidad, de una nueva generación, de Espíritus y no de una generación corporal; indudablemente, en tal sentido hablaba Jesús, cuando decía: “De verdad os digo, que esta generación no pasará sin que estas cosas se vayan cumplido”. Quienes esperen ver esta transformación operarse por medios sobrenaturales y maravillosos, resultarán defraudados.
"La época actual es de transición; los elementos de las dos generaciones se confunden aún. Ubicados en un punto intermedio, asistimos a la partida de una y a la llegada de la otra, presentando cada una características propias.”
        Sabemos que desde hace varias décadas, la Tierra está recibiendo Espíritus que se destacan por su inteligencia, así como por su lógica y precocidad. Basta contemplar a esos niños de tan corta edad su facilidad para manejar los componentes electrónicos actuales; teléfonos, ordenadores, tablets, televisores, etc., sus planteamientos a los padres, sus razonamientos, aparte de sus semblantes resplandecientes que nos aportan iluminación en sus vidas, y que nos anuncian su compromiso con el bien.
        Ahora bien, la regeneración de la humanidad no tiene la necesidad absoluta de la renovación total de los Espíritus que encarnan en la Tierra. Nos dice la Espiritualidad que serán modificaciones de aquellos que están y estarán dispuestos a colaborar y que volverán una y otra vez para trabajar en el progreso moral y espiritual colectivo.
El Licenciado en Derecho Gerardo Juárez “Bola”, nos dice: “Nada ocurre fuera de la arena del tiempo. Todos los procesos del universo, los físicos y químicos, los inherentes a este planeta como son las trayectorias y movimientos a los que está sometida la Tierra, los geólogos y aquellos en los que estamos involucrados los humanos, como los sociólogos, culturales, políticos, psicólogos,fisiólogos, económicos-financieros, todos los procesos humanos sin excepción, así como los biológicos, celulares, microbianos. De no existir el tiempo en el universo sería una piedra minúscula bastante absurda y aburrida”.
        La excesiva actividad de movimientos que se están generando en nuestro mundo nos indica el proceso de transición que estamos padeciendo. El pasado año estuvo marcado por la presencia de diversas catástrofes naturales alrededor del Planeta, las cuales dejaron cuantiosos daños materiales y miles de pérdidas humanas. Aunque podría decirse que en cuanto a desastres naturales, el 2018 estuvo marcado principalmente por huracanes y tifones (Florida, México, Caribe), terremotos (Nueva Guinea), seísmos (Japón), incendios forestales (California), etc., sin duda uno de los eventos más mediáticos e impactantes fue la erupción del “Volcán de Fuego” en Guatemala y el tsunami en Indonesia con más de 2000 fallecidos y más de 5000 desaparecidos.
      Aquellos que no se vinculan con la espiritualidad y que sus actuaciones y pensamientos están dominados por el materialismo, observan estas catástrofes destructoras como calamidades inútiles. Sin embargo para todos los que creemos que la muerte solo destruye el cuerpo, porque somos espíritus inmortales, no tiene las mismas consecuencias, ya que comprendemos la finalidad y el morir de una manera u otra no ha de causarnos temor y sí esperanza.
- Juan Miguel Fernandez- (Revista Espírita-Editorial nº21)


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                UNA LUZ QUE NOS GUÍA

. Si viajaras a un país desconocido, ¿desoirías las indicaciones del más humilde campesino con quien te encontraras? ¿Te abstendrías de preguntarle sobre el estado del camino por el simple hecho de tratarse de un campesino? Sin duda que no pretenderías informaciones especiales, pero podrías saber mejor por él que por un sabio que no conociera el país. De sus indicaciones sacarías conclusiones que tú solo no las lograrías. Por consiguiente, no dejaría de ser un instrumento útil para tus observaciones, aun cuando no te guiase más que para conocer los hábitos de los campesinos. Sucede exactamente lo mismo con los espíritus: hasta el más pequeño puede enseñarnos alguna cosa.*

