viernes, 4 de marzo de 2016

SUEÑO Y SUEÑOS




AMOR FRATERNAL 
      Los que nacemos en una misma familia estamos unidos por los lazos de la sangre. Esos lazos, sin embargo, no configuran los lazos del amor necesariamente.
No es raro ver vivir a hermanos enfrentados, tener celos y envida unos de los otros, creando dificultades de relacionamiento en el hogar.
O llegar incluso a la agresión, a la usurpación de los derechos y bienes unos de los otros.
Con todo, cuando los lazos afectivos existen, es conmovedor observar la dedicación de algunos hermanos.
Cariño, atención, dedicación, renuncia son algunas de las expresiones que surgen, de forma espontanea y conmovedora.
Recientemente, supimos de la historia de una chavalilla de 4 a 5 años de edad.
Su hermanito, de ocho años, enfermó y el diagnostico fue leucemia.
El padre y la madre pasaron a desvivirse por el chaval. Exámenes, internamientos, quimioterapia. Todo lo que la medicina hoy ofrece a los portadores de esa enfermedad.
Cierto día, la madre tomo a la niña en sus brazos y explico que el hermano quedaría en un hospital, durante algún tiempo.
El precisaba de un tratamiento especial para mejorar.
Explico también que, cuando el volviese, ella no se asustase porque, posiblemente, por causa del tratamiento, el había perdido todo su cabello.
También le recomendó que no se riese o hiciese bromas cuando viese “calvo” al hermano.
La niña oyó con atención y quedó callada. La madre hasta pensó que ella no había entendido bien. Mientras tanto, resolvió esperar.
Algunos días después los padres fueron a buscar al chaval al hospital. Cuando el coche llego frente a la casa, la chiquilla miro por la ventana del primer piso y sonrió
Su hermano estaba de vuelta. Y en la cabeza, una gorra roja.
Corrió al baño, tomo las tijeras de su madre y concretizo el plan que estaba en su cabecita, desde la conversación con su madre.
Poco después, descendió por las escaleras. Abrió la puerta en el exacto momento en el que el hermano llegaba.
Entonces, ella lo miró por un segundo, como para querer cerciorarse de que el estaba también sin cabello.
Enseguida, extendió las manecitas llenas de sus propios cabellos para el.
El miró a la hermanita y verifico que ella traía los cabellos desaliñados, mostrando que los había cortado, de la forma que había podido, con sus pequeñas manos.
Un lado más corto que el otro, franjas de cortes como los peldaños de una escalera mal construida.
Ella no dijo nada. Ni el. Los padres, detrás del niño, observaban atónitos.
Entonces el chaval tomo en sus manos los cabellos que la hermana le ofrecía y, con una gran sonrisa, se quito la gorra y la puso en la cabecita de ella.
Después se arrodillo y ambos se abrazaron larga y demoradamente.
Amor fraternal es el amor más fundamental. Es en el que se basa todos los tipos de amor.
Se entiende por el amor fraternal el sentimiento de responsabilidad, cuidado, respeto por los demás, su conocimiento, el deseo de mejorar su vida.
Desde el hogar, el amor fraternal transciende para los demás seres humanos.
Si desenvolvemos la capacidad de amar a un hermano consanguíneo, no podemos dejar de amar, en la secuencia, a todos los demás hermanos.
El amor fraternal es el amor entre iguales. Iguales por ser todos Espíritus, hijos del mismo Padre.
Iguales hoy, en la Tierra, por estar en la condición humana.
Si pensamos en las diferencias de talento, inteligencia, conocimiento, veremos que son pequeñas, si comparamos con la identidad esencial, común a todos nosotros.
* * *
El amor es una fuerza activa en el hombre. Una fuerza que irrumpe por las paredes que lo separan de sus semejantes.
Que lo une a los otros. Que estimula a darse, en una extraordinaria experiencia de vitalidad y de alegría.
Redacción de Momento Espirita
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    SUEÑO Y SUEÑOS

   Edgar Armond (el autor)          (Primera parte)

 El sueño, para el cuerpo físico, es una muerte de todos los días,  aparente o incompleta, durante la cual él no pierde su integridad, cesando solamente los órganos de relación con el mundo exterior; mas, en compensación, para el espíritu, el sueño abre las puertas de los sueños, rendijas más o menos amplias hacia la visión de las extrañas escenas del mundo extraño del Más Allá, sus paisajes de coloridos bizarros, sus luces intensas y maravillosas, sus misteriosos habitantes.
 
