miércoles, 11 de noviembre de 2020

El buen espiritista

 INQUIETUDES  ESPÍRITAS

1.-El Espiritismo y sus comienzos

2.- Pluralidad de mundos

3.- La mansedumbre y la dulzura

4.- El buen espiritista



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 EL ESPIRITISMO Y SUS COMIENZOS

                                      

La mayoría de las personas que hablan del Espiritismo suelen centrarse solo en los fenómenos que tomaron relevancia hacia el año 1848 en Estados Unidos, concretamente en la aldea de Hidesville, en el condado de Wayne donde una serie de fenómenos asustaron a la gente, de religión metodista. En dicha aldea, en la casa de las hermanas Katherine y Margareth Fox, dos niñas de 11 y 14 años, la noche estaba siendo terrible, de las paredes provenían extraños ruidos, golpes, que parecían provenir de una inteligencia oculta que deseaba comunicarse. Supongo que por miedo, ambas fueron a dormir a la habitación de sus padres, pero los ruidos aumentaron; la hermana menor empezó a aplaudir y de la pared se oyeron un número de golpes correspondientes. La niña hacía preguntas y de la pared se obtenía respuestas con un golpe para decir «SÍ» y con dos golpes para decir «NO». Al parecer los fenómenos – golpes en paredes y mesas – eran producidos por el antiguo dueño, pastor metodista que habría sido asesinado y enterrado bajo la casa. Como curiosidad – o no tanto – decir que en excavaciones posteriores en dicho lugar aparecieron huesos y cabellos que fueron tomados como auténticos, es decir, pertenecientes al pastor metodista asesinado.

La “moda” paso a Europa hacia el 1850 y se hacían demostraciones de “mesas giratorias” y otros contactos con los espíritus a los que se les preguntaba y respondían por una especie de código preestablecido.

En sólo cinco años llegó de Estados Unidos a Europa. A principios de abril de 1853 los periódicos alemanes comenzaron a publicar noticias sobre los fenómenos que ocurrían con las mesas. Se decía que un comerciante de Nueva York había enviado a su hermano que vivía en Alemania unas instrucciones para reproducir las manifestaciones físicas que eran tan comunes en América. Se trataba de hacer girar y mover una mesa, o cualquier otro objeto. Tres o más personas se ponían alrededor de la mesa, con las manos sobre la superficie, tocándose solamente con los meñiques entrelazados. Así se formaba una cadena y al cabo de un tiempo la mesa empezaba a oscilar primero y luego a girar a toda velocidad, arrastrando incluso a las personas que formaban la cadena.

Los experimentos continuaron y se sofisticaron. Se hacía a las mesas girar, pero también bailaban, levitaban y respondían a las preguntas que se les hacía. Primero, respondiendo “sí” o “no” con uno o dos golpes en el suelo con una pata. Después, utilizando códigos cada vez más complejos “las mesas” empezaron a mandar mensajes a través de los golpes. Uno de los sistemas era el de Post, se recitaba un alfabeto y la mesa golpeaba el suelo al llegar a la letra deseada.
Los medios de comunicación fueron evolucionando hasta la escritura automática, lo que se denomina psicografía.

Hoy en día existen médiums de muy diverso tipo: auditivos, sensitivos, psicógrafos….

Resulta evidente, sobre todo por la época que sucedió, que muchos charlatanes aprovecharon la moda para hacer su agosto, muchos fueron descubiertos y eso llevó a tomar el todo por la parte y a denigrar a los espiritistas verdaderos.

Sin embargo, las cosas comenzaron a cambiar de nuevo con la publicación de los libros de Allan Kardec , quien no solo comunicó al mundo que la doctrina era mucho más que eso – realmente eso era lo menos importante – sino que llegó a escribir un libro donde, por decirlo de alguna manera, se enseña más a descubrir a falsos médiums que a ser médiums, de hecho, no se puede crear un médium, porque la mediumnidad se tiene o no se tiene.

La doctrina espirita se basa en los libros escritos por Allan Kardec. En cierto modo, en dichos libros se encuentra codificada toda la doctrina espirita y su autor es conocido en el ambiente espirita como “el codificador” Allan kardec .

