viernes, 25 de junio de 2021

Cuando la política se vuelve pasión

   INQUIETUDES   ESPÍRITAS

1.- Amor filial

2.- Cuando la política se vuelve pasión

3-  División de la Ley Natural

4.- Problemas y escollos de la vida

5.- ¿ Cuando comenzó el Espíritu humano su andadura evolutiva?




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AMOR FILIAL


En el Evangelio según el Espiritismo, capítulo XIV, ítem 3, podemos leer:

El mandamiento: «Honra a tu padre y a tu madre», es una  consecuencia  de  una  ley  general  de  caridad  y  de  amor  al prójimo,  porque  no  se  puede  amar  al  prójimo  sin  amar  a  su padre y a su madre; pero la palabra honra encierra un deber más respecto  a  ellos:  el  de  la  piedad  filial.  Dios  ha  querido, manifestar con esto, que al amor es preciso añadir el respeto, las  consideraciones,  la  sumisión  y  la  condescendencia,  lo  que implica la obligación de cumplir respecto a ellos, de una manera aún más rigurosa, todo lo que la caridad manda con respecto al prójimo.  Este  deber  se  extiende  naturalmente  a  las  personas que están en lugar de padres, y que por ello tienen tanto más mérito cuanto menos obligatoria es su abnegación. Dios castiga siempre  de  un  modo  riguroso  toda  violación  de  este mandamiento.

Honrar a su padre y a su madre, no es solo respetarles, es también asistirles en sus necesidades, procurarles el descanso en  su  vejez;  rodearles  de  solicitud,  como  lo  han  hecho  con nosotros en nuestra infancia.

En cualquier situación o circunstancia que se pueda presentar, tanto si nuestros padres están todavía en plena madurez o ya han entrado en la llamada tercera edad, mantenernos cerca de ellos, amarlos, cuidarlos y cuando lo necesiten protegerlos, es un deber de hijos agradecidos. Ellos hicieron por nosotros lo mismo o más en los primeros años de nuestra vida. Una existencia material que tan generosamente nos brindaron para poder realizar los progresos necesarios en el camino de la evolución. Y también agradecidos por ofrecernos una oportunidad que perfectamente nos la podría  haber negado, en función del uso de su libre albedrío.

Este mandamiento de “Honrar a los padres” recuerda a los hijos los deberes y responsabilidades para con los progenitores. Es el amor que debemos sentir por ellos, aquel que atiende a su bienestar, con la responsabilidad de prestarles ayuda material y moral cuando sus fuerzas y sus recursos disminuyan; en los momentos de soledad o de abatimiento, y también compartiendo con ellos los momentos de felicidad y alegría.

El respeto a los padres y lo que representan para nosotros nunca se debe perder, independientemente de nuestra edad o circunstancias. El respeto también significa el saber aceptar sus consejos con humildad, ya que la experiencia de vida que ellos tienen nos puede ayudar en circunstancias difíciles o a tomar decisiones delicadas.

Cuando contemplamos a nuestros padres y estos están sanos y fuertes, la alegría, la satisfacción, el gozo se abren paso en nuestro interior y nos hacen sentir dichosos. Si, por el contrario, ellos se hallan enfermos, hemos de sentir la obligación, la responsabilidad como hijos, de cuidarles, de ocuparnos de ellos, de protegerlos, de asistirlos y darles el apoyo que necesitan. El mayor tesoro de piedad filial que se puede ofrecer a los padres es dedicarles el tiempo que necesitan y merecen.

En el Libro de los Espíritus, en el ítem  681, podemos leer:

¿La ley natural impone a los hijos la obligación de trabajar por sus padres?

Ciertamente, como los padres deben trabajar por sus hijos, y por esto Dios ha hecho del amor filial y del paternal un sentimiento natural, con el fin de que por medio de este afecto recíproco los miembros de una misma familia fuesen inducidos a ayudarse mutuamente, lo cual se olvida con frecuencia en vuestra actual sociedad.

Hay que recordar que los lazos de la sangre no constituyen obligatoriamente los lazos afectivos entre los espíritus, y que Dios permite, dentro de una misma familia, dos situaciones distintas: tanto encarnaciones de espíritus simpáticos unidos por una verdadera afinidad, con la satisfacción de estar juntos, pero también bajan espíritus antipáticos o extraños, que no se terminan de acomodar dentro de la familia carnal, creando conflictos más o menos graves. Esto último cumple con un doble objetivo, el de prueba para los unos y de avanzar aunque sea poco para los otros. La convivencia dentro de la familia les ayuda a mejorar el carácter, y los hábitos y las antipatías se van suavizando. Por lo tanto, la convivencia puede aportar las circunstancias necesarias para ir limando las imperfecciones con el cincel de la fraternidad que la dignifica. El comportamiento que reciben de sus padres ha de servirles de ejemplo para el futuro, para cuando ellos hayan envejecido.

Por otro lado, el problema de la ingratitud en las familias es una de las consecuencias más sobresalientes del egoísmo; indigna siempre a los corazones honestos; pero la de los hijos con respecto a sus padres tiene aun una naturaleza más detestable: es la ingratitud uno de los peores sentimientos que pueden demostrar a los padres, de los más graves errores que puede manifestar el espíritu en su marcha hacia la elevación.

Sobre todo en la etapa adolescente, por los conflictos de identidad que experimenta, olvida que tienen ciertas responsabilidades hacia sus padres, ignorando el cariño que recibe de la familia y sus atenciones permanentes. Aun así, hay ocasiones donde los choques generacionales y el sentirse incomprendido provocan la invisibilidad de ese amor que los padres sienten por él, pues en esas edades la visión que tienen de sí mismos les lleva a observar más aquello que consideran sus derechos, y, a la par, disminuyen o ignoran las responsabilidades y obligaciones para con los demás. Incluso algunos jóvenes, en esos momentos de rebeldía descontrolada, abandonan el calor familiar, para posteriormente, cuando se enfrentan a la cruda realidad y comprenden su desatino, vuelven al seno familiar.

Partiendo de la base de que ante todo los padres tienen que ser padres, se debe buscar con los hijos una relación de amistad fraterna para que la interrelación entre todos los miembros de la familia sea más fácil, evitando las incomprensiones producto de la diferencia generacional. Esto facilitará la confianza y el acercamiento entre los padres e hijos a la hora de solucionar problemas, adversidades, enfermedades… y dará paso también a la alegría, felicidad o dicha ante las buenas noticias, los éxitos, la culminación de algún logro, etc.