                                                      EL SUEÑO 

Todo En el mundo duerme, seres y cosas, por lo menos aparentemente. Un tercio de nuestras vidas, como mínimo, la pasamos durmiendo.


Mientras es de día y bajo la influencia del sol, cuya luz destruye las emanaciones fluídicas maléficas, predomina el dinamismo de las fuerzas materiales, regidas por la inteligencia; más, cuando el Sol se va y cae la noche, pasan a imperar las fuerzas negativas del Mundo espiritual inferior y el cuerpo humano se adormece, entonces, bajo su dominio.
 Para algunos el sueño adviene por una congestión cerebral (hiperemia de los vasos sanguíneos del cerebro).
Para otros, es justamente lo contrario: ocurre una anemia cerebral (isquemia de los mismos vasos) lo que quiere decir que durante el sueño los vasos se dilatan y desagitan la sangre del cerebro.
 
Al lado de estas explicaciones está la teoría de las neuronas, células nerviosas cuyas prolongaciones se retraen durante el sueño interrumpiendo el paso de la corriente vital, la que restablecen al despertar, distendiendo las referidas prolongaciones y poniéndolas de nuevo en contacto.
 El sueño puede resultar de una asfixia periódica del cerebro y, para el viejo Aristóteles, adviene de la acción de las tomaínas existente en los residuos digestivos.
En contraposición, hay otros que afirman que, justamente, dormimos para desintoxicarnos, siendo así el sueño una función defensiva del organismo. 
En fin, para no alargar esta exposición citamos a Marín, según el cual el sueño es un aspecto de la ley de alternativa, en virtud de la cual a la actividad sigue el reposo, como la noche al día, y como la muerte a la vida. Y eso concuerda con la “ley del ritmo”, de la filosofía egipcia, admirablemente expuesta en la obra iniciática kybalión, la cual la vida se manifiesta por una actividad incesante que obedece a un ritmo invariable y cuya compensación es el reposo. Aplicada al cuerpo humano la teoría, quiere decir que el organismo físico, en la vigilia, gasta energía que recupera en el reposo del sueño.
 Últimamente la ciencia descubrió que en el momento del sueño ocurre una inversión original de las ondas cerebrales, del cerebro posterior hacia el anterior.
Más ¿cómo se da el sueño?
Con el abandono provisorio del cuerpo por el espíritu, en la misma forma que la muerte, cuando el abandono es definitivo.
 
 
                                                LOS SUEÑOS

Las teorías científicas sobre los sueños son también diversas. Para Freud los sueños se originan en los deseos reprimidos: no pudiendo el hombre satisfacerlos en la vida normal, se esfuerza por vivirlos cuando duerme. 
Para Maurí los sueños resultan de los automatismos psicológicos; de cerebraciones inconscientes o de asociaciones de ideas que, como es natural, originan imágenes mentales.
Según Saint-Denis en los sueños existe el desenvolvimiento natural del espontáneo de una serie de reminiscencia.
 Delboeuf admite la conservación indefinida de impresiones que Richet bautizó con el nombre de pantomnesia (reminiscencia universal).
Conan Doyle admite solamente dos especies de sueños: los resultantes de experiencias hechas por el espíritu libre y las provenientes de la acción confusa de las facultades inferiores, que permanecen en el cuerpo cuando el espíritu se ausenta.

 Flammarion, Rosso de Luna, Dunne, Lombroso, Maeterlink y muchos otros estudiaron también el fenómeno y dejaron acerca de él interesantes pero no concluyentes teorías.
Podemos, entretanto, clasificar los sueños en dos categorías: sueños subconscientes y sueños reales.   