En 1854 oye hablar de las mesas giratorias y acude a una sesión y tras varias más empieza a cuestionarse los fenómenos buscando una explicación lógica a los mismos. Cada día se intriga más y más y busca respuestas. El 30 de abril de 1856 se recibe un mensaje dirigido a Kardec donde un espíritu que se identifica como Verdad le revela que su misión es dar forma a la doctrina espirita. Tras varios periodos de duda empieza su trabajo y de ese modo, el 18 de abril de 1857 publica “El libro de los Espíritus” al que seguirían “¿Qué es el espiritismo?” (1859),”El libro de los médiums” (1861); “El evangelio según el espiritismo” (1864), “El cielo y el infierno” (1865) y “La génesis” (1868), entre otras muchas obras.

A lo largo de sus escritos, Allan Kardec habla de espíritus superiores e inferiores: “Encuentranse en el mundo de los espíritus, como en la tierra, todos los géneros de perversidad y todos los grados de superioridad intelectual y moral»: espíritus buenos y malos, espíritus menores, espíritus malvados y rebeldes, espíritus errantes, espíritus vulgares y espíritus mentirosos «que usurpan a menudo nombres conocidos y venerados» y “dicen haber sido Sócrates, Julio César, Carlomagno, Fenelon, Napoleón, Washington, etc.”. Ante este hecho, Kardec pone como condición importante el comprobar la identidad del supuesto espíritu lo cual, si bien es difícil, por no poder tener un acta de estado, al menos debe obtenerse una identidad presupuesta de arreglo a indicios o datos que solo el espíritu auténtico pueda proporcionar.

Pero el espiritismo es mucho más que comunicarse con los espíritus,  es sobretodo una filosofía de vida, un modo de conducta que, entre otras cosas, tiene por bandera el servicio desinteresado al prójimo, la caridad y el amor hacia todos y cada uno de los seres vivos y de toda la creación.

El espiritismo es a la vez una ciencia de observación y una doctrina filosófica. Como ciencia práctica, consiste en relaciones que pueden establecerse con los espíritus; como doctrina filosófica, comprende todas las consecuencias morales que se desprenden de semejantes relaciones. Podríamos definirlo así: el espiritismo es la ciencia que trata de la naturaleza, origen y destino de los espíritus y de sus relaciones con el mundo corporal.

El término Espiritismo 

En palabras de Kardec:
«El Espiritismo es al mismo tiempo una ciencia de observación y una doctrina filosófica. Como ciencia práctica, consiste en las relaciones que se establecen entre nosotros y los Espíritus; como filosofía comprende todas las consecuencias morales que derivan de esas mismas relaciones».

«El Espiritismo (…) tiene consecuencias religiosas como toda filosofía espiritualista y por esto mismo toca forzosamente las bases fundamentales de todas las religiones: Dios, el alma y la vida futura; pero no es una religión constituida, dado que no tiene culto, rito ni templo».

«Sin ser una religión, desemboca en las ideas religiosas, haciéndolas surgir en los que no las tienen y robusteciéndolas en aquellos en quienes son vacilantes»

“El Espiritismo, mejor observado después que fue popularizado, viene a lanzar luz sobre una multitud de cuestiones hasta aquí insolubles o mal resueltas. Su verdadero carácter es, pues, el de una ciencia y no el de una religión, y la prueba de eso es que cuenta entre sus adeptos con hombres de todas las creencias, y que por eso no renunciaron a sus convicciones”. *Revista Espirita Mayo de 1859

Las obras de Kardec:

Las obras básicas de la Codificación Espirita* son las siguientes, por orden cronológico de publicación:
“El Libro de los Espíritus”, lanzado en París (Francia) el 18 de abril de 1857.
“El Libro de los Médiums”, publicado en enero de 1861.
“El Evangelio según el Espiritismo”, lanzado en abril de 1864.
“El Cielo y el Infierno”, publicado en agosto de 1865.
“La Génesis”, lanzada en enero de 1868.
Las fechas mencionadas se refieren, a la primera edición de cada libro.
También escribió, dirigió y editó las "Revistas Espiritas" (1858 - 1868)" .

* Es de reseñar que las obras básicas codificadas por Allan Kardec, fueron dictadas a través de muchas y diferentes mediumnidades,  por los Espíritus  que intervinieron en la formación de esta magna obra. Por tanto, los Espíritus fueron los auténticos autores de las obras codificadas o recopiladas  por Allan Kardec.

Kardec escribió también otras obras sobre esta doctrina, además de otras muchas de carácter didáctico que ya había escrito antes, firmándolas, no como Allan Kardec, sino con su nombre de pila ( H. Denizart Rivail ).

