jueves, 2 de octubre de 2025

La doctrina materialista

 INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.- Justicia y derechos naturales

2.- Alcoholismo

3.- En el servicio de la Fe

4.- La doctrina materialista

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    JUSTICIA Y DERECHOS     
            NATURALES

Elio Mollo


El sentimiento de justicia está  en la Naturaleza de tal modo, que nos revuelve la simple 
idea de una injusticia. Y fuera de dudas, que el progreso moral desarrolla ese sentimiento,
 pero no lo da. Dios lo puso en el corazón del hombre. De ahí viene que, frecuentemente,
 en los hombres simples e incultos, nos encontramos con nociones mas exactas de 
justicia que otros que poseen un gran caudal de conocimientos.

Siendo la justicia una ley de la Naturaleza, la explicación de que los hombres la 
entiendan de modo tan diferente, considerando unos, justo lo que a otros parece 
injusto, es porque en ese sentimiento se mezclan pasiones que lo alteran, como 
sucede la mayor parte de otros sentimientos naturales, haciendo que los hombres 
vean las cosas por un prisma falso.

La definición de la justicia consiste en que cada uno respete los derechos de los demás. 
Y lo que determina esos derechos son dos cosas: la ley humana 
y la ley natural. Estando los hombres formulando leyes apropiadas a sus  costumbres y
caracteres, ellas establecerán derechos mutables con el progreso de las luces. Hoy 
nuestras leyes, además imperfectas, consagran los mismos derechos que las de la Edad 
Media. Entretanto esos derechos anticuados que ahora se nos figuran monstruosos, 
parecían justos y naturales en aquella época. No siempre, pues, es acorde con la  justicia
el derecho que los hombres prescriben. Además ese derecho regula algunas relaciones 
sociales, cuando es cierto que, en la vida particular, hay una inmensidad de actos 
únicamente de la juridicción del tribunal de la conciencia".

Dejando de lado el derecho que la ley humana consagra, la base de la justicia, según
 la ley natural: Dice el Cristo: "Quiera cada uno para los otros lo que quería para sí mismo"
En el corazón del hombre imprimió Dios la regla de la verdadera justicia, haciendo que 
cada uno vea respetados sus derechos. En la incertidumbre de como deba proceder con
su semejante, en dada circunstancia, trate el hombre de saber como quería que él 
procediese en circunstancia idéntica. Guía más seguro de lo que es la propia conciencia
,no le podría haber dado Dios.

Nota de Allan Kardec: Efectivamente, el criterio de verdadera justicia está en querer 
para los otros lo que para sí mismo querríamos y no en querer para sí lo que quería 
para los otros, lo que no es la misma cosa en absoluto. No siendo natural que haya 
quien desee mal para sí, desde que cada hombre tome por modelo su deseo  personal,
es evidente que nunca nadie deseará para su semejante sino el bien. En todos los 
tiempos y bajo el imperio de todas las creencias, siempre el hombre se esforzó para que
prevaleciese su derecho personal. La sublimidad de la religión cristiana está en que ella
tomó el derecho personal por base del derecho del prójimo.

De la necesidad que el hombre tiene de vivir en sociedad, le nacen las obligaciones 
especiales, y la primera de todas es la de respetar los derechos de sus semejantes. 
Aquel que respete esos derechos procederá siempre con justicia. En nuestro mundo, 
porque la mayoría de los hombres no practica la ley de justicia, cada uno usa de represalias. 
Esa es la causa de la perturbación y confusión en que viven las sociedades humanas. 
La vida social otorga derechos e impone deberes recíprocos.
Pudiendo el hombre engañarse en cuanto a la extensión de su derecho, lo que le hará 
conocer el límite de ese derecho con relación a sí mismo y reconocer a su semejante en
semejante, en idénticas circunstancias y recíprocamente. Pero, dirán algunos: si cada 
uno se atribuye a sí mismo derechos iguales a los de su semejante, ¿ qué vendrá a ser de
la subordinación a los superiores?. ¿No sería eso  la anarquía de todos los poderes ?-
Los derechos naturales son los mismos para todos los hombres, desde los de 
condición más humilde hasta los de posición más elevada. Dios no hizo a unos de 
barro más puro que a otros, y todos, a sus ojos, son iguales. Esos derechos son 
eternos. Los que el hombre estableció perecen con las instituciones. Además, cada uno
siente bien su fuerza o su debilidad y sabrá tener una cierta deferencia para con los 
que lo merezcan por sus virtudes y sabiduría. Es importante acentuar esto para que los 
que se juzgan superiores conozcan sus deberes, a fin de merecer esas 
deferencias. La subordinación no se hallará comprometida, cuando a la autoridad
 le fue concedida la sabiduría.

El carácter del hombre que practicase la justicia en toda su pureza sería el del verdadero 
justo, a ejemplo de Jesús, por cuanto practicaría también el amor al prójimo y la caridad,
sin los cuales no hay verdadera justicia.

DERECHO DE PROPRIEDAD. ROBO.

