viernes, 17 de mayo de 2019

Educación para la Muerte

   INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.- Espíritu Protector o Guía
      Despertar feliz
2.- Vidas inacabadas(8)-Propuesta crucial
3.- El Periespíritu y los miembros fantasma
4.- Algunas consideraciones sobre nuestro cuerpo físico
5.- Educación para la Muerte



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      ESPÍRITU PROTECTOR O GUÍA 

                                                   



504 – ¿Podemos saber siempre el nombre de nuestro Espíritu protector o ángel guardián? 
– ¿Por qué razón queréis saber nombres que no existen para vosotros? ¿Creéis que no existen entre los Espíritus más que los que vosotros conocéis? 
– ¿De qué forma lo invocaremos si no lo conocemos? 
– Dadle el nombre que queráis, el de un Espíritu superior a quien tengáis simpatía y veneración. Vuestro Espíritu protector vendrá a ese llamado, porque todos los Espíritus buenos son hermanos y se asisten entre sí. 
505 – Los Espíritus protectores que toman nombres conocidos, ¿son siempre realmente los de las personas que tenían aquellos nombres? 
– No, pero de Espíritus que le son simpáticos y que vienen a menudo por orden suya. Necesitáis nombres y entonces toman uno que os inspire confianza. Cuando vosotros no podéis cumplir personalmente una misión, enviáis un comisionado que haga vuestras   veces. 

506 – Cuándo estemos en la vida espírita, ¿reconoceremos a 
nuestro Espíritu protector? 
– Sí, porque, con frecuencia, le conocíais antes de encarnaros. 
 507 – ¿Todos los Espíritus protectores pertenecen a la clase de los Espíritus superiores? ¿Pueden encontrarse entre los grados intermediarios? Un padre, por ejemplo, ¿puede llegar a ser el Espíritu protector de su hijo? – Puede serlo, pero la protección supone un cierto grado de elevación y además un poder y una virtud concedida por Dios. El padre que protege a su hijo puede a su vez estar asistido por un Espíritu más elevado. 
508 – Los Espíritus que han dejado la Tierra en buenas 
condiciones, ¿pueden siempre proteger a los que aman y les sobreviven? 
– Su poder es más o menos restringido y la posición en que se encuentran no les deja siempre toda la libertad de actuar. 

509 – Los hombres en estado salvaje o de inferioridad moral, 
¿tienen, igualmente sus Espíritus protectores y en este caso son de orden tan elevado como los de los hombres muy adelantados? 
– Cada hombre tiene un Espíritu que vela por él, pero las misiones son relativas a su objetivo. No confiáis un niño que aprende a leer a un profesor de filosofía. El progreso del Espíritu familiar corresponde al del Espíritu protegido. Teniendo un Espíritu protector que os vigila, podéis a vuestra vez llegar a ser el protector de un Espíritu que os es inferior, y los progresos que le ayudéis a realizar contribuirán a vuestro adelanto. Dios no pide al Espíritu más de lo que le permiten su naturaleza y el grado a que ha llegado. 

510 – Cuándo el padre que vela por su hijo se reencarna, 
¿continúa velando por él? 
– Eso es más difícil, pero invita, en un momento de desprendimiento a un Espíritu simpático para que lo asista en esa misión. Por otra parte los Espíritus no aceptan más misiones que las que pueden cumplir hasta el fin. 
El Espíritu encarnado, sobre todo en los mundos en que es material la existencia, está demasiado ligado a su cuerpo para poderse consagrar del todo, es decir, asistirle personalmente. Por esto los que no son bastante elevados están asistidos a su vez por Espíritus que le son superiores, de modo que, si uno falta por una causa cualquiera, es suplido por otro. 


511 – Además del Espíritu protector, ¿está unido un Espíritu 
malo a cada individuo para  impulsarle al mal y proporcionarle ocasión de luchar entre el bien y el mal? 
– Unido no es la palabra. Es cierto que los Espíritus malos procuran desviar del buen camino cuando encuentran la oportunidad, pero cuando uno de ellos se vincula a un individuo, lo hace por sí mismo, puesto que espera ser escuchado. Entonces se traba una lucha entre el bueno y el malo, y vence aquél a quien el hombre deja que le domine. 