Entre otras obras espíritas. además de las cinco básicas de la Codificación espírita, están:
“Instrucciones Prácticas sobre las Manifestaciones Espíritas” (1858)
“¿Qué es el Espiritismo?” (1859)
“Viaje Espírita en 1862” (1862).
“El Espiritismo en su más Simple Expresión” (1862).

Mucho después de su fallecimiento, sus amigos reunieron artículos y anotaciones dispersas dejadas por el codificador, y como espíritu de lo que resultó el interesante libro titulado: “Obras Póstumas”, publicado en 1890.

El contenido de las obras básicas expone y fortalece los principios y los elementos adicionales de la Doctrina Espírita, según la enseñanza dada por los Espíritus superiores y codificado por Allan Kardec.
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El Espiritismo es la Doctrina de los Espíritus designados por Dios para impulsar una nueva etapa espiritual para la humanidad y a través de Allan Kardec hicieron  un trabajo de divulgación de sus enseñanzas en la Tierra.

Tomaron la iniciativa de comenzar esta etapa a través de fenómenos físicos que la gente pudiera ver y oír, para que les llamaran la atención y se acercaran a pensar y reflexionar sobre la naturaleza de estos fenómenos tan llamativos, por eso las mesas giratorias fueron tan comunes y se expandieron por todo el mundo.

Los Espíritus necesitaban a alguien en la Tierra que aceptara la labor de organizar todo ese trabajo y de compilar todas las enseñanzas. Allan Kardec aceptó esta labor y trabajó duramente para recopilar  y escribir las obras que contenían  las enseñanzas que los Espíritus estaban trayendo a la Tierra.

Y también trabajó para crear e impulsar una organización que permitiera al movimiento espiritualista que estaba naciendo, organizarse y crecer a través de los centros espiritas, y que la doctrina de los Espíritus siguiese creciendo y expandiéndose por todas partes.

Esta es la importancia de su labor y de su figura dentro del espiritualismo y por eso somos seguidores del trabajo de Allan Kardec y de sus obras que conformaron la base filosófica y moral del Espiritismo.

El Espiritismo NO ES UNA RELIGIÓN , POR LO QUE NO TIENE sacerdotes, clérigos, chamanes  ni pastores, y NO ADOPTA ni usa en sus reuniones, como tampoco en sus prácticas: altares, imágenes, velas, procesiones, sacramentos, concesiones de indulgencia, vestiduras, bebidas alcohólicas o alucinógenas, incienso, tabaco, talismanes, amuletos, horóscopos, cartomancia, pirámides, cristales o cualesquiera otros objetos, rituales o formas de culto exterior. Sin embargo respeta todas las religiones que los usan, siempre que prediquen el bien.
Sus reuniones en los locales llamados "Centros Espíritas", son dedicadas al estudio, a la oración y a la convivencia entre sus miembros y simpatizantes, teniendo por bandera la práctica cristiana basada en la máxima:
“FUERA DE LA CARIDAD NO HAY SALVACIÓN”

  Los verdaderos espíritas se mantienen en lucha perpetua contra sus propios defectos morales y ampliando sus conocimientos doctrinarios cada vez más. Con la caridad vivirán en paz. Sólo la caridad, convertida en la base de sus instituciones, puede garantizarles la felicidad en este mundo, porque la caridad es la suprema ley de Cristo expresada en sus enseñanzas: “Amaos los unos a los otros como Yo os amo” ;“Ama a tu prójimo como a ti mismo”; “Perdonad a vuestros enemigos” ;“No hagáis a los otros lo que no querríais que os hiciesen.”: todo esto se resume en la palabra caridad.

En vuestras aflicciones mirad siempre hacia abajo, no hacia arriba. Pensad en los que sufren aún más que vosotros.

La desesperación es lógica en el que cree que todo termina con la vida del cuerpo. En cambio, es un absurdo para quien tiene fe en el porvenir.

El hombre suele ser el artífice de su propia desdicha en este mundo. Si se remontara hasta la fuente de sus infortunios, descubriría que la mayoría de ellos son el resultado de su imprevisión, de su orgullo, de su avidez y, por consiguiente, de su infracción a las leyes de Dios. 