El primero de todos los derechos naturales del hombre es el de vivir. Por eso es que nadie
tiene que atentar contra la vida de su semejante, ni de hacer lo que quiere que pueda comprometerle la existencia corporal.

El derecho de vivir da al hombre el de acumular bienes que le permitan reposar cuando
ya no pueda trabajar, pero él debe hacerlo en familia, como la abeja, por medio de un 
trabajo honesto, y no como egoísta. Hay animales que le dan  ejemplo de la previsión.

Tiene el hombre el derecho de defender los bienes que haya conseguido juntar por su 
trabajo, desde que siga estas instrucciones: De los mandamientos dictados a Moisés por
 Dios: " No robarás" Y de Jesús: "Dad al César lo que es del Cesar"

Nota de Allan Kardec: Lo que por medio del trabajo honesto, el hombre junta, 
constituye legítima propiedad suya, que él tiene el derecho de defender, porque la 
propiedad que resulta del trabajo es un derecho natural, tan sagrado como el de 
trabajar y el de vivir.

Es natural el deseo de poseer, pero cuando el hombre desea poseer para sí solamente
 y es para su satisfacción personal, es lo que hace el egoísmo. Hay hombres insaciables
que acumulan bienes sin utilidad para nadie, o solo para saciar sus pasiones. ¿Crees
 que Dios ve eso con buenos ojos?. Aquel que, al contrario, junta por el trabajo, teniendo
 a la vista socorrer a los semejantes, practica la ley del amor y caridad, y Dios bendice
su trabajo.

El carácter de legítima propiedad es únicamente la que fue adquirida sin perjuicio de otros.

808. ¿ La desigualdad de las riquezas no se originará de las facultades, en 
virtud de la cual unos disponen de más medios de adquirir bienes que los otros?
        "Sí y no. De la vellaquería y del robo, que decís?"

808 a. Mas, la riqueza heredada,  no es fruto de pasiones.
"¿ Qué sabes al respecto?. Busca la fuente de tal riqueza y verás que no siempre es
pura. ¿Sabes por ventura si no se originó de una expoliación o de una injusticia?. 
Incluso pueden, sin hablar del origen, que puede ser malo, creer que guardando 
la riqueza, aun cuando bien adquirida, los deseos secretos de poseerla lo más 
deprisa posible, sean sentimientos loables?. Eso es lo que Dios juzga y yo te aseguro
que Su juicio es más severo que el de los hombres".

Nota de Allan Kardec: Prohibiéndonos que hagamos a los otros lo que no desearíamos que nos hiciesen, la ley del amor y de justicia nos prohíbe ipso facto, la adquisición de bienes por cualquier medio que le sean contrarios.

      Todo lo que legítimamente se adquiere constituye una propiedad. Pero, como 
   hemos dicho, la legislación de los hombres, porque imperfecta, consagra muchos 
  derechos convencionales, que la ley de justicia reprueba. Esa es la razón por la 
 que ellos reforman sus leyes, a medida que el progreso se  efectúa y  mejor 
 comprende la justicia. Lo que en un siglo parece perfecto, se figura como bárbaro 
 en el siglo siguiente.

795. ¿ Cual es la causa de la inestabilidad de las leyes humanas? 
"En las épocas de barbarie son los más fuertes los que hacen las leyes y ellos las
 hicieron para sí. A proporción que los hombres fueron comprendiendo mejor la 
justicia, indispensable se tornó la modificación de ellas. Cuanto más se aproximan
a la verdadera justicia, tanto menos inestables son las leyes humanas, esto es, 
tanto más estables se van volviendo, conforme van siendo hechas para todos y se
identifican con la ley natural."

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Si somos herederos de nosotros mismos, nada más lógico y justo que nos esforcemos por construir el bien a fin de que podamos evolucionar más rápido.
- Elio E. Mollo -
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                                    ALCOHOLISMO
 
                                                    

