sábado, 19 de julio de 2025

¿ Quienes son nuestros padres ?

 INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.-Objeto de la reencarnación

2.- Infección e infestación

3.- El intermediario entre el Espíritu y la materia

4.- ¿ Quienes son nuestros padres ?

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OBJETO DE LA REENCARNACIÓN


¿Qué hay más allá de la muerte?, ¿Existe la reencarnación?, ¿Por qué sufre el ser?
El hombre se ha hecho infinidad de veces, durante siglos, estas y otras preguntas, pero quizás nunca como ahora determinó tanto esfuerzo e interés, en investigar las cosas del Más Allá.
«Con su Sabiduría Divina quiso Dios que la Reencarnación sirviera con el propósito de hacer alcanzar la perfección»
«Para unos constituye una misión, para otros una expiación, pero para llegar a esta perfección deben sufrir todas las vicisitudes de la existencia corporal, ya que la materia es el mejor instrumento para ello».
«La encarnación tiene asimismo otra finalidad, consistente en poner al espíritu en condiciones de afrontar la parte que le cabe en la Obra de la Creación».
Siendo solidarias entre sí las diversas encarnaciones de los espíritus, éstos llevan en sí mismos en cada existencia terrena, el germen de los actos de sus vidas anteriores.
Por ello, debido a los compromisos y responsabilidades que se adquieren unos con otros se constituye la Ley de CAUSA y EFECTO, por lo que es preciso que los espíritus realicen muchas existencias en común, participando del mismo cáliz de dolores y en las mismas alegrías terrestres.
La reencarnación ofrece además como medio más eficaz, la más consoladora alternativa para el ser humano, de que más allá de las puertas del túmulo se dilata la existencia, a modo que ésta, no sólo no interrumpe la vida, sino que la prolonga con todas las consecuencias de las facultades del alma.
Despiertos sus sentimientos, despierta la propiedad del pensamiento, con el libre albedrío de ir y de venir, con la cualidad esencial de seguir procurando por el bien y la felicidad de cuanto ama, de proseguir ensanchando el campo de sus conocimientos, de profundizar en el estudio de cuanto desee dedicarse en el vasto Laboratorio del Universo, inclinando cada cual su atención y sus deseos de investigar a las razones de sus predilecciones.
Este, en el campo de las Ciencias; aquél, en el campo del Arte; el otro, en el conocimiento de las Leyes Divinas; el otro aún, en el interés de darse a los demás con abnegación, con el solo propósito de provocar el despertar a este otro mundo de sus hermanos más rezagados en el progreso.
Y así, prolongándose en la escala infinita a modo de ser imposible de enumerar aquí, todas las cualidades esenciales a que le es dado llegar a todos los seres en la Creación.
Cabría preguntarse aquí, qué sucede con aquellos que abandonan el plano físico, inconscientes del acto a que se enfrentan. Solamente las almas preparadas tienen comprensión real de la verdadera situación que confrontan en el acto de la muerte del cuerpo.
Cuando no es así, que el espíritu no tiene clara conciencia, se enfrenta a un mundo de turbación, desasosiego y desaliento, quedando a merced en el ámbito espiritual de sus propias creaciones mentales.
Es en esta breve exposición, que encontramos ya para nosotros la apremiante necesidad que le supone al ser humano, huir de la ignorancia en que se encuentra, para adquirir los debidos conocimientos que le supondrán mejor.

Tomado del Congreso Nacional de Espiritismo 1981
Publicación de La Asociación Parapsicològica Villenense
                               Adaptación: Oswaldo E. Porras Dorta

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              INFECCIÓN E INFESTACIÓN

No solo en el plano psicológico se verifican las obsesiones, sino además en la patología general. Síntomas de enfermedades infecciosas son transmitidos a personas sanas por Entidades espirituales enfermizas. A fin de hacer esa distinción, se adoptó en el Espiritismo el término Infestación, para referirse a esas dolencias fantasmas que tanto pueden ser de origen anímico como espirítico. Fuertes impresiones y temores pueden originar la sintomatología fantasma. En los casos de infestación se verifica el proceso inductivo de los vasos comunicantes: el espíritu transfiere a la víctima, generalmente sin saberlo, los síntomas de la enfermedad que lo ha llevado a la muerte y que persisten en su periespíritu o cuerpo espiritual. La prueba científica objetiva de ese cuerpo espiritual, se obtuvo en Francia por Raúl de Motyndon, en la primera mitad del siglo XIX y actualmente por físicos, biofísicos y biólogos rusos en la Universidad de Kirov, los cuales han dado al referido cuerpo la designación de "cuerpo bioplasmático". Kardec investigó el problema en su tiempo, confirmando la hipótesis de la infestación por medio del tratamiento y cura de los seudo-enfermos con el simple alejamiento de las Entidades enfermizas infestadoras.