Por otro lado, la ayuda en las tareas de la casa paterna cuando se vive en ella, tanto si son mayores como pequeños, también debe ser una obligación moral. Hacerles comprender que el hogar y su mantenimiento espiritual, pero también físico, es tarea de todos. La repartición de tareas fomenta la cooperación y les hace comprender que las cosas no se organizan o se hacen solas. Es, en definitiva, una invitación a la responsabilidad y a pensar no solo en las propias necesidades sino también en las de los demás, de aquellos con quienes se comparte espacio y se necesita convivir armónicamente.

Por las exigencias que nos impone la sociedad actual, para los padres que tienen niños pequeños, es de agradecer que los abuelos ayuden y colaboren altruistamente para cubrir convenientemente todas las necesidades de la familia.

No obstante, hay que evitar el abuso que con frecuencia se observa cuando se sobrecarga en exceso a los abuelos; cuando por comodidad o ciertas tendencias materiales se les transfieren unas tareas que no les corresponden. Es ahí donde debe existir conciencia espiritual de la responsabilidad a la que nos comprometimos, evitando delegar en aquellas cosas que son intransferibles y que requieren de toda la atención, mucho más de los progenitores que de los abuelos. Porque esta delegación de tareas puede llevar a la tentación de abusar de la abnegación de los abuelos, y este abuso sí que puede tener consecuencias negativas en el futuro.

Como vamos viendo, y en función de la Ley del Amor que regula todas las relaciones, los hijos, cuando son mayores de edad, tienen deberes intransferibles para con los padres; no se les puede descuidar por el hecho de tener una vida muy ocupada. O abandonarles porque algunos padres olvidan sus deberes, sus responsabilidades, y no ejercen como tales ante sus  hijos. Pero es a Dios a quien corresponde castigarlos, no a los hijos; por tanto, no juzgar a los progenitores en su comportamiento, siendo el respeto y la gratitud una actitud que siempre hay que tener presente por la dichosa oportunidad obtenida de volver a la Tierra, y a la familia que necesitamos, para desarrollar los planes de evolución.

Hemos de tener en cuenta además que, en el transcurso de las pruebas, es la Ley de Afinidad la que favorece los reencuentros y los desencuentros en el círculo familiar, de acuerdo a los periodos evolutivos y a los grados de conciencia de los miembros que componen la familia.

Todos los actores que conforman el hogar, tanto hijos como padres, abuelos, etc., han de pasar y desempeñar los diferentes roles en algún momento de su vida, en el transcurso de las diferentes existencias evolutivas. Todos, absolutamente todos, tienen deberes y obligaciones. Nos compete asumir la responsabilidad del papel y el lugar que en este mismo momento nos corresponda asumir y desempeñar, desarrollando los valores imperecederos del espíritu: poniendo amor donde exista odio, comprensión donde exista intolerancia, afecto donde exista frialdad o distancia. Asumiendo, en pocas palabras, el fardo de las pruebas y circunstancias momentáneas que nos haya podido corresponder, sabiamente planificadas antes de encarnar por los mentores espirituales.

Para concluir, recordemos que “los hijos de ahora serán los padres del mañana, y corresponde a la reencarnación proporcionarles un futuro de acuerdo con la siembra del presente” (Constelación familiar, cap. IV, pág. 41, Divaldo F. por Joanna de Ângelis).

 Gloria Quel  - Amor, Paz y Caridad

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CUANDO LA POLÍTICA SE VUELVE PASIÓN



El mundo intelectual y social de las personas se está reduciendo a los límites de su mundo político”Micah Goodman, filósofo israelí.

    Los Espíritas no son seres apolíticos. Al revés, basados en principios claramente expuestos en capítulos como los de la “Ley de Sociedad”, de la “Ley del Progreso” y de la “Ley de Justicia, Amor y Caridad”, de “El Libro de los Espíritus”, son, o deben ser, agentes propulsores de los cambios sociales capaces de construir sociedades justas, cuyo objetivo central es el bien común.

       Sin embargo, por tratar fundamentalmente de la diversidad de entendimientos sobre aspectos importantes de la vida societaria, la práctica política irrita y, no raro, tiende a la violencia, realimentando la barbarie que es, justamente, el opuesto de la buena política. Con razón, el estadista británico Winston Churchill apuntó que “la política es casi tan excitante como la guerra y casi igual de peligrosa. En la guerra solo te pueden matar una vez, pero en política muchas veces”.

        Notablemente cuando quien detiene el poder estimula la provocación política y, en  esa condición, tendría la obligación de promover políticas de pacificación y armonía entre sus ciudadanos, en lugar de insuflar el debate ideológico; la política se transforma en arena donde sus gladiadores toman como combustible el odio y como punto de llegada la destrucción del opositor.

     Países de diferentes regiones del mundo, en estas primeras décadas del Siglo XXI, experimentan esa fase aguda de la violencia política, proveniente del extremismo ideológico y mantenida tanto por gobernantes de derecha como de izquierda. Pueblos en cuyo seno se estimula y se disemina el odio político ven, así, la deterioración paulatina de todo el legado humanista, nacido de la Ilustración y de donde se originó el moderno Estado Democrático de Derecho.

    La extremada preocupación con la “afirmación de identidades” acaba transformando personas bienintencionadas en guerreras audaces e intolerantes en el trato con el diferente. En nombre o en defensa de ideales políticos de contenidos axiológicamente sustentables, cuando en el enfrentamiento democrático, se dejan involucrar por sentimientos destructivos y se permiten expedientes que alejan cualesquiera caminos conductores al diálogo franco en la busca de soluciones colectivas.

          Ideas políticas, por ser visiones parciales y compartimentadas de las realidades sociales, generan pasiones, como es natural y humano. Pasiones muy semejantes a las que nutrimos por una persona, por un deporte, por modalidades de ocio, por un club de fútbol o por ídolos artísticos.