Sin detenernos en el examen de los factores socio psicológicos del alcoholismo generalizado, son de dos órdenes los engranajes que lo desencadenan- observado el problema desde un punto de vista espiritual.
   Antíguos viciosos y dependientes del alcohol, cuando desencarnan no se liberan del hábito, sino que por el contrario, es más ruda la imposición.
   Prosiguiendo la vida, aunque con ausencia del cuerpo, los vicios continúan vigorosos, obligando a quienes a ellos se aferraron a una necesidad enloquecedora. Atónitos y sedientos, los alcoholatras desencarnados se vinculan a las mentes irresponsables, para dar larga a la continuación del falso placer, empujándolos poco a poco, del sorbito en el aperitivo, a un lamentable estado de embriaguez.
   Los que caen en las redes se tornan, por eso mismo, en verdaderos recipientes por medio de los cuales absorben los vapores deletéreos, cayendo, también, en total desequilibrio hasta cuando la muerte adviene a la víctima, o las Leyes Soberanas recambian la materia, que padecerá de las dolorosas constricciones que le impone el  cuerpo espiritual....
   Normalmente, cuando están reencarnados, los antíguos viciados recomienzan la actividad mórbida, sirviendo, su turno, como instrumento del gozo infeliz para los que se demoran en la Erraticidad inferior...
   Otras veces, los adversarios espirituales, en la ejecución de un programa no forzado por el odio, inducen a sus antíguos afectos a la iniciación alcohólica, mediante pequeñas dosis,, con las que en el transcurso del tiempo los conducen a la obsesión, desorganizándole el aparato físico- psíquico y dominándolos por completo.
   En el estado de alcoholismo, se hace muy difícil la recomposición del paciente, ya que exige de él un esfuerzo muy grande para la recuperación de la salud.
   No apartándose la causa espiritual, se torna menos probable la liberación, desde que, cesados los efectos de cualquier terapéutica académica, la influencia psíquica se manifiesta insidiosa, repitiéndose la lamentable hazaña destructora...
  La obsesión, a través del alcoholismo, es más generalizada de lo que parece.
   En un contexto social permisivo, el vicio por la ingestión de alcohol se torna expresión de estatus, atestando a la decadencia de un periodo histórico que pasa lento y dolorido.
   En el año 1851, porque se mezclaron como en un enjambre, los problemas derivados del alcoholismo, Magno Huss, realizó por vez primera, un estudio adecuado de la cuestión, promoviendo un levantamiento de los daños causados en el individuo y alertando a las autoridades de las consecuencias que produce en la sociedad.
   Los que caen en la trampa del alcohol, justifican el extraño placer que al principio agudiza de inteligencia, le faculta sensaciones agradables, liberándolos de traumas y recelos, sin darse cuenta de que tal estado es fruto de las excitaciones en el aparato circulatorio y respiratorio, con elevación de temperatura, para luego, causar el entorpecimiento de la lucidez, la alucinación y la desaparición del equilibrio normal de los movimientos...
   Inevitablemente, el viciado sufre una congestión cerebral intensa o experimenta los dolorosos estados convulsivos que se tornan perfectos delirios epilépticos, dando margen a otros disturbios, digestivos, circulatorios o nerviosos, que pueden causar lesiones irreversibles.
   La dependencia y continuidad del vicio conduce al delirio tremens, resultante de la cronicidad del alcoholismo, generando psicosis y variadas alucinaciones que pueden terminar en suicidio, homicidio o en la irrecuperable locura.
   Aun en tal caso, la constricción obsesiva sigue su lamentable curso, ya que el espíritu encarnado continúa siendo dominado por sus verdugos impenitentes en ajustes de cuentas de difícil narración...
   Más allá de los daños sociales que el alcoholismo produce, engendra la perturbación, la caída de la natalidad, la incidencia en variados crímenes, la decadencia económica y moral, es enfermedad espiritual que el nuevo Cristianismo, erradicará de la Tierra, cuando la moral evangélica legítima, sustituirá la débil moral social, conveniente y torpe.
   Al Espiritismo cumple el deber de realizar la psicoterapia valiosa junto a tales enfermos y, principalmente, la medida preventiva por las enseñanzas correctas de cómo vivir acorde con las directrices de la Vida Mayor,

- Espíritu Victor Hugo- del libro Calvario de liberación- Médium Divaldo Franco-
   
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   EN EL SERVICIO DE LA FE
                                                  

   Compañeros: el Mundo se asemeja a un vasto campo, donde somos llamados 
a plantar las simientes de la Fe y del Amor en la huerta de los corazones.
   La tarea es grandiosa, pero no estamos solitos. El Divino Agricultor nos 
tutela y orienta en la sublime faena, esperando por nuestros esfuerzos 
más sinceros. Dejemos de lado el fermento de la discordia y de la intriga 
malévola y sigamos confiantes, unidos en torno al bien y amparándonos en el 
Amor del Padre.
   Olvidemos desavenencias personales para que la obra confiada en nuestras
manos no sufra ningún perjuicio... estudiemos las lecciones con la Doctrina
Espírita, desdoblando el excelso mensaje de la Cruz nos ennoblezca la existencia
sin permitir que el fanatismo y la intolerancia nos  eclipsen la visión interior, 
arremetiendo unos contra otros, en una refriega incoherente e injustificable. Meditemos las palabras del Señor: "MIS DISCÍPULOS SERÁN CONOCIDOS POR LO MUCHO QUE SE AMEN"-
   Luchemos sin tregua contra el egoísmo, cultivando la humildad en el servicio
desinteresado a los hermanos que sufren.
   Todos traemos aún débitos inmensos a ser resarcidos y los enemigos a vencer
asoman de nosotros mismos. Aprendamos a separar la cizaña del trigo, olvidando
lo que no sea útil a nuestros anhelos de cooperación incondicional, con los 
designios de Dios en la construcción de un Mundo mejor.
   La humanidad espera las bendiciones de la Providencia, a fin de emanciparse de
las sombras del materialismo que avanza a pasos agigantados, engolfando en 
sufrimientos intraducibles a millares de Almas carentes de vigilancia. Hermanos, el
tiempo pasa rápido y muchos precisamos realizar, de acuerdo a las posibilidades 
de cada uno. Es justo que extendamos el pan material a los estómagos hambrientos, ¡ ellos son tantos aún !. Pero debemos concentrar nuestras energías
en la divulgación de la Fe razonada, con el propósito de despertar conciencias para Cristo.
   Estamos juntos: incontables falanges de amigos de los Planos más Altos, en nombre de Jesús, nos secundan los esfuerzos y se movilizan a nuestro lado en las
actividades del Evangelio Redivivo.   
   No nos perdamos en el camino, distraídos por las voces de los falsos profetas que pululan en la actividad terrestre, llamándonos a la puerta ancha de los placeres efímeros.
   Las señales del Señor son inconfundibles; deseando seguirlo, no nos equivoquemos. Entreguemos al bien nuestras vidas y el mal no nos poseerá.
   Reconozcamos la fragilidad espiritual que aún nos caracteriza, pero no nos desanimemos, por cuanto la Divina Providencia estará con nosotros a la hora de los testimonios que nos fueron solicitados.
   Unámonos: sepamos respetar a los hermanos que están haciendo lo que pueden en la edificación de la Paz entre los hombres, en estos días de grandes males y conflictos. Demostremos actitud firme en el bien, puesto que la Fe sin obras es lámpara sin luz; dar de nosotros mismos en la mies Espírita-cristiana, es el compromiso mayor que asumimos ante las Leyes de la Vida y de la propia conciencia. Por lo tanto, mucho se le pedirá a quien mucho haya recibido.
   Por este motivo, haya lo que hubiere y acontezca lo que aconteciere, no nos distanciemos de las tareas que nos corresponda desempeñar.
   Jesús, interpretado por Kardec, y Kardec basado en Jesús, he aquí el derrotero seguro para nuestros más nobles logros espirituales.
   Compañeros, avancemos siempre. La victoria permanecerá para los que perseveren y que el Maestro nos auxilie y nos guarde hoy, ahora y siempre.