El Dr. Karl Wikland en los Estados Unidos, comprobó asimismo, el fenómeno por espacio de tres décadas, exponiendo minuciosamente los resultados minuciosamente en el libro "Treinta años entre los Muertos". En su famosa clínica de Chicago, el Dr. Wikland obtuvo éxitos sorprendentes. Las seudo-enfermedades de cientos de  pacientes, cansados de recorrer consultorios y clínicas, e ingresados inútilmente en hospitales especializados, encontraban solución para su caso. Y él no era, propiamente, un médico espírita. Era solamente, un médico estudioso e investigador, que había tenido la ventura de casarse con una joven dotada de gran sensibilidad mediúmnica. Los casos relatados en su libro revelan la riqueza de los fenómenos con los que él se deparó en su trabajo médico. Su caso no es único, fue uno entre miles que ocurrieron y ocurren en el mundo. Lo hemos mencionado aquí por ser uno de los más positivos e importantes.

- José Herculano Pires-

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EL INTERMEDIARIO ENTRE EL ESPÍRITU Y LA MATERIA


Por su esencia espiritual, el espíritu es un ser indefinido y abstracto que no puede ejercer una acción directa sobre la materia. Necesitaba, pues, de un intermediario, y este intermediario es la envoltura fluídica que, en cierta forma, es parte integrante del espíritu y oficia de eslabón. Esta envoltura es semimaterial, porque debe a la materia su origen y a la espiritualidad su naturaleza etérea. Como toda materia, es extraída del fluido cósmico universal, sufriendo en esta circunstancia una modificación especial. Esta envoltura, llamada Periespíritu, transforma al espíritu en un ser concreto, definible y comprensible para el pensamiento; faculta al espíritu para actuar sobre la materia
tangible, al igual que todos los fluidos imponderables, que son los motores más poderosos.

El fluido periespiritual es el lazo que une al espíritu con la materia. Durante su unión con el cuerpo, oficia de vehículo del pensamiento, transmitiendo el movimiento a las diferentes partes del organismo que actúan bajo la influencia de la voluntad y haciendo repercutir en el espíritu las sensaciones producidas por los agentes exteriores. Los nervios sirven de hilos conductores, así como en el telégrafo el hilo metálico conduce al fluido eléctrico.

18. Cuando un espíritu debe encarnar en un cuerpo humano en vías de formación, un lazo fluídico, mera extensión de su periespíritu, lo une al germen hacia el cual se siente atraído por una fuerza irresistible, desde el momento mismo de la concepción. A medida que el germen se desarrolla, la unión se intensifica. Y es bajo la influencia del principio vital material del germen que el periespíritu, poseedor de ciertas propiedades de la materia, se une, molécula a molécula, a la materia del cuerpo en formación: podríamos decir que el espíritu, por intermedio del periespíritu, crea raíces en ese germen como una planta lo hace en la tierra. Cuando el germen está enteramente desarrollado la unión es completa, siendo ese el momento en que el espíritu resurge ante la vida exterior en su cuerpo material.

EL GENESIS- ALLAN KARDEC                                                                                          ( Se podrán observar en este texto  algunos retoques míos para una mejor comprensión)

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      ¿ Quienes son nuestros padres?

                               


Cuando abrimos los ojos, en este mundo, vemos inclinados sobre nuestra cuna, dos personas especiales: nuestro padre y nuestra madre.

En los primeros años nos sentimos dependientes de ellos. Y, el simple hecho de que nos estén mirando, se constituye en seguridad para nosotros.

Así, aprendemos a andar, amparados por sus brazos. Nuestras heridas recibieron curación y besos.

Aprendemos a andar en bicicleta, enfrentamos las olas del mar, las aguas de la piscina.

Sus manos nos condujeron a la escuela y cuando fuimos ahí dejados por primera vez, pareció que algo se nos rompió por dentro.

¿Estaríamos siendo abandonados?

Sin embargo, al final del día, regresábamos al hogar y aprendíamos que la escuela era solamente un lugar para estar por algunas horas.

Era un lugar para aprender, para hacer amigos, para crecer.

Pero siempre había un lugar para volver: nuestro hogar. El amparo de la familia, la seguridad paterna, el cariño materno.

A medida que los años fueron sumándose, dejamos de ser dependientes. Andamos con nuestros pies, actuamos con nuestra voluntad, alzamos vuelos más altos, o rasos.

Y, algunos de nosotros, pasamos a ver a los padres de manera diferente. ¿Quienes son ellos para desear comandar nuestra vida?

¿Quienes son ellos para decir que debemos o no hacer?

¿Quienes son?

Nuestros padres son Espíritus que, casi siempre, guardan relaciones afectivas con nosotros de larga fecha. Amigos que aceptan recibirnos como hijos, deseando acortar distancias entre nosotros y el progreso.

Espíritus que se disponen a nos ofrecer un cuerpo, a protegernos, a amarnos.

Excepciones existen, es verdad. Espíritus no tan amigos que se reencuentran en la labor doméstica para ajustes del pretérito algo nebuloso.

Aún así, se nos moldaron un cuerpo, permitiéndonos la reentrada en el mundo carnal, y les debemos ser gratos.

Pero, si desean saber a donde vamos, con quien vamos, en esos tiempos de tanta violencia, es porque con nosotros se preocupan.