512 – ¿Podemos tener varios Espíritus protectores? 

– Cada hombre tiene siempre Espíritus simpáticos, más o menos elevados que le aprecian y se interesan por él, como también los hay que le asisten en el mal. 

513 – ¿Los Espíritus simpáticos actúan en virtud de una misión? 

– A veces pueden tener una misión temporal; pero lo más frecuente es que son solicitados por la semejanza de pensamientos y de sentimientos, tanto en el bien, como en el mal. 

– ¿Parece resultar de esto que los Espíritus simpáticos pueden 
ser buenos o malos? 
– Sí; el hombre encuentra siempre Espíritus que simpatizan con él, cualquiera que sea su carácter. 

EL LIBRO DE LOS ESPIRITUS. ALLAN KARDEC.

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                 Despertar feliz 

Después del desprendimiento del cuerpo físico Pidamos siempre por nuestros familiares o amigos, para que tengan la luz y fuerza espiritual necesarias para dedicarse íntegramente a sus funciones en el plano espiritual. Cuando Ellos tengan conciencia de su nuevo estado, a su vez, también pedirán por nosotros, por nuestro bienestar y para que tengamos la claridad espiritual adecuada en todas las decisiones que debamos tomar. Cumpliendo estos requisitos y con buena voluntad y predisposición, también podemos aprovechar las horas del sueño para re-encontrarnos con nuestros familiares y amigos.

-Nieves García-

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VIDAS INACABADAS (8)

                               PROPUESTA CRUCIAL ( Novela espírita)

 En este sentido, si alguien piensa que los buenos espíritus son criaturas que solo se ocupan de sus asuntos, va desencaminado en cuanto a comprender su labor en ese mundo físico en el que os desenvolvéis. Ellos cumplen con multitud de funciones que resultan necesarias en todos los aspectos si bien, dada su disposición a la bondad, respetan al máximo el libre albedrío de los seres encarnados.

      Ello no obsta para que haya ocasiones en las que incidan con sus consejos en la marcha de los asuntos mundanos. ¡Vaya que si lo hacen! Eso sí, movidos siempre por la motivación más importante que existe: la de facilitar el amor y el progreso entre las almas. Por eso, hay que aclarar que ese supuesto plano invisible jamás está alejado del material sino que forma un todo con la misma realidad de la vida. Es un proceso de intercambio total, continuo, sin descanso, donde ambas partes se influyen de un modo recíproco. De ahí que esos lazos de influjo entre encarnados y “desencarnados” jamás desaparezcan.

      Mientras que la dulce presencia de aquellas dos criaturas inmateriales facilitaba el ambiente de acercamiento entre mis padres, la conversación tomó otros derroteros aún más interesantes…

      —¡Caramba, Antonio! No sabes lo contenta que me siento en este aniversario…

      —Claro, Laura, no se cumplen los treinta todos los días.

      —Sí, cómo no, lo mismo que no todas las parejas pueden presumir de llevar más de siete años de relación. Es cierto que hemos alternado los buenos momentos con otros no tan alegres, pero he de admitir que el de esta noche me está resultando sublime. De pronto es como si me sintiera tan cerca de ti…

      —Desde luego, cariño, pero considera que esos altibajos que mencionas son completamente normales en todas las personas, incluso entre las que mejor se llevan. Mira, no hay que darle más vueltas al asunto: esos avatares forman parte de la propia naturaleza imperfecta de los seres. Es algo consustancial a nuestro carácter. Todos caemos en numerosos errores y por ellos aprendemos y evolucionamos. Gracias a nuestros defectos nos esforzamos en mejorar. ¿No te parece? Laura, de veras, creo que esta noche debemos fijarnos más en lo que nos une que en lo que nos separa. Es más, te diré algo. Como tú decías antes, no todo el mundo puede alardear de mantener una relación afectiva como la nuestra desde hace siete años. Eso significa algo, mi  amor…