´Hermano José- Espíritu-
( Comunicado mediúmnico aportado por el hermano Bras de Alborada )

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                LA DOCTRINA MATERIALISTA

" La inteligencia del hombre es una propiedad de la materia; nace y muere con el organismo. El hombre no es nada ni antes ni después de la vida corporal."

CONSECUENCIAS.- No siendo el hombre nada más que materia, solo son reales y envidiables los goces materiales; los afectos morales carecen de porvenir; con la muerte quedan rotos para siempre los lazos morales; las miserias de la vida no tienen compensación; el suicidio viene a ser el fin racional y lógico de la existencia cuando no hay esperanza de alivio en los sufrimientos, inútil es contrariarse para vencer las malas inclinaciones; mientras estamos en la tierra se debe vivir para sí lo mejor posible; es una estupidez molestarse y sacrificar el reposo y el bienestar por otros, es decir, por seres que a su vez serán anonadados y que jamás volverán a verse; los deberes sociales quedan sin base; el bien y el mal son cosas convencionales y el freno social se reduce a la fuerza material de la ley civil.

  Observaciones,. Acaso no sea inútil aquí, recordar a nuestros lectores algunos pasajes de un artículo que publicamos sobre el materialismo, en la Revue Spirite de Agosto de 1808.:

  El materialismo- decíamos- , jactándose como en ninguna otra época, erigiéndose como regulador supremo de los destinos morales de la humanidad, ha producido el efecto de atemorizar a las masas con las consecuencias inevitables de sus doctrinas en el orden social, y por esta misma razón, ha provocado en las ideas espiritualistas una enérgica reacción, que debe probarle que está muy lejos de disfrutar de las generales simpatías como supone, y que se engaña notablemente si espera imponer sus leyes en el mundo algún día.

" Ciertamente las ideas espiritualistas del pasado son insuficientes en nuestro siglo; no están al nivel intelectual de nuestra generación; en muchos puntos se contradicen con las conquistas de la ciencia; dejan en el ánimo ideas incompatibles con el anhelo positivista que domina en la sociedad moderna; incurren, por otra parte, en el grave renuncio de imponerse por la fe ciega y de proscribir el libre examen, y de aquí, sin duda alguna, el desarrollo de la incredulidad en el mayor número, Es evidente que si a los hombres se les alimentase desde la infancia con ideas que más tarde fuesen confirmadas por la razón, no habría incrédulos. ¡ Cuantas personas han vuelto a la creencia por el Espiritismo, nos han dicho: " Si siempre se nos hubiera presentado a Dios, al alma y a la vida futura, de un modo racional, nunca hubiéramos dudado ! ".

   " Porque un principio sea mal o falsamente aplicado, ¿ Se sigue que debemos rechazarlo?.  Sucede con las cosas espirituales como con la legislación y todas las instituciones sociales que, so pena de que perezcan, es preciso apropiarlas a los tiempos. Pero, en vez de presentar algo mejor que el caduco espiritualismo, el materialismo ha preferido suprimirlo todo, lo que le dispensaba de la investigación y parecía más cómodo a aquellos a quienes importuna la idea de Dios y del porvenir. ¿Qué se diría de un médico que notando que el régimen seguido por el convaleciente, no es bastante sustancial para su temperamento, le ordenase que no comiese nada?.