Las pasiones, y de modo particular las de naturaleza política, son, como afirmó Kardec, “palancas que duplican las fuerzas del hombre y le ayudan a cumplir las miras  de la Providencia”. Pero, añade el Maestro en el comentario a la cuestión 908 de El Libro de los Espíritus:  “Si en lugar de dirigirlas, el hombre se deja dirigir por ellas, cae en el exceso, y la fuerza que en su mano podría hacer el bien se vuelve contra él y lo aplasta”. En otras palabras: Las pasiones, cuando no bien administradas, matan. Sacrifican personas e ideales. Aniquilan ideas, nobles en su origen, transformándolas en radicalismos insanos y destructivos.

El espiritismo, en todas las etapas de la vida, nos invita al sentido común y a la templanza. Las realidades sociales, sean políticas, religiosas o afines, son experiencias provisorias en las cuales el espíritu inmortal tiene la oportunidad de perfeccionar su capacidad de convivencia y de ayuda mutua con sus compañeros de jornada.

Al espírita, pues, como a todo ciudadano consciente de la necesidad de contribuir al perfeccionamiento de su medio social, cabe el permanente esfuerzo en el sentido de que sus eventuales pasiones políticas no le hagan prisionero de la intolerancia, en detrimento de la potencial vocación a la fraternidad incondicional de que cada uno es portador, por fuerza de una ley natural, dínamo del progreso, presente en su conciencia.

  Escrito por 

(Tomado del blog Opinión espírita)

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                DIVISIÓN DE LA LEY NATURAL

647 – ¿Toda la ley de Dios está contenida en la máxima de amor al prójimo enseñada por Jesús?
– Ciertamente, esta máxima contiene todos los deberes de los hombres entre sí. Pero es preciso mostrarles la aplicación, pues de otro modo la descuidarían como hoy lo hacen. Además, la ley natural comprende todas las circunstancias de la vida y esta máxima es tan
sólo una parte de ella. Los hombres necesitan reglas precisas, pues los preceptos generales y muy vagos dejan muchas puertas abiertas a la interpretación.

648 – ¿Qué pensáis de la división de la ley natural en diez partes, comprendiendo las leyes sobre la adoración, el trabajo, la reproducción, la conservación, la destrucción, la sociedad, el progreso, la igualdad, la libertad, y en fin, las leyes de justicia, amor y caridad?

– Esta división de la ley de Dios en diez partes es la de Moisés, y puede abarcar todas las circunstancias de la vida, lo cual es esencial.
Puedes, pues, adoptarla, sin que ello tenga nada de absoluto, lo mismo que todos los otros sistemas de clasificación, que dependen del aspecto bajo el cual se considera una cosa. La última ley es la más importante, y por su medio es como más puede adelantar el hombre en la vida espiritual, porque las resume todas.

EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS. ALLAN KARDEC


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PROBLEMAS Y ESCOLLOS DE LA VIDA

LA VIDA NO ES FACIL!! ESTAMOS SIENDO PROBADOS!; ¡ Así de simple!
Las vicisitudes del diario vivir, los contratiempos, las pruebas, los disgustos, los momentos de depresión, de tristeza, de ansiedad, ocurren con más frecuencia de o que desearíamos...no existe un hogar en donde la muerte, la enfermedad, la soledad y la vejez, no lo haya visitado en una o en más ocasiones. Creo que en eso todos estamos de acuerdo, no es cierto?
La vida es una constante PRUEBA; nos dan golpes por acá, por allá y por donde menos lo esperábamos, la gente traiciona, se aprovechan, engañan, dicen mentiras, y no sabemos como hacer, como reaccionar delante de esa muy triste realidad...verdad?
Entonces...¿que hacer?....¿como debemos de actuar?...¿igual que los demás..o...ser tontos?...¿ser diferentes en este mundo de crueldad, frialdad, desamor y egoísmo?. ESTAMOS SIENDO PROBADOS! Así de simple.
Nada ocurre por casualidad, las enseñanzas de la vida, por demasiado fuertes que sean, son las necesarias para el crecimiento nuestro, moral y espiritual y a veces hasta psicológico también. Si tus pruebas (tus exámenes) son fuertes y duros, es señal que ya estás en grados avanzados en esta escuela de la Vida. No eres uno que comienza en la escalera del progreso, y de la evolución....ya has asistido a muchos cursos y escuelas anteriormente, y cada una de ella parece que es mas difícil, más fuertes son las materias a estudiar... No es lo mismo el niño en un Jardín Escolar...aprendiendo a relacionarse con sus amiguitos.....que un doctorado en ciencias, física, o cualquiera otra rama del conocimiento.

Te falta poco para graduarte con honores en la Universidad de este Planeta. No decaigas, no te rindas, continua ahora con más fuerza que nunca, porque la VICTORIA será y es... tuya.

- Reinaldo Formoso-

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¿ Cuando comenzó  el  Espíritu humano su andadura evolutiva?

El Ser debió comenzar su existencia humana a partir de su etapa animal anterior, después de haber adquirido las diversas  experiencias psíquicas necesarias a través de su paso por diversas especies animales, y hasta que  llegó a un punto de evolución psíquica, que le permitió continuar su avance en un escalón evolutivo superior, abandonando  definitivamente  sus experiencias en el Reino animal y adquiriendo la nuevas experiencias como ser humano. Estas se iniciaron cuando el alma animal que era, tomó conciencia de su individualidad; a partir de  entonces comenzó su andadura evolutiva como Espíritu  humano sencillo e ignorante en un principio, pero siendo ya un Espíritu  salido de la Esencia Divina Creadora, lo cual le confiere casi infinitas potencialidades. Se podría considerar por ello, que el ser humano es el único que posee ambas naturalezas: la animal y la Divina. Y el sentido del  caminar espiritual del Alma es precisamente agrandando la naturaleza Divina y alejándonos de la naturaleza animal, que aun nos acompaña en forma de instintos  y apegos a lo material. 

La cuestión del momento de su madurez para comenzar su andadura humana, no se restringe a su nacimiento como Espíritu en este planeta Tierra, sino que cuando el Espíritu habitó la Tierra por primera vez como ser humano, este mismo ya había comenzado su andadura en otros mundos planetarios, más o menos adelantados, que vinieron a la Tierra para continuar su particular camino evolutivo y al mismo tiempo para ayudar a evolucionar a otros más atrasados que en ella ya habitaban. O sea, que generalmente la andadura como Espíritu comenzó, o bien en la Tierra cuando esta era un mundo primitivo, o en otros planetas de procedencia.