Si nos establecen horarios para el regreso al hogar, si nos buscan cuando tardamos mucho, es porque nuestra seguridad les preocupa.

Si insisten con nosotros para que estudiemos más, nos esforcemos más, es porque, tienen más experiencia por la madurez que todavía no tenemos, desean vernos subir peldaños de éxito.

Si nos imponen disciplina, si nos exigen actitudes comedidas, es porque desean colaborar con nuestro progreso.

Para eso, Dios nos confió a su guardia.

Es porque ese compromiso está registrado en su memoria espiritual, tanto cuanto por los lazos de afecto que nos unen, ellos se importan por nosotros.

Pensemos en eso y antes de quejarnos tanto, miremos nuestros padres con gratitud.

Vivamos con ellos lo mejor posible. Al fin, no estarán siempre con nosotros.

Es posible que luego más ellos se transfieran para la espiritualidad, cumplida su misión.

Vivamos disfrutando el mejor de su compañía, de su sabiduría, de sus cariños.

Mañana, cuando no estén más con nosotros, tendremos dulces recuerdos para alimentar nuestra nostalgia.

Redacción del Momento Espírita.


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jueves, 17 de julio de 2025

Devolver bien por mal

 INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.-Ûn extracto de mis conceptos doctrinarios

2.- Firmeza en el ideal

3.- El verdadero recogimiento

4.- Devolver bien por mal

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  UN EXTRACTO DE MIS CONCEPTOS DOCTRINARIOS

Queridos amigos, hola buenos días, repasando un poco todos nuestros conocimientos, llegamos a la conclusión de que el Espiritismo es la doctrina más apropiada  para la mente moderna, porque no contiene adornos inútiles, complejidades  doctrinarias, “tabúes” religiosos. Sus enseñanzas son simples  y directas, no cansan, y les permite a sus discípulos  utilizar su tiempo en la búsqueda de la Verdad. Sus fundamentos doctrinarios  se basan en la creencia en Dios, la Reencarnación  y la Ley del Karma, estos procesos, señalan el camino del perfeccionamiento del espíritu inmortal.

La mediúmnidad nunca debe encararse como un motivo de entretenimiento o una especie de literatura atrayente, ni tampoco debe estar enclavada en los cánones académicos de nuestro mundo.

Antiguamente  el intercambio con los espíritus desencarnados, solo era permitido a unos pocos adeptos, entrenados en las iniciaciones secretas.  Con el advenimiento del Espiritismo  se abrieron las puertas  de los templos secretos, con la divulgación de la Ley del Karma y la Reencarnación, demostraron a los hombres su responsabilidad  personal en la cosecha de los frutos, buenos o malos, según sembraron.  Eliminó la idea del Cielo y el Infierno, aclarando al hombre que más se salva con las buenas obras, que por la creencia adquirida. Aclaro, que ninguno consigue abolir sus pecados en la hora extrema de la muerte, que el Cielo o el Infierno son estados  inherentes al espíritu, consecuencia  de su mal o buen vivir sobre la tierra. En verdad, el hombre  es el único responsable por su gloria o desdicha.

El hombre en el siglo XX evolucionó por las pruebas iniciáticas que se le presentan a cada instante en  la vida cotidiana, sin necesidad de recogerse en instituciones, conventos o fraternidades iniciáticas. El entrenamiento del Espíritu  debe ejercerse conviviendo  en medio de todo el mundo, a través de los sufrimientos, de los fracasos,  vicisitudes o miserias  que se le presenten, que son lecciones  severas y pedagógicas presentadas por lo Alto, y que lo gradúan  conforme sea su comportamiento. No es necesario que el hombre se aislé del mundo, haciendo una vida completamente contemplativa, para poder alcanzar la sabiduría espiritual, que el mundo ofrece por demás  en el trato cotidiano. El discípulo diligente y disciplinado, trabajando espiritualmente en la vida moderna, se promueve a un nivel superior, si sabe aprovechar  cada minuto de su vida, si es obediente a los postulados espiritas y sumiso a los preceptos  evangélicos de Jesús.

El perfeccionamiento del hombre no se procesa por la adoración de sus ídolos, meditaciones exotéricas,  interpretaciones iniciáticas, reuniones doctrinarias, o cansadas ceremonias.  Lo mejor son las practicas  a la “ luz del día” de forma improvista,  ejercidas con espontaneidad en la vida común.  Ya que mientras realizamos las tareas habituales, hemos de enfrentar  graves problemas,  teniendo que ejercer la paciencia, la bondad, la tolerancia, la humildad, la renuncia y la generosidad.  Y nos duele  la calumnia del vecino malintencionado, el mal trato del patrón, del jefe o  somos explotados  por el mejor de los amigos. El Espiritismo con su doctrina racional y electiva a la mentalidad moderna, nos enseña la mejor compostura  espiritual en los momentos de esas pruebas iniciáticas a la “luz del día”, sin complejidades, misterios o secretos. El Espiritismo es tan simple como la vida misma.