   " Lo que más admira en la mayor parte de los materialistas de la escuela moderna, es el espíritu de intolerancia llevado a sus últimos límites; ellos, ¡ que reivindican sin cesar el derecho a la libertad de conciencia !...

   " Hay en este momento, y por parte de cierto partido, una conjuración contra las ideas espiritualistas en general, entre las que se halla naturalmente comprendido el Espiritismo. Lo que busca el materialismo no es un dios más justo y mejor, sino el dios- materia, menos molesto porque no han de dársele cuentas. Nadie niega a semejante partido el derecho a tener su opinión y de discutir las contrarias; pero lo que no se le puede conceder es la pretensión singular. al menos en hombres que se erigen apóstoles de la libertad. que impidan a los demás que crean a su manera y discutan las doctrinas que no aceptan. Intolerancia por intolerancia, no es mejor la una que la otra."

- Allan Kardec- ( Obras Póstumas )

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martes, 30 de septiembre de 2025

Máximas y recomendaciones de André Luiz

 INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.- Pruebas

2.- Unión del alma y el cuerpo- Abortos

3.- Los niños

4.- Máximas y recomendaciones de André Luiz

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                                               PRUEBAS 

     Dios no ha hecho las pruebas superiores a las fuerzas del que las pide; no permite sino las que se puedan cumplir; si no se llena el objeto, no es la posibilidad la que le falta, sino la voluntad, porque ¿ cuántos hay que en lugar de resistir a las malas tentaciones, se entregan y complacen en ellas? Para estos están reservados los llantos y el crujir de dientes en sus existencias posteriores; pero admirad la bondad de Dios, que nunca cierra la puerta al arrepentimiento. Llega un día en que el culpable se cansa de sufrir o en que su orgullo al fin se ha dominado, y entonces es cuando Dios abre sus brazos paternales al hijo pródigo que se echa a sus pies. "Las grandes pruebas ,  escuchadme bien, son casi siempre indicio de un fin de sufrimientos y de un perfeccionamiento del espíritu, cuando son aceptadas por amor a Dios". 

     Este es un momento supremo, y entonces es cuando sobre todo conviene no desfallecer murmurando, si no se quiere perder el fruto y tener que empezar otra vez. En lugar de quejaros, dad gracias a Dios, que os ofrece la ocasión de vencer para daros el premio de la victoria. Entonces, cuando al salir del torbellino del mundo terrestre entréis en el de los espíritus, seréis allí aclamado como el soldado que sale victorioso de la pelea. 

     De todas las pruebas, las más poderosas son las que afectan al corazón; hay quien soporta con valor la miseria y las privaciones materiales y sucumbe bajo el peso de la tristeza doméstica, mortificado por la ingratitud de los suyos. ¡Oh! esto es una aguda agonía! Pero, ¿ quién puede mejor, en estas circunstancias, reanimar el valor moral, sino el conocimiento de las causas del mal y la certeza de que, si hay grandes trastornos, no hay desesperaciones eternas, porque Dios no puede querer que su criatura sufra siempre? ¿Qué cosa hay más consoladora y que dé más valor, que el pensamiento de que depende de sí mismo y de sus propios esfuerzos abreviar el sufrimiento, destruyendo en sí las causas del mal? Pero, para esto, es preciso no concretar las miradas a la Tierra y no ver sólo una existencia; es preciso elevarse, dominar el infinito del pasado y del porvenir; entonces la gran justicia de Dios se revela a vuestras miradas y esperáis con paciencia, porque os explicáis lo que os parecen monstruosidades en la Tierra; las heridas que recibís en ella sólo os parecen rasguños. Con este golpe de vista echado al conjunto, los lazos de familia aparecen bajo su verdadera luz; éstos no son ya los lazos frágiles de la materia que reúnen sus miembros, sino lazos duraderos del espíritu que se perpetúan y consolidan purificándose, en lugar de romperse con la encarnación. 

     Los espíritus a quienes la semejanza de gustos, la identidad del progreso moral y el afecto conducen a reunirse, forman familias; estos mismos espíritus en sus emigraciones terrestres, se buscan para agruparse como lo hacen en el espacio; de aquí nacen las familias unidas y homogéneas, y si en sus peregrinaciones se separan  momentáneamente, se encuentran después felices por su nuevo progreso. Pero como no deben trabajar sólo para sí, Dios permite que los espíritus menos adelantados vengan a encarnarse entre ellos, para tomar consejos y buenos ejemplos en provecho de su adelantamiento; algunas veces ponen la disensión entre ellos; pero esta es la prueba, esta es la tarea. Acogedles, pues, como a hermanos, ayudadles, y más tarde, en el mundo de los espíritus, la familia se felicitará por haber salvado del naufragio a los que a su vez podrán salvar a otros. (San Agustín. París, 1862). 

EL EVANGÉLIO SEGÚN EL ESPIRITISMO. ALLAN KARDEC.


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UNIÓN DEL ALMA Y DEL CUERPO

 ABORTOS.