Lo expuesto solamente es mi teoría, porque la Ciencia no ha dicho todavía la última palabra. En todo caso, es un misterio desconocido al ser humano, pero al paso de nuestro crecimiento evolutivo, posiblemente lleguemos algún día, con ayuda de la Ciencia,  a comprender esta cuestión.

Lo que si sabemos es que aunque al comienzo de la andadura evolutiva el Espíritu humano es sencillo e ignorante,  ya contiene  en sí mismo  todos los atributos Divinos latentes que después deberá desarrollar  durante su evolución hasta grados infinitos  con el  transcurso de su desarrollo en el tiempo a través del proceso reencarnatorio. El Espíritu del hombre aquí no termina nunca su evolución, que es infinita, sino que seguirá trascendiendo también  algún día  la actual etapa humana y llegará  a etapas de angelitud  más próximos a  la comprensión y plenitud de la Mente Creadora.

La evolución del Espíritu humano supone  un incesante impulso hacia delante, en pos de una inalcanzable perfección total, que no cesa. Así continúa progresando  permanentemente, aunque por un lapso de tiempo se pueda estancar voluntariamente, pero finalmente la propia ley de reajuste espiritual lo  termina por impulsar hacia delante, pues el Ser espiritual  siempre presiente o comprende que es lo que le falta para ser plenamente feliz, y eso le impulsa en su resolución de conquistarlo. Así,  cada  existencia humana es una continuación del grado de  evolución que  llegó a conquistar en  su  vida anterior.

Como ya se puede comprender, en  la  ley de la Reencarnación está la clave de este proceso. Lo que no pudo superar  o aprender el Ser  espiritual en una vida,  se lo encuentra nuevamente en la siguiente, hasta que al fin consigue superarlo y asimilarlo.  Lo que no se asimila o no se supera en una  existencia humana,  nos lo volvemos a encontrar por delante en  otras existencias  humanas futuras  hasta que al fin logramos superarlo o conquistarlo definitivamente, y es en ese momento cuando aquel aspecto que no habíamos superado antes, deja de ser  como una asignatura pendiente y  este esfuerzo  para lograrlo nos habrá hecho  madurar y ganar esos grados de felicidad que ahora nos parecen inalcanzables.


- Jose Luis Martín-

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jueves, 24 de junio de 2021

¿ El Espíritu puede involucionar?

    INQUIETUDES  ESPÍRITAS

1.- ¿ El Espíritu puede involucionar?

2.- Coherencia de la Ley Divina antes de la Reencarnación

3.-Leyes Universales: Pensamientos y Sentimientos

4.- La Doctrina del Espiritismo

5.- Según vuestras obras



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¿El espíritu puede 

involucionar?   


 

    La involución de los Espíritus  humanos y de sus sociedades, es frecuente,  pero siempre lo es  con carácter  temporal  y  limitado, nunca es permanente o definitiva.

  Esto casi siempre  supone un aparente paso atrás, pero  solo aparente; sin embargo no supone nada más que  un impulso para después retomar  con nuevos bríos  nuestro camino de avanzar siempre  adelante. 

  Nada retrocede jamás en la Creación, pues los errores y caídas también son sabiamente aprovechados por la Ley de Evolución, para hacernos progresar porque nos aportan una experiencia que formará parte de nuestro bagaje espiritual para  siempre.

  Si la involución  o retroceso total y definitivo  existiese realmente, conformaría  otra ley cósmica  opuesta o en sentido contrario a la Ley de Evolución que es siempre en sentido ascendente y progresivo,  con lo que  la potencia de dos leyes naturales y contrarias, se anularían entre ellas y no podría existir ninguna, de modo que de esta forma el ser humano y la Naturaleza toda, no dejarían  de oscilar eternamente entre la evolución  o progreso y la involución o el retroceso, ( un pasito adelante y otro pasito atrás, repitiéndose en secuencia indefinida), lo cual  sería un estancamiento infinito y permanente, nunca un avance, y evidentemente como vemos,  esto no es así, pues cuando el Espíritu aprende algo o se perfecciona en algún aspecto, por mucho que lo quisiera olvidar, le sería imposible, pues estas adquisiciones forman parte de él para siempre.

     Ciertamente existen pueblos y culturas que parecen haber degenerado en sus aspectos  éticos, morales  y sociales, y humanamente así es, sin embargo la ley de la Evolución solo actúa en dirección ascendente y progresiva hacia la Perfección, la Sabiduría y el Amor. Si analizamos la historia humana, vemos como han habido civilizaciones y culturas relativamente avanzadas, que degeneraron o desaparecieron dando paso a otras mucho más atrasadas o primitivas. La clave de esta aparente  involución humana  la podemos encontrar  cuando comprendemos los entresijos de la evolución y de la Reencarnación que la hace posible. Se puede entonces comprender que  los Seres que poblaron una  espléndida civilización del pasado, no son los mismos que posteriormente  en el tiempo han venido a nacer en el seno de esa civilización o en la misma zona geográfica,  y estos  Espíritus diferentes, al ser más atrasados que sus antecesores,  han  ido  degradando  la  antigua sociedad y viciando las  ancestrales culturas, pueblos y sociedades que les precedieron en el pasado .

     Es de señalar que existen indicios arqueológicos claros y sorprendentes de que antes de lo que llamamos nuestra Prehistoria, en este mismo planeta parece ser que debió de existir una  Ante-Prehistoria  en la que,  tal vez  existieron  civilizaciones humanas tecnológicamente  avanzadas, pero que por alguna causa terminaron  desapareciendo de la faz de la Tierra, dejando posteriormente paso a las  razas humanas primitivas, ancestros de las razas actuales, descendientes en cuanto a su parte animalizada  y material, del reino animal, pues en un principio nuestro cuerpo y  tal vez nuestra alma en cuanto a los instintos, proceden de un orden de primates  que evolucionaron hasta  su transformación en seres humanos.  ¿ Cómo ese salto evolutivo tan importante?. Esto, tal vez pudo ser  debido a  una manipulación genética,  tal vez realizada por los científicos de aquellas civilizaciones ante-prehistóricas, bastante avanzadas en cuanto a tecnología y ciencia,  o quizás fue llevada a cabo por Seres inteligentes aun mucho más evolucionados en lo moral y en lo científico, procedentes de otros planetas del Universo infinito, con arreglo a una planificación cósmica para llevar a cabo el proceso evolutivo de la Tierra y los espíritus que en ella  tendrían que  evolucionar. Esta adecuación genética tal vez, es lo que nos pudo hacer  físicamente  aptos para dar el paso definitivo entre el reino animal y el  Ser humano  que  continuó evolucionando, con su Espíritu consciente y pensante, recién salido de las manos del Creador, formando así parte de la especie humana.