Hacer una oración es Orar a Dios, es pensar en Él, acercarse a Él, ponerse en comunicación con Él, para pedirle con humildad que  nos apoye en las dificultades de la vida, para que desarrollemos la paciencia, la resignación y la fe razonada.
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“Estúdiate a ti mismo, observando que el auto-conocimiento trae la humildad y sin humildad es imposible ser feliz.” (Kardec)

El Espiritismo propone una serie de leyes morales. Así como las leyes de la física enuncian el comportamiento de la materia,  existen unas leyes morales inscritas en nuestra conciencia humana, las cuales vamos experimentando y desarrollando a medida que nuestro grado de inteligencia y socialización va aumentando. Estas leyes morales están entroncadas con la Ley de Causa y Efecto, equivalente  al karma de las tradiciones budistas o hindú, ya que nuestro comportamiento nos traerá consecuencias positivas o de rectificación para siguientes encarnaciones.

  (Trabajo de Susana Gómez, revisado por Jose L.Martín)


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      PLURALIDAD DE MUNDOS
                         

55 – ¿Están habitados todos los globos que circulan en el espacio?

– Sí, y el hombre de la Tierra está lejos de ser, como lo cree, el primero en inteligencia, en bondad y en perfección. Sin embargo, hay hombres que piensan ser muy fuertes, que imaginan que tan solo su pequeño globo tiene el privilegio exclusivo de tener seres racionales.
¡Orgullo y vanidad! Juzgan que Dios creó el Universo para ellos solos.
  Dios pobló los mundos de seres vivientes, que concurren todos al objetivo final de la Providencia. Creer que los seres vivientes están limitados al único punto que habitamos en el Universo, equivaldría a poner en duda la sabiduría de Dios, que no ha hecho nada inútil; él debe haber determinado para esos mundos un fin más serio que el de recrear nuestra vista. Nada, por otra parte, ni la posición, ni el volumen, ni la constitución física de la Tierra, puede inducir a suponer racionalmente que tenga el privilegio de estar habitada con exclusión de tantos miles de mundos semejantes.


56 – ¿Es la misma la constitución física de los diferentes globos?

– No, no se parecen en manera alguna.

57 – ¿No siendo la misma para todos la constitución física de los mundos, se deduce de ello que tengan una organización diferente los seres que los habitan?

Sin duda, como entre vosotros los peces son hechos para vivir en el agua y las aves en el aire.

58 – ¿Están privados de luz y de calor los mundos más alejados del Sol, puesto que éste se muestra apenas con la apariencia de una estrella?

– ¿Creéis, pues, que no existen otras fuentes de luz y de calor aparte de la del Sol, y no contáis para nada con la electricidad que en ciertos mundos, llena funciones que os son desconocidas y que es mucho más importante que en la Tierra? Por otra parte, nadie os ha
dicho que todos los seres sean de la misma materia vuestra y con órganos dispuestos como los vuestros.
   Las condiciones de existencia de los seres que habitan los diferentes mundos deben ser apropiados al medio en que están llamados a vivir. Si nunca hubiésemos visto peces, no comprenderíamos que hubiera seres que pudiesen vivir en el agua. Así sucede en otros mundos que contienen, sin duda elementos que desconocemos. ¿No vemos en la Tierra que las largas noches polares son iluminadas por la electricidad de las auroras boreales? ¿Y acaso es imposible que en ciertos mundos la electricidad sea más abundante que en la Tierra y que desempeñe en ellos funciones de orden general, cuyos efectos no podemos comprender? Esos mundos pueden, por lo tanto, contener en sí mismos las fuentes de calor y de luz necesarios a sus habitantes.

EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS. ALLAN KARDEC.


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LA MANSEDUMBRE Y LA DULZURA

J. Herculano Pires (Hermano Saulo)

 

Las agitaciones de nuestro tiempo  caracterizan la fase de la transición por la que estamos pasando  en la Tierra. El conocimiento espirita debe preservarnos  de arrastramientos peligrosos  y de incomprensiones a respecto de la situación del mundo.  Una consulta a las  notas intimas de Kardec, en Obras Póstumas, nos bastaría  para esclarecernos  al respecto y predisponernos a la vigilancia  necesaria.  

Emanuel nos recomienda, como siempre, la mansedumbre y la dulzura como instrumentos de paz. La receta es acertada, más conviene  no olvidarnos de la enseñanza de Lázaro, en el ítem 6 del capítulo IX del Evangelio “El mundo está lleno de personas que traen la sonrisa en los labios y el veneno en el corazón. No basta  que los labios  destilen leche y miel, pues si el corazón  nada tiene de eso, se trata de hipocresía.”