     Una comparación un tanto vulgar nos hará comprender mejor estas particularidades: Un barco repleto de emigrantes parte rumbo a un lejano país. Lleva hombres de todos los niveles sociales, parientes y amigos de los que quedan. Después de un tiempo se informa que el navío ha naufragado sin dejar rastro alguno. No llega ninguna noticia sobre su suerte, se cree que todos los pasajeros han muerto, el luto cubre a todas las familias. Sin embargo, la tripulación completa, sin exceptuar a un solo hombre, arribó a un país desconocido, fértil y abundante en frutos, donde todos viven felices bajo un cielo clemente, mas nadie, fuera de ellos, lo sabe. Un buen día, la tripulación de otro barco llega a la misma tierra y allí se encuentra con todos los supuestos náufragos, sanos y salvos. La feliz noticia se expande con la rapidez del relámpago y cada uno se dice: “No hemos perdido a nuestros amigos”, por lo que dan gracias a Dios. No pueden verse, pero se escriben, cambian testimonios de afecto, la alegría reemplaza a la tristeza. 

Tal es la imagen de la vida terrestre y de la de ultratumba, antes y después de la revelación moderna. Ésta, similar al segundo barco, nos trae la buena nueva de la supervivencia de aquellos que amamos y la seguridad de reencontrarnos algún día. La duda sobre su suerte y la nuestra ya no existe, el desaliento se diluye para dar lugar a la esperanza. 
        Pero otros hechos vienen para acrecentar la revelación. Dios, juzgando a la Humanidad madura para penetrar los misterios de su destino y contemplar sin miedo las nuevas maravillas, permitió que el velo que separaba al mundo visible del invisible se descorriese. El hecho de las manifestaciones no tiene nada de extraordinario: es la Humanidad espiritual que viene a conversar con la Humanidad corporal, y le dice:   “Existimos, por consiguiente, la nada no existe. Esto es lo que somos y lo que ustedes serán también. El futuro nos pertenece tanto a nosotros como a ustedes. Antes marchaban entre tinieblas, por eso vinimos para alumbrar los senderos y abrir el camino. Antes la vida terrestre era todo para ustedes, porque no veían más allá. Por ello es que hemos venido para enseñarles la vida espiritual y decirles: La vida terrenal no es nada. Ustedes no percibían lo que hay más allá de la tumba, nosotros les hacemos ver, más lejos, un horizonte espléndido. No sabían por qué sufrían en esta vida, ahora ven en el sufrimiento la justicia de Dios. Antes el bien no ocasionaba, según las creencias, beneficios futuros. De ahora en adelante será eso una meta y una necesidad. La fraternidad era antes sólo una hermosa teoría. Ahora ella se fundamenta sobre una ley de la Naturaleza. Gobernados por la creencia de que todo terminaba con la vida, el infinito es un vacío, el egoísmo reina como señor absoluto y la divisa que precede es: “Cada cual para sí.” 
         “Con la seguridad de la vida futura los espacios se pueblan hasta el infinito, el vacío y la soledad desaparecen, la solidaridad une a todos los seres de más acá y de más allá de la tumba, nace el reino de la caridad y la divisa de él es: “Uno para todos y todos para uno.” Y como broche magnífico, si al morir daban a quienes querían un adiós eterno, hoy podrán despedirse con un:  ¡Hasta luego!”

EL GENESIS ALLAN KARDEC.


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                        FE Y RAZÓN


La misericordia de Dios trabaja constantemente. Existen infinidad de casos de personas que han recibido, de un modo u otro verdaderos regalos, pruebas de la felicidad final, de aquello con lo que se van a encontrar si cumplen con su cometido en la vida física. Son casos de aquellos que soportan una carga muy pesada que al sujeto le proporciona mucha angustia y sinsabores, como puede ser una dolencia física o moral, que oprime al individuo produciéndole un desgaste psicológico y moral difícil de sobrellevar. A estos gladiadores de la vida, al rescate casi siempre de deudas del pasado, además de la ayuda espiritual que poseen, en algunos casos reciben por distintas vías, regalos de luz, como pueden ser los testimonios de aquellos que han vivido y narrado sus experiencias cercanas a la muerte (ECM); por regla general, se ven como transportados a un lugar extraordinario, desconocido en nuestro mundo, por lo que es muy difícil de describir, algo que se podría asemejar a un Edén, un Paraíso. Al mismo tiempo sienten un gozo inefable, se ven envueltos en un Amor profundo e incondicional, una dicha momentánea que recarga las pilas, refuerza la fe en Dios y en el porvenir. 
Otras veces son visiones espirituales espontáneas, de seres de luz o familiares queridos ya desencarnados dando ánimos. Otras veces son sueños muy vívidos, con un contenido muy similar a las experiencias ya explicadas, también con una carga emocional y sentimental muy fuerte. Todo ello, como una inyección reconfortante que refuerza las convicciones del “viajero” temporalmente encarnado en una materia. 