   También, en otra tesis válida, pudo ser que cuando los Espíritus que llegaron a la Tierra, desterrados del mundo que habitaban en otro lejano planeta, (el Paraíso Perdido que menciona la Bíblia)), los Espíritus atrasados que en su mundo de procedencia entorpecían  el progreso del resto más adelantado, hubo finalmente  una separación de ellos, y estos más atrasados fueron traídos a la Tierra, un mundo inferior, en donde en principio, al no haber seres humanos, tuvieron que reencarnar en las especies animales más evolucionados psíquicamente que encontraron con un parecido físico  semejante al de ellos,  ( simios de unas determinadas especies, con grandes semejanzas fisiológicas y de ADN con el ser humano actual);  a partir de de ahí se forjaron después las razas humanas actuales), que tal vez fueron condicionados genéticamente para que los cuerpos de estos primeros humanos venidos de más allá de las estrellas, fueran gradualmente transformados con sus periespíritus adaptados a nuestro planeta, hasta alcanzar evolutivamente el aspecto  y prototipo humano actual. Esto es solamente una hipótesis que podría parecer descabellada, pero a falta de otra más razonable, la creo muy posible.

         Las  sociedades  evolucionan  a  medida  que  lo  hacen sus individuos, pero si  estos van  cambiando  en cada  época,  las civilizaciones y  pueblos aunque  hayan   tenido  un  pasado de  esplendor  se  pueden  ver degeneradas con  el paso del   tiempo a causa de las nuevas generaciones de espíritus degradados y diferentes que reencarnan en su seno y reemplazan a los anteriores.     

    Asimismo  también se puede  dar  el caso opuesto  y  esto  lo podemos  ver   en  civilizaciones y culturas  que  en  apenas una   generación  demuestran un  extraordinario cambio positivo de aptitud, mentalidad y  progreso con  respecto a  sus antecesores.

        Se da también la paradoja de que en este mundo “civilizado”, aún existen en lo más recóndito  de algunas selvas, grupos humanos o tribus que llamamos “salvajes” porque se encuentran  tal vez como el hombre civilizado de hoy, lo estaba  hace  muchos cientos de años. No se debe confundir ante estos casos a la evolución humana de las civilizaciones y  los pueblos, con la evolución individual de cada ser humano. En este mundo nuestro, clasificado de “expiación y pruebas”, quedan rincones para que Seres procedentes de “mundos primitivos”, reencarnen en esos pueblos primitivos  como paso previo antes de comenzar a reencarnar en el seno de otras civilizaciones y pueblos más avanzados que  habitan nuestro planeta. No es que esos Espíritus no hayan evolucionado en miles de años y el resto sí. Se pueden considerar  como recién llegados con la sola experiencia de los mundos primitivos en donde vivieron anteriormente y en los que desarrollaron su propia cultura, generalmente  de plena integración en la Naturaleza, y en esas tribus primitivas encuentran la antesala que les dará paso mediante la reencarnación  a  otros pueblos integrados en la clasificación de “Mundos de Expiación y Pruebas”, que serán el auténtico crisol para  su adelanto evolutivo a través de muchas vidas en ellos como seres humanos...

- Jose Luis Martín-

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COHERENCIA DE LA LEY DIVINA  ANTES                   DE LA REENCARNACIÓN

                                                                  

Como todos los niños, Virsayia Borum, de siete años, es muy activa; en sus propias palabras, le encanta “bailar, saltar y volar”. Pero tiene que tener mucho más cuidado, ya que nació con la llamada Pentalogía de Cantrell. La enfermedad, que afecta solo a cinco de cada 1 millón de personas, hace que se desarrollen órganos vitales fuera de sus cavidades. En el caso de Virsayia, su corazón no se desarrolló dentro de la cavidad, sino debajo de la piel de su pecho, y sus intestinos se desarrollaron fuera de su abdomen. 

Ya hemos hablado de Bethany Jordan, una niña de la ciudad inglesa de Stourbridge, que padece el Síndrome de Ivemark, un síndrome patológico de etiología desconocida, caracterizado por problemas cardiovasculares. [1] Jordan también nació con algunos de sus órganos invertidos, ¡es cierto! El hígado, el intestino y el bazo se colocaron al revés. El fenómeno se descubrió en exámenes de ultrasonido cuando todavía estaba en el útero de su madre.

Bajo el enfoque espírita, aprendemos que en los Estatutos de Dios no hay lugar para la injusticia. Por lo tanto, creemos que Virsayia y Bethany se suicidaron en vidas pasadas. De hecho, según el tipo de suicidio realizado (voluntario o involuntario), en la estructura del ser brotan desarmonías psíquicas y fisiológicas reflejas que se manifiestan en las diversas aberraciones congénitas, entre ellas la Pentalogía de Cantrell y el Síndrome de Ivemark, que se vuelven terapéuticas providenciales en la curación del alma.

Antes de renacer, examinando nuestras propias necesidades de mejora moral, a menudo pedimos la limitación psicomotora en la nueva experiencia física, de modo que esta condición nos induce a elevar nuestros sentimientos. Solicitamos o somos sugeridos o infligidos (por los Benefactores) con una enfermedad de larga duración, capaz de educar nuestros impulsos, tal o cual daño físico que ejerce disciplina en nosotros: cierta mutilación que nos inhibe de arrastrarnos a una agresividad exagerada; el complejo psicológico que elimina ideas, etc. Es la lógica de la justicia de la Reencarnación, la que nos lleva a analizar las patologías congénitas a través del Principio de Causa y Efecto.