                                        SUEÑOS DEL SUBCONSCIENTE

 Son reproducción de pensamientos, ideas e impresiones que afectan nuestra mente en la vigilia; hechos comunes de la vida normal que registran en los recovecos de la memoria y que, durante el sueño, continúan preocupando al espíritu, con mayor o menor intensidad. Esos elementos, subiendo del subconsciente se empujan los unos a los otros, si se puede decir así, y forman verdaderos enredos con reminiscencias presentes y pasadas, tornando tales sueños, casi siempre de difícil comprensión, justamente por ser confusos, complejos y extravagantes.
En los sueños subconscientes entran también otros factores, como ser: el temperamento imaginativo o emocional del individuo, sus resabios, mayormente los de naturaleza sexual, perturbaciones fisiológicas momentáneas, etcétera. Los durmientes ven, en tales sueños, sólo cuadros formados en su propia mente subconsciente, puesto que tañes sueños son únicamente producto mental inferior de ellos mismos.


 Finalmente, lo que los define y caracteriza, además de su aspecto confuso y neblinoso, es la incoherencia, la falta de nitidez, la luz, de colorido. 

                                              SUEÑOS REALES 

Mientras el cuerpo físico reposa, el espíritu pasa a actuar en el plano espiritual, en el cual tendrá mayor o menor libertad de acción, según su propia condición evolutiva. Unos se conducen libremente, otros quedan en la dependencia de terceros, mas todos son atraídos hacia lugares que les son afines o correspondientes.
 Son, por lo tanto, aquello que ve, oye o siente; los contactos que hace con personas o cosas de los lugares o esferas de acción y que constituyen los sueños reales que, como bien se comprende, no son más elaboraciones de la mente subconsciente individual sino perfectas visiones, directas y objetivas de esos mundos, verdaderos desdoblamientos, exteriorizaciones involutivas del espíritu.
Los encarnados, sujetos como están a las leyes que rigen el plano material, no se liberan de ellas sino con la desencarnación y, por eso, aún cuando están exteriorizaciones involuntarias del espíritu.                                                                                                                                              
Esa es la razón por que los sueños, incluso los reales, son normalmente distintos, nebulosos, de difícil recordación. Por eso también es que cuando hay necesidad de obviar ese estado de cosas, haciendo que los sueños sean más fácilmente recordables, los agentes de lo invisible lanzan en la mente del durmiente poderosas sugestiones, fácilmente transformables al despertar, en forma de imágenes mentales y cuadros alegóricos representativos de las enseñanzas, advertencias o experiencias que el durmiente debe recordar.            Acostumbran también conducir al adormecido a regiones o instituciones del espacio, proporcionándole contactos y experiencias necesarias a su aprendizaje espiritual, de las cuales el recuerdo, por el referido procedimiento, siempre en alguna forma permanece.
Y si eso antecede en la relación a los espíritus buenos, también sucede con los malos que, valiéndose de la ley de afinidades vibratorias se apoderan de los durmientes y los conducen hacia sus antros inoculándoles o alimentando en sus mentes desprotegidas ideas o tendencias maléficas. 
Los médiums, pues, que se guarden de esas infelices posibilidades, purificándose en cuerpo y espíritu para que su tonalidad vibratoria se eleve orando y vigilando como el Divino Maestro recomendó.