      Debéis disculparme, amigos que seguís mi testimonio, pero cuando escuché esa parte del discurso de Antonio no pude evitar la indignación, aunque el disgusto se me pasó pronto gracias a la mesura que he procurado desarrollar durante mi última etapa. ¿Cómo se podía ser tan desvergonzado? Pero ¿cómo podía haber efectuado la reserva de la mesa en el restaurante cuando esa misma jornada se había estado besuqueando con una de las agentes de Bolsa en la hora del almuerzo? ¿Cómo entender ese cinismo, esa falsedad en su discurso sin alterarse? Quedaba claro que a mi progenitor no le importaba extender ese lenguaje doble y engañoso del mundo de los negocios a su parcela más íntima, la afectiva. Y mientras, mi madre, sonriente con toda su buena intención…continuaba con sus frases y expresiones románticas cual si fueran literalmente extraídas de las fantasiosas novelas de amor que tanto ansiaba leer…

      —Mira, Antonio, estaba reflexionando sobre todo este tiempo que llevamos juntos. Ja, ja, ja, ¿has olvidado el día de nuestra presentación? Tu amigo Carlos estaba muy chistoso en aquella fiesta y gracias a su generosa parla logró que nos conociéramos. Después de eso perdió el sentido y no hacía más que tambalearse entre los invitados. ¿Recuerdas? Hubo que pedir un taxi y tuviste que acompañarle hasta su casa para que se quedara durmiendo… Me dijiste que te esperara y en efecto, a los pocos minutos regresaste para seguir conmigo durante el resto de la celebración. Ese detalle me hizo confiar mucho en ti.

      —Sí, es cierto, cómo pasa el tiempo, cuánta memoria acumulada…

      —Bueno, cariño, lo que trataba de decirte y qué mejor ocasión que este evento en este maravilloso lugar, es que tal vez haya llegado el momento de darle una nueva dimensión a nuestra relación, a este amor que nos envuelve…

      —Ah ¿sí? Me tienes intrigado —contestó Antonio con una ligera mueca de sorpresa—. Conservas tu habitual rostro angelical pero es cierto que nunca te había visto hablar en actitud tan seria y tan determinante. Me refiero al campo sentimental, por supuesto. Mas no debiera preocuparme porque cualquier cosa que provenga de ti ha de ser algo necesariamente bueno para ambos. ¿Me equivoco?

      —Claro que sí, mi amor —respondió Laura mientras situaba con delicadeza su mano derecha bajo su mentón—. En fin, te lo voy a decir mirándote a la cara. ¿Te gustaría que pasáramos por el altar para bendecir nuestra unión hasta el fin de los días? Es más, si de veras no soportas las ceremonias religiosas, te ofrezco la posibilidad de acudir a algún juzgado de la ciudad y organizar allí nuestros papeles. Pensándolo bien, qué más da el método, lo importante es el fondo, por eso me gustaría dejarlo a tu elección… Lo esencial es oficializar nuestro vínculo de una vez. Ahora sí puedo afirmar que ya he cumplido los treinta. Ya no soy esa chica inmadura que conociste recién salida de la juventud y de la facultad. Ya sabes que no he conocido a otro hombre más que a ti. Estoy convencida de que ha llegado la hora de reforzar definitivamente nuestra unión.

- Jose Manuel Fernandez-
...continuará...

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DESCUBRIENDO COSAS DEL MUNDO ESPIRITUAL



Los más grandes sabios de la antigüedad, conocían ya las relaciones con el mundo espiritual aunque aun no conocían el Espiritismo.

El alma humana, está ligada  continuamente  a una sociedad toda inmaterial, actúa con el Mundo Espiritual y recibe de ese mundo impresiones que, como hombre no percibe mientras el orden perfecto no esté establecido.

Solo después de la muerte somos seres espirituales, el periespíritu se puede separar del cuerpo Material, aunque por poco tiempo.

No se muere, y todos los que llamamos muertos continúan viviendo.

La relación de nuestro periespíritu con el Mundo Espiritual es más frecuente de lo que podemos imaginar, principalmente cuando estamos adormecidos. Durante la vida terrenal, somos espíritu y actuamos como espíritu, realizando una especie de espiritismo ignorado. En ese invisible intercambio con el mundo espiritual, recibimos pensamientos elevados y aclaraciones, los cuales solemos denominar inspiraciones, intuición etc.

Es una especie de Espiritismo ejercido inconscientemente.

Todos los espiritistas gozan de excelente salud si se guían por la enseñanza de los espíritus. Los espíritus nos aconsejan indefectiblemente, una vida moral. Un espíritu  sano responde por un cuerpo sano.