Nuestro estado moral determinará los renacimientos con anomalías congénitas o no. Chico Xavier cuenta lo siguiente: “Muchas veces, hemos encontrado a nuestros hermanos que tienen tendencias suicidas, que dispararon un tiro al corazón, y que regresan con cardiopatías congénitas o con ciertos fenómenos que la medicina clasifica dentro de la llamada Tetralogía de Barbecho. ; vemos compañeros que querían morir en la horca y que regresan con Paraplejia Infantil; vemos a muchos de los que prefirieron el veneno y regresan con malformaciones congénitas; otras personas que violaron su propio útero y que también regresan con las mismas tendencias y que en ocasiones terminan desencarnándose con el llamado infarto mesentérico ”.

La médium de Uberaba también nos dice que vemos, por ejemplo, a los que prefirieron morir ahogados, en un acto de rebelión contra las leyes de Dios y que regresan con el llamado enfisema pulmonar. También vemos a quienes se dispararon a su propio cráneo y regresan con fenómenos dolorosos, como, por ejemplo, la idiotez, cuando el proyectil llega a la pituitaria; todas estas consecuencias, porque estamos en nuestro cuerpo físico, pero subordinados a nuestro cuerpo espiritual. Entonces, principalmente los fenómenos resultantes del suicidio, por disparo en el cráneo, son muy dolorosos, porque vemos sordera, ceguera, mudez, y también vemos este sufrimiento en los niños, que nos parece incompatible con la misericordia de Dios, porque sabemos Dios no quiere el dolor ". 

Somos herederos de nuestras acciones pasadas, tanto buenas como malas. El "compromiso moral" o "cuenta del destino creado por uno mismo" está impreso en el cuerpo periespiritual. Estos registros fluyen hacia el cuerpo físico y culminan en la determinación del equilibrio o desequilibrio de los campos físico y vital. Es cierto que junto a tablas similares de probación regenerativa “la ciencia médica funciona como misionera de la redención, logrando ayudar y mejorar a los enfermos según los créditos morales que hayan alcanzado o según los méritos que tengan”. 

Jorge Hessen

[1] El síndrome de Ivemark consiste en malformaciones de diferentes órganos y la esperanza de vida depende de cómo se ve afectado cada órgano, especialmente el corazón.


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              LEYES UNIVERSALES 

        PENSAMIENTOS Y SENTIMIENTOS 

    Comencemos por conocer y comprender que, los pensamientos y sentimientos son formas de energía; energía psíquica y energía espiritual; son vibraciones que emanan de las mentes y de las almas de los seres humanos, encarnados y desencarnados, cuya intensidad varía según el grado de desarrollo evolutivo de esas mentes y esas almas. 

    Como fácilmente podemos comprender en nosotros mismos, la mente nunca está quieta sino en constante función, generalmente ocupada con pensamientos no controlados. Debemos ser conscientes que, cuando pensamos estamos vibrando, estamos emitiendo ondas, pensamientos, con un grado de energía en proporción a la fuerza impartida por la mente y con un alto poder de atracción por afinidad. Cuando comprendamos bien este aspecto de la vida, nos será más fácil comprender el por qué y el cómo de muchas cosas, que hasta ahora pueden haber sido misterio para alguno de nosotros.

  Son pocas las personas que conocen cuán poderosa es la mente y la fuerza del pensamiento, así como su incidencia sobre las actuaciones ya que, según pensamos así actuamos. Y muy pocas, poquísimas, son las que conocen la influencia enorme que los pensamientos y sentimientos ejercen sobre el funcionamiento glandular y el sistema nervioso, reguladores de la salud; a más de la influencia que ejercen sobre la configuración del alma. 

   Las formas, pensamientos que se plasman continuamente en los centros cerebrales, producen sustancias imponderables para la rudeza de los sentidos físicos; pero, de gran influencia en el sistema nervioso y glandular, llegando a acelerar o retardar la producción hormonal normal, con las consiguientes consecuencias. Pero, son aún menos las personas que conocen el poder creador y destructor de los pensamientos que, al unirse a otros emitidos por otras mentes que funcionan en la misma tónica vibratoria, forman grandes cúmulos en el espacio que en un momento dado pueden descender sobre cierto sector de la humanidad, atraídos por la misma frecuencia vibratoria de otras mentes, con el consiguiente efecto, bueno o malo, según su naturaleza. 

    Muchos de los éxitos en la vida, así como muchas de las desgracias que sufrimos, son causadas por nosotros mismos, porque las atraemos con nuestra actitud mental. Necesario es conocer que, de acuerdo con la actitud mental que adoptemos frente a la vida, así será la vida para nosotros. Si mis pensamientos son de pesimismo, o por una actitud mental desacertada, dejo invadir mi mente por pensamientos deprimentes, ruines o de temor, por ejemplo; yo mismo estaría creando unas condiciones mentales depresivas que amargarían mi vida. Más aún, si mi mente se coloca en una actitud sórdida, fría y antipática, estaré conformando (mentalmente) un mundo antipático, frío y de amargura; y me incapacitaré para triunfar en la vida y gozar de un más amplio y dilatado mundo que otros viven; porque, la mezquindad de mi actitud mental, no podrá establecer contacto con ese mundo, mientras no cambie de actitud mental. Pues, los pensamientos sostenidos atraen, por ley de vibración y afinidad, el material psíquico para su manifestación. No olvidemos que, lo que está presente en la mente, se manifestará en la vida; y que, cada modalidad de pensamiento produce  fruto de su propia clase. Y que, cuando hay confusión de pensamientos en la mente, se experimenta confusión y desarmonía en la vida. 

    Las dos ramas de la psicología: estructural y experimental, nos demuestran que, temer una cosa es tanto como desearla; porque, al mantenerla en la mente por ley de vibración atraemos hacia nosotros las condiciones que tememos o deseamos, así como somos atraídos hacia ellos. De lo que se desprende, la necesidad de pensar sobre las cosas buenas que se deseen desechar, no dar cabida en la mente a las que no se deseen. Así como protegemos nuestro hogar de la entrada de maleantes, protejamos nuestra mente contra la entrada de pensamientos nocivos, erráticos, ruines, que son enemigos de nuestra felicidad. 

