domingo, 10 de enero de 2010

Eutanasia


En principio esta práctica así como el simple deseo de llevarla a cabo, resulta ser siempre una falta de resignación ante las pruebas de la Vida y producto del desconocimiento sobre la realidad existencial después de la muerte.
Cuando es un acto voluntario, supone una variante del suicidio, y como tal, es una consecuencia de la falta de conocimiento espiritual que conlleva el ignorar que realmente existe vida después de esta vida, y que su acto le implica en unas tramas y consecuencias semejantes a las del suicida, consecuencias que habrá de afrontar una vez desencarnado ya en el mundo de los espíritus, así también como cuando regrese de nuevo este mundo en otro cuerpo físico y bajo otra personalidad humana.
La eutanasia puede ser activa o pasiva, según que la muerte se provoque mediante un acto voluntario, o simplemente cuando se deje pasivamente morir al que se le aplica.
Cualquier opinión que en conciencia sea bien intencionada es humanamente respetable, pero en este caso se muestra una vez mas al Ser Humano orgulloso y egoísta, en el papel de justiciero, amo y señor de la vida y de la muerte. Por este motivo quien aplica la eutanasia llega a creer a veces que hace un acto de caridad cuando mata o deja morir (a veces es lo mismo), a un Ser humano con una dolencia o enfermedad incurable, porque este, desesperado ante la dura prueba quiere morir creyendo que así se liberará de la situación humana por la que atraviesa, sin pararse a pensar que además de un cuerpo físico, somos un alma inmortal y que no es casual que se atraviese precisamente por esa dura situación humana, que siempre es transitoria y es la que le corresponde y necesita como experiencia autoredentora necesaria para su evolución espiritual.El Ser Humano consciente de su realidad existencial, debe desterrar cualquier clase de eutanasia, y en su lugar, luchar con todos los medios posibles para ALIVIAR el dolor y el sufrimiento del enfermo, manteniendo la mejor calidad posible de vida mientras dure naturalmente.
En la que llaman eutanasia pasiva, el ser humano que la aplica o la autoriza,adopta el papel de dios al considerarse dueño de la vida y de la muerte, erigiéndose en verdugo exterminador, una veces convencido de que su decisión es correcta o justa.
La vida de cada persona no es nuestra, no la hemos creado nosotros sino que nos ha sido dada con por Dios que es el único autor y dueño de la Vida de la muerte, por tanto la muerte deberá acontecer solamente Cuando El lo disponga.
El que un ser humano pueda estar privado de consciencia y existir una nula esperanza médica de recuperación, no significa que moralmente haya que adelantarle la muerte o que no se le deban proporcionar los medios para Permanecer vivo el tiempo que Dios determina, pues realmente cuando le llegue la hora de partir de este mundo, por mucha sonda, máquina de respiración asistida, o de diálisis,es seguro que algún fallo orgánico le acontecerá, de modo que su vida se terminará aun con todas las prevenciones médicas que se hayan puesto para conservarla.
El que a una persona en estado "vegetativo", se le apliquen medios de vida, no significa por ello que esta se le alarga artificialmente, pues si estos medios existen y se le pueden aplicar es por que la Ciencia en estos casos se manifiesta como un medio Divino o Instrumento que Dios pone a nuestro alcance precisamente para ese propósito. Al respecto han habido casos en los que se ha desconectado del respirador artificial a un enfermo que se encontraba en estado de coma profundo, esperando que muriese por eso, y sin embargo ha continuado vivo y respirando por sí mismo, o casos de personas que han estado en ese estado vegetativo durante años, Y después, cualquier día, recuperan y despiertan la consciencia. Demuestra esto que no se debe aplicar ningún tipo de eutanasia, por muy irreversible que parezca el caso.No obstante, cuando el enfermo o moribundo no puede en modo alguno manifestar su voluntad, la aplicación de la eutanasia pasiva que siempre en el fondo oculta intereses egoistas, queda totalmente en la conciencia de quien la autoriza , pero nunca existe ninguna responsabilidad moral en el enfermo o moribundo.
Aun antes de entrar en estado de coma, si el enfermo o moribundo ha manifestado su último deseo de eutanasia, aun en este caso no se le debiera secundar del mismo modo que no se le ayuda al suicida su cometer un acto, sino que por todos los medios siempre se trata de disuadirlo e impedírselo; entonces ¿Por qué esa diferencia ética entre quien estando sano se quiere causar la muerte y quien estando enfermo pide que se la apliquen? .Hay que Tener en cuenta que el sufrimiento y el dolor tienen su por qué necesario, y que nadie sufre Nada que no le corresponda o que no deba sufrir, aunque a veces sea humanamente duro de aceptar o difícil de comprender o de aceptar un designio superior que no comprendemos.
El ser humano no es como una res herida que por piedad puede ser abatida en el campo para evitarle el dolor. Esta idea es fruto de los conceptos materialistas que promulgan que todo termina con la muerte, ignorando que en el ser humano tras la destrucción de su cuerpo, continúa viviendo como Espíritu desencarnado, y que al evitarle esa experiencia del dolor de una enfermedad terminal, no se le ha hecho ningún favor, pues tendrá que volver a enfrentarse a ella en una próxima existencia Humana.
Aún menos justificativo es el caso de aplicación de una eutanasia pasiva a una persona por el hecho de que está en estado vegetativo y la ciencia médica afirma que es irrecuperable. En este caso no se está liberando de dolor o sufrimiento a un ser humano, pues si bien se sabe que vive y no padece, fisicamente al menos, sin embargo, al considerarlo como una simple e inútil maqquinaria irrecuperable, se permite su extinción fría y lentamente,por Inanición o por asfixia .
Es que de señalar que existen Espíritus de sacrificio que al encarnar pidieron voluntariamente vivir una situación dolorosa para ayudar a los demás mediante su ejemplo de fe y de abnegación, y mediante el hecho de que se vean obligados a cuidarle y a servirle con amor por motivo de tener bajo su tutela Una persona enferma o deshauciada.
No es un acto de valentía el querer morir para no sufrir, sino el querer vivir hasta el final a pesar del dolor o el sufrimiento.

Jose Luis

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