     


 
CONTINÚA…
EdgarArmond



 
 



























































































































































































































































































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                   EL LIBRE ALBEDRIO, SEGÚN 
             EL ESPIRITISMO


Según la doctrina común, el hombre posee en sí mismo todos sus instintos. Éstos procederían, o de su organismo, del cual no podría ser responsable, o de su propia naturaleza, en la que puede buscar una excusa que lo satisfaga personalmente, alegando que no es culpa suya que sea él así. 
Con toda evidencia, la Doctrina Espirita es más moral. 
 Admite en el hombre la existencia del libre albedrío en toda su plenitud. Y al decirle que si procede mal está cediendo a una mala sugestión extraña, le deja toda la responsabilidad del hecho, pues le reconoce el poder de resistir, cosa evidentemente más fácil que si tuviera que luchar contra su propia naturaleza. 
Así pues, conforme a la Doctrina Espírita no hay tentación que sea irresistible. El hombre puede siempre hacer oídos sordos a la voz oculta que en su fuero interno lo está incitando al mal, como podrá asimismo desatender la voz material de alguien que le hable. Lo puede por su voluntad, pidiendo a Dios la fuerza necesaria para ello y reclamando al efecto la ayuda de los buenos Espíritus. Es lo que Jesús nos enseña en el sublime ruego de la oración dominical, cuando nos hace decir: “No nos dejéis caer en tentación, mas líbranos del mal”.

EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS
ALLAN KARDEC











































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SALUDOS DE MERCHITA

Sábado 5 de Marzo del 2016

Queridos hermanos, hola buenos días, suspirando tranquilamente, y teniendo aun muchas horas del sábado por delante, procuremos reflexionar después de haber agradecido al Padre, todas sus dadivas, de haberle pedido por nuestros reveses en esta vida, por nuestros compañeros y hermanos en la humanidad, por los que partieron al otro lado de la  vida,  y determinando en que vamos a emplear este día, paremos unos instantes y reflexionemos…

Si pensamos un poco, en el espíritu en si, veremos que al principio el alma es grosera, al estar  mezclada con los fluidos más próximos a la materia, por eso su movimiento vibratorio es de una  forma más inferior. El trabajo del alma  consiste en depurar esta envoltura, despojarla  de  su escoria fluidica, en darle un movimiento  más y más radiante.

Cada existencia dejamos en el periespiritu su huella. Para que nos hagamos una idea es como el árbol cuando es  podado, si contamos sus capas concéntricas que cada año ha dejado en la corteza podemos saber su edad, de la misma forma el espíritu se aleja de su origen tras zonas fludicas que se superponen. Los recuerdos  grabados en su envoltura  son indelebles como ella, y aunque solo sea analógicamente,  esas capas pueden compararse a las fotografías que sin confundirse pueden superponerse en una misma placa sensibilizada.  Todos los movimientos periespirituales  tienen existencia propia y un grado de vibración particular: el último es siempre superior a los anteriores.

Esto nos indica que en  el periespiritu cada zona atómica puede estar constituida  por los mismos átomos, pero con asociaciones vibratorias en todo diferentes, correspondiendo a cada una de ellas  una posición determinada de equilibrio.

Cuando el alma llega a la humanidad es ya vieja; su envoltura ha fijado en si, con la expresión de las leyes  o de líneas de fuerza, los estados que sucesivamente ha recorrido, y quizás a esto se deba  la evolución fetal que hace pasar al embrión por todos los estados  que el alma ha recorrido precedentemente.

En el hombre primitivo el inconsciente psicológico es muy rico y ya después apenas si acumula mayor caudal;  solo se fijan en el  los actos automáticos  secundarios, es decir,  los hábitos manuales. En cambio, en ese mismo hombre es casi virgen el inconsciente psicológico, pues se halla constituido  por las formas más elevadas del instinto y las más bajas de la conciencia y del intelecto.

Los primero humanos  debieron asemejarse mucho a los antropoides actuales, y la dilatada duración de la época cuaternaria  fue indispensable  para la elaboración de la conciencia, que debió separarles definitivamente de la animalidad.

Poco a poco el alma se ha ido desprendiendo  de las brumas que la envolvían. El raciocinio, que era insignificante, se afianzó en el fondo mismo del espíritu, el pensamiento se  ejercito sobre sensaciones más claras,  más delicadas, dando lugar a observaciones más precisas, a establecer mejores  relaciones, a generalizar y las  abstracciones se fueron desenvolviendo a medida que el lenguaje se fue perfeccionando.