    La gran mayoría de personas que viven una vida de amarguras, son ellas mismas que inconsciente e involuntariamente, mantienen pensamientos negativos de pesimismo, temor, resentimiento, etc., altamente nocivos; amargando sus vidas tontamente, por lo que es del todo punto necesario aprender a expulsar de la mente toda clase de pensamientos negativos y sustituirlos por otros positivos. Por ejemplo para desvanecer el pesimismo, que es generador de fracaso y miseria, basta mantener con insistencia ideales optimistas orientados hacia el éxito y hacia el bien; que transmutarán lo negativo en positivo. Siendo así, ¿por qué no hemos de proponemos firmemente tomar una actitud mental constructiva, formar mentalmente un ideal elevado y, con la fe puesta en Dios, en ese Dios de Sabiduría, Amor y Poder, llevar a cabo ese ideal? Es asombroso el cambio que puede efectuarse en la vida de una persona. Cámbiese de actitud mental y parecerá que el mundo entero cambia; porque, en realidad, su mundo cambiará. Si queremos conquistar algo, tenemos que conquistarlo primero en la mente. 

Sebastian de Arauco

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La doctrina del Espiritismo


86. ¿Cómo se nombra el conjunto de las enseñanzas que acabamos de exponer?
− El conjunto de estas enseñanzas se nombra Espiritismo, o espiritualismo experimental.
87. ¿Qué significa la palabra Espiritismo?
− Significa ciencia del espíritu, porque son los espíritus mismos quienes nos las revelaron.
88. ¿Por qué espiritualismo experimental? 
− Porque esta doctrina se basa en hechos positivos, controlados por la experimentación científica.
89. ¿El Espiritismo es una ciencia o una creencia? 
− El Espiritismo es a la vez una ciencia positiva, una filosófica, una doctrina social; es también una creencia, pero basada en la ciencia experimental.
90. ¿Es una ciencia, una filosofía, una doctrina, una creencia nuevas? 
− De ninguna manera; es la ciencia íntegra, la filosofía humana, la doctrina universal. Es vieja y nueva, como la Verdad, que es eterna.
91. Pruebe que el Espiritismo es una ciencia. 
− El Espiritismo es una ciencia porque reposa en principios positivos de los que se puede sacar deducciones científicas indiscutibles. Además, es la misma razón de la ciencia, porque la ciencia que no alumbra al hombre sobre su naturaleza íntima y sobre su destino es sólo una ciencia incompleta y estéril, como el positivismo. Entonces, el Espiritismo es la ciencia completa del hombre; le señala su verdadera naturaleza, su principio fundamental, su destino final, y por consiguiente se esfuerza, dándole toda luz a la vida, por hacerle más feliz y mejor.
92. ¿Cuáles son las pruebas científicas actuales del Espiritismo? 
− Las pruebas actuales del Espiritismo son los descubrimientos recientes de la radioactividad de todos los cuerpos y de todos los seres, la hipnosis, el magnetismo, los fenómenos múltiples de la telepatía, del desdoblamiento, los fantasmas de los vivos y de los difuntos, en una palabra todo el conjunto de los fenómenos de orden psíquico. Los descubrimientos futuros, de los que éstos son sólo el prefacio, darán al Espiritismo experimental una consagración definitiva.
93. Ya que el Espiritismo es una ciencia positiva, ¿por qué encuentra tanta contradicción, tanta hostilidad entre los sabios? 
− El Espiritismo es combatido, en general, sólo por los sabios oficiales, precisamente porque es una revolución en la ciencia oficial. La inmensa mayoría de los sabios libres e independientes son, por contra, favorables al Espiritismo y cada día vienen a incrementar nuestras filas. El Espiritismo experimental ha sido reconocido de utilidad pública; numerosos institutos psíquicos se crearon en los grandes centros intelectuales de Europa y del Nuevo Mundo. La ciencia, liberada de los métodos caducos y las rutinas seculares, en un futuro próximo, será totalmente espiritualista.
94. ¿Cómo el Espiritismo, que es una ciencia, es al mismo tiempo una filosofía y una moral? 
− Porque el Espiritismo es una ciencia eminentemente práctica, que enseña a los hombres las dos grandes virtudes en las cuales reposa toda la moral humana: la justicia y la solidaridad, es decir el progreso en el orden y el amor.
95. ¿Acaso el cristianismo no explica esta moral? 
− Si, es la moral universal escrita desde todos los tiempos en la conciencia humana. Jesús la enseñó al mundo hace veinte siglos, pero los sacerdocios y las teologías la desnaturalizaron y fue alterada por adiciones interesadas o interpretaciones sutiles. El Espiritismo le restituye su primera pureza, lo apoya con pruebas sensibles y la presenta al género humano con toda la amplitud que conviene para su evolución actual y sus progresos futuros.
96. Sin embargo, toda moral pide una sanción, es decir, una recompensa por el bien, un castigo para el mal. 
− La recompensa del bien consumado, es el bien mismo, como el castigo del mal empleado es la conciencia de haberlo hecho con premeditación, de donde el remordimiento. El espíritu humano mismo es su propio remunerador o su justiciero. Dios no castiga ni recompensa ni a nadie. Una ley inmutable, una justicia inmanente dirigen tanto el orden del universo como las acciones de los hombres. Todo acto consumado trae sus consecuencias. Dios deja al tiempo el cuidado de traerlas.
97. ¿Entonces no hay cielo ni infierno? 
− El cielo o el infierno están en la conciencia de cada uno de nosotros; toda alma lleva en sí y consigo su alegría o su pena, su gloria o su miseria, siguiendo sus méritos o sus deméritos.
98. ¿Entonces, por qué hacer el bien y evitar el mal, si no se es recompensado por lo uno con el cielo, ni castigado por lo otro con el infierno? 
− Hay que hacer el bien y evitar el dolor, no con en el fin egoísta de una recompensa ni por el temor servil a un castigo, sino únicamente porque es la ley de nuestro destino y la condición necesaria para nuestro adelanto. El progreso de los seres es el resultado de su esfuerzo individual, así se desvanecen el dogma injurioso de la gracia y la teoría fatalista de la predestinación.
99. ¿Cómo formula usted la ley del destino? 
− Cada uno de nuestros actos, bueno o malo, dijimos, recae sobre nosotros. La vida presente, feliz o desgraciada, es la resultante de nuestras obras pasadas y la preparación de nuestras vidas futuras. Cosechamos, matemáticamente, a través de los siglos, lo que sembramos. La memoria de nuestras vidas anteriores se borra en el momento de la vuelta del alma a la carne; pero el pasado subsiste en las profundidades del ser. Esta memoria se reencuentra a la muerte y hasta durante la vida, cuando el alma se libra del cuerpo material, en diferentes estados del sueño. Entonces, el encadenamiento de nuestras vidas y, como consecuencia, el de las causas y los efectos que las rigen, se reconstituyen. La realización en ella de una ley soberana de justicia se vuelve evidente para nosotros.
100. Acabamos de ver que el Espiritismo es una ciencia positiva y una filosofía moral. ¿Cómo es además una doctrina social?
− Porque el Espiritismo bien comprendido y bien practicado vuelve al individuo mejor, y es únicamente por el mejoramiento del individuo que se puede obtener el de la sociedad.
101. ¿Cómo el Espiritismo vuelve mejor al individuo? 
− Consagrándosele la verdadera noción de la vida y por lo tanto la de su destino; es decir haciendo la educación moral del hombre individual y del hombre social.
102. ¿Pero la sociología y el socialismo modernos no hacen la misma cosa? 
− Desgraciadamente hacen lo contrario. El socialismo actual ve en la existencia presente sólo lo que llama "la concurrencia vital", es decir lucha por la vida. Esta teoría es peligrosa porque consagra el materialismo, excita los apetitos, desencadena las codicias, legitima todos los atentados y trae la anarquía. No se refiere más que al bienestar material, es decir la vida del cuerpo, y no tiene nada en cuenta del destino inmortal del espíritu.
103. ¿Cómo la doctrina espiritista corrige este error de socialismo? 
− El Espiritismo le demuestra al hombre que su vida presente es sólo un eslabón de la larga cadena de sus existencias. Por consiguiente, debe considerarla sobre todo desde su punto de vista real, el de la educación del alma, y no por las ventajas materiales que nos ofrece, éstas que no pueden, si abusamos de ellas, más que retrasar nuestro adelanto y nuestra felicidad verdadera. ¿Esta única consideración no es ya uno de los mejores argumentos a favor de la moderación de los apetitos, y la más segura de nuestras certezas sociales?
104. ¿Cómo comprende el Espiritismo la solidaridad humana? 
− En su noción más alta y más extensa. Cada hombre debiendo renacer para reparar sus faltas o perfeccionar su vida sobre la misma tierra, que es el campo de batalla de sus luchas y el terreno de sus trabajos, ¿no tiene todo el interés en hacer allí el bien a su alrededor, en querer a sus semejantes, a prestarles ayuda para prepararse un regreso feliz a este mundo de pruebas? El hombre comprende, gracias a las enseñanzas del Espiritismo, que trabaja para sí mismo consagrándose a los demás: es el principio de la verdadera solidaridad por el sacrificio individual, de donde resulta el beneficio colectivo. Si esta doctrina fuera comprendida y aplicada concienzudamente, solamente durante 24 horas sobre Tierra, el problema social sería resuelto definitivamente.
105. ¿No es este punto un sueño, unas de esas utopías acariciadas por los espíritus quiméricos, pero imposible de realizar? 
− Los hechos están ahí para probar la posibilidad de realizar esta doctrina social. Existen en Bélgica y en Francia grupos espiritistas de obreros, y sobre todo mineros, que funcionan desde hace quince o veinte años. Cada domingo, se reúnen para escuchar las enseñanzas de los espíritus protectores y las comunicaciones del más allá. Cada uno de estos trabajadores humildes participa del evangelio de los invisibles. Algunos han curado completamente sus pasiones y corregido sus vicios; todos ellos son consolados, instruidos, reconfortados y se vuelven mejores. Estos hombres, en otro tiempo incultos y groseros, ahora son alumbrados sobre los problemas del destino y de la vida eterna. Las voces de ultratumba, la de sus amigos, de sus parientes, les aprendieron más que los sermones del sacerdote o las declamaciones del sofista y del retórico. Un día, y este día no tardará en venir, estas comunicaciones del mundo invisible se harán la religión de los pueblos y la de la humanidad; un nuevo principio educativo social será revelado al mundo, y la paz, la justicia, la fraternidad reinarán entre los hombres.