Las aparicionesde los fallecidos, en nuesro mundo, se realizan, ciertamente,  por el mucho amor que nos dedican. Vienen a avivar en nosotros la fe y la esperanza de que nos encontraremos en un futuro próximo. Nosotros nos admiraremos cuando despertemos en el más allá.

Muchos de los que creen en la inmortalidad, se suponen que somos abandonados  en una eterna oscuridad.  Eso no tiene lógica alguna. Cada uno de nosotros será recibido por seres espirituales, nuestros parientes y amigos, que nos llevan junto a ellos. Morir aquí es nacer en el Más Allá.

La bibliografía espiritista es inmensa, hay una gran literatura a disposición y alcance de todos al relacionarse el Espiritismo  muy cerca con casi todas las ciencias, nos aclara muchos enigmas, ayuda a hacerlos más comprensibles.

El Espiritismo, ha traído una infinidad de hechos a la luz del día. El nos ha facilitado los conocimientos de que el Hombre está dotado de un espíritu inmortal, y la vida terrena es una especie de escuela preparatoria. El hombre percibe sus deberes por un instinto sentimental, como por la intuición que los Espíritus Guías le transmiten. Del cumplimiento de esos deberes, dependen su progreso y su felicidad. Cumpliendo  con sus deberes se desenvuelven en él  fuerzas espirituales. Y, más, cada vez más,  comprende  cómo y donde puede encontrar su verdadera felicidad.

La existencia en la Tierra, es apenas una fracción mínima de la vida. Siempre y siempre, son buenos los resultados del buen proceder. Los buenos actos siguen al frente del espíritu y captan intuiciones puras y elevadas. Así, cuando el espíritu penetra en la esfera superior,  es bien recibido y pasa de continuo a ser auxiliado, en el sentido de proseguir  en su propio progreso. Todas las vidas que hemos vivido y que viviremos son una existencia sola.  Es una evolución continua, de grado en grado, para la sublimación.

Las leyes son eternas e inmutables, todo lo rigen, influencian a todos los seres, sin excepción, para el bien. No hay seres privilegiados. Nadie es castigado por los errores cometidos que no puede evitar.  Justicia eterna, amor eterno, es lo que impera.

Debemos recordar el deber para con Dios, el deber para con el prójimo y el deber para con nosotros mismos, teniendo en cuenta el espíritu y el cuerpo.

Por el mecanismo de la reencarnación, el ser astral trae consigo, en su regreso a la Tierra, sus antiguas conquistas. Recorre otra vez los años terrestres y, si es sabio, aprovecha al máximo las oportunidades que le son ofrecidas. Es como el alumno que va siendo transferido a clases  más y más elevadas, pero siempre que sea aprobado. Si fue haragán y le falto buena voluntad, volverá a repetir el curso, hasta terminarlo con distinción.

No siempre el ser astral regresa a la Tierra para rectificar errores cometidos o para repetir lecciones mal aprendidas. Los hay que, espontáneamente, se ofrecen para el retorno: son los misioneros. De nuevo en la Tierra,  se distribuyen  entre los más diversos sectores de la experiencia humana, como guiase, misioneros del bien  y del amor, del saber  y de la ejemplificación. Guían a los grupos humanos y los animan, estimulándoles el progreso espiritual. son como los profesores  de instrucción superior que van a dar clase s los alumnos ya iniciados en el saber,  para enseñarlos y hacerlos progresar. Son entidades como Buda, Rafael, Confucio, Galileo, Euler, etc.  Seres privilegiados que aceptaron venir a la Tierra sacrificándose, por su amor a la Humanidad y por el deseo de hacerla progresar y mejorar.

En el más allá cada uno vamos a ocupar el lugar que merecemos. De acuerdo con nuestra elevación moral, alcanzaremos nuestro bien.  Nuestro  procedimiento en la Tierra, es la balanza  que determina  nuestro valor en el Más Allá. Es por eso que, incesantemente, los espíritus y el Espiritismo  pregonan el cumplimiento de los deberes, la acumulación de los valores morales, , el perfeccionamiento espiritual.

El que huye de estos imperativos, paraliza su propio progreso.