 Estudio con base en El Libro de los Espíritus, Libro Segundo, c. de 344 à 360.
Obra codificada por Allan Kardec

Por: Elio Mollo

     La unión del alma y del cuerpo comienza en la concepción, pero no se completa sino en el instante del nacimiento. Desde el momento de la concepción, el Espíritu designado para tomar determinado cuerpo all que se liga por un lazo fluídico que se va acortando cada vez más, hasta el instante en que la criatura ve la luz; el grito que entonces se escapa de sus labios anuncia que la criatura entró en el número de los vivos y de los siervos de Dios.

La unión entre el Espíritu y el cuerpo es definitiva en el sentido en que otro Espíritu no podría sustituir al que fue designado para el cuerpo, pero, como los lazos que lo prenden son muy frágiles, fáciles de romper, pueden ser rotos por la voluntad del Espíritu que recula ante la prueba escogida. En ese caso, la criatura no llega a nacer.

Si sucede que el cuerpo que el Espíritu eligió, muriese antes de nacer, él probablemente escogerá otro.

Las imperfecciones de la materia, en la mayoría de las veces, son las causas de las muertes prematuras.

La importancia de la muerte prematura, poco tiempo después de la encarnación, es casi nula para el Espíritu, pues el ser aún no tiene consciencia de su existencia; frecuentemente, se trata de una prueba para los padre.

El Espíritu, algunas veces, sabe con antelación que el cuerpo que escogió no tiene posibilidad de vivir; pero si lo escogió por ese motivo, es que retrocede ante la prueba.

Cuando falla una encarnación para el Espíritu, por una causa cualquiera, no siempre es sustituida inmediatamente por otra existencia; el Espíritu necesita tiempo para escoger de nuevo, a menos que la reencarnación instantánea sea la resultante de una determinación anterior.

El Espíritu, una vez encarnado, no puede lamentar una elección de la que no tiene consciencia, pero puede encontrar muy pesada la carga. Y si la considera por encima de sus fuerzas, entonces recurre al suicidio.

     Desde el instante de la concepción, la perturbación comienza a envolver al Espíritu, advertido así de que llegó el momento de tomar una nueva existencia; esa perturbación va creciendo hasta el nacimiento. En ese intervalo, su estado es mas o menos el de un Espíritu encarnado, durante el sueño del cuerpo. A medida que se aproxima el momento del nacimiento, sus ideas se apagan, así como el recuerdo del pasado se apaga desde que entró en la vida. Pero ese recuerdo le vuelve poco a poco a la memoria, en su estado de Espíritu.

     En el instante del nacimiento el Espíritu no recobra inmediatamente la plenitud de sus facultades: ellas se desenvuelven gradualmente, con los órganos. Él se encuentra en una nueva existencia; es preciso que aprenda a servirse de sus instrumentos: las  ideas le vuelven poco a poco, como un hombre que recuerda y se encuentra en una posición diferente de la que ocupaba antes de dormir.

     El Espíritu que debe animar un cuerpo existe, de cualquier manera, fuera de él. Propiamente hablando, él no tiene un alma, pues la encarnación está apenas en vías de realizarse, pero está ligado al alma que debe poseer.

     La vida intrauterina es como la de una planta que vegeta. La criatura vive la vida animal y la vida vegetal, que se completa al nacer, con la unión espiritual.

     Hay criaturas que nacen muertas y jamás hubo un Espíritu destinado a sus cuerpos: nada debía cumplirse en ellas. Es solamente como prueba para los padres que esa criatura nace. Algunas veces, ese ser, puede llegar al tiempo normal del nacimiento, pero no vivirá.

     Toda criatura que sobrevive, necesariamente tiene que poseer un Espíritu. ¿ Qué sería ella sin el Espíritu?. Solo un cuerpo de carne y huesos, como un cascarón vacío. No seria un ser humano.



ABORTOS

     Para el Espíritu las consecuencias del aborto son una existencia nula que tendrá que recomenzar.

     El aborto provocado es un crimen, cualquiera que sea la época de su concepción, pues hay una transgresión de la ley de Dios. La madre, o cualquier persona, cometerá siempre un crimen al destruir la vida de la criatura antes del nacimiento, porque eso es impedir al alma el poder pasar por las pruebas de las que el cuerpo debía haber sido el instrumento.

     En el caso en que la vida de la madre esté en peligro real por el embarazo o el parto, es preferible sacrificar al ser que no existe antes que sacrificar al que existe (es el caso de la madre).

     Es racional tener respeto por los fetos, de la misma forma que una criatura que hubiese vivido, pues en todo existe la voluntad de Dios y a su Obra, y no se debe tratar livianamente las cosas que se deben respetar. ¿ Por qué no respetar las obras dela creación, que a veces son incompletas por la voluntad del Creador?. Eso pertenece a sus designios, que nadie es llamado a juzgar.