Leon Denis 
Extraído del libro "Síntesis doctrinal y práctica del Espiritismo"


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             SEGÚN VUESTRAS OBRAS

Hijos, no olvidéis que la Ley Divina siempre os concederá según vuestras obras. Evidentemente que la gracia os alcanzará en vuestras necesidades, pues Dios no es un Padre que de piedras al hijo que le pide pan.

A veces, incluso cuando os falte merito para obtener lo que pedís, las bendiciones de lo Alto serán concedidas, todavía no os olvidéis de que vuestro merecimiento es que os recomienda y os endosa en las rogativas que dirijáis a la Providencia Divina. Haced por merecer aquello de que tengáis carencia, por cuanto son muchos aquellos que, infelizmente, ni siquiera se colocan en condiciones de valorizar y aprovechar la intercesión que solicitan del Mundo Superior.

La simiente también produce según la cualidad de la tierra en que es lanzada…

¿Cuántas peticiones pedidas en oración no son identificadas por aquellos que las formulan, en el exacto momento en que son atendidas?

Las necesidades de quien se empeña en el bien del semejante, procurando minimizarles los padecimientos, son atendidas sin alarde y con presteza por la Ley que manda dar a cada uno según sus propias obras.

No es raro, pues, el auxilio que solicitáis demanda cierto tiempo de preparación para que no se haga infructífero en sus consecuencias. El socorro obtenido no siempre es de repercusión más profunda para quien se coloca en su expectativa, porque quien obtiene lo que pide en la hora en que pide acaba por tornarse adepto a la ley del menor esfuerzo.

Dios es un Padre que educa y corrige, no permitiendo que los hijos caigan para el vicio.

Hijos, si extendéis en la Tierra remedio de gracia para las enfermedades del cuerpo, no creáis que la Misericordia Divina no pondrá recursos para supliros, cuando la indigencia de vuestros espíritus aparezca en las pruebas que atravesáis.

Sin embargo esforzaos en acumular los créditos espirituales, que, en cualquier circunstancia y en cualquier tiempo, atraerán naturalmente para vosotros el amparo que os es imprescindible, sin que se necesite movilizar tantos intermediarios y apartar tantos obstáculos para que el os alcance.

Bezerra de Menezes

Extraído del libro “A coragen de Fé”

Carlos A. Baccelli

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