Allan Kardec, fundamento la codificación espirita  en la moral evangélica, pues estaba seguro que los resultados científicos pueden convencer al hombre de su inmortalidad, pero el Evangelio es el único capaz de convertirlo en las condiciones  favorables  para su ascensión. La misión del Espiritismo no consiste solo  en comprobar la vida inmortal, también le cabe consolar al espíritu, dándole luz a su conciencia, para después seguir iluminando al mundo.

El Espiritismo filosófico y científico puede satisfacer la exigencia especulativa del intelecto, pero el Evangelio es el único que ilumina el corazón de los hombres.

El espiritismo popularizó en una forma disciplinada  y bastante fácil para la mente moderna, los conocimientos que anteriormente se elucidaban en la intimidad de los templos fraternistas y velados por una dificultosa terminología iniciática. Pero, también demostró aquello que era superfluo e incoherente, además de complejo para interpretar algunos pasajes, que esas corrientes orientalistas poseían en sus enseñanzas iniciáticas. La codificación espirita  se transformó en una copa de agua cristalina, sin ningún colorante particular que la pueda confundir, perfectamente accesible a la mentalidad occidental y adversa a los adornos y supersticiones, muy del agrado oriental.

Allan Kardec adoptó el método lógico para sus experimentaciones y su doctrina brotó directamente de la observación de los hechos. El codificador  no aceptó  ninguna afirmación que no fuera la propia, para definir positivamente sus principios doctrinarios. Un dogma que rechazo es el de la teoría de la “metempsicosis” que los egipcios  e hindúes admitían, Allan Kardec rechazó ese postulado,  explicando que el espíritu no retrograda, , como tampoco admitió  la concepción reencarnacionista  del Brahmanismo, con su orgullosa división de castas aristocráticas y sacerdotales. Kardec, solo aceptaba las enseñanzas o postulados después de someterlos  a la unánime  y rectora opinión de los espíritus, que estaban al servicio de la doctrina.

Estudiemos la codificación, adentrémonos en ese infinito, patrimonio espiritual, a través del cual nuestro espíritu puede evolucionar,  y así podremos alcanzar las alturas por el real conocimiento de todas las cosas. 
- Merchita -
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Firmeza en el ideal

Permanecer  en los ideales superiores es muy difícil para la persona de bien, porque cuando termina una etapa de su vida aparece otra, cuando supera una dificultad le surge otra.

Y cada suceso es un aprendizaje a conquistar para que, con esa experiencia, enfrente la siguiente, que es más fuerte que la anterior.

Y lo que en un momento le pareció imposible, pero lo supero producto de su actitud de trabajo honesto y valiente, ahora lo capacita para enfrentar situaciones más complejas que las vencerá equilibrando la moral y la experiencia, sin ello las dificultades se multiplicaran.

Si se multiplican tus problemas no podrás trabajar bien, las necesidades son grandes y los servidores del bien son escasos.

Notas en todo lugar el sufrimiento y desesperación, alucinaciones y amargura que debes ayudar a superar en favor de todos.

Si no te aceptan, ten calma y prosigue, si te pagan con ingratitud, apiádate de ellos y prosigue.

Recuerda que los exitosos en el arte o deporte, trabajaron y renunciaron mucho, antes de obtener su premio a pesar de no siempre conseguir sus deseos.

Olvida tropiezos, dificultades y a quienes no estuvieron a tu lado.

Recuerda que el imperio romano, desdeñando a Jesús, desapareció, los fariseos sucumbieron y su recuerdo es negativo.

Desapareció el concilio de Constanza, que llevo a la hoguera a Juan Huss, como el obispo que condujo a Juana de Arco al martirio.

Quienes intentaron impedir el progreso de la ciencia, filosofía y artes están en la sepultura y la humanidad sigue progresando.

Hay días de sombras y perturbaciones, incluso para los servidores del bien, pero solo son el amanecer de tiempos dichosos que anuncian la luz y paz.

Afírmate en los ideales de la belleza y amor olvidándote de la moda en boga, asume la actitud de fe y ora frente a conflictos, sigue adelante sin temor con la seguridad de que conseguirás la victoria incuestionable.

 (Adaptación)