Cada conquista del ser astral, es la ganancia que se obtine  a costa de arduos trabajos, ya que nada nos es regalado. Cuando dejamos de hacer algo en una existencia física, volvemos a la Tierra para realizarlo, y tal vez, con el agravante  de colocarnos en dificultades mayores,  como consecuencia  de la implicación que guardamos los unos para con los otros, para quien comprende el Espiritismo,  hay siempre buena voluntad y alegría para enfrentar los deberes y las dificultades, pues eso representa nuestra ascensión.

Muchos sonámbulos o médiums se resisten  a regresar del trance, las maravillas y las bellezas  que contemplan cuando están en trance los atraen irresistiblemente hacia las armonías celestiales.  Al despertar se quejan de la oscuridad existente en la sala y se muestran tristes. Es que ven las bellezas  para las cuales  nuestro ojo físico está ciego. El Más Allá, no dista tanto de nosotros, como mucha gente imagina. El Más Allá, en realidad, comienza en donde acaba el “Aquí” Y se extiende  hasta donde no podemos  comprender: Dios en su infinita sabiduría, creo el infinito para que la vida lo pueble. Pero, con nuestros groseros sentidos, con nuestra tibia comprensión, no podemos alcanzar esos objetivos. Nuestros ojos ven  puntos luminosos a los cuales llamamos estrellas y apenas podemos decir que son soles de otros mundos esparcidos por lo inmensurable.

Como todos los seres vivos son de naturaleza cósmica, también son etéreos y es por eso que el inmenso espacio etérico nos pertenece, es nuestro elemento, nuestra verdadera patria, en donde encontramos la plenitud de nuestra felicidad. En verdad, es nuestro hogar. La Tierra es una simple estación durante un gran viaje. Como seres materializados que somos, no podemos imaginárnosla. Nuestra comprensión no va más allá de la materia de que está hecho nuestro cuerpo y lo que nos rodea.

Los científicos físicos, quieren probar que la materia no existe, que ella se reduce a la substancia etérea. Así, llegamos  a comprender que, aun nuestra casa planetaria, la Tierra,  no es otra cosa que una densidad astral, que también ella es una materialización. Las últimas novedades sobre la radioactividad, nos convencen de que la materia se forma como resultado de inmensas velocidades y ciclones del éter.

La doctrina espirita avanza, dilata sus fronteras, vence a sus opositores, está presta a probar que el cuerpo es un producto del espíritu.
Las confusiones y las incertidumbres se acabaron. El Espiritismo es sencillo y cristalino. Con el vemos la vida y el Mundo bajo una nueva y viva luz.
  Trabajo realizado por Merchita
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El periespíritu y los miembros                    fantasmas

El periespíritu y los miembros fantasmasEl profesor Ernesto Bozzano, en su libro «Desdoblamiento – Fenómenos de Bilocación», se refiere a la idea de integridad en los amputados que experimentan la sensación perfecta de la existencia de la parte del cuerpo que les fue retirada.
En su obra, Bozzano invoca el testimonio de notables fisiólogos, entre los cuales figuran Weir Mitchell, Bernstein y Pitres, que así se manifestaron sobre este importante asunto:

“Las ilusiones de los amputados son  un hecho normal;…”

En efecto, para Piset, que realizó sus investigaciones con soldados de la primera guerra, entre 450 amputados solamente 14 no presentaron el fenómeno de miembro fantasma. La ilusión solamente faltaba en uno cada 30 casos. Casi siempre la ilusión sobrevenía luego de la cirugía; incluso, algunas veces ocurría más tarde, pero siempre en un tiempo bastante próximo.
El profesor William James, Psicólogo, investigó seriamente en ese campo llegando a notables y lúcidas conclusiones, que corroboran aquellas otras hasta entonces afirmadas. El profesor James, en sus trabajos, hace referencia a un trecho de una obra del fisiólogo A. Valentim, según el cual se puede admitir que «las sensaciones de integridad”también existe en los casos de deformaciones congénitas de miembros, como por ejemplo:

«Cierta joven de 15 años y un hombre de 40, los cuales sólo poseían una mano normal, ya que la otra presentaba, en lugar de los dedos, ligeras prominencias carnosas, sin huesos, y tenían la sensación precisa de doblar los dedos inexistentes todas las veces que doblaban el muñón informe”.
El profesor Bozzano fue aún más adelante en sus investigaciones sobre los«miembros fantasmas», añadiendo:
“Me resta, demostrar que se llegó también a obtener una  fotografía  del  brazo  fluidico  de un amputado y eso graciasal magnetizador Alphonse Bouvier. En el ‘Journal du Magnétisme’, julio de 1917, Bouvier publicó la larga relación sobre el modo por el cual llegó a fotografiar un miembro amputado, relación  ilustrada con un buen cliché donde aparece la sombra fluídica de un brazo ausente’, y, diríamos, la presencia de la ausencia..”
En los libros: «Gestalt Psychology” (N. Y., 1950) de F. Katz, y «Phantoms in Patients with Leprosy and Elderly Digital Amputers» (N. Y., 1956), de P. Simmel, son relatados casos referentes a amputaciones normales y de miembros en los leprosos. De acuerdo con las observaciones de los investigadores, los pacientes, después de la amputación de brazos y de piernas, comenzaron a constatar la presencia de la parte amputada, llegando a moverla y a sentir hormigueo en aquel lugar. Y aún más: la percepción puede durar, no sólo largo tiempo, sino también toda la vida. F. Katz, por su parte, afirma: «Si una persona, con una pierna amputada, llega a una pared, ella parece atravesarla… la ley de la impenetrabilidad de la materia juzgo que no se aplica a este caso”.
Por otro lado, la declaración de P. Simmel no es menos valiosa, cuanto a comprobado la existencia del“periespíritu”«después de mis experiencias con leprosos, verifiqué que la pérdida gradual de las partes del cuerpo por absorción, por ser lenta y demorada, no produce fantasmas, y lo más notable es que, en una amputación de restos de dedos y pies, estos se reproducen no como las partes que había, pero, sí, perfectas, esto es, como antes de la absorción”.
Cuenta un hecho interesante: «(….) cuando se despertó de la anestesia, procuró agarrarse el pié. La sensación de existencia del miembro amputado persistía, y el paciente olvidándose, intentó pisar y cayó. Decía más tarde, que podía movilizar los dedos fantasmas (…)”.
No teniendo en este punto nada más que agregar, a pesar de ser autoridades en su especialidad, ciertos fenómenos escapan del dominio de su raciocinio, ya que se colocan, apenas, al nivel de la materia tangible, sensorial…
Más allá de las experiencias supracitadas,  surgen  otras  más sorprendentes y que vienen a ratificar a este espírita que «las sensaciones, emociones e impulsos no se localizan en el cerebro, como quieren los fisiólogos y psicólogos, y, sí, en el Espíritu”.
En la obra «Espiritismo Dialéctico” (1960), del pensador espírita argentino Manuel S. Porteiro, encontramos hechos asombrosos para los psicólogos, mostrando, claramente, que los individuos con lesiones graves, incluso en los centros nerviosos, continúan comportándose naturalmente:

 1) Caso presentado en la Academia de Ciencias de Paris por el Dr. Aguepin, el 24 de Marzo de 1945: «Después de operar un soldado que había perdido enorme parte del hemisferio cerebral izquierdo (sustancia cortical y blanca, núcleos centrales etc. ), comprobó que el mismo continuó con su comportamiento normal, a despecho de las lesiones y pérdidas de circunvoluciones básicas para las funciones esenciales”.

 2) Tamto Lisboa, llamado el Lusitano, publicó, en su libro «Práctica Médica”, de finales del siglo XVI, el siguiente caso: «Un niño de 10 años recibió un fuerte golpe en el cráneo, que cortó el hueso y la membrana meníngea, con pérdida de masa encefálica. Al contrario de lo esperado, la herida cicatrizó. Tres años después, moría hidrocéfalo. El cráneo fue abierto y, para espanto de los médicos, no se encontró el cerebro: en su lugar había líquido. Ese hecho fue considerado extraordinario, pues el niño vivió durante tres años en esta situación con  plenitud de sus facultades psíquicas…”.
Para explicar éste y otros casos análogos, los materialistas recurren a la hipótesis del fisiólogo francés Pierre Flourens, según el cual un hemisferio cerebral podrá suplir la falta de otro. Y qué dirán en cuanto a la ausencia total de la masa encefálica? Ahí es que el materialismo se ve obligado a ceder terreno a la Ciencia Espírita y, no sólo en esos fenómenos, sino también en otros, estudiados por la Psicología de manera carente o insatisfactoria, como, por ejemplo, la doble personalidad.
Con el Espiritismo, se puede llegar a una conclusión: ir más allá e interpretar lo inexorable, esto es porque la respuesta está en nosotros mismos, en el conocimiento de la esencia del ser humano y de las partes en que está compuesto!
 - Sir Arthur Conan Doyle -
(“Jornal Mundo Espírita” Octubre de 1998 – Carlos Bernardo Loureiro – )
( Tomado de la Revista Espírita de la F.E.E. nº 15)