Debemos recordar que somos “chispas divinas”, simientes que invariablemente se convertirán algún día en árboles frondosos y majestuosos. Lo Alto lo sabe y aguarda. El proceso evolutivo nos encamina siempre, no tiene prisa. Respeta nuestro libre albedrío para que descubramos por nosotros mismos; equivocándonos, cayendo para levantarnos y volver a caer, así sucesivamente hasta consolidar lo aprendido. La lección aprendida y las cualidades desarrolladas con la experiencia ya no se pierden jamás. Siempre sumando y creciendo sin cesar en todos los ámbitos; a veces, haciendo hincapié en unos aspectos evolutivos, para posteriormente desarrollar otros. 
Por el contrario y en base a la reencarnación y a las consecuencias de nuestros actos anteriores, muchos espíritus reencarnan con un déficit de fe en Dios y todo lo relacionado con la espiritualidad, a consecuencia de su orgullo y vanidad manifiesta en otras vidas. Generalmente fueron personas de ciencia o intelectuales que despreciaron lo que consideraron creencias vulgares, incluso alimentando el materialismo y la nada futura, creando un perjuicio a muchas personas que valoraban sus opiniones como altamente cualificadas. Otros, peor aún, fueron autoridades religiosas que no hicieron honor con sus actos a la elevada misión de ejemplificar aquello que predicaban. Estos espíritus, se encuentran al desencarnar con la contrariedad y la vergüenza por sus actos y también al descubrir la verdadera realidad de “la vida después de la vida”. Muchos de ellos se ven abocados, en su futura existencia, a un vacío espiritual contra el que tienen que luchar constantemente. Son algunas clases de escépticos o aquellos que suelen decir: “Envidio tus convicciones, tu seguridad en algo Superior; me gustaría creer pero me cuesta mucho” 

Por lo tanto, hemos de ser analíticos, pensar por nosotros mismos, pero sin caer en el otro extremo, en un empirismo absoluto o un razonamiento total, porque no todo se puede comprobar ni razonar. Como cita el ilustre Blaise Pascal: “El corazón tiene razones que la propia razón desconoce”. El cuerpo físico es un filtro muy denso que nos limita extraordinariamente, sobre todo si tenemos en cuenta el nivel evolutivo de nuestro planeta. Es por ello que no podemos pretender conocer a Dios u otras cosas trascendentes con total profundidad, algo que pertenece a seres ya desprendidos de la materia y de un nivel de conciencia mucho más elevado. No obstante, facilita la comprensión espiritual el trabajo interior, aquellos que se esfuerzan por controlar sus pasiones y defectos, que piensan y viven por y para el bien. De ese modo, se sintonizan con los planos sutiles, ampliando el campo de comprensión, elevándose sobre las percepciones exclusivamente materiales. 
Teniendo en cuenta todas esas circunstancias, es cuando adquiere mayor relieve la célebre frase de Jesús: “La fe mueve montañas”, porque cuando se es capaz de desarrollar esta cualidad, los obstáculos se superan con mayor facilidad, puesto que el objetivo que se persigue se tiene presente en todo momento, observando los traspiés y dificultades de la vida como meras pruebas transitorias que de ningún modo deben de entorpecer la seguridad en la meta final. 

El Espiritismo como hemos apuntando en tantas ocasiones, nos puede proporcionar los medios necesarios para satisfacer las dudas e inquietudes que nos permita afrontar todas las dificultades que el destino nos puede deparar con calma y confianza, sabiendo él porqué y para qué de la vida y la necesidad de pasar por las pruebas como elementos de aprendizaje. Alcanzando los objetivos que nos propongamos, sabiendo cuáles son nuestras limitaciones, y teniendo en cuenta la aportación tan valiosa que podemos recibir del plano espiritual superior para que nos ayuden durante la travesía para alcanzar el progreso tan ansiado. 

- José M. Meseguer -
 Amor, paz y caridad. Grupo Villena.


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