  Divaldo Pereira Franco

Por el espirita  Juana de  Angelis

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EL VERDADERO RECOGIMIENTO


     Si pudieseis ver el recogimiento de los Espíritus de todos los órdenes que asisten a vuestras sesiones, durante la lectura de vuestras oraciones, no solo quedaríais tocados, sino avergonzados de ver que vuestro recogimiento, que apenas califico de silencio, está muy lejos de aproximarse al de los Espíritus, un buen número de los cuales os son inferiores. Lo que llamais vosotros recogimiento durante la lectura de vuestras bellas preces, es observar un silencio que nadie perturba; pero si vuestros labios no se mueven, si vuestro cuerpo está inmóvil, vuestro Espíritu vaga y deja de lado las sublimes palabras que deberíais pronunciar desde lo más profundo de vuestro corazón, a ellas asimilando por el pensamiento.
Vuestra materia observa silencio; cierto, decir lo contrario sería injuriaros; pero vuestro Espíritu charlatán no lo observa y perturba en ese instante, por vuestros pensamientos diversos, el recogimiento de los Espíritus que os rodean. ¡ Ah, si os vieseis posternados ante el Eterno, pidiendo la realización de cada una de las palabras que leeis, vuestra alma quedaría conmovida y lamentando su poca atención  pasada; daría una vuelta sobre sí misma y pediría a Dios, de todo corazón, la realización de esas mismas palabras que solo pronunciaba con los labios. Pediríais a los Espíritus que os volviesen dóciles a sus consejos. Y yo, el Espíritu que os habla, después de la lectura de vuestras preces y de las palabras que acabo de repetir, podría señalar más de uno que de aquí saldrá muy poco dócil a los consejos que acabo de dar y con sentimientos muy poco caritativos para con el pròjimo.
    Sin duda soy un poco duro; pero creo no serlo para con aquellos que lo merecen y cuyos pensamientos más secretos no pueden ser escondidos a los Espíritus. NO me dirijo pues, a los que aquí vienen pensando en cualquier otra cosa sino en las lecciones que aquí deben buscar y en los sentimientos que aquí deben traer. Pero los que oran desde el fondo del alma, orarán también después de la lectura de mi comunicación, por aquellos que vienen aquí y de aquí se van sin haber orado.
     Sea como fuere, pido a los que tuvieran la bondad de escucharme, que continúen poniendo en práctica las enseñanzas y los consejos de los Espíritus; a esto los invito en su interés, pues no saben todo cuanto pueden perder no haciéndolo.
(Espíritu de Courson – Revista Espírita de 1868).

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            DEVOLVER BIEN POR MAL

"SI ALGUNO TE GOLPEA EN LA MEJILLA DERECHA

OFRÉCELE TAMBIÉN LA OTRA"

7. Habéis aprendido que fue dicho: ojo por ojo y diente por diente. Pero yo os digo que no os resistáis al mal que os quieran hacer; mas, si alguno os golpea en la mejilla derecha, ofrecedle también la izquierda; y si alguno quiere pelear con vosotros para tomar vuestra túnica, dejadle también la capa; y si alguno os obligare a marchar mil pasos con él, haced aun dos mil. Dad al que os pidiere y no rechacéis al que los quiere pedir prestado                  ( Evangelio de San Mateo )    

Al iniciar este pasaje evangélico lo primero que me viene a la mente es la famosa frase de Gandhi: “ Ojo por ojo, y todos acabaremos ciegos”. O sea, que la venganza del ojo por ojo, no solo no soluciona nada, sino que empeora más aún las situaciones desarmonicas  creadas entre ofensores y ofendidos.

 Y es que es cierto que la venganza solo genera más venganza y más odio, lo cual es acceder a una espiral de horror  del que después cuesta mucho salir.

     Parece como si  por este pasaje  Jesús nos estuviese indicando que debemos dejarnos matar o avasallar sin poner en acción el derecho natural de la autodefensa o a  la autoprotección de la vida propia o la de otros a quienes tenemos obligación de  defender en un momento dado. Creo que Jesús más bien indicaba la necesidad de ser tolerantes y de estar dispuestos a perdonar siempre y a tolerar cualquier abuso hasta los límites de lo tolerable, estando dispuestos siempre a dar una nueva oportunidad a quien pretende ser nuestro enemigo o a querer dañarnos n algún modo. En cualquier caso, es un acto de caridad el  tratar de defenderse de las agresiones y abusos , sin herir , o hiriendo lo menos posible al ofensor. No olvidemos que tenemos el derecho y la obligación moral de defendernos y protegernos,  así como de defender y proteger a los desvalidos que estén a merced  de los abusos o de la fuerza de otros.

    En la autodefensa se debe tratar de guardar el equilibrio y la proporción, de modo que si el  hecho de defendernos puede ocasionar algún  daño al ofensor, que este daño sea el  menor posible, pues tengamos en cuenta que un mal no quita  otro mal, como un fuego no apaga otro fuego, ni lo puede justificar sino en raros casos.

     Jesús no prohibió la defensa, sino que condenó la venganza posterior que nos lleva al horror del odio y hasta de la violencia a cambio del placer efímero que puede ocasionar esa venganza, pero que al final desaparece y deja solamente un gran vacío.

     A veces la venganza se puede confundir con la justicia, de modo que mientras que la venganza es siempre un acto de revancha posterior en el que se busca un perjuicio o daño al rival o enemigo para compensar otro daño recibido de él, la justicia supone el equilibrio del alma ante un acto en el que el perdón y la magnanimidad pueden ser el auténtico gran premio de la experiencia que se puede lograr de ese acto de generosidad que es capaz de devolver bien por mal. 