El espiritismo, teniendo como fin conducirnos a la Verdad, no se preocupa  con las apariencias  y no aprueba las técnicas de falsedad del hombre. De nada vale el barniz  de la mansedumbre en las relaciones sociales, si no tenemos el corazón puro, como Jesús enseñó a los fariseos.  En las horas de bonanza  podemos hablar en tono suave, más en medio de la tempestad, la advertencia,  la represión enérgica y hasta aun mismo el grito son indispensables.

El buen sentido de Kardec nos recuerda  el deber  de ayudar con energía en las horas de crisis.

Escribe Emmanuel: “Todos  los enfermos del alma deben ser medicados por encima de todo, por el dialogo curativo.” El Espiritismo, por si mismo, apareció en el mundo como un dialogo de su naturaleza.  Y podemos ver y sentir, en los textos doctrinarios, que la terapéutica no se hace apenas  con palabras balsámicas, pues hay situaciones   que requieren el golpe  el golpe quirúrgico  de las expresiones firmes y precisas. La mansedumbre  y la dulzura se tornan negativas cuando  no proceden  de un corazón lleno de amor verdadero.

La copa de agua fría que podría ayudarnos en las horas de crisis   no brota  de la fuente  del  fingimiento, más si de la fuente natural  del entendimiento fraterno y del sentimiento legitimo de amor al prójimo. Sabemos que  la  evolución individual y colectiva no se hace  por medio de artificios.  Todos los artificios  son condenados  por la doctrina renovadora del Espíritu de Verdad, que se asienta en lo real y no en lo  ilusorio. En nuestra conducta espirita,  normalmente en las fases críticas  como en la que estamos  enfrentando, no podemos olvidar que la búsqueda de la verdad es nuestro objetivo.

Artículo publicado  originalmente en la columna dominical “Chico Xavier pide licencia” del periódico Diario de S. Paulo, en la década de 1970.


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                   El Buen Espiritista

El buen espiritista, no es el que visita los centros donde puede satisfacer mejor su curiosidad, sino el que se une a una agrupación para prestar toda suerte de servicios a la misma y contribuir a que progrese en todos los sentidos, tomando parte muy activa, según lo permitan sus fuerzas, tanto en la instrucción moral y material de sus asociados, como en practicar obras de virtud, sosteniendo al desvalido y enseñando al que no sabe o al que sabe menos. 

¿Qué méritos puede tener el espiritista que espera al día de la sesión para pasar un rato de simple espectador, aplaudiendo o murmurando después, de las facultades buenas o malas de los médiums, estableciendo comparaciones y fomentando la rivalidad entre los centros? 

Vale mucho más dedicarse algunos días de la semana al estudio, que nos ha de llevar al conocimiento de lo que se debe hacer en las sesiones, para su mayor progreso, acostumbrándose a conocer ese mundo espiritual que nos rodea constantemente; poder salvar los escollos que tiene la práctica del mediumnismo y saber distinguir a los espíritus que vienen en misión de instruirnos, de los que sólo acuden afectando diferentes formas con refinada hipocresía y con el deliberado propósito de poner la discordia entre los hermanos de una misma creencia. 

¿Qué es lo que pueden hacer los espíritus de esos hombres que mueren todos los días, llevándose todo el rencor y la ira que tuvieron hasta el último momento, contra el Espiritismo y contra los espiritistas? 

¿No es para ellos un gran castigo continuar ciegos y sordos como lo fueron en la Tierra, hasta que por un esfuerzo de su voluntad arrojen sus preocupaciones, y su modo extraño de amar a Dios y al prójimo? 

En los centros que no hay verdadera armonía y fuerza moral para rechazar ciertas influencias, estos seres son los primeros en invadirlos, aprovechándose de los asistentes que tienen facultades y que pueden asimilárseles con facilidad. 

¿Qué es, pues, lo primero que deben hacer los hermanos que se reúnen con la idea de hacer el bien y mejorarse? 

Preparar mucho su centro, desterrar de ellos toda idea que pueda viciar su atmósfera, moralmente hablando, y no permitir nunca en el círculo sagrado, donde deben reunirse los hermanos con santo recogimiento, actos o prácticas puramente materiales, que están reñidas con la pureza y elevación de las enseñanzas de los espíritus. 