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Algunas consideraciones sobre  nuestro cuerpo físico

       En sí mismo considerado, el cuerpo es solamente nuestro envoltorio físico,  un organismo vivo formado por átomos, moléculas, tejidos, etc.
      El cuerpo físico supone un vehículo valioso  e imprescindible de nuestro Espíritu para poder llevar a cabo su tránsito y evolución en cada vida que debamos experimentar en los planos físicos. Dentro del conjunto de elementos materiales que constituyen la individualidad humana, el cuerpo físico viene a ser  la segunda y más densa envoltura del Espíritu que a través de él se manifiesta; la primera envoltura que tenemos es el Periespíritu, un cuerpo de energía semimaterializada  que mediante  el campo de energía vital de cada célula de su cuerpo carnal, se une al mismo.
     El cuerpo físico, es una extraordinaria máquina perfecta, de materia orgánica muy compleja, que es  imprescindible al espíritu, para que este pueda realizar su cometido intelectual y moral, y que  a todos nos debe durar el tiempo necesario para poder alcanzar nuestros objetivos en este mundo sirviéndonos de él ;  por eso es necesario mantenerlo bien cuidado,  sano y  lleno de energías. No obstante no hay que caer en exageraciones de culto al cuerpo físico, pues aún hay muchas personas que hacen de esto un culto, considerando ese culto en busca de la perfección física o la salud, como un fin último y supremo, sin tener en cuenta que dentro de su insustituible valía, el cuerpo es solo un medio para el desarrollo del Espíritu que lo anima y por eso se debe cuidar como el que cuida su vehículo para viajar, pero ese culto en pos de la perfección y la mejora, nunca debe de ser  ser un fin ni un afán, porque el cuerpo solo, por si mismo, no es  nada, solo materia.
    Dicho de otro modo: El cuerpo es para el alma como un campo de experimentación en el que el Ser es sometido a esfuerzos y tensiones que le hacen ir desarrollando  los límites de su resistencia.  Viene a ser como el instrumento que desarrolla el alma, a la que sirve de forma similar a como lo hace un gimnasio con el atleta para que se entrene y desarrolle sus capacidades.
    En cierto modo, el cuerpo viene a ser también como la  síntesis del pasado del alma que lo habita, porque en este cuerpo se refleja la suma de lo que fue el alma humana durante sus vidas anteriores y  viene a ser  como el cofre en el que se depositan los modelos y hábitos de todo cuanto fuimos en el pasado.  En Psicología es conocida  la estrecha relación que se establece  entre las formas corporales de cada uno y su personalidad, especialmente en lo que se refiere a los rasgos del rostro y de la mirada.
       Nuestro  cuerpo constantemente se encuentra sometido a diversas vibraciones y ritmos, tal  como el  ritmo cardiaco o el respiratorio. Asimismo el cuerpo físico se encuentra influenciado directamente por las vibraciones de nuestro  Perispíritu, que mantiene vivas y cohesionadas las células que componen los órganos y características del mismo. Esta poderosa vibración de energía vital que portamos las personas  creando nuestro campo de energía vital o Cuerpo Vital, se manifiesta en el Aura física, que  presenta diferentes intensidades de luz y color  muy diferentes y variables de unas personas a otras.
        Con respecto a lo dicho, a título personal, me cabe plantear la hipótesis ( ¿?) de que tal vez podría ser que las causas íntimas del rechazo de órganos cuando son trasplantados en el engranaje de otro organismo vivo, podría  ser  porque la vibración de  esa energía vital a nivel  molecular de los órganos trasplantados de un donante, tengan diferente grado de intensidad y frecuencia vibratoria  que  la del organismo físico del  receptor.  Esto solamente es una  hipótesis personal, pero probablemente llegará un día no muy lejano, en que la Ciencia descubra las claves más íntimas de este problema médico, que por el momento solventan mediante el uso de determinadas drogas que condicionan los niveles vibratorios para evitar el rechazo, y  cuando la Ciencia de el siguiente paso en esta investigación, seguramente mi hipótesis  se  verá  rechazada, confirmada o modificada.
- Jose Luis Martín-