    Aunque es muy humano en nuestro nivel evolutivo, el ansia de venganza tras recibir un mal o una ofensa, cuando el nivel espiritual del ofendido o de la víctima, o bien cuando se posee el conocimiento espiritual correcto, bien sabemos que existe siempre por encima de los humanos, la Justicia Divina, y esta nunca deja de actuar a través de la Ley de Causa y Efecto. No significa esto que en el fondo nos debamos alegrar porque nos sabemos “vengados” por esa justicia divina, pues a pesar de conocer de su existencia, no olvidemos que Dios es infinitamente bueno, y que ama a todos sus hijos por igual, de modo que Su justicia siempre va encaminada a corregirnos y encauzarnos por el camino del bien, y nunca supone un castigo sin otro fin que el del castigo en sí. Dios es Fuente y Origen de todo bien, por tanto ningún mal procede de Él, sino de nuestros propios errores.

Deducimos aquí que para ser capaces de devolver bien por mal, antes es absolutamente necesario el haber perdonado de corazón, de modo que el instinto de devolver mal por mal quede superado previamente.  Realmente a veces hay que ser interiormente mucho más fuertes para poder aguantar y perdonar una ofensa sin sentimientos de  rencor, que para responder con la misma moneda al ofensor. Podemos creer a veces que en realidad no seríamos capaces de perdonar, que es lo que viene a significar lo de poner la otra mejilla, y en realidad el  alma no preparada para realizar este acto de valor moral que es el perdón, no lo puede lograr plenamente de un día para otro, pero sin embargo sí podemos todos comenzar por el propósito de perdonar totalmente, sin rencores, venganzas ni resentimientos a pesar del dolor recibido, o de poner la otra mejilla al ofensor, lo cual significa  lo mismo. En la medida que lo vayamos logrando en pequeñas cosas notaremos que vamos estando más fuertes, maduros y capaces para lograr el perdón de las ofensas  ante cuestiones más graves, lo cual ya es un verdadero progreso en el camino evolutivo de nuestro espíritu, que es la conquista de  un  mayor grado de perfección espiritual y por tanto el camino hacia la auténtica felicidad.

-          José  Luis Martín -

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El perdón

 INQUIETUDES ESPIRITAS

1.- Mediumnidad natural

2- El cuerpo de Jesús

3- Análisis imparcial y necesario de los textos

4- El perdón

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            MEDIUMNIDAD NATURAL

161. "Médiums involuntarios o naturales" No tienen ninguna conciencia de su poder y muchas veces lo anómalo que ocurre a su alrededor no les parece extraordinario; forma parte de sí mismos, como las personas que están dotadas de la doble vista y no lo saben. Estos sujetos son dignos de observación y deben recogerse y estudiarse los hechos de este género que vengan a nuestra noticia; éstos se manifiestan en cualquier edad y a menudo en niños muy jóvenes. (Véase más arriba capítulo V, "Manifestaciones espontáneas").

Esta facultad no es indicio de un estado patológico. Si el que la posee sufre es porque siente algo raro en sí; los medios terapéuticos son impotentes para hacerla cesar. Puede, en algunos casos, ser consecuencia de cierta debilidad orgánica pero nunca es causa. No hay inquietud de salud a no ser que el sujeto que ha llegado a ser médium facultativo, abuse de la facultad, entonces emitiría demasiado fluido vital y por consecuencia debilitaría sus órganos.

162. Las torturas morales y corporales, a las que la ciencia ha sometido algunas veces a seres débiles y delicados con el fin de asegurarse, si había estafas, es inicuo; estos "experimentos", hechos muchas veces con malevolencia, son dañinos a los organismos sensitivos, resultando graves desórdenes corporales; hacer tales pruebas es jugar con la vida. El observador de buena fe no tiene necesidad de estos medios; quien está familiarizado con esta especie de fenómenos sabe que pertenecen al orden moral más que al orden físico, y que en vano se buscaría la solución en nuestras ciencias exactas.

Estos fenómenos corresponden al orden moral y se debe evitar con un cuidado escrupuloso todo lo que pueda sobrexcitar la imaginación.

El miedo puede provocar  accidentes, como casos de locuras y epilepsias que tienen su origen en los cuentos de hechiceros y brujerías con el cuento del diablo.  Quienes difunden tales ideas: "pueden matar", el peligro es para el sujeto y los que le rodean, que pueden asustarse pensando que su casa es una guarida de demonios. Esta funesta creencia ha causado actos de atrocidad en los tiempos de ignorancia. Con un poco de discernimiento, hubieran pensado que quemando el cuerpo poseído por el diablo, no se quemaba al diablo. Si querían deshacerse del diablo debían matarlo a él y no al cuerpo que lo albergaba. La Doctrina Espiritista, ilustrándonos sobre la causa de estos fenómenos, destruye esa idea y es un deber de moralidad y  humanidad combatir esas ideas si existen.  

Cuando una facultad semejante se desenvuelve espontáneamente en un individuo, debemos dejarla seguir su curso natural: la Naturaleza es más prudente que la humanidad; la Providencia, tiene sus miras y el más pequeño puede ser instrumento de los más grandes designios. Pero este fenómeno adquiere algunas veces proporciones fatigosas e importunas para todos; (1) pero en todos los casos es lo que debe hacerse. En el Cáp. V., de las "Manifestaciones físicas espontáneas" dimos algunos consejos, dijimos que es necesario procurar ponerse en relación con el Espíritu para saber lo que quiere.