Tiene muchísima razón nuestra compañera en la prensa. Los espiritistas deben reunirse, no para entregarse a vanos formulismos, no para celebrar ceremonias absurdas, no para parodiar bautismo y purificaciones, haciendo uso del sistema hidropático. 

El Espiritismo es más grande que todos los procedimientos rutinarios de este mundo. No se purifican los espíritus por medio del agua; ésta podrá limpiar el cuerpo, pero no el alma. 

El Espiritismo se engrandece por medio del progreso moral e intelectual, trabajando, estudiando, dominando el ímpetu de las pasiones, perdonando y amando a sus enemigos, vistiendo al huérfano, guiando al ciego, instruyendo al que no sabe, convirtiéndose el hombre en un verdadero agente de la providencia, siendo el consuelo, el alivio y la esperanza de cuantos se acerquen a contarles sus angustias. 

Éste es el único medio infalible para regenerar el Espíritu; y cuantos se llamen espiritistas, si no observan estrictamente las prescripciones del Evangelio de Cristo, si no se dirigen hacia Dios por el camino de la caridad y la ciencia, que no se llamen espiritistas porque no lo son; podrán ser afiliados a una secta religiosa más o menos adelantada, pero no al Espiritismo, que es el racionalismo religioso, es el deísmo filosófico, es el esencialismo de la vida, es la verdad, puramente la verdad; la manifestación, la demostración de la individualidad del Espíritu, la negación absoluta de la muerte, y la afirmación concluyente del progreso indefinido del alma, esto es el Espiritismo racional, la realización de todas nuestras esperanzas, la hermosa realidad de todos nuestros sueños. 

¿Qué sueña el hombre? ¡Ser grande! ¡Ser amado! ¡Y ser inmortal! Y la comunicación ultraterrena nos convence sin el menor género de duda, que los sueños de ayer los hemos realizado hoy; y los de hoy los realizaremos mañana; pero los realizaremos trabajando en nuestro perfeccionamiento. Y desengañémonos, que no nos perfeccionamos por acudir a un mal llamado centro espiritista a entregarnos con fanático misticismo a prácticas verdaderamente absurdas; y si así lo hacemos nos podemos apropiar el antiguo adagio de, ahí van los mismos perros, con distinto cencerro. 

Lo mismo es rezar rutinariamente en un lugar que en otro; y lo mismo es sujetarse a fórmulas y a privaciones de alimentos dentro de un credo religioso, que obedeciendo mandatos absurdos de visionarios reformadores, no hay más que una reforma en la Tierra, la Caridad y la Ciencia. 

Respetemos profundamente las creencias, o mejor dicho, las prácticas de todos los círculos espiritistas (menos aquellas prácticas que son del todo inadmisibles porque degeneran en tristísimo abuso): pero en consonancia con nuestras ideas, están principalmente las agrupaciones que ven en el Espiritismo la religión del porvenir, no es una religión; las religiones son las que tienen sus oraciones marcadas, y aunque la Escuela Espiritista tiene su libro de oraciones porque éstas son necesarias para la generalidad, creemos que comprendido bien el Espiritismo, convencido el hombre que no sólo con rezos se progresa, se trabajará muchísimo más y se rezará muchísimo menos.

 ¡Nos gusta tanto la gimnasia de las inteligencias! Comprendemos también que no en todos los parajes se pueda hacer esta reforma y que lo que es luz de verdad en un punto, puede no serlo tanto en otro, y los directores de los Centros Espiritistas, tienen muchas veces que sujetarse al grado de cultura de sus oyentes, pero como nuestro Espíritu se conoce que es muy viejo, y está muy pesaroso de haber perdido tantos siglos, ahora es lógico que esté impaciente, y quisiera adelantar por segundos el tiempo tan precioso que ha perdido, por eso cuando vemos espíritus de progreso en todos los sentidos, nuestra alma sonríe gozosa. 

Deseamos que se propague el Espiritismo sin fanatismo de ninguna especie; porque el día que la Escuela Espiritista cediera al fanatismo, sería una religión como las demás; y nosotros queremos que sea síntesis de la verdadera religión que no encuentra ningún templo digno de Dios más que la naturaleza, ni mejor culto que hacer el bien por el bien mismo. 

Por Amalia Domingo Soler -Texto extraído del libro La Luz de la Verdad

(Tomado de Zona Espírita)

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