Cada encarnación implica un perfeccionamiento; el inconsciente psíquico se enriquece progresivamente; el esfuerzo se hace menos considerable conforme aumentan las encarnaciones terrestres.

En la época actual necesitamos desembarazarnos de las pasiones y de los instintos que son lastres que aun nos quedan de nuestro paso por los reinos inferiores. La lucha es larga y difícil, porque tenemos que modificar los primeros movimientos  periespirituales que se enclavaron en nosotros  y constituyeron nuestra vida mental en las épocas lejanas y mil veces seculares en que efectuamos nuestra evolución. La voluntas es muy poderosa; el progreso descubre ante nosotros sus perspectivas cada vez más brillantes y esa misma fuerza que nos ha constituido en Seres inteligentes, sabrá abrirnos  el camino a mundos mejores donde reine la concordia, la fraternidad y el amor.

La Doctrina Espirita  nos explica  que los fenómenos vitales  y psíquicos coexisten en el hombre. La existencia del periespiritu  durante la vida y después de la muerte, experimentalmente a quedado comprobado, con todas las garantías posible  contra el fraude y el error; su composición fluidica  la ha revelado la fotografía; podemos concebir  su naturaleza sirviéndonos, como analogía , los estados más rarificados  de la materia; su imponderabilidad  no es más sorprendente  que la de las fuerzas  fisicoquímicas: Luz, electricidad, afinidades, etcétera; su acción sobre la materia  no es más extraordinaria que la del mían  sobre las limaduras del hierro; en una palabra : ninguna de sus propiedades es irracional.

En una palabra la unión del alma y su periespiritu es semejante a la de las fuerzas con los átomos. Si no se puede aniquilar a la materia, menos se puede aniquilar al  Espíritu. El alma manifestándose después de la muerte, revela su inmortalidad.

La reencarnación es un hecho  que se ha probado experimentalmente  por la encarnación de Espíritus en ciertos medios determinados y con todas las circunstancias  que previamente  anunciaron constituyendo  la lógica conciliación  de todas las desigualdades intelectuales con la justicia de Dios. Es una ley general para el principio inteligente, se aplica también en los animales, en quienes, por otra parte, se observan hechos  que inducen a confirmar esta verdad.

La existencia del fluido vital, aunque puesta en duda en nuestros días, se considera indispensable  para poder explicar  los fenómenos de la vida, porque la evolución  y la forma de todos los seres vivientes,  como los fenómenos de reconstitución orgánica, no son explicables por la ciencia moderna. El Espiritismo ofrece el conocimiento  de la verdadera naturaleza del alma, ofreciendo una teoría con la cual se resuelven lógicamente un gran numero de dificultades.

La causa de todas las diferencias que separan a los materialistas  y espiritualistas  de los espiritistas, está en la ignorancia en que se hallan los hombres de ciencia y los filósofos respecto a  la existencia  y naturaleza del periespiritu.

Ha llegado el tiempo en que todos los velos deben rasgarse. El Espiritismo aporta  pruebas tangibles  de la existencia e inmortalidad del alma, y por tanto, es preciso, que  afrontando todos los sarcasmos  y todos los prejuicios,  nos decidamos a estudiar atentamente  los que se precien de hombres serios y sensatos.

Amigos mis disculpa por quizás excederme, o atreverme a iniciar este día, en el cual tenemos tiempo libre, a la reflexión sobre estas cuestiones tan importantes, aprovechando este conocimiento, que Gabriel Delanne nos dejó en su libro de Evolución Anímica. 

Quise acercaros un poco más, a vosotros mismos, descubrir qué somos, de que estamos constituidos, hay tantos conocimientos abstractos que descubrir para saber dominar la vida y poder elevarnos a las alturas, que todos me parecen interesantes, primeramente para mí, porque todos nos beneficiamos con el bien, y después para ofrecerlo a aquellos que quieran ir un poco más lejos, en esta vida. Que deseen auto descubrirse, para volar libremente con las alas que aportan el conocimiento y el amor.

Feliz fin de semana a todos.

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