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(1) Uno de los hechos más extraordinarios de esta naturaleza, por la variedad y rareza de los fenómenos, es el que tuvo lugar en 1852, en el Palatinado (Baviera rhenana) en Bergzabern cerca de Wissemburgo. Es más notable como que casi reunía en el mismo sujeto, todos los géneros de manifestaciones espontáneas: barahúnda hasta quebrantar la casa, trastorno de los muebles, objetos lanzados lejos por una mano invisible, visiones y apariciones, sonambulismo, éxtasis, catalepsia, atracción eléctrica, gritos y sonidos aéreos, instrumentos tocando sin contacto, comunicaciones inteligentes, etc., y no es de menos importancia, la prueba de estos hechos, durante cerca de dos años, por innumerables testigos oculares dignos de fe por su saber y su posición social. La relación auténtica de esto se publicó, en aquella época, en muchos diarios alemanes y notablemente en una obrita hoy día agotado y muy raro. Se encontrará la traducción completa de esta obrita en la "Revista Espiritista" de 1858, con los comentarios y explicaciones necesarias. Según nuestro conocimiento es la sola publicación francesa que se ha hecho de dicha obrita. Además del interés admirable que se desprende de estos fenómenos, son eminentemente instructivos al punto de vista del estudio práctico del Espiritismo.

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Los seres invisibles que producen estos efectos son, generalmente, Espíritus de un orden inferior y se pueden dominar por el ascendiente moral que es preciso intentar adquirir.  Para obtener este ascendiente debemos hacer pasar al sujeto del estado de  "médium natural" al de "médium facultativo". Así se produce un efecto análogo al del sonambulismo. El sonambulismo natural cesa generalmente cuando se reemplaza por el sonambulismo magnético. No se detiene la facultad emancipadora del alma, se le da otro curso. Lo mismo en la facultad medianímica.   En lugar de poner trabas a los fenómenos, lo que no se consigue fácilmente y siempre sin peligro, debemos excitar al médium a producirlos por su voluntad, imponiéndose al Espíritu y por este medio llega a dominarle y de un dominador algunas veces tiránico le hace un ser subordinado y a menudo muy dócil. Un hecho digno de observación y justificado por la experiencia es que un niño tiene tanta y muchas veces más autoridad que un adulto; nueva prueba en apoyo de este punto capital de la doctrina, que el Espíritu es niño solo de cuerpo y tiene una vida anterior a su encarnación actual, que puede darle ascendiente sobre Espíritus que le son inferiores.  La moralización del Espíritu por los consejos de una tercera persona influyente y experimentada, si el médium no está en estado de hacerlo, es  muy eficaz; más adelante volveremos a esto mismos.

Allan Kardec- El libro de los mediums


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                    EL CUERPO DE JESÚS

                                                              




. La desaparición del cuerpo de Jesús después de su muerte ha sido objeto de numerosos comentarios; los cuatro evangelistas dan testimonio del hecho, y hablan de las mujeres que se presentaron en el sepulcro al tercer día y ya no encontraron el cadáver. Algunos consideraron a esta desaparición un hecho milagroso, otros supusieron un rapto clandestino.

De acuerdo con otra opinión, Jesús nunca habría poseído un cuerpo carnal, sino un cuerpo fluídico: durante toda su vida habría sido una aparición tangible, una especie de agénere. Su nacimiento, su muerte y todos los actos materiales de su vida habrían sido aparentes. Su cuerpo, de regreso al estado fluídico, pudo desaparecer del sepulcro y, con ese mismo cuerpo, apareció después de su muerte.

Un hecho similar no es totalmente imposible, de acuerdo con lo que hoy sabe sobre las propiedades de los fluidos. Pero sería un hecho excepcional y opuesto al carácter de los agéneres

El problema es saber si tal hipótesis es admisible y si es confirmada o negada por los hechos.

. La permanencia de Jesús en la Tierra comprende dos períodos: el que precedió y el que siguió a su muerte. En el primer período, desde el momento de la concepción hasta el instante del nacimiento, todo es absolutamente normal. Desde su nacimiento hasta su muerte, todo, en sus actos, en su lenguaje y en las diversas circunstancias de su vida presenta los caracteres inequívocos de la corporeidad.

 Los fenómenos de orden psíquico que se producen en Jesús son naturales y no
presentan características anormales, ya que se explican por las propiedades del periespíritu y se encuentran en diferentes grados en otros individuos. Después de su muerte, por el contrario, todo en Él revela la naturaleza de un ser fluídico. La diferencia entre ambos estados es tan marcada, que no es posible confundirlos.