RESUMEN -SÍNTESIS DE EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS,

La unión del alma al cuerpo comienza en la concepción, pero no se completa sino en ocasión del nacimiento en la Tierra. Hasta ahí, el Espíritu está ligado al cuerpo por un lazo fluídico que cada vez se va apretando más, hasta el instante en que la criatura ve la luz. Si el cuerpo que él escogió muere antes de verificarse el nacimiento, el Espíritu escoge otro. Esas muertes prematuras, las más de las veces, son consecuencia de la imperfección de la materia.
En el intervalo que media entre la concepción y el nacimiento, el Espíritu goza de sus facultades más o menos, conforme al punto en que se encuentre, por cuanto aún no está encarnado, sino apenas ligado. La vida intrauterina es como la de la planta, que vegeta. Dicho esto, constituye un crimen la provocación de un aborto, porque se impide a un alma pasar por las pruebas a las que serviría de instrumento el cuerpo que se estaba formando. 

                                                                                     
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                                                   LOS  NIÑOS

                                  

    ¿ Cuanto se ha escrito sobre los niños ?. Y no es extraño, porque ellos son la imagen de la esperanza, la realidad de la vida, la encarnación del progreso: ellos nos hacen sonreír ante una época mejor, pues, por lo general, esa frase que se repite de que " hoy los niños nacen sabiendo", es una gran verdad. Los espíritus que van llegando a la Tierra son mucho más adelantados que los de nuestros abuelos; y se ven criaturas nacidas de padres fanáticos, que crecen entre rancias costumbres y sin embargo, el racionalismo de esos espíritus vence a la rutina y domina en absoluto.

     Conocemos un niño llamado Enrique; que tendrá seis años. Inquieto y revoltoso en grado máximo. Hijo de un matrimonio católico que va a misa casi a diario, en particular el padre, que sigue con fervor la religión de sus mayores, que tiene parientes y amigos eclesiásticos, no oyendo al niño hablar de otra cosa que de Dios y de los santos. Últimamente estuvo enfermo y en la convalecencia le dijo su padre:

   - Mira hijo mío, en cuanto te levantes iremos a la iglesia de la Merced a darle gracias a Dios por haberte puesto bueno.

- ¡ No quiero ir !- dijo el chicuelo con acento enfadado.

- ¡ Qué dices hijo !, ¿ No quieres ir a dar gracias a Dios por haberte puesto bueno ?

- ¡ No !, ¡ No !, no quiero ir. ¿ Para qué me puso antes malo ?- Y el pequeño racionalista no consintió en ir a la iglesia.; 

   Fijémonos bien en el profundo razonamiento de ese espíritu.

   -- El niño oye decir constantemente: " Sucede esto porque Dios lo quiere"; " Aconteció aquello porque Dios lo quiso ", y todos los actos de la vida, por insignificantes que sean, Dios los ha dispuesto . El pequeñuelo, de pronto, se sintió enfermo; recibió aquel mal sin que él lo hubiera buscado, y luego, al recobrar la salud, le dicen que vaya a dar gracias a Dios, y él contesta, muy oportunamente: - No quiero ir; ¿para qué me puso antes enfermo?. Esto es, ¿para qué hizo padecer sin causa?

   ¡ Qué profundo pensamiento !. He aquí un filósofo racionalista que promete ser un librepensador del siglo XX.

   ¡ Pobre religión es aquella que tienen que reformar los niños !

   Conocemos otra niña, casi de la misma edad que Enrique, en cuyos ojos brilla la llama del genio. Si se oye hablar, sin verla, a la pequeña Luisa, nadie creería que es una niña la que reflexiona con tanto juicio y tanto acierto.

   Una tarde, hablando con un amigo nuestro, decía Luisa, refiriéndose a las deudas:

-Cuando se debe dinero no se puede vivir, porque todos los días viene cada uno a pedir lo suyo, y es una fatiga.

No, no, yo no quiero deber un céntimo a nadie.

  ¡ Pobre niña, aún no ha visto seis veces florecer los almendros y ya comprende las luchas y las amarguras de la vida !.

   Hablando después del cielo y del lugar de las tinieblas, dijo ella:

- Yo quiero ser muy buena porque así no iré al infierno.

- ¡ Cómo Luisita!, ¡ tu que tienes tanto talento, de verdad, ¿ crees eso ?

. Si que lo creo- dijo la niña, encogiéndose graciosamente de  hombros.. Nuestro amigo le hizo entonces muchas reflexiones sobre esa absurda creencia, y al fin dijo Luisa, con vibrante y marcada intención:

- ¡ Bueno, ya  está bien todo lo que usted me dice, y lo creo así, pero si mi papá y mi mamá me dicen: Sí Luisita, si, hay infierno; yo, ¿ qué les voy a decir ?; ¿ qué quiere usted que yo haga ? Decir que hay infierno... porque lo dicen ellos- Y la mirada de Luisa se iluminó con los destellos de la burla más fina y de la más delicada ironía.

   Aquel ser tan pequeñito ya conoce  que debe respetar a sus padres, pero al mismo tiempo se ríe de la credulidad de aquellos, y se doblega a ella  por obediencia pero no por convicción.

Vemos de vez en cuando a una niña que tendrá siete inviernos, y es la desesperación de su madre, por sus travesuras, su desobediencia y por contestar siempre que la riñen, con una oportunidad y una lógica sorprendente, pues todos sus defectos son compensados por tener un gran corazón. Es muy amiga de hacer el bien, sin cansarse nunca de hacerlo. Por las tardes se sienta en el balcón a merendar, pero si ve pasar a un pobre, se levanta rápidamente, baja como una flecha la escalera, y le da al mendigo la mitad de su merienda.