      “Sin un cuerpo perfectamente limpio y sano no podrás llevar a cabo el arduo  trabajo de   preparación, ni podrás soportar el esfuerzo incesante que ello requiere  .Pero tú debes ser  siempre quien domine a tu cuerpo y no el cuerpo quien te   domine a ti.”
                                                                 -Krishnamurti-

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          EDUCACIÓN PARA LA MUERTE


    Este título fue el  lema de las  Jornadas Espíritas del Mediterráneo, en las cuales se consideró la necesidad de introducir tan delicado tema en las aulas, tal y como se lleva a cabo la educación sexual. 

Es, en efecto, un tema delicado, por cuanto ambos conceptos han sido considerados tabú y se han obviado deliberadamente como si fuera un problema inexistente. El primero por un falso pudor que ha llevado a cometer numerosas equivocaciones, precisamente por desconocimiento y por una férrea represión, y que hoy, como estamos viendo, se han relajado las costumbres (a mi modo de ver).

El segundo, el de la muerte; ni siquiera se ha pensado, ni se piensa en ella cuando llegamos a este mundo y vamos creciendo. Festejamos uno por uno los años que vamos cumpliendo, y nadie nos ha enseñado que cada año que cumplimos es uno menos que nos queda para llegar al final que, ineludiblemente, llegará. Así pues, sí: educación para la muerte es necesaria; pero una educación para los adultos; enseñarles que no se vive eternamente; que no existe nada que nos asegure el futuro, y que todo cuanto nos afanemos en poseer: dinero, poder, influencias, fama…, aquí se quedará, nada de ello nos podremos llevar al otro mundo, que es donde sí se vive eternamente y donde nada de todo eso es necesario. Que estamos aquí con la finalidad de mejorarnos moralmente para el mundo que nos aguarda al final del paso por la Tierra; enseñar que la muerte no existe, porque seguimos viviendo; porque el alma o espíritu solo abandona el cuerpo, que es el que perece; enseñar a tener esperanza, a tener fe en ese futuro cierto; enseñar a contemplar la muerte física como una realidad natural, que forma parte de la vida en el planeta; y que, según las leyes de Dios, todo se transforma, nada muere; enseñar que se debe abordar el tema sin miedo, que cuando se tenga que hablar de ello se haga con toda naturalidad; y si nosotros lo hacemos así, los niños, que solo necesitan ver y oír para imitar, irán adquiriendo esos conocimientos sin ningún esfuerzo. Es mi propia experiencia: en uno de los artículos que he escrito comenté que, a los seis años, hice una pregunta y una reflexión que, por supuesto, en aquel momento no tenía idea de que lo era. La pregunta fue: “¿Qué es un espíritu?”. Obtenida la respuesta, mi reflexión: “Entonces, cuando yo me muera seré un espíritu”.

Una niña de seis años había aprendido, a fuerza de escuchar, que un día habría de morir, y aunque no tenía el conocimiento exacto del fenómeno, saber que este no existe no le procuraba ningún temor ni inquietud.

Hoy, con muchos años, puedo asegurar que debemos ir creciendo sin olvidar nunca lo que somos; de dónde venimos y hacia dónde vamos; no dejar pasar nunca la oportunidad de aprender, dándole a la vida material la importancia que realmente tiene, todo ello nos proporciona una nueva dimensión de cómo es y de cómo deberíamos vivirla.

Aprender desde pequeña lo que es en verdad la muerte ha hecho que ahora, cuando se la siente más cercana, se la espere con serenidad y sin temor.

Después, la vida sigue.

Mª Luisa EscrichAmor, Paz y Caridad

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