El cuerpo carnal presenta las propiedades inherentes a la materia propiamente dicha y éstas, difieren esencialmente de las de los fluidos etéreos. La desorganización del cuerpo carnal se opera por la ruptura de la cohesión molecular. Un instrumento cortante que penetre en el cuerpo material, separa los tejidos. Si son alcanzados los órganos esenciales a la vida, su funcionamiento se detiene y sobreviene la muerte, esto es, la muerte del cuerpo. Esta cohesión no existe en los cuerpos fluídicos, la vida no reposa sobre el funcionamiento de órganos especiales y no pueden producirse desórdenes análogos. Un instrumento punzante penetra en el cuerpo fluídico como a través del vapor y no ocasiona ninguna lesión. Por ese motivo esas clases de cuerpos no pueden morir, como tampoco a los seres fluídicos llamados agéneres los podrá afectar la muerte

Después del suplicio de Jesús, su cuerpo permaneció allí, inerte y sin vida, fue enterrado como era costumbre y todos pudieren verlo y tocarlo. Después de su resurrección, cuando quiere dejar la Tierra, no muere. Su cuerpo se eleva, se desvanece y desaparece sin  dejar huellas, prueba evidente de que ese cuerpo era de naturaleza distinta del que expiró en la cruz, de lo que se deduce que si Jesús murió, debió poseer un cuerpo carnal.

Debido a sus propiedades materiales, el cuerpo carnal es el asiento de las sensaciones y los dolores físicos que repercuten en el centro sensitivo o espíritu. El cuerpo no sufre, sino el espíritu, que es el que recibe la repercusión de las lesiones o alteraciones de los tejidos orgánicos. En un cuerpo privado de espíritu, no existen sensaciones. Por la misma razón, el espíritu, al no poseer un cuerpo material, no puede sentir los sufrimientos que son el resultado de la alteración de la materia.
De donde es preciso concluir que si Jesús sufrió materialmente -de lo cual no hay duda-, es porque poseía un cuerpo material de naturaleza análoga a la del hombre común.
. A los hechos materiales se agregan las consideraciones de orden moral de la mayor importancia.

Si Jesús hubiese sido durante toda su vida un ser fluídico, no habría conocido ningún dolor ni ninguna de las necesidades del cuerpo. Imaginar que ha sido así, es quitarle todo el mérito a la vida de privaciones y sufrimientos que él eligió como ejemplo de resignación. Si todo en él hubiera sido aparente, todos los actos de su vida: el anuncio reiterado de su muerte, la escena dolorosa en el Monte de los Olivos, su pedido a Dios para que apartara el cáliz de sus labios, su pasión, su agonía, todo, hasta sus últimas palabras en el momento de ofrendar el espíritu, hubiesen sido vanos simulacros para confundir sobre su verdadera naturaleza y hacer creer en el sacrificio ilusorio de su vida, es decir, sería una farsa indigna de un hombre honesto y simple, y, ¡ cuánto más de un Ser tan superior! En una palabra, hubiera abusado de la buena fe de sus contemporáneos y de la posteridad.

 Estas son las deducciones que surgen de tal doctrina y no son admisibles porque lo disminuyen moralmente en lugar de elevarlo.

Jesús tuvo, como todos, un cuerpo carnal y un cuerpo fluídico. Los fenómenos materiales y los fenómenos psíquicos que marcaron su vida así lo prueban.

- La Génesis- Allan Kardec

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ANÁLISIS IMPARCIAL Y        NECESARIO DE LOS TEXTOS



                                                            

Más allá de la Codificación, no deberíamos entronizar ninguna obra de contenido espírita (por emblemática que sea), y menos hasta el punto de convertirla en una “Biblia”. Esto deriva del sectarimo y de la fe ciega que aún no hemos logrado filtrar, lo que nos lleva con frecuencia a actuaciones que van en sentido contrario al mismo espíritu de la doctrina
Es imprescindible el análisis razonado e imparcial de los textos, para sostener argumentos creíbles y consonantes con el carácter dialecto, llogico y progresivo del Espiritismo.
No traicionamos al legado espírita ni provocamos la ira de ningún Dios por reconocer que por determinado comentario ha pasado el tiempo de manera expresiva o simplemente no está consonante con la filosofía codificada por Kardec, al contrario; es proceder de manera natural y sensata.
El texto seleccionado de la imagen correspondiente al popular “Nuestro hogar”, es el perfecto ejemplo de como la Codificación (escrita más de ochenta años antes), mantiene completa actualidad frente a ese texto que hoy “chirría” por quedar completamente desfasado.
Este y otros ejemplos pueden producirnos extrañeza y/o desconcierto, pero no lo sería tanto si consideramos que el proceso mediúmnico es tan natural como complejo, y que rara vez escapa al 100% el influjo que sobre él ejerce el atavismo y la cultura.
También es cierto que el hecho de que algún comentario, definición o línea estén superados o no lo suficientemente adaptados al progreso natural de los tiempos, no debería significar que haya que desechar la obra entera, o como ocurre a veces, denostar al autor (físico y/o espiritual).
La aceptación ciega es una traba, el rechazo (producto del revisionismo radical), también puede llegar a serlo en igual proporción.
Seamos sensatos y ecuánimes en ambas posiciones.