  Acostumbra a ir con su madre todas las mañanas a la plaza del mercado, y siempre observa que su madre le da cuartos a un moro anciano que pide limosna.

   Una mañana vio que su madre pasaba por delante del mendigo sin darle la moneda de costumbre, y le dijo:

- Mamá, hoy te olvidas del pobre del turbante.

- No me olvido, no, pero es que hoy no tengo cuartos sueltos

- ¿ Y por qué no has tenido cuidado en guardarlos '

- Porque se me olvidó; y mira, por un día ya puede pasar.

-No mamá, no puede pasar.

- Si, pues mira, que yo no me puedo volver dinero; no me ha quedado ni un céntimo.

- Pues si no te queda ni un céntimo, le daremos pan- Y con admirable soltura, sacó un panecillo del cesto, lo partió por la mitad y puso en un hoyito que hizo en una de las dos mitades, un pedacito de chocolate que ella se iba comiendo, lo unió a la otra y se lo dio al pobre, diciendo _:

- Toma, come, que está bueno, y adiós, hasta mañana.

- ¡ Muchacha !, ¿ qué has hecho ?- dijo su madre- Le has dado el panecillo que llevaba para tu padre.

- ¿ Y qué querías que hiciera?, ¿ No ves que el pobre nos esperaba?. Yo he reparado otras mañanas que en cuanto le das los cuartos se va al puesto de pan que hay enfrente y compra un panecillo, y hoy, si el pobre nos esperaba, ¡ mira que triste se hubiera puesto !.... ¿ Te gustaría a ti que papá nos dejase un día sin comer ?

- No, no me gustaría.

- Pues mira, ese pobre es de carne y hueso, como nosotros; por eso es necesario que te acuerdes de guardar dos cuartos cada día, para él.

- No pienses que, aunque no le demos limosna, no pecamos.

-   Que no pecamos?; pues no dice el Señor que no hagas a otros lo que no quieras para ti ?

- Pues ese pobre no es como nosotros; no es cristiano, es moro.

- Y qué; ¿ no mantenemos a los animales, que no saben nada ?. Pues más justo es que favorezcamos a los racionales, sean quienes sean.

    ¡ Cuan bien comprende la pequeña Emma el modo de practicar la caridad !; ¡ Qué lección dio a su madre, más bien dada !

  Estos tres seres, Enrique, Luisa y Emma, serán tres tipos legítimos del próximo siglo. El primero será un buen racionalista; la segunda, cumplirá fielmente con su deber; la tercera será la caridad en acción.

¡ Qué hermosa trinidad !

Cuando vemos muchos niños reunidos, los contemplamos y decimos: ¡ Qué grandes personas para el porvenir !.

  Porque sin duda alguna, la generación que nos sigue es mucho más adelantada que la nuestra. El mañana de la humanidad es espléndido, verdaderamente grandioso. ¡ Vivir siempre!; ¡ Progresar siempre!. ¡ Cuan grande y cuan bueno es el esperar los asombros del progreso humano !.

   Una eternidad sin límites... y mundos innumerables donde poder trabajar, donde poder vivir con ese noble anhelo de acercarnos con nuestras virtudes a lo más hermoso, a lo más sublime, a la ciencia de la caridad, que son los atributos sel sentimiento humanitario.

¡ Niños !, ¡ Flores de la Vida !, ¡ Creced !, ¡ Engalanad con vuestras virtudes el árido desierto de este mundo !.

¡ Sonreír !; vuestra sonrisa es el escudo de paz que los invisibles envían a la raza humana !.

- Amalia Domingo Soler. ( Sus más hermosos escritos )

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  MÁXIMAS Y RECOMENDACIONES DE ANDRÉ LUIZ


¿Lamentarse por qué? Aprender siempre, sí.

Cada criatura recogerá de la vida no solo por lo que hace, sino también conforme esté haciendo aquello que hace.

No se engañe con falsas apreciaciones respecto de la justicia, porque el tiempo es el juez de todos.

Recuerde: todos recibimos de Dios que nos transforma o retira eso o aquello, según nuestras necesidades.

La humildad es un ángel mudo.

Cuanto menos usted necesite, más tendrá .

Mañana será, sin duda, un bello día, pero para trabajar y servir, renovar y aprender, hoy es mejor.

No se iluda con la supuesta felicidad de aquellos que abandonan sus propios deberes, una vez que transitoriamente buscan huir de si mismos como quien se embriaga para olvidar en vano.

El tiempo es oro pero el servicio es luz.

Solo existe un mal a temer: aquel que aun existe en nosotros .

No parar en la edificación del bien, ni para recoger los laureles del espectáculo, ni para contar las piedras del camino.

¿La tarea parece fracasar ? Siga adelante, trabajando, que, muchas veces, es necesario sufrir a fin de que Dios atienda a nuestra renovación.

( Médium: Francisco Càndido Xavier
Por el Espiritu André Luiz.


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